Surcos de ros resecos por la codicia de quienes tenemos de sobra para derrochar. Pueblos sedientos, sin agua, que estn gritando: justicia!, llanto que brota en la herida de nuestra humanidad. Oh, Seor! Crea en m un corazn puro. Yo reconozco mi culpa, ten piedad de m!
Que ante el dolor de mi hermano
no quede impasible, ser hija tuya me mueva a compartir vida y pan.