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PVM aC cya WW TC: = LA CONQUISTA re HISTORIA A NINA 11. AREAS CULTURALES 1. Areas culturales y ecologia Para entender las culturas indigenas es necesario conocer su distribucién geogrifica y su relacién con el medio. Este aspecto de adaptacién, dependen- cia e influencia del medio fisico sobre la cultura se manifesté con mas fuerza. en las de menor desarrollo; por lo tanto, es fundamental desentrafiar esta rela- cién dindmica. En la Repiiblica Argentina podemos hacer una distribucién geografica de las culturas indigenas en cinco reas principales: Noroeste, Sierras Centrales, Pampa-Patagonia, Chaco y Litoral-Mesopotamia. El Noroeste, como su nombre lo indica, abarca el dngulo imstrofe de nues- ‘0 pais con Chile y Bolivia, Comprende las provincias de Salta, Jujuy y fucuman hasta las sierras subandinas, donde el bosque asciende a la vertiente oriental de los Andes; Catamarca, La Rioja y parte de Santiago del Estero, Ile- gando hasta el norte de San Juan, aunque algunos autores prolongan el limite hasta cerca de la ciudad de Mendoza. Esta rea puede ser subdividida en va- rias zonas distintas de acuerdo con sus caracteres botinicos, climaticos y fisiograficos. Fue aqui donde los conquistadores encontraron Jas culturas de més alto desarrollo debido a las influencias irradiadas desde el gran centro de civilizaci tuado en el actual territorio del Pert y que los investigadores nombran como Centro Nuclear Andino, Nuestro Nofoeste junto con el sur de Bolivia y el norte de Chile forma una subdivisin que se denomina Area Andina Meridional. Esta, si bien posee muchos elementos culturales comunes con el resto de los Andes, tiene otros rasgos propios bien definidos. Los limites del Noroeste no son precisos sino mds bien fluidos y dificiles de establecer. Hacia el este tienden a confundirse con la regidn de las culturas marginales y de las florestas tropicales que ocupaban los bosques chaquefios de Salta y Jujuy. Por el oeste, la Puna establece un nexo de continuidad con las culturas del norte de Chile. Con el sur de Bolivia, el fenémeno de continuidad cultural es similar a Jos ya mencionados. 1 frea de las Sierras Centrales comprende las sierras de San Luis y C6rdo- ba y las Hanuras aledafias. En el momento de la conquista estuvo habitada por pueblos horticultores que posefan alfarerfa, pero de menor desarrollo cultural que los del Noroeste. Esta drea constituye un escaldn de transicién entre las altas culturas del Noroeste y las de economia cazadora de la Pampa. Pampa-Patagonia es quizés el érea mds extensa, y refleja, en Iineas genera- les, condiciones fisiogrificas muy particulares. En ¢l momento de la conquista estuvo habitada en su mayor parte por pueblos cazadores némadas. Compren- de el territorio desde el pie de la cordillera de los Andes hasta el litoral del Rio de la Plata y del océano Atlntico y desde el Estrecho de Magallanes hasta el sur de San Luis y Cordoba, Debemos destacar la ya mencionada ecologia pro- pia de los canales magallénicos. En épocas coloniales esta drea recibi¢ el apor- te de los grupos araucanos venidos desde el occidente de la cordillera de los Andes; eran némadas ecuestres que cambiaron casi por completo la fisonomia cultural y econdmica de los pueblos autéctonos. Sélo fueron dominados con la Conquista det Desierto en la segunda mitad del siglo pasado. El frea del Chaco comprende las actuales provincias de Formosa y Chaco y parte de Santiago del Estero, Salta y Santa Fe. Estuvo habitada por tribus marginales, es decir, de muy escaso desarrollo cultural. Algunos micleos horticultores y grupos de guerreros intrusos le dieron caracteristicas muy es- peciales. En épocas hispanicas un medio hostil hizo que importantes, asentamientos europeos, constantemente atacados por los indigenas, desapa- recieran por completo, como es el caso de Concepeién del Bermejo y Esteco. La conquista se llevé a cabo en épocas recientes. Atin hoy existen importantes nicleos indfgenas que van desapareciendo sin que se hayan tomado medidas, basadas en estudios modernos de antropologia social, que permitan la incor- poracién de esos grupos a la vida de la Repiiblica. Esto es més lamentable por cuanto pudo aprovecharse la rica experiencia recogida en este sentido en los pafses donde el problema desperté una verdadera inquietud social y un autén- tico interés cientitico. La zona a lo largo de los grandes rfos como el Parand, el Uruguay y la Mesopotamia configura un area bien definida, Los rfos sirvieron como vias, n para las tribus canoeras. Niicleos de horticultores con plantas de las florestas tropicales, como es el caso de los guaranies, tuvieron una perso- nalidad cultural y de adaptacién ecolégica muy particular. En el interior del teritorio, grupos cazadores némades persistieron en habitos mas primitivos. También se encuentran culturas con medios de vida intermedios de caza~ dores-recolectores y sembradores temporales. Esta érea refleja tres tipos de cecologia cultural: una de adaptaci6n a las florestas tropicales y los grandes ric otra de némades cazadores-recolectores ocupantes del interior y, por dimo, algunas formas intermedias entre ambas. 2. Areas culturales y densidad de poblaci6n De acuerdo con lo expresado al comienzo damos una particular importan- ciaa la concentracién humana de los diferentes micleos indigenas por el papel {que éstos tienen posteriormente en el desarrollo hist6rico. Es muy dificil poder establecer una estimacién aproximada de las variantes de la densidad de poblacién que a través del tiempo sufrieron las culturas autéctonas, Para ello se requieren estudios arqueol6gicos muy intensivos y muy cuidadosos que atin faltan en nuestro medio. Poscemos sf, sobre todo para al- ‘gunas regiones, referencias etnohist6ricas; pero éstas ain esperan un anélisis critico exhaustivo. ‘A mediados del siglo XVI la poblacidn indfgena total era, segdn distintos autores, entre 300.000 y 340,000 individuos; distribuida en la siguiente pro- porcién: CMA roe : 50.000 Pampa 30,000 Noroeste : sooner 215.000 Mesopotamia 20,000 cuyo 7 18,000 Patagonia 2 sonnrnnens 10,000 (Difrers, 1958) Faltan buenos mapas de distribucién y densidad de la poblacién; uno de los pocos realizados hasta el momento es el de Steward (1948), y creemos que no Este autor da una poblacién total de 41,000 almas para los Diaguitas, es decir, una densidad de 13,1 persona por 100 km’, cifra que noso- {ros creemos demasiado baja. Serrano, por otra parte, estima en 55.000 indivi- duos la poblacién de los Diaguitas. El autor primeramente citado da para la Pampa-Patagonia un total de 36.125 pobladores, o sea, una densidad de 2,5 por cada 100 km. Los Comechingones y Huarpes habrian totalizado 52.550, 0 sea, 15 por 100 km®; los Charrtias y Caracaré, 9000, es decir, 3 individuos por cada 100 km’, El delta del Parand habria albergado una poblacién de 24,000 almas, Jo que equivale a 30 por 100 km; los Araucanos del sur de Chile eran estims os en 1.000.000, o sea, 273 por 100 ki’, lo que tiene decisiva importancia en su conquista posterior de la Pampa y el sojuzgamiento de otros grupos i nas. De las cifras anteriores puede deducirse que la mayor densidad se dio en la regiGn Mesopotamia-delta del Parand, en las Sierras Centrales y en el No- roeste. En la primera regién el cémputo se cleva por la presencia de los grupos de agricultores amaz6nicos, particularmente los Guaranies, por contraposicin con la baja densidad que posefan los cazadores-recolectores habitantes del in- terior de esa region, Otro detalle de importancia es la concentracién de la poblacién en aldeas 0 pueblos, tal como ocurri en el Noroeste, donde aqueéllas llegaron a albergar a 2000 individuos 0 més, segtin las evidencias arqueolégicas que poseemos al presente. En cambio, la simple banda patagénica debié oscilar entre 50 y 100 individuos. Il. EL NOROESTE EL Noroeste es el rea cultural més importante del actual territorio argenti- no, Recibié influencias directas e indirectas de las altas culturas andinas y tuvo un desarrollo basado en una economfa agricola intensiva con gran variedad de vegetales, en la ganaderfa y en una metalurgia avanzada del bronce. Casi todo el Noroeste fue conquistado por los incas, lo que le dio a esta drea, que en Io lingiifstico presentaba un mosaico de lenguas y dialectos, una cierta unidad ‘mayor que la que tenfa desde sus orfgenes, Tradicionalmente se daban cinco regiones: la Puna, la Quebrada de Humahuaca, fa Valliserrana, los Bosques Occidentales 0 Sietras Subandinas y Santiago del Estero. Preferimos unir la segunda y a tercera en una sola que denominamos Valles y Quebradas.' 1. Subdivisiones Laregi6n de la Puna comprende todo el oeste de Jujuy y Salta y el oeciden- te catamarquefio hasta el departamento de Belén. Es Jo que perteneci6 al anti- |. Ein as divisionestradicionales wilizadas por los arqueslogos argentinos seconsideraba a Ja Quebrada de Humahuaca como unidad independiente, La base de esta divisia era linghist pues se la consideraba independiente de la Hamada regiGn Diaguita (de habla eacdn) que barcaba lo que posteriormente se denominé regicn Valliserrana, Nosotros uilizamos un erie rio ecol6gico y cultural, por lo que la incorporamos a la anteiox

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