entonces director general Miguel Ángel Correa Jasso, reformas claramente privatizadoras que
fueron echadas abajo por la movilización de miles de politécnicos. Estas intensas jornadas de
lucha no tenían parangón en épocas recientes y desmintieron a quienes la apostaban a la
“inmovilidad” de los politécnicos.
4. En la actualidad, el movimiento estudiantil se encuentra limitado a la participación de grupos de
activistas. Si bien esta es una tendencia que hay que revertir, tampoco nos parece en extremo
preocupante, pues antes de las históricas jornadas de lucha de 1968, o de 1999 en la UNAM o
de 2002 en el Politécnico, la situación no era diametralmente diferente. En los casos anteriores,
el movimiento se encontraba limitado a grupos de activistas, que en muchos casos tenían
incluso dificultad para coordinarse entre sí, pero que ante la creciente del movimiento se ven
obligados a crear estancias de coordinación generales que, en la vía de los hechos son
desbordadas al incorporarse las masas a la lucha y rebasar lo existente para crear nuevas
estructuras (CNH, CGH, CNP, etc.).
5. La explicación sustancial de esta problemática la encontramos en la propia volatilidad del sector
y en su constante transformación. Mientras el sector obrero tiende a mantener a sus trabajadores
por períodos de 30 años en el mejor de los casos, períodos en los que se logra crear una
pertenencia tanto a su centro de trabajo como a su estructura sindical e incluso a corrientes de
lucha u organizaciones políticas dentro del propio sindicato. Las escuelas, sin embargo, se
reestructuran permanentemente, siendo el paso por ellas de los activos en lo general no mayor a
tres o cuatro años.
Además, en últimas fechas se vive una sobrecarga académica que limita la participación de los
estudiantes. Por ejemplo en el sector licenciatura de la UNAM los semestres duran en realidad
cuatro meses de vida académica, lo que implica que en el período de organización se emplea
parte de ese tiempo. Una vez que el movimiento empieza a organizarse comienza la etapa de
trabajos y exámenes finales que desmoviliza a la mayoría de la comunidad y finalmente llega el
período vacacional que rompe en su mayoría los vínculos organizativos. Al comenzar el
siguiente semestre pareciera que se tiene que recomenzar de cero. Esto pasa en la mayoría de
los planteles y de las instituciones educativas en la actualidad.
Por lo anterior no es extraño que en períodos de reflujo, impase, o incluso al inicio de la
acumulación de fuerzas, lo que se logre crear sean coordinaciones de activistas, y solo cuando
el movimiento despunta, cuando rebasa a los activistas, cuando involucra a la comunidad, a las
masas, es cuando las coordinaciones crecen también en consecuencia, transformando lo
existente. Esto no depende sustancialmente de la voluntad o trabajo voluntarista de los activos,
sino de las condiciones materiales objetivas que permiten el asenso del movimiento y que hacen
que de unos días a otros, coordinaciones a las que por más esfuerzos que se hicieran no se
lograba incorporar sino a decenas de activos, de pronto confluyan cientos y hasta miles de
jóvenes que, a penas los días anteriores, parecían sumidos en la apatía y el desinterés.
6. Lo anterior nos obliga a no confiarnos, pero tampoco caer en e muro de las lamentaciones
aduciendo la actual falta de crecimiento de masas de la Asamblea Nacional Estudiantil se debe
a que los activistas “no trabajan en sus escuelas”. Los procesos son dialécticos, y en la
actualidad vivimos una acumulación cualitativa. De la coordinación de nuestros colectivos
hemos pasado a la coordinación con otros colectivos. De tener información y propuestas para
Documentos de Reflexión para la Asamblea Nacional Estudiantil. Movimiento Revolucionario de Masas.
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Movimiento Revolucionario de Masas.
nuestras escuelas, hemos pasado a coordinar acciones en el sector educativo de manera amplia,
en otros planteles, no solo los nuestros e incluso en otras instituciones educativas. De tener una
política únicamente para nuestro espacio de trabajo, en la vía de los hechos, hemos pasado a
tener una política nacional al incorporar a nuestra coordinación a compañeros de diferentes
Estados de la República. De discutir cuestiones internas, gremiales (las credenciales, las
cámaras de vigilancia, el porrismo, los cobros ilegales), hemos dado un salto a la discusión
política, a los problemas generales (la Huelga Política Nacional, el Congreso Social, la
Asamblea Nacional de la Resistencia Popular, la Revocación de Mandato de Calderón, el
Nuevo Constituyente, la Nueva Constitución, la lucha política nacional). Ahora esas cuestiones
gremiales se ligan a las políticas e incorporan (aunque tal vez no al paso que nuestra voluntad
quisiera) a nuevos activistas, a compañeros que antes no tenían participación política. De
organizaciones que en muchos casos ponían en primer plano sus intereses particulares, de
grupo, de secta, ahora hemos pasado, al menos la gran mayoría, a organizaciones que ponen en
primer plano la coordinación general, los intereses generales, la política general, los intereses
del movimiento.
7. Todos estos saltos cualitativos, darán paso de manera dialéctica, si los sabemos conducir, si
sabemos coordinar y dirigir políticamente el trabajo, a saltos de cantidad, a masificación de las
propuestas, de los proyectos, a incorporación de la comunidad, a lucha de masas.
8. Para lograr lo anterior es indispensable también que logremos incorporar a los intereses
concretos de las masas en nuestras propuestas políticas y organizativas. Es indispensable que
logremos que la comunidad encuentre en el movimiento respuesta a sus inquietudes, que se
aprenda a organizar. No existe forma de aprender a luchar que no sea luchando. Por lo anterior
tenemos que lograr vincular de manera práctica a todos los que así lo deseen. En el movimiento
debemos generar tareas y actividades que sean capaces de incorporar prácticamente a todos, que
todos sientan que aportan algo, que todos sientan un grado de responsabilidad y participación.
Esto requiere una gran capacidad organizativa por parte de quienes actualmente estamos
participando. Requiere también que renunciemos a protagonismos y sectarismos, que
entendamos que el movimiento solo será capaz de aportar toda su potencialidad en la medida
que se masifique, que todos somos necesarios y que todas las fuerzas tienen algo que aportar.
9. Debemos crear en el movimiento espacios de discusión política. No podemos seguir llegando a
las asambleas con prisas y pragmatismo. Es cierto que el plan de acción nos da tareas concretas,
pero este plan de acción, estas tareas, deben surgir ineludiblemente del análisis, de la discusión
política. En la actualidad el movimiento es sumamente heterogéneo y una de las tareas
prioritarias del movimiento es comenzar a homogeneizarnos, compartir análisis, lo que nos dará
un mayor nivel de identidad y de unidad de acción.
10. Por otro lado existen en la actualidad grupos que reclaman la paternidad sobre el movimiento
estudiantil y que en lugar de acudir a la Asamblea Nacional Estudiantil, en donde confluyen la
mayor cantidad de fuerzas del movimiento, buscan crear asambleas paralelas para tratar de
agenciarse la representatividad del movimiento. Nuestra respuesta en todo momento debe ser el
llamado a la unidad. Debemos entender que el movimiento solo será fuerte con la participación
y coordinación de todas (o al menos la mayoría) de las fuerzas progresistas. No debemos caer
en la disputa por definir que asamblea es más representativa, sin lugar a dudas lo que debemos
Documentos de Reflexión para la Asamblea Nacional Estudiantil. Movimiento Revolucionario de Masas.
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Movimiento Revolucionario de Masas.
Estos son algunos elementos de reflexión sobre las necesidades actuales del movimiento estudiantil.
Esperamos que sea de interés.
Franky.