En la tercera parte del Discurso del mtodo se encuentra a Descartes interesado en darse

unas mximas para regirse bien en su vida. La tarea parece trivial, solo es cuestin de
exponerlas, explicar las razones por la cuales ha pensado seguirlas y, por ltimo,
practicarlas cuando le sea necesario. Pero la cuestin pasa de consistir en una mera
descripcin a representar un gran problema que Descartes, por lo menos, adverta de
antemano, porque antes de plasmar las mximas lo confronta a s mismo una duda: tiene
previsto que son tres mximas