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2990872015, jSSEFINA La Cantante Pe een InicioNumers tematic »Blogs »Entrevistas »Arte »Sobre Jo inaContacto: Lo que vi - Eduardo Pellejero Foto de Ramon Lopez Seco de Herrera Orson Scott Card decfa que era necesario distinguir entre el horror, el espanto y el terror, “El espanto es la tensién por la que sabemos que debemos temer algo pero atin no lo hemos identificado. El terror se produce cuando vemos lo que tememos, El horror es la huella después de que ha ocurrido lo que temiamos.”” Pasa, no deja de pasar, pasa todo el tiempo, y cada vez es mas dificil sobreponerse al estruendo de las bombas, al rumor incesante de los mercados, al silencio escalofriante de los medios de comunicacién. soe — (Por qué no desviaste la vista cuando la muerte de la paloma era inevitable, S.? ipuvnnw josetnaacartarte comprojecto-que-vi-tragmento-ecuardo-palleero 15 29052015 > Loew -EtuerdoPelero — Vos sabés que precisaba ver, iduardo. —Si, pero gpor qué asi, hasta el final? — (Te parece que si desviase la mirada cambiaria alguna cosa? —No te doleria tanto, supongo. —Doler, ya no me duele. No te preocupes. — Yo, en cambio, no puedo dejar de ver ese dolor en tu mirada — Todos somos iguales ante el dolor y la muerte —Pero yo no me atrevi a ver, yo desvie la mirada, —No sabria qué hacer con eso. Creo que me volveria loco. — Como Marguerite Duras, ~ Tal vez si no hubieses estado conmigo, si no hubieses estado preocupado de que no mirase, hubieses mirado sin miedo. Quizas hasta hubieses escrito sobre eso. —No sé. A veces siento que escribo para no tener que ver. —Pero me ves a mi, verdad? Ves el dolor en mi mirada, y no desvias la vista, de este dolor comin a Ja paloma, a tu escritura y a mi. — jNo me digas que ahora me vas a hacer escribir sobre la paloma! —Murié sin dolor, me dijiste. Te acordas —No es cierto. —Claro, me dijiste: “por lo menos fue rapido, no debe haber sentido nada”. —No, digo que el dolor sigue, que la muerte sigue, que no nos deja —Hoy murieron treinta y cinco afticanos mas en la costa de Lampedusa. — Igual que la paloma, Nadie los vio. Parece que se los hubiese tragado el mar. tee Duras dice que hubo una época en que pasaba mucho tiempo sola en su casa, en una soledad tan grande que podia presentir la locura. Un dia vio una mosca agonizando en la pared. No fue algo rapido. Duras se sent6 en el suelo y se qued6 quieta. No queria asustarla. Por momentos alentaba una pve josefnalacartante comiprcjecto-quewi-fragmento-ecuardo-paleero 25 29052015 > Loew -EtuerdoPelero vana esperanza de que la mosca se recuperase, de que pudiese vivir, no podia hacer mas, es imposible ayudar a una mosca en esas circunstancias. Al mismo tiempo, es improbable que esa compafiia le ofreciese algin consuelo a la mosca, que no es bicho de sentimientos. Ni estas ni otras consideraciones posibles hicieron retroceder a Duras, que permanecié ahi hasta el final, resistiendo al deseo de huir. Sabia que debia mirar. La muerte de una mosca, escribid, es la muerte: la de un perro, la de un caballo, la de los judios, la del proletariado, la de todas las guerras. La muerte de aquella mosca comin, de “aquella reina negra y azul” eee Durante el Ultimo afio, mas de tres mil personas han muerto ahogadas en las aguas del Mediterraneo. Hombres y mujeres y nifios que escapaban del hambre y la violencia, de la miseria y la guerra, cada quien escapando de su infiemno particular, buscando una vida — no una vida mejor, apenas una vida Desde las costas de Turquia siguen haciéndose al mar, en embarcaciones precarias y sobrecargadas, que naufragan con una frecuencia espantosa, Vienen a veces desde muy lejos, se diria que de otro mundo, aunque estan hechos de la misma sustancia de las que estamos hechos cada uno de nosotros. Su muerte es la muerte, aunque no digamos nada, no demos constancia de nada, aunque miremos hacia otra parte. Los niimeros son terribles, pero son apenas eso: numeros. Las imagenes que, sin énfasis, rescatan fugazmente los diarios y la television, acompafiadas sisteméticamente de los datos sobre la inmigracién en Europa, tampoco hacen la menor diferencia, Unos y otras dan lugar de inmediato a discusiones que no guardan la menor relacién con la tragedia que ahi tiene lugar: el Mediterraneo convirtiéndose en una fosa comun, Nadie quiere saber. Después de todo, el problema no parece tener solueién. Mejor no hacerse mala sangre. En 1969, Harun Farocki producia Fuego inextinguible, una rara pelicula en la que se preguntaba como era posible hacer que la sociedad de su época abriese los ojos para la guerra de Vietnam; como mostrar el napalm, por ejemplo, sin que el publico desvie la mirada o se recuse a escuchar, olvidando a seguir todo el asunto. La pelicula comienza con la carta de un joven vietnamita de veinte afios, Thai Bihn Dahn, quien escribe que la tarde del 31 de Marzo de 1966, mientras se encontraba lavando los platos, una incursién aérea norteamericana sobrevolara su aldea, arrojando bombas de napalm, una de las cuales acabé por caer muy cerca de él, quemandole el rostro, los brazos y las piernas. Acto seguido, Farocki ofrece una débil demostracién de cémo funciona el napalm, infringiéndose una quemadura de cigarrillo en el brazo, un gesto inesperado y chocante, que espera nos obligue a abrir los ojos para lo que viene a seguir, que es la exploracién de fa terrorifica economia del napalm. En un ensayo reciente, Didi-Huberman ha mostrado, de forma aguda y original, el modo en que esa quemadura metonimica es capaz desarticular las defensas y la mala voluntad en los que no quieren saber, en aquellos que preferirian no ver. Hay un deialle, en todo caso, que quiz4 no pase desapercibido: antes de que cayeran las bombas, Thai estaba lavando los platos. Esa imagen, de una cotidianeidad que dificilmente encuentre lugar en nuestra imaginacién cuando escuchamos noticias de una guerra distante, nos intima, nos desarma, nos deja expuestos. Casi puedo imaginarlo, quiero decir ponerme en su lugar (aunque intente evitarlo, algunas veces me toca lavar los platos). Luego, no extrafia que, al arder, la imagen del cigarrillo me queme en la piel (y el cigarrillo arde apenas a 400 grados, en cuanto que el napalm llega a los 2000 grados) {Cémo hacer para sentir lo que pasa en el Mediterraneo, para dejar que nos afecte? {Qué imagen sera capaz de hacer que abramos los ojos, de despertar nuestra empatia y nuestra sensibilidad, de apelar a nuestro compromiso y nuestra responsabilidad? Carmen me decia que habria que conocer esos rostros, antes de que, hinchados y carcomidos por la corrupcién, vayan a dar a la costa italiana. Mostrarlos, en Ja imagen de los que cruzaron y vivieron, o en la de los que se quedaron, en la de los que los vieron partir, para tener una nocién de lo que es y significa que hayan muerto de esa forma, para entender lo que es y significa que sigamos dejando que mueran de esa forma En cuanto sigamos reduciéndolo todo a cuestiones legales y demograficas, en cuanto continuemos pve josefnalacartante comiprcjecto-quewi-fragmento-ecuardo-paleero 38 29052015 > Loew -EtuerdoPelero hablando de inmigrantes ilegales y de clandestinos, en cuanto sigamos aludiendo tasas de desempleo y rombos en la seguridad social, nada de lo que pueda haber pasado o pueda venir a pasar tendr una existencia auténtica, una realidad efectiva, y la gente seguira muriendo, Roberto Saviano escribié “Repite una noticia todos los dias, con las mismas palabras, con el mismo tono, y lograras que ya no se escuche. Esa historia no recibird atencién, parecer la misma de siempre. Sera la misma de siempre.” Mientras tanto, las instituciones reducen todo lo que ha pasado y continta a pasar a una mera cuestién de calculo, como si fuese posible calcular el costo de salvar una vida sin abdicar por ese gesto de nuestra humanidad. Nadie puede de derecho establecer lo que una vida vale, aunque de hecho ese célculo sea realizado cotidianamente, y no sélo en la administracién de las fronteras. En esa nueva forma de la banalidad del mal, que despierta tantos ecos del holocausto, y no en los fantasmas del mal radical que agitan nuestros gobernantes, radica nuestro mayor desafio. Los limites de nuestra imaginacién para articular una solucién politica no pueden endurecer nuestra sensibilidad ni asombrar nuestro entendimiento, Algo tiene que cambiar. No es posible seguir viviendo de esta manera Cuando me preguntan cémo es la vida en el Brasil, y hablo de los enormes problemas a los que nos enfrentamos (problemas de discriminacién y de indigencia, de marginacién y de violencia), la reaccién mas comin en mis amigos europeos es confesarme que no serian capaces de vivir en un lugar asi, en el que no pudiesen andar por la calle con tranquilidad o salir a la ventana sin depararse con el especticulo de la miseria Los entiendo perfectamente. Nadie puede vivir en un lugar asi, al menos no sin hacer algo, sin exigir justicia, sin comprometerse para que cambie. Ni en Brasil ni en ninguna parte. Los cuerpos que van a dar a la costa del mediterréneo cada dia, gastados y desfigurados por la corriente, comienzan a hacer de Europa un lugar asi Lo que vi es un fragmento del préximo libro de Eduardo Pellejero te Foe on ‘duardo Pellejero, Argentino de nacimiento, portugués por adopcién, residente en el Brasil, apatrida por conviecién, Actualmente es professor de Estética Filoséfica en la Universidad Federal de Rio Grande do Norte. + ensayo * hospitalidad * Mediterraneo Josefina La Cantante Puerta Nueva 15 -30001 Murcia pve josefnalacartante comiprcjecto-quewi-fragmento-ecuardo-paleero 45, 2990872015, » Loque wi -Eterdo Pelljero ISSN 2386-9452 ipivnew josefnalacartante comipeojecto-quevi-fragmento-ecuardo-paleero 55

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