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| INSTITUTO CARO Y CUERVO DEPARTAMENTO DE DIALECTOLOGIA HOMENAJE A JOSE JOAQUIN MONTES GIRALDO EDICION DIRIGIDA POR MARIANO LOZANO RAMIREZ Estudios de Dialectologia, Lexicografia, Lingiiistica General, Etnolingiiistica e Historia Cultural BOGOTA 2005 INDICE GENERAL Pigs. Presentacién, por Mastaxo Lozano Rantinez ..... 1x I. SEMBLANZA Runéw Amnorens Toro, Proyecciones de una tradicién lingiifstica 3 Victor Vitra Mayia, Una comunidad lingiifstica virtual ...... 53 Ii. DIALECTOLOGIA Cravpio Wacner, Estratigrafia lingiifstica en el espafiol de Chile 81 Rocio Canaveno, Sobre el corpus en la dialectologia actual .... 94 Awron1o Quits, Apuntes sobre la fauna silvestre boliviana a la luz de las encuestas del Atlas Lingitftico de Hizpanoamérica 108 Matraxo Lozano Raminez, El Atlas LingiiisticoEtmogrdfico de Colomaia y la geografia lingiiistica: vigencia de un método 132 Mania Berwanva Espejo Oxaya, Muestra de eufcmismos en Co lombia José Luts Rivarota, Realidad y ficcién del espafiol andino .... 170 Guonta Esprnawza Duarte Huerras, Actitudes idiométicas de los hogotanos frente a los dialectos del espafiol de Colombia .. 197 Paota Benrivootto, Kefsren Gumapo y Guitrernina Sudrez, Ta variacién entre para~ pa en el habla de Caracas .... 214 Aponro Exizamcix, Los estudios sobre variacién lingiistica en el Cono Sur hispanohablante con especial referencia a Uruguay 238 Meacees Sepano, Muy/bien interesante, muy/bien lejos: usos y creencias .... IN, LEXICOGRAFIA Givrien Hazwsex, Los americanismos en los diccionarios bilin- giles del espaol 279 LA VARIACION ENTRE PARA ~ PA EN EL HABLA DE CARACAS 1. Inrropuccréy * El propdsito de la presente investigacién es analizar en cl espafiol hablado de Caracas (Venezuela) la variacién que se da en el uso de la preposicién para entre su forma com. pleta y la abreviada pa, como se ilustra en el ejemplo (1) en el que el mismo hablante emplea en contextos casi idén- ticos una vez para y otra, p. (1) a. /Forma completa/ me voy para Nueva York (cb 1 ma. 87) b. /Forma reducida/ me fui pz Nueva York (cb 1 ma. 87) La mayorfa de los estaclios gramaticales sobre las prepo- siciones del espafiol se refieren a éstas de manera gencral con ejemplos que provienen, en su mayoria, de textos litera- rios®, No ast las investigaciones dislectoldgieas sobre el habla * Agradecemos a Mercedes Sedano sus acertados comentarios y suge- rencias; huelga decir que todos los errores so fei yn de nuestra entera respon- 1 E] eédigo que aparece al final de los izqui 2 al gjemplos debe leerse, de izquierd: a derecha, de la siguiente manera: 1) ¢ = Caracas; m) el grupo pemmtietoaal al que pertenecen los hablant 14.30 afios, b= 30-45, ¢= 45.60, y 426) 5¥ mis aos; un) nivel soioecontmico del habla 1=alto, = medio, 5 = bajo: 1) sexo: f = femenino, m = masculing; y v) iden- tfleacién. de eada hablante dentro de su casilla (a, 6, ¢ y d). Para una sleseripadat mis detallada, véase Bentivoglio y Sedano 1993. ® Véase, por ejemplo, Araxcos Lronacs, 1994: 14). PARA ~ PA® EN Hh MADLA DI OARAGAS 215 le los paises hispanohablantes, como se comentard detallada- mente en la seccién 2. No hemos podido encontrar, hasta ahora, ningan estudio cuantitativo dedicado a ta variacién analizada en la presente investigacién, lo que, desde hnego, no excluye que algtin trabajo que no hayamos alean- zado a conocer. La motivacién para el presente analisis nace de la obser- vacién no sistemftica de cémo hablantes pertenecientes a diferentes niveles tanto socioeconémicos como culturales utili- zan ambas formas (para = pa) en situaciones de habla y con- textos muy parecidos. De alli que nos hayamos propuesto determinar cudles son Jas variables lingiifsticas (fonoldgicas y seménticas) y/o sociolingitfsticas (sexo, edad, nivel socio- econémico) que podrian influir en Ja alternancia para=pa en una muestra del habla de Caracas, grabada en 1987. EI presente articulo est organizado en los siguientes apartados: en el primero, nos referiremos a los antecedentes de estudio que sirven de apoyo al andlisis; en el segundo, describiremos los métodos de anilisis; en el tercero, presentare- mos los resultados obtenides por medio del andlisis estad{stico de Jos datos, y en el cuarto, ofreceremos algunas conclusiones. 2. AWNTECEDENTES DE ESTUDIO Hasta donde Iegan nuestros conocimientos actuales, no hay verdaderos antecedentes para el estudio de Ja alternancia para—pa dentro del marco de la sociolingifstica variacionis- ta®. Desde luego, la alternancia de las formas de la preposi- ida, la completa y la reducida, se menciona en todos los estudios dialectolégicos consultados, entre ellos algunos dedi- cados al espafiol americano: de Chile (Onoz, 1966), del Pert (Benvenuto Murnmeta, 1936), de la costa ecuatoriana (Tos- cano Mateus, 1953), de Colombia (Currvo, 1939, 1944; Frérez 3 Para més infocmacién sobre la sociolingiiistica variacionitsa, véanse las obras escritas en espafiol por Moreno Ferndndez, 1998 y Silva-Corva- lin, 2001. 216 2. MINTIVOGLIO, K, BUTRADO ¥ @, sUARIA 1951 y 1973), de Venezuela (Carcafio, 1949 y Mosowyt, 1970), de Santo Domingo (Henriourz Urea, 1940), de La Habana, Cuba (Haven y Mariuck, 1977); de Jalisco, México (Cén- penas, 1967); de Nuevo México (Espinosa, 1930 y 1946)*. En los testimonios citados, se registra el uso pero no su fre- cuencia. Hay observaciones importantes, algunas de tipo foné- tico, otras de tipo socioling’ Ene las primeras, Cuervo asevera que la “r se desvanece en medio de palabra entre dos vocales” y que en Andalucfa asf como “en toda la regién de las Castillas, Leén, la Montaiia y adn en Aragén, pierden la r ciertas voces de uso muy frecuente: para, paa, pa” (1944: 40-81)". Mosonyi también escribe que en el habla de Caracas “no puede pasarse por alto la pérdida de la r en numerosos casos [...] corrientes en las preposiciones para y por y en la conjuncidn pero. Ejemplo: pagui (para aqui)” (1970: 62). Haden y Matluck observan que en el habla culta de La Ha- bana la’ vibrante /r/ puede fricativizarse y hasta “caer [...] en cl habla muy répida y en contados morfemas inacentuados y de uso muy frecuente: para allé [pay’]” (1977: 19). Hen- riquez Urefia, por su parte, observa el mismo fenémeno en cl espaiiol de Santo Domingo: “Puede cacr, pero no de manera uniforme, la y intervocdlica en palabras de uso muy freeuente: para.>pa” (1940: 146). Tanto Haden y Matluck como Henriquez Urefia coinciden en adjudicar la forma reducida pa a la frecuencia de uso de esa preposicién. Carde- nas, en su estudio sobre el espafiel de Jalisco, México, encuen- tra que “la preposicién para se pronuncia pa en la conversacién cortiente en frases como voy pa casa, pal campo” (1967: 131) *. + Citamos los estudios dialectales, segiin un criterio geogrifico, desde Ja parte sur del continente americano hasta la parte norte. ® Curavo completa su observacién en Ia nota 2, pigs. 61-82, donde documenta el uso de pa en una obra de Lope de Rueda asi como en muchas regiones hispanchablantes, tanto de Espafia como de América. En esa misma nota hay algunas menciones de pe relativas a Venezuela, uuna de las cuales fue tomada de la novela de Gonzalo Picén Febres, El sargento Felipe (pig. 22): “Nos pasamos a vida pe ganar una miseria”. En esta cita, se trata del habla de uno de Jos personajes de In novela, © Chxoaas, (1967: 131) oftece muchos detalles acerea del uso de pare y que se ilustra en el mapa 20 de su trabajo: “En la frase voy para casa PARKA \ PAX EN TL HANLA DH CARAGAS 27 Joseph Matluck afirma que en el habla del Valle de México la r intervocdlica “nunca se vocaliza ni desaparece (aun cuando se pronuncia con articulacién fricativa), con la tinica excepeién de pa (para) en posicién proclitica” (1951: 83). Algunos de los autores ya citados en pirrafos anteriores hacen comentarios acerca de la distribucién de pa segin el nivel socioeconémico y/o cultural de los hablantes: Rodolfo Oroz observa que “La -r- intervocdlica cae, no sélo en el lenguaje vulgar, sino también en el familiar chileno, en algunas palabras de mucho uso: para>pea> pa; para ir> par-ir (1966: 136)"; en su estudio sobre el Perd, Pedro Benvenuto Murrieta escribe que “La preposicién para se reduce a pa en todo el pais, inclusive en la conversacién ripida de Ja gente culta” (1936: 111). Luis Flérez afirma que en el espafiol bo- gotano para “alterna con pa en cl habla familiar de personas educadas” (1973: 100); afios antes habfa escrito que “para se reduce ordinariamente a pa en Ja pronunciacién de toda clase de personas. Ante a y en lenguaje descuidado [para] se simpli- fica con frecuencia en p” (1951: 213), observacién confirmada por Montes Giraldo, quien sefiala que en Colombia la tenden- cia a suprimir la @ inacentuada, cuando ésta ¢s contigua a otra vocal es més frecuente en el habla vulgar que en el habla culta © formal (2000:106). Julio Calcafio, en su obra sobre el castella- no en Venezuela, se excusa de callar “ciertas vulgaridades propias de la gente mal educada, como las sincopas de para (pa mi, pa ti)” (1949:496). Rosenblat, por su parte, escribe que “La promunciacién pa se da en casi todas Jas regiones hispdnicas, y en Espafia hasta en el habla familiar de la gente Ja forma correcta para apareeié en quince puntos de Ja regién Media-Central y el Sur, en sélo dos ejemplos en los Altos y uno en la Costa. La pronun- Giucién pa aparecié en veinticuatro puntos, principalmente en los Altos, al Norte, los Declives y en la Costa. En la mayorla de Jos ejemplos del Sor y la regién Media-Central coexiste con para”. T También Gna Gaya considera que “en el habla vulgar desaparece lar entre vocales con alguna frecuencia, en ciertas palabras como pa, paéce, fu, por para, parece, fuera” (1971: 150-151). 2i8 HN'FIVOGLIO, K, GUIRADO YO, SHARE culta” (1946: 189). Por el contrario, Caleafto considera “vul- "el uso de pa en cl habla de Venezuela, lo que podria se a que su obra es muy anterior tanto a la de los stas chileno y peruano como a la de Angel Rosenblat, ‘ la inclinacién del escritor yenezonalo por el purismo lingiifstico propio de su época. Tiene la mismo opinién el lexicégrafo Santamaria, quien, en la entrada pa de su Diccionario de mejicanismos, considera que esa forma es “muy comtin todavia en el habla vulgar” (1959:778). Lo que nos interesa destacar aqui es que Rosenblat, Oroz y Benvenuto Murricta no limitan el uso de pa a los _niveles menos cultos de la poblacién, hecho que sera confirmado en la presente investigacién sobre el habla de Caracas. En las obras dedicadas a Ja fonética y fonologia del espa- fiol hay varias observaciones que se relacionan con el fend- meno de la alternancia para~pa. Una de las més relevantes para nuestra investigacién es la observacién de D’Introno, Del Teso y Weston (1995: 292-293) sobre “las realizaciones del fo- hema yibrante simple /r/” en posicién prenuclear. Los tres autores sefialan que hay cuatro realizaciones posibles: la vi- brante miltiple [rr], la vibrante simple [r], la fricativa asibila- da [4] y, finalmente, la clisién (|. La descripcién de esta Giltima Variante es la que podria explicar, al menos parcial- mente, los procesos de pérdida de la segunda sflaba (ra) de Ja preposicién. D’Introno e¢ alii (1995: 292-293) escribe que /r/ s¢ elide “en ciertos dialectos cuando va precedida de vocal |. . “a mira para acd se realiza a veces m[i\d pa cd, hubiera se realiza a veces hubli]é, fuera se realiza a veces f[u]4, ctc.”. En la preposicidn para, el fonema /r/ se halla justamente precedido por la vocal /a/, lo cual puede ocasionar la pérdida de /r/ y la consiguiente asimilacién de los dos fonemas vocélicos que, después de la pérdida de /r/, vendrian a ocupar posiciones contiguas, fendmeno que se corresponde perfectamente con Jo que sefialan muchos de los dialectélogos mencionados en parrafos anteriores. Un estudio reciente de Llisterri, 2002 ling y quizd también a * La primera edi inde Ja obra de Caleafio aparecié en 1897. EVAKA PAD IN Ih HABLA BE CARAGAS 219 sobre las marcas fonéticas de la oralidad en los llamados chats en espafiol revela que “casi un tercio de las apariciones de para corresponden a la variante con clisidn pa”, y que, ademés, las dos formas aparecen en cl mismo mensaje (alguien de 15 pa arriba para hablar). ‘AI pasar del nivel fonético-fonoldgico al gramatical, ob- servamos que la mayorfa de los estudiosos de la lengua espa- fiola, pese a sus diferentes tenden tedricas. — ALaRcos Luoracn, (1994:214), Atonso y Henniourz Urea, (1967: 292), Lérez, (1970:24), Luque Dorin, (1974: 15), Porrir, (1966: 91), y la Real Academia Espafiola, (1973:125), entre otros— coinciden en describir las preposiciones como particulas relacionantes cuyo término puede estar constituido por? 1) sus- tantivos con o sin determinantes; 1) adverbios; m1) pronom- bres; av) infinitivos con o sin modificadores; v) cléusulas subordinadas, Sobre esta base podria proponerse un anilisis de Ja alternancia para~'pa de acuerdo con el tipo de elemento con el que se construye la preposicién. Puesto que en el presente estudio hemos intentado hacerlo sin obtener resul- tados satisfactorios, consideramos més prudente —al menos por ahora— abandonar la idea de buscar explicaciones a la alternancia en el nivel sintdctico®. ® Fl andlisis que hemos realizado antes de renunciar a Ja idea de buscar explicaciones en el nivel morfosintéctico revela lo siguiente: 1) los simagmas cuyo mlicleo ¢ ua sustantivo junto a las subordinedss finales con infinitive (para~pa terminer el bachilerato) 0 con que-+ subordina- da sustantiva (ara~pa que mi papd no se diera cuenta) presenta una distribucién casi idéatica, entre 4694 y 51%} m™) favorecen claramente la variante pa los adverbios (pa abajo) con el 71% de Jos casos analizados y 111) Ia variante para obtiene el porcentaje del 69% cuando cl término de la preposicién es un pronombre {pare eso). La prucha estadistica del X* mosird, ademis, que la distribucién no se debe al azar, por Ia que se techaza 1a hipétesis nula, Sin embargo, cuando aplicamos el anilisis multi- variado GoldVarb, nos percatamos de que la variable morfosintéetica (conformada por las categorlas gramaticales de sustantivos, pronombres, dverbios, elusula subordinada con infinitive y con que) se solapaba con la variable seméatica y que, por lo tanto, era necesario climinar una de las dos variables, Por considerar que la variable semintica era, con mucho, Ja més importante, pues atafic a la csencia misma de las construcciones 20 Po MENTIVOELIO, K. GUTRADO ¥ OU ARHE Muchos estudiosos del espafiol se ocupan de los valores semanticos de la construccién formada por Ja preposicién para +> sintagma. Gili Gaya (1975: 254-255) afirma que para puede expresar, de forma mas intederminada que la preposi- cién a, la direccién del movimiento (ir para Bilbao). Asimis- mo, reconoce que para “le da significacién” aproximada a la relacidn de tiempo (para agosto volveremos) y resalta que “la significacién final ha Iegado a ser Ja ms importante de esta preposicién (para ni, para comer, para el trabajo, apto pura estudiar, tela para un vestido)". Luque Durin, 1974, por su_parte, describe los diferentes significados de frases prepo- sicionales con para: 1) movimiento hacia un destino; 1) temporalidad; m1) finalidad; y 1v) expresién de puntos de vista. Potticr, (1970: 145) habla de universo dimensional y de universo nocional; en el universo dimensional incluye los valores espacial y temporal, y en el universo nocional, el valor figurado. Trujillo, (1971:265) clasifica las preposiciones espafiolas en dos grupos caracterizados, respectivamente, por los semas ‘movimiento’ y ‘no-movimiento’; para pertencce al grupo de preposiciones que pueden aparecer en contextos que indican movimiento. De Bruyne, (1999: 678-681) dedica a para un apartado de su estudio sobre los significados basicos de las preposicio- nes, Seguin el lingilista belga pare puede indicar: 1) Finalidad, aptitud, destino que se da a las cosas; 1) movimiento; mt) tiempo o plazo; y 1) relacién de una persona, cosa o situacié- nes con otras. Al margen de la clasificacién semintica, De Bruyne observa que “en el habla popular o en textos que Ja reproducen se encuentra con frecuencia la forma abreviada pao incuso p’ (cuando la palabra que sigue empieza con vocal)”. con para~pa, decidimos prescindir de la variable morfosintéctiea, Cabe también recordar que Suérez, 1998, en su estudio inédito sobre Ja alternancia para~ pa, analiz6 estadisticamente sus datos segiia una variable morfosin- tictiea, cuyas variantes fueron: sustantive, adverbio, pronombre, infinitive ¥ que ++ eldusula subordinada. EL programa estadtstics GoldVarb 2.1 no relecciond como significativa csia variable. PARA ~ PAD EN EL HABLA DE CARACAS 221 3, Mérvovos be ANALIsts 3.1. La muestra y la codificacién de los casos La muestra esta constituida por cuarenta y ocho (48) grabaciones de habla de media hora cada una (veinticuatro horas en total), las cuales han sido seleccionadas del total de ciento sesenta que forman parte del corpus sociolingiifstico de Caracas, 1987 (Cf. Brnvriveciio y Seno, 1993). Los hablan- tes, cuyas grabaciones constituyen cl corpus analizado, son veinticuatro (24) hombres y veinticuatro (24) mujeres dis- tribuides en iguales proporciones en dos grupos generacio- nales (de 30 a 45 afias y de 60 afias o mas) y en tres niveles socioeconémicos (alto, medio y bajo). Los temas tratados son: Ja Caracas de ayer, el crecimiento de la ciudad y su desarrollo urbanistico, el transporte, las festividades patronales, la edu- cacidn, la pol'tica, etc. Fl estilo de habla puede considerarse cuidadoso, caracteristico de las conyersaciones semidirigidas (Stnva-CorvarAn, 2001 : 60-62). que constituyen el corpus anali- zado. La distribucién de los hablantes aparece en el cuadro 1: Cuapro 1: Distribucién de los hablantes de la muestra (Caracas, 1987) | 305 e 60 y més | Total aftos Grupo generacional Sexo Nivel socioeconémico | M es _é Fae cere | ee 16 [3 : Ae 4 a UNTIVOGLIO, K. GUIRADO YG, SUAKIE Se extrajeron del corpus todos los enune’ aparecta para o pa por medio de la funcién del programa WordPilot 2002. Se 3 siguientes, en los que: los en los que cluyeron del anflisis los 1) el hablante usa las dos formas en el mismo enunciado como en (2)— haciendo una pausa entre ambas; en este caso tomamos en cuenta para el andlisis solamente la variante mencionada cn segundo lugar, ya que supu- simos que el hablante descartaba Ia primera variante y preferfa la segunda: 2) a. Se iba para... pa su casa (cb5fc.87) b. Me vine pa... para mi casa (cb5{c.87) 1) aparecen formas aisladas seguidas de pausa —sefialada en la transcripcién por tres puntos (...)— debido a que ¢} cnunciado parece inconcluso y el hablante cam- bia el giro de la conversacién, segin puede aprec se en (3): r 3) a. es una postura siempre para eh ... que no la puedo crect (cbl mb.87) b. Después arreglamos todito pa ... como ibamos a tener el primer hijo (cb5f.87) ul) hay otra preposicién siguiente a para o pa, co- mo en (4):" 4) ibamos pa hacia Quinta Crespo (cd5fa87) w) la variante pa aparece en construcciones con los ad- verbios de lugar (acd, alld, abajo, arriba), precedi- da por otro advervio (generalmente, aqui, abi, alld); estas construcciones pueden considerarse lexi- calizadas,™ ya que en las mismas Ja alternancia 1 Pate caso sélo se da cuatro veces en la muestra analizada, 10 Segiin Waunwen, (1981: 276) Ia lexicalizacién es un “proceso de ine formacién de un elemento lingiifstieo (p. ej, unién de varias palabras) PARA ~ PAD BN 1 HABLA DE CARAOAS 223 para ~ pa casi ha desaparccido en favor de pa, como en (5 de ahi pa acd yo me vengo por Ja acerita, agarrén- dome (d5fb.87) b. Eso eran puros ranchitos. De ahi pa alld, donde dice la entrada de Longaray (cd5fa.87) los caballos, cargados de agué pa allé con el pan que Ilevaban (cd5fa.87) d. de allé pa acé venta lo mismo, porque entonces ve- nia recogiendo (cd5md.87) . ellos estan paseando toda la maftana pa arriba y pa abajo (cd5fd.87) v) la preposicién est4 unida a un pronombre personal mi, y cl significado es andlogo a ‘en miftu opi- nién, en cuanto a mi, a te”, etc., por considerar que estas expresiones se ofrecen cn (6 6. a. yo digo: “No, esto es mentira, esta para mi cs men- tira” (cblmd.87) b. la mujer tiene que hacer lo que es legal. Para mi, para mi, para mi persona, tiene que hacer lo que es legal (cd5ma.87) c. Yo de esa dictadura, no ... te digo que fue un poco ... mala, pa mi fue mala (cd5fc.87) Una vez climinadas las construcciones sefialadas en los puntos (cv), procedimos a la codificacién de los demas casos y los sometimos al undlisis del programa GoldVarb 2000 (Lawnence, Roninson y ‘Tacuiamonrs, 2001). que une clementos de la lengua que funcionan como equivalentes de una palabra sola”, 12No exeluimos que esta construccién pueda darse con pronombres de kegunda y tercera persona, pero en el corpus analizado sdlo hemos encontrado casos con pronombres de primera persona (mf), en algunos casos reforzados por la frase nominal mi persona, como en cl ejemplo (6b). au4 Pe MEN TIVOLI, K. GUtERADD ¥ 4, SUAREZ 3.2, El andlisis estadistico En el cuadro 2 se aprecia la distribucién de todos los casos de para y pa encontrados en el corpus: Cuapro 2 Distribucién de pare~pa En el cuadro 2 podemos observar que la distribucién de las dos formas de la preposicién es muy similar, con una minima diferencia a favor de pa. Eso muestra a las claras que nada puede decirse basdndose tinicamente en la frecuen- cia de aparicién de una de las dos variantes y que, por lo tanto, se justifica un andlisis m4s a fondo con el fin de determinar cudles son las razones (lingiiisticas 0 extralingiifs- ticas) que subyacen a la seleccién de una u otra variante. Los casos de para~pa han sido codificados segin un conjunto de variables lingiifsticas y sociolingiifsticas y, luego, sometidos a un anilisis estadistico realizado por medio del programa GoldVarb 2000, una versién para Windows del pro- grama GoldVarp 2.0 de Rand y Sankoff, 1990, especial- mente discfiado para el andlisis de la variacién lingiifstica’*. En el andlisis, la variable dependiente —ya ilustrada en el] cjemplo (1)— consta de dos variantes, para y pa, mientras que las variables independientes son cinco: dos lingiifsticas y tres extralingtiisticas, 1 Para mayores detalles sobre el programa, véase Moreno Ferndindez 1994, quien no sélo describe minuciosamente ¢] funcionamiento de GoldVarb sino que dedica una parte sustancial de su articulo a la “Interprewacién de lox aniitisis probabilfsticos” (133-142). €PARA ~~ PAD JIN UL. HABLA DE CARACAS 25 A continuacién presentamos los ejemplos correspondien- tes a cada una de las variables lingiifsticas con sus respectivas jantes. En los ejemplos, en la parte (a) aparece la forma plena de la preposicién (para) y en la parte (b), la for- ma reducida (pa). La variable fonolégica toma en cuenta si el fonema que sigue a [a preposicién cs consondntico 0 voeilico; tiene, por Jo tanto, dos variantes. Cuando el fonema siguiente es la vocal /a/ hemos considerado que Ja concurrencia de dos vocales iguales (/a/ en este caso) da por resultado una tinica vocal y, por lo tanto, hemos codificado el fonema consonin- tico inmediatamente siguiente y no esa vocal. Los ejemplos (7-8) ilustran las variantes codificadas: 7) /para~pa + vocal! a. un afio y pico sin trabajar porque no habia trabajo para ingenicros (cd Imc.87) b. ¢cémo hace uno pa enjabonarse con esta batola, Dios mio? (cd3fb.87) ¢, mi mama compraba carne para ocho dias, mjm; hervi- do, todos los domingos (c5fa.87) d. me parecié que aquelfo era mucha agua pa wn hombre (cmb 87) 8) /para~pa +- consonante/ a. jqué malas! era pa burlarnos na/mas cuando ella recitaba (cd3£b.87) b. Me habfa inscrito ya... para terminar el bachillerato (ch3mb.87) c. primero que nada le hacian un vestido seguro para Semana Santa (cd 1 fa) d. Yo me casé por la mafiana y después nos fuimos pa Macuto y mas nada (cd3£.87) e. que si vimonos para casa de fulanito, vimonos para exsa de perencejito (cb3b.87) 226 V. MINTIVOOLIO, K, GUIRADO ¥ oO, sUARIE f, metras pa jugar “pepa y palmo”, que era una cosa que uno abria un hueco (cd5ma87) La distribucién y los correspondientes porcentajes se pre- sentan en el cuadro 3: Cuanro 3: Distribucién de para~pa segin fonema (consondntico 0 vocélico) siguiente Variable para Consonante N 576 En el cuadro 3 se puede apreciar que la presencia de un fonema consonntico después de la preposicién favorece la variante pe (55%), mientras que los fonemas vocdlicos la desfavorecen (35%). Fl resultado de la prueba del X? permite rechazar la hipétesis nula, ya que el valor de P (00000) es menor del limite establecido (P < 0,05) en los estudios socio- lingiifsticos. En este caso puede concluirse que no hay ninguna probabilidad de que el tipo de fonema (consondntico 0 vo- cilico) siguiente no incida en el uso variable de para~pa. La variable seméntica, gue se desprende del significado total del contexto construido con Ja preposicidn, tiene tres variantes (finalidad, direcctonalidad y temporalidad), cada PARA PA) TOIL HANA OW CANAGAS 27 una de las cuales corresponde a los tres primeros significados asociados a la preposicin para en la clasificacién de De Bruy- ne, 1999 mencionada en Ia seccién 2. Hemos descartado el cuarto significado —el de relacién de unas personas, cosas 0 situaciones con otras—"* propuesto por el lingiiista belga, porque no hemos encontrado ningtin caso con estas caracte- risticus en el corpus analizado, Los ejemplos de los tres tipos de significados contemplados en la presente investigacién se presentan en (9-10): 9) /Finalidaa! a. En el examen que se hace para entrar fai una de las mejores (cb3£d.87) b. fbamos tempranito y nos colesbames pa comprar leche barata (cb5f87) 10) /Dircecionatidad a, Sé que a mi me mandaron para la casa de un vecino (cb 1 mb.87) b. Nosotros thamos ja ef cero el Avila (cbl £2.87) 11) /Temporatidad/ a. eseribeme esto a méquina para matiana (cb5tc87) b. dafiino de nosotros pa aguelle época, de los mucha- chos, pues, era pelear a diario (ed5mc87) Las frecuencias absolutas y relativas correspondientes se presentan en el cuadro 4: 4 Pave principiante no lo ha hecho mat, Para obispo era guspo, sin duda. Hace unos ates una reunibn de solidaridad para con et pueblo de Chile se celebré en Polonia, son algunos de los ejemplos citados por De Bruyne (1999: 680). 228 P. ALNTIVOGLIO, K, GUIRADO Y a, SHAKER Coapro 4: Disiribuctén de pare~pe segtin el significado | Variable para pee Total = %| N 556 (367 m3 58 % 60 40 | Direceionalidad N wa 419 59337 % 30 70 | ‘Temporalidad N 37 26 83 5 % 68 32 Total N 787 812 1,599 So 49 St 2g.) P = 0,0000 En el cuadro 4 puede observarse que pera es la forma preferida cuando el sintagma preposicional tiene el significado de finalidad o temporalidad (60% y 68%, respectivamente), mientras que p¢ muestra una frecuencia relativa muy alta (70%) en los contextos que expresan direccionalidad. Este tiltimo resultado es consitente con Jo observado por Cardenas 1967 en el habla de Jalisco. La distribucién de los dates segdn los tres significados ha resultado también no aleatoria, se- gin la prueba del X*. Las frecuencias absolutas y relativas obtenidas en el and- lisis de los datos de acuerdo con las tres variables sociales se ofrecen en los cuadros 5, 6 y 7. VARA ~ PA® TN BL HABLA DE CARAGAN 229 Cuapro 5: Distribucién de para~pa segiin edad de los hablantes Variable parc pa Toul = -% Grupo B (3045 afios) N 381 357 78 46 % 51 49 Grupo D (60 afos == N 406.455 8654 y més) % 48 52 Total N 787 812 1.599 % 49 51 X¥ can correccién de Yates = 3,00 Ig. dt P= 0,0831297 Los resultados del cuadro 5 muestran que no hay dife- fencias relevantes entre Jos dos grupos etarios considerados. Lu aplicacién de Ja prueba del X* indica que la edad no parece incidir en Ia alternancia para~ pa (P = 0,08 < 0,05); sin embargo, podemes observar cémo la mayor frecuencia de para se da entre los hablantes que tienen de 30 a 45 aiios y, de forma complementaria, la mayor frecuencia de pa se MA entre los hablantes de 60 afios o més. El andlisis de la segunda variable social, que correlaciona el nivel socioecondmico de los hablantes (alto, medio y bajo) con ¢] uso variable de para~ pa, proporciona los resultados que aparecen en el cuadro 6: 230 }. BIENFIVOGLIO, K, GUMKADO ¥ 0, SUARIE Cuapro 6: Distribucién de pera~pa segin el nivel socioeconémico “Variable Para pe Toul =% | Alto N 335 49 384 4 % a7 13 Medio N 299 93 392 24 % 76 24 Bajo N 153 670 823 52 % 18 82 ‘Total N 787 812 1,599 % 49 51 El cuadro 6 indica claramente que hay grandes diferen- cias entre el nivel bajo y los otros dos niveles sociocconémicos (alto y medio): estos dltimos alcanzan, respectivamente, cl 87% y 76% de uso de la forma plena para, mientras que el nivel bajo muestra un porcentaje altisimo (824) de uso de pa. Bste resultado se refleja en la prueba del X°, la cual de- stra que el uso variable de para~pa se relaciona de ma- era inequivoca con el nivel socioecondmico al que pertenecen los hablantes. La tiltima variable social considerada en el andlisis. es cl sexo (femenino 0 masculino) de los cuarenta y ocho ha- blantes; las frecuencias absolutas y relativas se ofrecen en el cuadro 7: PARA ~ PAS UN EL HABLA Dil OANAGAS 231 Cuapro 7: Distribucién de para~pa segtin la variable sexo Variable pra opaSs«CSTotals:«0,05) de que la variable sexo incida en el uso de para~pa. Al observar Jos resultados ofrecidos en los tres tiltimos cuadros (5, 6 y 7) pedemos darnos cuenta facilmente de que el nivel socioeconémico es el més relevante en el andlisis ile las formas para y pa. 4. ANA.isis MULTIVARIADO Y DIScUSION EI andlisis estadistico realizado por medio del programa GoldVarb 2000, ya mencionado en la seccién 3.1, nos ha 232 PD. MENTIVOOLIO, K. GUMRADO ¥ @, sti permitido analiza conjuntamente todas las variables lingiiis- ticas y extralingiifsticas para determinar eémo contribuyen al uso de Ja forma reducida pa. El andlisis probabilfstico arroja los resultados que se presentan en el cuado 8, en el que solamente aparecen, en orden jerarquico descendente, las va- riables seleccionadas por el programa. Las variantes de cada variable también aparecen ordenadas jerésquicamente —de mayor a menor— segtin los valores probabilisticos obtenidos. Cuapro 8: Contribucién de las variables independientes a la forma reducida pa = Piso Vanuapuas N¥ pp easos propaniListico Nivel socioecondmico Bajo 670/823, 0,802 Medio 93/392 0,241 Alto | 49/384 0,139 Seméntica i Direecionalidad 419/593 0,657 Finalidad 367/556 0,408 ‘Temporalidad 26/83 0375 Fonoldgice ~ Fonema consonantico | 701/1.277 0543 Fonema vocitico 111/322 0.336 Edad Grupo D (600 mis aiios)} 455/861 52 0540 _ Grupo B (30-45 afios) 357/738 48 0454 N= 1.599 Impuc 0,505 P= 0,011 _Verosimilieud =-716,126 | Para interpretar los resultados del cuadro 8 es necesario tener presente que en este andlisis los pesos probabilisticos superiores a 0,500 contribuyen significativamente a la variante pa, mientras que los pesos inferiores a 0,500 no lo hacen. 233 SOVNRA SPAS MN te TABLA I Cat La contribucién de una variante al uso de pa es tanto mayor evanto mas alto es su peso. Fl cuadro 8 muestra que el programa estadfstico Gold Varb 2000 ha seleccionado dos variables lingiiisticas (la seméantica y la fonoldgica) y dos sociales (nivel socioecondmico y dad), y ha climinado la variable sexo, por no ser significativa. La contribucién més importante se debe a la variable nivel socioecondmico, ya que el nivel bajo muestra un peso pro- babilfstico muy alto (0,802). El programa ha seleccionado como segunda variable mis significativa Ja semantica, cuya variante direccionalidad contribuye al uso de la forma pa con un peso de 0,657. La variable fonoldgica es la tercera en orden de significatividad y la variante que mas contribuye a la aparicién de pa es el fonema consondntico que sigue a la pre- ién con un peso de 0,543. La cuarta y tltima variable icidn de pa es el fonema consonantico que sigue a la preposicién con un peso de 0,543. La cuarta y tiltima variable seleccionada es Ja edad: el grupo etario de 60 afos 0 mé tiene un peso de 0,540, Si examinamos el conjunto de los resultados obtenidos por medio del programa multivariado, podemos concluir que, desde el punto de vista lingiiistico, lo que parece favorecer el uso de pa es la convergencia del significado direccional del sintagma preposicional con la presencia de un fonema con- jondntico en cl segmento siguiente a la preposicién. Desde el punto de vista extralingiiistico, al uso de la forma reducida de la preposicidn, el factor més significativo es el nivel socio- econdmico bajo y, en menor grado, la cdad superior a 60 afios. lil andlisis realizado pone de manifiesto que, en el habla de Caracas, en 1987, la mayor probabilidad de que se use pa en lugar de para se debe al efecto conjunto de las variables lingiiisticas y extralingiifsticas mencionadas. 5, Cone ustonss Lin la presente investigacién hemos analizado una mues- tra del habla de Caracas con el fin de determinar cual es el conjunto de variables que podrfan dar cuenta de Ja alternancia 24 P MUNTIVOEHIO, K, GUERADO ¥ 0, sURREE, entre la forma completa (para) y la reducida (pa). Para tal fin —baséndonos tanto cn las observaciones de dialectélogos, fondlogos y semantistas como en nuestras propias presuposicio- nes— hemos propuesto un conjunto de variables lingiifsticas y extralingiifsticas para analizar la variacién para~pa, Los resultados obtenidos permiten concluir que cl nivel socio- econdmico bajo de les hablantes asi como el significado direccional del sintagma construido con para~pa son las variantes més significativas para el uso de pa. Adems, con- tribuyen significativamente al uso de la forma reducida la encia de un fonema consondtico en el segmento inmediata- ente siguiente a la preposicién y al grupo etario igual 0 superior a 60 afios. El analisis también muestra que la altes- nancia entre las dos formas de la preposicidn es de tipo cuantitativo pero no cualitativo, ya que, si bien los hablantes del nivel sociocconémico bajo influyen de manera decisiva en el uso de pa, los hablantes de los niveles medio y alto también usan esa forma, aunque en proporciones mucho mas reducidas. Debemos reconacer que el presente estudio cs sdlo el primer paso hacia una caracterizacion més precisa y amplia sobre la variacién para~pa en ¢l espafiol hablado. Sera ne- cesario analizar datos de varios dialectos diferentes y someter Jos casos a un atento andlisis espectrografico con el fin de determinar con cierta precisiéa los procesos fonoldgicos que pueden explicar el uso variable de la preposicidn. Tam- bién valdré Ja pena investigar las razones que influyen tan poderosamente en el escaso uso de pa por parte de los hablantes de Jos niveles sociceconémices alto y medio, razo- nes que podrian encontrarse en el mayor grado de educacién formal de esos hablantes, lo que implica una mayor exposi- cidn a fa lengua escrita, en Ja que suponemos la variante més usada es pera. Lamentablemente no disponemos atin de an4- lisis cuantitativos que sustenten esta dltima afirmacién. Paota Bentrvoctio, Krisre. Guirapo y Guitennmona SuARez Universidad Central de Venezuela PARA ~ PAS EN EL HANLA DR CARAGAK 235 BIBLIOGRAFIA Avancos LuonActt, Exsttio, Gramdtica de le lengua espaiiola, Madrid, Espasa Calpe, 1994. Atonyo, Asano y Penno Hennfovex Unis, Grumdtica castellana, Buenos Aires, Losada, 1967. Iinvrivociie, Paota y SeANo, Mencevus, “Investigacién sociolingiifstica: sus métodos aplicados a una experiencia venezolana”, en Boletin de lingiistica 8, 1993, pags. 3-35. 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