Q rno produce necesariamente una explotacién 2)AREAS 17 174 abusiva, si ésta provoca una alimentacién indu- ‘ida que aumenta las entradas del acusfero 0 bien el volumen de reservas sea tan grande que sus efectos son pequetios y tan sélo apreciables después de un gran periodo de tiempo. Sobreexplotar un acuffero seri la explotacién ‘en régimen de desequilibrio, sin embargo, el concepto tiene un sentido més complejo que el de extraer mis agua que su alimentacién media ¥ agotar sus reservas. Fs posible explotar las aguas subterréneas determinando los efectos negativos que se producirfan e imponer los limites, Definir estos limites y su flexibiidad es tan importante como evaluar el caudal medio anual de un acutlero para ajustar mejor su explotacién, Castany y Margat (1971) en su Diccionario de Hidrogeologia definen la sobreexplotacién como la *Explotaciin de cantidedes de agua subterrinea excesive, en relacin & una norma filada, en funcion de diversas limitaciones y articularmente en relacién al caudal de pro~ duccién asegurado, ligado a la conservacién del equilibrio a mas o menos largo plazo, Concepto préximo al de explotacién de la reserva (over development, overdraft 0 exhaust’on de los autores anglosajones)”. a utilizacién de aguas en Espafa tuvo un flo- reciente desarrollo a partir de 1965, favorecida por el importante despegue econdmicos de los aiios sesenta y por la ausencia de recursos superficiales en amplias zonas del mediterranea y territorios insulares~ donde la climatologia y la tradicién agricola de sus hom- bres hacia sumamente rentable la creacién de -uevos regadios. La explotacidn de aeuiferos se presenta asf como un factor de desarrollo eco- némico y social en amplias zonas deprimidas del pats, De esta forma, la iniciativa privada y las aguas subterréneas constituyeron una forma de susti- tuir la incapacidad del Estado para satisfaccr tuna demanda que se presentaba con urgencia, muy diversificada en el espacio y casi siempre en zonas con ausencia de recursos superficales, La Administracibn, consciente de este “empu- je” de los particulares,realizé la obra hidréuli- ca mas importante de Espatia el 'Trasvase Tajo- Segura, y planteé una politica de wasvases como respuesta a los graves desequilibrios hiidrolégicos de la Peninsula Ibérica. Sin embargo, la ausencia de una legislacién ade- cuada y la falta de planificacién hidraulica y del territorio permitieron una explotacién desor~ denada de aguas subterréneas, donde la Admi- nistracién deberia haber sido el elemento moderador de la iniviativa privada La sobreexplotacién de acuiferos en Espafia es tuna consecuencia del desarrollo general del pais ¥y aunque esté planteando actualmente proble- mas a la Administracién Hidréulica, no debe verse inicamente con la perspectiva de los aspectos negativos que evidentemente tiene, sino que también debe sopesarse la riqueza aur ch y el desarrollo econémico-social inducido. Este aspecto es especialmente medible en el Sureste espatiol (Almeria, Murcia, Alicante y Albacete). Ante a importancia de este fendmeno en Espa~ fia, no cabe sino la adopcién de medidas urgen- tes tendentes a corregir los efectos de la sobre explotacisn de los acuiferos y que, en ultima instancia, tratarfan de evitar el colapso econd- ico de las regiones mas afectadas y Ia deserti- zacién, inducids que se produciia. V. Orientaciones para la gestion de reservas de aguas subterraneas Espafa es un pais con muchas experiencias en Ia explotacién de reservas de aguas subterrineas, Jo que nos pone en condiciones de plantear algunas orientaciones de orden metodolégico (evaluacién de recursos) y de orden prictico (gestion de recursos). ‘A. Orientaciones para la evaluacién de recursos 1, La evaluacién de los recursos de las reservas subterraneas necesita no s6lo de un buen cono- cimiento fisico (hidrogeologfa) del acuifero sino también su “comportamiento dinémico”, es decir, su modo de reaecionar ante una explo-tacign. Para elo se necesita un modelo adecua- do. No basta, como se ha hecho hasta ahora, con establecer un balance global del acuifero. 2. Bs deseable construir un modelo de simula- ‘ign representativo del sistema acuifero, cuan- do se disponga de una larga historia de la explo taci6n y de los niveles. 3.No conviene subestimar la contribucién de {as capas semipermeables super o subyacentes a las capas acuiferas, propiamente dichas. A ‘menudo, el acuifero se comporta como un dren cen una cuenca sedimentaria de capas poco per- imeables y muy potentes, que almacenan voli ‘menes de agua considerables. Este hecho se ta duce por un coeficiente de almacenamiento ‘muy superior al medido por ensayos de bom- beo de corta duracién; utilizar estos shtimos para caleulas la previsién eonduce, por lo gene ral, a resultados muy pesimistas (depresiones ‘exageradas y aceleradas a largo plazo). Por el contrario, hay que tener en cuenta el tiempo para movilizar estas “reservas suplementarias” «que harian subestimar las bajadas de niveles a corto plazo. Determinar los cambios del coeficiente de almacenamiento que van a regir la evolucién de niveles es una de las principales dificultades de 1h modelizaci6n del comportamiento a largo plazo de los acuiferos profundos en cuencas sedimentarias complejas. Ante la dud es mejor serum poco psi “revsar alla” las pe- 4. No es adecuado despreciar los efectos sobre los limites de un acuifero cautivo y sobre la posibilidad de alcanzar un equilibrio dingmico que puede diferir bastante del equilibrio natu- ral iniial. Este efecto se debe, en acuiferos eau~ tivos,a que parte del flujo natural es mantenido por “drainance” (intercomunicacién vertical). 5. La estimacién de las reservas explotables debe basarse en criterios econémicos con los -Condicionantes internos: profundidad m rma considerada como aceptable por los usua- rios, porque constituye el factor determinante de los costes de produccién. -Condicionantes externos: _limitaciones Jmpuestas a la explotacién para evitar conse- cuencias negativas sobre las surgencias natura~ les y,en ocasiones, sobre la estabilidad del suelo (las subsidencias del terreno pueden ser muy negativas sobre las construcciones). Las reserva explotable no es una magnitud constante pues- to que, como en el caso de una explotacién ‘minera, es un valor sujeto a variables teenol cas y econdmicas, La simple evaluacién hidréu- lica se susttuye por un “modelo de oferta” que aporte una respuesta especifica a cada alternat- va proyectada, 6. El conocimiento de un acuifero es interac~ tivo con su explotacién. Seria poco realista exigir un conocimiento detallado y “completo” de un acuifero previamente a su explot para definir un progeama te6rico de extra Fs imprescindible un control preciso y cons- tante de las explotaciones (produeciones, nive les y calidades de agua), denominadas “explota- ciones experimentales” que permitan ajustar progresivamente el programa de aprovecha- rmientos, B. Orientaciones précticas 1. Los usuarios de un mismo acuifero son nevesariamente solidarios, porque sus accio~ nes individuales se interfieren reciprocamente. Una reserva de agua no puede ser dividids, como ocurre, por ejemplo en los yacimientos smineros, en “propiedades individuales” ligadas ala posesién del suelo. Su gestidn es obligato- | siamente colectiva, lo que implica una coneen: tracién y una disciplina entre los usuarios, asi | como una autoridad para el abitraje. i 2. En este momento, fa. gestién.planificada implica que se adopten objetivos conservado- res (proteccidn de derechos adquiridos por los, 175AREAS 17 16 primeros usuarios) y/o voluntaristas (asigna- i6n de recurso preferencial a cierto tipo de usuarios). Para ello se necesitan medios: -Legales (base juriica). Los estatutos de las comunidades de usuatios deben dar el marco legal complementario. “Técnicos, constituidos por un aparato téenico de control y asesoramiento, 3. En el futuro de los sistemas acuiferos sobreexplotados de zonas dridas, a eleccién se plantea entre mantener la produccién intensiva y menos duradera 0 una produccién menos, pero prolongada en ef tiempo. Se trata, en defi- nitiva, de argumentos econémicos. Es un caso tipico de planifieacin: adoptar un escenario entre ls diferentes posibilidades. La decisin es en tiltimo término una funcidn politica. Pla ficar es en cierta manera “atenuar la dictadu- ra del presente sobre el futuro”. 4. Por tltimo, la explotacién de las reservas de aguas subterréneas implica prever solucio- nes de sustitucién para satisfacer las demandas de agua mediante tes posibles alternativas: + Trasvase de agua superficial, desalacién de aguas salobres continentales y desalacién de agua del mar: + Transformar las demands de agua con reduc cidn de consumo. * Conjugar el incremento de recursos con la disminucién del consumo.BIBUOGRAFIA ANONIMO (1977): "Expansidn des resour- ces en eau dans les zones aries". Inchap, 6 68: Les captage des nappes fosiles. Nat. ‘Acad. Se. USA, Washington BEAR J; LEVIN O. (1967): "The optimal yield of an aquiler*. Assoc. intem. Hydvol cient, Sympos. Haifa, AISH/UNESCO- DHI publ. AISU n® 72, pp. 401-412, Gent brugge. COLECTIVO (1952): L'Hydrologie de la zone aride. UNESCO, 217 p, Pai COLECTIVO (1972): “Alkernative yield con ceps in Ground Water Management". ASCE, Maral ct Reports on engineering practice, 1°40, pp. 17-22. New York/trad. fr. J. 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