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PRD eee Oo iy uN jentos politicos, afect6 to- por supuesto, nte, del 21 de noviembre de a aceptar el nombramien- yede sentirme jones, con tos parecia estar es para el nae quella. fecha, 2, jembre de 1933—en que te- Carter, or) Segunda vez @ mi cuidado, day Crédito Piblico—esto es, durante un veintidés afios y con la sola discontinui- nte Madero yet poder spresidente Pino Suarez, me leo director del iplomaticos, con ranza—tanto en su ca- mer Jefe del Bjército Cons- el Poder Bjecutivo de 1a 6 ional de Presidente de la ierfa, Obregon, Calles, Portes fguer, de mi actuacién en el izado 1a mas honda ingrientas con- ios de orien- ¥ de personas en la a, he sido diferentemente comentada y, mucho mis a me- mudo, en forma para mi destavorable. Aunque mi ea- srera haya seguido siempre Ja trayectoria legalista del movimiento revolucionario y en los puntos de dudose de esa tendencia, como en el caso de 1a divisién ocasionada por la Convencién de Aguascalien- tes, haya yo optado por agregarme, desoyendo las Jagadoras insinuaciones que se me hacian del campo villista, al grupo en cuyo jefe—el sefior Carranza ref ver una mayor suma de capacidad, de patriotis- mo y de decéncia, nada tiene de extrafto que el vul- #0, con su habitual simplismo, se haya explicado mi Continuidad burocratica, catalogéndome entre los aco ios que sérvilmente pulila: aldetredor del pre- \imero es natural que crezca a _me- ifurcaci jente se externa I rapidez con que se propaga, en mi caso part on in 1a circunstancia de no haberme e- forzado, sino en muy contadas ocasiones, por impedir Rete Rn 0) oie ee habien= s¢ me ha s@ halago de 1a popularidad, y poses elementos de trabajo para poder alejarme puesto gubernamental, he pi sadar a los extrafios, merecer co estimacién. Esto nerse a que accede a desempentar dad en. la Administracion Pablica con ef --tlecla—de estimacion como una componente pos jetno, cada vez que me fué dable aceptar un ico. y conservarlo decorosamente, esto es, de een relacion con las situaciones o tas MI CONTRIBUCION AL NUEVO REGIMEN ndirectamente a ob- nor gestion encaminada directa tenerlo, ni he aceptado siempre los que se me han ofre- ido, por encumbrados © apetecibles que parecieran, igbiendo, rshusado, por ejemplo, los de Subsecretaria de Fomento, durante mada contra Ta Dic= tadura de Huertay de Sect ca y Bellas Artes, al triunt de Secreta Piblicas, en dos ocasiones, bajo el Gobierno pre-cons- ‘itucfonal del seiior Carranza; de Embajador en Wash- jogion, bajo la Presidencia del general Obregon y de Departamento del Distrito Federal, bajo la a del sefior Ortiz Rubio. Siempre he subor- do, fundamentalmente, 1a aceptacion de un cargo 19 de que quién me lo confiere de- posite anza. Como corolario de 1a libertad que ca, he asumido la responsabili- dad de todos mis actos oficiales. He servido los ear gos que se me han conferido solamente mientras he ereido conservar la confianza que me decidid a avep- arlos. Nunca he disfrutado de canongias, nt he va- ros: Cada ver cilado ante Jas s ‘que se me ha encomendado un cargo administrative » diplomatico ha sido porque las circunstancias del ‘mo- ‘mento lo hacian particularmente delicado 0 pe oso, 0 bien, digno de una atencion especial y, para su debido desempefio, he dedicado a mi diaria tarea mayor tiempo y esfuerzo que el reglamentario © el destinado al mismo objeto por a. generalidad de mis 9 : GLB ER AES GeO Sem REN OL antecesores 0 sucesores ode los funcionarios que ser- vi ulténeamente, cargos wes al mio, Asi, Pues, mis nombramientos y renuncias, las cireunstan- Glas en que se verificaron estos hechos y que media- Ton entre los mismos, 'y, principalmente, Jos resulta- dos de mi actuacién—cosas todas ellas que compruc- ban plenamente la veracidad de lo que acabo de asen- F respecto de mi invariable conducta oficial—po- difan no carecer de interés para juzgar de las situa pedlido tina col ion con el gobierno que, posi- blemente, ha sido muy, modesta, pero, al. propio tiem- po, de Jas mejor intencionadas, de las més dignas y, quizds, de las menos estériles. No creo pecar de in- modestia al declarar esto iiltimo, primero, porque una buena parte del fruto de mi actuacién Ja atribuyo, Por un lado, a la confianza estimuladora de mis supe- tiores y, por otro lado, a la eficaz cooperacién de mis i le las personas que, sin pertenecer a }. Me favorecieron con. sus. consejos © con Sus trabajos y, seaundo, porque al consi aserto no hago més que repetir la op mis amigos, la de muchos de mis enemigos, la de nu- ‘merosas agrupaciones publicas © privadas y,en gene: val, la del pais, en cuanto tal sentir. pueda consi= deratse rev into. de dichas opiniones nar tal 10 MI CONTRIBUCION Al. NUEVO REGIMEN ¥ las muestras aprobatorias de Ia prensa nacional y del H. Congreso de la Unién, Para complacer a. qui teradamente me han rogado que escriba “Mis Memorias” y las publique y esperando qué no piensen’ qu ias los he complacido, pu ho creo que pena el elato de todos mis recuerdos, ni deseo que 1a publi- © provoque, en mi favor, 1a noto~ que generalmente se persigue una vanidosa satisfacciin © un provecho material 0 politico, voy a Timitarme, a medida que mis ocios me lo vayan per- mitiendo, a coleccionar documentos y a concatenarlos resultados a que hice referencia en el pa- F, nO con el fin de que vean la luz pilblica inmediatamente, sino después de que transcurra el tiempo necesatio para que mi desvinculacién del Go- bierno parezca definitiva o en los casos de presentarse circunstancias que demanden su publicacién que ésta se considere Utilmente aportable a la historia del re~ ciente intento revolucionario de mejoramiento. pol ©, econdmico y social de México. ‘ABandonando nuestras acostumbradas—y. posible- mente necesarias—ficciones convencionales pol{ticas, Jos ocho Gobiernos con cuyos Presicentes me ha toca- do en stierte colaborar pueden y deben agruparse, de acuerdo con la realidad mexicana, en los cuatro. re imenes “maderista”, “carrancista”, “obregonista” y “callista”, asi llamados, respectivamente, por el nom- 1 ASE MER 0 ay, bre de la personalidad cuya vigorosa influencia 16 y mantuvo los Gobiemos de cada grupo, ejercien- do en ellos una autoridad efectiva—directa o indi fecta—y que comprenden: el régimen “maderista”, las Presideneias de don Francisco Len de la Barra y de lon Francisco 1. Madero; el régimen “carrancista’, Ja Primera Jefatura del Bjéccito. Constitucionalista con el ejercicio del Poder Ejecutive de la Nacion y la Pres sidencia Constitucional ‘de don Venustiano Carranza: «1 régimen “obregonista", las Presidencias de don Adok. To dela Huerta y del general don Alvaro Obregon y, finalmente, e} iado con la Pre- sidencia del ge s Calles y con- tinvado, Emilio Portes Gil, don Pascual Ortiz: Rubio y el general don Abe. lardo L. Rodriguez. De conformidad, pues, con esta lasifieacién’y por obvias razones de método, bajo el titulo’ general de la obra —“Mi Contribucién al Nuewd Régimen’’ (1910-1933) — dividiré su contenido de do- sumentos, comentarios y relatos en cuatro vellimenes, sortespondientes 2 los cuat menes acabados de seflalar. México, noviembre de 1933, A PROPOSITO DEL A aparicién de esta autobiografia del licenciado le don José Vasconcelos ha sido acogida por ef pi blico con un entusiasmo del gue yo he pai pado, comprandola y leyéndola con interés y en mu- chas de sus paginas con sumo agrado, a pesar de que ‘cuantas veces alude a Isea la verdad y me ofende El mérito que le reconozco y: el elogio que le tributo acentiian la obligacin de rectificar que me imponen la verdad historia y mi propio. decoro, Ahora bien, como nada resulta mejor para una rectificacién que el relato veridico de los, hechos falseados, sobre todo, Guando ese relato ha sido escrito con anterioridad y sin siquiera existir la sospecha de que pudiera set aprovechado en tal sentido y como en este caso se halla, precisamente, el Volumen 1—"Bajo el Régimen Maderista—de lx obra que comencé a formar des- de 1933 y que es, propiamente, a historia del Nue- vo Régimen en la que he incrustado el relato de: mi modesta actuacién oficial, insertaré el contenido ro de dicho volumen y agregaré en las paginas relati- 13 AGT BE ORT SOS fer a Nor vas, bajo la forma de notas marginales y casi sin co- ‘mentarios, las alusiones rectificables del “Ulises Crio- Ho” para que sea el mismo lector quien, por simple comparaci6n, sittie la verdad en el lado que le corres- ponda. Asi quedard constituida la Parte Primera de este libro. Aparte de que el medio de refutacién a que re- curro no quebranta los propésitos que respecto de Ia edicién de la obra completa—“Mi Contribucién al Nuevo Régimen (1910-1933)"— consigné, hace ya mis de dos afios, en el pen fo del Prozmio an- terior, de entonces a la fecha han sobrevenido, a ma- yor abundamiento, dos circunstancias nuevas que ale- jan virtualmente los aconttecimientos a que se contrac el yolumen que decido publicar, La primera es. ta desaparicién también 10 de los cuatro regi- menes—el maderita, el carrancista, el obregonista y el callista—a que se refieren, sucesivamente, los cuatro voltimenes en que he dividido mi citada obra, La se~ gunda, que el régimen maderista est ideoldgicamen- te més distante del régimen actual que el lapso. de vyeintitantos afios que media cronol6gicamente. entre ellos. Depuradas de modo tan facil y concluyente tas alusiones del “Ulises Criollo” que afectan la verdad y mi decoro, iniciaté Ia Parte Segunda de este libro concretando mi juicio sobre el valor histérico de tan sonada produccién autobiogrdtica, Como hubo la cir ccunstancia de que Vasconcelos y yo éramos amigos y 14 MI CONTRIBUCION AL NUBVO REGIMEN ineulo que nos unfa resulta de todo punto incom patible con el desnivel de los planos en que nos colo- can las escenas que él falsea para ofenderme, en co- nexién con ef mencionado juicio y como fundamento del mismo y también como un elemento adicional de prueba de las inexactitudes en que maliciosamente aho- ra incurfe—el mds fuerte de cuantos pudieran, al efec- fo, ptesentarse—mostraré la trayectoria seguida por ‘nuestras relaciones, al prolongar el relato de mi co- laboracién en los diferentes ramos de la Administra- cién Piblica, no mediante 1a publicaci6n de los tres volimenes restantes de la obra “Mi Contribucién al Nuevo Régimen (1910-1933)", que quizds sea atin pre- matura y que de seguro rebasaria sro de origen y de objeto meramente ocasionales, si- no extractando dicho relato—hasta el maximo posi- bble de condensacién—de otros libros mios ya edita- dos y de documentos oficiales, algunos todavia iné- ditos, ‘México, diciembre de 1935, PARTE PRIMERA BAJO EL REGIMEN MADERISTA URE TE SI SUSU ONES GR ee EER ya re adversa—y, con la exaltacién del cisco Ledn de la Barra a la Presidencia Tnterina de 1a Reptblica—como puente constitucional tendido entre jén y 1a Dictadura por la transaccién de Ciudad Judrez—nacié el régimen “maderista”, lega- Jizando la Dictadura contra la cual haba estallado ta Revolucién. El 21 de mayo, esto es, once dias después de ta ccupacion de Ciudad Judrez, los delegados maderistas y porfiristas, basados en las resoluciones tomadas por 1 general Dfaz y don Ramén Corral de renunciar a sus cargos de Presidente y Vicepresidente de ta Repiblica y tomando en consideracién que el Gobier- no Interino que, por ministerio de la ley, surja de tales repuncias “convocar a elecciones generales dentro de los términos de la Constitucién” y “estudiara las con- iciones de la opinién piblica para satisfacerlas en cada Estado dentro del orden constitucional”, fie- maron el Convenio de cesacién de hostilidades en todo el pais y de Licenciamiento de las fuergas revo- Incionarias “a medida queen cada Estado se vayan dando los pasos necesarios para restablecer y garan- tizar la paz y el orden poblicos”. El 25 del mismo mes, el Congreso recibié y acepté las dimisiones del Presidente Diaz y del Vicepresidente Corral y el 26 tomd posesion de 1a Presidencia Interina el Secretatio. de Relaciones Exteriores sefior de Ja Barra, “Tanto en los campos de batalla” —declaré don Francisco 1 20 M1 CONTRIBUCION AL NUEVO REGIMEN Madero en su. Manifiesto del 27 de mayo— “como en 1 territorio entero de la Reptiblica, debe reconocerse como legitima autoridad al licenciado don Francisco, Leén de Ia Barra, quien legé al poder por acuerdo mutuo de ambos partidos contendientes, ..” efior Madero, en el mismo Manifiesto, agreed pocos parrafos adelante: —“El sefior licenciado de la Barra no tiene mis apoyo en el poder que la opi piblica y ésta uninimemente proclama los prin de la revolucién; de tal modo, que podemos decir que 1 actual Presidente de la Repilblica esté enteramente com nosotros. A ello Jo ha Hevado el alto sentimiento ‘mar su actual Gabinete en el cual estén ampli representados los elementos que llevaron a cabo la ac- revolucién, los cuales ban sido designados de mu- tuo acuerdo entre el sefior de la Barta y los principa- les jefes de la revolucién a quienes pude consulta tantos afios fueron victimas de la tiranfa, no pueden temer celada alguna de sus antiguos opresores, then temer nada porque et pueblo ha demostrado su omnipotencia_y yo, antes de renunciar a la Presidencia Provisional” —carécter que el sefior Ma- dero asumid, al expedir el Plan de San Luis Potosi, ipara haeer la guerra’ al Gobietno usurpador del gene- a Diaa!'— “cone Jas que aseguraran las : les. para lus proximas elecciones y que ta 2 Rr} 0 sroneiea ae beau gobernadores, que deberiin ser substi- idadanos que sean wna garantta para el Puede objetarse que esto constitaye un soberania de los Estados; pero con Ja ido, declaro: do que el sefior de 1a Barra ocupe rai considero que es un hombre servido de instrumento para digo lo mismo respecto de Corral, 9 qe sigan funcio- fas federales. y las Legislaturas de los evitarhos mayores trastornos y- difi spre camente acepten las Ca- Estados, es ccultades,y , al acer, no tadura porfiriana pactando jostilidades sobre la base de Ia legal del Poder Supremo de la Reptiblica a Ta persona de uno de los Secretarios de Estado —pre~ presidente— sino que, tam- i i ; Ml CONTRIBUCION AL NUEVO REGIMEN estado de cosas resultante de ese licenciamiento servar ol Ejército Pede- y las Legislaturas loca- |gunos. funcionarios ete Presidencial y 103 Go- n la vieja maquina ad- A mayor abundamiento, las. designacio- F e505 putestos recayeron, por regla ge- personas que, por su inexperiencia, falta de técnica 0 total desconocimiento de las nnecesidades y aspiraciones populate: n su franca simp: les, a cambio de los miembros del iva cia de la administracion y de sefialarle y abrirle w nuevo detrotero, Todas esas circunstancias explican bien por qué el régimen “madi ‘tyansaecion de Ciudad Juires lo hubiera entregado con, armas y bagages al enemigo—vivid una vida muy precaria de desorientacion, de desorden, de deslealta- des y_ de consp ” CAPITULO IL LA INCONSISTENCIA DEL REST NOEL, PRE. DOMINIO DE LAS ORIENTACIONES ¥ DEL VIEJO RE. GIMEN EN EL GABINETE PRESIDENCIAL ct, RESPETUOSO. LIMANTOURISMO DEL, SECRETARIO DE HACIENDA FRENTE A LA ACOMETIVIDAD ATRADILIAKIA DBL DE INSTRUCCION PU: BLICA ¥ BELLAS ARTES LA DIVISION EN BL CAMPO REVO. }CTOR AZ UERON verdaderamente desconcertantes Ia in- F consistencia de que pronto dié muestra el Pre- sidente Interino y Ia disparidad de criterias, de actos y de propésitos manifestada entre los directores del movimiento revolucionario, al pasar éste, de modo tan repentino y prematuro, del campo de la contienda armada al de los procedimientos constitucionales, Bl sefior de la Barra que, al ascender a la Pi gistratura por obra y gracia de la revol un Manifiesto en que considerd de —copio aqui sus mismas palabras— de la pureza de no fueran bastan- te para ello los antecedentes de mi vida puiblica— que en wingiin caso aceptaré mi candidatura para ta 24 Bil CONTRIBUCION AL NUEVO REGIM Presidencia o Vicepresidencia de la Repiiblica en 1a présima lucha electoral...”, quebrant6 hipécritamente tan sanos propésitos, asumiendo una actitud equivoca que desagiad6, naturalmente, a los revolucionarios y que se resolvié, a la postre, en las postulaciones que hicieron a su favor, para la Presidencia, un club lla mado “Orden y Legalidad” y el Partido Liberal-Radi- cal y, para la Vicepresidencia, et Partido Catdlico, que en 198 comicios pugnd por la formula “Madeto-De la Barra”, Peto lo que mejor puede revelar el lamen- table estado de desorientacién que entonces preva Tecfa, es el rico mosaico multicolor formado por el propio Gabinete Presidencial designados de acuerdo con. la Revolucién—segtin to expresé en su manifiesto el Jefe de ella— y que, des- de un principio, ostentaron diversos matices dentro. de la gama comprendida entre los colores politicos ex- tremos de derecha y de izquierda que parecian con rresponder respectivamente, por sus origenes, declana- ciones y procederes, al Secretario de Hacienda y Gri dito Piblico don Ernesto Madero y al de nsteuccion, Piblica y Bellas Artes doctor don Francisco Vazquer Hicenciado don no del anterior y’ seguramente el més radical de los Se- cretarios, renuncid a la cartera de Gobernacion el 2 de agosto de 1911, esto es, poco mas de dos meses después de inaugurado el inte Ja Barra y, con el nombra fa Granados para sustitu os miembros fueron ws MI CONTRIBUCION AL NUEVO REGIMEN de que en caso. de ha- ber algo bien’ definido y. hasta tangible—podria. asi decirse—en medio de aquella anarquica confusion es- | piritual, cra el odio del pueblo contra el llamado, Partido Cientifico, cuyos sistemas de conquista y ab- sorcién del poder, para provecho exclusiyo. de sus ia de Hacienda como que el licenciado don Luis Cabrera public en las i postrimerias del’ Gobier general Diaz y que al pais ley con avider; a pesar—decia—del_ odio popular contra el meneionado Partido, el representan- ye de la Revolucién en la Secretarla de Hacienda y, ‘como tal, sucesor en ella del jefe de los cientificos, se manifests mds papista gue el Papa declarando, ab inau- gurar sus ‘que nada cambiarfa del sistema y strativo del sefior Limar or suyo” y- equiparanda evidente contraste con tan elaraciones de respeto y admiracién| hacia el funcio- que personificaba una de las causas mis visibles del descontento nacional, se encontraba Seoretario de Instruc- cion PGblica y Bellas Artes, al arremeter atrabilia- riamente, en su Ministerio, contra las personas y las instituciones. Esto era, sin duda, muy revoluctonario para el grueso piblico y. sufi por tanto, pata constituir una verdad p ite, pero a las gentes _pensantes — descubrir en ty orientaciones y proce: nn Tas necesidades del impresion de que reemplaz: propésito de favorecer a sus amig de que desorganizaba las institu esos atropellai te de repetidas y caprichosas infra eyes gue normaban el funcionamiento de la Secre de Estado, que lé confié 1a Rev formarse en Gobierno por Vv que reconoeié. el orden. leg intervino conto neyociador yi eyes fiindamentales de Nada tan propicias » en el campo 1 yan ahondado las que na Ja energéa con que ¢l mismo 1a a los empleados con el y partidarios, y es por efecto de habia podido contrarrestar, en cionadas con el Pacto de Ciudad Juarez, el limantou- ismo del seior Madero y de sus familiares. Los mas 7 AREA RAS OF MOEN REE OAS IN Artes daban a éste el pomposo titulo de “cerebro. de nototio propésito depresivo. para el Jefe de ella, cuyo' ascendiente revolucionario comen: vaba también a declinar, entre otros motivos, por la Presencia, en el Gabinete Presidencial, de sus parientes ‘mas sefialados como simpatizadores del viejo. régimen, Los partidarios de tino y otro se encargaron de acre- centar, cada vez més, el naciente distanciamiento en- tre ambos y, como consecuencia de todo eso, se formé tuna corriente de opinién contraria al sostenimiento de icepresidencial del doctor Vazquez Gémez, que habia surgido, con la presidencial del se- for Madero, de la Convencion Nacional Independien- seo del 15 al 17 de abril de 1910. Esta corriente de mn desfavorable al doctor Vazquez Gémez se re- vel6 en toda su fuerza cuando ct Partido Constitucio- nial, Progresista —designacion quiso substituir la del Partido N sionista, ya que el principio que dié origen a este nombre estaba a punto de ser incorporado a la Cons- titucién—convencioné en el Teatro Hidalgo de esta ciudad, del 11 de agosto al 2 de septiembre de 1911, con los fines de discutir y aprobar el nuevo programa politico de la Revolucién y de designar sus candidatos fara la Presidencia y Vicepresidencia de la Repiblica, Concurri a esta magna Convencién —en la que e5- taban representadas, por mas de mil delegados, todas 8 MI CONTRIBUCION AL NUEVO REGIMEN Jas agrupaciones politicas del pais afiliadas al Partido co, Ante el ciimulo de dificultades y riesgos con que s¢ anunciaban los préximos comicios, me preocupaba lap lad del triunfo, en el seno de la conyencién, de la candidatura vicepresidencial del doctor Vazques, Gémez porque—sin detrimento de sus altos méritos como constante opositor al agudo familia Madero, que impidié una transaccién mucho mis desventajosa para la causa revolucionaria, que fa de Ciudad Juarez, su despotica actuacién en el Mi nisterio de Instruccién Publica y su distanciamiento del candidato presidencial obligado, volvian peligrosa ©, al menos, inconveniente su pos Me preo- cupaba, sobre todo, la manifesta incapacidad del pueblo para desempefiar debidamente su funcién elec toral. cid dado, justificadamente, los comenta- Ulises Criollo, ado don José Vascon: Se ha dicho y repeti- -posiblemente con razén—que es el mis notable _euantos se han. publicado en México durante to que adultera ofensivamente Ia verdad cada vex lude a mi—en formas no logradas por Ja mayoria imamente en mis manos. la vida del autor, durante las épo- toria a que el relato se contrae: 1a TO. Sih ae ae NOE cuando no le son ya gratas, cosas 1 hecho notar hasta akora—cabe oponer » a sus mas fogosos panegiristas: 1a te todo y sobre todo, verfdica y el lamentablemente plagaido de inexactitudes. Jo demés, perfectamente explicable tan ab- surda caracteristica de la “autobiografia” de que se 2, pues aun sin querer achacar a Vasconcelos —a pesar de que en ocasiones pareve manifiesta—la ma- Iévola intencién de mentir, es € quien localiza, en’ si mismo, el prisma que refracta la verdad -y Ia falsea. “La memoria objetiva”—confiesa en Ia pagina 8 de su libro— “nunca me ha sido fiel. En cambio, la me- moria emocional me revive ficilmente”. Es de todo unto imposible la resurreccién, simple y Ilana, de las emociones producidas por acontecimientos que han sido ya olvidados total o parcialmente, y como el impe- 10s0 genio creador de Vasconcelos no puede detenerse , inconscientemente reconstruye dichos acontecimientos ajustando cada caso a su respectiva emocién, si se quiere, resucitada, pero con las in bles alteraciones del tae po no en balde transcurrido jo el influjo de los sentimientos que lo animan ‘en el momento de escribir. Si, por lo tanto, Vascon- celos hubiera consignado en un Diario las peripecias no a posteriori, sino a medida que las vi- iminando ast el coeficiente personal de error por cia, en tiempo, entre la verificacién de los ato de los mismos, su obra habria su- 199 MI CONTRIBUCION AL NUEVO REGIMEN perado considerablemente al “Ulises Criollo”, desde el punto de vista histérico, Pero obligado como esta ahe- ra, por su falta de memoria objetiva y su gran emo- tividad, a retrotraerse a épocas, pasadas reemplazando €s, pro- piamente, una no de interés yen Ja que—lo he insinuada antes y no tengo incon por su bella ¥ li 3 en que el autor veniente en repetirlo—se destacau fana luminosidad, aquellas pA no deja relampaguear. su egolatria ni advertir in- fluencia alguna de los bajos sentimientos —despecho, ‘dio, ete-— con que un persistente y amargo infortunio hha yenido ensombreciendo su corazon, Menciono, como, ejemplos, el admirable relato de su infancia y Jas ever caciones, saturadas de ternura y yeneracién, de las imac genes de dos muertos quericos: su madre y sw hermano, ‘Asf, pues, para poder asignar al “Ulises Criollo” de Vasconcelos el alto valor que como documento his- ‘tried se le ha atribuido, habria que complementarlo con una yoluminosa “Fe de Erratas”. He contribufdo 4 esta labor rectificando las inexactitudes que perso- nalmente me afectan y sobre las cuales es natural que esté mejer dacumentado. Como, por otro lado, sas, inexactitudes: son calumniosas. y se. refieren a ta Epoca en que todo! mundo sabe que me unia a ‘Vasconcelos una estrecha, amistad —circunstancias esas que acusan, Ge su parte, el propésito de engafiar— tuvo que incurrir también, para dar a su engafio to- dos los visos. posibles de verosimilitud, en la mentira 193 aera Oh et 0. sounder ya que ésta:se comete tanto adulterando o mutjlan- do la verdad, como intencionalmente ocultandola— de siguiera mencionar dicha amistad y hasta dando, a nder que nunca habia existido. con estricto apego a la verdad, las es- lises Criollo” en que maliciosamente se me hecho figurar y, sobre todo, escrito mi relato con anticipacién y sin la menor sospecha de que alguien Megara a tener interés en falsear tales escenas, éstas han quedado inapelablemente rectificadas. Procede, sin embargo, para reforzar mi rectificacién, que exhi- ba él pecado cometido por Vasconcelos de ocultacién intencionada de nuestra amistad, ya’ que la existencia de lo resulta de todo punto. incompatible con los hechos deshonrosos que me imputa ahora. Al prolongar, en la Parte Segunda de este libro, el relato de mi actuacién a través de los regimenes carrancista, ‘obregonista y callista—no insertando, segtin To indiqué en la segunda de las notas que preceden a la Parte Primera y, los tres yolimenes correspondientes de “Mi Contribucién al Nuevo Régimen (1910-1933)” que comencé a escribir desde hace més de dos afios, sino extractando dicho relato de otros libros ya publi- cador y de documentos oficiales, algunos ain inédi- tos—haré las referencias que procedan para trazar la trayectoria de mis relaciones con Vasconcelos. Aun~ que yo si tengo, para el caso, una buena “memoria ob- jetiva”, reconozco que ésta puede flaquear, como fla- quea todo Jo humano. Creo haber suplido sus inevi- 194 MI CONTRIBUCION AL NUEVO REGIMEN eee tables fallas con 10s apuntes que poseo y los docu ‘mentos que he podido consultar. Ademés, “mi memo- tia emocional!” no est ja oscurecida por sombras de ninguna especie. 1a oposicién verbal sistematica —estéi indo se hace desde el extranjero—he preferido ganizacion del pais ¢ Tuchas, a veces en icias'y a’ veces tra todo género de dificultades y p 0 he lo- Josrado, al menos, realizar la parte realizable—en re- lecién con mis modestas capacidades y las fuertes te- sistencias que opone la realidad mexicana—de mis deales en los terrenos p’ . Como, conse? cuencia de esta constante actividad constructiva, con- Servo, a pesar de los pesares, el optimismo de mi ju- yenttid, Amo Ja Verdad sobre todas las cosas. No aborrezco ni siquiera a quienes me odian y la vida in- tensa que me ha tocado vivir, sin envejecer a mi es piritu, le ha dado prematuramente—desde hace mu- chos aflos—la serenidad de los Viejos. Tengo Ja con- vyiecidn de haber acometido, con tales elementos, la empresa de iniciar en el campo de la historia la “Fe de Erratas” del “Ulises \Ctiollo” igros, tice ¥ 0 Simpaticé con Vaseoncelos desde que tuve noticia de sus actividades en él send del Partido Antirreelec- cionista y durante la rebelién del sefior Madero. Lo conoci personalmente a rafz de la caida del Presi- 195 WD: eee eo correligionarios en el cam- as en el Ateneo, ciertas afini- ual tendieron pronto entre nos- una amistad que parecfa firme y ecisamente una de esas afinidades nos iniciadas nuestras relaciones, a mi den- fuera del Gobierno. E lesit fecto, que me indujo ‘a abandonar mi Despacho de lero, entonces prdéspero, para acceder a. desem- ir transitoriamente el cargo, menos productivo, de ‘ay Bellas Artes Bufete de Abogado, Es, pues, curios que uno de Jos sentimientos afines que engendraron aquella na- ciente amistad nos haya puesto ante sendas diferentes cuyos recorridos afectaron de diversos modos nuestras amas, estrechando primero, aflojando después y rom- piendo, al fin, los vinculos que las ligaban. Las circunstancias contrariaron mi propésito de transitoriedad en el servicio puiblico. Un graye des- acuerdo con el Ministro Pino Suérez me Mevd a pre- setar mi renuncia de Subsecretario de Instruccién Pablica y Bellas Artes en téminos de tal violencia ‘gue me obligaron a complacer nucyamente: al Presi- dente Madero, que insistia en que localizara mi dis- 196 ML CONT RIBUCION AL NUEVO REGIMEN {sto en ta persona del Vicepresidente de la Reptblica accediendo servir, aunque fuera por corto tiempo, otto cargo en su administracién. Acepté el de Director General de Obras PUblicas det Distrito Federal y. cinco meses después estallé In sublevacibn. conjunta de los generales Bernardo Reyes y Pélix Diaz ‘que, con los hechos y circunstancias supervinientes, vo 4 atarme 4 la cosa publica. En ctianto a Vasconcelos, la incertidumbre de st resolucién de mantenerse alejado del Gobierno se di sipé ante los frutos inmediatos de su trabajo profe- sional: jugosas compaiifas americanas y bue- nos negocios atraidos pot sus notorias cualidades de idad y honradez, cuya efi cacia naturalmente crecia con Ia influencia de que go- zaba el joven Abogado en el Gobiéro. Todo le son- refa, El Bufete navegaba viento en popa. En la Con- vvencién det contesté la injuria-de un pagina 462 del “L — diciendo 4 los que quisieron oftlo: "Gano en mi despacho en un mes lo que un ministro en un afi”. Pudo hacer

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