Anda di halaman 1dari 47
AON: TO NY Drama en cinco actos y en pros, oviginal de ALEJANDRO DUMAS Vern de | ALVARO ARAUZ “_ACERVO MTRO. LUDWIK MARGULES Cento UNIVERSTTARO DE TEATRO ectones ALFIL PREMIO NACIONAL DE TEATRO £02.225- permenios eA? TEATRO ET Q 96s by ESCELICER, 5, a-Hirons da Die de Ago, 6 faded. Reserradon todos fon derechos, —Los eeptes Sociedad Guneral de Autoves de Espats sos ov snicos encargados de autoraar Is zepreentacidn o adaptacisn de esta obra, Depéstto legal: M, x4.374-1963, N.* Registro: 5,768.65, ‘Tassmamg Guivicos Recaucn, 8. A—CaNania, 88, Manan a= PROLOGO” ANTONY, DOCUMENTO CAPITAL DEL TEATRO ROMANTICO Antony data de 1830, ef io crucial det romanticismo roncts, Su autor, Alejandro Damas, to escribii” cuando iniciba tuna fobulase carrera iteraria que acabs centréndose en ume auonbrosa fabricacién de novelas hstricas, lg cuales devon y siguen dando Io. vnelts al mundo en fodos Tax idiomas co- nocides, 9 euyos titulos mis fomoses son Los tres mesque- ter0s, BI collar de la Reina y El Conde de Montecristo Literato mediocre, pero narrador genial, sw fama con- tina view ¥ su figura ya presente perfites mitlégices, Un hijo suyo, del minmo nombre, habla de continaar, con Ta damn de las camelias y otras comedies de costunbres, fos ésitos desu fodre. Cuando se puso-en escena el Antony, et primer Alejandro Dumas era wn joven malato de veiniocho aos, que acaboba de irrampir on for medias titerarios de Paris que se sine ilricaba por wna imaginacién desenjreuada, wa vitaldad Fog0sn ¢ inftignble y soas omnbiciones de detro Allo, seco, galante, rebuscado en el veslir, laewas, obki= amista y sieosbre escaso de recursos econémicos, cl futuro autor de Los tres mosqueteros freuenichn con asiduidad et medio de ls farindula, formabe parte de tos cendcules el joven romaniiciomo, af que perienecieron, entre otros, g - ANTONY Los personajes vestivin, poco mis 0 menos, conto log et- pasicién social, de profesién y de fortuna, Pero la ama; ee en a ee Ayrony 1 3 enlende que este amor basta pora climinar todos las obs- culos que entre Ay ella interpove la sociedad. En entreonte, Adéle, obedieute 0 los designioe de su familia, contrae sin matrimonio de conveniencia. El marido es wo bisorro coroncl, el barn d’Hervey. Y cierto dia ss sar ‘que presenta Ie doble cara de ta foriuna xy del infortunia, hace que Antony reeparesca en le vida de Adile, Los co bells que conduccs el cocke de &sta se hon desbocado, 9 Antony tee sclta al cuello pore detenerlos evitar ast sm accidente. Herido, le transporton af domicilo de lag sefores Hervey, EL Rarén que se encuentra de guarnicin on Bs trashurga, 9 oda inpide que al verse de nuevo reunidos y imerced a ins conmovedorar cixcuxstancias que lo kam deter- mina, Antony y Ad?le se canfiecen ow mutua pasién, Pero Adie, “exclava” de sus deberee sociales, resste a Ta violew- cis pasonal de sw golin, ef cual, com sus furores, sus quejas, su sesentinnionto contra twa sociedad ton tirénica e injuste, Meo @ Adele of borde mismo de ta caida Reuniendo todas las encrgtas que logra extracr de su Inerte fondo de honrsdee, Adile trata de huir al encuentra de on esposo, que, como hemes dicho, se encuentra de: guar- nictin en Estrasburgo, Sie lucha es’ desesperada, ¥ ‘ne 10 6 saluarse: pero Antony, medionte wn diabiico ardid, atror @ 4 omada a sm alberguc del camino, y ex ast come obtie ue alucinante noche de amor. "Comcumatune es, Ls sociedad condena a aqutlla dessracinds, BL corane, fenterado del grave desovla, ecude presuroso y va « serpren der a oe omontes culpable Ex la excene firal Surman sos aldabonasos en In fuerte dete calle, Palen ecida, Adile Toora desprenderse de Ins braros de Antons, aBs Al lee, jDios mo! jPiedad! =1Tedo ha terminode! —exclama Antony. Terres ees era et Sere i] s Ayrony Vo ha entrade sate. io; 9 os 30 me quedo, Dijste que no Te ems 0 Ue me No; métamt, te lo septic. =a il ate ane tr rpc. gh Anns 0 al 9 0 ate ot nome re- age one eon nao rod he, eel Tlinomet Ae ont — 1 —le grita Antony, Elaniendo todata.e lide putat jut reatrsene 9 la he asteadan Este ey eh droina aac ‘Alejoniro Dumas quiso, ps A rear on ef Antony am gé- sere ov aye er dn dele irae Titres se belinsin on wn re mde, flo deo od U[Devh et Atay 2 oo de fox eames epee lgron teatro romintco que tovos batalla oinid, 0 partir de entonces y durante casi medio siglo, em cl sono, on lor aedatos de la lomade Case de Molire Zo inteligente y fel version de Alora de Araus dewelve ol obra de Dumas sus posbiliader de resurrect ercé- shea, con madifcaiones de detlle que modernzon fa atc, Tespelondo escropulocamente el cardeter'y ef eaila original, igo su vos... ;Huye, Antony! Sél- Eunuao Gases Context PERSONAJES (por orden de aparict6n) ‘Yuzconness De LACY. ‘Appue v'HERVEY. Gaara, hermana de ADELE. DonceLLa, de Ta servidumbre de ADELE, Hewer, eriado de la ensa de ADELE. Ouivinn DBLAUNAY, médico - ANTONY. PosaneRa, diucfia de una posada en Ittenheim. Louis, eriado de ANTONY. EUGENE D'HERVILLY, poeta joven. Gaiavo, de la casa de ta Vizcoxnesa De LACY. SpfoRA DE CAMPS. Ban6N DE MARSANNE, susoriptor de “EU Constite- ional”, reperic DB LUSSAN. ConoweL DIHERVEY, espeso de ADELE. La accién ex-Paris y en Ittenheim, cerea de Estras: burgo. Epoca roméntica. ACTO PRIMERO En Paris, Un satin de 1g case de Asin DBEKVEY, Warsio de Seint-Honoré, Por Ts tarde, ‘Vizconpess. (AT despedirse, y dirigiéndose_w ADE- tn) —Adiés, querida Adéle, Cufdese mucho. La necesitaremos este invierno. Y para eso tiene que star lena de salud y alegre. iMe ha entendido? ADELE-~Haré todo lo posible. (A Cxara.) Di a un ‘eriado que avise al cochero de la vizeondesa, (Sate rans.) ‘Viconpass. (Bn la puerta det ealén.)—jHa com- prendido? E] campo, la leche de burra y montar a caballo, Esa es mi reeeta, (Sete, Brove silencio, ADELE 30 paste.) ApELE. (A CLARA, que entro,)—,Sabes por qué la vizcondesa no habla mas que de ‘medicina? Guarh. (Sonriendo,)—jAcaso ti ignoras por aué, hace un afio, tinicamente hablaba de guerra? ‘Avzts.—Eres ung ma} jntencionada. a . _ ADRIANDRO DUMAS GiaRA—Si, (Pawsn.) EL coronel Armand—partis. haré un ao a la guerra de Argelia, Bn su susen- cia, ef doctor Olivier Delaunay fue presentado ala vizeondesa. La guerra y la medicina so die- ron la mano. Y habris observado que nuestra “Guerida amiga es ol reflejo exacto de la persona aque tiene la suerte de gustarl. Si legase un jo- yen y apuesto abogado, Ja vizeondesa Te consul taria sobre leyes, con el mismo entusiasmo que trazé planes de batalla © con que acaba de pres- eribirte un régimen. ADELE—iY quién te ha. contado todo eso? (Son- ‘te) La provineiana ingenua, egada @ Paris hace eseasamente quince dias, se iia convertido ‘en un cronista do sociedad. GrARA—{Es que no la concela antes de marchar- me? Ademés, la sefiora de Camps, que vino ayer ‘cuando td no estabas en casa, me hizo Ia blogrs- fia de la vizcondesa. Corregida y aumentada, Puesta al dia, ApELE.—Celebro no haber estado presente, Esa mu- jer me enferma con sus eternas ealumnias, (Bwtra wx mio.) CuaRa. (Al Ceiapo.)—zOcurre algo? CRIsD0.—Una carta, Ctara.—{Bs para mf o parwmi hermana? Cn1sp0.—Para la sefiora baronese, = 480 10 ontrone y vole) ADELE—Démela, seguramente es de mi mario, 18 ANTONY i vez la car No parece su letra. (Mira otra vez ta.) “ziomge, esté timbrada en Paris, y el coronel se encuentra en Estrasburgo. (ie do te onrie,) ‘Apate, (Mira despacio la carta.) —{Dios mi Cara —zQué te sucede? ‘ApELE.—Tenia 1a esperanza de a1 1 Ver e808 Taseos, ue jamais volverfa (Se siento, Arruga la arta entre ame moe owe) cusra—Cétmate... Betis temblendo... :De quién ‘apem—De i... Suya... De Gl... Aqui esté su divi- aa, que también es la min... Adesso ¢ sempre “hoor siempe san —iantony? : Cony. (Pa) Ha reazesalo ¥ pe 8 Atree severe Chara —Seguramente lo hard como un vee . mistad que inspira or. ca rice eh in amistad que inept el am. Armin rote como, desapare th Fepent tented el cores) D'lervey iti naman cue ain, olla ofrecer a nesr0 mano gape, ado para ohne ore re ae oven, aparentment He) ¥ a ferent Parspge Ui le aabas.. No sac ‘ une is «ete rand aie eerste ins ‘Se esfumé. Nadie nos dio ra- ‘Terminé el plazo, as ALBJANDRO DUMAS z6n de su existencia. Pasaron tres afios sin saber a qué lugar de la tierra el habria conducido su eardeter inquieto y aventurero. Auseneia y silen- clo: Si eso no es una prueba de indiferencia, Io es de ligereza, ADELE—Antony no es voluble, ni indiferente, Tie no un corazén noble y fiel. Su amor es un ejem= plo, De seguro se fue porque, de quedarse, ten- Grfa que frontar obstiéculos que una voluntad bnmana no podria resistir. (Pausa, Cambio.) iOh!, si td le hubieses seguido, observindolo, cuando atravesaba todo ese-mundo muestro, tan cercano y a la vez tan ajeno; eruzando entre Ia gente, como un extrafio, porque era superior, Te- nias que haberle visto, triste y sereno, en medio de esos jévenes locos, elegantes e intitiles. Pare- cia um astro de soledad, Si, en el centro de esas apagadas miradas que, en la noche aburrida de Js fiestas, nos verean falsamente alegres y pesti- lentes. Los salones se oscureefan para mi, ‘Tan s6lo, como dos hermosos candiles, brillaban los cristales cortados de sus ojos, Si pudieras haber sorprendide su mirada, constantemente fija en mf, que me cubria igual que si fuese una piel desesperada y sombria. De haber estado a mi lado, en todos esos instantes, estoy segura que hhabrias adivinado que aquel amor no se dejaria abatir fécilmente. Y al irse, ti serias la primera en decir que “era imposible que se quedase”, CuaRa.—Pero, ese amor después de tres afios de ausencia, as rr ANTONY Anau, (Birando la carta,)—Contempla eémo tem- ‘blaba su mano al eseribir esta direccié Estoy segura de que vamos a vecobrar un ‘amigo leal y may sincero. — ADELE —Abre Ia carta (Se ta entrega.) Tin seguida, ues yo... no me atrevo. 7 lata, (Leyendo)—"Seflora”, Lo-ves, dice: “Se: ApRLE. (Répida.)—Jamis tuvo derecho a darme otro nombre, i CLARA, (Continia loyendo,)—",Le sera permitido & tun viejo amigo, de quien tal ver usted haya olvi- dado hasta el nombre, poner a sus pies los respe- ‘os més sinceros? De regreso a Paris, y esperan- do marcharme pronto, le ruego perdone que, ustn- do de los derechos de una antigua amistad, me presente en su casa esta tarde, Dignese, ete. Antony.” . ADELE.—[Bsta tarde! Ya son las cinco. (Con sobre- saigo,) Va legar. (Cambio.) Bs un atrevi miento, CLARA.—Sélo veo una carla amiatosa; muy fria, per- festamente meditada. Appus.—{Y esta divisa? : Cuaa—Greo que ya era suya antes de conocerte, y es natural que_la haya conservado. (Pause Cambio.) 2¥ sabes, eon cerieza, que atin te ama? Pues en In carta no te dice nada que pueda inter- pretar ese seguro amor. : AvELs. (Poniéndose la mano sobre et cordzén,)— ‘Aqui lo siento, Bs un eco privado, Un lenguaje 16 ALEJANDRO DUMAS Gd latido de su sangre que ‘inicamente mis venas saben traducir, ‘CLARA—Pero en Ie carta amuneia su partida, ADELE—Si volvemos a vernos, se quedaré. La si- miente esti viva, Bastard que crucemos la mira- da, (Cambio.) No, no quiero verle. (Pausa,) Bres _— mi herman y mi mejor amiga; a ti no intentaria vocultar uno solo de mis sentimientos, te hablo sinceramente: estoy convencida de que ya no le amo. (Pausa.) Mi marido es tan bueno, tan digno de ser querido, que no he conservado ningtin sen- timiento anterior a_mi matrimonio, La mano del sacerdote, al bendecirnos, corté en cuatro partes mi recuerdo, Ya es imposible unirlo, Mas es ne- cesario que no le ves... Si me habla, tan sélo mirarme... Es que sus ojos derratan y si You cautiva... Todo mi cuerpo est defendide por su ausencia, mas mi sentimiento todavia se eneuen- tra en rehenes en esa torr que es la posible pre- seneia de Antony. (Reaccién.) ;Oh!, no. (Pausa) Ihas a salir de compras. Yo las haré Ti lo reci- birds. (Pausa.) Le dices que he conservedo para 41 todos los sentimientos de una amiga... y que si el coronel D’Hervey estuviese aqui, tendrfa, al igual que yo, un verdadero placer en recibirl pero que en ausencia de mi marido, por mi mas que por la gente, le suplico que no vuelva a inten- tar verme... Y que de ausentarse, desearé, como cualquier amiga, que Ja suerte le acompaiie en st partida. (Pausa,) Si se queda en Paris, seré yo quien se vaya... Enséfiale a mi hija, Dile que Ia ANTONY u quiero apasionadamente, que esa criatura es ‘mi alegria, felicidad y motivo de existencia. (Paw- 30.) Seguramenie te preguntaré sien alguna ocasién he hablado de él contigo... Le respondes.. Ciara, (Cortato,)—La verdad..., nunca... ADELE, (Répida,)—Al contrario, menciona que “sl- gumas veces”. Si le dijeses que no, ereeria que todavia le amo..., ¥ que le temo hasta en el re- euerdo. = Chana.—Vete tranquila. 86 como hablarle, Ademés, ya sabes que siempre tomé en consideracién mis consejos, Te prometo que lograré que se marche de Paris sin verte (Beire ene Cruans.) CAMA. (A CLARA.)—BI coche de Ia sefiora esté es- perando. ApeLs. (A la CRIADA.)—Gracias, (Mutis de ésta, ADELE 'se pone, nerviosa y distraida, el sombrero de Chara.) No olvides... CLara.—Te ests poniendo mi sombrero, ADELE. (Reaeciona.)—Es igual, me sirve, (Sate, Chara. (Acompaiéntola hasta la puerta.)—Vuelve pronto. ‘Vou pk ApELe.—No ser hasta al anochecer. Chana, (En lapuerta del salén, mérando hacia el én- terior de la casa, por donde se supone que salié ADELE.) jPobte Ad&le! Sospechaba que no era s ALBJANDRO DUMAS feliz. (Toes una campanilla, Breve silenci. Bn- tra wn CRIADO, Dirigiéndose a éste.) No estoy para nadie, excepto para un extranjero:-el sefior ‘Antony. (Se oyen gritos, ruidos y tumulto en Io alle.) {Qué Beurre? (Se asomo, inquieta, al: bal- con.) {EL cockel;.. {Un accidente! (Al CRIADO.) ‘Vaya a ver lo que ha pasado. (Sale ol CRIADo,) {Los caballos!... (Grita.) ;Mi hermanal.., (Cae sobre wn sillgn.) {Dios mio! (Vooee y ruidos, de azagadon, on la calle, Breve wiencio) CR1apo, (Entrando,)—Sefiora, tranguilicese... Los caballos se desbocaron, pero han sido detenidos... ‘Un joven se arrojé sobre ellos... Su hermana esté a salvo... Gracias, Dios mio, gra- Voces en Ua calle; ahora son clarae y a8 oven porfectamente,) Voces, (Bn la calle.) —Esté mal herido,.- Muerto... Se desangra... Llamar 2 un médico... ,Adénde le llevamos?, . ‘Vou pe ADELE. (En la eail,)—Aqui, a mi casa. CuaRA—jaAdele! (Se levanéa del sillén.—tntenta ir hacia la puerta.) {Hermana!... No puedo mover- me, se quiebran mis rodillas... ,Estis herida? ApgLe, (Enirando, muy’ palida, seguida por una CRIADA.)—No. Tranguilizate, (A la CRIADA.) Co- ra a buscar un médieo...; al seiior Olivier De- ANTONY 5S Iaunay, es el més cereano. (Recapasita,) Pase an- tes por Ia casa de la vizeondesa de Lacy, puede que esté alli... (Sale la Criapa, Indecisa, Reacciv- na, Se acerea a la puerta det salén. Dirigiéndose a los que se supone que estén on el vestibulo de {a casa.) Pongan ahi al herido... Con todo cuida- do... Sobre ese sillén.,. Despacio... (Se vuelve hacia su hermana.) jClara!... ,Sabes quién es el herido?... Es él... ;Antony! (CLaRa.—jDios santo! = ADELE.—{ Quién, sino él, se hubiera atrevido a tirar- se delante de los eaballos desbocados? CLARA—Dime Jp que ha ocurrido, ADELE.—{Es que no lo comprendes? Bl yenia hacia nuestra casa... jPobre Antony... Los eaballos se asustaron, enloquecieron, Fue una instanténea batalla de dientes y correas... Pareefa que mis vonas se desangraban por los ojos de aquellas bes- tias... Antony se lanz6 contra aquel muro de re- linchos... Cay6 al suelo... posiblemente est mai herido... Tiene el pecho abierts CLARA,—Z¥ estas segura que e3 él? ADELE—Si, aunque tan sflo Io vi un instante, Fue como un relémpago entre aquella alazana tormenta de patas y espuma... Lo arrastraron, pisotedn- dole, Cuans—jPobre Antony! ADELE—Vete a su lado. (CLARA inicia el mutis, De- teniéndola.) No, que vaya un erindo, (Reaeoién.) Sora mejor que seas ti. Recoge todas sus coses.. Gorre... Esta desmayado. Tal vez muerto.., De 20 ALEJANDRO DUMAS prisa, Y vuelve Jo antes que puedas. Tréeme no- ticias, (Sale CLARA, Pausa,) {Noticias? Yo ten- dria que ir a buscarlas. ¥ quedarme a sti lado, para ser la primera que viese en los ojos del mé- ico Ia madrugada o el crepasculo de su_vida. (Con teraura,) Su corazén, como un pijaro re- cién nacido, habria de aprender a volar en el cie- lo pequeiio de mi mano. Y que mis ojos fuesen la precoz liz que entrase en los suyos. Respirar el faire qué-desperdicien sus pulmones. Ser un inti- mo salén de espejos para enando regrese. No ha sido por mi? Esté heride por salvarme la vida... Se encontrar rodeaio de extraiios, frente a mi- radas indiferentes, entre voces desconocidas. Una agonia o el retornar de un extranjero... So- Jamente hallaré un desierto de ajenos y sorpren- didos ojos. (Entra at CRIADO.) {Como esti el herido? {Ha reeobrado el conocimiento? Ciapo.—Tedavia no. Acaba de Hegar el doctor De- Taunay. Ya lo esta atendiendo. “Annus.—-Gracias. Digale que venga, en euanto puc- dda, para informarme. {Sale ol Cniano, Batra Chana.) Guana, (Entregdndole wna cartera y wn pufal.)— Esto levaba. ApELE, (Adre la cartert,)—{Mi retrato! Guaxa:—Si alguien hubiese abjerto esa carters... ‘ADELE, (Mirando detenidamente. ol retrate, deepués Ya no soy tan ANTONY 2 elia como entonees, Me encontraré cambiada, (Suspira.) {He sufrido tanto! (Busca on to carters. Sact wn carta.) Ciara, (Al verlaJ—iUna earta tnya? lApeLe—La ‘nica que le escribi. (La tee.) Decis que le amaba. (Com ternura,) 1Antopy! (Cambio) ~Imprudente. CLARA —Quémala. {Hay otras pruebas? ‘AbeLE No. (Silencio,) La habré veleido miles, de ‘veces, besando desesperado estas ya desautoviza- fas afirmaciones mia, Tinta sin eco. Es el ce- menterio de sis Iigrimas. Pero seguramente era ‘su consuelo, Un indispensable reloj de papel para Volver ‘a vivir las horas antiguas. Su tesoro. Ta hereneia que él se ha Iegado a si mismo. iY yo se a arrebato! (Paust.) Cuando abra Tos ojos; Te vantando dolorosamente Jos pérpados de 1a sor~ presa, y su mano pueda disponer del primer jue- fo de los dedos, buseard esta carta para Teerla, Cuana—Serfa una imprudencia que 18 conservase, “ADELE. (Espontdven.)—{No he guardado yo las su- ‘yas! (Pausa,) {Cémo estaré? Y yo, aqui, tan ejana, Deberia encontrarme a su Indo, repartién~ donos su agonfa. Clara, ve a traer al doctor De~ launay. Cuana—Le diré que venga inmediatamente: (#4000 mais) ‘Apate, (Contempla et pul.) —EL puiial que siem- 2 ALEJANDRO DUMAS ANTONY 2 ‘ido por mi? (Cambio.) Pero, pre Mevaba consigo y que tanto me asustaba, al | Apsu—iYo? is ven de? {Qué ha hecho con el ignorar que au pomo Ie servia de sello y divisa, qué es To que suce ‘Verdugo del laere y escudero de palabras. (Pau- hherido? a,) Pero en este pufial estin fundidas sus ideas, Danaunay.—Atenderlo,.. Tal vex Tos términos clen- constantemente mexcladas, de amor y de muerte, |) Mheos Ta han asustade... Y ha ereido que vo 70 (Pawsa, Esewha, Nerviosa,) ;Ha sido un grito? era. (Bscuchando con més ateneién.) {Bs su muerte “Apaue_—Oh!, no, De antemano se... (Cambio.) Bs- quien habla? (Avanza hacia la puerta.) | Antony! ey intranguila, Es moy natoral. B) me ha sal- Voy a tu lado. Yato Ta vida. {Me comprende ahora? Danaus. (Con éntencién.)—Sin la menor, dude. Therida. en el pecho. Le he = fa tr tin, ode ot Deore OE Pause.) ‘THene—ue ea ig (reerieato una cura de urgenela con todo enidar 1 pee To, poniéndole un vendaje para evitar Ia hemores- DELAUNAY.—Tranquilfeese, baronesa.... BI acciden- ia. Ha sangrado mucho. Adm no habia vuelto te, aunque grave, no es peligroso, Se trata de una ‘en sf, pero su estado 0s tranguilizador. Ahora herida contusa sangrante en el t6rax que le ha Sraerite repose ysosiego. Tengo que hacer Une producido una aguda lipotimia, Su vida esté se- recomendactén. Hse hombre no puede quedare® iid ree ectibulo, rodeado de criados x extrafos, en hpere Dacor hme Se ara i or ‘aitgn ineémodo.... Me he permitido, en nom- DELAUNAY—{Duda de mi palabra? (Gesto negative — | fre de usted, ordenar que To trasladasen ol inte- de ApnLB,) Respondo del herido. (La mira fija- srfor de esta casa. monte.) Ahora-es usted quien me preoeupa. Esta ‘Apeue. (Sorprendia,)—jAqui! 7Bs que por st ¢& ea te i ‘rade no puede ser eonducido a le suya? “ApzLz—{ Ha recobrado el sentido? DaAUNAY--Mis tarde, Creo que no habré inconyes DELAUNAY.—Adin no. Mas perdone que insista sobre niente, dejan ese vendaje. (Pausa,) También he eva palidez...__ | Guerido evitar que, al reeobrar cl eonorimfento, ApELE—LY por qué lo ha abandonado? | Frsque una explieacton piblica, preguntando, re DEIAUNAY.—Uno de mis ayudantes esté con 61... He onteiendo, nombrando... Ademés, cualquier emo~ venido porque su hermana me dijo que usted de- Gtén, tm recuerdo encontrado, puede producir un fatal efecto. sseaba conocer mi opinién,., Ademés, pensé que ‘Apena.—Comprendo, Ha hecho usted muy bien, Tle tal vez mo necesitase... begeeeee ee ee ee ee ee ee ee 2% ALEJANDRO DUMAS ne que estar solo cuando: recobre. el sentido, zno es cierto? Absolutamente solo... Usted mismo pa- sara a otra habitaci6n, pues la presencia de un extra... DELAUNaY.—Sin embargo. ADELE.—Doetor, acaba de advertirme que la menor enfoeton puede ser fatal. {Lo ha dicho o he erefdo entenderlo?. DELAUNAY. (Mirdndola.)—Sf, seftora, lo he dicho. Bs necesario:.. Pero esta precaucién no es para mi..., el médico, ADELE, (Comprendiendo. Cambio.)—Eseicheme, se lo ruego. Sea usted quien ordene que nadie esté 1 su lado. . . DELAUNAY.—Sefiora..,, (Cuan, cf CAuupo y to Cate traey a AN: ort, quien, con le samite dseabrochada y cot ‘manehig de’ cangre, lleva wn. vendeje. sobre al echo, Esta muy pabite y ems sin tent.) ADELE, (A todos.)—Ponedle sobre ese sofa, (Obede- con. Dirigiéndose a CLARA.) El doctor Delaunay ha ordenado que se deje solo al herido ..., y que debemos salir todos. (Los eriados hacen mais.) Yo doy el ejemplo. (Antes de salir.) Ta harés compeiiia al doctor mientras ordeno algunss cosas, (Batis) DBLAUNAY,—Voy a asegurarme. (Se acerca a ANTO- ANTONY 2 Ny, Lo observay-toméndole el pulao revisando el vendaje.) BE} pulso comienza 2 latir normal. Ambor aalen. Breve pawse. Silencio. ANTO- NY no te myeve, Se ahve ima muerta, pequete ¥ disinntida en Ta pared, Entra ABER, despa: tho y 20m prectucisn.) Apste, (En voz daja.)—jAntony! i¥ es asf-como vuelvo a verlo!.,. Pélido, ensangrentado, mori- bundo... La iiltima ver. que estuvimos juntos, tan Teno de vida, calculamos un comin porvenir. Aho- ra nos, repartimos un pasado. “Quinee dias de ausencia”, me decia; “y después_ua unién eter- na". AFpartir, puso mi mano sobre este eorazén, (Hace ios mismos movimientos que describe.) Asi. Sobre este pequefio voledn. “Ves eémo Inte”, me dijo, “Bs la felicidad y In esperanza”, afadié. (Se separa.) Tres aiios ausente. Se multiplicaron los dias. Mi soledad era un arroyo de violetas que lentamente iba creciendo. (Pawea.) Otra vez, tan ore, como entonces. Es el mismo, ¥ yo también, En apariencia todo esti intacto, (Redectén.) No. Es distinto. Su corazén apenas late, y nuestro ~ amor es un-erimen, (Desesperada,) ; Antony! (Toma bx cabezo de ANTOXY entre gu mance Bl abre tor of, Ln mire fjomente, Recuerda,) “Antony.—j Adele? ‘ADELE. (Retirando sus manos.)—St. ‘ANTONY. —j Adele! sum eafuerco ara susonporarse,) RE RRR a 7 s ALEJANDRO DUMAS ‘ApELe.—No se mueva. Deseanse. Esta herido y al menor movimiento... Antony. (Reaignado,)—Lo comprendo, (Pausa.) Al recobrar el sentido y encontrarla a mi Indo he ereido que era ayer. Cuando la vi por dltima vez. Pero este hoy tiene tres afos. iBs posible que haya pasado tanto tiempo? {Qué me ha sucedido? 4Dénde estin mis recuerdos? ApeLE—No hable. ‘ANTONY. —Ya van regresando,.. Usted_se puso pé- lids, nerviosa... Of sus gritos, vi tun coche, sal- taron-los cabsllos... Mevarrojé sobre. ellos... La Inna... Un golpe fuerte y la sangre... {Es este 1 didlogo con la agonia?... ‘ADELE,—No. Usted solamento esté herido, Por for- tuna todo ha, pasado, Anrony.— Addie! ‘ADELE. —Adéle d’Hervey. Sefor, Je suplico que no clvide este nombre completo. ANrony.—Sefior... (Triste de mfl... Vuelve la me ‘mora... Sefior.., Esté bfon, Olvidaré el nombre de Adile y diré: sefiora D’Hervey. Y toda la des- ‘eracia de mi vida queda encerrada para Sempre fen esas dos palabras. Aprts.—Llamaré a un eriado, pues necesita que Te cufden, sefior... ANTONY.—Antony, es mi nombre propio, Siempre | mismo, Una inieial que es una isla sobre eual- auier mar de almohadas y sdbanas. Antony. Una letra, Esta A, que en su combra deja la huella de olra con que eomienza un nombre amado: Addle, ANTONY .m ‘Mil recuerdos dentro do esas letras... Pero, sefio- ra D'Hervey. ApELE. (Sin poderse contener.)—j Antony! ANTONY.—Olvide ese nombre y yo haré lo mismo con el suyo, Enterrémoslos juntos. (Ella tnicia el mais. No te alejes... Acéreate, que pueda verte, (AL ver la actitul de Appts.) Perdén, no volveré 2 tutearla.,. Ven. Te llamaré sefiora... Acéreate, por compasin... (Pausa.) Sefiora D'Hervey, tan bella como siempre. Tranquila y serena, con una memoria sin recuerdos amargos... (Cambio.) {Es usted feliz? ADELD.—Sf. Axtony.—Yo también, ADELE—j Usted? ANTONY.—{Por qué no habria de serlo? Ya no dudo. Es on la ineertidumbro donde habita la desdicha. ‘Mas cuando no hay nada que esperar o temer, a partir de ese instante en que el destino, después de un Iento y doloroso proceso, en que hemos so- portado el interminable desfle de esos testigos adversos que son las desilusiones, al dietar Ia de- finitiva sentencia, siendo condenados a soledad perpetua, el corazén ya no malgasta su sangre en flor o frutos de angustia. Es el instante en que a desesperacién, extenunda, se calma, equivocen- do a Jos que son felices, pues esa apariencia se parece a la felicidad. Después, tristeza, dicha, desesperanza, tan s6lo son palabras que despreo- cupadamente se apuestan a una carta, que repre- senta una idea jnconereta en nuestra imagina- a” = ALEJANDRO DUMAS ci6n, Jugamos eon los sentimientos-«iina partida, ‘tan extratia, que somos liberales en el riesgo por- ‘que creemos que son sofiados 0 ajenos, Es Ia de- rrota del azogue, el triunfo de las flores artificia- Jes y la revancha de esos pajaros disecados. Nadie quiere pisar la raiz de su existencia, Niebla y silencio. Hay que dejar pasar al tiempo. Que la torre de una gota de sangre sobFe el eampo cén- ‘eavo del pecho se convierta en ceniza. ¥ asf, hasta que Ios afios, deshaciéndose en meses, se trans- formen_en dias, y éstos Heguen, pasando por la descomposicién de las horas, a convertirse-en. el — esqueleto minimo de un minuto, ese cuerpo calei- nado que pasa por el euello de los relojes sepul- tado en um grano de arena. Entonees, ya no somos os mismos. (Se levanta, acoredndnee a ella.) 2Quign, en este momento, al verme y al contem- lar st sonrisa, se atreveria a decir que mo soy feliz? AgLE.—iPor piedad, eallad! ANTONY.—Ast son todos los hombres. Si yo eaigo ‘entre ellos, enlosando de sangre cualquier plaza, ofreciendo @ sus ojos el mediodia de Ia herida de mi pécho y las venas abjertas de mis brazos, in: “ese desdichado sutre”. (Con desprecio.) iS6lo tienen ojos vulgares! (Pausa.) Se acercan, Y¥ por listima, porwn sufrimiente que mafiana puede ser suy0, me socorren, Pero si yo, con el alma deshecha, les gritase que tuviesen conmise- racién para mi scledad incruenta, exclamarian: “Es un loco”, y riéndose continuarian su camino, ANTONY » Apeu—Sefior. “Anrosy.—Y es que Dios ha querido que ol hombre no pueda esconder Ia sangre derramada bajo su vestido, pero ha permitido que oculte las heridas de su alma debajo de. una sonrisa, (Tomdndola por los hombros,) Adéle, mirame de frente... So- ‘mos felices, ino es cierto? Anets., (Separdndose,)—Calmese, se lo ruego. Tan agitado no podremos levarlo a su casa. — ANTONE. —ZA mi casa? {Qué ha_querido decir’ (Pausa,) $i. Ya comprendo. ‘ADELE.—=No puede quedarse aqui. Su estado afor- tunadamente no To justified. Todos mis amigos, ‘que le conden, no ignoran que usted me ha ams- do... {Y también por mi misma! ANTONY.—Sefiora, cuantos motives... ;Serfa neee- ‘sario que estuviese en peligro de muerte para po- der quedarme aqui?... {Solamente agonizante po- fa estrechar su mano, como si con ese gesto me despidiese de los otros?... {Dios mfo! ;Adéle! ADELE.—jOh!, no, Si existiese el menor peligro, si no tuviera Ja autorizacién del médieo para el trasado, axviesgaria mi reputactén,.. Habria una excusa ante los demas... Pero... Awtoxy.—{Una excusa?... (Se arranca el vendaje.) Mi sangre... (ongre, Cow susy waeante, ve apeya on aU reapalda den sin) ApeLE.—jSocorro!... Antony!... (Lo sjeta,) {Dios ” ALEJANDRO DUMAB i8e desangrs iSocorro!.., {Sus ojos ANTONY. (Al caer, desvaneeido, sobre al sillén,)— TY ahora me quedaré! TRELON ACTO SEGUNDO BI misma decorade del acto anterlor, Atandece. Han pasado ‘len dine (AL fevtntarse ef tlén, ADELE eot6 sentade, signe Ts eabesn entre ens manos, Hay wn breve in Entra Chana, quitn, al vera, 9@ de tiene.) CLARA, (Aceredndose,)—j Adéle! ADELE—jAh, eres ti! gDe donde vienes? Czar —De la calle. (Pausa.) Acabo de ver a An- tony. ADELE—j Antony! {Siempre Antony! CLARA —Hoy se marcha. ApBLE—iEsté totalmente zestablecido? CtaRA—Si. Mas no de su tristeza, Has sido muy feruel con él. Hace diez dias que te salvé la vida; solamente le has visto una vex y fue acompafiada por el doctor Delaunay. ‘Fel-vez tengas raz6n, Es tuna eondueta que imponen los titulos de madre y esposa, E] honor te impideser agradecida. (Pausa.) Antony sufre, cada dia se hace més redueida su soledad. Se queja con razin. Cualguier extraiio ‘hubiese logrado de ti més ateneiones. (Con inten- a ALEJANDRO DUMAS cién.) {No piensas que tus reservas y negativas Je hagan suponer que temes verle? ADSLE—[Verle! {Para qué? (Bsponténen,) Entre ambos vais a perderme, Es una constante sipliea a dos voces. Y si cediese, td, al igual que los demés, dirias: “por qué volviste a verle?”, (Pausa,) A ti, queeres feliz al lado de tu esposo, quien te ado- ra y al que ests unida por amor, tal yea mis te- mores te parezean exagerados. Y es que estés’pro- tegida por todos esvs sentimientos. Pero yo, que ‘inicamente tengo a mi hija, estoy amenazada por mis recuerdos, de los cuales-hay uno que persi- ‘242, alcanzindome, Tgnoras lo que es haber amado Y¥ ho pertenecer al hombre que se amé, (Braltdn= dose.) Antony est en todas partes. Nace en los espejos. Es un eirculo, Tiene In lave filsa de mis sentidos. Siempre a mi lado. Triste y pilide, eo mo un rayo de luna en un bloque de cera. Es una estatua de suspiros. (Pavsa.) Quiero huir, Ale- jarme, sorprendiendo un deseuido de mi memo- ria, ¥, sin encontrar la salida, recorre esa inter- minable y agotadora galeria cuyas paredes estén adornadas con {apices que reproducen- viejas es conas de nuestro amor, Desfallecida, eierro los ojos. Entonces, son sus palabras las que me acosan. Intento taparme los ofdos, pero mis manos se tor- nan caracolas que me traen e] eco del mar de su vor... Por fin logro desertar, dejando mi cuerpo en Ja batalla, salvado initilmente mi alma, Me acereo ~a la cuna de mi hija. Y cuando creo estar a salvo, mi corazén, que me ha seguido como un fiel es- ANTONY ® cudero, me avisa para que no vuelva Ia cabeza, porque Antony esté detrés de mi, como el ere- iisculo de mi voluntad. (CuARA—jHermana! ADELE.—Sin embargo, delante de Dios, tan sélo ten- {go que reprocharme In inmaterfatenipa de ese cuerdo. CLARA —T4 has resistido. ADELE.—Solamente he luchado... Ya has visto eudl hha sido mi vida en estos dias. (Pausa.) Antes le temia en“@useneia, pero ahora que esté aqui, ya no es un fantasma, sino un hombre presente. (De- sesperada,) {Claral, sflvame. De tus brazos no intentaré arrebatarme,.. Defiéndeme... (CuARA.—Escucha y se acabarén tus temores. Antony se marcha de Paris, Tan sélo quiere verte para cconfiarte tn secreto, del cual depende su tranqui- Tidad. Después se alejaré para siempre. Me ha dado su palabra, ADELE.—No serd 61 quien se vaya, sino yo. Mi lugar cesté al lado de mi marido, Alli encontraré un de- fensor y un duefio, El me protegeré aiin contra, ‘m{ misma, Y arrodillada, o entre sus brazos, le diré: “un hombre me ha amado antes que fuese ‘tuya..., ahora me persigue... Ya mo soy libre.. "Te pertenezco... Mas sola no hubiera tenido fuer- ‘zas contra su seduccién... Por eso he venido jun- to a ti, para que me defiendas... ‘CLARA.—Reflexiona. {Qué pensara tu esposo? {Com- prenderé tus exagerados temores? {Qué arries- ‘gas quedindote en Paris unos dias? Después. 3 . ALBJANDRO DUMAS ADELE.—{Y si entonces ya no tengo valor para ale- jarme? La pasién y sus sofismas apagarin In ra- z6n... No, mi resolucién esté tomada. Esta es. la~ nica oeasidn en que puedo salvarme... Disponlo ‘todo para la marcha. ‘GuAKA.—Al menos deja que te acompaffe, No quiero que vayas sola. Avena. —Quédate, Te dejo a mi hija. El camino es Jargo y fatigoso y no debo exponer a esa eriatura. Qfirando un retoj.) Son las siete y media. Procura que a las once esté preparado mi coche. Y guar da el mayor seereto, Confie-en ti, Td me ayudards a salvarme. CLARA—Haré lo que quieras. ADELE. —Dime, al menos, que tengo razén. CLARA. (Sonrie,)—Eres tii quien ha decidido. ADELS.—Y¥ lo recibixé... Yano le temo... Déjame 1a... Vuelve a Ins once. al verte sabré que todo est ultimado, Sobrardn las palabras y los gestos. Nada que pueda hacer sospechar. Una mirada tue ya dard la sefial de partida, CLARA. (Iniciondo o] mutiz.)—Todo estar’ prepae ado. ApsLe.—zA las once? Cuaza—En punto. Gale Arm, derpacio ee dtige cin “ae enbigt Stata: Constan a seein. Breve neo, Sigue enorbienda, Pusu wn breve tempa— Entra el CRUD.) CRIADO.—El sefior Antony. ANTONY 8 ApELE. (Qcultando la carta.) —Hagalo pasar. (Se pone on pie, Zntra anroxy, Ambos ce 20- Iadan ‘con ‘wnt inelinaciin de. cbero, Powtey Annus fe huco wx adenn iueitdndole & sentor” se, Amen permancee on pie, Bila ee sienta) — AbELE—Usted habia deseado’ verme antes de mer- ‘charse de Paris, y a pesar de esa peticién y del de- seo que tenia de expresarle mi agradecimiento por ‘itima vez, dudé durante algunos dias en recibirle. Ante sit insistencia, he erefdo un deber no negar tan ligero favor, quien debo. el-haber podido volver a ver a mi hija y esposo. ANTONY.—Sé que a ellos tengo que agradecer esta entrevista, Eq lo que se refiere a ese agradesi- miento, n0 ereo que merézca et elogio. Cualquiera, el primero que hubiese estado presente, habria hecho lo propio. ¥ de haber ocurrido el accidente en algiin lugar desierto, el eochero seguramente habria dominado a los caballos, o éstos se hubie~ json detenido sujetos por la rienda del cansancio. © simplemente, Ia lanza del eaxruaje, de no haber encontrado mi pecho, al chocar contra un muro o clavarse en un érbol... ADELE, (Sin dejarle terminar.)—Lamento haber sido Ja eausa, ANTONY. —i Qué fimportancia tienen las causas? Es al destino, Usted tiene que quejarse del azar y yo estarle agradecido, ADELE—{EI azar? {Por qué me arrebata el nico sentimiento que puedo tener por usted? No e8 ge- neroso, Ey ALETANDRO DUMAB ‘Anroxy.—Creo que el azar siempre ha regido mi destino. Es la tiniea dinastia que ha tenido mi fexistencia, Reyes o reinas, decretando en forma fabsoluta todos’ Jos aeontecimientos de mi vida. Prineipes hasta de los motivos més fitiles. (Paw. ‘sa,) Hace afies, un joven, a quien no he vuelto @ Yer, me eondujo a casa de vuestro padre, A ee Joven lo habia encontrado en el bosque de Boulog- pe Nos habriamos eruzado, sin hablamos, pero en ‘eee instante paso un amigo comin, quien nos pre- ‘senté, Fue el azar, La Hegada dena tereera per- ona, él elegir mi eaballo aquella avenida, pasear f2 esa hora... De no haber sucedido todas esas eir- Ganstancias, jamés la habria conocido, Esos acon~ feoimientos, que desde hace tres aflos atormentan mi vida, diéron lugar a otros, como el regeesar a su eneuentro hace diez dias, detener los caballos 7 obligarle & que, estindome agradecida, tenga por wt ese impar sentimiento, (Pause.) ;COmo Hama- ia a esta seeueneia de pequefios acontecimientos, ‘gue, euidos, forman tina existencia feliz o doloro- fa, y gue, aislados, no meresen ni una légrima © una sonrisa? ‘Apsin—iEs que no admite que exista en el alma fel presentimionto? Ese presaginr el futuro, sen- fir el hado, prever el sino, A veces una frase, ‘una sola palabra... ‘Antont. (Aceredndase @ ella.) —Pues bien, ya que ‘ina palabra eyoca en usted tantos pensaiaientos, quando ofa pronunciar el nombre de Antony, mi Hombre, mezclado con los de nobles y distingui- a ANTONY dos conceldos, solamente despertaba en usted tma idea de soledad? No se ha dignado jamés pusearle Ia compaffa de un apellido? 2Ni una sola yer ha tenido Ia curiosidad de conoeer a mi fami- Tia? {Ni saber quiénes son mis padres? ‘ApsiE-—Nunea, (Paaste)-Crefa que su padre habfa Imuerto cuando érais nif. De su familia solamen~ te conozeo a usted. Y para mi esté presente eusn- do le veo, Yo le amo Antony y me contesta. {Por {qué tengo que busear otros nombres? ANTONY.-iY cuando estamos en sociedad? Por ejemplo, en un sal6n... Usted, apoyada en un arpa, fesa easeada de Vigrimas delgadas, al ver a. otros Hombres, zha pensads en alguna ocasion que yo no tengo-rango que justifique mi existencia, nt existeneia que justifique mi rango? ‘Apene—Creo que ha nacido para lucir todos los ‘rangos y para vivir cualquier existeneia. No me atreverin a especializar al hombre que me parece eapar de resolver tod. “Antoxy—Sefiora, antes de nacer, el destino ya habia clegido. No he podido escoger entre todo o nada. ‘egué 2 un mundo adverso. Lo que para los otros era positive y realidad, para mi signifieaba sue~ fhe 0 decopcién, He estado solo, Me obligaron a erearme mi propio’ universo. Con otros dolores, otros placeres y quizé con otros erimenes. Apeve.—tY por qué? ‘ANTONY—-{Neoesita saberlo? No, igual que los otros usted me... (Reaccién. Avrodilléndose.) Perdén, ya sé que es buena y distinta ALBJANDRO DUMAS ADELE. (Poniéndose en piJ—Silencio... Llega gen- te... (El hace ademén de irse.) No se vaya, pues maiiana seria demasiado tarde... icién sobre el mundo que hasta aqui viene a busearme! (Se posea nervioa, Brtra of Ca1spo,) ‘CRIADO—La sefiora vizcondesn de Lacy y el doctor Delaunay. ADELE, (Al Catapo,)—Pueden pasar. (Sale ef CRTADO. Dirigiéndoce @ ANTONY.) Célmese, por piedad. Que ellos no puedan sospechar, = ANTONY, (Detoniéndose,)—Estoy tranquilo. {Pausa.) iDe qué quiere que les hahle? {De modas o de la obra recientemente estrenada? (Con éronéa.) Tor do es0 me interesa. muchisimo! eats Wenn oe Lae y et Doeron Vizconness. (Besando en ta mejilia a ADELE.)—Bue- nos dfas, querida amige... (E1 Docton DELAUNAY besa le-meno de ADELY.) Supe por Olivier que a partir de hoy volvia a recibir, y me apresuré... iTodavia tiemblo al acordarme! Corrié usted un * verdadero peligro. Se sav... ADELB. (SPHialando a ANtoNY, quien por estar ab fondo del salén no te habian visto los visitantes.) Gracias-at-valor del sefior Antony. ‘Vuzconpess, (Viéndolo,)—jAh!, pero si esté aqui el héroe... (A ANTONY.) ;Recuerda que somos anti- ANTONY aa) ‘gos? jonocerle on casa 1yos amigos? Tuve el placer de conoces feradte cnndo estaba snr. Con est doe titulo reciba mi felieitacién més sincera. ofrece ta mano, él so tn best Dirigiéndose al Doctor DELAUNAY,) Doctor, nuestro amigo esté ‘completamente sano y salvo, tal vex un poco pa Tide. pocron Datsuns asds ANTONY) fi j ha venido a despedirse. ‘ApeLe.—El sefior Antony ha venido a des ‘Vizconnesa. (Dirigiéndose e ANTONY.) —{ Para con tinuaF sus viajes? — ANTONY—Si, seiio P ‘Yuzconnesa—Y¥ jadénde va’ * ANTONY.—Ni yo mismo lo sé. Siempre que es post- “ble encargo al Destine que decida, Basta un deta; tle o una sefial. Pero siempre es igual. Al final del viaje no he adivinado si la vida es una desprecia- ‘una ereaei6n sublime, i DELAUNAY.—iY qué dice su familia de ese vaga- bundear continuo? . F ‘ANrony.—iMi familia? (Reaceién.) 1Ah, si! Ye se ‘na acostumbrado, (Dirigiéndose a ApELE.) {No es verdad, sefiora? ‘Vizconpesa. (Dirigiéndose a ADELE.)—Espere, que- ‘rida Addle, que no sera usted quien exija eu par Hida... Ese tipo de aecidentes dejan siempre un estado de debilidad que seria imprudente expo- nero... DELAUNAY, (A ANTONY.)—Permftame que le haga, ‘aunque muy por encima, un reconoeimiento que autorice a decidir sobre su viaje, :Quiere que Pa ” 1 ALBJANDRO DUMAS ssemos a esa habitaci Ja casa Jo consiente, ADELE. (Sonriendo.)—Doctor.. (A Appz.) Si le duefta de (Anson y «1 Doctor DEtauns Aecew muti) ‘Vuzconpesa. (Confidencial.)—Han sucedido cosas prodigiosaS en estos dias... Me han dicho que no habia querido recibir a Antony durante In conva- ecencia, porque fue su enamorado en otra época, ADBLE. (Sefizlando a la puerta por donde salitron ANTONY yy el Doctor DELAUNAY.)—Mas bajo, por favor. ‘Vizconpess.—No tema, estén entretenidos con el examen facultative. (Cambio.) Estoy muy enfa- dada con usted, no me advirtié @ tiempo sobre esa complicacién. ADELE. (Tratando de hablar con alegria,)—Soy yo quien tiene que regafiarla. Esta mafiana ha pa- sado por delante de mi casa y no se ha dignado entrar. ‘Vizconness.—Llevaba mucha prisa, En mi calidad de dama de la Caridad, tenia que ir de visita al Hospieio. (Pausa,) Hice mal. Podia haberme acompaiiade. Tal vez se hubiera distrafdo un poco. ADELE.—Me hubiera interesado ir, para estudiar el efecto que produce en los extraiios el ver a esos lseres desgraciados. Vizconvess—Es deprimente. Pero los cuidamos muy bien, son tratados como los demés nis. (Gin ose instante entray ANTONY y el Doctor Diavyay.) ANTONY. a ANTONY. (Que ha ofdo lae-palabras de 1a VizcoNpEsa pp LACY,)—Es muy generoso que alguien Tea euide, ADEL.—{Cémo habré madres que puedan abando- narlos? ANTONY.—Existen. Yo lo sé. ADELE. (Dirigiéndose a ANTONY.)—;Usted? Vizconnass—Ademés, algunas veces, gente riea y que no tiene hijos, vapor alli = elegir uno... Y¥ Jos quieren como si fueran propio ApELE—iA olegir? ANTONY.—Si, es como un bazar. ADELE. (Muy ezpresiva,)—Si yo no hubiera teni- do... me habria gustado adoptar a uno de esos hhuérfanos. ‘Vizconpesi—Se habria equivocado... Bllos son fe- ices all, con gente de su clase. ApzLs.—Le suplico que. no siga hablando de esos desdichados. Mi corazén... ANTONY. (A ADBLE)—{Por qué? (Dirigiéndose a Ja Vizconpesa De Lacy.) Continte, se lo ruego. Deeia. que estan alli con gente de su clase y que nuestza amiga habria cometido una equivocactén, ‘VizconvEss—Sin duda. La adopeién no hubiese he- ‘do su verdadero origen, que le diesen y el lugar que Hegase a ocupar en la sociedad. DELAUNAY.—Y si fuese mujer, ;¢6mo cassrla? ANTONY.=Exacto. {Quién querrfa por esposa a una expésita? DELAUNAY—Creo que nadie de muestro medio, 2 ALEJANDRO DUMAS ‘Antony. (Reacoionando.)—Yo, sf. Porque estoy’ por encima de los prejuicios. (Gestos de todos.) La anatema ha sido pronunciada, Ya huele a azufre. Se nubla el rojo y vertical poniente de las cor- tinas, Nos hemos convertido en estatuas de asom- bro, (Ezaltado.) Es nevesario que el desgraciado permanezca toda su vida en ese estado; para 6), Dios y los hombres no tienen nf una sola mirada de piedad,.. {Sin nombre!....;Saben Jo que sig- nifiea no tener tn nombre? Hasta a los minerales sso les distingue con esa gracia, que es doble-por Ja belleza del latin, (Dirigiéndose a ApELE.) ;Us- ted le hubiese dado el suyo? Pues bien, aun sien- do muy honorable, jamés habria contpensado: al paterno. Y al sear a ese nifio de In oscuridad y de su miseria, nunca le habria resareide de lo ‘que el mundo le niega. ADELE—Si yo conociese a alguien en esa condictén tan desdichada, haria lo imposible para que lo olvidase. Vizconpesi—Y yo. DELAUNAY.—Cualquiera Ia imitaria, seitora, ‘ApgLE.—Lo haria sinceramente. ANTONY, (Dirigiéndose @ la Vizconess.)—iY si tuno de esos desgracindos Negase a amarla? ApELE.—LY yo estuviese libre? Antony. (Répido, a ApeuE.)—A usted no In he pre- guntado, me dirigia a Ia vizcondesa, ‘Vizcoxoes.—EI comprender ANTONY.—j Mas si la olvidara? su posieién Awronyr “ ‘Vizconess,—No creo. que haya una mujer que-co- ‘rrespondiese a ese amor. ANTONY.—Segtin esa situacién, solamente queda el auicidio. ‘Vizcoxpess, (Reaccionando,)—Sus palabras son ex- traiias. No entiendo osa actitud. {Qué le ocurre? ANroNy.—Nada. Tengo fiebre. DsLAUNAY.—Suspendan esa conversacién. (A ANTO- NY, com gesto améstoso.) No vaya a recaer en e808 access de misantropis. _Yueconnesa.—Ya comprendo, No he olvidado su odio por los hombres. ANTONY.—Se equivora, Me_he corregido. Dice que los odiaba; pues bien, después de tratarios, los desprecio. ADELE.—Con esas ideas... amistad, ni...? GBs que no cree en Ia Se detiene) Vuzconpesa.—En el amor. ANTONY. (Dirigiéndose @ lo ViZCONDESA DB LACT.) En el amor, si. En la amistad, no. DELAUNAY.—{Por qué? ANTONY.—Es un sentimiento bastardo que Ia natu- raleza no Jo necesita, una conveniencia de la s0- jedad que el corazén ha adoptado por egoismo; ssituacién en la cual ol alma esta constantemente lastimada por el espfritu, y de condicién tan fré~ gil que puede ser destruida por la mirada de una mujer o Ja gonrisa de un principe. DELAUNAY.—;Y cree todo eto sinceramente? “ __ABEJANDRO DUMAS Antony.—Sf, La ambicion y el amor sorpusiones, la amistad es sélo un sentimiento. ‘Vizconpas’.—¥ con esos principios, jeusintas veces ha amado? _Avtony.—Pregiintele a um cadiver cuntas veces hha vivide. Vizcoxoss. (Al Doctor DBLAUNAY.)—Vémnonos. Greo que estoy siendo indiscreta, (Dirigiéndose ‘@ ANTONY.) Cuando me conozea mejor es posible que me haga sus confidenctas. (Pausa.) Freeuen- femente doy algunas fiestas en mi casa, que mis dulddores elogian con exeeso, Si se queda en Pa- =tis, al doctor le llevar, 0 seré-mejor que vaya ‘cuando quiers. (Con intencién.) Creo que es ine necesario decirle que si ste madre o su hermana se dignan acompafiarle, para mf seré un honor. (A ADELE.) Adids, Adéle, (Hace un ademén,) Doctor... (HE Docton Dataunay besa Ia mano de ‘ADELE, estrecha la de ANTONY y so adelante hasta a puerta. nara ceder ol paso « Ia VizCONDESA DE Lacy. Esta, antes de atlir, dice en voz baja a ADE- x, y refiriéndose @ ANTONY.) Hsté mas seductor que cuando Ie conoct..Dehe divertirla prodigio- samente. Adiés, querida.... (Dirigiéndose @ ANTO- Ny.) Le espero por mi casa (Aavnowy hace"Wnt ineinaetn de eabese, ADE: sles aeomperin, Matin de ioe ter) ANrowy.—jMaldieién! (Se poate nerviero, Breve silensie) ANTONY “ Apuiz, (Entrando.)—j Antony! ANTONY, (Aceredntdose a ADELE.) —iQuiere que le rrevelo mi secreto? Apeup—Ya mo es neeesario. Lo he adivinado. iY eémo he sufrido con los comentarios de le viz- condesa! ANTONY —{Por qué? Son prejuicios de esa sefiora, Olvidelo. Yo soy el nico eulpable, Agu —Usted? ‘Antony. —Si. Pudo haber vivido resigmado entre los de mi linaje, y fui tan osado que reclamé—an Iie — gar en la sociedad, ignorando que wn alma y un eorazén solos no dan a nadie rango social ADELE.—Ahora ‘entiendo To que antes estaba oscuro, El Drillo de esa tristeza lo aclara en esta madru- gada de légrimas... Vuestro carécter de eresta y vyelela... Aquella partida de aguila descastada.... ANTONY,—Nadic podra comprender lo que sufri al verme obligado a dejaria. A vuestro lado habia, ‘lvidado mi desgracia, Las horas, los diss y los meses pasaban en un instante. Usted me onsefié a soar... Hasta que, como un grito que ene r0- dando desde los altos montes hasta el valle, levan- tando horizontes de alarma, me desperté un des- conocido. Llegaba con un’ eortejo de apellidos, Qué podia ofreceria yo?: toda mi sangre den- tro de la impar vena de un nombre? No era su- ficiente, ABLE. (Mira, nerviosa, el reloj. Hate marca las dies y media,)—{Por qué ahora me dice todo ose? is tardado tres afiost... e ALIJANDAO DUMAS ANTONY —{Qué posibilidades tenia ol desdichado ‘Antony frente al honorable barén D'Hervey? (Pawsa,) Solicité quinee dfas. Era aplazar la eje- ceucién do mi esperanza: (Pause,) Existe un hom- bre, encargado por alguien que ignoro,-que cada aio me entrega una fuerte renta, Le busqué. (Braltdndose.) Arrodillado a sus pies, Horando, le imploré que me dijese quignes eran mis padres. No respondié, Sali de su cass enloquecido. An- ‘uve toda la noehe. En alguna ocasién me detenta, esperando que esa mano de la lama de los faro- Jes eseribiese en el aire unas iniciales, que tal-ver pudiese descifrar. Crueé el Sena varias veces. Cambiabs de orilla como un pescador desesperado, Avete, (Hmocionada,)—{Pobre Antony! ‘ANTONY.—Los demés hombres, cuando pierden la esperanza, tienen Un hermano, un padre o una ma~ de adonde ir a buscar consuelo, 0 una tumba familiar para arrodillar su lanto. Apete.—iCAlmese!, s¢ 10 suplico, ‘AntonY.—Y tienen una patria, Yo, no. ‘ADELE —Usted, en cambio... ‘ANToNY.—Nada, Todo para mi est& en un nombre... iy usted me ha prohibido que lo pronunel ADELE,—E] mundo tiene sus leyes y la sociedad sus exigencias, que sean deberes 0 prejuicios, puede considerarlos como quiera; pero no podyé enfren- tarme a ellas y tengo que aceptarlas, AxToNY.—¥o, no. Ninguno de esos que las han die- ‘tado. puede vanagloriarse de haberme evitado un sufrimiento o prestado ayuda. De todos ellos sola~ AMnONY x a mente he recibido injusticias y desprecio. Me de Yestaria a mf mismo si cualquier hombre me for~ ara a estimarlo, (Con rabia,) A aquellos que con fig mi seereto, volvieron la espalda. Ya quienes se lo oculté-calumniaron el origen de mi fortuna. Desdicha y vergiienza. He querido veneer, a los yprejuicios por la edueacién. Bstudié arte, idio: mas, clencias, Fue uha equivocacién, Para mf, do- _tes naturales 0 conoeithientos adquiridos tenian tn Limite. No podia cruzar esa frontera, que en “eambio esté abierta hasta para los mediocres. Fraltaba en mi pasaporte social el nombre com- pleto. Solo-y aislado. Soy un mar sin playas— “ApEtE. (Con ternura.)—{¥o soy Ia nies que pue- de. comprenderle! Antony.—No es féeil, ;Eutenderia que Ia desgracia wuelve malvados a los hombres? (Pausa.) {El co yonel D'Hervey!.,.; eudntas noches me dormf con fl pnial en Ja mano, despertando aterrado al ver, fen Ja almohada, su cuerpo de seda y plumas des- trozado por el asesinato de mi sueno. ADELE—jQué horror! _ ‘ANTONY.—Durante estos.tres afios, Ge no sé dénde Jos he pasado, tan sélo tuve una ilusién: volver a verla, No temia a las injusticias o las injurias, tinieamente me atormentaba Jn incertidumbre de que me hubiese olvidado... Y vine, con la decisién e confiarla mi secreto, atin a rieago de provecar ‘su despreeio o su odio. an ‘ADELE—;,Cémo ha podide suponer esa monstruo~ ALEJANDRO DUMAS ANTONY. (Exaliado.)—¥ yo, ln habria odiado, eomo a todos. ADELE. (Con ternura,)—j Antony! ANTONY.—En ccasiones, més confiado, imaginaba que al comprobar mi sufrimiento, me permitiria estar a su Indo.:., 0 al menos vivir en la misma ciudad. ADELE. (Reacciim involuntoria,)—jImposible! ANTONY, -(Evaltdndose.)—Necesito su amor o sit odio, La moneda est en el aire. (Reaccién.) Adéle, la amo, (Ella hace un gesto negativ0.) Ya lo sé... Deberes-y virtud... [Palabras vanas! (Nerviogo,) Un asesinato la enviudasia. (Con pa- ign.) Acepto el riesgo. Poco me importa que 8° menchen de sangre mis manos o las del verdugo. (Pausa, Sitencio, Reacci6n.) Face afios, crey6 que me amabs..., bastaron las palabras de la Epfstola para desengafiarla,.. (Bzaiténdost.) Huya 0 qué- dese... Es igual... Adéle, seras mia, 7Me entien- des? Mia... Soy el reconquistador... La deseo y la tendré... (Pausa.) ;Existe un crimen entre nosotros? Yo lo cometeré... Adéle, juro por ese Dios, a quien niego; pongo por testigo a mi ma- dre, que no conoei... (Se acerca a elt.) Apune. (Retrocediendo.)—Cillese, desdichado... Me esté amerazando... Se atreve a intimidar a una mujer... ANTONY. (Arrodilléndose @ sus pies.)—Perdén. 186 acaso lo que digo? Desautorizo mis palabras y | | | ANTONY »” maldigo a esos pensamientos. {Soy un desdicha- do! (Llora.) Aqui estén mis lagrimas, interee- diendo por mi... Lloro como una mujer... |b), fa... Celebre ver lagrimar a un hombre. (Bien nervirea Segoe on yt) Appi. (Casi oediendo.)—Antony, eres un Insensato y harés que enloquezea. Antony. (Cogiéndola las manos.)—{Addlel, mi ‘Ail... ‘ApELE. (Reaccionando y separéndose,)—Mira ese reloj, van a dar las once. Antony. (Peliz.)—Que marquen las horas en cada uno de sus minutos, jqué me importa si estamos juntos!... jAd2le!, te amo. ADELE. (Casi. cediendo,)—j Antony]... Pero yo no tengo valor. ‘ANTONY.—Una palabra, una sola, Aunque se quede seca cn los labios, ¥ seré tu esclavo. Durante afios cesperé esa palabra. Si no Ja pronuncias todo es tard perdido para siempre. Habla, por amor o por iedad. Apne. (Con ternare,)—Por amor. ‘anton, (Abraséndoia,)—Cierra los ojos. Ya ha ‘desaparecido el presente. Silencio. {Oyes dos co- razones Tatiendo dentro de tu pecho? Estamos en tun salén. (Con emocién.) Casi a oscuras. Se duer- men los péjaros de las Juees sobre sus nidos de ‘cera. De los encajes baja la niebla, Las eolumnas fe han convertido en rboles. Bailamos sobre un ‘ (Reaccién.) 5 ALEJANDRO DUMAS césped de promesas. Te digo: “Adéle, amor mio”. y ti responds: “Antony, mi amor”... ‘ADELE, (Nerviose,)—Si, te amo, , Rompe et abrazo.) — Awrony, (Petiz,) dol (Con eniusiasmo,) Addie, mi Adéle... {Soy feliz! (Suenan once campanadar,) ApELE. (Recordando,)—Tsté al-legar Clara... Te- ‘memos que separarnos.... Marchate, Antony.—Prefiero irme antes que estar delante de cualquier representante de ese mundo adverso. {Cuando volveré a verte? ADELE.—j Acaso yo lo 58? ‘ANTONY, (Apasionado.)—jMafiana? ‘ADELE.—Si..., 0 tal vez més tarde. Entre Ctana, sorprondiéndose al ver @ AX: oN) 5 Antony. (Al verla,)—Bien venida, Clara... Ya me marchaba. (Dirigiéndose @ ADELE.) Adiés, se fora... Avie. (Sigwiéndole y deteniéndose en la puerta.) iAntony! Chars. (Aceredndose @ ella.)—{Qué haces? Ten valor. ‘ADBLE—Ya lo he derrochado, (Sentdndose. Bmocio- ‘mada,) {Si pudieses saber emo me amal jInfe- ANTONY a lin! (Se levanta, dirigiéndose al “secreter”, soca la carta que habia escondido y se la enseia a CLi- RA.) Le he escrito una carta pare que sé la en- vies después de mi partida, (Lee,) “Seftor, la te- nacidad que ponéis en porseguirme, teniendo el ceber de evitaros, me obliga a salir de Paris. Me llevo'el tnivo sentimiento hacia usted que el tiem- po y In distancia no pueden alterar: el de una ‘yerdadera amistad. Adéle d’Hervey.” iQué caxta ton fria! Cruel. —Antony me acusaré de falsa, jAcaso el mundo no exige que lo sea?-Es lo que Ia socfedad lama cumplimiento del deber. CiaRa.—Todo est preparado, Vamos... ADELE.—{Por donde tengo que ir? Conddceme. (Se ‘apoya en el respaldo de wn sillén.) {No estés vien- do que no tengo fuerzas? —Piensa en tu marido. '—Solamente pienso on Antony, Guaga—Despidete de tu hija. ADBLE—No me he despedido de Antony. CLARA—iQuieres que te acompaiie a Estracburgo? ADELE.—No. Por el camino solamente te hablaria de Antony. Centamente haeo mutis, Chana, sin mover, tae alin) TELON ‘CTO TERCERO Una posada, on Ttenhelm, cerca do Estrasbargo, Se ve sha arteldel angusn, Una esealora lp Uno eon el priier psp, en ABhdo ‘hay dos slcobes, Betas tienen ventanas que figaran dor t-uma geleria exterior, Loa dos babitaciones tienen una puerta de comanicacon que sté asegurada. en ambos ladot for cerrojos, La aleoba dela derecha es mis grande yen una Tteral se supone que iabea un cusrto, (Avurtoen, yor at fondo del seguét, ANTONY y Lovie. en ehade, ANTONY, en toaje de igje Louis tree was maletae que deja en ol entlo) Antony. (En voz alfa.)—Posadero,... jDiablost... 4No hay nadie en esta posada? (eo Posuvena sale por wna lateral del snquin.) Posapena.—Sefior. ANTONY.—{D6nde esta el duetio? POSADERA. . ‘ANTONY.—iCémo se llama este lugar? POsapERA. ANTONY.—Entonces, jaqui esta la diltima posta? POSADERA—Si, sefio u - ALEJANDRO DUMAS ANTONY.—1Hlan Iegado hoy muchos earrunjes? PosaDeRa—Solamente dos, ANTONY.—{Quiénes eran Ios viajeros? Posapera—En el primero, tna familia. Antowy.—{¥ en el otro? PosaDeRA—Un joven con su esposa o su herman, ANTONY.—j Hay muchos cabatios en la cuadra? PosaneRa—Cuatro. ANtoNY.—Y¥ si esos no estuvieran, jes téeil eonse- srutr otros? Posapena.—No. ANTONY.—Al entrar, en ol patio, he visto una ber- Tina, 2es de usted? Posapena—Un huésped la dei6 para que'se Ta ven- diésemos. ANTONY. —{Cudl es al precio? Posapera. (Nervinsa.)—Es. que, ANTONY. —Dfgamelo, ripido, no me guste perder el tiempo, Posapara—Yeinte Inises. ANTONY. (Stea na bolea, cuenta Tas monedas y se las entrega,)—Aqui estén. Posanera. (SeTas guarda, Pausa, Con timides.)— Seftor ANTONY.—iFn el puthlo hay otras posadas? PosaprRa.—Esta es la tnica, Antony. —jTiene muchas hsbitaciones? Posapra—Dos._' ANTONY. —Las sTqiilo, PosapeRa—jAmbas? ANTONY, (Hace un gesto afirmativo conta eabezn.) ANTONY s Pero si legara algtin viajero, y por cualquier caus sa se vieee obligado a quedarse, aviseme, pues es posible que le ceda alguna de ellas. ta Pasion cope wa df ele gue sane spate Sbe Pessoa be ito Woe'y Louie er ouigaje" Ei ore ‘ee anta, Rin fw ive Ege Ta mde pee thie) ‘ ANTony.—Esta, (Entrar todoa) Posanena. (Déndale Ins Unves.j—Tenga Ias Naves. (Més tranquila.) Si el sefior necesita algo tan s6lo tiene que lamarme. (nite eb tin.) Anrony, (Deteniéndola,)—Que al instante engan- chen ios euatro caballos a la berlina que he com- prado ¥ que el postillin esté presto, Eso es todo. (La Posapera sale, Baja ta escalera, Se ta ve des- aparecer por et zaguén. ANTONY recorre ta habi- tacién, Breve silencio.) Bstoy seguro que era ella Ta que viajaba en el coche que hemos pasado hace una hora. De ser cierto, atin tardaré en Ile- gar aqui, (Reaccién.) Louis, Louis—Seior. . ; ANTONY.—Desde hace diez afios estis a mi servicio, {Has tenido alguna ver motivo para quejarte? (ours hace un gesto negative con la cabeza.) ;Po- Arias encontrar un amo mejor? (Repite et gesto.) Sé que eres fiel y discreto, ACERVO Lours. “Bn i 5 AMTRO. LON ME 72 | Pa ALEJANDRO DUMAS ANTONY.—Vas a montar en la berlina y partirés in- mediatamente hacia. Bstrasburgo. (Pausa.) 4Co- noces al coronel D’Hervey? Louis—Si, seiior. ANTONY.—Alli, fingirés otra condicién... Busca wm alojamiento cezea del suyo... Relaciénate con sus eriados... Y esperas... Si dentro de unos dias, 0 de meses, sabes de su regreso aParis, adclantate, ‘a galope, para legar antes que él. ¥ si lo advier- tes tarde, procura aleanzarlo por el camino, Ten- rds cien francos por cada hora que le saques de ventaja, Es necesario que me.avises su Hegada lo antes posible. (Saca wia bolsa,) Cuando se te aca-— be este dinero, me eseribes para miandarte mis. Ge ds ta bot05) Louis—jEs e30 todo? ANTONY.—AI llegar a Estrasburgo, emborrachas al postillén, para que no pueda regresar con los ea Dallos hasta mafiana por la noche... ¥, ahora, en marcha... No hay tiempo que perder... (Louis sale, baja las escaleras y desuporece yor el fon do del 20guén. ANTONY 26 pasca por la aleoba. Mira la puerta de comunicacién, Pause. Se asoma a Ia ventana, Contempla la galeria. Regresa, son- Héndose en la cama, Breve silencio, Solo.) Atm tengo entre mis manos el hueco exacto de su eue- Ilo. (Se mira tas manos.) Aqui esté la huella de la corn del cisne. (Con desesperacién.) jY mis dedos se avergilenzan de haberlo dejado con vida! Me mintié. Todo ha sido un’ suelo maldito, la i ANTONY — a nica realidad es esta vigilia de burlas. Huyé dejéndome la sombra de una carta. Embustes cu todiados por sonrisas, {Hasta la voz era ajeni ‘No supe sorprender la falacia. (Se levanta,) Se reuniré con su marido como dos rios crecidos, Y al despertar, entre besos rezagados, le contaré, toda Ia comedia. (Con amargura.) Sus risas tem- blardn como los eristales de dos copas que bri dan por la felicidad conyugal. (Desesperado.) Me engaiié, Todas sus palabras huelen a manzana. = (Saca un puital y lo tira contra ia mesa, quedando clavate.) Y aqui esté la lengua de esa reptil con- sejera, (Pausa, Mir sereno.) ;Qué respuesta ha tenido mi angustia?: desprecio. ¢¥ mis légri- ‘mas?: olvido, Yo solo, Bllos unidos, (Ealidndo- £¢.) {Qué me detiene? Un instante de decisiin y puedo liberarme de este infierno. Es sencillo ya- sar de esta agitada agunta al reposo eterno, Nadie puede impedirlo, Ni la potencia divina, Yo soy duefio de elegir mi deseanso, Una sola palabra, que es més dificil de pronuneiar que de ejecu- tarla: suicidio. Pause.) Si Dios ha hecho de ‘nuestra otda un juego de azar en el que s6lo gana Ja muerte, los hombres estamos en liberiad de escoger nafpe. Y nos ha Timitado In fuerza para poder soportar el dolor, sin pensar que al aumen- ‘tar éste sucumbirfamos. (Se pasea.) ,Quién ha eserito In ley que prohibe develver la maldad que recibimos? He llorado y he sufrido. {No es justo esperar el llanto de ella? (Con rabia.) 7Y si Hora ‘que al menos sea yor mi muerte! (Sonrie amar 8 ALEJANDRO DUMAS gamente,) Antony Morado por Adéle!... Alas Vigrimas sncederd In tristeza, cediendo ésta el Iugar a In melancolfa, que con el tiempo se tor- nard indiferencia... Tal vor su corazén, en algén momento, por desprevenido, detenga o acelere su Intido al oir mi nombre... Después no volveré a pronunciarse... Y més tarde, el olvido..., que es In definitive muerte de los muertos... Serg feliz, compartiendo su dicha con atro... Dentro de unas horas estarf a su lado pars siempre.+¥ yo lejos y_ solo por toda Ia eternidad! /Praltads.) No, 1Que se eleguen los ofos del marido! 1¥ aue sus brazos se petrificuen por el eansaneio .Initil de esnerar abrazarla! (Se oye ruido en ef exterior, ANTONY ge czoma o Ia vertana. Mira tionde s¢ supone que esté el patio de la posada,) Tntra un carrnnie... Serf el suyo?... Es imposible dis- tinguirlo.., Ta Tavia endurece Jas sombras, (Com aleoria.) iEs cllat... ¥ atraviesa el patio, (Se retira de Ta ventana) {Otra ver e) destino mos junta! Bn raz bela.) tAdale, mi amor! (Renceién.) No, Addle dHervex, (Escweha detrés de ta nuerta de Ia aleaba.) Oigo sn vor, tan fale samente ennmovedora, como eninndo Te otra noche me dijo: “hasta mafiana...” (Con decisién.) {Ese ‘mafiang ha legado y yo acudo a la eital (Annan Tas tween 9 96 sicotn troamtooente, Baten en el cares Annee ta. Prose ees lin enue to Domanen 08 workin of ae fin o'r" acndar y gow ambne een conver” ade deode fuera) Awrony © Apes. (En traje de vtafe, fatiorda y nerviosa,)— Ha sido un contratiempo, {Faltando tan poco para Megara Estrasburgo! ¥ es aue esos animales es- tahan extenuados. Han deblado las jornadas, Ade- mis, el viento y la uvia, El barro les saltaba-a la boca, nonfEndoles un sueig freno de castigo. (Di. rigiéndose directamente a Ta Posanera.) iY es imposible consesuir otros exballos? “PosaDERA—Los inieos que tenia acaban de partir. ApELE.—{Cudindo represardn? PosaDERA—Al amanecer. Dee eneipasey - No hay otro medio para Tegar ests mis- ‘ma noche a Estrasburgo? PosapeRa—Ninguno, sefiora. ADELE.—{AdGnde podré alojarme? Posanera—Aqui, (Pausa, Recuerde.) Es decir, si ese extranfero mantiene st. promesa. Avete. (Intrigada.)—{ ual? POSDERA—Alquilé Tas dos aleobas que tenemos, pero me dijo que si alguien se veia obligado a que- darse, él eederia una de ellos ArLE.—Prefiero esperar aqu{ mismo, (Se sionte) Posapera.—Hsté muy fatigada. Debe descanear. ‘Aunque solamente sea recostarse en wna cama. Voy a hablar con ese vinjero. (ADELE hice wn gosto de asentimiento, La Posapens, toma una de 0 ADRIANDRO DUMAS las velae que habré sobre ta mesa y sube ta eset — ler, Lloma a ta puerta de ta alooba de ANTONY. Este abre. Toda la escena en ef interior.) Una ama forzada a quedarse, necesita un lugar don- -do pasar la noche, y como usted tuvo Ta bondad de ofrecerme una de sus dos aleobas, le ruego me diga de eudl puedo disponer. ANTONY. (Con indiferencia.)—De la otra. Creo que es més amplia_y eémoda. Yo me conformaré con ésta, (Ls da un Have) POSADERA—Gracias, que Dios se lo tenga en cuen- ta, (Sale, ANTONY cievra sw puerta, La POSADERA abre la otra aleoba, Eneiende algunas velas, Sale. Desde crviba, dirigiéndose a ADELE.) Sefiora... (ADELE, como ausente, la mira.) Ya puede subir. (ADELE se levanta, Coge una parte de su equipaje, Con paso inseguro se acerea a la esealera. La Po- SADERA iluminando los escalones.) Por aqui... Con euidado, (Apens subs.) AvELE. (AL llegar, en mi nombre, PosapeRa. (Cediéndola ol paso. Ambas entran,)— No es lujosa, pero esté limpia, ApeLe.—jDios mfo! [A una noche de Estrasburgot (Recorre la habitacién. Al ver Ia puerta de com nicactén.) {No se clerra esta aleoba? PosaneRA—Las dos puertas se cierran por dentro. ‘Aqui tiene Ia Have, y ese cerrojo esté echado |Dele a ese caballero las gracias ANTONY a ‘ApELE—;Puedo quedarme sin temor? ‘PosaERA.—Y¥ con toda tranquilidad. Avee.—Entonces, déjeme sola, se lo ruego. PosaDeRA—Si me necesita Ilimeme. Me acostaré tarde, (Gate, Le Posionna baja Is eseclora y, dees pavece por al sugudn, iffextroe tonto, ADSL, Reroioay te povee, Después se wienta, Bet rid ‘anand, 5 ‘ADELE, (Sola)—iCémo es posible que casi celebre este retraso on llegar a Estrasburgo? Y @s que— aplazo el temido instante de enfrentarme a la severa presencia de mi marido, {Qué le diré para, justificar mi huida? ;Se puede dialogar con un uniforme? Ni confesarle que he tenido el temor de amar a otro hombre, Para él ese miedo ya es un delito, {Dios miol, jes que solamente se pue- do ser sincera con e] amante? (Pauea.) ¥ decirle que voy en su busea por el deseo de estar a su ado, seria mentirle, ;Cémo comenzar la eonver- sacién? Es muy diffeil. (Se levanta.) Bl deber, fen estas circunstaneias, tiene eseaso vocabulario, (Reaceién.) jAntony! Alli esté le otra Adéle. Junto a ese volein del lenguaje. (Pausa,) Una sombra va al Iecho matrimonial, (Exaltada.) Pero mi sangre sera un bosque intacto. {Qué ho- rror! Otra vez el gavilin de las condecoraciones arrancando con sus garras la tierna piel de mi pecho. En los ojos de mi marido, grabadas, veré a impar inicial del ansente, Y, sin embargo, ésa es mi obligacién: cegar el delta de esa letra ama- ALEJANDRO DUMAS da, {Tendré valor? (Pause) Tal vex yo misma exageré el peligro. (Reaccién.) jAy, cielos adver sos!, {por qué habéis consentido su regreso? Vi- via tranguila, pues habia renunciado a la felici- dad, Cad dia era idéntivo a la vispera, Rutina corporal y habito de tertulias, Y en un instante volvieron la agitacién dichosa y el impar des- equilibrio. ;Por qué tenia que ser yo la elegida por el destino? (Ads serena.) Otrasmujeres gozan toda Ja vida de ese sosiego a cambio del mismo sacrificio, (Reaccién,) {Pero elas no han sido amadas por Autony! (Pausd,) Si otro hombre es- guviese enamorado de mi, tan s6lo lograria una somrisa piadosa, Tuvo que ser él, ese gain de mi soledad. Y estoy obligada a renunciar. Tengo que permaneeer dentro de esta torre de prejuicios, Una flor en un vaso de agua muerta, (Deseapeva- da.) {Poder estar @ su lado por siempre! Delante ide Dios y de los hombres, ¥ estamos condenados. En islas distintas. Se nos castiga por una ‘falta que ninguno de Jos dos hemos eometide, (Indig- nadia.) ,La sociedad’? {Qué me ha dado para exi- girme tanto? Separados. {Comienzo a dudar de Ia bondad celestial! El mareha al destiexro de su angustia, y yo hacia 1a muerte del hastio. (ANTO- NY se acerca a la puerta que comunica lag dos al- cobas. Involuntariamente hace rwido, Ella, al ofr- lo, vuelve a la realidad. Va hacia ta puerta.) {Un ruido? (Nerviost,) ,Quién seré ese desconocide? (Asegura el cervojo.) ¥ he oido sus pasos, (Hseu- cha junto a la puerta.) Juraria que ha tocado en ANTONY. uJ — @ esta puerta, (Se inguizta, Abre la puerta de Ia alcoba, Grita, May exciteda.) i103 eaballo Han legado?... (Comienza a bajar la esealera.) Los caballos!. ‘apart, yor sepuén, to Poungna, ovis ata foo price y serls, sabe de pita) ~PosapeRA—Seiiora, eilmese... ‘ADELE.—Quiero irme... {Donde estén lo caba- Ilos?.:. Tengo miedo... ‘POSADERA—{ Qué puede temer? ADELE, (Aés tranquila,)—Nada... Bstoy loca... Orel oir... (Cambiog gNunea ha sucedido nada extra— ordinario en esta posada’? Posapera.—Jamas... Pero si la sefiora quiere podré mandar una eriada para que la acompaie... ‘Apeue.—No, gracias. (Pausa.) Prefiero estar sola, PosaeRs—Entre y descanse. Le aseguro que puede estar tranquila, (ADELE penetra en la aleobd,) La avisaré cuando torne el postillén. AvELE.—Se lo suplico, PosADERA—Buenas noches. Gs Posionn, tntenente bjt te estore 2 eta tered cape ADE deri pS ae coper i rs Oe eerie ngs kevcrate wat cn a ar ect acai, Se ase en tatoaty cow mtcho Taide, a re rar de cman SE tae tor fe se tater a gute apie en ie tev dein ahve, tye rie Se dees pts te vmsecie, Aon whale Se ee ee ee cy ALEJANDRO DUMAS ApeLe, (Grito ahogade.)—jSocorro! ANTONY, (Se acerca a ella.)—Silencio, ADELE. (Casi reconociéndole,)—j Antony? ANTONY.—Soy yo. (La toma en brazos y muy lenta- ‘mente la conduce @ su alcoba,) ‘Ta Antony. TELON ACTO CUARTO Un “boudoir'-Gerla esta de ta Vizconoesa oe Lacy. Son Tas ‘tims horas de In tarde. Al fondo una gran puerta que ¢o- Imunies con tn atplio sildn, dispuesto para. un bail, A Ia fequlerda, ea una lateral, hay otra puetTa (Ua Vizconoesa 1m Lace, tontada frente a am tocedor, te eontempla on’el expejo, dando lon Atkines retoguee «au peinads. Paseindove, EU- cam Dian.) GD. Vuzconness. (Volviéndose hacia D’HaRviLty.)—Le gusta mi toilette. D'HERVILLY.—Rneantadora. ‘Vizconnesa. (Con coqueteri,)—jReconoce este ves- tido? D'Hervity, (Sin poder recordar.)—j Ah}... sl... Vizconnesa. (Poniéndose de pie,)—jOlvidadizo! Lo levaba la primera vez que nos vimos. D'HeRviLty. (Haciendo un esfuerzo initil de me- ‘moria,)—En casa de. (1)_Se debe dar In impresién de que ya hay otros invitee dos en el sil, ce * 5 68 ALEJANDRO DUMAS “yimcoxnesa. (Impacients.)—... La sefora Madée de ‘Vals... Unieamente las mujeres tenemos todos esos detalles en Ia memoria. (Con intencién.) {Y Geberia ser él dia més radiante de su existencia! qReeverda aquella dama que no le pérdia de vista? a sefiora de Camps... DiHeevity. (Con desprecio.)—Bsa mojigata, En Jas fiestas, cuando alguien tropiera con ella y Je presenta sus excusas, se hace la distrafda y con- testa: "Si, sefor, le eoncedo la primera contra danza”. Vizcoxpesk—Aquella noche, cuando usted so mar ché, diseutt con ella hasta destemplar mi gar- ganta. DiHerviewy.—i¥ sobre qué? Vurcoxnesi.—De literatura... (Coqueta.) “Querido Bugine, ya sabe que tan sélo hablo de ese tema, Imprudentemente, pues me comprometo.... Usted ‘es el culpable. (Suspire,) jAht, si me rindiera su amor Io gue arriesgo... D’exvituy.—Acaso no la amo como desea ser amade? ‘yuzcoxnest—i¥ Jo pregunta! {Fn qué ccasion un ‘poeta se ha interesado por mi a tal extremo? Al Eonocerle eomenz mi suefio. Me dije: “Voy al encuentro de vn alma ardiente, de una mente ayer sionada, al conocimiento de emociones nuevas profundas”, ¥ no ballé nada, Usted me ha amado Zomo To hubiese hecho un agente de Bolsa, DiHerviy. (Galante, mds que apasionado.)—jViz- condesa! ANTONY a ‘Vizcoxpest.—, QdieFe decirme dénde se inspira para ‘esoribir esas escenas de amor que le hacen tri far en el teatro? Le odio por haberme decepel ado. D’HuxviLtx—Yo también he buseado, desesperada- mente, ese amor delirante, jY se lo pedi a todas las mujeres! Diez veces estuve a punto de alean- garlo, Pero fracasé, Me rechazaron. Algunas por~ que era torpe al hacer el nude de mi eorbata; otras, por brincar demasiado al danzar y no des- Tizarme correetamente en cl vals. Hubo una que ereyé amarme al darse cuenta de que yo no bal- aba el-galop. Siempre he perdidoven ese instante que eref estar seguro de inspirar amor. Es una Slusiéa de juventud, una cualidad de la inocencia, Todos hemos tenido esa esperanza y se ha desva- neeido Tentamente. (Pausa.) Comencé y he termi- nado igual que los demas: aceptando lo que Ja vida da y preseindiendo de lo que ofrece. Durante seis aiios persegui ese amor ideal por nuestra so- ‘iedad, elegante, confiada y risueia. Y con dolor pude comprobar que es imposible, yuzcoxnesa.—jImposible? (Con intencién.) Contem- ple emo ama Antony. {Asi hubiera deseado ser amada! D'Hunvinty—Ese amor, por impar, es peligroso. —‘Terminaria matdndola, Ademés, Adéle d’Hervey es diferente... Rostro palido, ojos tristes, boca —severa. Usted, por el contrario, tiene un semblan- te rosado, su mirada resplandece y sus labios son- rien, Las pasiones violentas destruirian ese pli @ ALEJANDRO DUMAS ido conjunto, Librese de tal tempestad que arrasaria su tranquilidad de flores y sedas. (Com jintencién.) Amar y ser amada apasionadamen- te...} vizeondesa, tenga cuidado. Vizcoxbesa—Me asusta, amigo D'Hervilly. (Pau- a.) Tal vez lo més sensato sea dejar todo como est. ' D'HeRviuny. (Con alegria.) —Sin dudarlo. Un amor... social... (Pausa.) Usted se compra un-ves- tido, me confiesa su amor, se marcha al baile, regresa con dolor-de cabeza..El tiempo ha pa- sado,.. Su corazin esté en libertad... No tiene nada que lamentar; tal vez, que la vida sea tan corta y los dias tan largos. ‘Vuzcoxpuss. (Riondo,)—Locuras de poeta. (Gr Cuuno entra) Catapo, (Anuneiando,)—La sefiora de Camps. (Ge retire para cederla el peso) Vizconpesa. (Casi entre dientes.)—Su antipatia, D'Heavinty.—Le detesto por hipéerita y malvada, Entre te SuRORA De Cass) geSora pe Camrs.—He legado con anticipacién (Besa a la VizcoNpess pe LACY.), pues es muy violento para una viuda presentarse en pleno 8po- geo de la fiesta... Todas las miradas salen a reet- dirla... ANTONY cS D'HERVELY, (Se acerca y besa su mano.) —Usted puede resistir vietoriosa esa curiosidad. Se8oRA DE Camps—Siempre tan galante. Vizconpess.—Eeo serfa una tragedia para otras. SeXORA De CastPs—Vizeondesa, agradezco ese hala- ‘go. (Sonriendo,) 70 es que ain me odia por aque Ta _pequefia diseusién literaria?. (Dirigiéndose « ‘D’Huavinty.) Bs usted quien Ia vuelve romfntica Un pecado del que responder cl dia del juicio final. D'HERVILLY.—Sefiora, ino s6 por qué raz6n podria influir en nuestra amiga! Sefora Dz CaMPs.—Yo también lo ignoro. Pero Ta realidad es que ella ya fo habla de medicina. Y que los Bichat, Broussais, Gall y el propio doc- tor Delatmay han sido desplazados totalmente por Shakespeare, Calderén, Goethe y usted. ‘Vizconorsi—jCufinta ironfa! Cualquiera que Ja oyese pensaria... - Sesora DE CAMPsS—Es una gentileza inofensiva, (Cambio.) :Y a quiénes tendremos de invitados? GA todo Parts? _ D'HERVILLY. (Con naturalidad.)—Nuestros amigos de siempre. Vizconpasi—Y Adéle a’Hervey, que vuelve a s mundo. Saniora DE Camps. (Répida.)—Que con pretexto de estar delicada de salud habfa abandonado hace tres meses..., después de eu aventura en una pO- sada, (Reaccién.) Mi querida vizeondesa, jcémo es posible que reciba a esa mujer? Creo que co 7 ALEJANDRO DUMAS mete una gran equivocacién, Todo el mundo sabe y comenta. ‘Varconpzs’.—Dudo que sean ciertas esas calumnias, —Ademés, Adile es una antigua amiga. Spsora DH CAMs. (Fingiendo una réctifieneién.)— ‘No eensuro su lealtad, Seguramente ha ereido que ‘esa invitadin era wn medio para rehabilitarla, Rs ella. quien tiene que comprender que ha sido ‘eliminada de nuestro ambiente. Y si lo ignora, seria earitativo que se lo hiciese entender. (Pay- 4.) Si el episodio no hubiera sido tan divulga- do... tal ver... = D'HERVILLY. (Con intencién.)—1¥ fue-cierto? SBNORA DE CaNPs.—De no serlo, tpor qué su her- ‘mana se epresuré a decir que se habia marchado para rennirse eon su marido? Adele regres6 a Tos pocos dias; al tiempo que Antony, que también estaba ausente. (Con intencién.) {Supongo asi- mismo que él estard invitado! ‘VrzconnEss.—Exacto. SpSiora De Camps.—Seri encantador verle. Me sedu- con los Ifos. D'Hervity. (Indignado.)—{ Como se atreve? ‘SeNORA DE CaMPs.—jNo es una situacién extraordi- naria, viviendo en-Sbeiedad, que un hombre rico, al que no se eonoce familia ni profesién...? (Po- aa.) Solamente se dispensan esos requisitos a quie- nes ejereen cierto oficio... D'Hervitiy. (Violento.)—jSeiioral ‘SeNORA DE CaMrs.—Hs la verdad... Neda es tan dra- n ANTONY itico como los misterios para el teatro oT no- yela.,.; mas no para Ia vida social... (Batra wn Cmra00) cruno, (Amunciando,)—El barén de Marsanne y el sefior Frédéric de Lussan. (rece otis onandn eniron tor inctedon) Vizconpesh, (ALBARON DE MARSANNE, quien Te best ‘a mno,)--Barén, es-un, honor que se haya dig- ve fo neompaiarnos. (Con mds omfiansa a Fat DERI¢ DE LUSSAN.) Y usted, hombre encantadi pailaremos, {no es cierto? ; Paintnice—Viscondesa, como si@mpre, @ sus 6t done -vizconnesh. (Riends.)—Conste, tengo testiges (Todos cambian saludos 4 reverence, Emir sun C1400) Crtano. (Anuseiando.)—El doctor Olivier Delaunay. (ce res ok enter fe Corres Scents Dero todos mone, er Daren OEE coe @ Kv WHRKUAY) Denawnay. (Besondo ta mano de ta VizcONDESA DE Lacy.) —Seiiora. yuaconprsa—Bneantada de volver a verle. (Pasa) Como vendré nuestro amigo Antony pensé que le aeradaria a usted encontrarle de nuevo, por °° mi invitacién ha sido tan apremiante. ie ei ae Pare gure ee ee ee 2 ALEJANDRO DUMAS Freenic. (Dirigiéndose, en un aparte, al Doctor OtviER DetavNay.)—Al entrar te busqué por to- das partes, pues esperaba que estuvieses hacien- ido Ios honores de la casa, DELAUNAY. (Al darse cuenta quo se acerea EUGENE D'HERVILLY.)—{Chist} D'Heevitty—;Cémo est, doctor? DsLAUNAY.—Querido amigo, {qué novedades hay de sus éxitos literarios? D'HeRviLty.—¥ {qué novedades nos cuenta de sus enfermos? DELAUNAY.—AI menos respiran. D'Heavitzy. (Sonriendo.)—z Aunque estén muertos? (Bntra wx Cnts00.) CRrAD0. (Anenciands,)—La sefiora baronesa D'Her- vey. (Se miron tos unos a toe otfoe, Bl eriady 4 retire al entrar ells) ‘Vizconness, (Adelanténdose « reeibirla,)— Querida Adéle! (Se beson,) {No viene su hermana Clara? ADELE—Hace unos dias que marehé para reunirse con su maride, SENORA DE Cams, (Aceredndose a ADELB.)—Pero seguramente regresaré pronto, {no es cierto? Sus auseneias no duran mucho tiempo. ‘Vizoonness, (Cogiendo a ApELE del brazo,)—Per- mitame que la presente a Eugine d'Hervilly, quien seguramente conocers de nombre, ADELE.—Sf. ¥ lo admiro, ANTONY = D'Hervitiy.—Baronesa.. (ove wwe reverencit.) ADPLE.—Quiero podirle disculpas. Durante tres me- — 50s he ostado enferma, apenas me restablezeo, por esa razén no he podido ver su altima obra, ‘VizconDess.—Hgalo lo antes posible. La cederé mi paleo cuando Ia representen de nuevo. (Dirigién- dove a HucENE WHERVILLY.) Bugéne me Io recor- dard. (Entra wm R800.) CRIADO, (Anunciands.)—El sefior Antony. (Ge rl poe, cxdvte of pag. Todor iran a ‘Anny, Butra AwTonY. Saluda’ a te Vizcow Beau be Lact, deepuée a. Tor donde. Eugene DHmwiisy fo chaerva eon curio, EV Doc: ‘tor OLIvin Disatity ay aetrsn @ ANTON. Aw: bon te vtparan, pasetads por el fonda) AvELE, (Intenta orvtar su turbacién, Dirigiéndose @ EUGENE D'HERVILY.)—Est usted preparando algo? = D'Henvinty.—Si, sefiora. ‘SeSona De Cars (Luterviniendo.)—jContiniia eon la Edad Media? D'Hervintx.—Siempre- ADELE.—LY por qué no escribe sobre nuestra socie- dad actual? — ‘Vazconpesa.—Se lo estoy repitiendo constantemente, (A todos.) {No es cierto que nos interesariamos in ALEJANDRO DUMAS més por personajes actnales, que vistiesen como nosotros y hablasen nuestro Lenguaje? MARsANNE.—Eso no tendria mérito, No se necesita imaginacién, sobra con la lectura de Tas crénicas mundanas de nuestros dias. Las obras casi se en- ceuentran hechas. FREDERIC—Es exacto. MaRsANNE—{Han leido lo que EU Constituoional dice a propésito de...? D'Heevini, (Contestando @ ADELE.)—Hay otras razones que me Jo impiden. ‘Vuconprss.—Expéngalas ¥ seremos sus jueces. (Atgunce det grupo se siontun.) D'Hervitiy.—Permitame que rehuse: Seria un cur- 50 demasiado serio para un auditorio en traje de fiesta y en un baile SuXora De Camps —Todavia no ha comenzado Ta mt- ‘sica. Ademés, a todos nos interesa 1a literatura, ino es verdad, vizcondesa? ‘Manganne—Tenga paciencia, Nuestro amigo expon- ‘dré todas sus ideas en el prélogo de su préxima obra. ‘vizconpass. (A D'HERvILLY.)—iEs que hace pré- logos? Mansanve,—Como todos los rominticos... A propé sito de eso, anteayer, El Constitifeional, con mu- cha gracia, decfa. Aveve. (A. D'HERVILLY.)—Por favor, expliquenos su teorfa, D'Herviun, (Se sienta, Los que estaban de pie to- ANTONY man posieiones cerea del grupo. hago responsable del aburrimiento. (Pausa.) La comedia es In pintura de Tas costumbres y el dra- ma lo es de las pasiones, La Revolucién, al eruzar hmestra Francia, ha igualado a los hombres, eon fundiendo las clases y generalizando los trajes. Fran desaparecido los indictos de usos, hébitos profesiones, Todo ha sido fundido, simulténea- Frente, Los matices han reemplazado # los colores. TY son colores, no matices, Io que el artista mece- sita para pintar su euadro! ‘Avene. (Distratda,)—Cierto. Marsiwe.—Sin embargo, El Constitucional... Diliervintx. (No le presta. atencién.)—Por eso digo ‘que, en tales eireunstancias, 1a comedia de costum- bre, si no imposible, es muy dificil de hacer. (Pau ‘a,) Queda el drama de las pastones. Y también presentaria problemas al querer traerlo a nuestro fiempo. (Pausa.) Los hechos histérieos, que nos pertenccen por herencia, ofrecen al poeta une Hhertad ilimitada, Desentierra héroes, devuelve tradiciones, revive pasiones, anmentando 0 dismi nuyondo éctas segtin Ins exigencias dramfitieas de su propésito. Mas si lo intenta en el presente, Tauién reconocerfa um corazén apasionado palpi- fando bajo un frac toreido y recortado? Ademés, cevalquiera podria identifiearse. La analogia con el héroe seria demasiado intima. Yel espectador, compenetrado con el actor, que siguiese el des- farrollo de su pasién, querria que aquél se detuvie- se donde termina su personal capacidad de resis- 6 ALETANDRO-DUUAS tencla. Mas al scbrepasar ese Itmite de sentir 0 ‘expresarse, ya no entiende al protagonista, El pejo so rompe. Y dira: “es falso, yo no siento asi”. (Pausa,) Después, los gritos desde Tas butacas contra las mal~compreniidas exageraciones, til- déndolas de melodrama, Protestas que opacan los _aplausos do algunos hombres sensibles que, feliz ‘0 desgraciadamente, sienten que las pasfones de hoy son idéntieas a las del siglo quinee, y que compreniien que el lati del eorazén de un aman- te os igual debajo de un frae que de una ecraza. Antz. (Intorcoada,)—Rs0s le indemnizan con ere. _ ‘ces de Ia frialdad de los otros. SeAiona: DE Cars. (Com intencién.)—¥ a los que dudan so Tes puede demostrar que esas pasiones ain existen, Todavia hay amores profundos que vencen a la ausencia, eaballeros misteriosos que a riesgo de su vida salvan a la dama de sus suefi mujeres virtuosas que huyen de sus amantes. (Si- leneio profunto.) ¥ como esté de moda mezclar Jo natural con lo sublime, esas escenas, aunque no muy draméticas, pueden haber sucedido en Ia al- ‘eoba de una posada. (Todos hacen un gesta de sorprere. ANTONY, aun te hobia aprantnado ol gruno 9 qua-astahs Srlind, lentomente se ageroe a ta StSoRA. Oh Chars, gue std sentade.) Antony, (Apoyéndose on el respaldo del sillén de ésta,)—Sefiora, ipor castalidad, esté aqui algiin hermano suyo 0 stt esposo? ANTONY " ‘SENORA DE Cates, (Voluiendo, nerviosa, la eabezt.) ‘Por qué me lo pregunta? ANTONY. (Sereno,)—Simple curiosidad. SBNORA DE CaMPs.—He venido sola. ‘ANTONY.—{No tiene una espada en le familia? (Se eoloca en el contro del grupo.) Pues bien, jver- giienza en lugar de sangre! (Dirigiéndose @ D'HERVILLY.) Esta seiiora acaba de eshouarle el ‘argumento... Yo me encargo de los detalles. (Ezaltado,) i, es verdad. Elegi a esta mujer (Sefiala a ADELE.), que es pauta de inoeicia y gala de pures, Galas desconocidas por esta so- ciedad de corazén hipéerita y corrompido. (Paw sa.) Demostraré que otras mujeres no huyen del peligro porque estén habituadas a In derrota de ‘su virtud, ¥ que las honestas, por falta de eos- tumbre, son siempre las més comprometidas. | Exi- ‘giré justicia aqui abajo en espera de que se con- coda allé arriba! (Silencio, Cambio. Con ironic.) Basta, sefioras. Ya levamos mucho tiempo ha~ blando de literatura, la mtisica las Hama, tomen su lugar para la contradanza, DiHeRvitty, (Répidamente ofrece su mano a ADE~ LE, con intencién de ir hacia el salu de baile.)— Baronesa, ¢me convede el honor...? ADELE. (Conteniendo sus nervivg.)—Sefior, se lo ‘agradezeo, mas no bailaré, (Antony, emoeionads, eatrecka la mano de Dane.) 7 8 ALEJANDRO DUMAS sesona ne Cars. (Nereiosa, Divigiéndose « to Viz ‘CONDESA DB LAcY,)—Me retire. ‘yugconess. (Sorprendida,)—iSe marcha? Sufora vp Canes.—Si. No puedo guedarme después “Ie esta desagradable escens. (Dirigiendasa.o, 1° dos, incling to cabeza, haciendo wh salvo. tw oPeconngsa ve Lacy.) Adiés, querida vizcondess. Gracias por su invitacion, — ate FOF ta prt Iter armpits Ror veers ad tses, Euobae, ORL, YezconnEst gaan, y PRERIe, DE LSA, Eanon Oe MeMdeenparcem por ie, puerta dot dace eth 9 ATONE, BLE, fane, Guede ania sobre lo coneeninc No un eat, PEO ghee wna gene Bara Out goers PAR kate, rie ne 3. acl, AITO dy puri ADELE, tate 1am ocupad, oF ent) “annus. {Por qué habré venido? Antes dudabs. Crei Mque Itienheim era una desconocida isla de amor wee he comprobado que todos la eonocen. {Des haurada! jIndefensa! jA mereed de todas Iss len- gquas! (Pausa,) LQvé debo hacer? ZIrme?. S Sra say wendria que descorrer ese cortinaje de Piyadas, gauedarine? Peor, todos medirdn los pa- vas de Ja contradanza contando las Ietras de nues tros nombres. (Llora.) Estoy perdida! yinconpesa, (Bnirando. Al veriz,)—iPor qué lora? ‘ADaLE—zCree que no tengo motivos? uzconpEss. (Queriendo quitar érascendencia al én, dente.) —yPor wa comentario sit. importancia? ‘Appué—Mas mortal que el delfin de los venenos- ANTONY a ‘Virconnes—Esa mujer destruiriaveinte reputa- clones eada dia si alguien Ia ereyese, ‘ApxLE. (Con esperanaa, Se levanta répidamente,)— Usted tampoco? Vizooxvesi—No. Apsi.—Gracias, Marie. ‘Vizconmesh.—Addle, debe dominar sus _emoeiones. ‘ranquila la mirada y uns sonrisa indiferent. ‘ApeuE.—jUn porvenir terrible! (Reaccién,) {8 po- sible que piense eso de mi? ;Que legard el dia {que yo, frente a la injuria, imponga un despreoeu- ado gesto de-indiferencia? ,0 que al cegador desprecio ni siquiera entorne los pérpados? 7Y aque no me inquiete al ver emo se reparten el Dotin de mi reputacién de mujer y de madre? (Combio,) Mi conducta exa limpia.. ‘Vizconest—Bso es justamente lo que elles no pet onan. {Pero qué lu importa? {Acaso no tiene la conelencia tranquila? Ademés, quedan sus ami- ime 0 cna renal and “Gracias a mi posicién social. (Devespera- a) O por pisind. Gate Yuwconnash—Calmese... Tengo que dejarla... Habia prometido a Bugéne la primera contradanza. Y ya hha comenzado la segunda. (Con ofecto.) Querida, no puede presentarse en el salén en-cae estado, ‘ranquilicese. Vendré a buscarla... Y aunque to- dos la abandonasen, siempre le quedard. una ami- 4; un poco alocada, pero de corazén Teal, que sabe que vale cien veces menos que usted, pero que la quiere eien veces mas. Abriceme, (Se obra 07 ALEJANDRO DUMAS ‘zin,) Seque esos ojos. ¥ lance el reto a Ja envidia de todas esas sefioras. 1 drige hacia eel. Breve seni, te eet GC comer dal acer, Beira Bons Se corey, dvr, aa) Asrowy, (Con engustia,) —Perdénam®, ‘anata, (Se vuelve, Al verle, Duleemente,)—No te odio. ANTONY. —Soy el dinico exlpable.. ‘Apste—Yo tenia razén. No podiamos cetltar nues- fro amor, (Pausd,) Quisiste que viniese y te he complacido, : ‘ANTONY. has sido cobardemente insultada,.., sin que yo pudiera evitarlo, pues era. una mujer quien fe ofendia, ;Hubiera dado mi vida por eonyerti! en un hombre | Aneu—Jamas la habia agraviado, ‘AnToxy—Al menos ella misma se ba eondenado al sna Dek la de su ponzofia, (Pausa. ‘Anau —Dejando la semilla de su ponsofia, (Paw “prunsfigurada.) ‘Ti, desde aqui, probablemente, aélo oyes Ia misica...; pero yo eseucho el grito fe nuestros nombres al ser pisoteados. Puedo dis tinguir la agonfa de cada una do sus letras... Al- —gaien se ha agachado, recoge Ia comin jnicial fe la muestra a todos. Rien. “Es una A”, exclar man. Y, a coro, dicen: “A..., d2 amantes”. Ayrony, (Con ternura,)—Mi amor... ‘ants, (Ezaltada.)—¥ cuando entre €n el salén, porque no puede quedarme aqui toda la noche, 82 ANTONY is hharé el silencio. Todos los’ ojos fijos et mi, para sorprender el eclipse de la sangre en mis meji- as... Buscardn estas lagrimas por todos los rin- cones, como si se hubiese roto un collar de perlas ¥ quisiesen juntarlas... “Ha Movado”, comenta- ran... "“Su amante la consolar4”, serd la respuesta, ANTONY. (Com gran ternurd,)—j Adéle!, por piedad, eéllate. ADELE, (En el mismo tono.)—Las mujeres se sepa- rarén de mi, levantande murallas de abanicos abjeftos... Y las madres, como centinelas volan- tarios, dardn la vor. de alarma: “No hay que mi- rar a esa mujer... Tiene un amante... Nada pue= de excusar su delito,..” ¥ al nombrar a mi marido, todas bajarén In eabeza, como si entrase el fiscal ANTONY. (Toméndola por los hombros.)—¥ de esas mujeres, Zeudl de ellas puede igualar tu inocencia? Has querido huir de mi. Yo he sido tu sombra. Aqui esta el profanador de ese lanto. Despiada- damente rechacé tus remordimientos. Soy un per~ verso. Culpable de todo © incapaz de nada, Mis manos solamente han servido para scarieiarte (Bxaltads,) ;Qué puedo hacer por ti? ,Cémo re- parar las sociales y privadas consecuencias? No tengo palabras para consolarte, y desearia poder solicitar tu perdén en todos los idiomas. Pideme Ja vida. :Sirve mi sangre para cubrir la huella del escdndalo? ADELE. (Muy triste,)—Después la duda... Ese dra- mético mondlogo... (Desesperada,) Tal vex ya los a ‘ » ALEIANDRO DUMAS hayas soportade... “Si ha sido mis, igual puede entregarse a otro..." ANTONY, (Abrozindola.)—1Adélet ‘Anais, (Se sopara.)—Y la palabra amante, se que- ‘prara como_una lanza al ser clavada en el agua. Arony.—Eres mi amor para siempre, ‘Anets, (Cambio,)—Antony: si maiisna por un azar, ‘yo fuese libre, jte casarias eonmigo? Anoxy.—Lo jur0. ‘Appue.—{Sin incertidumbre? ANTONY.—Sesuro, ‘AvzLe, (Reaccién.)—j Gracias! Todavia me queddis Dios y tii Y ninguno de los dos ignota. que una ajer no puede resistirse a tanto amor... (Reac- tidn,) {Qué me importa el mundo? (Pause,) Las que me injurian, hubieran sucumbido igualmente fante tu amor, (Inguicta,) Pero no las has amado, iverdad? ANTONY, (Con. gran, ternura.)—Imposible, ‘AnEte, (Alegré.)—Todo lo que he dicho son locu- ras. Olvida mis palabras, {Quiero ser dichosal Perderé la memoria, Unicamente el. presente, (Pransfigurada,) Bn una isla de amor, Solos. Re- pelirs a cada instante que me amas, Tu felici- dad seré mi guia, Me hablarés al ofdo. Cuando escucho ese privado lengutaje me convierto en si- Teneio, mi corazén se detiene, los ojos quedan sin igrimas, desaparecen los remordimientos. Es la primavera del suefo! “Anrony.—Jamas me separaré de tu ledo, ANrony” ADELE, (Abrazdndole,)— joy felia! (in ote instante v6 abro le puerta del satin y cpurece To Visconois ps Lact, Abie, a forte tpt, Ato espn por Is per ‘Viaconess, (Con intoncién de disculparse.)—Sefor, después de busearle por todas partes, vine hasta aqui... Antony. (Con amargura.)——Vizcondesa, seguramen- ‘te por un motivo-importante... ~ ‘VizcoNpesi.—Si. Un hombre, que dice ser vuestro criado, hia venido buscéndolo con urgencia, No quiere hablar con nadie. Tan s6lo ha dicho que su mensaje es do vida o muerie, Antony, (Nervioso,)—Seora, jme permite que Jo reeiba agui? (Répido.) Y por favor avise a Adé- 1k... (Rectified,) A la baronesa D'Hervey. (La YVusconass se deerea a ta puerta lateral, hace una sofia y sale, Bntra Louis, ANTONY, muy inquieto, Qué ocurre? ese ‘Lovis—EI coronel D’Hervey salié ayer por la ma- fiana de Estrasburgo, legaré a Paris dentro de unas horas... ANroNY.—Esti bien... Puedes inte... (Mutis de ous.) {Unis horas? (Retotcién, Bn woe alte, cercéndose a wa y otra tadils raaal., © 7 Mera) Age (Entra ta Vezconoess vx Lacy.) “ ALEJANDRO DUMAS ‘Vizconpass.—Acaba de marcharse. ANTONY. (Muy nervioso,)—Seguramente a su e888... iLlegaré a tiempo? (Sale répidamente por tn puerto lateral, La Yyaiconwyst bs" LAct, eon ta gesto do tristeza love suiir, Despuat, fentamente, ag divige hie fae salon, Bn tog momento ve ran, mee fuer- fee, la ondniea y of rumor del Delle) TRLON ACTO QUINTO Una habitasiin on enea de ADELE o'HamvAY (1). (xtre on eocenn, eeguide-de wna DoncrLt quien leva on erndclabroreneendie, que de Tobrg agin mucbte,) ADELE, (Muy nervios0.)—Gracias, Puede retirarse, DONCELLA—{Pero va a quedarse sola la seitora? ‘ADELE—SI, En caso de necesitarla, Namaré. DoNcELLA—Buenas noches, (Hace autis, Avex ae quite lo exp, dejdne dole sobre wot ell, So poten nerviata.) ADELE.—jPor fin estoy sola! Recupero la libertad intima, Puedo gritar y lorar sin testigos. (Deses- perada.) ;Dios mio! ; Por qué has consentido que Ja fatalidad haya salido victoriosa? Ta conoees mi lucha, Una mujer virtuosa frente al amor prohi- bido. Si, he sido veneida, ;Pero amando! ;Cémo es posible que permitas que me vean y juzguen, (©) Puede vor ol misma dacorado de los tater prinere x monde, % ALEJANDRO DUMAS injurléndome, desconociendo Ios nobles y natura- les atenuantes de mi derrota? No, eso no es jus- tivia, (Llora,) Unicamente una amiga crefa en mi inoeeneia y me consolaba. (Con wn grito akega- do) 1¥ ella me ha sorprendido. entre los brazos de Antony! jOh!, destino eruel, estés sobornado por Ia adversidad, = (Batra Axrowy, riplde y apitad, Al verta 8 rangle) AnroWY. (Con. voe'alegre.)—j Amor! Crei que no te encontraria, ADELA—LOtra ver usted? Y aqui, en la-gasa de mi espos0, easi en la alcoba de mi hija... Vayase ‘Tenga compasién de mi... Mis criados atin me res- petan, {quiere que mafiana enrojezea delante de cellos? AxoxY.—Nadie me ha visto entrar, Ademis, es necesario que hablemos ‘ADELE—iPara qué? {Bs que desea conoeer, con de- talle, emo he soportado el tormento de esa flesta? Digna.) Pues bien, estoy tranquila, Resist la pruebt. No tenga ningtin (mor... Marchese, ANTONY.—No he veniio por eso. (Pawsa,) Esodicha- me, sin alarmarte, ApsLE—Hable, ae ANTONY.—Salgamos. Tienes que seguirme, ADELE—A usted, {nor qué? — ANTONY. (Apasionai.)—Sahes que mi existencia te pertenece y que te amo con delirio... Por esa vida ANTONY a y por este amor, sigueme... No hay tiempo que perder. Annus. (Impresionada.)—Pero, jqué oeurre? ‘anton. (Abrazéndola.)—j Adele! Huyamos, Un ins- ante de duda puede destrair nuestro porvenir, Vamonos. ‘ADELE—No me cbligues... Bs una Tocura.... (He- ‘ciendo un esfuerzo por separarse,) Gritaré. Ven- fn los eriados. ‘astos, (Soporandose)—Ya. que tests, tendré que devirte Ia verdad. Ee AnELE—j Cuil? — ANTONY. —Antes de una hora tu marido estaré en Paris ‘ApELE.—jTmposible! ANTONY.—Tal vez. aqut. A ‘ADELE,—Es absurdo. No ha solfeitado permiso a sus ‘superiores para venir. ;Por qué iba a regresar? ANTONY.—Por nostalgia..., 0 por cualquier an6- ADELE.—jSi es esa Ta causa estoy perdida! (Rene- cién.) Antony, sflvame, {Qué tienes preparado? (Pausa, Reacciin,) Usted Io ha sabido antes y hhabré tenido tiempo de pensar... Yo, por el con trario... Mi cabeza no responde... La sorpresa. Usted. ANTONY.—Ante todo hay que evitar una primern entrevista no meditada, ‘ADELE.—iY después? ANTONY.—-Oiremos todos Jos consejos, incluso eseu~ charemos a la desesperacién, (Pausa.) Si fueses 88 ALBJANDEO DUMAS tuna de esas mujeres que te han atacado esta, no- che, te diria: engéfalo... Pero a ti, no- ADELE—iSer falsa y fingir? No podria soportarlo por mucho tiempo, Ti 10 sabes. Todo o nada, ‘ANTONY.—Si nos quedamos aqui toda esperanza des- aparece, (Apasidnata:! Soy libre, adonde vaya puedo disfrutar de mi fortuna, y cuando esos, bienes se agoten los repondré fécilmente... En la puerta tengo un coche. Partamos... No hay otra solucién, (ADELE 10 responde, ni hace el menor gesto,) {Es que la vida y el corazén que te entre- go no te satisfacen? ADELE.—j Antony! * “Antony.—Nos darn asilo las fuentes y los.palacios de Italia, Ios rfos y los castillos de Alemania, 0 Jos jardines y las eatedrales de Espafia. En cusl- quiera de esos paises nos refugiaremos. Nos pro- tegerdn las sombras de reyes, guerteros o santos. Puedes elegir el color del cielo que nos cubriré, eambiando tu deseo en oro hispano, plata germa- na o cobre italiano. (Pausa.) Ya sé que te eeparo, arrebatandote, de tu familia y de tu patria. ;Pero en mi, encontraras ambos afectos! ADELE.—Nos soguirén, ANTONY.—Trocaremos nuestros nombres y las hue- las quedardn borradss. Nadie sabré quiénes so- + mos, ni de dénde venimos. Naceremos en cada ciudad que habitemos, muriendo al abandonarla. Todos serdn clvidados, dnicamente nosotros. (Reaceién,) {De acuerdo? —— ANTONY _ ” ADELE—Si. (Se pone la capa, Va s-tniciaa el mu- tis.) {Mi hija! ANTONY.—Adile, no podemos desaprovechar ni un segundo. “ADELE—Tengo que ilespedirme de ella. paracién... Tal ver eterna, ANTONY.—Despidete.,. Bésala... Es la se (a eonduce hacia umn puerts que figura oo rmanieer von el interior de le em,) ‘ApeLE. (Volviéndose répidamente.)—|Oh!, no. ANTONY. —; Qué te ocurre? ADELE—No, no pocdo dejada. 2A quién pediria cuentas de mi ausencia, si yo estoy lejos de ella? iPobre hija! (Reaccién.) En este instante la veo, ura e inocente, delante de todo ese mundo que nos eondena. Alli esté, en el eentro de un salén, acusada por la deshonra de su madre. ANtoNY.—No te atormentes, ‘ApeLE.—Heredard mi afrenta, Una mancha que cae sobre un apellido no se borra jams; lo x02, con- sume, devora ANTONY.—Vendra on nosotros ‘ADELE. (Hmocionada,)—j Antony! Awrowy.—Ayer dudaba que pudiese Negar a que- rerla, jera In hija de tu marido! Pero hoy ha na- eido de nuevo... ;Seréi mia... (AL ver que ADELE No se musve.) Date prisa. :Qué piensas? Ve a traerla, No podemos perder més tiempo. E] puede egar en eualguier instante... ApsLe. (Reaccién,)—jDesgraciada de mi! ;Hasta ALEJANDRO DUMAS donde-he legado? {Como ha sid hhayas condueido a esta situacién Tres meses han sido suficient marido me entregé su 10 guarda de su dicha, dejan nuestra hija, Y¥ ti aparece Bras niebla o lux cegadora. Yo Jo que ya'ere tuyo. ‘A él tan sélo le qued: ign quitarle hasta eso? ranza, la compaiia de sv sole en swt vejez. {Tengo derecho “ANTONY.—Seré ‘ApELe. (Desesp* fianza, le devuelvo vergtienza, ledad. Anrony.—Entonees, ,qué podemos hacer? ADELE.—Quedarn¢ Anrony.—i¥ cuando descubra I ADELE,—Me matar ANTONY.—~j Matarte? jImposible! (Cambio.) ;'Temes ADELE.—No. Ella liber. ‘ANTONY.—Separa, ‘ApELE.—Morir. "ANTONY.—j Acaso piensas que cir por ests falsas y desespe gando nuestra vida y Ia com sa.) ;Deseas morir? ADELE Si. lo posible que me 2 (Desesperada.) es! (Pause) Mi mbre, cediéndome la dome al enidado de ‘Todo lo ccultaste. te entregué todo "Y me devolvi a mi misma. ia au hije. {Es que puedo tam- lla seré su dinica espe- dad, tal ver escolta robérsela? 7A de- jarle deshereilado de-esas caricias? erada.)—A cambio de su athor y con desesperacién, s0- ja verdad? Morir ti?... gPerderte?, 5 ala muerte? roy @ dejarme sedu- das palabras, arries- in felicidad? (Paw ANTONY “ ANTONY.—También yo. Pero no quiero morir solo. ‘Ni ti por separado, ;Tendria celos de la tumba donde te enterrasen! (Apasionado,) j Juntos! Que nuestros corazones se detengan al tiempo, igual ‘que dos pajaros desfallecidos después de un vuelo imitil; y que nuestros diltimes suspiros, como arro- yos de tierno aire, se unan en el mar de Ta oscu- yidad eterna, ;Comprendes? Una muerte trangui- Ja, como un suefio, mis feliz que nuestres vidas. Después, tal vez. por piedad, pondrén los dos cuer~ pos en Ia misma

Anda mungkin juga menyukai