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arte

en lucha
Camino por Poblenou, un barrio industrial de Barcelona en plena metamorfosis.
Como vientres abiertos, las calles descubren sus intestinos mientras enormes
brazos robot violan sus profundidades. Sigo al silencio hasta la calle Pere IV. Allí
resiste La Escocesa, una antigua fábrica textil. Una pequeña colmena de artistas
habita en su interior. Sigo una luz amarilla.

ESPACIO 1: Cric, cric. Paul camina por el parque de convertía en un artista cotizado. Ganó 250.000 pesetas en
Montjuïc en busca uno de sus árboles favoritos. Llega hasta un concurso patrocinado por unos grandes almacenes. A
él, se agacha, coge una hoja seca y olvidada y la pone a con- partir de entonces empezó a volar durante nueve meses por
traluz. Paul sonríe. La hoja está viva. todo el mundo: “El ego me hizo ser autodidacta, y creí que
En una mesa-luciérnaga trabaja un cazador de cosas ya era pintor”. Plácido vivía rodeado de colores, premios
pequeñas. Hace 13 años vino a Barcelona buscando trabajo, y patrocinadores, hasta que un día su vida dejó de ser tan
pero “la economía mundial del ladrillo” le marchitó y dejó feliz. Empezó a trabajar en la construcción para pagarse los
de ser arquitecto. Entonces se convirtió en peón por voca- talleres, y poco a poco se fue adentrando de nuevo en la
ción: “Los arquitectos no usan sus manos. No saben cómo crisálida de Babilonia, en la que vivían la mayoría de los
es la textura del cemento. Empecé a manosear cosas para hombres.
saber utilizarlas, para sentirme honesto”. Plácido cuelga de sus cuerdas, fijadas en la pared. Pinta
Un buen día Paul cogió un par de hojas de la calle para estructuras geométricas, relacionadas inevitablemente entre
hacer una lámpara. Cuando pulsó el interruptor, la bombilla sí como baldosines: “Exploro qué ha supuesto para mí la
alumbró el interior de la hoja. “Coge algo ignorado por la estructura de la vida. Las estructuras pueden ser cárceles,
gente. Sólo hace falta girarlo levemente y ponerlo a con- como las de Piranesi. Como en sus lúgubres cuadros, la
traluz. Olvidarás lo que sabías sobre el objeto”. El cazador imaginación se colaba por los huecos de las paredes. Lo que
persigue con actitud milimétrica los nervios de la lámina te hace sentir vivo es meterte en la estructura y saber que
natural. “Me fascinan las estructuras inherentes en la natu- puedes huir”. De repente, Plácido se mete en la tela, se esca-
raleza. La hoja es frágil, y a la vez es la única que puede pa por un agujero y me saluda desde el otro lado.
soportar un huracán”. La sombra de un arquitecto inglés se
esfuma en el parque. Una niña canta en una esquina. Hace volar unos limones.

Stefan Sagmeister. Cartel para su Me alumbran unas grandes ventanas. Veo un hombre en suspensión. ESPACIO 3: Johanna estaba adormilada en su cama, en
conferencia en la sede de AIGA de Detroit
(1998). Un trabajo entre el diseño
Alemania, cuando de repente cayó en medio de una calle de
gráfico, el body art, la performance y el ESPACIO 2: Érase una vez exitoso pintor-mariposa mala- Barcelona. Vio limones enormes en los árboles. Vio colores,
sadomasoquismo. gueño. Con tan sólo veinte y pico años, Plácido Romero se y más frutas grandes. “En Alemania los limones son muy

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Stefan Sagmeister. Cartel para su conferencia en la sede de AIGA
de Detroit (1998). Un trabajo entre el diseño gráfico, el body art,
la performance y el sadomasoquismo. Stefan Sagmeister. Cartel
para su conferencia en la sede de AIGA de Detroit (1998). Un
trabajo entre el diseño gráfico, el body art, la performance y el
sadomasoquismo.

El Doctor deja caer su sierra al suelo. El gusano empieza


a babear, y en un rápido movimiento engulle al pequeño
investigador. Misión cumplida.

A lo lejos, una jirafa. Dos niñas sin rostro subidas en su lomo.

ESPACIO 5: Detrás de una capa negra se oculta el perverso


psicólogo Jordi Ribes. Me extiende la mano y me invita a
tumbarme en un barroco diván. Me observa mientras miro
a dos extrañas niñas. Aparentemente, están disfrutando
de un paseo en jirafa por una isla desierta, cuando, de
repente, aparecen los hombres barba. ¡Pobrecitas!, pienso
en un primer momento. Pero... ¿No son las niñas las que
intentan avasallar a los hombres? ¿Qué diablos sucede aquí?
Jordi sonríe. Parece que esté satisfecho con mi aturdimien-
to: “Juego con la ambigüedad. Mis cuadros son sencillos,
dulces e incluso inocentes. Pero atrapo al espectador, por-
que entiende lo que sucede, pero no puede interpretarlo”.
Momu & No Es son dos heroínas, dos amigas que viven
aventuras en países exóticos. “Cuando te acercas, ves que
algo extraño está pasando. Me gusta que la gente no llegue
a ninguna conclusión clara. Todo queda suspendido”. El
perverso psicólogo pinta cuadros al óleo que remueven las
conciencias: “Con esto potencio una reflexión interna, una
pequeñitos, son viejos. Cuando vi todo esto, pensé: ¿qué Oigo el sonido incesante de una sierra. Rac-rac, rac-rac. autoconocimiento”. Jordi desaparece en la oscuridad. Nada
pasa aquí?”. Johanna había caído en el país de las maravi- es lo que parece, todo es más complejo. impresionantes producidas por objetos vulgares. Era con-
llas. Lo que le fascinaba eran objetos cotidianos. Cogió una ESPACIO 4: El loco Doctor Enricco me mira de reojo. seguir lo máximo con lo mínimo”. Las La Cónica Lacónica
cámara de vídeo y una cesta, y salió a recoger todo aquello Luego vuelve a mirar a su criatura, una gran lombriz de Veo reflejos, luces, sombras extrañas. Me acerco al estallido silencioso. tienen una razón de ser: la luz de propaga de forma cónica,
lleno de belleza y silencio. Ahora graba en su taller lo que cartón. Lleva tres años sumido en la oscuridad de su taller y ellas son lacónicas porque tan sólo hablan con música, luz
ha sentido durante un instante fugaz: “La gente se pierde intentando dar vida a un monstruo. Este italiano empezó a ESPACIO 6: Empieza la ceremonia. Las tres brujas Mercè, y movimiento. Tres ideas: la utilidad de lo inútil, convive
en el estrés, la televisión. Me gusta decirle al observador: estudiar biología, y luego trabajos manuales. “Cuando lle- Alba y Marta empiezan a danzar detrás de su caldero, un con tu sombra y que no se apague tu luz.
Para. Un instante. Y ves en mi imagen un objeto precioso. gué a Barcelona encontré un paraíso en los contenedores de proyector de luz. Cogen cristales, vasos de agua, platos,
Y luego llegas a tu casa, y está ahí. Son las cosas silenciosas. basura. Me gustaba dar vida a algo desechado por la socie- telas. De pronto, enromes monstruos extraños aparecen Chorros de luz se escapan por las cuatro rendijas de una puerta. Un ángel
Si las observas, las tocas y las hueles, ¡qué maravilla es la dad. Luego me obsesioné con los tubos. Es mucho más fácil en la pared. Lluego todo se torna naranja, y luego mar. alado sostiene un racimo de pinceles.
vida!”. Johanna coge su cesta, se levanta y se va al mercado, encontrarlos por ahí que comprarlos”. En las paredes de su “Existen dos realidades. Una es lo que siempre vemos, y la
sonriente: “La gente busca la aventura, alejarse de lo que le estudio hay miles de gárgolas retorcidas, fallidos intentos otra es su sombra”. Mercè hizo un viaje a Bruselas que les ESPACIO 7: Marco Noris me invita a pasar a su taller ilu-
rodea. Pero hay de todo aquí. Mira la palma de tu mano, ¡es dormidos en las estanterías. El Doctor engancha un troci- descubrió un mundo paralelo en el mundo de las sombras: minado. Detrás de los rizos dorados las alas blancas de este
un mundo increíble!”. Johanna camina lentamente por una to más de cartón, y otro. “Ahora me iré a Inglaterra para “Había toda una filosofía detrás de ella. El lleno y el vacío, italiano hay un guerrero: “Ahora estoy fuera de contexto.
calle cualquiera. Mira al cielo, al suelo. De pronto, se para aprender a soldar bronce. Mi sueño es hacer un tubo gigan- tu otro yo, el ying y el yang”. Al principio las tres brujas No se valora el lenguaje del espíritu, sólo aquello que tiene
en seco. Ha tenido un instante maravilloso. “Todos tenemos tesco, poder entrar en uno. La masa tiene que crecer sin empezaron a experimentar con siluetas: “Pero en seguida una (forma lógica, racional y posiblemente superficial). Mi
instantes así. La gente deja que se los lleve el viento, y yo parar”. De repente, el gusano retorcido tiene un espasmo. El se nos volvimos locas con los cristales, el agua, los aceites. obra, abstracta e interior, es una forma de crítica(:) quiero
quiero cogerlos”. El país de las maravillas es tu barrio. Doctor me mira, incrédulo. El bicho empieza a incorporarse Acabamos experimentando con objetos de la vida cotidiana, quitar atención al diseño, a la Barcelona de la moda, a la
lentamente. Engorda sin parar y se yergue hasta el techo. con la luz en la mano. Estábamos ante imágenes abstractas (hipócrita y mentirosa) eterna juventud capitalista. Intento

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recuperar lo profundo”. (Para describir su
obra) Marco habla del Romaticismo: “Este movimiento
intentaba evocar sensaciones (a través) del paisajes. Yo parto
de mi mundo para hablar al alma de la gente. Abstraigo mis
paisajes interiores para compartirlos, con la idea de conocer
mis lados escondidos y de que la gente proyecte su interio-
ridad en ellos”. En uno de sus cuadros recuerdo la dulce
oscuridad de debajo de las sábanas, cuando era niña. Y ese
punto de luz, de confianza, la luz del pasillo. “Una vez me
dijeron que era un buscador de almas. La mía”.
Marco se sube al alféizar, y sale volando.

Los artistas comienzan a subir a la azotea. El sol impacta


en sus rostros, sus alas, sus colores. De pronto, bajo sus
apariencias mágicas, surgen hombres y mujeres. Son artistas
bajo un ultimátum: La Escocesa será un centro cultural. Los
que aún trabajan allí presentaron un proyecto de autoges-
tión y autofinanciación para conseguir quedarse y facilitar
locales asequibles a compañeros, como hasta ahora. El
Ayuntamiento les dio esperanzas antes de las elecciones, ya
que en la fábrica se van a crear talleres. De momento no hay
nada firmado. Si no hay respuesta, en diciembre tendrán
que irse, y ninguno puede pagarse un taller en la ciudad.
Mientras tanto, se tapian ventanas y los artistas van desapa- Stefan Sagmeister. Cartel para su conferencia en la sede de AIGA
de Detroit (1998). Un trabajo entre el diseño gráfico, el body art,
reciendo después de nueve años en La Escocesa.
la performance y el sadomasoquismo. Stefan Sagmeister. Cartel
para su conferencia en la sede de AIGA de Detroit (1998). Un
trabajo entre el diseño gráfico, el body art, la performance y el
sadomasoquismo.

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