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VICTOR DELGADO BAUTISTA, dice: COMENTARIO: En el presente caso de Lizana Puelles, se cuestiona mediante Amparo la resolución N1 315-2004-JNE, resolución a través de la cual se había ordenado la vacancia en el cargo del burgomaestre del municipio de Chanchaque, alegando que dicha resolución violaba el derecho al debido proceso. Si bien es cierto que no existe justificación alguna para que el JNE se encuentre exento del control constitucional cuando no respete derechos fundamentales, me parece muy
VICTOR DELGADO BAUTISTA, dice: COMENTARIO: En el presente caso de Lizana Puelles, se cuestiona mediante Amparo la resolución N1 315-2004-JNE, resolución a través de la cual se había ordenado la vacancia en el cargo del burgomaestre del municipio de Chanchaque, alegando que dicha resolución violaba el derecho al debido proceso. Si bien es cierto que no existe justificación alguna para que el JNE se encuentre exento del control constitucional cuando no respete derechos fundamentales, me parece muy
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VICTOR DELGADO BAUTISTA, dice: COMENTARIO: En el presente caso de Lizana Puelles, se cuestiona mediante Amparo la resolución N1 315-2004-JNE, resolución a través de la cual se había ordenado la vacancia en el cargo del burgomaestre del municipio de Chanchaque, alegando que dicha resolución violaba el derecho al debido proceso. Si bien es cierto que no existe justificación alguna para que el JNE se encuentre exento del control constitucional cuando no respete derechos fundamentales, me parece muy
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En el presente caso de Lizana Puelles, se cuestiona mediante Amparo la
resolución N1 315-2004-JNE, resolución a través de la cual se había ordenado la vacancia en el cargo del burgomaestre del municipio de Chanchaque, alegando que dicha resolución violaba el derecho al debido proceso.
Si bien es cierto que no existe justificación alguna para que el JNE se
encuentre exento del control constitucional cuando no respete derechos fundamentales, me parece muy acertada la posición que toma el Tribunal Constitucional al declarar infundada la demanda, debido a que la pretensión del recurrente carece de todo sustento constitucional, además el JNE resultaba competente para conocer el asunto en controversia.
Debemos tener en cuenta también que los artículos 142 y 181 de la
Constitución establecen que contra las resoluciones dictadas por el JNE, no procede recurso alguno, sin embargo, el Tribunal Constitucional señala que toda vez que el JNE emita una resolución que vulnere los derechos fundamentales, la demanda planteada en su contra resultará plenamente procedente.
Lo cierto es que lo resuelto en “Lizana” debió ser respetado por
todos, pero ello lamentablemente no ocurrió, ya que una vez conocida la sentencia, esta misma encontró una gran resistencia en el Congreso peruano. Es más el congreso lejos de cumplir a cabalidad con lo dispuesto en la resolución antes mencionada, aprobó una modificación al Código Procesal Constitucional, suprimiendo la explícita mención a cualquier posibilidad de revisión en sede jurisdiccional de los pronunciamientos del JNE en materia electoral. Hoy el octavo inciso del art. 5 del Código en comento señala que:
“(...) Art. 5. No proceden los procesos constitucionales cuando:
(...) 8. Se cuestionen las resoluciones del Jurado Nacional de
Elecciones en materias electorales, de referéndum o de otro tipo de consultas populares, bajo responsabilidad.
Resoluciones en contrario, de cualquier autoridad, no surten efecto
legal alguno (...)”
La forma en la que actuó el congreso no debe ser imitada ya que
afecta las ventajas de una técnica como lo es el precedente vinculante.