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Vol.2-N¢ 2- Jul - Diciembre de 1998 Archivos bolivianos de Historia de la Medicina “MI ACTUACION EN LA GUERRA Durante los primeros meses de la Campatta, fui destinado al Hospital Militar de la Ciudad de La Paz, juntamente con algunos companteros de cur- so, siendo alumnos de Sto. curso de la Facultad de Medicina; entre los compaieros que recuerdo estuvieron el Dr, Carlos Lazcano Marques, Edmundo Arif Zapata, Luis Mealla Caso y ‘otros. El Directordel Nosocomioeract Dr. Daniel Bilbao Rioja y ottos cirujanos, también acompa- fiaban el Dr, Guillermo Debbe y el Dr. Florentino Mejfa, asicomo el Oltalmélogo Alfredo Delgado el Carpio, Nuestra labor especifia era la de atender a tos heridos de guerra que Hegaban evacuados. Fue ‘una temporada bastante activa, quirirgicamente hhablando, por los numerosos casos que requerian intervencién quirirgica y medicina general,como también atencién de cardcter civil alos necesita dos. DEL CHACO” Jorge Estenssoro Machicado Esta brigada de profesionales que atendiamos en cl hospital fue destinada como Brigada Sanitaria ‘ala ciudad de Tarija con el fin de estar mas cerca dela contienda. Esto para nosotros fue una verda- dora escuela quirirgica, donde nuestra labor fue muy eficay.devolviendo la salud y el estado fisico 44 algunos soldados que fueron rehabilitados y ‘otros dados de baja. A principios det afios 1934 fuimos movilizados a Villamontes con destino alos Regimientos que se. cencontraban en plena lucha con el enemigo, Mi destino fucel Hospital de Sangre de Carandaiti yal presentarme ante el Dr. Julio Fortin, Médico Divisionario, me dijo: ~ En éste momento no ito mis personas en el hospital, vaya con el Dentista Humberto Blanco en el cami6n que esti saliendo a la linea de fuego donde debe haber hreridos que tienen que ser evacuados-. Grande 165 Archivos bolivianos de Fitstoria de la Medicina fue nuestra sorpresa cuando al ir por la picada observamos soldados bolivianos en retirada y fuimos alertados por una réfaga de fusileria. En ‘ese momento se acereé una patrulla avisando que si avanzdbamos unos metros més caiamos prisio- neros porque estibamos pasando ya a teritorio enemigo. No encontramos ningtin herido. Al re- sgresar,recibiun memorindum para incorporarme ‘como Cirujano al primer batallén del Regimiento 18 de Infanterfa cuyo Comandante era el Cnet. Luis Pinto Telleria y el Comandante del ler Bata- én, el My. Octavio Gandarillas, fue otra sorpre- sa, el encontrarme con un amigo que conocf en la Revolucién del ato 1930; él me comenté que el ‘momento era sumamente dificil y grave porquee! Ejército Paraguayo estaba haciendo su ofensiva porel sector y que su Batall6n acababa de salir de tun cerco reatizado por el enemigo, Una vez equipado el Batallén y dotado de muni ines, fuimos @ combatir para contener la ofen- siva Paraguaya, Al poco tiempo llegaron por el lado sudeste el Regimiento Castillo y el Reg. Lanza 5 de caballe nosotros, reforzamos el frente y pudimos detener ‘que, tomando contacto con al enemigo, con algunas bajas que luego de ser atendidos fueron evacuados. Pasaron algunos dias de calma, E1 My. Gandarillas, me dijo: esta calma no me gusta, porque derepente estamos cercados- tal como dijo, empez6 un fuerte ataque dol enemigo que se encontraba a nuestras espal- das. El My. Gandarillas dio orden que nadie dispare y nos quedemos en completo silencio. Cerca a las 10 de la noche, nos pusimos en Vol.2:N® 2 Jui - Diiombre de 1996 columnas deados penetrando al monte porel lado derecho hacia las cercantas del Pozo del Tigre, pasando mAs o menos una hora nos ordena dispa- rar y recibimos contestacién del enemigo. Si- _guiendo siempre porla derecha, comoel enemigo ya no disparaba continuamos y salimos del cerco cenemigo. Tomamos contacto nuevamente con ‘nuestros companeros, En eso, recibi una orden del Comandante det Regimicnto destindndome al Hospital de Machareti donde me encontré con el Dr. Genaro Siles quien desempeftaba la Direccién del Hospi tal, Ese nosocomio estaba casi leno de enfermos yy heridos y constantemente recibfa evacuados. Mi labor era de una constante atencién médica y {quirdrgica alos pacientes. Aqui ocurrié una cosa muy curiosa que les relataré como anéedota: A tanta insistencia preguntando por la salud det soldado Emesto Pérez Rivero, lo buscamos con ‘mucho interés y legamos a indentificarlo entre los enfermos més graves; se encontrabaenestado soporifero con alta temperatura y no respondia a ‘nuestras preguntas. Por primera vez, tuvimos la suerte de recibir! sufadaizol, sulfa que no cono- ciamos, era el Drometi! de ta Casa Bayer en ampollas de 10 cc. de color rojo, Este preparado inyectamos intramuscularmente 2 veces al dia y grande fue nuestra sorpresa cuando el enfermo ‘comenz6 a recuperar poco a poco y fue evacuado ‘en buenas condiciones. A los dos dias recibimos una orden terminante del Comando para evacuar el hospital hasta la localidad de Lagunillas. Fue la retirada del Ejército Boliviano hasta las alturas de Ja Serrania de Aguaragué. 166 Jorge Estenssoro Machicado Vol.2- Ne 2- Julio - Diciembre do 1996 En Lagunillsa me encontré con el Dr. Julio Ma- rauel Aramayo con quien nos destinaron al Regi- miento Manchego 12.de Infanteria, cuyo propdsi- toera defender el petréleo boliviano. Nos presen- tamos ante el Comandante del Regimiento Man- cchego, The. Edmundo Nogales, cuyo comando se cencontraba en la cumbre de la serranta; el puesto ‘sanitario se encontraba resguardando en la cata da, ¢1 pozo de petrdleo de Yaficoranza y coman- aba el Tre. Gilherto Guzman, A los pocos dias JosParaguayos, ala zquierda del lugar donde nos ‘encontrdbamos hicieron una ofensiva, tratando de subir la montafa, pero fueron habilmente re- chazados por nuestros soldados. Fue un triunfo boliviano y una derrots delenemigo,cdonde tuvi ron muchas bajas, EL Ejército Boliviano preparé fa dltima ofensiva, Formandose el Regimiento X por el primer Bata- én del Manchego y el Segundo Batallén det Regimiento Campero, siendo el Comandante et Archivos bolivianos de Historia de la Medicina My. Armando Fortin, Nuestra misién fue la de cortarlapicadaen villamontesa Boyuibe,cn esta _maniobra los Paraguayos se pusieron en retirada, tuvimos pocas bajas que después de ser atendidos fueron evacuados. [Enestaaccidin capturamos prisionerosParaguayos, muchachos de 14. 1S alos. ELEjército Paraguayo se encontraba en muy malas condiciones, que~ riendo ya la pay del Chaco, segtin declaraciones de los prisioneras. En cambio cl Ejército Bolivia- rho se encontraba en muy buenas condiciones, bien armados y equipados y bien alimentados porque nos encontribamosen una regidn agricola donde habia de todo, especialmente para alimen- tacién, Estibamos preparados para darel segundo salto, pero en ese momento se produjo la paz del Chaco quedando decepcionados ya que estaba- ‘mos lisios y motivados para continua la guerra y regresar como vencedores, quedando frustrados al firmar el tatado de paz 167

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