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El invento del maligno

MANAS

Jos Javier Esparza

Ya le habrn dado a usted mucho la murga con la


beckhamana, osase, la ola de adoracin meditica (prensa,
radio, televisin) al futbolista Beckham, flamante fichaje del
Real Madrid, fabricada por el mecanismo de persuasin ms
eficaz de todos los tiempos: el marketing. No ha habido
espacio informativo, de cualquier gnero y fuste, que no haya
picado en el anzuelo promocional. Estas cosas funcionan as:
se genera un acontecimiento, se crea artificialmente
expectacin masiva (en este caso, ms IRPF), los medios
acuden al reclamo y al hacerse eco multiplican el
acontecimiento por dos, con lo cual la expectacin se dispara
ms todava. Estructura del crimen perfecto. Yo asist al
penltimo episodio del evento en un bar, discretamente
acodado en la barra, mientras un centenar largo de ciudadanos
miraba embobado a la pantalla que daba las noticias ms
recientes sobre el suceso. Vimos imgenes del reconocimiento
mdico (lo nunca visto), de la presentacin pblica de la
pareja Beckham-Victoria Adams, lo del gatito blanco,
mencin del paseo por las tiendas, el espectculo siempre
deplorable de los fans (esos alienados), el primer jugueteo
de Beckham con baln en el csped, incluido el casual salto
al campo de un chiquillo cazaestrellas La cmara se detena
una y otra vez en el look de Beckham: uas pintadas,
pendientes en las dos orejas (sendos diamantes), peinado de
fantasa Beckham viaja con su propio peluquero, haba
contado uno de los innumerables locutores que han glosado
este recibimiento triunfal. Entre quienes abarrotaban el bar,
nadie hablaba de ftbol; de lo que se hablaba era del
acontecimiento, del chico. Bien es cierto que los juicios
variaban: tras un primer momento de silencio indeciso, pronto
comenzaron a surgir rumores malvolos. Nadie, eso s, se
atreva a levantar la voz contra la ltima operacin de
Florentino en el star-system. Hasta que, de sbito, una seora
madura, de buen ver, mir muy fijamente a la pantalla y dijo:
Beckham es una nia. Juicio que los parroquianos acogieron
con exclamaciones de aprobacin y que, por el camino, le
valieron a la dama varios piropos de buen tono. Florentino,
ficha a Ronaldia, propuso un segundo. Y otro, enardecido
por constatar predispuesta a la asamblea, tom aire y exclam:
Mecagen Beckham. Vox populi, vox Dei. Con perdn.

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