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ROBO EN EL ALMACN DE JUGUETES

Aquel da Mara estrenaba su primer trabajo, por lo que lleg muy animada y
nerviosa al almacn de juguetes, donde debera estar una hora antes de la
apertura al pblico. Se trataba de un local muy grande, donde haba dos
dependientes ms, Pedro y Julia, que llevaban all varios aos, adems de Don
Jorge, el jefe del negocio.
Su tarea consista en contar las cantidad de paquetes nuevos que llegaban al almacn,
registrarlos en el ordenador y ponerles el precio. Adems era la responsable de la seccin
de los juguetes para nios de entre 6 y 12, la cual debera tener ordenada, limpia y reponer
al acabar el da los juguetes que se haban vendido durante toda la jornada.
El primer da le fue muy bien, pero el segundo -al comprobar si su seccin estaba
preparada para recibir a los clientes- not que faltaban dos carsimos muecos de accin
articulados que haban llegado el da anterior (y que ella misma haba desembalado y
puesto en la estantera). Rpidamente, sin comentar nada a sus compaeros, avis -de la
falta- a su jefe, el cual reuni a los tres empleados y, con gesto serio, les dijo: Ayer
llegaron unos nuevos juguetes a la seccin de 6 a 12 aos y desde el cierre de ayer hasta
ahora mismo, han desaparecido dos de los ms caros. Os ruego que pasis, uno a uno, a
mi despacho a informarme sobre lo que sepis de este suceso.
Pedro, el ms veterano de la tienda, acus directamente a Mara: Si los juguetes
faltan en su seccin y siendo la nueva, lo normal es pensar que haya sido ella quien se los
ha llevado. Seguramente ha aprovechado cualquier despiste o que las cmaras de
seguridad an no estaban conectadas.
Julia, con la cara muy blanca, le dijo a su jefe: Me siento muy avergonzada que pueda
pensar que alguno de nosotros hayamos podido robar los dos muecos de accin
articulados. Pedro es una persona muy responsable y todos sabemos que en todos los
aos de trabajo aqu, jams ha tenido ningn incidente. Y Mara, aunque no la conocemos
an bien, se ve una buena persona y de fiar.
Mara por su parte le dijo al jefe, que slo le poda asegurar que ella no iba a poner en
riesgo su trabajo por unos juguetes, que por muy caros que fueran, compensaran el ser
despedida; y que por desgracia, no tena ninguna informacin ms que pudiera ayudar a

descubrir al que haba sustrado los juguetes. Sin embargo, su jefe le dio las gracias por su
sinceridad y le dijo que ya saba quin era el culpable.

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