A veces puede costar entender que algunos elementos adquieran significados muy diferentes segn las circunstancias en las que se situen: lo que aparentemente es un mismo hecho puede tomar un papel muy distinto segn la lgica relacional en la que se inscriba.
Puede costar comprender en el resto del pas que mucha gente que ve con ojos crticos la lnea de ETB salga a la calle para exigir que se pueda ver en Nafarroa. Esto es as porque la captacin legal de ETB, en la pugna entre el cambio y la reaccin, adquiere connotaciones muy especficas, que deben enmarcarse en el contexto de una vieja reivindicacin popular.
Bastaba con palpar el ambiente entre la multitud reunida frente a la sede de UPN este pasado jueves, para comprender que el mosqueo viene de lejos y se ha acrecentado con la ofensiva reaccionaria de UPN y PP, con el PSOE de manporrero, como siempre. En la concentracin haba gente de todas las edades, pero se vean muchas canas, haba muchas amatxis y aitatxis, gente que ha construido la opcin del cambio con miles de valientes microcambios llevados a cabo durante dcadas duras y oscuras frente a un bunker navarroespaolista que no ha pasado ni una.
Si Navarra, cuna en su da de la reaccin, oscura y mojigata potencia exportadora de curas y monjas, pas en unos aos a ser protagonista en la lucha obrera, antifranquista, ecologista, ms tarde ncleo motor de la insumisin y ahora escenario de un contradictorio y complejo proceso de innovacin poltica es porque miles y miles de personas que ahora pintan canas o ya nos dejaron fueron capaces de romper cadenas y abrir nuevos caminos. Gente que tiene muy claro que el cambio se conquista y se defiende en la calle.
No se me ocurre una actitud ms joven. No se me ocurre una poltica ms novedosa que gente de todas las edades compartiendo no slo el mosqueo, sino la ilusin de vernos tantas y tantos en esa plaza.