Son de visita obligada, entre otros, los siguientes lugares: los baluartes y el
revellín, desde donde se contemplan extraordinarias vistas sobre la bahía, la
moderna ciudad de Ibiza, la playa de En Bossa, ses Salines y la isla de
Formentera; el antiguo convento de los dominicos, actualmente sede del
Ayuntamiento de Ibiza, donde regularmente se celebran exposiciones y bailes
payeses; la Catedral de Ibiza, iniciada en el siglo XIV y finalizada en el siglo
XVIII; el Palacio Episcopal, residencia del Obispo; el Museo Arqueológico,
situado en el antiguo edificio de la Universidad, institución de gobierno propia
de la isla hasta su abolición por Felipe V en el siglo XVIII; el edificio de la Real
Curia, institución equivalente a los tribunales de justicia actuales; el Castillo, la
torre del homenaje, la Almudaina y la casa del Gobernador, conjunto de
edificios militares situados en la parte más alta de Vila y actualmente en
proceso de restauración impulsado por el Consell d'Eivissa i Formentera; sa
Carrossa, plaza donde se ubica una estatua de Isidor Macabich (Ibiza, 1883-
1973), popular sacerdote e historiador ibicenco; el Museo de Arte
Contemporáneo, ubicado en un antiguo almacén y sala de armas del siglo
XVIII; la capilla de Sant Ciriac, con una entrada que según la leyenda los
catalanes utilizaron en 1235 para conquistar la ciudad; el Seminario, antigua
residencia de los jesuitas y más tarde seminario diocesano, actualmente
reconvertido en apartamentos; y l'Hospitalet, antigua iglesia en la actualidad
habilitada como sala de exposiciones.
Dalt Vila ofrece al visitante muchos otros alicientes como son los numerosos
bares, restaurantes, tiendas y galerías de arte y algunos pequeños hoteles,
establecimientos que complementan la amplia y variada oferta de servicios del
popular barrio marinero de la Marina situado entre la fortificación y el puerto.