] La segunda parte del Evangelio de hoy presenta otra enseanza, una enseanza
de humildad, pero que est estrechamente ligada a la fe. Jess nos invita a ser
humildes y pone el ejemplo de un siervo que ha trabajado en el campo. Cuando
regresa a casa, el patrn le pide que trabaje ms. Segn la mentalidad del tiempo de
Jess, el patrn tena pleno derecho a hacerlo. El siervo deba al patrn una
disponibilidad completa, y el patrn no se senta obligado hacia l por haber cumplido
las rdenes recibidas. Jess nos hace tomar conciencia de que, frente a Dios, nos
encontramos en una situacin semejante: somos siervos de Dios; no somos
acreedores frente a l, sino que somos siempre deudores, porque a l le debemos
todo, porque todo es un don suyo.
Aceptar y hacer su voluntad es la actitud que debemos tener cada da, en cada
momento de nuestra vida. Ante Dios no debemos presentarnos nunca como quien cree
haber prestado un servicio y por ello merece una gran recompensa. Esta es una falsa
concepcin que puede nacer en todos, incluso en las personas que trabajan mucho al
servicio del Seor, en la Iglesia. En cambio, debemos ser conscientes de que, en
realidad, no hacemos nunca bastante por Dios. Debemos decir, como nos sugiere
Jess: Somos siervos intiles, hemos hecho lo que tenamos que hacer (Lc
17,10). Esta es una actitud de humildad que nos pone verdaderamente en nuestro
sitio y permite al Seor ser muy generoso con nosotros. En efecto, en otra parte del
Evangelio nos promete que se ceir, nos pondr a su mesa y nos servir (cf. Lc
12,37).
Queridos amigos, si hacemos cada da la voluntad de Dios, con humildad, sin pretender
nada de l, ser Jess mismo quien nos sirva, quien nos ayude, quien nos anime,
quien nos d fuerza y serenidad.
De Benedicto XVI
https://www.youtube.com/watch?v=MK_TL6SCQqY