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Ver, escuchar,
analizar y contrastar
peliculas con otras
representaciones
de la historia
es la propueste
para propiclar
elacercamiento
alpasado.
ES Peliculas para la historia
m@Elcinecomo
E experiencia didactica
04-021-043 4 cop.
Didactica Especial (Finocchio)
Marcela Lopez y Alejandra Rodriguez
Le pregunta sobre la ensefenze y ef
aprendizaje es una constante entre docen-
tes y educadores. Como hacer, cme facil”
tar ese proceso de apropiacién de fo nuevo,
es una preocupacién cotidiana ante los ver-
tiginosos cembios que se han producido en
Ia escens de la educacién. Sin duda, el bro
ha sido por siglos el instrumento, el vehicu-
lo privilegiado del proceso educative. Hoy,
sin embargo, la educacidn estalla de diver-
sas maneras y sale de los recintos clésicos
pare llevarse @ cabo en cualquier momen-
fo y en cualquier lugar, pero signticaiva-
mente y cada vez més alrededor de las
pantallas” (Guillermo Gémez Orozco)
‘Ademés del cine y la televsin, que acom-
‘pafiaron gran parte del siglo XX, hoy se su-
‘man las nueves tecnologias dela informa:
cign y la comunicacién a informatica, el de-
sarrollo del mundo virtual y fa intemet-, que
‘multiplican al infrto las pantallas desde las
‘euales las Sociedades se miran a si mismas.
Es posible acceder a un mundo cuya ma-
teria es un denso tejida de datos, cédigos,
imagenes y sonidos; un mundo que propo-
re nuevas experiencias perceptuales y que
potencia un acercemiento sensorial 2 los
abjetos que produce.
La informacién estd ahi, disponible en vo-
liimenes extraordinatios. Pude accederse, por
medio del cine, dele televisin y de la infor-
‘mitica, a mundos absolutamente lejanos en
tiempo y espacio, pero también es certo que
‘sos mundos no son siempre apropiabes,
aprehensibles. Interactuar con las, pantallas
no implica aprender, menos atin “aprender
‘mejor’. Acceder a un mayor volumen de in-
formacién no garantiza comprensi6n y apro-
piacion de saberes. Aprender es un proceso
complejo, que supone la construccion de
conceptos y categorias para entender al fun-
cionamiento del mundo y de a sociedad.
En medio de esta encrucijeda, e! lengua-
je audiovisual se presenta como universal,
accesible, dramético,Kidico,afectivo, senso-
Fial... Seve y se oye con todo el cuerpo. Sus
elementos, encedenados muchas veces
rompiendo la Kogice narratva clsice, prop
cian un tipo de acercarniento mareado por
la racionalided de lo emotive, ponderando
lo wsible por sobre lo inteigible.
Entonces écomo tender puentes entre
eee denmanced echo tore
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imaginacién, seber
1a y attfcio, arte y dencia? écémo ir de ta
cemocién a la reflexién y de alli a lo cons-
truccién de un nuevo conocimiento?
{La propuesta en este sentido tiene al cine,
2 las peliculas, como protagonistas. Ha sido
pensada como recurso y como objeto de es-
tudio que permite elaborar los ms diversos
recorridos didécticos. Pero para elo prim
es necesario identifica, jerarquizar, escribir
yanalizar los filmes como discursos.
Se welve indispensable aliabetiza/alfa-
betizarse en la lectura del lenguaje audiovi
sual, para poder abordar sus construcciones
desde una percepcién critica. Es necesatio
‘entrenar nuestra mirada pera ayudar a “Ver”.
2Qué ves cuando Ia ves?
En el aula de ciencias sociales es posible
pensar el cine desde la instrumentafidad de
‘un recurso ilustrativo, pero también es post
ble pensarlo como una llave hacia lugares
quizé desconocidos...
‘Esa misma pelicuia que facite presentar
tun tema, puede converse también en:
+ Un documento de época: un filme pro-
vee informacién no sélo por lo que cuen-
‘a sino que también permite vistumbrar
el clima de idess, los imaginarios, los
conflctos propios del momento historico
aque lo vio nacer? Podrd, entonces, plan-
tearse cémo pienso y construye el pasado
un determinado “presente”.
Por ejemplo, es posible reiexionar sobre
las diversas ideas del rasismo que convi-
ven en fas peliculas Juan Manuel de Rosas,
de Manuel Artin y Carla, de Maria Luisa
Bemberg, La primera reaiizada en 1972
cuando atin no se habla levantado la pros-
‘ripen del peronisma, constuiré una his-
toria donde se privtegio 1o insttuctonal
és especiicamente b poltico, encama-
do en fas acciones y voluntedes de los
“grandes hombres; reconodendo al cau
dito como el tinico capaz de representar al
(pueblo y de imponer un orden nacional
En fa pelicula de Ant, el pueblo se const-
‘come tal en tanto odhiere al federaks-tendlencias extranjerizantes, conformado por los sect.
12s altos e ilustrades. Concebida en un contexto de vio
Jencia, autoitarisma politico y trasnacionalizacin de ko
‘economia, la peticule propane recuperar la épico de un
pasado de defensa de los inteeses nacionales.
Para hablar de Camila, en cambio, es necesario cam-
‘iar el tno de voz. De fos exaltados ‘70, plenos de es-
peranzedas protestas y putes crispades, se pasa a vo-
‘ces mds frigiles, marcadas por el dotor. El titimo gal-
pe militar, més sangrienta, més organizado, sisteméti-
€@ en el terror, cambid pora siempre la sociedad. La
pelicula de Bemberg, realizado en plena apertura de-
‘mocrdtica, eemarca centralmente las aspects represi-
vos de la épca rosista, expuestos en toda su violen-
Gio sobre el destino de dos jévenes ideatistes, esos
que, en su “vida clandestina” en Gaya, trebajaban af-
fabetizando a nitos huritdes, comprometides con los
‘més pobres y que terminarén fusilados por el poder
A partir de les peliculas, el presente y pasado pueden
Gialogar y enviquecerse mutuamente, yendo de [2
pantalla al libro
+ Otra puerta que el cine abre: permite pensar las pell-
culas como versiones de la historia, entendiendo que
también el cine construye nuevos significadas de! pa-
ado, el cine reesctibe la historia en imagenes. Pero
las peliculas Zpueden competi con las versiones es-
crits de ese pasado?, Les valido que lo hagan?
Los cineastas, reinventores del pasado
Tanto ls tealizadores de cine como los historiadores re-
«ean el pasado, lo representan. Es decis que no se esta
{ante ese mundo sino ante su reconstruccén, ya sea en el
papel o en ia pantalla. Y como de recreacién se trata, €s
nnecesario entonces poner en discusin las reglas de val-
dacién de un texto historco constuide audiowsualmente
En este sentida, e historiador Robert Rosenstone' se
pregunta: ise ha de filmar una verdad iteral, una copia
‘exacta de lo que ocurié en el pasado? En el cine no es
posible. ¥en el mundo de la palabra escrta.. es posi-
‘ble una verdad literal?
En ambos casos (en el fibro y en la pelicula), los he-
chos son interpretados a la luz de un lenguaje,y el len-
‘guaje crea, estructura, significa. En ambos casos se pro-
ducen cconstrucciones marcadas por el géne-
10 y el punto de vista escogides.
Pero hay otra cuestin la narracin cinematogréica se
basa en gran medida en la invencién, esto es lo que per-
mite mantener a intensidad, el ritmo de ese relate. (Cé-
‘mo juagar entonces una pelcula de tema histérico? En
princpio, develando las elecciones estéticas y narratives:
‘qu esté enfatizando ese encuadre con elrecarte que el-
‘ge? {Como ilumina el reaizador esas rosts y cémo gra-
vita esto en le historia que esté contando? (Qué funcidn
‘cumple la masica?éPor que eligi6 determinados colores?
En las peliculas mencionadas es posible pensar cé-
‘mo, a partir de elementos estéticas, se definen dos
Buenos Aires totalmente diferentes: una saturada de
‘ojo punzé (Juan Manuel de Rosas) y atta representa-
da en delicados tonos pasteles (Camila). Antin expre-
a en un nivel espacial ia oposicién pueblo-antipue-
bio. £1 pueblo se desenwuelve en el campo, le puipe-
1a, ka iglesia, y los calles; en cambio las enitorias ~el
antipueblo— estén siempre Iigados a fas secintos oF-
Coles ~dese donde consperan— y a les Se: tec:
de le cite poretc dance se sacafome y
Slaw ees oe
aoe
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tando la opasicién. Las tones sepia tien lo vida de
los sefiariales salones, expresian de la aristocracia fi
_gada al uniterismo y mostrada come decodente.
En una de las secuencias que recrea uno veloda s0-