Amrica,
no puedo escribir tu nombre sin morirme.
Aunque aprend de nio,
no me salen derechos los renglones;
a cada slaba tropiezo con cadveres,
detrs de cada letra encuentro un hombre ardiendo,
y no puedo ni cerrar la a
porque alguien grita como si se quedara dentro.
Vengo del Odio,
vengo del salto mortal de los balazos;
est mi corazn sudando pumas:
slo oigo el zumbido de la pena.
Yo atraves negras gargantas,
cruc calles de pobreza,
Amrica, te conozco,
yo mismo tend la cama
donde expir mi vida vaca.
Yo tena dieciocho aos
yo viva
en un pueblo pequeo,
oyendo el dilogo de musgo de las tardes,
pero pas mi patria cojeando,
los ahogados empezaron a pedir ms agua,
salan de mi boca escarabajos.
Sordo, oscuro, batracio, desterrado,
era yo quien humeaba en las cocinas!
Amargas tierras,
patrias de ceniza,
no me entra el corazn en traje de paloma!
Cuando veo la cara de este pueblo
hasta la vida me queda grande!
Pobre Amrica!
En vano los poetas
deshojan ruiseores.
No vern tu rostro mientras no se atrevan
a llamarte por tu nombre, Amrica mendiga,
Amrica de los encarcelados,
Amrica de los perseguidos,
Amrica de los parientes pobres!
Nadie te ver si no deshacen
este nudo que tengo en la garganta!
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AOS DE LOS CASTIGOS
Aos de los castigos!
Aos de las prisiones!
Aos que se comieron las araas!
No tuve paz,
ni dnde reclinar la cabeza.
Los trenes me llevaban,
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EPSTOLA DE LOS POETAS QUE VENDRN
Tal vez maana los poetas pregunten
por qu no celebramos la gracia de las muchachas;
tal vez maana los poetas pregunten
por qu nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde vena la ardiente clera.
Yo respondo:
por todas partes oamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras.
Iba a ser la Poesa
una solitaria columna de roco?
Tena que ser un relmpago perpetuo.
Mientras alguien padezca,
la rosa no podr ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podr dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazn no sonreir.
Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
No digis el romance de los lirios.
Hay cosas ms altas
que llorar amores perdidos:
el rumor de un pueblo que despierta