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FITOSOFIA Y TEORIA DE LA HISTORIA

EN BENEDE,I-TO CROCE

Gabrlel Ga¡cía Higuens

INTRODUCCTóN
Desde las postrimerías de la centuria pasada y a través del siglo XX la historiografía
ha ensanchado su campo de acción, pues no sólo se desenvuelve en el plano de la in-
vestigación histórica, síno que conjuntamente consigue volcar su labor en el terreno
gnoseológico. En este último campo (la metahistoria), se puede cotejar que han sido los
filósofos, y no los historiadores, los que hicieron de la historia su objeto de reflexión
metateórica, proporcionando los fundamentos gnoseológicos de la metodología históri-
ca. For lo demás, han coadyuvado notablemente a forJar las numerosas filosoffas del
devenir histórico.
Uno de los pensadores, cuya obra sobresale en esta esfera es el italiano Benedetto
croce, filósofo historicista quien, durante la primera mitad del presente siglo, hubo de
plasmar con prolijidad y estilo robusto un singular trabajo intelectual referente a la teo-
ría de la historia. Este tendría poderoso impacto en los círculos académicos italianos, y,
específicamente, en el área de la historia dio principio a una corriente de pensamiento
que ha sido impulsada por varias generaciones de intelectuales.
Las explicaciones de Croce sobre la realidad y el conocimiento históricos se en-
marcan en una interpretación idealista, en la que distintos autores han advertido la in-
fluencia de J.FG. Hegel. Empero, lo que en Hegel significó una serie de reflexiones
idealistas sobre la historia emanadas de sus escritos, en Croce cobran el carácter de
sistema.
La presente monografía se encamina a exponer la filosofía y teoría de la historia
sostenidas por Benedetto Croce en sus aspectos medulares, y a bocetar algunas obser-
vaciones críticas en torno de sus concepciones. hra la enunciación de su teoría y la
aproximación crítica nos hemos basado casi enteramente en la lectura de La historia
como haza6a de la llbertad, libro de la autoría de croce, y de manera suplementa-
ria en otros habajos sobre la teoría del conocimiento histórico, en los que hallamos refe-
rencias críticas a las ideas del pensador, objeio de nuestro estudio.

I
BENEDETTO CROCE: EL PERSONAJE Y SU OBRA

A) ESBOZO BTOGRÁF|CO DE BENEDETTO CROCE


Benedetto Croce, filósofo, críiico literario e historiador italiano y uno de los espíri-
tus que mayor predominio ha ejercido en la vida intelectual de su país durante la prime-
ra mitad del siglo presente, nació en kscasseroli (Abruzzos), el 25 de febrero de 1g66.
Sus padres pertenecfan a familias de terratenientes bien afincadas en la región. Siendo
aún adolescente se traslada a Nápoles, más tarde, en 1883, cursa estudios en la Facul-
tad de Derecho de la universidad de Roma, y en 1886, luego de abandonar la univer-
sidad sin haberse graduado, retorna a Nápoles, ciudad en que residiría hasta el final de

!26 Nt¡eva Síntesis, Nro 3 - 1995


sus días. Aquí estudia el folklore napolitano y la historia local, i¡.rcursiona en política, y
en filosofía se aproxima al idealismo hegeliano. A la sazón, croce auspicia y dirige
publicaciones periódicas dedicadas a la historia y cultura de Nápoles. En 1900 publica
Materialiemo hietórico y economía marxista, y en l9o2 el primer volumen de su
Filosoffa del Eepíritu. En la postrera obra, el autor, partiendo de la dialéctica de He-
gel, desarrolla su filosofia del espíritu e¡r dos momentos teóricos, estética y lógica, y dos
momentos prácticos, economía y ética. Subsecuentemente aparecerían obras tales
como Eetéüca, Lógica, Filosofía de la Práctica (Economía y Etica); Teoría e
historia de la historiograffa, y sendas monograffas sobre Vico y Hegel.
En el terreno de la estéüca, los escritos de Croce ejercieron gran ascencliente.
concibe la estética como "ciencia de la expresión"; discierne en el arte el "acto intuitivo
expresivo", y en lo bello la "expresión lograda" (expressione riuscita).
En 1902 funda La Crítlca, reputada revista de literatura, historia y filosofía que
se editó ininterrumpidamente hasta 1943. En sus págirras, Croce desplegó acción ihu-
trada y militante dirigida conha el positivismo, los "místico-reaccionarios" y los
'Jesuíüco-volterianos", y procuró coordinar los esfuerzos de un movimiento idealista a
base de la universalidad de la cultura. En dicha publicación, por otra parte, se hizo se-
lección y análisis de toda la producción intelecfual italiana de la segunda mitad del siglo
KX.
Además de la adherencia a la filosoña de Hegel - aunque no por ello exenta de
observaciones críticas a determinados ángulos de su pensamiento - el sistema de C¡o-
ce evidencia influjo del historicismo de Gianbattista \ñco y de la estéüca de francesco
De Sanctis. En lo que atañe al materialismo histórico, fue adversario de esta doctri¡a
por conceptuar que muesha una visión distorsionada del curso de la humanidad, que
va adosada de explicaciones forzadas160.
La obra de croce es exuberante. Aparte de los libros que conciernen a la exposi-
ción de su sistema, redactó numerosos ensayos filosóficos. Sobre críüca e historia lite-
raria gestó más de quince títulos, en los que se encuenha una importante sección sobre
letras españolas. En 1922 las obras de croce sumaban veintisiete, en 1942, cuarenta y
ocho, y en L955 alcanzaban los cincuenta y cinco ffhrlos. En el dominio de la historio-
graffa escribió Hietoria del Reino de Nápolee, Historia de ltalia deede la uni-
ficación hasta la Guerra Europea, Hietoria de Europa en el siglo xtx e Hie-
toria de la Edad Barroca. Por lo que toca a su faceta de historiador se resalta, asi-
mismo, el haber tomado parte acüva en la fundación del Insütuto ltaliano de &tudios
Históricos.
otra fase de la actiüdad de croce fue la de su actuación en política. Fue nombra-
do senador Vtalicio del Reino de ltalia en 1910. En 1920 fue designado por Giovanni
Giolitti, Minisbo de Instrucción Pública (Lgzo-zl), desempeñando el cargo de minisho,
por segunda vez, en 1944.Respecto al fascismo, croce, primordialmente, expresó sim-
pafa por el gobierno de Mussolini, pero en 1925 se convence de la ilegalidad funda-
mental de aquel sistema político y, publica el"Manifiesto de los Intelectuales Antifascis-

160
En cuanto a su posición frente a la doctrina marxista, Cecil Sprigge - autor cle una biografía irr-
telectual del f¡lósofo italiano - apunta que Croce la cor¡sideraba carenle de todo significado filo-
sófico y plagada de yerros en sus deducciones económicas. Sprigge, Cecil. Benede¡o Croce.
Buenos Aires, &1. Sur, 1956.

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tas"161. Desde ahí convirtióse en uno de los principales adversarios del régimen, sin que
ello motivara la proscripción de sus escritos. Croce se adhirió oficialmente a las filas del
Fartido Liberal ltaliano, alcanzando su jefatura entre 194.3 V 1947. En enero de 794/-
fue nombrado Presidente Honorario del Congreso Nacional de los Partidos de Ia Resis-
tencia en Bari, y, tras la caída de Mussolini, aporta su colaboración para fortalecer la
institucionalidad monárquica. Entre los Doctorados "Honoris Causa" que le fueron
conferidos a Croce destacan los de las Universidades de Oxford, Fliburgo y Marburgo.
Benedetto Croce fallece el 2O de noviembre de 1952.

B} SINÓPSIS BIBLIOGRÁFICA DE B. cRocE


. La storia ridotta cotto il concetio generale dell'Arte (1893).
. Materlalismo etorico ed economia marxista (1900).
. Eetetica come ecienza dell'Expreseione e Linguistica Generale
(1e021.
. Filosofia dello Spirito (4 vols., 7902-79171.
. Ció che D vivo e clé che i morto della filosofia de Hegel (1906).
. Filosofia della Practica (1908).
r Logica come sclenza del concetto puro (1909).
. Saggi filosofici (8 vols., 1910 ss.).
. La filosofía de Giambattista Vico (1911).
r Cultura e vita morale (1914).
. Teoria e storia della storiograña (1916).
. Etica e politlca (1931).
. La storia come pensiero e com€ azlone (1938).
. Differenza dello storicismo hegeliano dallo etoriclsmo nuovo (19421.
o Storiografia e idealitá morale (1950).
. Filosofia, Poesia, Storia (1952).

tl
EL PENSAMIENTO HISTóRICO DE BENEDETTO CROCE
En 1893, cuando Benedetto Croce contaba con27 años de edad, escribió el ensa-
yo intitulado La hl¡torla subsumlda en el concepto general de arte. En este texto
es donde por vez primera se ocupa de la elucidación teórica de la historia. Ahf señaló
que el arte es lá "visión intuitiva" de la irrdividualidad, y que la ciencia, por el contrario,
el conocimiento de lo general. La historia trata de hechos individuales concretos, razón
por la que Croce rebate su condición de ciencia. Hace parangón, además, de la labor
del historiador y la del artista, pues ambos concurren en la comprensión de su objeto
por medio de la contemplación. De esta forma entabla [a comparación enhe historia y
arte, indicando que su divergencia estriba en que mientras el arte representa [o posible,

r6r En este manifiesto, Croce definía al fascismo como "una mezcla incoherente y ridícula de au-
toritarismo y demagogia, de protestas de acatamiento a la leyes, conceptos uliramodernos
junto a carcomidas teorías arcaicas, absolutismo y bolchevismo, ateísmo y adulación a la
Iglesia Católica, desprecio por la culfura y pretensiones de haber alcazado una cultura nueva
sin base real, éxiasis místicos y descarado cinismo". Citado en Cecil Sprigge, Op.ctt.,p.39.

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la historia narra lo realmente acaecido16z.
En la Eetética (1902) Croce suscribió que la historia no escudriña leyes ni elabora
conceptos, la historia es narración. For tratar lo individual, la historia se identifica con el
arte. La historia difiere de la pura imaginación propia del arte en que distingue lo real
de lo irreal163.
liempo más tarde, Croce pergeñó libros en los que prodiga su teorfa de la historia.
De éstos, necesario es citar tres títulos por lo relevante de su contenido, proyectados
desde una reflexión idealista: Teoría e hlstorla de la hletortografía, Hietorla de la
hlstorlografía ltaliana en el clglo XIX, y La hietorla como hazaña de la llber'
tad.
Nuestra exposición de la teoría de Croce se hará, en lo fundamental, a partir de la
lectura de La hlstoria como hazaña de la libertad, obra que en su versión primi-
genia portó e[ título de La hlstoria como pensamlento y como acclón.
En sus páginas se consigna el tratamiento general que Croce hace de la historia en
sus dos contenidos: en tanto que ser (devenir) y en cuanto conocimiento. En el prólogo
el autor declara que en él acomete la tarea de adicionar a los textos que antecedieron
consideraciones nacidas de sus "ulteriores estudios y estimuladas por nuevas experien-
cias vitales"lú. En los ensayos que conforman el volumen, Croce trae a primer término
la indisoluble unidad entre la historiografía y la acción práctica, y arroja luz sobre el
complejo proceso que da nacimiento al pensamiento histórico.
A partir de esta obra central abordaremos la exposición de algunas ideas que des-
cuellan a través de su lectura.

1. NATURALEZA DEL CONOCIMIENTO HISTÓRICO


Croce conceptúa la historia como "el aclo de comprender y entender, inducido por
los requerimientos de la vida práctica"165. Los requerimientos para Croce condicionan
el carácter de la obra histórica, y mientras éstos no logren ser comprendidos no se al-
canzará a entender la historia escrita a través del tiempo, que ha sido su expresión más
cabal. El libro de historia, en consecuencia, no debe ser juzgado de conformidad al in'
terés, amenidad, erudición y brillantez de estilo que pudiese despertar o exhibir
(propios, por otra parte, de géneros diferentes), sino únicamente en relación a su mérito
histórico, es decir si consigue encauzar los requerimientos prácticos que lo han engen-
dradoltr.
En esa orientación adqulere sentido y significación el postulado teórlco de Croce
que reza 'ltoda historla es historia contemporánea". El carácter contemporáneo de la

Coltingwood, R.G. ldea de ta Hletorla. México, Ed. Fondo de Cultum Económlca, 1974,
pp.188-189.
163
Collingwood, R.G. Op. clt. pp.190-191.
croce, Benedetto. l-a hlstorla como hazaña de la llbertad. México, Ed. Fondo de cultu-
164

ra Económica, 1960, p.5.


r65
Croce, Benedetto. Op. Clt. p.9.
Dice Croce que los requerimientos pueden ser de diferente tipo. Hace referencia a cuaho de
ellos: el moml (permite entender la situación personal "para que en ella puedan fundarse la
acción y el buen vivir"), el económico (da "a cada cual el discemimiento de sus ventajas"), el
estético (funda "un estado de espíritu para entender y gozar plenamente un poema") y el inte-
lectual (posibilita "resolver un problema cientffico"). Croce, Benedetto. Op' clt' p.10.

Nueva Síntesis, Nro 3 - 1995 t29


historia reposa en las necesidades acluales que subyacen a todo juicio histórico; con
ello Croce establece un indisociable nexo enhe el pasado histórico y el presente. Fara
que los hechos puedan mudar en conocimiento histórico, la documentación estudiada
por el historiador tiene que estimular y afianzar en él la memoria de estados de con-
ciencia que le son propios. Citando el ejemplo que provee el propio Croce: si un indivi
duo carece de sentimientos de amor cristiano y de fe en la salvación, en vano será que
indague en el Evangelio.
Según este autor el estado actual de la mente del sujeto representa la
"documentación viva" de un juicio histórico; percibe en la historia algo que habita en
nuestro interior. Y es que Croce concibe al hombre como un microcosmos, "un com-
pendio de la historia uníversal"167 . Es así que para Croce "la verdadera historia está en-
gendrada por la necesidad de ver claro en los problemas prácticos y morales y tiene por
fuente la conciencia históricamente formada..."too. El testimonio de los hechos obra a
manera de punto de apoyo para estimular y despertar esa conciencia.
En estas argumentaciones gravita la distinción que establece entre historia y cróni-
ca: en tanto que la historia existe con el propósito de preservar la vida activa y civilizada
de la sociedad humana, la crónica se funda en un testimonio, y junto con las memorias
y los anales configura una antología de información. El libro de historia no se define
como tal por la exactitud de la información que registre (para Croce la exactitud en
historia "es un deber moral"), sino en correspondencia con una finalidad práctica. La
cultura histórica es imprescindible para la vida moral y política.
La narración histórica debe ser sometida a crítica, ésta consiste en reconocer si el
material contiene o no un motivo que la engarce con la vida práctica. Fara que haya
historia, el historiador debe proceder a la crítica e interpretación del testimonio, y revivír
en su espíritu la experiencia del pasado.
En la historia Croce advierte el conocimiento necesario para la acción. Todo cono-
cimiento en general debe manifestar el estímulo de la práctica, que es la finalidad del
conocimiento. El conocer es necesario para la praxis y ésta lo es para el conocer.
El nexo entre historiografía y actividad práctica no es causal ni determinista. La
acción se halla antecedida por un acto de conocimiento; por consiguiente, la historio-
grafía preludia para la actlvidad, no [a determina. En la preparación ideal de la acción
práctica, Croce sitúa la utilidad de la historia. El fin propio de la historia no constituye
para Croce el conocimiento exacto de la situación presente, para que, de acuerdo con
ella, pueda señalarse las acciones apropiadas para preservar, enderezar y reforzar el
estado actual de las cosas.
"La cultura histórica - expone Croce - tiene por fin conservar viva la conciencia que
la sociedad humana tiene del propio pasado, es decir, de su presente, es decir, de sí
misma; de suministrarle lo que necesite para el camino que.bl de escoger; de tener dis-
puesto cuanto, por esta parte, pueda servirle en lo porvenir"to'.
De otra parte, Croce dilucida que la correlación existente entre las necesidades de
la vida práctica y moral y los problemas de la historiografía es enteramente divergente a
!a ligazón dada entre los fines de orden práctico y la nanación histó¡ica. Bta última es

'::
!06
Ibfdem, p.12.
lbfdem, p.143.
r6e lbfdem, p. 183

tss Nueva Sínlesis, Nro 3 - 1995


la simiénte de lo que Croce designa historias de "tendencia" o i'de partido", que no
provienen del estímulo práctico para dar lratamiento a un problema definido, sino que
para hacer efectiva una determinada tendencia o programa de partido se sirven de la
documentación histórica con el objeto de convalidar y legitimar la finalidad específica
que se persigue. For esa vía, según Croce, no se puede engendrar obra historiográfica
alguna.

2. EL JUICIO EN HISTORIA
Para Croce existe sólo un tipo de juicio: el juicio individual de la historia. El juicio
es intrínseco a la historiografía. Anota el filósofo italiano: "No basta decir que la historia
es el iuicio histórico; hay que añadir que todo juicio es juicio histórico, o historia, sin
más"l7o.
El juicio histórico es el conocimiento que abarca todo el campo cognoscitivo y éste
no puede estar desligado de la praxis.
Sostiene Croce que la afirmación histórica es el juicio por excelencia. El juicio
convierte al hecho en historia, en virtud de ello el libro de historia reside en un "iejido
de relatos-juicios". El juicio es el acto de pensamiento y no la práctica de absolución o
condena de los personajes del pasado orientada por determinados propósitos ideales. A
este respecto manifiesta que los personajes que tuvieron protagonismo en el pretérito no
son responsables ante tribunal de la historia alguno, y que únicamente son objeto de la
historia. Proclama que el único juicio posibleque a ellos alcanza es el juicio "que pene-
tra en el espíritu de su obra y los comprende""^. Dice sobre los historiadores que conci-
ben su función cual aprobación o condena, que se hallan "faltos de sentido históríco".
Croce refiere: "El úníco juicio moral que tiene consistencia y significación en la
historiografía es éste del carácter de la obra, aparte de las impresiones, ilusrones y pa-
siones privadas que pudieron acompañarla^en sus autores y de aquellas en que la en-
volvieron sus contemporáneos y sucesores"t'".
En otro acápite afirma: "Sólo el juicio histórico, que liberta al espíritu de la opresión
del pasado y, puro como es y ajeno a las paries coniendientes, vigilante contra sus ím-
petus, sus atractivos y sus insidias, mantiene su neutralidad, esperando únicamente a
dar las luces que se le piden, sólo él hace posible la formación de un propósito práctico
y abre camino al desarrollo de la acción, y, con e[ proceso de la acción, a las oposicio-
nes entre las que ha de desarrollarse aquélla, de bueno 9 galo, útil y dañino, bello y
feo, verdadero y falso; del valor, en suma, contra el disvalor""".
La acción a que remite la entiende en su sentido más amplio: útil y moral, artístico
o poético, que son las esferas del quehacer humano y a las cuales conceden respuesta
las diversas formas de historiografíal74.
Precisa Croce que los llamados 'luicios de valor" (iuicios de "lo que vale"), así bau-

::
Ltr
Ibídem, p 23.
Ibfdem. o.37.
r72 rut¿em. p. tgt.
:": mraem, p. ra.
En conexión con estas esferas de actividad, Croce considera cuatro formas de hacer historia:
la historiografía política o económica, de la civilización, del arte y la del pensamiento o liisto-
ria de la filosofÍa. lbid., p. 40.

Nueva Síntesis, Nro 3 - 1995 131


tizados por la filosofía, en realidad no son tales puesto que sólo se tratan de
,,n*prnriones afectivas", es decir de expresiones que, en materia histórica, se peculiarizan
juicio po-
poi la exaltación o vituperación de personajes y sucesos del pasado. El único
pasado ' Preci-
,ibln n. el juicio histórico, y sólo éste liberta al espíritu de la opresión del
samente, somos producto del pasado y vivimos inmersos en é1, pero el pensamiento
sumisión al hecho
histórico hace de éste materia suya, y la historiografía nos libera de la
y al pasado. El pensamiento no se divorcia del pretérito sino que lo trueca en conoci-
estima que la historiografía cumple un oficio de catarsis, tal co-
miento. De este modo,
mo la poesía libera al hombre de la servidumbre de la pasión'

3. HISTORIA Y FILOSOFÍA
En La historia como hazaña de la libertad, Benedetto croce esclarecelare-
e historia que tiene
lación entre historia y fitosofía. Establece una ligadura entre filosofía
principio la ideÁtidad de lo universal y lo individual, del intelecto y la intuición'
for determina que la
Puntualiza que la crítica histórica dirigida a la filosofía trascendente
en su carácter metafísico desaparezca, ocupando
autonomía áe la filosofía cimentada
proponiendo, por esta vía. la identificación entre las dos: filosofía
su puesto la historia;
que la historiografía es filo-
en cuanto historia e historia en cua;to filosofía. fuí, valora
sófica por naturaleza.
por Hegel' El filósofo
La identidad que croce esboza es divergente de la formulada
resolver la historia en la filosofía, otorgándole carácter de
idealista alemán proyecta
que se desenvuelve y finaliza en el tiempo. De su lado, croce intenta "resolver la
sistema
del mismo pensa-
filosofía en la historia, considerándola como un momento abstracto
históricamente transeúntes e históri-
miento histórico y a sus sistemas como situaciones
camente justificadas, y, como todo acto histórico, de valor eterno"l7s.
.
de una
La filosofía identificada con el pensamiento histórico suprime el concepto
la filosofía en correspon-
filosofía situada fuera del campo de la historiografía. sobre
clencia con la historiografía, Croce registra: "Es la conciencia
de ésta y, por lo tanto, in-
separable de ella como la conciencia moral es inseparable de la acción moral y la con-
de la creación artística, o (como suena en la fórmula doctrinal) el gusto
ciencia estética
del genio"176.
*Todo referencia a los
problema filosófico se solventa cuando se plantea y trata con
hechos que lo suscitaron.
juicio histórico y a la na-
La filosofía intrínseca en [a historiografla otorga fuerza a[
rración histórica efectivos. l¿or ello, croce adscribe a la filosoffa el oficio de

"metodología del pensamiento histórico"'


porque asienta
En otro aspecto, croce refuta la expresión "fitosofía de la historia"
En este sentido, para croce,
que pensar la historia es ya en sí filosofar sobre los hechos.
que un caso particular de falsa posición teórica' es
ta filosofía de ta historia ''no es más
decir, que pertenece a la fenomenología del erTot"177 '

175 lbídem,p.244.
116 bídem, p. 136
117 bídem, p. 129

132 Nueva Síntesis, Nro 3 - 1991r


4. HISTORICISMO Y HUMANISMO
El término historicismo comporla diversas acepciones. Fara Croce historicismo es
"la afirmación de que la vida y la realidad son historia y nada más que historia"178 ' Bte
criterio valora la historia como todo lo acaecido. Desde esta concepción, Croce propug-
na despertar la conciencia de que el pensamienlo histórico y la vida presente componen
una unidad.En esta teoría apreciamos la sustentación de un historicismo absoluto -
historicismo cosmológico-ontológico según la calificación de Cassani y Pérez Amuchas-
tegui -, el cual mana áe ta propia definición de historicismo que ensaya el autor. El his-
toiicismo es resultante de la acción y el pensamiento propios a partir de la conciencia
del pasado.
For otro lado, croce tiende puentes entre el historicismo y el humanismo. Al respec-
to. apunta él mismo: "...eI historicismo es el verdadero humanismo, es decir, la verdad
del humanismo"lTe. Croce sostiene que el principio universal del humanismo (de todos
los movimientos que han tecibido tal denominación) es la remisión a un pasado para
extraer de él luces que suministren orientación a las acciones del presente'*' kecisa
que el humanismo, al rastrear puntos de apoyo en el pasado, no reprodujo las formas,
sino, estableciendo las variaciones correspondientes, emuló los modelos. Hace coincidir
a ambos movimientos en su finalidad esencial, caracterizando al historicismo co-
mo:"...heredero de esta gran obra espiritual [del humanismo], porque contiene en sí la
liberación de la trascendencia de toda guisa, la afirmación de la vida moml, política y
económica, el relieve dado a la pasión y a la poesía, el rejuvenecimiento de la vida inle-
lectual y moral, la dialéctica que es el nuevo órgano lógico: condiciones y partes sin las
cuales no es posible pensar verdaderamente en la historia""' '
De lo denotado líneas arriba, Croce concluye que el historicismo es el humanismo
de los tiempos actuales.

5. TA HISTORIA COMO HISTORIA DE IA LIBERTAD


En Croce la libertad no es un hecho histórico, sino que es creador perpetuo de la
historia, es el principio explicativo del proceso histórico y el "ideal moral" de la humani-
dad. Acerca de la libertad, Croce apunta: "...no es un hecho contingente, sino uná idea,
y escrutándola verdaderamente hasta el fondo, no es más que el mismo conocimiento
moral, que, como ella, no consiste más que en la incitación a.acrecentar de continuo la
vida, y, por lo tanto, en reconocer en sí y en los demás al hombE, la fueza humana
que se ha de respetar y promover en su varla capacidad creadora"l& '
En el segundo decenio del siglo XIX l-legel habfa proclamsdo que la hlstoria hu-
mana es la historia de la libertad. A la postre, filósofos e historiadores la lnterpretaron
en esos términos. Para esta corriente del pensamiento occidental la historia es el primer
nacimiento de la libertad, su expansión y desenvolvimiento'
Croce manifiesta ciertas objeciones a este criterio' Atestigua que Hegel comprcnde
la tibertad como forjadora eterna de la historia, y que en el discurrir de ésta se hace

178
hfdem, p.53.
t79
hldem, p.286.
180
Loc.Cit.
l8l
Ibldem, p.289.
182
lbldem,p.225.

Nueva Sintesis, Nro 3 - 1995 r33


ostensible el crecimiento constante de la libertad. Croce observa que Hegel no concibe
la ausencia de la liberlad en un instante determinado para ulteriormente adquirir exis-
tencia. Opina, además distintamente de aquéilos que declaran el alejamiento contínuo
de la libertad en la sociedad humana. según Croce la filosofía demuestra que en el
mundo se observan períodos de mayor y menor libertadls. En torno a las edades de la
libertad anuncia que "son momentos de resplandor moral que abren paso a tiempos de
menor brillo y fuerza, de luz insegura, o de oscuridad y tiniebla totales"l&.
En las consideraciones acerca del curso de la libertad en la historia, se atisba en la
filosoffa de Croce la impronta dejada por Mco con su teoría histórica del "corsi" y
"ricorsi".
Croce fundamenla su concepción, argumentando que cuando la libertad queda
instituida en un orden liberal va decreciendo paulatinamente con el transcurrir del tiem-
po, deviene costumbre y declina junto con ella "la conciencia vigilante de sí mismo"ls.
Cita a guisa de ejemplo la libertad conquistada en Grecia durante et siglo lV antes de
Cristo y en la Roma del siglo I anterior a nuestra era. En dichas sociedades la libertad se
halla representáda en formas institucionales, pero ya no en el espíritu y costumbres de
sus gentes. Con el andar del tiempo concluyó por desvanecerse allí las formas de la vi-
da institucional.
Croce aserta que la libertad es factible de ser observada en el transcurso de la his-
toria "sólo en los ánimos de unos pocos"l&. En esta interpretación Croce conviene con
lo explicitado por Hegel. El filósofo de Nápoles descubre en los representantes de la li-
bertad a aquellos individuos que penetrados por un ideal moral procuran el bien co-
mún: a aqueilas personalidades que, con su obra, conducen a la humanidad por la
senda del progreso.

, lll
NOTAS PARA UNA CRiTICA DE I.A CONCEPCIóN CROCEANA DE T.A
HISTORIA
conesponde a Benedetto croce el mérito de haber articulado un conjunto de re-
flexiones de corte idealista sobre la historia en un corpus teórico. En ese aspecto po-
dríamos afirmar que su obra superó a la de Hegel, en quien las ideas atingentes a la
historia no logran conformar un sistema.
Al mismo tiempo, Croce dio aportaciones en el plano del conocimiento histórico.
Esto lo observamos cuando nuestro autor proporciona fundamento teórico a la idea de
que la historía se escribe en el contexto de una determinada realidad y en concomitan-
cia con ella. En los libros de historia laten invariablemente las necesidades y motivacio-
nes de sus autores, que como individuos afrontan cierta problemática. La historia como
todo conocimiento es la respuesta a una precisa necesidad. Allí se encuentra la clave

En la teoría de Croce, la libertad se halla condicionada por una situación histórica. De ahí que
postule la unidad orgánica y díaléclica e¡¡tre necesidad y libertad. ALBERINI, Coriolano "Croce
y la melafísica de la libertad histórica" en Benedetto Croce 1866-1952. conmemoraclón
= &rcayoc = Teetimonios = Bibliografía. Bue¡ros Aires, Universidad de Buenos Aires,
1954, pp.53-54.
t84
Croce, Benedetto, Op.Cit, p.210.
[85
lbídem, p.50.
t86
Ibídeur, p. 51..

134 Nueva Síntesis. Nro 3 - 1995


para comprender la historia emergente en las distintas épocas y el espíritu que le insufla
existencia.
For otra parte evaluamos como aporte fundamental de la filosofía de Croce el ha-
ber asentado en términos claros qúe la historia es un acto de conciencia que dimana de
una necesidad moral y predispone para la acción.
Desde otro ángulo, en la doctrina de Croce no hallanros una teoría de la historia
que dé sólidos cimientos para la construcción de un conocimiento científico. Y es que
Croce no considera a la historia cual ciencia por representar el conocimiento de lo indi-
vidual. Además, en el acto de creación histórica, Croce concede imporlancia relativa al
documento histórico. Según este autor los documentos son "señales supervivientes cle
obras del pasado"lsT que recogidos por nuestro espíritu se funden con el pensanriento,
sentimiento y capacidad propios, tornando en realidad el conocimiento de lo advenido.
Para que los hechos puedan ser lristóricamenle cognoscibles, el testimonio qrre hay de
ellos debe ser inteligible para el sujeto. Expresado en palabras de Croce los hechos tie-
nen que "vibrar en la mente del historiador"ls, proponiendo con ello que el conoci*
miento histórico para que sea tal debe ser revivido en la mente del historiadoq es decir
concibe la historia como producto subjetivo de un pensamiento individual.
De lo antedicho se puede derivar que croce no enfoca la cuestión de la recons-
trucción histórica desde una óptica científica.
Adam schaff, filósofo polaco de filiación marxista, en su ensayo Historia y Ver-
dad aduce que en la tarea de reconstruir el pasado de las sociedades, el historiador se
nutre de las fuentes históricas, consideradas éstas en el sentido más lato del término. El
material disponible es seleccionado previamente por el historiador de acuerdo a un cri-
terio de valor para. proceder luego a la reconstrucción de los hechos. El historiador se
halla socialmente condicionado, por tanto introduce en el conocimiento un ingrediente
subjetivo; pero si éste es consciente de la acción deformadora que encierra tal compo_
nente, podrá superarla en sus manifestaciones concretas. Esta superación no alcanza a
ser absoluta. El contlicionamiento social del conocimiento y sus resultados son verdades
parcialmente objetivas; por esta razón no puede hablarse de la objetividad absoluta
del
conocimiento histórico.
Desde la teoría del conocimiento que preconiza, Schaff presenta un detenido aná-
lisis de las principales ideas de Croce, sometiéndolas a rigurosa crítica. Afrrma que
los
postulados de Croce representan "una variante del relativismo llevada hasla sus
últimas
consecuenciasu'o'. El cuestionamiento en referencia parte por señalar que Croce hace
depender la verdad del conocimiento histórico de un motivo que le dota de vida.
For otro lado, Schaff precisa que Croce entiende la historiografía como activiclad
intuitiva; ello se aprecia en su teoría del juigio histórico cuando manifiesta que el objeto
del juicio es vivido intuitivamente por el hisioriador, de lo cual se infiere la imposibilidad
de alcanzar la objetividad en el conocimiento histórico.
De lo anotado en líneas precedentes puede afirmarse que croce, al decir que el
pasado revive cuando los documentos hacen aflorar y consolidar estados
de alma que

r87 lbídem. p. 105.


r88 Cita o en R.G.
Collingwood, tdea de la Hlstoria. México, Ed.Fonclo de Cultura Económi-
ca, 1974, p. 198
tóv Schaff, Adam. Historla y Verdad. Méico, Ed. Grijalbo, 1974, p. 131.

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conocimiento histórico,
se patentizan en el presente, está relativizando la unidad del
punu d" [o expresadó se colige que la historia podría ser
pensada y sentida de tantas
y De acuerdo con el intuicionismo
*unn.ur, como historiadores la piensen la sientan.
de Croce no habría una historia, sino múltiples historias'
proclama que
Ibra Schaff la tesis de Croce finca en la "filosofía del espíritu", la cual
de aquél' La
toda la historia es creación del espíritu, y que nada tiene existencia fuera
toda la historia
actividad del espíritu siempre ," ,itúu en el presente, y en consecuencia,
llama a Croce "padre espiritualis-
es actual (contemporán"ui. Fol- ello, el autor señalado
ta,, del presentismo, escuála del pensamiento histórico
que rechaza la concepción, de
a.u"rdo con la cual el conocimiento histórico es reflejo fiel de lo acaecido y que ha da-
proyectado
do prédica a la siguiente idea: la historia es el pensamiento contemporáneo
1s.
sobie el écran deipasado
después
cabe adveriir aquí que el presentismo, variante del relativismo subjetivista,
uu. cultores con distintas personalidades del entorno histo-
de Croce ha contado
el
"ni."
caso de charles Beard, historiador norteamericano, y Robin collin-
riográfico. Tál es
visión histórica
gwáod, filósofo idealista británico, autor de ldea de la Historla, cuya
se orienta por las ideas rectoras de la concepción croceanalel '

CONCLUSIóN
partir del cual se
La unidad lógica entre historia y vida práctica es el postulado a
croceanas. La fundamentación de
estructura el andamiaje teórico de las concepciones
talprincipio,ejede|pensamientohistóricodeCroce,representaenopiniónnuestrasu
ello, creemos que
upo.tu.ián capital en materia de gnoseología histórica. No obstante
relativistas de la teoría de
debe adoptarse posición distante iespecto de los supuéstos
del conocimiento del pasado
Croce que han acarreado la tendencii a la subjetivización
y a impugnar la constitución científica de la historia'

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"El pensar histórico es aquella ac-
tividaddelaimaginaciónmediantelacualnosesfozamospordaraestaideainnatauncon.
propio pasa-
como testimonio de su
tenido detallado, lo cual hacemos empleando el presente
pasado que le es propio' y cualquier reconstrucción imaginaüva
do. Cada presente tiene un
el presente^en que se efectúa el
del pasado üende a.n.onrt-i, nl pasado de áste presente,
R.G. Op. ctt. p. 240.
acto de imagina.ion, tui .o*o se percibe aquí y ahom". coltingwood,

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