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I Capítulo : Salida de Roncesvalles

Aquella última noche en Roncesvalles fue aburrida. Aquellos amigos que conocí se
marcharon por la tarde y yo permanecí en el hotel durante el resto del día. Fue una noche rara,
pues era sábado y yo los sábados estaba acostumbrada a salir y llegar muy tarde a casa. Pero
esa noche era especial, porque al día siguiente tenía que levantarme a las seis y media de la
mañana, debido a que a las siete y media tenía que estar en la capilla de San Agustín para
comenzar el camino. A las nueve de la noche fui al supermercado de la calle de al lado a
comprar algo de pan, agua, jamón york para los bocadillos... De camino me pasé por la
farmacia y compré un pequeño botiquín por si acaso había algún pequeño accidente o
picadura de insecto. Llegué al hotel a las diez y cuarto, me duché y bajé a cenar. La cena
estuvo regular, pese a que la comida estaba exquisita yo me aburrí mucho, ¡claro
acostumbrada a bromear con mis entrañables amigos que conocí! A las once ya estaba
preparando la mochila y la ropa y a continuación ¡a dormir!Eran las seis y media cuando sonó
l despertador me levanté de un salto de la cama, me duché y me vestí rápidamente. Estaba tan
ilusionada como el primer día que fui al colegio. El reloj marcaba las siete cuando iba
saliendo del hotel, pacíficamente caminé hacia la capilla de San Agustín. Llegué a las siete y
veinte y sólo había cuatro mujeres y dos o tres familias. Emprendimos el camino justo a las
siete y media. Empezamos a hablar, conocí a dos muchachas más o menos de mi edad, ellas
tenían 25 y 28 y yo tenía 26.María era alta, rubia, y con ojos azules, estudiaba medicina y
vivía en Pamplona, tenía 25 años. Isabel tenía 28 años, era castaña de ojos verdes y era
simpatiquísima. Ellas decían que yo era amable, cariñosa, sincera, pero sobre todo inocente.
María e Isabel se convirtieron en personas muy apreciadas por mí, porque me aportaron
mucha confianza. Eran las doce cuando paramos en un merendero para comer algo y luego
seguir el camino.
II Capítulo: Tramo hasta Estella

Tras comer un delicioso bocadillo y algo para superar el hambre seguimos caminando
hacia Santiago. Caminamos durante horas y horas pero para no aburrirnos charlamos como
locas. Estábamos un poco cortadas, porque hacía varias horas que nos habíamos conocido,
pero aun así manteníamos confianza. Isabel recibió una llamada telefónica e inmediatamente
se alejó de nosotras, pero claro, como somos tan cotillas(especialmente yo) pues pegamos un
poco la oreja. Yo sólo escuché:
-Sí, yo luego te llamo, y ya te contaré...
¿Quién la llamó? ¿Qué le contará? ¿Porqué se alejó?
Después de la llamada Isabel siguió hablando con nosotras como con normalidad; pero
yo sabía que algo raro pasaba. María empezó a hablar sobre moda y opinó que le encantaba ir
a la moda, saber sobre ella, conocerla..
Isabel, en cambio, aportó que ella vestía con su propio estilo, que no hacía falta ir a la
moda. Tras varias conversaciones nos entró un cansancio tremendo y, propuse ir a u bar para
tomar algo, Maria e Isa (como quería que la llamemos) aceptaron.
Vimos un cartel que nos indicaba que estábamos pasando pro el río Arga y que nis
indicaba que a la derecha se encontraba Larrasaña un pueblo famoso por su hospitalidad y sus
casas blasonadas. Decidimos ir allí. Llegamos sin pérdida alguna y nos encontramos en un un
bar con un grupo de personas que habíamos visto durante el camino. Comimos un par de tapas
y descansamos un poco, inmediatamente salimos ligeras hacia el punto donde nos desviamos
para venir aquí; pero al ver que había empezado a chispear rápidamente etramos y nos
sentamos en una preciosa sala que había con muchos sillones, sofás, revistas,preriódicos,
juegos de mesa e incluso ordenadores.
Un muchacho se nos acercó y le preguntó a Maria que si queríamos unirnos al grupo.
María nos consultó y nosotras aceptamos. Yo pensé que si éramos más, pues nos
divertiríamos,conoceríamos a más gente...
Pablo, queera el muchacho que nos lo preguntó, nos presentó a Rocío, Javier, Jesús,
Cristina, Ale y Paula. Eran todos majísimos Enseguida conectamos todos muy bien y
empezamos a compratir opiniones. En fin, después de divertirnos y hacer una pausa en el
camino debido al tiempo, llegó la hora de seguir caminando y caminando.Me resultaba
divertido, pues me gustaba mucho r en grandes grupos. Con quien mejor conecté fue con
Paula, Ale,Rocío y Jesús, además de mis queridísimas María e Isabel, por supuesta. Eran las
siete y media de la tarde cuando llegamos a Estella. No estábamos cansadas, debido a que ya
habíamos descansado pero como se acercaba la noche, pues buscábamos el pueblo más
cercano para hospedarnos en un hostal. El pueblo más cercano era Estella.
Capitulo III:Tramo de Estella hasta Logroño

Llegamos a Estella para pasar la noche, algunos teníamos pensado quedarnos en un


hotel, pero Jesús( uno de los muchachos que se unieron a nosotros)dijo que él tenía un
apartamento en Estella y que podíamos quedarnos allí. A todos nos encantó la idea porque en
un hotel no se puede formar bulla, y a pesar que teníamos que descansar, no estaba mal un
poco de cachondeo. Paseamos por las preciosas y culturales calles de Estella y nos repartimos
para ir a comprar comida, montas y almohadas. Rocío, Ale, Isa y yo fuimos al Mercadona a
comprar embutidos, pan, agua, dulces...
Javier, Cristina y Paula fueron a una tienda de textil a comprar mantas. Y por último,
Jesús y Pablo se fueron al apartamento para ir poniendo la calefacción, limpiar un poco, en
fin, organizar un poco el apartamento. Cuando terminamos de comprar nos dirigimos a una
plaza donde quedamos a las diez con el otro grupo para irnos juntos al apartamento. Eran las
diez y no aparecían, Isa y yo decidimos ir en un momento a ojear un par de tiendas, pero al
tiempo de entrar una voz femenina nos gritó:
-¡Venga cotillas, vámonos!
Isa y yo no parábamos de reírnos, nos habían llamado “cotillas” y con razón, nosotras
no nos podíamos quedar sentaditas en la plaza, nosotras teníamos que ir a cotillear a las
tiendas, claro, cómo no.
Pues como ya estábamos todos nos fuimos al aprartamento. Tardamos diez minutos en
llegar.EL apartamento era precioso y enorme, tenía seis habitaciones, dos baños un comedor,
un salón y un patio. Lo que más me gustó fue la decoración, cada einconcito tenía su propio
estilo. Rápidamente hicimos las camas, limpiamos un poco, y comenzaos a preparar la cena,
darnos una relajante ducha..
Ya todos duchados y la cena preparada, comenzamos a cenar, estábamos todos
hambrientos y comimos como lobos. A continuación decidimos ver una película de miedo, yo
estaba cagada, ya eran las dos menos cuarto de la mañana y decidimos irnos a dormir, pero yo,
antes de acostarme fui al baño, y al tiempo de salir , la puerta no se abría y se apagó la luz.
Escuché unas voces y me cagué, empecé a gritar y entonces escuché:
-¡Sorpresaaaa!
-¡Feliz cumpleaños!
Era mi cumpleaños y no se cómo se habían enterado. Me dieron una enorme sorpresa.
Eran las dos y veinte y nos acostamos, teníamos que descansar. A la mañana siguiente nos
levantamos, desayunamos y rápidamente continuamos en el camino. Era una mañana fría,
pero nosotros teníamos gana de caminar, a pesar de que no habíamos descansado. Caminamos
y caminamos hasta que llegamos a Logroño.
Capítulo IV:Tramo de Logroño a Sahagún

Llegamos a Logroño sobre las seis de la tarde y paramos en un bar para beber y tomar
algo. Estábamos todos cansados, todos decíamos que esa noche teníamos que dormir en
condiciones .En cuanto cayó la noche buscamos un descampado para pasarla allí. Llegamos
todos ilusionados, como el primer día de colegio de un niño, e inmediatamente montamos las
tiendas de campaña, pusimos las mantas, las lucecillas, preparamos algo para comer, pero
anteriormente tuvimos que buscar troncos de madera para poder hacer fuego. Eran las diez de
la noche cuando comenzamos la velada, comimos chorizo, patatas..
Inmediatamente nos acostamos, yo compratía tienda de campaña con Isa, peor ninguna de las
dos podíamos dormirnos, a pesar de que estábamos rebentadas. Escuché un ruido, ví algo que
se movía, pero decidí darme media vuelta y volver a dormirme , pero al tiempo de darme la
vuelta ví algo muy grande, un monstruo, algo horroroso que intentaba entrar
nuestra tienda. Yo estaba muerta de miedo hasta que esa cosa extraña entró en la tienda de
campaña y ví que era Pablo , ¡menuda broma nos intentó hacer! Él tenía la intención de cerrar
la tienda de campaña para que nosotras nos quedáramos en la intemperie. Amaneció y ya no
podía estar más tiempo allí. Fui al centro de las tiendas para recogerlo todo y seguir el
camino, peor recibí una llamada, mi móvil empezó a sonar. Era mi madre, hacía que no me
llamaba dos día. Mantuvimos una conversación de diez minutos. Rápidamente lo recojimos
todo y comenzamos el camino.Hoy ya habíamos descasado más, pero aún así estábamos
cansados.Eran ya dos noches sin dormir, pero pese a esto me lo estaba pasando superbien.Esta
experiencia no la olvidaré en mi vida.Pasamos por Castrogeriz , Frómista y Carrión de los
Condes.Pero esta vez no nos paramos porque teníamos que seguir el camino. Era media tarde
cuando llegamos a Sahagún y aquí sí que entramos.
Capítulo V: tramo de Sahagún hasta Ponferrada

Entramos en Sahagún, era un pueblo precioso, pequeño y muy acojedor.Allí todo es de todos
y los habitantes son muy honrados y trabajadores. Entramos en el pueblo y rápidamente
realizamos tres grupos:las chicas que mirábamos todos los escaparates, chicos que sólo hacían
fotos y compartían opiniones sobre la cultura y esculturas de Sahagún y dos o tres que se
dedicaban a reírse y pasarselo bien. Ese pueblo me encantó.
De nuevo, la noche se nos echó encima, buscamos un hostal. Esta noche sí que había que
dormir.Eran las nueve y media cuando ya estaba acostada, yo compartía habitación con Isa y
Paula.A las nueve me desperté, rápida e inmediatamente mu duché, me vestí y bajé a
desayunar, pero al salir de la habitación vi que parte de nuestro grupo no estaba en el hostal,
los busqué, pero en recepción me informaron de que los tuvieron que echar a las cinco de la
mañana porque estaban formando mucha bulla. Nos dieron los nombres, eran: Ale, Pablo,
Rocío;Jesús y Cristina. Al bajar al salón del desayuno me encontré con Isa, Paula, Javier y
María. Tenían una pequeña nota en la mano. Era una nota de los “gamberrillos”, decían que ya
habían pagado el hostal, que los habían echado porque se pasaron con las voces, las carreras y
el escándalo y que ellos nos esperaban a las doce en el camino.Nosotros rápidamente
desayunamos y nos fuimos corriendo. Caminamos horas y horas, eran las doce y no los
encontrábamos, nosotros seguiamos caminando.Yo tenía la intuición de que ya no los
veríamos más, pero me callé la boca, porque me iban a decir que era una aguafiestas.Era la
una y no los habíamos encontrado.Paula llamó a Pablo y no cojió el móvil, yo llamé a Cris y
tampoco lo cojía, seguíamos intentándolo pero ninguno lo cogía.Fue entonces cuando nos
encontramos con una pequeña reunión de personas mayores que también hacían el camino y
nos dijeron que habáin hablado con un tal Pablo, y les dijo que le dijeran a Isa que ellos nos
esperaban en Ponferrada, en la Plaza Mayor.Eran la stres y cuarto de la tarde cuando llegamos
a Ponferrada, pero no encontrábams la Plaza Mayor.
Capítulo VI:tramo de Ponferrada a Melide

Entramos en Ponferrada e intentamos buscar la Plaza Mayor, había carteles por todos lados,
pero en ninguno ponía Plaza Mayor ni nada de eso, preguntamos, pero nadie nos resolvía la
duda claramente.Dimos muchísimas vueltas, pero era ya las cuatro de la tarde cuando por fin
encontramos la Plaza Mayor¡que alegría!¡Por fin!Nos encontramos todos de nuevo, ellos nos
contaron todo lo que había pasado, de nuevo seguimos el camino. Íbamos hablando de que ya
no nos quedaríamos más en un hostal, hablando y hablando salió el tema de las navidades,
algunos decían que para ellos las navidades no era nada, otros decían que les gustaba viajar y
yo y dos o tres más opinamos que era nuestra fiesta favorita y que nos encantaba. Yo estaba un
poco triste, porque sabía que esto poco a poco se iba acabando y me daba mucha pena, pues
me llevaba muy bien con todos y no quería separarme de ninguno. Pero a la vez estaba
contenta porque esta experiencia para mí será inolvidable, me he reído tanto, me lo he pasado
tan bien que no quería que esto se acabara nunca, a pesar de que siempre estábamos cansados,
¡entre todo lo que andábamos y que por las noches no dormíamos! Pero eso de que no
dormíamos por la noche se habría acabado.De nuevo recibí una llamada de mi madre, al rato
me llamaron mis amigas, por un momento me sentí mal, quería volver a Bollullos,
pero pro otra parte quería estar con mis queridos “gamberrillos”.Mis amigas me informaron
sobre los cotilleos del pueblo, entonces ya me sentí mucho mejor. Caía la noche y volvíamos a
la smismas, esta noche lo teníamos claro¡A caminar con las linternas!Sería divertido, para mí
no tanto porque yo soy muy miedica pero bueno..
La noche caía y nosotros caminábamos sin parar, paramos en un bar para comer, tapeamos
algo y continuamos con nuestra ruta. La noche estaba estrellada¡ era precioso caminar a la luz
de las estrellas! Pronto llegamos a un pueblo llamado Melide donde paramos a desayunar.
Capítulo VII:tramo de Melide a Santiago

Llegamos a Melide, ya eran los últimos días ¡qué pena!Aunque yo tenía ganas de llegar a
Bollullos porque sabía que allí me esperaban sorpresas pero ¡cómo me gustaría llevármelos a
todos allí! Caminábamos sin parar, pero al mismo tiempo expresábamos lo que sentíamos
empezamos a hablar de las despedidas, inmediatamente a Isa se le cayeron las lágrimas, yo la
vi y me abrace a ella, las dos llorábamos como niñas chicas, y es que, después de llantos y
alegrías, este viaje sería inolvidable. Todos estábamos super tristes, Pablo, que era el único
que no lloraba, sólo caminaba; él ni hablaba, ni hacía bromas(que era raro en él).María se dio
cuenta de este pequeño detalle y rápidamente me lo comentó. Yo poco a poco me acerqué a él
y l dije:
-¡Pablo, despierta que parece que estás dormido!
Él, me miró y me dijo:
-Marta, es que no te imaginas lo que me a pasao.
Yo me preocupé, me asusté y le dije:
-¿El qué?
-Marta mi madre está mala en el hospital.
A él rápidamente se le cayeron las las lágrimas, el pobre no había dicho nada. Yo le dije que
llamara a su hermana y que hablara con ella para ver lo que había pasado, él llamó a su
hermana y ella le dijo que su madre ya estaba bien, que le iban a dar el alta. Se puso
contentísimo pero más contento se puso cuando habló con la madre, una sonrisa le florecía de
oreja a oreja. Cuando colgó me abrazó y se integró de nuevo al grupo. Nosotros nos echamos
una foto todos juntos y seguimos el camino. Íbamos llegando a Santiago, yo cada paso que
dábamos me hubiera gustado darlo hacia atrás, peor bueno, todo se acaba, eso es lo malo...
Llegamos a Santiago, hicimos una pequeña ruta turística.Santiago de Compostela era
precioso, pero llegó la hora que no queríamos que nunca llegara:LA DESPEDIDA.
Yo, al ver que cojíamos el tren, empecé a llorar, no me lo podía remediar, cojí los messengers,
los teléfonos, las direcciones..
Nos despedimos, fue una trsite despedida, peor todo acaba.

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