J. Enrique Cáceres-Arrieta
Wiliam Lane Craig manifiesta que hace más de cien años, a pesar de las
apariencias en contra, los cristianos debían mantener su fe en la Biblia en
cuanto a que el universo no era eterno. Hoy, pueden estar más seguros de
su fe puesto que la astrofísica y cosmología les apoyan. Los nuevos
descubrimientos hablan de un Diseñador creando el universo de la nada en
un tiempo finito. El ateo es quien debe mantener su “fe” en la fábula de que
el universo no tuvo principio en un tiempo finito, sino que
inexplicablemente es eterno, debido a que las evidencias dicen lo contrario.
Y se siente incómodo y marginado porque muchos científicos aceptan hoy
la evidencia del Big Bang que confirma lo que los cristianos siempre han
sostenido: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. (Génesis 1: 1)
Como consecuencia, los “científicos” ateos han inventado ciencia-ficción
o números y operaciones matemáticas imaginarios sobre el origen del
universo y la vida. Los hechos son irrebatibles, lo que único que podemos
hacer es cuestionarlos o investigar. San Pablo lo dijo: “Nada se puede hacer
contra la verdad, sino a favor de la verdad”.
El autor es periodista