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Capítulo décimo Entre el firnl de la Prirnera Guerra y el inicio de

la Segunda se abre en Europa un crispado parénte-


La evolución del diseño sis dentro del cual el cuerpo social se debate, en
gráfico en Europa toda su extreÍxr complejidad, entre el ataque o la
en el período entreguerras defensa a ultranza de los conceptos morales, econó-
micos y políticos todavía vigentes.
En la búsqueda de sus respecrivos objetivos, y
Por opuestos que éstos sean, todos parecen compar-
ti¡ una misma estrategia: la urgencia. Así, el ideal
futurista y dadaísta de la velocidad se impone en
todos los campos, físicos y metafisicos; la prisa que
cutcteriza a los constructivistas-productivistas so-
viéticos por alfaberrzar culturalmente a las masas
proletarias; la urgente necesidad de reconstruir la
industria transformando previamente la estructura
laboral, con el fortalecimienro y radicalización de
los movimientos obreros, especialmente en la de-
rrotada Alemania; la brutal represión con que la
patronal se opone a ellos, tratando de mantener sus
privilegios de clase, <,decidida a disfrutar hasta 1o
último la ruina que había provocado>1; la frívoia
canera a la que se ltnzela moda, intentando com-
placer los íntimos deseos de Ia población de cam-
biar de aspecto, siquiera sea de una forma aparente,
transitoria, fugaz, visual; el desenfreno de la vida
nocturn¿; la pasión por el deporte y la competi-
ción, etc.
En los países vencedores la euforia se caracteriza.
por un impulso optimista y generalizado que afecta
a todos los sectores de la sociedad. No en vano la
década que sigue a la guerra ha pasado a la historia
de las costumbres con el sobrenombre de <los feli-
ces veinte> o tambien <los locos años veinte>.
Francia, que ha sufrido en su propia carne los
horrores de la reciente contiend¿ como ninguno de
sus aliados, vendrá a constituir el paradigma de esta
ilusionada y amoral etapa de reconstrucción econó-
mica y social. La consolidación del prét-i-porter; la
Iabor de los Paul Poiret, Coco Chanel, Christián
Dior y Antoine, creadores de un nuevo canon fe-
menino en la moda, la perfumería y la peluquería;
la influencia de los Ballets Russes de Serge Diaghi-
lev; la creación de los mitos del music-hall (Mistin-
guette, Josephine Baker y Maurice Chevalier), en
214-215-216. Cassandre: Certel, 1924 una línea que empalmaba con l¿ frívola tradición

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de antes de 1a guerra, en los períodos Fin de Siécle mundanas publicaciones pudieron permitirse lujos
y Bélle Époque, etc. en aquel tiempo extraordinarios, como la sistemá-
tica inserción de grandes fotografías (cuya repro-
ducción resultaba enormemente costosa) y la publi-
cación de ilustraciones y figurines a todo color.
La extremada selectividad de este producto hizo
posibie 1a colaboración de los mejores y lrrás cotiza-
dos fotógrafos de la época, entre 1os que destacan
Edward Steichen, Man Ray y Cecil Beaton en 1a
década de los veinte, y Herbert Matter en la de los
treinta, en una admirable tradicióri qae Vogue no
ha interrumpido jamás.
Xl grupo de ilustradores habiruales es mucho
más heterogéneo. Desde los rusos Erté (Romain de
Tirtofi) y Fedor Rojanovsky, al peruano Reynaldo
L:uza o el español Eduardo García Benito, o los
franceses Georges Lepape, Fromenti, Golbar, Léo
Benigni, R.M. Laveverie, etc.
Un testigo de excepción de aquella época dorada
es el legendario René Gruau, quien todavía sigue
en activo. De origen italo-francés, hijo del conde
Zavag\i, nació en Venecia en 1902. Autodidacta,
empezó a los catorce años a diseñar figurines para
revistas de modas italianas e inglesas. Antes de esta-
blecerse en París trabajó en Berlín y Estocolmo, y
217. René G¡uau: Anuncio, 1984. tras el inmediato éxito de sus diseños, trabajó in-
tensamente en Nueva York y París para las mejo-
res revistas de la especialidad.
Todo ello cuajó en una oferta con amplias posi- En los últimos treinta años, Gruau se ha conver-
bilid¿der de engendrar un con\umo masivo. en tido en la encarnación de1 sofisticado universo
cuya estrategia el diseño gráfico particiPó con una multinacional de la industria de la belleza. Su per-
presencia natural compartida por e1 grueso de la sonal estilo de esencia lautrequiana y
-torpe
población, a diferencia, por ejemplo, de 1os secto- constrnremente imitado- h¿ dado la vuelra al
res elitistas a los que se vio obligada a dirigirse 1a mundo anunciando 1os productos de ias firmas
vanguardia gráfica alemana de la época (Bauhaus, Dior, Scandale, Griffe, Jantzen, Superb, etc., etc.
Tschichold, etc.). Lt ava¡zada edad de René Gruau y el absoluto
En este contexto, la feria de vanidades y fantasías dominio de esta parcela de la publicidad por la fo-
que supone e1 fenómeno de 1a moda femenina dis- tografía, permiten considerar al conde Zavagli eI
pone como órgano de información de lujosas revis- último fastuoso ejemplar de una gloriosa estirpe.
tas periódicas, entre las que destacan las pioneras Dos nuevos factores vienen a influir sensible-
Vogue y Vanity Fair, fundadas respectivamente en mente en el prestigio que la forma publicitaria ad-
1913 y 1914 en Estados Unidos2, pero que tenían quiere en la Francia de entreguerras: la adopción
en París un centro de información y de colabora- de las medidas metodológicas y científicas de la
ción trascendental. pubiicidad norteamericana y la difusión de la pu-
Destinadas a las clases altas, estas elegantes y blicidad luminosa.

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La importación de la teoría publicitaria

E1 lema del inspirador francés de anuncios eco-


nómicos en la prensa Emile de Gi¡ardin, según el
cual <un anuncio debe ser honesto, conciso y senci-
llo>3, escrito en 1845, sigue siendo válido para la
nueva época si exceptuamos una coletilla escasa-
mente motivadora: <la publicidad así entendida se
reduce a decir: en tal calle y en tal número se ven-
de tal cosa a tal precio,>a. Así pues, y tras la expe-
riencia de casi ochenta años, la publicidad ha
aprendido a salir en busca del comprador revestida
de un ropaje persuasivo bajo el cual se esconde la
agresividad patológica de la lucha por un mercado
disputado por una competencia despiadada.
En efecto, a las puertas de esta prometedora dé-
cada, <la publicidad se presenta como un indiscuti-
ble factor de optimismors y se instala en el seno dé
una sociedad de consumo explícitamente materia-
lista que llega a reverenciarla como <pabellón de la
prosperidad>6.
En estas precisas circunstancias podría aplicarse a
1a décadade los años veinte la famosa reflexión que
Susan Sontag se hacía, en 1964, a1 reclamar <la
recuperación de nuestros sentidos) a través de su 218. Cassandre: Ca¡tel, 1935.
tesis de <aprender ¿ uer más, a oír rtás, a sentír más>>
y a la lúcida conclusión de que <en iugar de una
hermenéutica necesitamos una erótica del arte>7. Para producir el codiciado shock psicológico (rna
Los cambios y novedades en la conciencia del de las premisas de 1as nuevas técnicas publicitarias
público penetran en mayor proporción por con- llegadas de Estados Unidos), es decir, (para desper-
duitos sensuales que sensoriales: 1a radio, por el ta¡ el interés hacia un determinado mensaje o pro-
oído; el cine, el cartel y el neón, por la vista; uno ducto es preciso conseguir un efecto de sorpresa,
de los grandes productos de la industria, el perfume, divirtiendo o complaciendo.
por el olfato; los renovadores placeres de la mesa y >Con estos criterios y el importante factor de la
el alcohol, notables inductores de la vida nocturna de tipografia, cuya legibilidad es imprescindible para
los <felices veinte>, por el gusto; y, en fin, el baile, la comprensión de un texto redactado ya por ver-
que reúne en los nuevos ritmos (el jazz, el charles- daderos especialistas, 1os nuevos cartelistas france-
ton, el tango) una nueva relación de la pareja en una ses ofrecen una inédita fórmula que integra, total o
época de <revolución sexuab>, por el tacto. parcialmente, estas condiciones científicasr8.
Ante el imperio de los sentidos, el pretendido La llegada de la radio había facilitado el camino
racionalismo y funcionalismo de los creadores del a 1a persuasión publicitaria (a1 introducirse el me-
nuevo estilo en e1 diseño gráfico francés (y espe- dio en el mismo hogar de1 receptor), complemen-
cialmente en el cartel) se presenta camuflado bajo tando los sistemas precedentes que se dirigían ex-
formas lúdicas o frívolas, tanto en el tema cuanto clusivamente al órgano de la vista. Por otra parte,
en 1a composición y el tratamiento del color. la condición científica de 1a publicidad empíeza a

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reconsiderar su naturaleza efímera consubstancial ocupa de la ¡ealización del proyecto, al margen de
y, en consecuencia, las grandes marcas construyen que la sencillez estructural que impone al propio
sus anuncios urbanos o de carretera (de prestigio o material reduce el repertorio a letras y signos tipifi-
mantenimiento de imagen) con materiales de larga cados por los folletos y catálogos de algunas de
duración como los azulejos y el metal, en sus ver- estas empresas, de las que se¡ían muestras genéricas
siones más frecuentes de esmalte vitrificado o lito- los de la empresa Novilux (Siluetas Artísticas Lu-
grafía sobre chapa. minosas, según reza el subtítulo) de los años treinta
o los <Proyectos para Anuncios Luminosos,> de
Philip Di Lemme, editados en 1953.
El neón

IJn nuevo elemento viene a completar la arqui- La transición al cartel moderno


tectura de la nueva ciudad publicitaria: el tubo de
neón. Tras los experimentos de la lámpara incan- El estilo en que habría de basarse el renacimien-
descente (iniciados e¡'1,879 por Thomas Alva Edi- to del cartel comercial francés <fundado,> por Ché-
son), la progresiva utilización de la luz eléctrica a ret cincuenta años affás tomó por modelo 1a acti-
efectos publicitariose tuvo su definitivo espaldarazo tud moderna con que un italiano, Leonetto
en el hallazgo que Georges Claude dejó a punto en Cappiello, proyectó sus innumerables carteles.
1910. El primer anuncio luminoso con tubo de Condiscípulo de Dudovich en los talleres gráficos
neón apareció (en una pequeña peluquería, el Pa- Ricordi, en Milán, y establecido en París desde
lais Coiffeur del bulevar Montmartre, en 1912r>10. 1898, colaboró como caricaturista en las revistas
lJn año más tarde un espectacular signo de neón, Le Rire, L'Assiette au Beurre y \a Reuue Blanche.
el primero instalado sobre un tejado, irradió desde Mediocre pintor, según parece, se dedicó a diseñar
los Champs Elysées la palabra <Cinzanor, cons- carteles en un difícil período en que la figura del
truida con letras de casi un metro de altura11. pintor cartelista disponía de una devaluada imagen.
Falto de una organización internacional, Claude Expresándose a través de un estilo cheretiano de
empezó a vender indiscriminadamente patentes y a modesta factura Cappiello sigue utilizando el re-
conceder licencias de fabricación por todo el mun- curso evocativol2 típico de1 maestro fundador, en
do, tal fue la demanda de este poderoso agente el que <el sujeto nada tiene que ver con el obje-
publicitario cuyas objetivas condiciones de seduc- to> 13.
ción trastornaron las noches europeas y america- No obstante permanecer arraigado a las formas
nas, constituyendo con su mágico y fitgtz patpa- al uso, es autor de algunos carteles magistrales en
deo una inédita escenografh en el nuevo y alocado los que se denotan ya algunas de las principales
ritual del asueto nocturno. características del estilo moderno, objetivando el
Desde el punto de vista de su diseño gráfico concepto utilita¡io del cartel de acuerdo a su pecu-
(composición del anuncio luminoso, elección de la liar concepto del tema: <El valor y la eficacia de un
tipografia y adecuación de alguna viñeta o símbo- cartel residen enteramente en la forma del arabes-
lo) la inmensa mayoría de los proyectos, 1o mismo co. Es el arabesco el que atrae, el que retiene, el
entonces que ahora, son anónimos. La complejidad que subsiste,rla.
de su fabricación y la necesidad de adecuar el dise- Una simple demostración de la enorme popula-
ño a las posibilidades y exigencias del material ridad de sus personajes y del original tratamiento
(iongicud del tubo entre electrodos, transformado- que Cappiello consiguió dar a este tipo de cartel de
res de voltaje. etc.) suponen un minucioso proceso transición lo constituye la pléyade de imitadores
que obliga a un mínimo conocimiento técnico. Por que llegaron a degenerar su estilo hasta ia cursile-
regla general, las propias empresas fabricantes de ría. IJno de estos imitadores,rfean D'Ylen (pseudó-
luminosos disponen de un equipo de diseño que se mino de Jean Beguin), orfebre y cartelista medio-

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219. Leonerro Cappiello: Cartel. H¡cia 1910.

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de las pastillas de caldo Kub, considerado por mu-
cre de escasa imaginación, usurpó injustamente
chos críticos y profesionales su mejor obra.
una porción dei prestigio de Cappiello, a-base de
p.rp.*". rutinariamente su estereotiPada formu,ia' Por aquellos años fue condecorado con la Le-
^lorqo., gión de Honor en recompensa a sus veinte años de
en realidad, el esquema estructulal de los
.rrr.l1., de Cappiello era extremadamente simpie: labor cartelística, y en amable adhesión a este reco-
una figura sorprendente tratada pictóricamente con
nocimiento oficial recibió una carta del <grupo jo-
brillantes colores sobre un fondo aislante inmensa- ven> (formado entonces por el que sería definitivo
mente negro Y liso. impulsor del cartel comercial moderno en Francia,
No obrtante, durante más de treinta años de la- Cassandre, junto a Jean Carlu, Charles Loupot y
Paul Colin), en la que <felicitaban, no sólo al viejo
boriosa producción inmortalizó algunos de sus per-
y genera maestro, pionero del arte de la calle, sino también al
sonajes. como el Thermogéne que respira
caloi, el duendecillo del Bitter Campari que danza pionero del cartei que hoy está todavía a la van-
entrelazado a urn mondadura de naranja, o el apo-
guardia>1s.

calíptico jinete del Vermouth Cinzano, etc'


Las condiciones de cartelista de Cappiello son Cassandre, un nombre y un datino
indiscutibles. En las postrimerías de su fecunda tra-
yectoria profesional, y siempre fiel a este simple Adolphe Jean-Marie Mouron nació en la ciudad
.rqo.-",ir-o, todavía flJre ctpaz de so¡prender con ucraniana de Kharkov en 1901 y fue enviado a
un cartel que se desmarcaba del estilo que éi mis- esrudiar a Francia, continuando así la tradición pa-
mo había .r."do y recreado hasta ei infinito, ad- terna.

quiriendo una impresionante concreción: el buey Ei estallido de la guerra de I9t4 determinó, por

220. Leoneno CaPPiello: Caftel, 1931

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de pronto, la permanencia de1 muchacho en París, definitiva a la escuela francesa del cartel comercial
y la posterior Revolución Rusa de 1917 el defini- influi-
que va a sentar cátedra en el mundo entero,
tivo establecimiento de la familia, huida de su pa- da por su personalidad, durante más de treinta
tria, en la que abandonaron bienes y propiedades. años. En este cartel se conjuga ya 1a extraordinaria
Para contribuir a costearse sus estudios de arte el habilidad de Cassandre en integrar los lenguajes
jovencísimo Mouron entró a trabajar en la indus- plásticos de las vanguardias artísticas francesas en
tria de artes gráficas Hachard et Compagnie. En un agresivo, ecléctico e inconfundible estilo.
un caso similar al del checo Alphons Mucha, ram- La espontaneidad de ese nuevo cartel francés y la
bien Cassandre realizana numerosos trabajos secun- facilidad con que consiguió sintetizar ideas y con-
darios e impersonales hasta que en 1923 apareció ceptos en unas imágenes modernas, directas y de
un cartel, <Au Brlcheron>16, firmado con el seudó- extraordinaria capacidad de retención, seducen a
n* había de hacerle universalmente famo- los indusrriales y comerciantes europeos caracteri-
lj:. zados por el instinto emprendedor de la década.
IJn año después, a sus veintitrés años, Cassandre Grandes compañías y oficinas francesas, holande-
realiza para Hachard una de sus mejores obras, el sas, inglesas, italianas y americanas solicitan tam-
extraordinario cartel anunciador del popular perió- bién los servicios de Cassandre, y en un rutilante
dico del sur de Francia L'Intransigeant, en un traba- período que va de 1924 a 1936 plasma en una
jo que corxtituye, por sí solo, una contribución serie de inolvidables carteles el deseo formulado

-aq

^'Yi
.s7¿

221. Cassandre: CerteL 1924

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por Mallarmé de <que las imágenes hablen y que un medio de comunicación entre e1 anunciante y el
las palabras sean imágenes>l7. público semejante a un telegrama. El cartelista de-
La secuencia trifásica del mundialmente conoci- sempeña el papel de1 operador de telégrafos. En
do <Dubo... Dubon... Dubonnetr¡, esparcido estra- consecuencia, emite y transmire un mensaje que no
tégicamente durante muchos años por las calles y debe contener noticias, información detallada.
el <metro,> de París (todavía hoy alguna mediane¡a lJnicamente se exige de é1 que establezca una clara,
exhibe restos visibles de este cartel); el hechizo en- poderosa, simple y precisa comunicación,r30.
soñador que rezuma el evocador cartel de L'Etoile El fabuloso éxito acumulado durante la fecunda
du Nord, de puntillas sobre el lejano espejismo de etapa que hemos señalado le lleva a establecerse
unos raíles de ferrocarril en fuga hacia un horizon- dos años en los Estados Unidos. De forma parecida
te viajero; la poética fuerza presente en la serie de a otros grandes cartelistas anteriores, su presencia o
carteles para compañías navieras, entre los que des- su obra puesta en América coincide con el que va a
tacan la majestad del <Normandie>, cuya imponente ser su ocaso. LJnos cuantos carteles, una serie de
mole aparece contrapunteada por una delicada ban- cubiertas para las revistas Harper's Bazar y Fortune
dada de diminutas gaviotas; el formidable poder y su colaboración con la multinacional Container
sugestivo de los elementos ferroviarios y navales Corporation of America, devuelven a Europa un
más comunes: railes, agujas. chimeneas, semáforos, Cassandre completamente alejado de las funciones
bielas, ruedas centelleantes, vapor, etc. Todo ello que le habían convertido en :u¡a uedette mundial.
forma parte ya de la historia del cartel publicitario Para empezar, abandona el diseño gráfico y se de-
moderno. dica a la pintura, alternada con otra de sus antiguas
Al margen de sus envidi¿bles cualidades técnicas aficiones: el diseño de decorados y figurines de tea-
y poéticas, todos estos carteles cumplen a la perfec- tro. Para la historia del diseño gráfico, el mito del
ción con los objetivos funcionales que Cassandre, cartelista deja de existir biológicamente treinta
verdadero explorador de la comunicación visual años antes de que expire Mouron.
publicitaria, se imponía. Según su propia defini- Es posible que en Cassandre coexista, a lo largo
ción, <un cartel dirigido al apresurado viandante, de toda su vida, un sentimiento fatalista que no nos
hostigado por un alud de imágenes de todas clases, resistimos a señalar, a riesgo de invadir consciente-
ha de provocar sorpresa, violentar ia sensibilidad y mente terrenos literarios. No obstante, la licencia
señalar la memoria con una huella indeleble,>18. que nos concede la repetida advertencia que hemos
<El primer director escénico de la calle>1e, como venido haciendo en e1 sentido de atribuir en oca-
fue bautizado por su buen amigo el escritor Blaise siones a la anécdota valor de categoría, nos invita a
Cendrars, concentraba en su personalidad 1os in- desarrollar una personal hipótesis, con el único ob-
gredientes básicos para construir con ellos un carte- jeto de esclarecer hasta qué punto el retrato profe-
lista publicitario ejemplar. De una parte, una di- sional de Cassandre permanece incompleto.
mensión imaginativa y unas facultades técnicas Como se ha dicho, Adolphe Jean-Marie Mou-
muy poco comunes; de otra, unos principios teóri- ron adoptó, desde sus primeros carteles reconoci-
cos contundentes respecto de la función que debía dos, a sus veintiún años, un extraño seudónimo, el
exigírsele a un cartel comercial moderno y a la de la infausta sacerdotisa de Zeus a la que los dioses
actitud de su autor, en un momento en que la cu1- habían conferido e1 don de la adivinaci ón21 . La ca-
tura de la forma estaba dictada por la ideología del sualidad quiso que este sobrenombre que eligió
Movimiento Moderno. para sí al principio de su excepcional carrera resul-
A juicio de Cassandre, <el cartel exige la renun- tara, en una parte considerable, fatalmente premo-
cia del artista a afirmar su personalidad. Si lo hace, nitorio. Como su ilustre homónima, Cassandre
rompe las reglas deljuego. La pintura es un fin en tuvo también facultades adivinatorias.
sí misma, mientras que el cartel es sólo un medio, Por de pronto, intuyó el preciso papel que el

230
ü'
:",**.r.,i

222 Crs¡n¡lre: Czrtel. 1927

231
en el teatro y de su arriesgada decisión de dedicarse
a la pintura a su regreso de Estados Unidos, Cas-
),úEStN.úuR€xt
223. Cassandre: Logotipo, 1963.
sandre acabó en una situación crítica, obsesionado
por la ruina y el olvido, se diría que víctima de su
ineluctable destino.
cartel comercial de su tiempo tenía asignado en la Su interés por la tipografía, con la que porfió
nueva sociedad. Ciertamente, se diría que la fór- por expresar en imágenes (tal y como deseaba Ma-
mula fue un éxito absoluto, Puesto que a su presti- llarmé), se manifestó más allá de ios límites del
gio personal hay que añadir Ia enorme influencia cartelismo, diseñando varios y controvertidos alfa-
que su escuela estilístic¿ y concepcual obró, no sólo betos de fundición26. Cerrada por voluntad propia
entfe sus contemporáneos, sino también en las su- su gloriosa etapa de cartelista, su investigación ti-
cesivas generaciones de cartelistas (especialmente pográfica no debe conside¡arse negativamente, ni
francesas) que le han perpetuado prácticamente muchísimo menos. lJna de sus realizaciones menos
hasta nuestros días. conocidas, el logotipo y a;r-r,grarr':- diseñados en
Sin embargo, y al margen de sus <adivinacionesr 1948 para el modisto Yves Saint Laurent, son de
formales, como el fondo del cartel que para ia fir- una remarcable calidad, sólido exponente de las fa-
ma de vinos Nicolas realizó en 1935, en el que se cultades del indiscutible maestro.
adelantó en cerca de treinta años al Op Art y a Sin embargo, en sus últimos años se dedicó, al
YasarcIy2z, y a su clata intuición para advertir cuá- parecer casi exclusivamente, a la elaboración de un
les eran las fórmulas pictóricas de las vanguardias proyecto tipográfico que él llamaba lt Metopa27.

artísticas recientes susceptibles de ser aisladas por el Según parece, el diseño de ese nuevo tipo no satis-
indiscriminado público de la calle (cubismo analíti- fizo al editor alemán que le había encargado el
co y sintético, purismo, orfismo, clasicismo surrea- trabajo y, en una carta que fue encontrada en un
lista y, en especial, Fernand Léger, <el principal cajón del despacho de Cassandre, donde se suicidó
artesano de esa renovación de la callet>)23, existen el 17 dejunio de 196828, rechtzeba lacónicamente
suficientes indicios en su biografía personal y pro- e1 diseño por <demasiado heterodoxoo2e.

fesional como para creer, más a1lá de su inmensa y La considerable deuda que el cartelismo moder-
merecida fama, en la presencia de un fatalismo pa- no ha contraído con Cassandre y la enorme y me-
ralelo ai de aquella de quien se dijo que <jamás recida fama de que gozó durante el ejercicio de su
había pronunciado una palabra que no hubiese re- actividad de cartelista, no eximen de 1a considera-
sultado verdadera, pero siempre tuvo la desgracia ción del aspecto negativo de su carrera, sembrado
de no ser creídu>24. En efecto, si atendemos al no- de una increíble cantidad de proyectos rechazados
table diseñador gráfico inglés F.H.K. Henrion, y, en consecuencia, de una notoria incomprensión.
quien residió en su juventud en París estudiando Quién sabe si, entre las obsesiones que al parecer le
con el cartelista Paul Colin, <al hojear un libro de acompañaron constantemente duratte sus últimos
carteles de Cassandre editado en Suiza en 1948, me años, Cassandre incluyó el juicio de los clásicos
apercibí de que treinta y cinco de los sesenta y cinco ante la muerte (también violenta) de tan desdicha-
carteles publicados no habían sido utiliz¿dos' Esto sig- da figura de la mitología griega: <¿Quién tomaba
nifica que rrrás de la mitad de sus clientes no se sin- entonces en serio ios vaticinios de Cassandra, que
tieron capaces de aceptarlos en aquel tiempo>2s. era tenida por loca y no por adivina?.30
EI posible paralelismo entre el cartelista y la mi- r¡Desde entonces, el nombre de Cassandra ha
tológica hr3a de1 rey de Troya no termina aquí' permanecido proverbiai para designar a aquellas per-
Aparte del fracaso de su primer matrimonio con la sonas clarividentes, cuyas exactas providencias so-
hlja de1 rey del automóvil Max Richard, del más bre el futuro no halla más que incrédulos>31. Y
que dudoso éxito de sus aventuras escenográficas éste fue precisamente el nombre, extraño nombre'

232
Nueve años mayor que su compañero Cassan-
dre, Loupot se traslada a Suiza a perfeccionar sus
conocimientos tras realizar sus primeros estudios
en la Escuela de Bellas Artes de Lyon. De esta
provechosa estancia dan fe sus carteles para los al-
macenes PKZ, Grieder e Innovation.
A su regreso a París colabora en la Cazzette du
Bon Ton, y como cartelista consigue un rápido y
duradero prestigio a través de sus primeras exceien-
tes obras (algunas de ellas impererecederas) realiza-
das para firmas tales como las pinturas Valentine
(para las que idea el famoso personaje cubistoide
que todavía está en uso), la fábrica de muebles Bar-
bés (para quien crea el famoso Bonhomme au
Bois), el licor Cointreau, 1os cafés Martin, etc.
En 1930 funda el estudio Alliance Graphique
junto a Cassandre y el hombre de negocios R.S.A.
Moyrand, y <algunos de los mejores carteles del
mundo salen de este lugar, soberbiamente diseña-
dos y soberbiamente impresos>32. Si un cartelista
224. léenCtl¡: Cdel. Haciá 1930. de la fama internacional de Cassandre se asoció en
aquel preciso momento con Charles Loupot, no
hay duda que se debió, básicamente, a la sobresa-
que el pequeño ucraniano eligió en su juventud
liente calidad de este último, llue fue perfechmen-
para pasar con é1 a la inmortalidad.
te valorada por el clarividenre auror de <L'Etoile
Los tres mosqueteros: Carlu, Colin
du Nord>.
y Loupot
(con Cassandre)
El éxito de su excepcional programa de diseño
elaborado para la firma St. RaphaéI, que todavía
Uno de los más brillantes cartelisras del grupo sigue fiel a las pautas establecidas por Loupot, re-
fue Charies Loupot, de origen suizo, dotado de frenda la eficacia de un planteamiento de imagen
una penetrante, efrcaz y en su caso afortunada vi- de identidad que se adelantó en unas cuantas déca-
sión de fucuro. das a los científicos procedimientos ¿ctuales33.

225. Cha¡les Loupot: Valla publicia¡ia, 1939

233
Charles Loupot inició en 1938 esta colaboración
en calidad de director artístico de 1a popular em-
presa de aperitivos. La imagen gráfica que Proyec-
tó parala quina, con sus tradicionales colores rojo,
blanco y negro; 1a inédita estructura tiPográfica de
su logotipo y del símbolo de los dos camareros,
segmentada y disgregada en mi1 variaciones distin-
tas a partir de los años cincuenta, se ha convertido
en una de 1as imágenes más emblemáticas de1 dise-
ño gráfico francés, tras más de treinta años de sedi-
mentación en 1as retinas del espectador-consumi-
dor- .

Otro importante Protagonista del colectivo fran-


cés fue Jean Carlu, de quien se citó ya la importan-
te labor desempeñada durante los catorce años que
permaneció en Estados Unidos, al frente de un de-
partamento de diseño que la Administración ame-
ricana puso a su disposición durante la Segunda
Guerra Mundial.
De impecable realización, sus carteles abonan las
tesis funcionalistas de sus colegas, traduciendo su
lema de que (no es suficiente que un cartei se vea,
hace falta que sea también recordado y memoriza-
do. Su efecto óptico debe resultar de una íntima
fusión de 1a visión y de 1a memoria>35.
Paul Colin completa este impresionante gruPo mientras que de 1a de Paul Colin procede el carte-
inicial. Inmediatamente después de la Primera lista Bernard Villemot. Aun sin asistir a la escuela,
Guerra trabajó en decorados y figurines para tea- los contemporáneos cartelistas Jacques Nathan y
tro, 1o que confirió a su estilo una gracia especial Jean Picart-le-Doux fueron evidentes seguidores
en la figura humana, en Particular 1a femenina. de Cassandre.
La principal característica de este cartelista no es Otro buen cartelista, en fin, fue Léon Gischia,
la racionalidad, la abstracta solución del problema, alumno de Fernad Léger en la Academia Julien.
<sino el carácter insólito y fantástico de sus temas, Perfectamente a 1a moda de su tiempo años
-1os
que parecen el resultado de una inspirada visión, treinta- era de los que iban a Estados Unidos a
espontáneamente caPturada))36. Para dar una idea perfeccionarse en el llamado <arte comercial>.
del éxito de Colin, en un determinado momento
de su vida diecisiete de sus carteles se encontraban, El complemento de la industria tipográJica
a un mismo tiempo, pegados en las paredes de las
cal1es37. Los experimentos sobre la renovación de1 diseño
Al igual que el admirado líder del grupo, Cas- de tipos realizados en Alemania durante la década
sandre, Paul Colin también Puso en marcha una de los años veinte excluyen, por su importancia, la
escilela de formación de cartelistas y diseñadores. posibilidad de tratar el proceso tipográfico francés
De ia efímera escuela dirigida por Cassandre salie- en un parecido tono apologético. Fuera de Alema-
ron los grandes cartelistas e ilustradores Pierre Fix- nia, el único país en el que Ia renovación tipográfi-
Masseau, Raymond Savignac y André Frangois, ca supone una aportación sustancial es Inglaterra.

234
No obstante esta advertencia, sí puede decirse repertorio de colores, sombreados, degradados, so-
que existen en Francia algunos síntomas aislados breimpresionados, etc.
que permiten integrar parte de la actitud vigorosa El tipo Bífur, sorprendente y sugestivo, se en-
y remodeladora de la nueva cartelística al hecho ti- marca plenamente dentro de las coordenadas de la
pográfico. época, integrando asimismo las expectativas teóri-
Uno de los propietarios de la importante indus- cas sostenidas por el propio Peignot. Se trata, cier-
tria de fundición de caracteres tipográficos De- tamente, de un proyecto arriesgado y, en la medida
berny et Peignot, inquieto esteta, admirador y pro- de su ambición, parcialmente frustrado. Sin embar-
motor del estilo de vanguardia, contrata los go, justo es señalar que las precisas y honradas re-
servicios de su buen amigo Cassandre, a quien abre flexiones con que su propio autor presentó el nue-
además, de par en par, las puertas de su modélica vo tipo, en un texto publicitario publicado en las
revista Arts et Métiers Graphiques. páginas áel Arts et Métiers Graphiques, absuelven a
Charles Peignot se ocupaba de la dirección artís- Cassandre de buena parte de las críticas que podrían
tica de la publicación, en la que colaborab¿n habi- hacerse a este complicado carácter tipográ-
tualmente el excelente diseñador gráfico y crítico fico.
Maximilien Vox (diseñador de libros y director <<Hemos tratado simplemente de conceder a la
artístico del boletín de la empresa Divertissements palabra el poder de imagen que primitivamente te-
Typographiques), el suizo Herbert Matter y los nía. Reducida a una forma esquemática, a su r¡r:ás
magníficos ilustradores publicitarios y editoriales simple expresión (?), puede, creemos, convertirse
Charles Martin y Paul Iribe. en rnís fotogéníc¿ a nuestras fatigadas retinas.
Además de su colaboración en la revista, Cassan- >El Bifur (propone su autor) es un carácter tipo-
dre diseñó tres tipos para la fundición Deberny et gráfico publicitario, y ha sido diseñado para impri-
Peignot: el Bifur, en 1929, e\ Acíer, en 1930, y el mir con él una palabra, urn sola palabra, una pala-
Peignot, en el año 1936. bra-cartelo3e.
El propio Peignot, que había diseñado en 1926 El carócter Peignot le costó a Cassandre, en epre-
un tipo llamado Sphinx, defendía la idea de que ciación de F.H.K. Henrion, <muchos años de in-
<una letra no se reduce únicamente a un valor en sí vestigación, discusión, argumentación, evolución y
misma, sino también en relación con su época>36. desarrollo>ao. En una equilibrada mezcla de tradi-
De acuerdo a este criterio, apoyó resueltamente los ción y modernidad (dualidad que se baraja por
ensayos tipográficos de Cassandre (rodeados de urn aquella época en todos los campos creatiyos), con-
cierta polémica) y proporcionó a dos de ellos en virtió l¿ caja baja convencional en mayúscula (o,
particular (Bfur y Peignot) un lanzamiento publi- más precisamente, en la clásica versalitaal).
citario realmente espectacular. Años después del coyuntural y escandalizador
La sintonía de Cassandre con la renovación tipo- experimento alemán de subordinar la letra impresa
gráfica que se gestaba en Alemania se revela ya en exclusivamente a su versión minúscula (Bauhaus,
sus primeros carteles (y conviene recorda¡ aquí que Tschichold), Cassandre responde invirtiendo los
\e Futura de Renner no se comercializa hasta términos, diseñando un alfabeto construido única-
1928). Una inmens¿ mayoría de su producción mente con letras mayúsculas, unas de mayores y
mural aparece rotulada a mano con tipos de palo otras de menores, manteniendo así la jerarquía
seco, dando valor y entidad plástica al signo alfabé- convencional. Sin embargo, la mayúscula menor,
tico (tal y como habían propuesto cubistas, futuris- que cumple la función de minúscula, aparece en
tas y dadaístas) partiendo de la estructura tipográfi- una versión inédita, con algunos trazos característi-
ca más simple, elemental y neutra, a la que cos de la forma minúscula, aquellos que al sobresa-
Cassandre singularizaba modificando y enrique- lir por arriba o porabajo contienen un mayor índi-
ciendo los anónimos tipos a través de un variado ce de diferenciación (y, en definitiva, de reconoci-

235
miento), para una más fluida legibilidad. Así, por empresa Deberny et Peignot, otros establecimien-
ejemplo, las letras ¿, f, g, h, i, k, 1, p, q, añaden a tos tipográficos alientan también al nuevo diseño
su forma característica mayúscula el trazo diferen- gráfico (Draeger Fréres, A. Tolmer, cuya versión
ciador de su correspondiente minúscula. El resulta- en Londres es The Studio Ltd.), organizando asi-
do es un conjunto tipográfico insólito, a medio ca- mismo sus propios estudios y participando en algu-
mino entre los manuscritos medievales y los re- na medida en la publicación de folleros, bolerines o
cientes ensayos alemanes sobre aifabetos supuesta- publicaciones de carácter especializado.
mente fonéticos. Una de ellas, Montrouge, edítaáa por Draeger
No obstante e1 relativo poco uso que de este tipo Fré¡es, dedica un número al espectácu1o que cons-
se hace en la actualidada2, la armonía del diseño de tituyeron las calles de París con la permanente-
sus dos cajas y el equilibrio formal entre los distin- mente renovada exposición colectiva de sus carte-
tos signos permiten destacarlo como una seria listas comerciales, en un ensayo de Blaise Cen-
aportación experimental, sujeta en último término a drars, uno de los espíritus literarios más típicos y
utilizaciones singulares como fiflrlares, encabezamien- característicos áeI spleen de la década.
tos o párrafos cortos, debido a la solemne entidad Tanto en sus publicaciones periódicas cuanto en
de corte uncial que adquiere en su conjunro. los folletos publicitarios que cuidaba de proyectar e
A pesar del acierto parcial y el 1ícito oportunls- imprimir, Draeger cuenta, como Deberny et Peig-
mo de estos tipos, se echa de menos en diseñadores not, con la colaboración de los diseñadores gráfi-
del talento de Cassandre la elaboración de un¿ me- cos, cartelistas e iiust¡adores publicitarios y edito-
todología científica próxima a la desarrollada por riales de mayor relieve en aquel tiempo. Cassandre,
sus colegas alemanes contemporáneos. Estos nue- Iribe y Martin convierren los folleros publicitarios
vos diseños, cuya pretensión fue la de partir de las de la firma Nicolas en verd¿deras obras de arte
esencias más simples de los principios tipográficos gráfico. Jean Carlu, Leo Van Dongen (autor, por
convencionales, no llegaron a cuajar en la historia 1o menos, de un cartel publicitario) y hasta Claude
de la tipografía, que ha seguido su firme curso de- Autant Lara, al que vemos en funciones de diseña-
jando al margen cuantos intentos voluntaristas, sin dor firmando un folleto para la Maison Ducet, co-
el necesario complemento y rigor cientificos. se laboran con aquella parte de la industria de la im-
han ido haciendo a 1o largo de su historia. presión que se obliga a altos niveles de exigencia
Y aunque e1 propósito de Cassandre fue diseña¡ técnica y estética. René Vincent, un importante
tipos que no pretendían ser <decorativos ni o¡na- cartelista, coiabora habitualmente para A. Tolmer
mentalesr43, lo cierto es que contemplados y anali- y The Studio Ltd.
zados bajo criterios estrictamente tipográficos, ex- Asimismo, las plumas vanguardistas e iconoclas-
presan hoy una incómoda paradoja: ¡sólo se pue- tas que celebran el nuevo arte de 1a calle sin impu-
den calificar de decorativos y ornamentales! dor alguno tienen a su disposición la tribuna im-
Cha¡les Peignot comprendió también que la fo- presa de Draeger Fréres. A estas alturas, a caballo
tografía no debía ir separada de la tipografía, espe- ya de los años treinra, la participación conjunta de
cialmente en el campo de 1a publicidad. Con esta intelectuales y diseñadores no representaba nada
intención instaló en 7928 un estudio fotográfico nuevo. Así, en la actitud que se detecta en los bre-
dotado de los más modernos equipos y cuatro años ves textos de Blaise Cendrars o en las colabo¡a-
más tarde editó, en apoyo de este medio de expre- ciones del polifacético y exhuberante poeta Jean
sión, una nueva publicación llamada Wait €t see, al Cocteau parecen resonar, tras su aspecto superficial-
parecer <una de las más lujosas revistas del mun- mente vanguardista, lejanos ecos soviéticos y
do>aa, que se convirtió en otro foco de proyección berlineses, tratando de utilizar el trámite publicita-
del arte gráfico y fotográfico francés. rio como uno más de los vehículos culturales, pro-
Además de las iniciativas desarrolladas por la bablemente el más accesibie a 1as masas.

236
@M g
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!NES
PelqN or Bold
227. Cassandre: Diseños tipográñcos. BtÉ¡r,1929; Acier, 1930r Peignot' 1936

237
andenes y pasadizos del <metro> londinense apare-
ció una mañana, en unos espacios en bl¿nco reser-
vados para la publicidad de los almacenes Eastman,
la siguiente información impresa: <(Jn nuevo car-
tel de E. McKnight Kauffer será exhibido aquí
próximamentera6.
Talvez lo que más impresione de este inquieto y
desilusionado diseñador nacido en Estados Unidos
sean sus elevadas cualidades humanas. La perma-
nente admiración que sintió por el cartelista fran-
cés Cassandre fue de una nobleza tal que no des-
cendió jamás a mezquinas prácticas imitadoras. Si
l¿s condiciones históricas de la Franci¿ de aquel
momento hicieron posible la aparición de un fabu-
loso Cass¿ndre, Inglaterra flte ctpaz, a su vez, de
producir un magnífico McKnight Kauffer.
Sin duda alguna, Kauffer disponía de una gran
sensibilidad artística y su vocación más fi¡me fue la
pintura. Sin embargo, las circunstancias determina-
ron su dedicación a la publicidad, en la que practi-
có toda suerte de especialidades: marcas, carteles,
anuncios, cubiertas de 1ibro, ilustraciones, escapara-
tes, etc.
De la contemplación de su obra se deduce cierta
228. Ab¡am Games: Caftel. Hacie 1950. falta de imaginación y espontaneidad en compara-
ción con su admirado colega Cassandre. Esta insu-
ficiencia natu¡al fue brillantemente suplida por un
La renouación det cartel en Inglaterra aplicado esfuerzo en la realización del proyecto y
del arte final, en la trabajada organización compo-
La definición que sobre el cartel actual daba sitiva y en la esrudiada aplicación del color, en una
Giulio Carlo Argan en 1974 pxece aProPia¿a Para actitud ética que subraya sus considerables valores
introducir el tema en la Inglaterra de los años vein- humanos.
te. <El cartei es uru! obra gráfica de tirada ilimitada Su vertiente filantrópica influyó decisivamente
y de fruición gratuita qtre c racteriza hoy el rostro en la convicción de transmitir su arte por el con-
efimero de la ciud¿d. Nueve de cadt dtez son basu- ducto popular y masivo del cartel publicitario. Sus
ra, y no existe crítica alguna que se obiigue a de- preferencias por Toulouse-Lautrec (a sujuicio, uno
nunciarla, señalando los pocos casos en que, vincu- de los pocos cartelistas-pintores de auténtica cate-
1ándose :'la gráfica de arte, la información se da a goría), sobre cuya influencia escribió que <pasó
nivel estético. Pero es un campo en que el arte como un cometa sobre la mayor parte del hemisfe-
puede volver a ser un modelo>as. rio occidental,¡ot, y su mejor y más querida obra, el
Este es el caso de la Inglaterra de la postguerra y diseño de la bandada de pájaros que constituyó en
de su más celebrado cartelista, Edward McKnight su tiempo un <homenaje al Vorticismo>4s, encua-
Kauffer, quien logró despertar en los años veinte dran su .o.r..p.ió.r del cartel dentro de unas coor-
una expectación popular inusitada. En la improvi- denadas estéticas de claro signo artístico.
sada galería de arte en que se habían conveftido Las sucesivas versiones del vuelo de los pájaros,

238
primero en forma de xilografía, luego corho pri- sensible ocasiones atormentado- que tuvo
-en
la fortuna de contar, entre sus clientes y amigos,
mera propuesta de cartel, pubiicadas en la revista
Colour en 1916 (esta revista ofrecía algunas de sus con el admi¡able y humano director cinematográ-
páginas desinteresadamente para presentar en ellas fico Alfred Hitchcock (para quien diseñó los crédi-
proyectos que los industriales interesados adquirían tos y el cartel de su pelícuia El uengador)sl, el nota-
luego para fines publicitarios), la definitiva versión ble escritor Aldous Huxley y el extraordinario
de 1919 para anunciar el Daily Herald (en el estilo poeta T.S. E1iot.
de los BeggarstaffBrothers, que diseñaban sus car- Los grandes cartelistas pubiicitarios del período
teles sin haber sido encargados, y luego iban a of¡e- fueron, con McKnight Kauffer, Tom Purvis (de1
cerlos al cliente que mejor les parecía) y <la labor estilo Hohlwein pero con un personal enfoque en
de talismán que desempeñó en sus últimos años de los temas), Austin Cooper y Fred Taylor (grandes
desiiusión>ae, son datos que permiten, cuando me- dibujantes de figura junto a Purvis, y también de
nos, intuir las enormes dificultades en el desarrollo arquitectura en Taylor), Johnston Andrew, John
de la carrera de un cartelista publicitario como Mansbridge, Jean Dupas, etc., etc., a los que se
McKnight Kauffer. Los avatares que hubo de su- unieron, en la década de los treinta, una serie de di-
frir su mejor obra, esta del Daily Herald, quedan señadores centroeuropeos, víctirnas de ia diáspora que
compensados, siquiera moralmente, por ia única seprodujo en 1933 tras 1a subida al poder de Hitie¡.
reflexión que sobre un cartel hiciera James Joyces0. Los alemanes Zéro (Hans Schieger, procedente
Por otra parte, la peculiar organización del mer- de Nueva York), Hans Unger, Frederik Henry
cado publicitario británico, en el que el primer Kay Henrion, Hans Schmólier, Berthold Wolpe,
ciiente seguía siendo e1 Estado, tal vez hizo posible Philip Zec (especialista en aerógrafo y anuncios de
la celebridad de este agnóstico cartelista que no hu- prensa); el vienés Max Hoff y los polacos Jan Le
'W'itt,
biera encontrado su lugar, probablemente, ni en Georges Him y Feliks Topolski, son algunos
Francia ni en ningún otro país occidental de aquel de los que se establecerían definitivamente en In-
tiempo. glaterra.
Las campañas culturales que los museos, el <me- Algunos de el1os, como el famoso tandem Le-
tro> londinense y las oficinas de turismo encarga- witt-Him, tuvieron al principio dificultades, y si
ron a Kauffer permitían, ciertamente, un tipo de bien lograron integrar con éxito un estiio figurati
cartel alejado de la notoria agresividad con que 1os vo esquemático importado del nuevo diseño gráfi-
cartelistas franceses se expresaban, en función de co polaco, fueron considerados <demasiado moder-
una organización del mercado fuertemente compe- nos) comparados con los clásicos de1 cartel
titiva. publicitario inglés.
En una admirable armonía con esa sensata políti-
ca informativa de 1a Administración, los criterios
de los industriales y comerciantes ingleses se regían
también, en materia de publicidad, por unos prin-
cipios mínimos de respeto cívico hacia una coiecti-
vidad consumidora cuya especial idiosincrasia ha
tendido siempre a rechazar la estridencia, la agresi
vidad y la vulgaridad.
A pesar de su forzada adecuación al medio publi-
citario, Edward McKnight Kauffer ha pasado a la
historia del diseño gráfico británico como su más
distinguido, inquieto y brillante representante del
período de entreguerras. Un espíritu ciertamente 229. E. McKnight Kauffer: Ca¡tel, 1933

239
230. E. McKnighr Kauffc¡: C¡¡tel. 1926

Antcs del inicio de la Segunda Guerra Munclial


una nueva generación de cartelistas ingleses se per-
filaba ya con la incorporación de los jóvenes Torn
Eckersley y Abram Games, este illtinlo corlvicto
admirador de Kauffer.

La Administratión y el díseño urbano

Además de la importante intervención dcl Esta-


do en l¿ prograln¡cioll de crtnpaña' infortn¿¡ivas
dirigidas a fornentar el uso y conslln.lo cle los ins-
trurnentos culturales colectivos (dc los que la Ad-
nrinistración inglcsa sc siente únicamente deposita-
ria), las autoridadcs británicas emprendelr mlly
tenlpranamente las operacioncs de señalización y
orierrtación básicas que urla Flran ciudad precisa
para facilitar el uso de las redcs de transporte colec-
tivo, tanto de superficic como sul¡terráneo.
Y 1o hace además con un complcto acierto. De
entre los símbolos de transportes urbanos del mun-
231. Tom Purvis: C¡rn:I. Ilaci¡ 1930. do occidental todavía en vigencia, posiblemente

240
sea el del London Transport's el más antiguo de desconocido, aunque quizás no fuera del todo aje-
todos. Diseñado alrededor de 1914, en una época no al proyecto EdwardJohnston.
en que el diseño gráfico no disponía todavía de las La tipografía empleada actualmente en la señali-
complejas y perfeccionadas metodologías científi- zación de 1as estaciones de <metro> revelan, en al-
cas de cuantificación de datos y de verificación de guno de sus trazos, un cierto anacronismo sola-
opciones que se utilizan hoy en los programas de mente perceptible por 1as retinas profesionales o
diseño de una cierta envergadura, <las simples for- eruditas. Pero si pensamos que esta tipografía fue
mas geométricas que no obstante retienen los e1e- encargada por la Compañía de Ferrocarriles Subte-
mentos de una rueda,>s2 fueron proyectadas por un rráneos de Londres en 1913s3, dieciséis años antes
de la comercializzción de la famosa y arquetípica
Futura de Paul Renne¡, estos trazos anticuados co-
bran de pronto una entrañable categoría y moder-
nidad.
En los años treinta, el recién incorporado diseña-
dor alemán Zéro (Hans Schleger), participó en la
fase de aplicación o remodelación de esta imagen a
las paradas de autobús.
EdwardJohnston, profesor e investigador de ca-
ligrafía y maestro de Eric Gil1, ralizó un alfabeto
de limpia geometría sin concesiones al ornamento
232. EdwardJohn*on: Símbolo de identidad, 1914 decorativo (recordemos que algunos años atrás el

l--

o6-ó_.Érr¡:8...-

233. }tarry C. Beck: Plano figurado, 1931

241
tipografías más recientes se viene hacíendo (Folio,
(Jniuers, Helvética, Akzidenz), el Gll/ Sans sigue
presente en todos los catálogos de composición ti-
pográfica y de fotocomposición ingleses y america-
nos.
El <rinoporcuno> lanzamiento al mercado euro-
peo de la excelente Futura de Paul Renner, hecho
que se produjo un par de años antes de comerciali
zar la Gill, tal vez sea el indirecto responsable del
escaso éxito conseguido por el tipo alemán en In-
glaterra.
Tomando como precedente el tipo diseñado
234. E¡ic Gill: Diseño tipográfico Gill Saro' 1928' para el <metro> por Johnston, Gill reelaboró este
alfabeto en 1928 consiguiendo depurar, suavizar y
(metro) de París había optado, todavía, Por una ennoblecer muchos de los toscos trazos de su ante-
ondulante tipografía Art Now,eau) casi irreProcha- cesor, en especial en los alfabetos de caja baja, de
bie en su ceja alte y sólo con algunas licencias y los que también elirninó los puntos romboidales
titubeos en algunas minúscu1as, esPecialmente el convirtiéndolos en círculos (como ia Futura) y eli-
punto romboidal de la i y el rabo de la l, al parecer minando el rabo de la L También mejoró el acaba-
de procedencia islámica, por cuya caligrafíaJohns- do de la mayor parte de mayúsculas, aunque Perso-
ton sentía especial predilección y debilidad. nalmente nos siguen pareciendo más logradas las
La señalización vial en ciudades y c¿rreteras y la letras Q, S, & de la versión de Johnston (que tam-
de ferrocarriles y aeropuertos ingleses ha ido evo- bién mantuvo Renner) que en la de Gill.
iucionando paulatinamente al ritmo de las nuevas Stanley Morison, según confesión propia, se in-
y sucesivas exigencias (mayor velocidad, mayor teresó por la tipografía a través de la lectura del
densidad de uso, etc.), partiendo siempre, no obs- The Times. Paradójicamente, el diario que le pro-
tante, de unos criterios tal vez poco espectaculares porcionaría fama universal y al que recíprocamente
pero llenos de la lógica y el sentido común con que Morison contribuyó a mejorar muy sensiblemente
fueron diseñados originalmente por anónimos pro- en su aspecto grífico, fue su primer profesor de
fesionales de los años veinte' tipografia, a través del suplemento que a paftir de
El diseño del metro londinense se completó defi- 7912 se entregaba con el matutino y en el que
nitivamente entre 1931 y 7933 con un diagrama o aparecieron artículos sobre Gutenberg y Morris,
plano urbano que diseñó un delineante interino de sobre caligrafír y tipografía, etc.s6.
la empresa, Harry C. Beck, y cuya (idea básica ha A través de un anuncio en el periódico (otra vez
servido de orientación para el resto de trazados de The Times y Morison unidos) logró un empleo
los planos de "metro" del mundo>sa. como ofici¿l en la empresa editorial de Gerard
Meynell, el que fuera cliente de McKnight Kauf-
fer, que publicó por aquellos ai'os The Imprint' :ulra
Erí( Gíll y sír StanleY Morison,
publicación dedicada a contribui¡ al mejoramiento
renovadores de la tipografía
de los niveles de impresión, y en uno de cuyos
El discípulo de Edward Johnston era escultor, o últimos números apareció el primer artículo firma-
como prefirió colocar en su epiafio, <tallador de do por Stanley Morison.
piedra>55. En el mundo gráfico anglonorteamerica- Después de un largo período de inestabilidad ju-
oo .ro hry un tipo de palo seco ¡n-:ás popular que el venil (contrajo matrimonio Para escaPar del alista-
Gill Sans Serif, y a pesar del enorme uso que de las miento en el ejército, militó en organizaciones so-

242
cialistas y republicanas para sumirse después en The Times salió a la calle sin este intrigante e injus-
profundas meditaciones teológicas) inicia una larga tificable (desde una perspectiva tipográfica) punto.
y compleja colaboración con un joven Meynell, Aceptado ei encargo, el informe impreso que
Francis, para el que diseña algunos iibros y a quien Morison presentó a finales de1 año siguiente era
debe, algún tiempo después, su colaboración al <un documento que constituyó para 1os miembros
frente de la Pelican Press, empresa de fundición de del comité un auténtico cursillo de tipografía>s8.
tipos de1 grupo del Herarld, para la que Morison Stanley Morison, que sostenía el criterio de que
diseñaba hojas y catálogos y donde entró en con- <más allá de1 cuerpo 24 no puede ya hablarse de
tacto con la elección y compra de material tipográ- tipografía)se, haciendo referencia a una necesaria
fico, materia en 1a que fue una autoridad. división orgánica entre tipos para leer en bloque y
Otra fundición de tipos, la Cloister Press, la co- letras para contemplar en tífulos, es1óganes o rótu-
laboración asesora con la Monotype Corporation los, diseñó un tipo basado en la Plantin, en la ver-
(para 1a que Gill diseña su tipo), 1os artículos y sión creada por la propia Monorype cuando Mori-
estudios sobre tipogra{ia antigua, su colabo¡ación son asesoraba a 1a empresa, de la que modificó
como diseñador en el Penrose Annual de Lund sustancialmente 1os ojos y las pesadas bases, estre-
Humphries y con ediciones selecras y de bibliófilo, chando imperceptiblemente el tipo para facilitar 1a
su colaboración con la Cambrige University Press, entrada de un mayor número de signos en las es-
etc., dan fe de 1as múltiples activid¿des de este in- trechas columnas del diario.
quieto personaje. Este denso periplo profesional ha E1 nuevo diseño apareció el 3 de octubre de
convertido a Stanley Morison, cuando Ilega al The 1932, compuesto con el nuevo tipo en todas sus
Tiriies, en una indiscutida autoridad en el diseño variantes, en textos, titulares y cabecera. En una
editorial y en la tipografia. nota editorial redactada por el propio Stanley Mo-
Para entrar como asesor tipográfico en The Ti- rison se decía: <Si el Times New Roman tiene éxito
mes, eÍ el que sugiere la completa reforma de la se deberá a que los diseñadores entienden su labor
tipogra[ía, Morison se permite imponer una exrra- como un problema de proporciones y legibili-
ña condición previa al director del rot¿tivo más dad,¡60.
célebre del mundo: <rCuando haya quitado usted el Un par de meses más tarde produjo un:I nueva
punto que hay detrás del nombre del diario, volve- reforma que consistió en proporcionar a la página
ré,>57. unos días después, e1 13 de agosto de 1929, editorial del diario una cabecera a dos columnas,

AIR EDÍTION
THEffiTIMES LONMN S^TIRD^Y
50,000rs
rSSUE
Pt¡cE d

235. Stanley Morison: Diseño de periódico, 1931

243
Además de 1a enorme labor cultural-popular que
significó la remodelación grifrca de The Times,
Stanley Morison tuvo algún encargo directo de la
Administración que vale la pena destacar, como el
diseño del célebre telegrama que en 1935 rea,lizó,
y que es también buen ejemplo de su extraordina-
rio dominio del medio tipográfico.
Los cincuenta y tres libros escritos por Morison
y los ciento veinticinco artículos sobre aspectos
eruditos o temas de acrualidad de Ia historia anti-
gua y moderna de la tipografía61, completan el
236. Sranley Morison: Anuncio de 1a ripografía Times, 193 1. perfil de esa gigantesca figura del diseño gráfico in-
g1és.
recurso que al parecer no se había producido en
toda su y^I^rga historia y que contribuyó,junto a
las ante¡iores reformas, a convertir el The Times en Las aportaciones del resto de Europa
el mejor producto gráfico de esta especialidad.
En ia actualidad, el Times New Roman es uno de La línea temporal que une los dos puntos más
los tipos m'ás utilizados en la edición de diarios y negros de la historia moderna (las dos Guerras
periódicos, revistas, libros y publicidad, y constitu- Mundiales) presenta para la biografía personal de
ye, desde luego, uno de los diseños más representa- muchos diseñadores gráficos un cuadro dominado
tivos de 1a más positiva de las actifudes con que por el exilio o la repatriación.
debe afrontarse la renovación de la tipografía: ope- En Austria se producen algunos importantes
rar sobre un tipo clásico tras un profundo conoci- trasvases cuyo saldo no es todo lo beneficioso que
miento de sus leyes y mecanismos, mejorándolo en los indicios Fin de Siglo auguraban.
función de nuevos criterios dictados Por nuevos Por una perte, en 1918 regresa a Viena, proce-
usos, sin perder jamás de vista los imperativos de dente de Berlín, el famoso cartelista Julius Kiinger,
comodidad en su leclura que, ante todo, el nuevo alrededor del cual se forma un grupo de seguidores
tipo debe cumplir. Recordemos a este resPecto que de su estilo brillante y directo, aunque estilística-
los romos alfabetos de Cassandre fueron diseñados mente anclado en el Modernismo de antes de la
et 1929, 1930 y 1936, y que Morison atacó stl guerra, influido en gran medida por Lucian Bern-
proyecto en L929. hard.
Sin embargo, e1 mayor cartelista austríaco, Jo-
seph Binder, <cuyo nombre no se ha olvidado to-
$ orr,",
-r, INUNO davíar>62, desarrollaba una tendenci¿ plana, de resa-
TELEGRAM bios cubistas en 1a forma y deudora en el color de
la pinrura abstracta holandesa, en la línea de lo que
será el nuevo cartel comercial, cuyo magisterio se
interrumpe para siempre al emigrar en 1933 a Es-
tados Unidos, donde ha de diluirse también en su
océano publicitario.
Más allá de los intentos de diseño tipográfico
practicados por el grupo secesionista de la revista
,ffirar
I
Ver Sacrum y denostados por la ácida pluma de
237. Staniey Morison: Diseño de telegram, 1935. Adolf Loos, no hay otros indicios dignos de men-

244
W W

238. Joseph Binde¡: Ca¡tel. Hacia 1930.

245
ción, puesto que el libro y 1a ilustración (vegetan, .por e1 Tercer Reich y, en consecuencia, el fermen-
por así decir, a 1a sombra de la edición alema- to que inició Stanislaw Wyspianski en e1 período
ttar63. modernista y que fructificó en la década de 1os
Hungría, después de1 desmoronamiento del Im- veinte, particularmente a través de la experimenta-
perio Austro-Húngaro, empieza un proceso de in- ción tipográfica dadaísta cuya plataforma fueron
dustrialización, condición que permite suponer la las revistas de vanguardia Blok y Mecano-Faktur, se
creación de un cuerpo de diseñadores importante. frustró casi por completo.
Sin embargo, la tarea de sus mejores talentos se La influencia holandesa, soviética y berlinesa se
desarrolló fuera de su país: Wilmos Huszar en Ho- hizo notar positivamente. El Lissitzky, con quien
landa, László Moholy-Nagy y Marcel Breuer en colaboró en Berlín uno de los líderes polacos,
Alemania, el cartelista Robert Berény en Fran- Henryk Berlewi, influyó en la creación del Mecha-
cia6a. no-Faktur. En 1924, en colaboración con el poeta
En Checoslovaquia, verdadera encrucijada del futurista Aleksander 'W'at y con Stanislaw Brucz,
arte moderno, del que recibe todas las influencias, Berlewi estableció una agencia de publicidad revo-
es el sector del libro el que destaca con mayor per- lucionaria, la Reklamo-Mechano, cuya tendencia
sonalidad por encima de cualquier otra especiali- formal se basaba en el experimentado poder visual
dad, excepción hecha del diseño tipográfico, aun- de1 signo tipográfico.
que las consecucncias de la guerra habían de segar LJna nueva tendencia practicada a partir de 1930
las prometedoras expectarivas que en esre c¿mpo por las nuevas generaciones publicitarias, <de vivos
existían. colores y formas simbó1icas,r"6, se vio truncada,
Vojtech Preissig, pionero del arte del libro en como las anteriores, por 1a muerte o el exilio. Le
todas sus facetas, discípulo dc Mucha (el triunfal Witt y Him, los más tarde populares diseñadores
cartelista del Art Nouveau parisino) e introductor establecidos en Londres, pertenecían a este grupo.
de los primeros tipos ingleses y americanos en la Holanda fue, sin duda alguna, uno de los países
tipografía checa, emigra por unos años a Estados más afortunados durante el período de entregue-
Unidos, en 1910, y muere en Dachau durante 1a rras. La inspirada creatividad y el impulso teórico
ocupación nazi65. de los que se benefició el diseño gráfico al contar
Los primeros caracteres tipográficos checos dise- con la fuerte personalidad del grupo formado por
ñados por Preissig son desarroliados posteriormen- Theo Van Doesburg, Piet Mondrian, J.P. Oud,
te por Oldrich Menhart. apellido familiar al profe- Van Eesteren y Gerrit Rieweld, algunos de 1os
sional del diseño gráfico y la tipografía occiden- cuales extendieron su programa teórico a las facha-
tales puesto que responde a un notable tipo de das de los edificios que proyectaron y a la compagi-
romana moderna diseñado por é1. nación de las revistas D( Stijl y Mechano, aytdó
La estancia del ubicuo Theo Van Doesburg en notablemente a la formación de dos grandes talen-
Praga durante todo el ano t924 en su papel de tos del diseño gráfico pubiicitario: Piet Zwart (que
conferenciante y divulgador de la tendencia De había sido ayudante de otro arquitecto sensible al
Stijl, contribuyó rnuy probablemente (ilrnto a la diseño gráfico, H.P. Berlage) y Paul Schuitema
influencia de El Lissitzky) a la eciosión de un gru- (quien participó como fotógrafo en la exposición
po dejóvenes que, a través de las cubiertas de libro, de Stuttgart en 1927).
expresaron un estilo de vanguardia verdaderamen- El famoso catálogo y las campañas de anuncios
te esperanzador. Sin embargo, sus dos representan- de prensa para una empresa de cables, NKF, de
tes más cualificados, Ladislav Sutnar y Frantisech Piet Zwart, y las series de anuncios para la indus-
Zelenka, emigraron a Estados Unidos ante el peli- tria Berkel de básculas y balanzas (para la que dise-
gto nazr. ñó desde 1a marca a los escaparates), de Paul Schui-
Polonia fue un país especialmente martirizado tema, (se cuentan entre los más vigorosos y

246
Asumir <ia lucha contra el academicismo>69 en
estas condiciones, desde posiciones individualistas,
sólo consiguió distinguir a unos pocos francotira-
dores como el citado Depero y 1os cartelistas Mar-
cello Dudovich, Araca, Onorato Pupazz| Federico
Séneca, etc... Precisamente los dos últimos, uno
desde Roma y e1 otro desde Milán, se iamanraban
en 1933 de la poca estima en que la crítica tenía el
arte comercial, a la que acusaban directamente de
la falta de tendencias colectivas en Italia.
239. Piet Zwarr: Símbolo de identiüd personal, 1927. Marceilo Dudovich, singularmente dotado y sin
duda alguna el más popular de los cartelistas de su
penetrantes ejemplos de 1a nueva tipogra{ía. Zwxt tiempo que permanecieron en Italia, acusó en su
y Schuitema proyectaban por entero los mensajes y estilo un desconce¡tado eclecticismo- la
la técnica más apropiada para rransmitirlos. Utili- -de
crisis que tan certeramente habían diagnosticado
zaban los tipos que hallaban en las cajas de impren- algunos de sus compañeros.
ta, liberándoios de su corsé horizontal. A menudo Colaboró como caricacurista en la revista satírica
usaban fotografías o fotomontajes, pero no para muniquesa de reconocido prestigio Simplicissimus,
embellecer el mensaje sino para hacerlo más inme- desde 1911, al tiempo que varias firmas comercia-
di¿to e internacional>67. les de las más importantes de Italia apuesran por un
Por 1o que respecta a Italia, si se nos permite
reducir un largo y complejo proceso histórico a
una simpie fó¡mula, podría decirse que 1a primera
concreción de un diseño gráfico genuino se produ-
ce cuando coinciden en este objetivo la imprenta y
la industria. Mejor dicho, una imprenra y una in-
dustria: Alfieri & Lacroix y Olivetti, respeciva-
mente.
En cuanto a 1a forma, la referencia m.ás inmedia-
ta no está tanto en la tradición gráfica cuanto en el
lenguaje de la arquitectura racionalista italiana,
punto de arranque de1 espectacular despegue que
después de la Segunda Guerra iniciarán losjóvenes
arquitectos milaneses, al calor del compromiso ad-
quirido con e1 diseño por Adriano Olivetti6s.
Entretanto no suene la hora de Italia, la poten-
cial calidad de sus cartelistas y diseñadores gráficos
se agota en estériles mimetismos (como el propio
período Liberry italiano), en experiencias indivi-
duales o sectarias cerradas en sí mismas (como el
Futurismo y Fortunato Depero), o en el exilio pro-
fesional (como los casos de Leonetto Cappiello y su
CAiIPO GTAFICO RIYISTA DI ESI¡IICA E DI TECNICA CTAFICA
discípulo Sepo [Severo Pozzattr], establecidos en
ANNO 4 N. I CENNAIO r93ó XIV, C.C. pOSTAI,E tlENSltE. MILANO
París, y a quienes se uniría Paolo Garretto en
1,945; etc.). 240. Albe¡to Gennari: Cubiena de revis¡a, 1936.

247
241. Me¡cello Dudovich: Ca¡tel. Hacia 1930.

248
diseñador gráfico moderno confiando sus carteles y Soplo que respiraron sin duda, a través de la re-
anuncios a Dudovich: los almacenes La Rinascen- vista, los diseñadores que colaboraron con mayor
te, Borsalino, Campari (en un caso reincidente, si asiduidad, como, por ejemplo, el sorprendente y
recordamos que ya había encargado trabajos a For- moderno Luigi Veronesi, Eruico Bona, Alberto
tunato Depero y a Leonetto Cappiello). Sin em- Gennari, etc.
bargo, a pesar de estas oportunidades y a la calidad Por otra parte, uno de los grandes protagonistas
objetiva de su obra, no llegó a imponer una ten- de1 diseño gráfico moderno en Italia, Antonio
dencia colectiva sólida rnás allá de los inevitables Boggeri, funda en 1933 en Milán el estudio publi-
imitadores. citario que lleva su nombre y en el que se forman,
Del mismo modo, las proteccionistas medidas en su primera etapa, Erberto Carboni y Franco
que Mussolini implantó para impulsar un cartelis- Grignani. Boggeri, que hasta los veintitrés años se
mo genuino italiano-fescista, a cuyo efecto entró dedicó al violín, trabajó después ocho años como
en vigor en 1936 un decreto que prohibía impri- director artístico en la decisiva industria de artes
mir en Italia carteles que no hubieran sido diseña- gráficas Alfieri & Lacroix.
dos en el propio país (lo que excluyó del panorama Con las incursiones en el cartelismo del pintor
urbano gran número de obras creadas para firmas italiano nacido en Argentina Lucio Fontana y los
comerciales locales por Cassandre y su discípulo primeros trabajos (de influencia futurista) del prolí-
Raymond Savignac)70, no sirvió más que para ais- fico y polifacético artista Bruno Munari, el diseño
lar todavía más el diseño gráfico italiano del resto gráfico italiano empezó a apuntar, finalmente, un
del continente y para poner de relieve el servilismo carácter de tendencia que no había conseguido te-
ideológico que se exigia como contrapartida. ner en toda su historia y que cuajaría espléndida-
También es cierto que a1 amparo del Estado pu- mente a finales de los cincuenta.
dieron empezar a mostrarse algunos jóvenes dise-
ñadores que después de la guerra formarían parte
del grupo que proporcionó la mayor coherencia a1
Notas
diseño gráfico italiano: Erberto Carboni, Giovanni
Pintori, Marcello Nizzoli, Alberto Steiner, erc.71. 1. Giulio Carlo Argan- Waber Cropius e la Bauhaus, op. cit
Durante esos años treinta el germen de la arqui- 2. Vanity Falr se empezó a publicar a finales del siglo xrx.
William Randolph Hearst, el magnate de la prensa americana, la
teccura itaiiana racionalista empieza a irradiar su po-
compró en 1 9 14 estableciendo con eI Vogue de Condé Nasr una
der de convocatoria formal y, aunque no se consu- espectacular carrera competitiva que consagró ambas ¡evistas in-
mará hasta después de 1945, siembra ya el mediatamente.
panorama del diseño gráfico de una serie de in- 3. Berna¡d de Plas y Henri Verdier, La PaúIírire, Presses Uni-
versitai¡es de France, colección <Que sais-je>? París, 1947
quietudes significativas. Por una parte, los dos jó- -

4. rbid.
venes milaneses Attilio Rossi y Carlo Dradi lanza- s. tuid.
ron, al principio de la década, lz revista Campo 6. rbid.
Gráfico, de estética y técnica gráficas según rezaba 7. Susan Sontag, Against interpretotíon, Farrar, Straus & Gi-
el enunciado de su subtítulo, que despertó la pri- roux, Inc. Nueva York. (Versión castellana: Contra la íflterpreto-
riór, Editorial Seix Bar¡al. Barcelona, 1969.)
mera saludable discusión sobre estos temas.
8. Be¡na¡d de Plas y Heroi Verdier, op. rir.
En una de sus primeros editoriales, esta publica- 9. En 1900, ei Flati¡on Building apareció ¡evestido en su fa-
ción, ¿mante de las composiciones tipográficas mo- ch¿da con 1.500 bombillas, constituyéndose en el primer lumi-
dernas, <afirma con claridad y convicción que no noso de Estados Unidos. Rudi Stern, Let there be neons, Academy
Editions. Lond¡es, 1980.
es posible una verdadera renovación (en el orden
1.0. úid.
gráfico) sin introducir el soplo vivificante del arte 11. rbíd.
moderno y la problemática de la vanguardia en lo 12. Lo Duca, en su libro L'Affiche (op. rir.), clasifica el cartel
más profundo de la tipografía>72. moderno en t¡es medios de acción; Ia evocacíón, en la que el sujeto

249
no tiene nada que ve¡ con el objeto, limitándose a ser el cebo. La 35. Jean Carlu, <Réflexions sur l'esthétique de I'afficher, ár¡s
demostraúón, en donde se representa directamente al objeto. La et Métiers Craphiques, t.o7,París, 1928.
sugestíón, que se ejerce sobre todo por nedio de efectos psicológi- 36. A. Thérive, <Paul Colin, peintre de décors et d'afficheso,
cos, favorecidos por estados de ánimo creados por el color, el ¡it- Ails et Métiers Craphíques, n.o 10. París, 1928.
mo, etc, 37. <Paul Cohn¡, Who's who in graphic art, vo|. 1, op. cít.
13. rbid. 38. Charles Peignot, <Plaidoyer pour le caracrére d'impríme-
14. Pie¡re Gueguen, <Cappiellor, Arts et Métíers Craphiqucs, rie>, Arts ef Métius Craphiques, n.o 17. París, 1929.
n.o 39. París. 1933. 39. A.M. Cassandre, <Le Bifur, caractére de publicité>,,4rts et
15. Kurt Lang, <Leonetto Cappiellor, Gebrauthsgraphik. Mv Métíers Craphíques, n.o9. París, 1928.
nich. diciembre 1934. 40. F.H.K. Henrion, op. clt.
16. Aunque Cassandre firmó dos carteles anteriores a éste, <Sa- 4 1 .
En el lenguaje profesional tipográfico se l\ama versalita a Ia
dacr y <A moi les vraies pates Gar¡esr, ambos fechados en 1,922, tipografia mayúscula cuya altura se corresponde con Ia de la letra
¡econoció como su primer auténtico cartel <Au Büche¡on>. Ro- minúscula de su mismo cuerpo.
bert K. Brown y Susan Rcinhold, The postar Art of A.M. Cassan- 42. Ixcepto en F¡ancia, no es probable que exista en el merca-
drc, Omnibus Press. Londres, Nueva York, Sydney, Tokio, Co- do tipográfico de ningún otro país. En cambio, la firma Letraset
lonia,1980. de tipos transferibles lo incluye en catálogo como uno de los tipos
17. Paul Vaióry, Varietés lI, lditions Gallimard. París, 1935. clásicos relanzados ¡ecientemente para consumos apropiados a la
18. <Art and poster art by A.M. Cassandre,>, Gebrauchsgra- publicidad.
phih, Muních, enero 1933. 43. A.M. Cassandre, op. rít.
19. Blaise Cend¡ars, <Le spectacle est dans ia roe'r, Monttougt) 44. Maximilien Vox, <Charles Peignot>, Cebrauchsgraphih.
Draeger Frdres. París, sin fecha. Munich, septiembre 1932.
20. rhid. 45. Giulio Carlo Argan, Ottassioxe d.i critírc, op. cít.
21. Según el dicciona¡io ilustrado Larousse, con el nombre en 46. Mark Haworth-Booth, op. rif.
f¡ancés de la sacerdotisa (Cassandre), sc designa también a uno de 47. rbid.
los principales pcrsonajes de las farsas del teatro de saltimbanquis, 48. tbid.
padre engañado por sus hijos y de quien todo el mundo se burla. 49. thi¿.
Puesto que el simbolisno es sustancialmentc semejante, henos 50. JmaJoyce, Ul¡sso, Penguir Bools. Hmon&worth, 1969.
creíc1o más oportuno eiegir la rcfcrencia original, la del mito (Versión castellana: U/lses, Editorial Lurnen, Barcelona, 1976).
griego, de un conoci¡niento más unive¡sal. 51. En su versión original el título es The Lodger, y fue estre-
22. F.H.K. Henrion, <A little scandal in the street>, perrose nada en 1926 en Londres.
Annudl, Londrcs, 1970, vol. 63. 52. Peter Wildbur, Trademarl<s, Studio Vista/Van Nost¡and
23. André Lejard, <Francc>, Who's who ín graphic aft., Vol. 1, Reinhold. Londres-Nueva york, 1966.
op. cit. 53. EI nomb¡e correcto en inglés es London (Jndergrouxd
24. Gustav Sclrwab, Dis Schónstn Sagen des Klasischex Alter Raílway, y el alfabeto dc caja baja se diseñó tres años más tarde.
nas, Verlag Carl Uebc¡reute¡. Vicna-Heidelberg, sin fecha. Jock Kinneir, op. clr.
(Versión castellana: Las mós bcllas leyendas de la Antigaedad clósíca, 54. Ken Garland, <The design of the London Underground
Edito¡ial Labor, S.A. Barcclona, 1964.) diagram>, Pcnrose Annual, Lund Humphries Ltd. Lond¡cs, 1969,
25. F.H.K. Henrion, o¿. clr. vo]r. 62.
26. Sol're e,rc particul:r. el l-rr,'r encoltrr¿rá info¡rnrcio¡r elt 55. Jock Kinneir, op. rír.
cl apartado titulado <EI complcmento de la industria tipográfica>, 56. James Moran, Staxley Morison, Lund Humphries Ltd.
en estc mismo capítulo. Lond¡cs. 1971.
27. Paltbra con que se dcsigna la zona cuadrada que se halla, s7. tbid.
en los f¡isos de orden dó¡ico, entre los triglifos. 58. rhi,l
28. Robert K. B¡own y Susan Reinhold, op. rir, 59. La f¡ase es de Ladislas Mandel, y fue pronunciada durante
29. rbid. el seminario dirigido por él en cl Congreso de A. Typ I., celeb¡a-
30. Gustav Schwab, o¡. rir. do en Rcading, Inglaterra, e¡t 197ir
31. Petit Laroussc Illustrí. París. edición de 1922. 60. Jamcs Moran, op. rlt,
32. F.H.K. Henrion, op. rlt. 61. rhi,l
33. Sob¡e estc particular, se detaila este trabajo en el capítulo 62. Ha¡s Fabigan, <Austria> , Who's who in graphir arr, vol. 1,
decimoquinto. op. cit.
34. <Charles Loupotr, [4/üo's who h graphic drt, op. cit. A este 63. rbid.
respecto, resulta significativo que la American Society of Illustra- 64. Fe¡crrc Szanosi, <Hungary>, Who's who in graphft art.,
tors eligiera esta irnagen de la quina St. Raph:el pa¡a rep¡esentar vol. 1,, op. cit.
a Francia en una exposición itinerante que en 1970 viajó por los 65. Adolf Hoff, <Tchccoslovaquiar, LI,ho's utho in art,
lraphi(
Estados Unidos. vol. 1. op. rit.

250
66. Jan Bialostocki, <Poland>, Who's who ín graphít art, vol. l,
op. tit.
67. Herbert Spencer, Piozeers of modern typography, op. cít.
68. Joseph Ryckwert, <Familia, empresa, sociedad>, Arquitec-
turas Bís, n.o8. Barcelona, 1975. <Olivetti practicó incansable-
mente, desde principios de los años treinta, una determinada polí-
tica en todos los temas de diseño; la considerable amplitud de esta
selección que ahora están emulando otros famosos indust¡iales no
era una cuestión del gusto más o menos ilustrado de un empresa_
rio con éxito, sino una cuestión de urgencia moral y política para
el hijo de Camilo, Adriano, que estuvo al f¡ente de la fi¡ma desde
el final de la guerra hasta su muerte en 1960, pero que tuvo ya
una parte activa en la fo¡mación de la política empezada mucho
antes de la muerte de su padre>.
69. Urnberto Capelli, <Italia>, Who's who in grapht art, yol.
1, op. tit.
70. F.H.K. Henrion, op. rir.
71. La exposición de la Fuerza Aérea celebrada en la Trienale
di Milano en 1934 fue diseñada, entre otros! por lrbcrto Carbo-
ni, Ma¡cello Nizzoli y Giovanni pintori, los dos últimos destaca_
dos miembros del futuro departamento de diseño de Olivetti.
Carboni participó, además, en las exposiciones nacionales de Sofía
(sector agrícola) y Bruselas (cooperación internacional) de 1935,
y en los
sucesivos pabellones que el sector químico presentó, des-
de 1936, en la Feria de Milán. Nizzoli participó en la Exposición
Internacional de París de 1937 y en la de Mine¡ales, de Roma,
en 1938.
72. Attilio Rossi, Can¡o Gráfico 19jj-1939, Electa Edit¡icc.
Milán, 1983.

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