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TRIBULACIONES LECTORAS DE NUESTRA CLASE MEDIA PSEUDO-

ILUSTRADA. ENSAYO DE DOS RECEPCIONES: LA PIANISTA, DE ELFRIEDE

JELINEK Y PELANDO LA CEBOLLA, DE GÜNTER GRASS

por Jaime Magdaleno

INTRODUCCIÓN

Imaginemos a dos tipos de lectores: un hombre y una mujer. La mujer tiene 34 años y

es soltera. Vive en la ciudad de México, dentro del perímetro de la delegación Coyoacán,

demarcación que presume uno de los niveles académicos –y económicos- más elevados del

país. El hombre habita la misma región y tiene, aproximadamente, esa edad. Sus hábitos de

vida son disímbolos: mientras ella es fanática de las redes sociales, él disfruta la lectura de

“La Jornada”, el diario que alega vivir en “alas de la libertad”. En algún momento, el hombre

y la mujer coinciden en tiempo y espacio, aunque no se conozcan: una tarde, entra, cada quien

por su lado, a la librería Gandhi situada en la avenida Miguel Ángel de Quevedo, en

Coyoacán, Distrito Federal.

En la mesa de exhibición, él mira un libro que le merece su indiferencia, aunque no

sólo eso, también su indignación: ¿quién se atrevería a comprar, piensa nuestro imaginario

lector, las memorias de un militante nazi? Porque sí: frente a él está el “polémico” libro de

Günter Grass, Pelando la cebolla. El hombre hace una mueca de rechazo y se aleja

rápidamente de la mesa, buscando, mejor, Las memorias de mis putas tristes, de Gabriel

García Márquez, “escritor siempre genial y políticamente correcto, galardonado, él sí con

razón y justicia, con el Nobel de Literatura; no como Grass, al que, incluso, deberían despojar

del premio”, piensa nuestro atribulado lector.


2

Debido al poco espacio que existe entre las mesas de la librería, el hombre camina de

soslayo. Sin embargo, no puede evitar que sus nalgas rocen las de la mujer de 34 años, quien,

sin molestarse por la invasión a sus glúteos, mira con atención la primera de forros de un libro

publicado por Mondadori, aunque ella no repare en esto, sino en la fotografía que ilustra la

edición. “¿Es la misma imagen que promocionó la película?”, valora, dubitativa. Sí, es la

misma, además, el libro se llama también La pianista, lo cual convierte en obvio el hecho de

que está en presencia de la novela en la que se basó la película del mismo nombre; filme que

vio en compañía de sus amigas y que no dejan de comentar desde entonces, inclusive a través

de Facebook. La mujer no lo piensa dos veces: coge el tomo y camina hacia la caja, decidida a

leer -“aunque sea sólo en partes”- la novela, para tener algo que escribir en el muro de su

página personal.

“¿Quién se atreve a inventar personajes y situaciones en un ensayo”, se podría

cuestionar cualquiera al que llegue este escrito. Para tranquilizar al academicista inquieto,

remito al ensayo de Federico Schopf, quien al reflexionar “Sobre la recepción de la literatura

hispanoamericana en la República Federal de Alemania”, confiesa: “Que yo sepa no existen

estudios sobre la clase social de los lectores de la literatura hispanoamericana en la República

Federal de Alemania. Por eso, nuestras observaciones se refieren a lectores abstractos. Es

probable, sin embargo –es nuestra esperanza- que algunas de estas observaciones resulten

válidas para determinados tipos sociales de lectores”1. Así pues, lo que estoy proponiendo

son dos lectores “abstractos”, que actúan a partir de “prejuicios”, según la categorización de

Hans-Georg Gadamer. El hombre descrito líneas arriba utiliza sus prejuicios para recibir,

rechazándolo, un texto: Pelando la cebolla, de Günter Grass. La mujer delineada

anteriormente construye prejuicios a partir de una película, que la motiva a comprar una

novela y a leerla fragmentariamente, con la finalidad de que ella misma, tiempo después,

1
Ensayo contenido en el volumen En busca del texto. Teoría de la recepción literaria, p. p. 435-442. Las
cursivas de la cita son mías.
3

pueda escribir (exhibir) sus opiniones en el muro de su Facebook. En los dos casos, los

lectores “abstractos” actúan sobre el texto, aceptándolo o rechazándolo, a partir de prejuicios

originados por un horizonte de expectativas que se nutre de lo que aparece y se difunde a

través de los medios masivos de comunicación (periódicos y redes sociales).

De tal forma, en el presente trabajo se encontrará el análisis de dos posibles

recepciones de las novelas Pelando la cebolla, de Günter Grass y La pianista, de Elfriede

Jelinek2. La tesis de la que parto es la presunción de que la novela de Grass es rechazada (no

comprada, no leída, no aceptada) por criterios de lo “políticamente correcto”, mientras la obra

de Jelinek es bien recibida (comprada, “leída”, aceptada) por la inducción de los medios

masivos de comunicación. Para ello, me he servido de dos personajes “abstractos” que

representan personajes tipo. Si tuviera que describirlos a partir de cierta caracterización social,

diría que ambos son reproducciones simbólicas de lo que podríamos denominar “clase media

pseudo-ilustrada”. A continuación, el desarrollo del ensayo.

“Yo vi primero la película y me impactó…”. La pianista, de Elfriede Jelinek

“…Luego leí el libro y no me gustó menos. Tuve que hacerme incondicional de su

escritora”3. La cita anterior no corresponde a lo escrito por nuestra lectora “abstracta” en el

muro de su Facebook, aunque sintetiza la premisa postulada en este ensayo: antes de consumir

el libro, el lector en lengua española tuvo un acercamiento con la obra, merced a la adaptación

cinematográfica de Michael Haneke. El filme permitió que amplios sectores sociales se

interesaran por el texto y arribaran a él con expectativas determinadas. “El hombre se

encuentra siempre en relación directa con los objetos y tiene de antemano una idea de ellos”,

escribe Rita Gnutzmann, sintetizando una idea de Heidegger, seguida, a su vez, por Gadamer,

a partir de la cual éste último “aporta a la teoría de la recepción términos como “pre-juicio”

2
No está de más resaltar que el ensayo se basa en las categorizaciones de Hans-Georg Gadamer, desarrolladas a
su vez por Hans Robert Jauss, y se inscribe en la corriente sociológica de la Teoría de la recepción literaria.
3
Sra. Castro, “La pianista-Elfriede Jelinek”, en www.solodelibros.es/05/01/2006/la-pianista-elfriede-jelinek
4

(Vorverständnis), “horizonte de expectativa” y “fusión de horizontes”

(Horizontverschmelzung)”4.

Es interesante que, en el caso “abstracto” que presentamos, el prejuicio que construye

la lectora no es propiamente –o no únicamente- sobre el “contenido” o “trama” o “asunto” de

la historia, sino sobre el objeto en sí, que se convierte en material de consumo. Sin duda,

nuestra lectora imaginaria tendrá una opinión sobre la historia de Erika Kohout, pianista

vienesa de 36 años, quien vive subyugada por su madre, una anciana viuda y alcohólica,

celosa vigilante de los deseos lúbricos que Erika siente hacia su alumno Walter Klemmer y,

también, hacia las parejas que copulan en el Prater. ¿Podría nuestra lectora mostrar

indiferencia ante las escenas en las cuales Erika lo mismo recoge papeles olorosos a semen

que masturba a Klemmer en el baño del colegio, o práctica el sexo oral en su habitación,

mientras su madre deambula por la pieza contigua? Seguramente, no. Quizá incluso exista una

empatía entre Erika y nuestra lectora “abstracta”, pues su edad rebasa los treinta años, las dos

son solteras y, además, ambas sobreviven a estos tiempos de infelicidad amorosa y de

imposibilidad comunicativa gracias a series de televisión que adormecen su malestar

existencial. Pero todo ello no importa ante el hecho de que el prejuicio construido por la

lectora “abstracta” se basa en el uso (consumo) que le dará al texto (objeto).

En este sentido, parece claro que existe un “horizonte de expectativas” dentro de la

literatura, que tiene que ver con el consumo de un objeto. Fenómenos tales como los seis

tomos de Harry Potter, que un abnegado padre compra a su hij@ de nueve años, adicto a los

videojuegos o al Cartoon Network, quien hojeará y/o en el mejor de los casos leerá pocas

páginas de los volúmenes, sólo pueden explicarse a partir del “uso” que se le da a un texto

literario como bien de consumo. Dentro de este fenómeno, queda fuera toda valoración

inmanentista de la obra, pues el lector no se acerca al texto para leerlo y valorarlo a partir de

4
Cfr, Rita Gnutzmann, La teoría literaria alemana, p. 216.
5

sus virtudes intrínsecas, sino para consumirlo. El “prejuicio” que lleva a una persona a

adquirir un libro se basa, entonces, en la promoción que éste tenga, da la mismo si es a través

de una intensa campaña publicitaria, de su adaptación cinematográfica o de las figuras que lo

escriban o lo promuevan. Efecto de bola de nieve: los comentarios, las opiniones o las frases

al vuelo que realice el “lector” de tal texto, servirán para continuar con la promoción y el

consumo del libro. La página personal de nuestra lectora “abstracta” servirá de plataforma

publicitaria ya que, probablemente, motivará a sus “amigos” a comprar la misma novela, pues

no querrán quedarse atrás en el cotilleo –“¡I love Facebook!”- cibernauta.

“¡Denme mis “alas de la libertad” para volar lejos del nazi!”. Pelando la Cebolla,

de Günter Grass

Perdónese, por favor, que en este apartado utilice citas largas. Va la primera:

Cuando en 1999 a Günter Grass se le otorgó el Premio Nobel de literatura, los periódicos del

primero de octubre y las revistas estuvieron llenas de comentarios, retratos, reseñas acerca del

autor “nobelista” alemán. Los canales de la televisión cultural difundieron entrevistas con Günter

Grass, se recordaban sus visitas a México, se publicaron extractos de obras anteriores y de las más

recientes […] De paso, se citaba a otros notables autores alemanes, a Martin Walser, Walter Jens,

Christa Wolf, entre otros, quienes habían opinado favorablemente sobre el otorgamiento del

Premio Nobel a Günter Grass. El aparato publicitario funcionaba de maravilla; editoriales y

librerías de México y del mundo hispánico hicieron su agosto en octubre […]5.

En sintonía con la última parte de la cita, la que se refiere al éxito comercial de las obras

de Grass, me pregunto: ¿Por qué Pelando la cebolla, novela de 445 páginas, tiene un precio

inferior ($84 pesos, en librerías Gandhi de la Ciudad de México) a El tambor de hojalata,

5
Dietrich Rall y Marlene Rall, “La recepción de la literatura alemana en México”, en En busca del texto. Teoría
de la recepción literaria, p. 443. Las cursivas son mías.
6

novela de 680 páginas que, teniendo el mismo formato que el volumen anterior, cuesta más

del triple ($299 pesos, en librerías Gandhi de la Ciudad de México)6. ¿Acaso se debe a que las

conciencias “políticamente correctas”, representadas por nuestro lector “abstracto”, han

puesto en “la picota” (Mario Vargas Llosa, dixit) al Nobel Alemán, a partir de su confesión de

haber pertenecido a la Waffen SS, regimiento nazi de élite? ¿O se debe a que Pelando la

cebolla es una obra menor dentro de la producción de Günter Grass? Aun cuando se diera una

respuesta afirmativa a esta última cuestión, el hecho no justificaría que Pelando la cebolla, de

Grass, tuviera un precio tan inferior, tomando en cuenta que, en el mercado editorial, las

memorias de un escritor multi premiado y con un gran éxito de ventas, (casi) siempre tienen

un valor comercial por encima de la producción “ficcional” de los autores7.

Me parece que la “mala” recepción (aceptación, consumo, pero también lectura) que

se ha hecho de Pelando la cebolla tiene que ver más con los “prejuicios” de lo “políticamente

correcto”, que con las cualidades inmanentes de la obra. Los gestos de aversión que

imaginamos en nuestro lector “abstracto”, y el alejamiento, la indiferencia y el “ninguneo” de

la obra, son motivados por unos “prejuicios” que tienen su origen en una supuesta conciencia

moral, que debe rechazar todo lo relacionado con el pasado nazi. Así, el lector “políticamente

correcto” demanda obras de autores que muestren un código compuesto por un respeto

irrestricto a los derechos humanos, una férrea voluntad democrática, una sólida conciencia

libertaria y la aceptación de la alteridad como principio básico de la tolerancia. El horizonte

de expectativas de nuestro lector “políticamente correcto” exige un escritor comprometido

6
Información obtenida de la página electrónica de la empresa: www.gandhi.com.mx Consultada el 23 de mayo
de 2010
7
Baste un ejemplo: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, en su edición conmemorativa de “pasta
dura”, tiene un costo de $125 pesos, mientras que Vivir para contarla cuesta $253 pesos, en un formato
“rústico”. Esto es, el volumen con las memorias del Nobel colombiano tiene un costo 50% superior a la
considerada obra cumbre del escritor, aun cuando la edición de Cien años de soledad mencionada tiene una
presentación de lujo, está revisada por el autor y es avalada por la Asociación de Academias de Lengua
Española. (Información extraída de la página electrónica de las librerías Gandhi, ya consignada)
7

con las “alas de la libertad”. Y, en el caso de un escritor alemán, se espera que éste se haya

mantenido puro, incólume, “libre de pecado” frente al pasado nazi8.

Durante años, Günter Grass hizo creer que había sido un soldado de batería antiaérea

en el ejército regular alemán, y no un miembro de una tropa de élite hitleriana 9; sin duda sabía

que los lectores occidentales esperamos de un autor germano esa “virtud ontológica” que lo

mantuviera inmune ante la barbarie racista del Tercer Reich. Esta “traición” es lo que no le

perdonaría el lector-que-compra-libros a Günter Grass. De nada sirve que el escritor hable en

Pelando la cebolla de la “vergüenza” que sigue a la “ignominia”, o de que tenga accesos de

sinceridad y culpa como estos

“… la afirmación de mi ignorancia no podía disminuir mi conciencia de haber

estado integrado en un sistema que planificó, organizó y llevó a cabo el exterminio de

millones de seres humanos. Aunque pudiera convencerme de no haber tenido culpa activa,

siempre quedaba un resto, que hasta hoy no se ha borrado, y que con demasiada frecuencia se

llama responsabilidad compartida. Viviré con ella los años que me queden, eso es seguro” 10.

Y no vale de nada el acceso confesional, o vale de muy poco, pues en el caso del lector

“abstracto” propuesto en mi ensayo, éste pasa de largo ante el libro. No lo toma de la mesa de

exhibición, no lee la cuarta de forros, no lo hojea ni, mucho menos, lo compra y lo lleva a

casa para leer lo que Grass tiene que decir. No lo hace pues sus “prejuicios” lo condicionan a

no prestar atención a lo expuesto por un integrante de la Waffen SS hitleriana.

8
De igual manera, el lector alemán de literatura hispanoamericana tiene un “horizonte de expectativas”
determinado hacia el escritor latinoamericano. Según Federico Schopf: “… para muchos lectores, críticos y
editores alemanes la literatura hispanoamericana debe ser esencialmente literatura comprometida y más aún,
literatura de denuncia política explícita”. Op. cit, p. 440. Las cursivas son del autor.
9
Cfr, Mario Vargas Llosa, “Günter Grass en la picota”, en Bitácora Almendrón. Una ventana abierta al mundo
artístico, cultural y político, www.almendron.com/tribuna/11235/gunter-grass-en-la-picota
10
Günter Grass, Pelando la cebolla, p. 120.
8

“Si, además, se les concede a los editores el derecho de adecuar su programa a las

condiciones del mercado, no es lícito exigirles a los críticos –“productores de apariencia (s)”,

según Peter Hamm- que arriesguen su posición asumida e institucionalizada dentro de la

sociedad capitalista”11. Sólo porque las casas editoriales adecuan “su programa a las

condiciones del mercado”, es posible explicar que un libro como Pelando la cebolla cueste

menos de cien pesos en un país en el cual sólo las obras impresas por la industria de la

piratería alcanzan ese costo. Claro: si los lectores “políticamente correctos”, y los críticos con

una “posición asumida e institucionalizada dentro de la sociedad capitalista”, quienes –no

olvidemos- elevaron a Grass al nivel de “conciencia moral y cívica de la Alemania de la

posguerra”, se alejan de Pelando la cebolla, está claro que las editoriales deben abaratar el

PRODUCTO para que éste sea CONSUMIDO, tal y como el comerciante de frutas y

legumbres del mercado baja el precio de los jitomates cuando éstos están picados, con tal de

que alguien los compre. Sin embargo, nuestro lector “abstracto”, al ser un consumidor con un

poder adquisitivo alto (recordemos: es miembro de una casta que hemos denominado “clase

media pseudo-ilustrada”), despreciará estas ofertas (así como la “perversión moral” de su

autor) para concentrarse en otras más convenientes: ¿porqué no Memorias de mis putas

tristes, de Gabriel García Márquez, “ese escritor siempre genial y políticamente correcto”,

según nuestro absurdo, perdón: “abstracto” lector coyoacanense, quien siempre ha vivido en

las “alas de la libertad”?

CONCLUSIÓN

Haciendo uso de la Teoría de la recepción, en la línea instaurada por Gadamer y

seguida por Jauss, analicé dos posibles recepciones de las novelas Pelando la Cebolla, de

Günter Grass; y, La pianista de Elfriede Jelinek. Precisamente la teoría de la recepción, en su

vertiente sociológica, nos permite cuestionarnos sobre las razones por las cuales un texto es

11
Dieter Reichardt, “Inventario de la recepción de la literatura latinoamericana en los países de habla alemana”,
en En busca del texto. Teoría de la recepción literaria, p. 427.
9

“aceptado” o no por una comunidad de lectores determinada, a partir de sus “prejuicios”

originados en un “horizonte de expectativas”. Espero que lo escrito en este ensayo sea

recibido con un ánimo lúdico y reflexivo, pues con ese espíritu abordé el comportamiento de

dos representantes de cierta tipología de lectores. Vale.

FUENTES

CASTRO, Sra. “La pianista-Elfriede Jelinek”, en www.solodelibros.es/05/01/2006/la-


pianista-elfriede-jelinek.

GRASS, Günter. Pelando la cebolla. Trad. de Miguel SAÉNZ. México, Alfaguara,

2006. p. 445.

GNUTZMANN, Rita. Teoría de la literatura alemana. Madrid, Editorial Síntesis,

[s.a.]. p.p. 213-227. (Col. Teoría de la literatura y literatura comparada s/n).

JELINEK, Elfriede. La pianista. Trad. de Pablo DIENER. Barcelona, Mondadori,

2005. P. 285.

RALL, Dietrich (comp.). En busca del texto. Teoría de la recepción literaria. Trad. de

Sandra FRANCO, et. al. México, UNAM-Instituto de Investigaciones Sociales-Centro de

Lenguas Extranjeras, 2008. p. 455. (Col. Pensamiento social s/n).

VARGAS LLOSA, Mario. “Günter Grass en la picota”, en Bitácora Almendrón. Una


ventana abierta al mundo artístico, cultural y político,
<www.almendron.com/tribuna/11235/gunter-grass-en-la-picota>
10

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