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EL ÚLTIMO GRITO DE LA MUDA

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EL ÚLTIMO GRITO DE LA MUDA

“La Muda, la cultura aparentemente callada por los buenos modales, a


punte palo y bayoneta, al margen de los medios masivos de
dominación, grita siempre, dueña del arte popular de resistencia.”

Álvaro Rosero Ponce.

Septiembre -2009
Quito - Ecuador

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El contenido de esta publicación puede ser reproducido citando la fuente.

ISBN 978-9942-02-519-7

Contactos: gatotambor@hotmail.es • Teléfono: 099 242 535

© 2009 por Editorial 7 VIDAS - Todos los derechos reservados.

Corrección ortográfica: Raúl Arias


Diseño y diagramación: Juan Ortega, Javier Ayora

Foto portada: Álvaro Rosero Ponce del grupo “Juventud 2000”de Cali Colombia

Producido en Ecuador por Gráficas Ortega, Lugo N22-79


y Ladrón de Guevara, Tel. 2545150, Quito (graficas_ortega@yahoo.com.ar).

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“Como cada vez que subo al escenario
dedico mi arte a mi madre Laurita Elisa Ponce Benavides.”

Álvaro Rosero Ponce.

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Esta página es para recordar al dramaturgo en su sueño
José Martínez Queirolo “Pipo”

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INDICE

Datos del autor ...................................................................................... 9

Presentación ......................................................................................... 15

Prefacio ................................................................................................. 17

LA GLORIOSA ...................................................................................... 21

BAJO LA PUERTA ................................................................................ 35

LA APUESTA ....................................................................................... 47

HOPITAKÍ ............................................................................................. 57

SOLO VINE HABLAR POR TELEFONO .............................................. 71

MI PRIMER AMOR ............................................................................... 93

PLAY ..................................................................................................... 111

LA JAULA DE ORO .............................................................................. 121

UÑAS Y COLMILLOS .......................................................................... 127

TAN HERMOSO ................................................................................... 131

WHISKY MAMEY ................................................................................ 143

SOÑE .................................................................................................... 153

La Yapa ................................................................................................. ??

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Datos del Autor

Nací el día de mi cumpleaños, un 03 de noviembre de 1966 en El


Ángel, un pueblito al norte del Ecuador. Por suerte toda mi infancia
jugué subido en los árboles: saboreando reinas claudias, miel de abe-
jas y papas asadas. Hasta en el parque se escuchaba a mi vecina que
llamaba a sus hijos a comer, ¿cómo olvidar su voz de trueno? En la
esquina vivía un hombre solitario al que yo imaginaba inventando
máquinas extraordinarias; como jugábamos cerca, él con su mal ge-
nio, abría su ventana para gritarnos algo que para mí en mitad del
susto y la carrera eran los nombres de sus inventos. En el patio de mi
casa, una vez jugamos a que yo me hacía el muerto y mis hermanas
lloraban de mentiras y terminé llorando de verdad, porque me con-
movieron sus actuaciones. Con la llegada de la tv luché como los ti-
tanes del ring con una máscara roja, del caballero rojo que en secreto
la usaba también al acostarme durante la oración del angelito. Ama-
necía en mi vida y me ilusioné de una amiga de mi hermana a la que
le regalé mi boqui toqui (walkie talk): ¡cambio!, estoy acá en el otro
árbol, ¡cambio!, dime tu nombre y si te gusta la oscuridad, ¡cambio!
Con los Kiss, mi primer maquillaje con témperas y la guitarra con
la raqueta de tenis y de colgante una corbata de mi padre. Recuerdo
que vestido de hippie hice la fono mímica de “Se que te amaré”, de
Leo Dan. Bailé tango con los pantalones mojados: yo sabía que todos
lo sabían, fueron tenaces las primeras incursiones en las tablas. La
maestra de primero me enseñó a dibujar las letras y a leer dandome
en la cabeza… mmm… no fue tan bueno ese comienzo.
A mi padre le oí contar cómo supuestamente yo casé dos conejos
con una sola bala en las jornadas de cacería y no entendí por qué
exageraba si sólo fue medio conejo. Fíjate ahí nomas, cuanta materia
teatral.

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Siempre supe que la creatividad de mi madre no tenía fin; amor,
tenacidad y creatividad para la vida, con sus manos bordaba ma-
ravillas, con ella aprendí que hasta la locura debe ser abnegada si
quiere ser tal. Migré a la ciudad blanca, colegio de curas, grupo de
música mitad rock, mitad misa. En los ensayos me subía al púlpito,
me disfrazaba con la sotana, probé el vino sagrado con un puñado
de hostias y cantaba “No necesitamos educación” del bendito Pink
Floyd, y con él…
…Mi primer vuelo sin avión y me puse a pintar de los cuadros que
mi madre llamaba “chas barrás”, sicodelia pura, campeón. Como yo
soy paisano me vine a Quito porque me ponderaron que hay lindas
guambras y que a los chagras nos quieren mucho porque toditos
somos alhajas. En el colegio dijo un dirigente estudiantil: “Los que
quieren aprender teatro alcen la mano”. Todos, para perder clases,
fue la orden del grupo de panitas. Sólo a mi me aceptaron. En mi
primera obra decía “Sin eufemismos, poeta, sin eufemismos”, tan-
tas veces y de tantas maneras, sin saber qué era eufemismos. Me
encanta la actuación, qué hermoso. En la segunda obra me dejaron
tener el pelo largo porque dije que mi personaje, el ciego Tiresias,
así era.
Mi segunda máscara fue un pañuelo roji negro y una capucha don-
de sólo se veían mis ojos con las cejas de los Ponce. Así que me
hice otra de Diablo Huma y en las reuniones secretas al cambiar
de nombre no lo hice por el de Pedro, o Juan, como era común en
las filas zurdas, sino por el de Chayane. Públicamente estaba en la
calle, en la universidad, en los barrios, en cualquier lado donde se
podía hacer lo que siempre fue sinónimo de vida, el teatro, como
integrante del Taller de Teatro Politécnico Nues. Taller porque ahí
mismo nos auto formábamos, Teatro ya lo sabes, y Politécnico no
por varias técnicas como creyó un periodista en La Habana, sino
porque hace referencia a la Escuela Politécnica Nacional donde em-
pecé mis estudios de tecnología y mi opción de vida: el arte. Cuando
le buscamos un nombre pensábamos en que sea representativo de lo
que hacíamos. Entonces la pregunta era ¿es o no es? Como nada nos
convencía, la respuesta fue dicha en jerga popular “nues”.

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Mi tío me decía: Del arte no se vive, se supervive replicaba yo. El
actor de mi tiempo era un muerto de risa, un manojo de lágrimas, un
puñado de iras, unas gotas noctámbulas, una libreta de apuntes, un
calentador, un set de maquillaje con talco y litopón. “Qué valor, que
conciencia dejar el poncho por ser actor” El tiempo pasa arrastrando
lo que somos para que el presente tenga sentido y para que exista de
una buena vez el futuro.
Un día, apareció un tambor en el centro del escenario, y desde ahí
la música para mi tiene imágenes, cuentos, personajes, vestuarios,
maquillaje, textos, escenas siempre colectivas, que implicaban uti-
lería, efectos especiales, bailarines, pintores, músicos, publicidad,
cocineros, buenos vecinos, yuntas, parceros, a todos ellos un ramo
de muchas, por compartir sus sueños. Por eso ahora nadie nos quita
lo bailado, ¿archivos de eso? , sólo los afiches, las fotos, los recor-
tes minúsculos del periódico, y los recuerdos. Eso tiene el teatro de
ser un bien, no como un disco que te lo pasas oyendo hasta que se
raye, sino que te raya de una o no. Y cada obra propuesta, tenía que
ser un gran motivo, una gran novedad que compartir al mundo, de
carácter urgente y su puesta en escena: una hipótesis a comprobar,
nos divertimos de todas maneras, y en el camino de hacer teatro,
fuimos creando un…
Método a la medida de nuestros huesos, un método para contar
historias y a la vez interactuar con el público, y desarrollar la crea-
tividad de sus realizadores, nos basamos en la creación colectiva, y
para eso elegíamos algo que quisiéramos contar, sea esto una idea,
un cuento, una denuncia, una reflexión, luego jugábamos a todo lo
que tenga una relación por analogía, y encontrábamos una cadena
de acciones, es decir: escenas, en cada una desarrollamos un con-
flicto que es parte de un conflicto general, es decir la trama general,
que lo resumimos contestando: qué vamos decir y cómo lo vamos a
decir. Al jugar en cada escena aparecen personajes, muchos se repi-
ten o representaban los mismos valores que otros y los juntamos en
uno sólo, en cada juego se crean imágenes, sean: corporales, coreo-
gráficas, plásticas, sonoras. Este proceso, genera un texto incipiente
en los juegos y luego se proponga como texto teatral, lo cual dota de

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poesía, fuerza, musicalidad, cultura, acento a cada personaje en su
actuación, y las escenas pueden ser colocadas en un orden tal que
el público entienda la trama, aunque no sea lineal o cronológico la
presentación de acontecimientos, entonces organizamos el discurso
de la obra con los significantes encontrados en todos los juegos para
que se convierta esta puesta en escena con lenguaje teatral.
En una historia contada teatralmente, sin embargo al ensayar todo de
corrido, debemos precisar el ritmo de las actuaciones, la tonalidad
muscular de los actores en determinados momentos y para comple-
tar este proceso ponemos todo el vestuario es decir: el maquillaje, la
iluminación, la banda sonora, los efectos especiales, la escenografía,
definitivos porque antes ya se ha experimentado con estos recursos
y ya está lista para probarla con el público, en aquellos hermosos
rituales de presentación y luego no hay que contentarse con los
aplausos, las risas o los cumplidos. En este punto agradezco al pana
que martillaba con la autocrítica después de involucrase con pasión,
con razón, con libertad. Eso generó que, sin decirlo, luchemos con-
tra la mediocridad, hablemos con propiedad y seamos humildes en
las buenas y malas.
Nunca amasé un sueño solo, siempre hay compañeros que arriman
su hombro, prestan su talento, su experiencia, su ser integral y se
la juegan y hacen que un proyecto funcione. En mi caso y en el
de muchos artistas estarán en grandes lugares del corazón Santiago
Gonzales (Mac), Byron Garzón, Martina León, Leonardo Santillán.
Entre semana, en las mañanas ensayaba con adolescentes y en las
tardes con universitarios y los fines de semana con seres de ternura
y sabiduría infinita: las abuelas. De estos tres grupos nacen estas
obras que vas a leer, y que fueron escritas para que sean llevadas al
escenario y sigan divirtiéndonos profundamente.
Agradezco a los maestros y maestras que me enseñaron a actuar,
escribir y vivir el teatro:
Eddy Castro, Cristian Carrasco, Luis Sánchez, Peky Andino, Arís-
tides Vargas, Carlos Gallegos, Misael Torres, Cecilia Andrade, Er-

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nesto Proaño, Andrés Pérez, Adriana Oña, Alejandro Jovel, José
Vacas, Juan Carlos Moyano, Cristina Castrillo.
Y al poeta Paúl Puma sin cuyo impulso este libro no se habría escri-
to, así de simple.
La lista que viene a continuación es de todas y todos quienes leyeron
las obras en borrador y me dieron opiniones, sugerencias, puntua-
ciones, etc. Por lo tanto son coautores y grandes amigas y amigos por
siempre.
Andrea Amores, Elizabeth Vázquez, Magaly Llumipanta, Gabrie-
la López, Margarita Camacho Gabriela Larrea, Fabián Mejía, Belén
Negrete, Fabián Jarrín, María José Holguín, Galo Cárdenas, Alfredo
Salazar, Diana Borja, María Isabel Valencia, Matilde Cáceres, Xavier
Obando, Galo Pacheco, Patricia Robayo, Alfredo Ponce, Taller de
Teatro Politécnico Nues.

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Presentación

Sé que a Álvaro Rosero no le gustan los acartonamientos, también sé que


esta puede ser la presentación de lo que no requiere presentación ni indi-
cios a priori. Creo que esta suma de esfuerzos dramatúrgicos deben defen-
derse por sí solos. La presente especulación –la palabra proviene del latín
especularis, el verbo especular no deviene de speculum: espejo, atiende
mejor al verbo latino speculari que sugiere mirar, observar, espiar desde
una arista como la pequeña labor de inteligencia que realiza un explora-
dor–, esta especulación, decía, significa tan solo una mirada, una lectura
personalísima que ahora traslado al papel.

Antes, querría acotar que es necesario que exista una memoria del trabajo
teatral, dramatúrgico en el país. Creadores como Álvaro, con su capacidad
de dirección y carisma para cogestionar y codirigir colectivos alrededor
suyo detrás de un fin teatral, en este caso y en nuestro medio, hay pocos.

Aún habita en algún lugar insondable de mis retinas esa puerta móvil de
la cual se desprende una historia al interior del cubo negro. Aún guardo en
la memoria su contemplación como si asisitiera nuevamente al hilo que se
ensarta por el ojo de la aguja de un desconocido que invita al espectador a
formar parte del elenco de un modo tardío pero abrumador.

La masa de Bajo la puerta podría ser cualquiera de nosotros, quizá ese


personaje que advierte al público que se le acabaron los textos y nos con-
mina a mirar –la piel del público se puso de gallina, no acababábamos de
sorprendernos– la puerta por donde teníamos que salir –del teatro, del teatro
del teatro–, la salida o la entrada, al concluir la obra, nos esperaba detrás, a
nuestras espaldas, irremediablemente.

A Sócrates le iluminaba tanto esa interrogante: ¿Cuando uno nace empieza


a vivir o a morir? y Álvaro ha querido desplegarnos esa inquietud univer-
sal, premeditadamente. No cabe duda que el discurso teatral de Rosero nos
devuelve a esa contradicción de la vida y la desdobla con su teatro.

Hallo esas “manchas de silencio” que tanto buscó Beckett en su habitación


de la cual no hubiese querido salir ni tan siquiera para morir. Matices del
Teatro del Absurdo que muerden al lector –el teatro, la vida también son
textos– si se descuida. ¿Qué color le otorgamos a su pesimismo irónico ma-
tizado de un particular sentido del humor?

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Hallo ese realismo dramático más allá de Chéjov, Ibsen o Strindberg, quizás
en O’ Neill donde habita la masa, su identidad grotesca, el personaje, las
piezas de un juego de ajedrez que se conmueve interiormente y nos permite
revivir espíritus esperpénticos a veces, otras sórdidos. Como si un nuevo
escritor del absurdo hubiese escrito más renglones desde una cosmovisión
ecuatoriana, sincrónica e intracultural.

Hallo ese grito y su cosmovisión asfixiante: el kichwa, los rituales, la


aproximación antropológica de textos dramatúrgicos más allá o más acá de
la convencionalidad. ¿Qúe papel juegan los elementos urbanos en diálogos
de la propia naturaleza puesta en escena? El arte es una suma de preguntas.
Hay mucha artesanía aquí, pero no olvidemos que el mismo Da Vinci, por
citar un caso europeizante, fue un humilde artesano de sus propias ideas y
artista al final.

El libro en cuestión es un objeto iridiscente que adopta varios ápices: usa


el coloquio para adentrarse a momentos en las fisuras de nuestra identidad
histórica. Ingresa a una jaula de oro en la India. Se ríe con un primer amor.
Realiza un click para reproducirse. Habla sobre alguien que quería hablar
por teléfono con el volcán Pichincha y Saturno de por medio. Sueña que se
sueña talvez en los poetas muertos que duermen plácidamente. Pretende
recobrar el amor desde dos vírgenes que conversan. Todo aquello bajo un
lente privado de calma y abundante en causticidad que se acerca, con uñas
y colmillos, a la búsqueda de su propia palabra para tocar en nuestras al-
mas algún tag inadvertidamente.

Paúl, Puma
lunes, 17 de agosto de 2009

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PREFACIO

LA GLORIOSA

En Quito fui invitado a participar de un evento artístico en conmemoración


al 30 aniversario de revolución cultural de mayo de 1968, ocurrida en Eu-
ropa y EEUU y me nació la pregunta: ¿Por qué tan lejos nuestras referencias
políticas? Descubrí en la historia ecuatoriana una revolución en mayo
de 1944 que nos permite reflexionar sobre nuestra vida política actual y
recuperar la memoria histórica. Me emocioné tanto que fui de inmediato a
entrevistar a los historiadores Patricio Icaza, Silvia Vega y Nela Martínez,
quien participó directamente en lo que llamaron La Gloriosa, que logró con-
quistas hasta ahora existentes. Sin embargo en la televisión en mayo sólo
se habló de farándula. Estos dos hechos contrapuestos fueron motivo para
denunciar, para recordar, para proponer.

BAJO LA PUERTA.

Ernesto Proaño, hermano talentoso en la escritura, pintura y la performáti-


ca, nos regaló la obra Errantes para cuatro actores. En el grupo éramos 16,
así que empezamos a jugar con su propuesta y nació Bajo la Puerta cuyos
textos son el resultado de la interacción: grupo-dramaturgo, Ernesto gentil-
mente me permitió publicar su obra en este libro, por ser parte del proceso
artístico compartido con el Taller de Teatro Politécnico NUES.

LA APUESTA.

A finales de los 80s, en una gira por Esmeraldas, llegó a mis manos un
cuaderno afro-ecuatoriano con una recopilación de cuentos esmeraldeños
realizada por el líder intelectual afro Juan García, entre ellos, La Apuesta
que lo utilicé en un Taller Montaje en la Amazonía para niños.

HOPITAKÍ.

En 1998 leí el artículo de Galo Ramón: Aya Marcai Quilla y el poema “Sólo
la Muerte”, de Pablo Neruda, y me sorprendí por las imágenes poéticas
mortuorias y por la cosmovisión de la vida y la muerte en las culturas ame-

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rindias, que se mantiene a través de rituales, de los cuales, yo quiero contar
el origen de las guaguas de pan. Y propuse a Ernesto Proaño escribir una
obra teatral. Nos regaló dos pergaminos con textos y dibujos que fueron la
base para jugar con el T.T.P Nues y crear el Hopitakí, la fiesta de los muer-
tos, que fue estrenado en el parque de El Ejido en noviembre de 1999. Tania
Hermida documentó en cine la puesta en escena y me sugirió quitar como
texto el poema porque cumplió su función inspiradora y en su lugar ali-
mentamos la obra con dos libros: “Istoria de las Historias” de Jorge Cevallos
y “¡Wantiay...! El ritual funerario andino de adultos en Otavalo”, de Luis
Enrique Cachiguango Cachiguango,

SOLO VINE A HABLAR POR TELÉFONO.

El escritor Gabriel García Márquez publicó entre sus doce cuentos peregri-
nos esta sorprendente historia que me pareció adecuada para proponerla
a un grupo de 30 estudiantes de la Universidad Católica que necesitaban
poner en escena una obra de teatro. Gustó de inmediato y enseguida em-
pezamos a jugar con las situaciones, con los personajes, con la magia de
transformar un cuento escrito en una historia sobre las tablas.

MI PRIMER AMOR.

Este texto fue escrito en base a testimonios de los primeros amores de las
compañeras del Grupo de Teatro de la edad adulta mayor “Vida Soñada”.
Yo las fui entrelazando con mucho afecto, para lograr de muchos recuerdos
tres historias de amor que nos dan cuenta de una realidad social, de un pa-
sado político que se manifiesta en la cotidianidad de antaño y los cambios
al presente. Nos apropiamos de Romeo y Julieta de William Shakespeare,
canciones del repertorio popular que son parte de los diálogos y las ocu-
rrencias de gente linda que se detiene a compartir sus vidas.

PLAY.

El punto de partida fue: La Guerra de los Búhos y los Cuervos del libro
Cuando el hombre es su palabra de Nicolás Buenaventura Vidal y de las
experiencias vividas con Tambores y Otros Demonios en las jornadas de
Abril del 2005, para derrocar a Lucio Gutiérrez.

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LA JAULA DE ORO.

Este cuento lo había escuchado en un encuentro de cuentería realizado en


Quito en 1994 en Radio la Luna y lo seguí contando, tal como lo pidió el
cuentero. Años más tarde escuché un disco de cuentos del francés Francois
Vallaeys y esto motivó a que lo adaptara al teatro para mis compañeras del
grupo de teatro Vida Soñada, a propósito de la tan anhelada libertad escrita
en las paredes.

UÑAS Y COLMILLOS.

Cuando pienso en los chiquitos de primero de básica y sus preguntas sobre


política y la gran influencia que tienen los medios en las mentes sobre este
aspecto, seguro me asalta la posibilidad de abrir una ventana en la vida con
esta historia adaptada al teatro y con humor hablar de temas serios, con
pocos personajes, para los apuros de estos tiempos.

TAN HERMOSO.

El amor es una fuerza mágica que hace que los seres humanos revolvamos
el mundo, que vence a las fuerzas de la alienación, de la ambición, de la ne-
gación del ser, del auto exilio a la soledad. Esta obra fue un duende encon-
trado en el libro Cuando el hombre es su palabra de Nicolás Buenaventura,
escritor colombiano que siempre nos sorprende con sus historias.

WHISKY MAMEY

Escribí esta obra sobrio, de eso no hay duda, sin olvidar ningún chuchaqui
y con la conciencia de que si la publicidad de alcohol desapareciera, apa-
recería el ser humano y su decisión libre de brindar con agua o con puntas,
vino, whisky, cachaza, ron, vodka, saque, aguardiente, cerveza o miles
de posibilidades, lo que tenga que celebrar y no una inducción a favor del
capital.

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SOÑÉ

En la Amazonía ecuatoriana, antes de que amanezca, en las comunidades


se sienta alrededor del fuego la familia entera, a contar sus integrantes lo
que han soñado la noche anterior y comparten sus enseñanzas. Es así que
desde muy niños y desde muy temprano aprenden de los sueños. Yo escribí
una parte de lo que soñé despierto y dormido y de lo que oí acerca de los
sueños y también me puse a soñar en los ojos de otros y jamás desperté.

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LA GLORIOSA

Personajes:

Estatua

Decoradora

Beto del Río

Andrés F. Córdova

Velasco Ibarra

Jacinto Jijón y Caamaño

Rupe

Dorecua

Tío Sam

Eje Nazi

Carabinero

Comunista

Conservadora

Liberal

Ama de Casa

Estudiante

Soldado

(Las actrices y los actores están entre el público, y deben actuar como tal.)

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Acto I

ESCENA UNO: La estatua se mueve.

Ambientación:

(En el escenario, la estatua de una mujer con una bandera que aguanta: llu-
vias, apagones, soles, rayos, en fin, el paso del tiempo. Entra la Decoradora.)

DECORADORA.- Si la dirección está correcta, este es el parque y esta es la


estatua.

Pondremos aquí unas rosas rojas, allá unos tulipanes, y claveles alrededor.
Tengo que llamar a la floristería antes del medio día.

Si, allá ponemos un reflector, la cámara se desplazará así... (Indica corpo-


ralmente.)

(Estatua rompe la quietud, mira asombrada a la Decoradora.)

DECORADORA.- En la última toma, no comprendo cómo quieren meter una


grúa aquí..... Deberé cuidar que no estorben los curiosos. (Al público.) Les
ruego no pasarse de esta rayita hasta terminar el video. (Sonríe.) Gracias.

ESTATUA.- (Sorprendida.) Me van hacer una película...... ya era hora. (Aci-


calándose y volviendo a la quietud.)

DECORADORA.- (Asustada, santiguándose.) ¡Madre mía, de locura! Se mo-


vió; pero si es de piedra (Pregunta al público.) ¿Ustedes la vieron?

ESTATUA.- Ja, ja, ja…

DECORADORA.- Mis amigas no lo van a creer. (Revisa el libreto.) Una es-


tatua que habla, qué gracioso, ¡qué sofisticados somos! ¿Y quién será? (Re-
visa el libreto y busca la placa, no encuentra.) No importa, seguiré con la
locación.

ESTATUA.- Es el colmo, usted me va hacer una película y no sabe quién soy.

DECORADORA.- No es una película, sino un video clip, y no es sobre ti,


“querida”. Tú harás el fondo decorativo para el musical de “Beto del Río”.

ESTATUA.- Es imposible que usted me haya olvidado.

- 22 -
DECORADORA.- Lo lamento, querida, a mí no se me escapa una y tú no es-
tas en la lista de mis mejores amigas, ni en la de mis ex compañeras de cole,
ni en las del club de la peluquería, ni en la lista de famosas por conocer,
tampoco en lista negra de todas aquellas que me han quitado un novio.

ESTATUA.- (Dirigiéndose a alguien del público:) ¿Usted se acuerda de mí,


verdad? ¿Todavía es un apasionado por la política? Usted era... ya le traigo
su bandera. ¡Venga!

Claro, nunca estuvo solo, siempre lo acompañaron ustedes. (Señala a otros


del público.) ¡Vamos a despertar memorias! Suban al escenario, no les pa-
sará nada que no les haya pasado ya. (Caminando entre el público.) Pido
aplausos para nuestros recuperadores de la historia perdida.

Ahí está. ¡Qué emoción! ¿Señorita, usted sí se acuerda de mi verdad? Si a


pesar de que su novio y sus padres no estaban de acuerdo con su afiliación
política, sin embargo, usted siempre valiente, ¿se acuerda? Sólo es cuestión
de que me regale unos minutos de su participación y verá que recupera la
memoria...

Ustedes, los del fondo, no me dirán que no me recuerdan; no me harán


quedar mal.

(Estatua sigue buscando entre el público a alguien que la recuerde y lleva al


escenario a: voluntarias, voluntarios, actrices, actores que fungen de públi-
co, entra desde el fondo del teatro: Beto del Río, cortina musical y aplausos
pregrabados.)

BETO DEL RÍO.- (Dirigiéndose a Decoradora.) Madelaine, espero que todo


esté listo: luces, cámaras, acción...

DECORADORA.- ¡Corten! Todavía no estamos listos. Querido Beto, como


siempre, tú tan gracioso...Tengo para ti un gran final, te he preparado una
lluvia de pétalos amarillos, azules y rojos…

BETO DEL RIO.- (Observando la ausencia de la Estatua en su pedestal.) Y


la estatua de una mujer valerosa que se supone debía estar aquí. ¿Dónde
está? Tú sabes que en mi video yo canto: “Por ella, por ella”... acariciando
a la estatua.

ESTATUA.- Por fin llegó, señor Presidente…

DECORADORA.- (Corrigiendo.) Cantante famoso, qué digo, famosísimo.

- 23 -
ESTATUA.- (Aseverando.) Lo conozco, Carlos Alberto Arroyo del Rio, abo-
gado liberal y Presidente Encargado del Ecuador. Venga, ayúdeme a re-
frescar la memoria de todos los aquí presentes, sobre lo ocurrido en esta
misma plaza en 1940. (Le entrega la banda presidencial.)

BETO DEL RIO.- (Asume a la banda presidencial, como si fuera parte del
video.) Yo soy Beto del Rio, eso de presidente del Ecuador me encantó. ¿Es
tu idea, Madelaine? ¡Fantástico! No me lo habías contado.

DECORADORA.- (Aparte.) Eso no está en el guión, pero adoro la improvi-


sación.

ESCENA DOS: La carrera fraudulenta.

(Estatua entrega banderas, pompones y gorros al público que está en el es-


cenario, los divide en tres grupos y las actrices y actores se caracterizan en
sus personajes.)

ESTATUA.- Señoras y señores: estamos en 1940, a punto de comenzar la


gran carrera por el poder presidencial en Ecuador: mi país (bis)... Año tras
año, se ha elegido un presidente, pero esta vez se lo hará por cuatro años
consecutivos.

BETO DEL RIO.- Apenas me subo al poder y ya van a elegir otro presiden-
te. Mejor encargo mi puesto a mi compadre Andrés F. Córdova para yo
competir, y seguramente ganar. (Entrega banda presidencial y se atavía con
elementos deportivos.)

ESTATUA.- (Con megáfono, enseña a los grupos las barras; los competido-
res se han ataviado como deportistas clown.)

¡Velasco Ibarra, con y sin guitarra!

¡Velasco Ibarra, con y sin guitarra!

¡Velasco Ibarra, con y sin guitarra!

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¡Jijón y Caamaño, el cambio del año!

¡Jijón y Caamaño, el cambio del año!

¡Jijón y Caamaño, el cambio del año!

¡Arroyo del Río, un nuevo desafío!

¡Arroyo del Río, un nuevo desafío!

¡Arroyo del Río, un nuevo desafío!

ESTATUA.- En el carril número uno, tenemos al doctor José María Velasco


Ibarra por los independientes, cuya consigna es: “Dadme un balcón y seré
Presidente”, y su barra es...

GRUPO UNO.- ¡Velasco Ibarra, con y sin guitarra!

¡Velasco Ibarra, con y sin guitarra!

¡Velasco Ibarra, con y sin guitarra!

ESTATUA.- En el carril número dos, por el partido conservador: Jacinto


Jijón y Caamaño, que se entrenó recorriendo sus haciendas. Su lema es: “La
doctrina religiosa nos sacará de la pobreza”, y su barra es...

GRUPO DOS.- ¡Jijón y Caamaño, el cambio del año!

¡Jijón y Caamaño, el cambio del año!

¡Jijón y Caamaño, el cambio del año!

ESTATUA.- En el carril tres, tres, tres... El abogado liberal Carlos Alberto


Arroyo del Río, cuyo lema es: “Lo que hemos ganado con las armas no lo
perderemos con papelitos”, y su barra es… ¡duro y con fuerza!

GRUPO TRES.- ¡Arroyo del Río, un nuevo desafío!

¡Arroyo del Río, un nuevo desafío!

¡Arroyo del Río, un nuevo desafío!

ESTATUA.- Se va a dar la partida. (Todos se alistan.)

- 25 -
DECORADORA.- Luces, cámaras, acción.

(Los participantes inician su recorrido en cámara lenta, mientras las barras


se agitan.)

ESTATUA.- (Con un megáfono.) Para ésta competencia hay dos días para el
libre sufragio, algo insólito. Desde Manabí nos informaron que los propios
colaboradores de Arroyo del Río lo repudiaron en plena gira electoral, sin
embargo, está ganando. No se descarta el triunfo del candidato conserva-
dor, ya que la iglesia exhortó a votar por el poder católico ante la amenaza
del comunismo. (Andrés F. Córdova hace trampas perjudicando a Velasco
Ibarra y ayudando a Arroyo del Río.) Velasco Ibarra, por su parte, recorre
pueblo a pueblo con su discurso y su dedo en alto. Se aproximan a la meta
y el ganador es... el ganador es... Veeeee...

(Andrés F Córdova pita congelando la carrera y cambia de posiciones a los


participantes y reinicia con otro pitazo.)

ESTATUA.- Beeeeeeto del Río, Carlos Alberto Arroyo del Río con una am-
plia ventaja, señoras y señores, es increíble pero cierto, ganó con más votos
que votantes. El Presidente Encargado, el inocente Andrés F Córdova, pre-
mia a Jacinto Jijón y Caamaño por el tercer lugar, con un fuerte apretón de
manos, invitándole a trabajar en el gobierno liberal.

Velasco Ibarra, inconforme con los resultados de esta contienda política, se


retira sin recibir su segundo lugar. Por favor, amigos, nos colocamos para
la foto. (Estatua dispara un flash, el público participante es conducido nue-
vamente a las butacas.)

A los diez días del fraude electoral, Velasco, con el apoyo de la Fuerza
Aérea Ecuatoriana, organiza un golpe de Estado que no da resultado y es
expulsado.

(Andrés F. Córdova pita y saca una tarjeta roja a Velasco, que sale como
avión, con los brazos extendidos.)

ESCENA TRES: La Segunda Guerra Mundial.

(En el escenario, la Estatua.)

- 26 -
ESTATUA.- (Al público:) Alguno de los presentes me podría decir… ¿qué
ocurría a nivel mundial, allá por los años 40?

(Interacción con el público.)

La Segunda Guerra Mundial, por un lado: el eje nazi fascista: Alemania,


Japón e Italia, y por otro lado, los aliados: Estados Unidos, Rusia, Francia e
Inglaterra, disputando el gran globo mundial.

(Una gran pelota de playa ingresa al escenario, también entran dos mario-
netas gigantes que se la disputan. Mientras eso sucede, se escucha la banda
sonora de aviones, explosiones, discursos de Hitler, etc.)

(Aparecen dos niños que visten con los colores de las banderas de Perú y
Ecuador, respectivamente que se disputan una pelota de playa pequeña.)

RUPE.- Devuélveme, eso me pertenece.

DORECUA.- No, eso me pertenece. Me lo heredó mi taita Atahualpa.

RUPE.- Devuélveme la tierrita. (Golpeándole.) Toma, toma, para tu mama,


tu taita, y el perro.

DORECUA.- No te lo voy a dar. Además, yo hice el mapa de mi patio con


el límite hasta Lima.

RUPE.- Es imposible ¿Sabes quien me la regaló? Nada más ni nada menos


que el Virrey de España, así que pasa pá acá (Le quita la pelota.)

DORECUA.- Te voy acusar con mi tío, que es el jefe del mundo.

RUPE.- Tu tío, es mi tío. (Gritando.) ¡Tío Sam, tío Sam!

(Tío Sam es una de las marionetas gigantes.)

TIO SAM.- ¡Basta! No molestar. Mientras yo estar luchando por mis inte-
reses, ustedes pelearse por quién regalarme el petróleo. ¡Es ridículo! Peace,
Fraternity, Protocolary.

ESTATUA.- Protocolary, fraternity y buena vecindity fueron las palabras


de moda en esos tiempos. Un protocolo lo arregla todo, pero para eso ne-
cesitamos a los embajadores de Ecuador y Perú. (Invita a dos personas del
público, les entrega sombreros de copa y abrigos de pingüino.)

- 27 -
Tenemos que irnos al lugar de la firma del protocolo: Rio de Janeiro.

(Toca un pito de Samba y bailan: Dorecua, Rupe y los embajadores.)

Firme aquí, firme acá, muito jogo, bonito y todo beleza.

Muchas gracias por su ayuda, pasen a sus asientos y disfruten de la repeti-


ción de la jugada desde otro punto de vista.

(Salen todos del escenario.)

ESCENA CUATRO: La guerra Ecuador Perú.

(Beto del Río sube al pedestal y bebe y brinda con el público un champagne;
los actores ingresan gritando:)

TODOS.- Fraude, fraude, fraude...

VOZ EN OFF.- (A manera de noticias en la radio.) La aviación peruana ata-


có con saña a tropas ecuatorianas y lanzó bombas sobre casas particulares
y ametralló a población civil en las calles.

El espíritu patriótico vibra indignado por la incalificable agresión peruana.


Los quiteños apenas se enteraron del cobarde ataque, se manifestaron en
las calles con fervor cívico.

La cancillería no tiene conocimiento de las actividades bélicas de los pe-


ruanos. Interrogando sobre el particular al subsecretario, Doctor Jorge Pé-
rez Serrano, se negó a dar explicaciones.

Le consta a los altos mandos que han sido agregados militares en Lima, que
con la única excepción del destacamento de caballería Húsares de Junín,
todos los regimientos son designados por números y no por nombres. Son,
pues, completamente imaginarios y han sido bautizados así para dar visos
de exactitud a sus insidiosas informaciones.

(Mientras se escucha estas noticias, Beto atavía de armas a un guardia per-


sonal y a otro con juguetes como soldado. Con gestos, indica que el guardia
personal se queda con él y que el soldado va a la frontera.)

- 28 -
BETO.- Si alguien pregunta por mí, fui al bañito.

Acto II

ESCENA CINCO: Fiesta de conspiración.

(Música de bar, entra Decoradora bailando sensualmente.)

DECORADORA.- (Al carabinero y bailando pegaditos.) Tú eres un inven-


to de Beto del Río, eres su guardia presidencial, porque aquí entre nos…
desde que ganó por fraude, nadie lo quiere, y si a eso le sumamos que ha
entregado el país al manejo de los gringos, y sus amigos que exportan arroz
hacen de las suyas… Su gobierno es un escándalo, ha llegado a la soledad
del poder y su voz ya no es la misma; incluso yo estoy dudando de hacer
el video con él.

(Entran una a una las delegadas de los movimientos políticos con el pretexto
de celebrar un cumpleaños, sin embargo la presencia de la pareja les inco-
moda todo el tiempo).

(La Estatua baila con la escoba y luce serpentinas y globos.)

COMUNISTA.- ¡Viva la santa que al pueblo le encanta!

(Recibe una mirada acusadora de la pareja que juega billar imaginariamente.)

ESTATUA.- Shhhh… ¡Viva! Mejor, vivísima, antes que... No despertemos


sospechas, mi querida joven comunista.

(Se integran, a medida que van llegando las actrices, al baile de la escoba
iniciado por la Estatua.)

LIBERAL.- (Entra tarareando el cumpleaños feliz.) Que viva la santa que al


pueblo le canta. El Partido Liberal Radical Independiente aquí presente…
(Deja caer la escoba, se cambian de pareja.)

CARABINERO.- (Que ha quedado de pareja con la comunista.) ¿Quién de


ustedes es la santa?

- 29 -
CONSERVARDORA.- (Entra, recoge la escoba, canta.) Yo pertenezco al Par-
tido Conservador y vengo de la misa pidiéndole a Dios por la santitaaaa…

ESTATUA, LIBERAL, COMUNISTA (En coro.) ¡Ameeeen.!

(Deja caer la escoba la Conservadora, todas cambian de pareja.)

AMA DE CASA.- (Con una sartén, percutiendo.) Buenas noches, mis boni-
tas, representando al pueblo oprimido vengo, escapándome de mi marido
tembleque, que no cree en la fuerza de la unidad. (Deja la sartén en manos
del Carabinero y recoge la escoba.)

ESTATUA, LIBERAL, COMUNISTA.- (En coro.) ¿Y la contraseña?

AMA DE CASA.- (Chequeando un papelito y recogiendo la escoba.) Viva la


santa que al pueblo encanta.

ESTATUA, LIBERAL, COMUNISTA.- ¡Viva!

CARABINERO.- No se olviden que tengo la sartén por el mango (La Ama de


casa deja caer la escoba y recupera la sartén en el cambio de parejas.)

ESTUDIANTE.- (Bailando con la escoba.) La Unión Democrática Universi-


taria saluda a esta alianza democrática y ecuatoriana ¡Viva la santa que al
pueblo encanta!

ESTATUA, LIBERAL, COMUNISTA, CONSERVADORA.- ¡Viva! ¡Viva la


santa Alianza Democrática Ecuatoriana! ¡Viva!

(Estudiante deja caer la escoba y todos congelan la imagen en el cambio de


parejas.)

ESTATUA.- Fue así que, reunión tras reunión, esta alianza de diversos co-
lores fue izando la bandera de un candidato para las elecciones de 1944.

CARABINERO.- ¿Quién será? Hablen de una buena vez y bien clarito.

(Rompen el congelamiento.)

LIBERAL.- Pipi lapas ¿Sipi mepe epen tiepen depen?

TODAS.- ¡Sipi!

LIBERAL.- (Al público) ¡Hopo lapa! ¿Sipi mepe enpe tiepen depen?

- 30 -
CARABINERO.- El Pipilapas ¿Cuál será ese?

COMUNISTA.- Yopo propo popon gopo apa Vepe lapas copo Ipi bapa
rrapa

CONSERVADORA.- Vepe lapas copo Ipi bapa rrapa enciende a las masas
y luego no podrá apagarlas. ¡Peper dopon! Bupus quepe mospo opo tro-
po. Además, ¿cómo va a ser nuestro candidato?, Elpe espe tápa apa upu
sepen tepe.

LIBERAL.- ¡Perfecto! Apa sípi lopo llapa mapa repe mopos: “Elpe Granpa
Apa upu sepen tepe”.

AMA DE CASA.- Sipi mepe gupus tapa. “Elpe Granpa Apa upu sepen
tepe”.

CARABINERO.- (Al público:) Con que no me olvide de que el Pipilapas será


el candidato a Presidente. (Sale gritando.) ¡Jefe, tengo noticias!

COMUNISTA.- (Murmurando.) Velasco Ibarra está asilado en Colombia,


tenemos que subirnos a los balcones para ganar votos nosotras.

AMA DE CASA.- ¿Hablaremos en el idioma de la P?

TODAS.- ¡Nopo!

CONSERVADORA.- No debemos descartar que se prepare otro fraude con


Miguel Albornoz como sucesor del verdugo.

LIBERAL.- Tenemos que impedirlo, para eso necesitamos gente que se jue-
gue la vida, que sepa de ataques y que ponga el pecho primero.

(Entra soldado corriendo.)

SOLDADO.- (Agitado) Yo soy mambrú y me fui a la guerra...

ESTATUA, LIBERAL, COMUNISTA, CONSERVADORA.- (En coro, cantan-


do y haciéndole la ronda al soldado.)

Mambrú se fue a la guerra

Chivirin, chivirin, que pena

Mambrú se fue a la guerra

- 31 -
No sé cuando vendrá

A ja ja. A ja ja

No sé cuando vendrá…

SOLDADO.- He vuelto con la misma caja de clavos que nos enviaron a la


frontera, hemos sido burlados por nuestros altos mandos, que ahora nos
culpan de faltos de puntería, de perder una batalla sin nada, sin nadie. Yo
vengo a ofrecer mi corazón, que es lo único intacto e impalpable ante las
uñas del engaño. Mambrú soy, soldado soy, donde pongo el ojo pongo la
esperanza. Pongo el pecho detrás de mi poncho porque así soy Mambrú
Tasintuña.

(Decoradora sale a su encuentro.)

DECORADORA.- Tú eres perfecto para el video, dame tus coordenadas,


baby.

(Carabinero entra, reacciona con celos y se arma gresca coreografiada.)

ESCENA SEIS: La insurrección.

ESTATUA.- (Paseada en hombros.) Por una chispita de celos entre solda-


dos y carabineros estalló en Guayaquil la revolución un día 28 de mayo de
1944, o sea yo, más conocida como La Gloriosa. Fue dos días antes de las
elecciones; las masas asaltaron el cuartel de Carabineros y lo incendiaron.
En Quito, un grupo de universitarios intentó tomarse el Palacio de Gobier-
no, pero se les pinchó la llanta de la camioneta que llevaba las armas. En
Cuenca más de cinco mil manifestantes salieron a las calles apoyando la
insurrección. En Riobamba fue ejecutado el jefe de la Seguridad Pública
Manuel Carbo Paredes, que días antes había ordenado el ataque de los cara-
bineros a una marcha de la Alianza Democrática Ecuatoriana, asesinando
al estudiante Héctor Pauta y a la niña María del Carmen Espinoza. Las
calles ecuatorianas se poblaron de corazones rebeldes. El día 29, el Comité
Nacional de Trabajadores declaró una huelga general, todo el país se para-
lizó. Arroyo renunció y el gobierno lo asumió una Junta Provisional Revo-
lucionaria. (Colocan a la Estatua en el pedestal.)

- 32 -
Acto III

ESCENA SIETE: El video.

(En el escenario actrices y actores entran con instrumentos musicales. De-


coradora y Velasco.)

DECORADORA.- De todas maneras, tú ibas a ganar, yo iba a votar por ti.


Como te dije, tuve que cambiar de cantante, tú estás de moda querido,
contigo hay futuro, me encanta cuando dices: “Dadme un balcón y seré
presidente”. Tienes el verbo ágil, querido.

VELASCO.- (Refiriéndose a los músicos presentes.) ¿No pudiste conseguir


músicos de la sinfónica o de un grupo musical de moda? Porque así de
diferentes, será caótica la música y la coreografía.

DECORADORA.- ¡Vamos! Tal como lo dices tú: “Sin amilanarse, sin ami-
lanarse”

VELASCO.- (A Comunista.) ¿Tú sabes tocar de todo?

COMUNISTA.- Siempre y cuando no traicione a los principios del marxismo.

VELASCO.- ¡Ves! Madelaine no me sirve, para que sepas, en mi video yo


prohibiré la lucha de clases. Si queréis hacer una revolución, hacedla pri-
mero en vuestros corazones.

(Dirigiéndose a la Ama de casa.) ¿Tienes estudios musicales académicos?

AMA DE CASA.- Ninguno, pero yo le pongo sabor a todo lo que toco.

VELASCO.- Esa dama femenina que se vaya a la cocina, en mi video nece-


sito estadistas como yo, abogados como yo, oradores como yo, que manejen
la imagen como yo.

(Indica la posición de su dedo índice levantado.)

(A soldado:) ¿Y tú?

SOLDADO.- ¿Yo qué?

VELASCO.- ¿Sabes esa que dice: Marañón o la Guerra?

- 33 -
SOLDADO.- No, pero me hice una canción que dice...

VELASCO.- Nada de improvisaciones, yo cuando voy a un pueblo ofrezco


un puente.

DECORADORA.- ¿Y si no pasa un río por ese pueblo?

VELASCO.- Mejor aún, ofrezco un río, que a cualquier pueblo le viene


bien.

DECORADORA.- ¡Eres genial! Pero no hay tiempo que perder, y hoy por
hoy, esta alianza te ha traído desde Colombia para que hagamos el video
de “La Gloriosa”, que es así como le han llamado a toda esta revuelta. ¿No
te parece divino?

Luces, cámaras, acción.

(Velasco Ibarra hace fonomímica de la canción “Por Ella” de Julio Iglesias


mientras daña la postura de la Estatua, que termina como asiento.)

(Los actores se quitan el vestuario teatral, se desmaquillan, se visten con su


ropa cotidiana, la estatua recupera vida.)

ESTATUA.- No quiero ser una piedra que desde la quietud busque ser una
estrella, y tampoco que ustedes sean sólo cifras, datos, recuerdos que se
pierden. Nadie nos quitará lo bailado, Yo nací de ustedes y soy vida. Soy
una revolución sin terminar y muchos logros se consiguieron. Pregunten
por ellos a la memoria de los pueblos, dejemos este mundo mejor de lo que
lo encontramos. Quien no conoce su historia está condenado a repetirla.

(Canción “Buscando América” de Rubén Blades.)

¡Fin, Fina, Finalín, que al dolor... le pone fin!

- 34 -
BAJO LA PUERTA

Bajo la puerta, el umbral del deseo, la decisión está ahí, ni dentro, ni fuera,
ni malo, ni bueno. En medio, el umbral transparente, una puerta que invita,
no tengo la llave, está del otro lado...

PERSONAJES:

La Masa

Brujo 1

Brujo 2

Errante

Súper

Mendigo

Personaje 1

Personaje 2

Personaje 3

Voz en off

La mujer en el umbral.

El Payaso del Piano

Personaje con traje formal

Personaje con traje informal

- 35 -
ESCENA UNO: Nacimiento de La Masa.

Ambientación:

(Actrices y actores son el personaje La Masa. Aparecen en silletas, en po-


sición fetal, vestidos con pijamas; a medida que avanza la música, ellos
nacen, crecen, hasta llegar al paseo del último año del colegio; son alertados
por una compañera.)

COMPAÑERA.- ¡El mar, el mar, el mar!

(Todos reaccionan, se escucha “Loco rock & roll” de Jaime Guevara, se qui-
tan los pijamas y quedándose en trajes de baño, realizan una coreografía.

Este juego es suspendido por sonidos de helicópteros, ambulancias, voces en


megáfono pidiendo formarse en una sola fila. Cada integrante de La Masa
se coloca la silleta en la cabeza a modo de cárcel y salen.)

ESCENA DOS: La Puerta.

(La Masa hace un ritual para el ingreso de La Puerta, entran los Brujos y
revisan a la puerta como si fuera un paciente; la presión, el pulso cardíaco,
la temperatura, etc. De vez en cuando hacen aspavientos con el dedo.)

(Los personajes de Brujos son gemelos, visten igual y los dos darán una apa-
riencia de personaje dual y ambivalente.)

BRUJO 1.- Algo me dice que va a llover.

BRUJO 2.- Pero aquí no ha llovido en mil años.

BRUJO1.- Bueno, no importa... pero va a llover, ¡es inevitable!

BRUJO 2.- Tierra seca, sólo tierra seca, ¿cuánto hace que sólo hay tierra
seca? Tierra seca, tierra seca, sólo tierra muerta. Tal vez si pido unas gotas
de agua. ¿Cuántos años en esta polvareda? Pero, qué felices años.

BRUJO 1.- Veamos, hoy, según mi calendario, debe llover. ¿Llover? ¿Hoy
debe llover? Sí, adiviné, hoy toca lluvia. ¿Dónde estará ese inútil? Hoy

- 36 -
lloverá y el agua se llevará el polvo de mi lengua... ¿Qué creerá ese infeliz,
que lo voy a esperar todo el día?

(Entra corriendo Errante, golpea la puerta tímidamente.)

ERRANTE.- No fue culpa mía, yo venía tranquilamente hacia acá cuando


el cielo se oscureció y empezó a llover...

BRUJO 2.- Sin embargo, yo te veo seco.

ERRANTE.- No, no me mojé, tuve miedo, imaginé el agua cayendo, desmo-


ronándome como un terrón, así que huí, huí de la lluvia...

BRUJO 2.- Basta, no sabes que hace más de mil años que no llueve.

ERRANTE.- (Murmurando) Llovía, llovía.

BRUJO 2.- ¡Anda a ver si sigue lloviendo! ¡Ve! (Errante corre y desaparece.)

BRUJO 1.- ¡Ah! Sentir el agua resbalando por mi cuerpo, destruyendo la


tierra que me cubre, como una madre cuando limpia a su hijo. ¡Ah! Será
magnífico, será... ¡ah!

ERRANTE.- (Vuelve agitado) ¡Llueve!

BRUJO 2.- No te preocupes por eso, ven, siéntate, hoy es tu día de suerte.
¿Sabes por qué estás aquí?... ¿No? Pues bien, yo te lo voy a explicar: en
primer lugar, comencemos por lo primero... ¿Qué es lo primero?... ¿No sa-
bes?... Pues lo primero es ese instante en que tus pulmones se llenaron de
aire, ¿lo recuerdas? Mmm... Bueno, ahora mira el horizonte, míralo, aquí
no hay nadie, excepto tú y la lluvia que se acerca... La lluvia que traes...
agua, agua... Ahora es tiempo de explicarte por qué estas aquí. Bien, tú eres
un pájaro que aún no nace, este es tu cascarón, el aguacero es el sonido
del exterior, y no nacerás hasta que yo te lo diga. ¿Entiendes?... ¿No? No
entiendes, bueno, no importa, como decía, tú eres un pájaro que ya nació y
este es tu cascarón...

ERRANTE.- Pero… usted dijo que yo era un pájaro que aún no nace y ahora
dice que ya nací...

BRUJO 1.- ¿Eso dije? Mmm... No importa, debes saber que aquí yo decido la
verdad y la verdad no es estable, como tú no eres estable...

ERRANTE.- ¿Y usted?

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BRUJO 1.- Tampoco, pero ahora escucha, escucha atentamente…

ERRANTE.- No oigo nada.

BRUJO 2.- Escucha, escucha, la lluvia se acerca.

ERRANTE.- En serio, no oigo nada.

BRUJO 1.- Está bien. (Le sopla polvo, Errante estornuda.) Ahora sí escuchas.

ERRANTE.- Escucho, escucho.

BRUJO 2.- La lluvia viene de ti mismo, bien, hijo mío, es hora de nacer.

ERRANTE.- ¿Nacer? Yo creo que nunca nací.

BRUJO 2.- Claro que naciste, una mujer te parió al mundo, te cuidó, hizo
tus tareas, te vio crecer con asombro y luego la abandonaste. ¿Cierto?

ERRANTE.- (Sollozando) Cierto.

BRUJO 1.- El cuerpo que tú tienes es un cuerpo artificial, es un juguete, mi


juguete... por lo tanto, puedo hacer que dejes tu cuerpo como un cascarón
vacío...

ERRANTE.- ¿Salir de mi cuerpo?

BRUJO 2.- Sí, tu cuerpo es una prisión, una cáscara donde te has conser-
vado para nacer, y ahora, hijo mío, debes colocarte ante la puerta que te
llevará al mundo real, ante la matriz que te expulsará al mundo. Esta puerta
será tu madre y yo seré tu padre, o viceversa, nuestras salivas se mezclarán
para que tú respires el aire por primera vez…

ERRANTE.- Pero yo ya respiro.

BRUJO 1.- ¡Calla! repite conmigo... (Errante repitiendo) No puedo quebrar


esta cáscara absurda, debo intentar hablarme para encontrar el otro lado de
la nada, la nada, el vacío. Eso es lo que siempre queda, y ahora el vacío debe
venir, debe nacer, nacer de mí como la lluvia...

Nace, nace...

(Errante cruza el umbral con muchas dificultades, el Brujo 2 le da el empu-


jón final.)

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ERRANTE.- ¿Es esto el mundo real? (Brujos asienten sonrientes.) Pero no
veo la diferencia.

BRUJO 2.- ¿Cómo que no ves ninguna diferencia? Mira, aquí puedes co-
mer, usar la boca, allá nunca comiste ¿verdad? (Errante asiente silencioso.)
Puedes devorar tu propio cuerpo si lo deseas.

BRUJO 1.- ¡Ah la boca!, animal solitario, animal lenguado, babeante, pue-
des sentir la piel, hurgar, paladear, saborear, degustar todos los sabores de
la tierra, la consistencia de la carne, la sequedad del polvo en la saliva, el
escozor del ají sobre la lengua, puedes masticar, desgarrar, roer, y también
puedes lactar, chupar, lamer, besar. ¡Ah la boca!... (Con relación a la puer-
ta:) Y puedes trazar una línea entre nosotros y los muertos...

ERRANTE.- Entonces, ¿puedo arrancarle la mano a alguien y masticarla?

BRUJO 2.- ¿Qué? ¿Masticarla?... (Sonriendo pensativo.) Tal vez, pero te me-
terías en problemas, se puede comer todo pero no se debe comer todo. No
te preocupes, hijo mío, ya aprenderás. ¿Qué hora puede ser? (Hace un gesto
de escuchar.) Deben estar por llegar. Te tengo preparado un gran recibi-
miento, hijo mío, aprenderás todo sobre este mundo...

ERRANTE.- ¿Usted me va a enseñar?

BRUJO 1.- (Divertido) ¿Yo? No, yo no, yo ya cumplí mi función, la vida te


arrastrará en su corriente.

ESCENA TRES: La comparsa empresarial.

(Se escuchan gritos y música aún lejanos, pero que se acercan; es la com-
parsa de una empresa.)

ERRANTE.- ¿Qué es ese sonido?

BRUJO 1.- ¿Eso? Besos, besos lejanos, silenciosos, eso es. Tocan la piel,
lamen sus cuerpos con sus lenguas, me siento el orfebre de estas bocas,
construyo jadeos, gritos, gemidos, siempre amé el carnaval...

(Entra La Masa como un grupo de comparsa que entre besos cantan.)

- 39 -
LA MASA.- Bienvenido, bienvenido, compañero de letrina.

Bienvenido, bienvenido, delicioso ejecutivo.

Bienvenido, bienvenido, nuestra empresa es tu casa.

Bienvenido, bienvenido, a producir sin parar.

Bienvenido, bienvenido, a siempre sonreír pobre infeliz.

(La Masa lo besa por diferentes partes de cuerpo mientras le coloca un ves-
tuario que sólo tiene un frente.)

ERRANTE.- Preferiría que no me besen. (Los Brujos se le acercan, los otros


se apartan un poco y se quedan en silencio, expectantes, lo abrazan y re-
pentinamente lo besan, todos aplauden y continúan con los besos.) No me
besen, no me besen. (Cada vez más débil.) Me sumerjo en la lluvia, me
hundo, amo la lluvia, siempre la he deseado...Besos cuadrados y redondos,
deliciosos besos de marca, vendo, compro besos a plazos (El grupo se aleja
llevando a Errante en hombros.)

BRUJO 2.- Vuelvo a estar triste, o será que se me olvidó cómo hacer tru-
cos. ¿Cómo sacar tuercas de la nada? Estoy ausente, miro la lluvia que cae,
la desesperanza... (Ríe a carcajadas.) Sí, pero mientras yo reparto besos,
bendiciones, vida y muerte, ese no podrá dormir, enfermo con la sátira, mi
sátira, y tendrá madrugadas repletas de anestesia, andará ciego, paralizado
por el miedo, por los saltos mortales, por las ciudades sin nombre... Parece
que es mejor olvidarse de lo muertos...

(Dirigiéndose a la puerta.)

¿Ven? La puerta no existe ¿Qué opinan? Bueno: ¿qué vamos a opinar?...


(Brujos se alejan caminando hacia el horizonte.)

ESCENA CUATRO: Súper y Mendigo.

(Entra y sale La Masa aleatoriamente, con prisa, portando regalos gigantes y


rótulos de ofertas que adornan la puerta como un árbol de navidad.

Aparece arrastrándose Mendigo decorado con luces, se coloca frente a la

- 40 -
puerta, encima de la cual aparece Súper con una estrella luminosa en la
cabeza.)

SÚPER.- Señoras y señores, muy buenas noches. Bienvenidos a este fabu-


loso bingo donde todos ganarán innumerables premios. Habrá: sorpresas,
rifas, concursos, todo lo que ustedes puedan imaginar. Quiero agradecer la
confianza de nuestros auspiciantes y en nombre de mi institución decla-
ro fructífera y bendita a nuestra labor. Seguiremos creando programas de
rehabilitación para los subversivos, estamos orgullosos de poder dialogar
con el país, de ser ejemplo para la sociedad civil. ¿Quién puede hablar de
violaciones, torturas, asesinatos, desaparecidos, cementerios clandestinos
en nuestro país? ¿Somos acaso culpables de la imaginación enfebrecida de
unos cuantos? No, señoras y señores. Como guardianes del orden público y
restauradores de la paz, estamos para proteger los derechos humanos.

¿Los izquierdos humanos? (Transformándose) Sólo he conocido la sangre,


chorreando de los vientres abiertos de los detenidos. ¡Quién más que yo
para cercenar pezones, cortar lenguas! Yo soy el que colecciona medallas y
niños en el jardín de la casa. Yo soy el carnicero que ustedes han elegido.
¡Ah, la sangre!, ¡chorreando por mi boca, animal solitario, la sangre afrodi-
síaco! Gracias por hacer clik en mi corazón, a todos ustedes, gracias. No he
parado de bailar sobre los cuerpos aplastados de mis víctimas, totalmente
ebrio de felicidad. He sido héroe universal aplaudido por ustedes. Yo, yo,
yo, hombre de bien. Ahora, continuamos con las rifas...

(Bota picadillo desde su posición.)

(Mendigo despierta, se ríe de las palabras de Súper, que otea el horizonte.)

MENDIGO.- El alma, ese artefacto que dicen han inventado los peces, se
nos escapa y se posa en el fango, el alma se hunde en las bocas sin rostro de
los hombres que dedicados al vacío no se encuentran, y las ratas nos tragan
y sonríen, y la libertad no sale de nosotros, se encoge en lo profundo, y sin
embargo el alma baila cuando por un instante queremos ser libres... sí, a
pesar de todo baila... con la puerta abierta, la puerta abierta como un poema
suicida. A puerta cerrada se cometen los crímenes, se tapan las tumbas con
mentiras y glorias, el corazón no tiende su mano, se cierra.

(Mientras dice esto La Masa entra como cuidándose de todo el mundo, en


especial de Mendigo. Súper lanza una moneda a Mendigo.)

MENDIGO.- Una limosna. (Ríe y adopta una expresión pensativa.) Pero

- 41 -
¿qué es una limosna? Qué falso, que falso me hace esto, qué falso lo hace
a él, al mundo... Pero ¿qué puedo perder? (Ríe de nuevo.) Y a él ¿de qué le
sirve? Yo, por lo menos, puedo comprar alcohol. (Ríe de nuevo.)

SÚPER.- (Molesto.) ¿Acaso no es suficiente con lo que te he dado, o nece-


sitas más para callarte? (El Mendigo ríe.) Como autoridad, te ordeno que te
calles. ¿No me respetas? ¿Crees que esto es un disfraz? ¿Que mi alma es un
disfraz como la tuya? Ya, basta, ¡cállate! A ver, ¿mi alma es un disfraz?
Bueno, no soy un santo, pero... ¿disfraz? Sin este traje sería el mismo,
estoy seguro. Tal vez todo traje es un disfraz, no puedo salir desnudo a la
calle... Pero ¿qué estoy diciendo? Si me desnudo ¿sería diferente? No, no es
verdad, me verían igual...

(Súper baja de lo alto de la puerta y arrastra a Mendigo y lo obliga a cruzar


la puerta.)

(Entra La Masa, uno detrás del otro, se colocan atrás de la Puerta y golpean.)

PERSONAJE 1.- Disculpe, quisiéramos saber sobre el ciudadano que ayer...

SÚPER.- (Abre el postigo de la puerta.) No, aquí no hay nadie, regrese el


lunes. (Cierra postigo.)

PERSONAJE 2.- (Golpea a la puerta.) Buenas noches, ¿Qué será del detenido?

SÚPER.- (Abre postigo de la puerta.) ¿Seguro que fue detenido? A lo mejor


se fue de paseo.

PERSONAJE 2.- Tenemos: testigos, fotos, pruebas.

SÚPER.- Ya no se aceptan pruebas de admisión, se fue el sistema, no hay


datos ni caja negra. (Cierra postigo.)

PERSONAJE 3.- (Golpea a la puerta.) Queremos saber sobre el hombre que


dijo: “El alma baila cuando queremos ser libres”.

SÚPER.- (Abre postigo.) Si buscan a mi general, él no está. Si traen pizzas


pasen, estamos de aniversario. Negativo el ingreso, mi capi dice que nos
reservamos el derecho de admisión. (Cierra postigo.)

(La Masa se sienta en el suelo a orar, prenden velas, se abre la puerta con
Súper cargando a Mendigo muerto.)

SÚPER.- Sólo puedo enterrarte como se entierra el alma, es lo único.

- 42 -
(La Masa abrasa a Mendigo con ternura, lo levantan y lo llevan entre todos,
cruzan la puerta, mendigo se sujeta del dintel. La Masa continúa su cami-
no sin percatarse de que ya no llevan a nadie. Mendigo se suelta y camina
como si estuviera en una cuerda floja.)

MENDIGO.- Ahora sí puedo trazar una línea entre los muertos y yo.

(La Masa regresa al escenario en protesta callejera. Súper utiliza la puerta


para reprimir a La Masa, luego actúa como si estuviera en un desfile militar.
La Masa revive, lo vitorea con banderitas, Súper se quita el vestuario entre
los alaridos de La Masa y se viste de turista.)

SÚPER.- Señoras y señores, bienvenidos a este fabuloso bingo. Habrá sor-


teos e innumerables premios y sobre todo yo ya he ganado el juego y hagan
lo que hagan siempre perderán. Porque yo soy el premiado de esta noche,
yo soy el elegido, el autor intelectual de todos los desastres que ustedes han
aplaudido, yo, yo, yo, yo soy el gran restaurador de la paz, el que entra a la
casa de los subversivos y les saca el corazón con los dientes, yo, yo, yo, yo,
yo, quién más que yo el gran ajusticiador de todos los que hablan demás,
yo, el corta lenguas, el corta bocas. Quiero agradecer de nuevo a nuestros
auspiciantes, colaboradores anónimos, artistas afines y reinitas en nombre
de la paz...

(Se apaga la luz lentamente, se oyen los sonidos de un aeropuerto y una


voz en off.)

VOZ EN OFF.- Los pasajeros que tienen los ojos cocidos, favor dirigirse a
la puerta de alta temperatura. Los pasajeros que no han elegido su destino,
salir por la puerta de escape. Los pasajeros que han decidido morir, se les
indica que las puertas están cerradas.

ESCENA CINCO: La Mujer en el umbral.

(Se enciende la luz, entran los Brujos y El Payaso del piano cargando a una
mujer como si fuera una muñeca, la colocan en el umbral de La Puerta, a
un lado se coloca un personaje vestido formalmente y del otro un personaje
vestido informalmente, la cortejan uno a la vez, ella hace gestos de enamo-
ramiento para los dos lados, atravesando La puerta cada vez, los personajes
sufren cuando ella no está. Al final se ha quedado sola. Esta coreografía

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ha sido seguida y musicalizada por El Payaso del Piano que luce un traje
lúgubre.)

MUJER.- Damas y caballeros, vamos a iniciar la subasta de esta hermo-


sa puerta, magnífica obra de arte, de virginidad comprobada, hecha para
durar. Se la llevará el mejor postor, recuerden que con la puerta vengo yo
incluida. Damas y caballeros: ¿quién estaría dispuesto a cambiar su tiempo
por esta preciosa puerta? ¿Usted, dama? ¿Usted, caballero? ¿Quién? Vamos
a subir el precio. ¿Quién daría un sueño por esta puerta? ¿Quién da más
de un sueño por esta puerta? Pero bueno, subamos el precio. ¿Quién sería
capaz de quitarnos esta soledad que nos llena? Lo haremos más fácil, deci-
do que usted se lleva la puerta. (Señala a alguien del público). La puerta es
suya, venga, llévesela, la puerta está abierta de par en par.

ESCENA SEIS: El retorno del Brujo.

(La Masa ayuda a llevar la puerta a la entrada del teatro, todos lucen abrigos
y paraguas y caminan por el escenario en líneas paralelas. Se escucha una
fuerte lluvia, mientras Brujo persigue a Errante, los dos han envejecido.)

BRUJO 1.- Espera, ¿de que tienes miedo? ¿No te acuerdas de mí? ¿Me has
olvidado tan pronto?

ERRANTE.- Creo que te he visto en alguna parte, tal vez en mis otras vidas.

BRUJO 1.- O podría ser tu conciencia o tu columna vertebral, podría ser tú


pelo, tu abuelo, tu sombra, podría ser alguien a quien amaste, podría ser tu
peor pesadilla, podría ser...

ERRANTE.- Ya, cállate, aléjate de mí, no quiero saber nada sobre mi pa-
sado, me hartas...

BRUJO 1.- Y sin embargo no puedes vivir sin mí, yo soy el que está encar-
gado de tu vida y yo sé que lo único que buscas es la puerta ¿Recuerdas la
puerta?

ERRANTE.- Ya basta, no quiero que sigas. Ándate, no quiero recordar.

BRUJO 1.- Ya sé, ya sé, debes recordar la muerte como un veneno dulce, de-

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bes recordar a las almas libres bailando a tu alrededor, burlándose de ti, las
almas de tus muertos, esa es la libertad que no tienes porque eres esclavo
de este cascarón, no puedes salir de ti mismo, mírame, no tengo nada, ando
desnudo, soy realmente libre...

ERRANTE.- Tu desnudez no me dice nada, he visto cosas mucho más paté-


ticas, orgías, asesinatos, pestes, cosas que…

BRUJO 1.- Que te han llevado a dar vueltas en el mismo lugar.

ERRANTE.- Es cierto, pero tú también estás caminando en círculos.

BRUJO 1.- Tal vez, pero en diferentes esferas.

ERRANTE.- (Pensativo.) Llevo varias vidas intentando hablarme...

BRUJO 1.- (Carcajada.) No llevas varias vidas, llevas apenas una y mira lo
que ya eres: nada. Pero basta de conclusiones, es hora de nacer. (Se dirige
al lugar donde estaba la puerta y la prepara como si aún estuviera allí.)

ERRANTE.- ¿Nacer?

BRUJO 1.- Si, nacer, mira, lo que debes hacer es colocarte ante la puerta
que te llevará al mundo, esta será la matriz que te dará otro destino.

ERRANTE.- Pero yo no creo en el destino.

BRUJO 1.- Eso no importa, no es un destino, lo que importa es nacer.

ERRANTE.- Es que yo no quiero nacer.

BRUJO 1.- (Asombrado:) Pero ¿por qué no quieres nacer? Mira, es muy fácil,
esta puerta será tu padre y yo seré tu madre, nuestras salivas se mezclarán
para que tú respires el aire por primera vez, y contigo nacerá la lluvia...

ERRANTE.- (Con furia:) Estoy harto de nacer.

BRUJO 1.- Está bien, este es tu mundo, adiós. (Se queda pensativo unos ins-
tantes, luego con alegría.) Mi dedo es un hacedor de lluvia, una jeringa de
humedad que me conduce a ninguna parte. (Haciendo aspaviento del dedo,
simula cruzar el umbral de la puerta, Errante lo sigue. Brujo 1 se asombra
de verlo junto a él.) Pero ¿cómo?, ¿qué haces aquí?, ¿cómo cruzaste?

ERRANTE.- (Riendo) Pero si estamos en el mismo lugar.

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BRUJO 1.- (Enojado) ¿El mismo lugar? Este es otro, mira, aquí puedes ca-
minar sin que nadie te vigile, sin que nadie te agreda. Puedes gritar sin que
te impongan silencio, aquí no tienes boca, no puedes comer, (con relación
a la puerta) y puedes trazar una línea entre nosotros y los muertos...

ERRANTE.- (Divertido) La puerta no existe.

BRUJO 1.- ¿No existe? Es posible, es posible... ¿Oyes esa bulla?

ERRANTE.- (Burlándose) ¿Acaso son besos, besos lejanos, silenciosos, eso


son?

BRUJO 1.- No.

ERRANTE.- ¿O acaso es la lluvia?

BRUJO 1.- (Señalando a La Puerta.) No, eso es la realidad, allá está el afue-
ra, aún seguimos dentro, en el teatro. La vida, esa bulla, es lo que nos espera
cuando crucemos la puerta.

(La Masa hace un callejón en dirección a La Puerta e invita al público a salir


por ahí. La obra ha terminado.)

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LA APUESTA

Personajes:

Director

Vendedor

Conejo

Guatina

Tío Tigre

Tío Conejo

Tía Ballena

Tío Elefante

Pueblo

ESCENA UNO: El Encuentro.

(Entra un Director de teatro, arrastrando un baúl donde lleva: máscaras


y vestuario, a paso lento, como en una cuerda imaginaria, hablando solo;
actrices y actores fungen de público.)

DIRECTOR.- ¿Y si me caigo? (haciendo ademán de equilibrista) o si no llego


a ninguna parte, es decir, si sigo en este alambre por todas mis existencias,
sin poder encontrar jamás a mis actores (descubriendo al público) y ustedes
¿qué están haciendo ahí, tan cómodos y mirándome? (Se cae.) Por suerte
tengo las acolchonadoras puestas.

¡Hola, gente amable! Es posible que por aquí hayan pasado unos comedian-
tes, medio gordos, medio flaquitos, medio grandotes y chiquitos. ¿Será que
los vieron?

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¡Ay, qué falta de cortesía la mía! Disculpen, no me he presentado, mi nom-
bre es Varoni, el gran Directorini de Teatrini, que ha perdido a sus come-
diantinis. Se fueron por la vereda del olvido, dejándome con una obra de
teatro metida en este baúl. ¿O será que el perdido soy yo? A lo mejor ellos
me estarán buscando detrás de la luna o en el rincón de los amores ex-
traviados ¿Y ustedes cómo se llaman? (Extiende la mano). ¡Mucho gusto!,
¡mucho gusto! ¿Y qué están haciendo?

(El Director dialoga con el público hasta llegar a la conclusión de que están
en un teatro.)

DIRECTOR.- ¿En serio? ¿Todos? Siempre quise tener un público tan lindo
en los estrenos de mis obras. ¿Y los actores? ¿No han llegado? Entonces me
sentaré a esperar también.

(Del otro lado sale un vendedor ambulante con un canasto.)

VENDEDOR.- Chicles, maní salado, tostado enconfitado, mango maduro,


empanadas de queso, de verde y de yuca…

(El Director imita la gestualidad del Vendedor.)

VENDEDOR.- (Asombrado, dirigiéndose al Director:) Oiga, señor. ¿Usted


qué vende?

DIRECTOR.- No vendo nada.

VENDEDOR.- ¿Por qué me remeda?

DIRECTOR.- Porque en el remedo está el secreto de la actuación. Una actriz


o un actor que se precien deben fijarse en los gestos de los demás, imitarlos
y luego ponerle su toque personal. Pero no se resienta porque entre usted y
yo existe un parecido.

VENDEDOR.- Yo alhajito soy…

DIRECTOR.- No hablo de la cáscara, más bien nuestro parecido es porque


alimentamos al mundo: usted el cuerpo y yo el espíritu.

VENDEDOR.- ¿Y cómo se llama ese alimento para el espíritu?

DIRECTOR.- Teatro.

VENDEDOR.- ¿Y con qué ají se come ese teatro?

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DIRECTOR.- Con el sentimiento y la ilusión de la gente, se vuelve sabroso
y hasta meloso.

VENDEDOR.- ¿En ese cajón está el alimento?

DIRECTOR.- No, aquí sólo guardo los ingredientes para su preparación,


pero me falta el ingrediente fundamental… los actores que se han perdido
por ahííííííííííí.

VENDEDOR.- Pero si ese teatro empieza por imitar, yo también puedo ha-
cerlo. (Imita a Director.) Y puedo hacer cualquier papel, y no sólo yo, sino
el público también.

DIRECTOR.- No es tan fácil, porque se necesita muchos años de estudio,


amor a la camiseta y vocación, Pero para divertirnos está bien jugar, tal
como lo hacen los niños.

VENDEDOR.- Pero si estamos rodeados de gente linda con un corazón de


niño. Le apuesto que con este grupo entusiasta podemos hacer muchísimo
teatro.

DIRECTOR.- (Dirigiéndose al baúl y sacando una máscara de conejo.) Se


necesita un personaje de Conejo, (Vendedor se prueba la máscara y la ofre-
ce al público) otro de Guatina (ídem), otros para el Elefante, para la Ballena.
(Sacan del público a las actrices y actores y comienza la representación,
guiados por el Director y el Vendedor.)

VENDEDOR.- ¿Qué falta?

DIRECTOR.- Como en todos los teatros del mundo: ¡una gran función, em-
pieza con un gran aplauso!

ESCENA DOS: El cuento.

(El Director saca del baúl un libro gigante que es el guión y lee. Los persona-
jes representarán gestualmente la narración.)

DIRECTOR.- Érase una vez, en el gran bosque de las esmeraldas. El Conejo


estaba enamorado de la hija del Guatín... Pero como el Tigre es el gran ena-
morador, también andaba ilusionado de la Guatina... Un día, el tigre fue a

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visitarla y encontró al Conejo saltando y moviendo las orejas y a la Guatina
que no paraba de reír; entonces el Tigre, bravísimo, empujó al Conejo que
al no resistir la mano pesada del Tigre, se cayó y se enlodó en una acequia
que pasaba por ahí. Esto repetía día tras día y el Conejito regresaba enlo-
dado y triste a su casa, porque con cada caída la Guatina se reía el doble.
Hasta que un día, el Conejo dijo:

CONEJO.- ¡Carajo! ¿Cómo es que hago pa’ hace’lo huir a mi tío Tigre...?

DIRECTOR.- Al otro día, el conejo visitó a la Guatina antes de que llegue


el Tigre y se puso a contar cuentos y llamó la atención de toda la vecindad
que se reunió para escuchar. Cuando ya venía el Tigre, empezó ese olor
a peligro y ¡chas!, ahí mismo que quisieron pelear, pero como estaban los
mayores no los dejaron y la Guatina, haciendo callar a todos, dijo:

GUATINA.- Pa’ que no peleen más, lo mejor es que hagan una sola pelea y
el que pierde, no viene más aquí.

VENDEDOR.- (Continuando con la lectura del guión.) Tío Tigre y Tío Cone-
jo ya se desafiaron para el domingo y se regó la voz por toda la región acerca
de la pelea. Al otro día, el Conejo se levantó bien de mañanita, se acomodó
y se fue donde estaba el pueblo reunido... camina y camina y camina donde
estaban toditos reunidos.

CONEJO.- Buen día, querido pueblo.

PUEBLO.- Buenos días, Conejo. ¿Qué es que te trae por aquí?

CONEJO.- Quiero que me digan: ¿cuál es el animal más grande y duro que
pisa la tierra?

PUEBLO.- ¡El Elefante!

CONEJO.- Y de los que viven en el mar... ¿cuál es el más grande y duro?

PUEBLO.- ¡La Ballena!

ESCENA TRES: El Mar.

(Conejo camina por el escenario rumbo al mar, el personaje Ballena es re-

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presentado por un grupo, ídem con el Elefante.)

CONEJO.- ¡Buenos días, tía Ballena!

BALLENA.- ¡Buenos días, sobrino Conejo!... ¿Qué es lo que lo trae por aquí,
sobrino?

CONEJO.- Vengo a apostar con usted, tía.

BALLENA.- ¿Qué apuesta, sobrino Conejo?

CONEJO.- Que yo soy más fuerte que usted, tía. Y que yo la jalo a media
montaña.

BALLENA.- ¡Ay sobrino, usted con ese cuerpecito, qué va a podé!

CONEJO.- No tía, por eso no lo haga... vamos la apuesta nomá.

BALLENA.- Bueno, sobrino; apostemos pues... ¡Pero usted qué va a podé-


me mové, yo que soy es una casa…

CONEJO.- Bueno, tía... no hablemos más; el sábado es la apuesta.

DIRECTOR.- Bueno... ya se despidió y salió para la montaña, y camina y


camina y sube y sube hasta que llegó donde vivía el Elefante.

ESCENA CUATRO.- El Monte.

CONEJO.- ¡Buenos días, tío Elefante! ¿Cómo está?

EELEFANTE.- ¡Buenos días, sobrino Conejo! ¿Qué es lo que le trae por aquí?

CONEJO.- Es que yo quiero hacé una apuesta con usted, tío...

ELEFANTE.- Sobrino... ¿Y usted, qué apuesta va a hacer conmigo?

CONEJO.- Apostemos tío, que yo tengo más juerza que usté y que lo boto a
usté a medio mar de un jalón...

ELEFANTE.- Sobrino Conejo… ¿Usted no ve que soy un gigante y usted con


ese cuerpito tendrá valor de metése conmigo?

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CONEJO.- Tío, no porque me ve así chiquitico me haga el desprecio, apos-
temos nomá...

ELEFANTE.- Bueno pues, sobrino, si usted quiere; apostemos...

CONEJO.- Bueno tío; el sábado es la apuesta.

VENDEDOR.- Se despidió y partió. Al llegar a la casa, cogió un cabo grandí-


simo y bien grueso y llevó una punta a la playa y la otra a media montaña...
Lo dejó bien escondido entre la arena y la maleza. Cuando llegó el día de
la apuesta, madrugó, se fue bien oscurito a la playa donde la Ballena; la
Ballena estaba todavía dormida...

ESCENA SEIS: La Apuesta.

CONEJO.-Tía Ballena; despierte que ya es hora de empezá la apuesta…Aco-


módese que yo voy a comenzá a jalála pa’l monte.

BALLENA: ¡Sobrino; usted déjese de eso!..

CONEJO.- No, tía; apuesta es apuesta...

VENDEDOR.- Y no fue cuento que cogió ese cabo y la amarró de la cintura,


y le dijo:

CONEJO.- Bueno, tía Ballena; no vaya a jalá todavía; espere que yo le jale el
cabo... pero cuando sienta el jalón, corra mar adentro porque si no, la voy a
ir a tierra, a media montaña y se va a morí allá...

BALLENA.- Bueno pues, sobrino; haga lo que quiera...

DIRECTOR.- No tuvo porqué despedirse sino que la dejó amarrada a la Ba-


llena y arrancó para adentro de la montaña... En poquito y nada, ya estuvo
allá.

CONEJO.- Buenos días, tío Elefante. Aquí toy pá la apuesta.

DIRECTOR.- Y no fue cuento que cogió la otra punta del cabo y lo fue ama-
rrando de la mitad del elefante

ELEFANTE.- Sobrino: ¿usted se está acordando de eso? Sobrino, déjese de

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testarudeces.

CONEJO.- ¿Qué, tío...? Apuesta es apuesta, y es que tenemos que hacéla.

DIRECTOR.- Así mismo fue, que el elefante ni lo pensó cuando ya estaba


amarrado, bien amarrado.

CONEJO.- Bueno, tío; cuando yo llegue a la playa y le pegue el templón us-


ted corra pa’ dentro del monte... porque sino, yo lo voy a botá a medio mar
y allá se va a ahogá, tío... No vaya jalá, espere que yo le avise.

DIRECTOR.- Ahora sí, ha salido y corre y corre y corre... cuando ya llegó a


medio cabo, se subió encima de un tronco y colgado de ese cabo, ha saltado
y sacude que sacude... hasta que hizo mover apenitas el cabo... cuando la
Ballena sintió ese jaloncito, dijo:

BALLENA.- ¡Ay mi sobrino Conejo!, pa’ que no moleste, ahora lo boto pa


medio mar, pa que se asuste y no moleste má…

DIRECTOR.- Ahí nomás que con una sola aleta se empujó para afuera. El
Elefante estaba medio dormido esperando que el Conejo lo jalara... cuando
sintió ese jalón, dijo:

ELEFANTE.- ¡Ajo! Mi sobrino Conejo viene con juerza, ahora lo arrastro a


media montaña pa’ que no se vuelva a meté conmigo...

DIRECTOR.- Y jaló fuerte al mismo tiempo que la ballena. Ese cabo se esti-
ró en el acto, tronó dentro del monte como si se cruzara un rayo del mar a
la montaña. La Ballena, cuando sintió, en vano quiso nadar, pero no pudo.
Cuando la Ballena llegó a la orilla de la playa, ya para subir a la tierra, pegó
un brinco y mandó una bocanada de agua y se impulsó mar adentro con
todas sus fuerzas.

VENDEDOR.- Y el Elefante venía arrancando palos y tumbando montes por


donde pasaba... Y no fue cuento que cayó a la playa y cuando vio de veras
que iba a caer al agua, nomás que clavó la trompa y pegó el jalón para enci-
ma y ruuuuuun, jaló a la Ballena para la playa...

(Los personajes Ballena y Elefante compiten jalando la cuerda.)

CONEJO.- ¡Vamo con juerza¡ Jalen, jalen que mañana tengo la pelea, jalen,
jalen…

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DIRECTOR.- Aplausos para nuestros competidores, pero aquí dice que na-
die ganó y que después de tanta jaladera se quedaron dormidos.

ESCENA SIETE.- La Pelea.

CONEJO.- Tío Tigre; levántese que ya es hora de ir a peliá...

TIGRE.- Bueno, sobrino Conejo... ¿Y ‘onde es la pelea?

CONEJO.- Allá en la playa es que está toda la gente. Tío Tigre, en la casa
de mi tío Elefante lo espero... pa’ ve’ cómo es que ha amanecido, porque
ayer tuvimos una media peleíta y lo quiero invita’ pa’ que vea cómo es que
pelean los duros...

ELEFANTE.- Ayayay….ayayaycita, mamacita, que me duele todo todisísimo.

CONEJO.- ¡Ay, mi tío Elefante!.. ¿Con esa peleíta que tuvimos es que está
con esa quemadera.

Eso que nomá era jugando que estábamos, tío.

ELEFANTE.- ¡Uuuuuuuu! sobrino... no me vaya a jala’ más... ¿oyó?

CONEJO.- Se da cuenta, tío. Y eso que no era en serio la pelea...

ELEFANTE.- Si, sobrino... ya no me vuelvo a mete’ con usted.

CONEJO.- ¡Carajo! Por eso se meten con los duros; pa’ después estarse que-
jando. Si mi tío Elefante está así, ¿qué será de mi tía Ballena?, que con ella
sí íbamos teniendo un rastrilloncito más o menos duro. Vamos tío Tigre,
pa’ allá...

DIRECTOR.- Se fueron para la playa a ver a la Ballena, el Conejo lo llevaba


por donde había los palos tumbados que había dejado el Elefante... Cuando
el Tigre vio eso, ya no le gustó...

TIGRE.- ¿Sobrino, y estos tumbaos, quién es que los ha ido dejando por
aquí?

CONEJO.- Yo con mi tío Elefante, jugando ayer., vea tío el desastre... vea,
cómo es que está el palo, arranca’o con raíces y todo. Con el diablo suelto

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es que andábamos. ¡Uy! ¿Cómo estará mi tía Ballena?

(Tío Tigre se muestra temeroso.)

CONEJO.- ¡Ay, tío Tigre...! ¿A ‘onde es que se me va quedando atrás? Cami-


ne que la gente está esperando pa’ vé la pelea de los dos.

BALLENA.- Uuuuuu, uuuuuuuuuuu, uuuuuuuuuu...

CONEJO.- ¡Tía Ballena, tía Ballena, tía Ballena...!

BALLENA.- Uuuuuuu, sobrino Conejo... ¡No me vaya a dá más! ¿Oyó?


uuuuuuu, uuuuuuu, uuuuu...

CONEJO.- ¿Qué es que le pasa?

BALLENA: ¡Ay, sobrino; adolorida que estoy!.. No me vuelvo a mete’ con


usted.

CONEJO.- ¿Se da cuenta, tía? Y eso que noma’ era un rastrilloncito por
jodé… Juuunn, vea usted la diablura, mi tía; por metese con quien no
debe...

BALLENA: Uuuuuuuu.... Si, sobrino; no lo hago más...

CONEJO.- Bueno... tío Tigre, ahora sí, cuando usted quiera podemos irnos
cogiendo, que ahora sí, es de a de veras que vamos a pelia’ los dos.

DIRECTOR.- Cuando Tío Tigre oyó que el Conejo le dijo eso, ahí que viró y
por aquí es más derecho se dijo... Iba quebrando palos y gritando y gritando
por ese monte... Bueno, ahora sí, el conejo quedó tranquilo con su Guatina
y tío Tigre todavía sigue huyendo.

Así se acaba este cuento con un final inesperado, con un fuerte aplauso,
despedimos a nuestros actores. ¡Bravo, bravísimo!

VENDEDOR.- ¡Qué lindo que ha sido el teatro! Con su magia nos permite
ir a otros sitios, ser de otras épocas y vivir otras vidas, y además tiene su
mensaje para la pensadora.

DIRECTOR.- Pero eso se lleva cada uno en su mente y su corazón.

VENDEDOR.- ¡Oiga, y mi alimento, tengo que vender!

DIRECTOR.- Yo le ayudo.

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VENDEDOR, DIRECTOR.- (En coro:) Chicles, maní salado, tostado encon-
fitado.

(Salen del Escenario.)

Seacabó

La obra “La Apuesta” es una adaptación del cuento “La Apuesta” de la reco-
pilación de los Cuentos Afro-ecuatorianos de Juan García.

Ilustración: Guamán Poma

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HOPITAKÍ - LA CEREMONIA

Tiempo de pasear a los muertos

Aya Marcay Quilla

PERSONAJES

LOS NATURALES.- Son parientes del ancestro momificado, diversos en


edades, pero llenos de alegría que se refleja en su espíritu festivo e inocente.
A su vez, personifican a las “guaguas de pan”. (Pan con forma de niños).

EL ANIMERO.- Es aquel que reza y conduce los juegos en los funerales in-
dígenas, el animero no es pariente del difunto, más bien tiene una relación
con la iglesia, con la cual comparte las ofrendas (comida y bebida) que los
Naturales llevan al ritual funerario.

EL ANGELITO.- Es un animero niño que cumple la misma función del Ani-


mero, cuando muere un niño.

PARIENTA.- Es el ser más querido del difunto, en este caso, es la esposa


que hace de mediadora entre la vida y la muerte.

CUENTERO.- Se caracteriza por ser un “natural” que se relaciona con los


demás a través de sus historias, hace revivir con las palabras lo que mata
el olvido.

LA ESCUADRA DE AJEDREZ.- Es una formación compuesta por la reina,


el rey, dos alfiles, dos campaneros enterradores y dos caballos pura sangre.
Usan máscaras y sotanas ligeras en blanco y negro, sus movimientos son
exactos y robóticos, son mestizos con aire de superioridad.

LA MOMIA.- Es un ancestro momificado, digno de recordar por sus buenas


acciones; por esa razón es desenterrado y paseado en el Aya Marcay Quilla
(Tiempo de pasear a los muertos.)

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PILPINTO O EL ALMA CON ALAS.- Es el alma de la momia, en los velorios
indígenas de la sierra ecuatoriana, aparece una mariposa cafecita que se
posa sobre los alimentos a la que llaman Pilpinto. En la obra, baila rebelde
en mitad del fuego.

HECATE.- Es una vieja Yachag, ser mítico, gigante de tres caras, cuyas pa-
labras remueven la tierra porque su voz es una escoba que lame difuntos.

EL RITUAL

ESCENA UNO.- Los Juegos.

En el piso, una momia cubierta por una tela negra adornada con diseños
de lo que lleva al viaje eterno: vasijas, joyas, atuendos, armas y un perro.
Alrededor, representaciones del fuego, el viento, la tierra y el agua. Los Na-
turales, esparcidos por el escenario, se convocan uno a uno a través de los
sonidos de sus flautas pingullos. Mientras se acercan a la fosa espejo, van
cantando en quichua una historia personal, uno después de otro. Mirando a
la fosa espejo, empiezan a jugar con su imagen y desarrollan un sentimien-
to íntimo del recuerdo. Mientras todo esto sucede se escucha un tambor
emulando el sonido del corazón. Han dejado las ofrendas, que para ese día
han de compartir, se acuestan, miran al cielo, donde se va dibujando lo
vivido y se quedan dormidos. El Animero y el Angelito llegan.

ANGELITO.- ¡Ángeles somos, del cielo venimos y pan pedimos!

(El Animero pega cariñosamente con una ramita en las espaldas de Los Na-
turales, para que despierten)

ANIMERO.- Al muertito no le ha de gustar que se duerman… Porque dor-


midos salen a viajar sus almas y ¿qué tan pasará? Conociéndoles lo bandi-
dos que son, han de pasear por parejas, pero con la compañera del otro. Así
que mejor, atentos. El muertito dice que adivinen la adivinanza: Cuando
chiquito peladito, cuando grande peludito ¿Qué será?

(Respuesta: El durazno)(Al que adivine, incluido el público, el Animero le


entrega una fruta)

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ANIMERO.- El muertito dice que juguemos… Prepárense para el juego.

(Los Naturales se ponen de pie y con las manos atrás forman una circunfe-
rencia que gira mirando al centro, al compás de un tambor y de cascabeles
que los naturales llevan en sus tobillos; el Angelito esconde un hueso en las
manos de alguno y luego topa en la espalda de otro al que pregunta:)

ANGELITO.- ¿Quién es el muerto?

(Se detiene la música y los demás ponen cara de muertos.)

NATURAL.- (Señalando al que sospecha:) El vivo soy yo, el muerto es


aquel.

(Si acierta, el sospechoso cumple una penitencia dictada por el muertito, que
consiste en compartir su ofrenda, y si no acierta cumple la penitencia él.)

ANGELITO.- El muertito dice que quiere... (Tomar o comer, según lo que


haya traído el perdedor.)

ANIMERO.- El muertito dice que adivinen la adivinanza. Pelo arriba, pelo


abajo y al medio un tajo ¿Qué será?

(Respuesta: El ojo)(Al que adivine, incluido el público, el Animero le entrega


una fruta)

(Continúa el juego. Se interrumpe cuando uno de los Naturales sopla una


caracola emitiendo un sonido fuerte, a la orden secreta del Animero. Todos
se acercan a la fosa. La Parienta, esposa del difunto, se arrodilla y canta este
lamento en quichua. Se adjunta la traducción para que la actriz entienda el
significado de su sentir en el canto, sin embargo se sugiere no traducirlo.)

PARIENTA.- Kunanca Kuyaypachari purikusha

Ay wawkunataka shitashpa rinkika,

Pimanta sakishpa rikunkiyari,

Imata rurashkatiyakunicha

Ñuka kuyashka kusamari karanki yanaku

tukuy chishi chaparkanika kusaku

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(Lastimeramente caminaré desde ahora,

Ay, te vas dejando a tus hijos,

¿A quién estás dejando?

¿Qué ha pasado en mi vida?

Eras mi querido marido

Te esperaba todas las tardes.)

(Mientras el Angelito trae nuevos atuendos para el difunto, sólo el Animero y


la Parienta comienzan a develar la tela para el aparecimiento de la momia
que está ataviada con oro y plata. Le cambian ropas, mientras los Naturales
emulan aullar y se muestran inquietos, golpean la tierra, y hacen caer agua
de un cuenco a otro, en señal de un baño de purificación.)

ESCENA DOS.- La Voz Del Pasado.

(La Parienta realiza un paseo con la momia en su espalda y emulando la


voz del muerto, dice:)

PARIENTA.- ¡Qué bueno que hayan venido! Veo en ustedes mi rostro y


veo mi tiempo y todos los tiempos a la vez. Denme de beber su ternura y
si algo me alimenta, son sus cosechas, su paciencia y esa alegría, porque si
ustedes están bien, yo también lo estoy. Se que todas las lluvias son iguales
a las que a mí me mojaron; en el agua mansa también los veo y me veo, y
así seguimos siendo uno. Porque todo cambia y nada cambia. Porque estoy
vivo y estoy muerto. Porque ustedes están vivos y están muertos. Así es el
universo. Y es mentira que se nos ahoga el corazón cuando morimos y que
perdemos de repente los recuerdos o que hinchamos el cuerpo en el helado
viento de la muerte mientras viajamos para siempre. ¿Quién soy, entonces,
si ahora estoy comiendo y bebiendo con ustedes? Crean sólo un momento
en el sonido que mi tiempo dice en el tiempo de ustedes.

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ESCENA TRES.- El Aya Marcay Quilla.

(La momia es cargada en andas.)

NATURAL 1.- ¿A dónde vamos?

CORO NATURALES.- ¡Donde el amor nos lleva!

(Con la momia en andas, los Naturales inician el paseo de los muertos con
flautas tambores y flores, luego se detienen en un lugar de especial significa-
ción para el difunto, los Naturales toman posición para escuchar.)

CUENTERO 1.- Dicen que en la antigüedad no había muerte y por esta


causa, como la gente no moría, se llenó la tierra de gente; tanto, que en esos
tiempos no había dónde vivir, ni dónde sembrar, por lo que la gente sembró
hasta en las laderas más altas de los cerros. La gente de esos tiempos tenía
dientes de marfil y por eso podían comer hasta las cosas más duras como
la carne con sus huesos. Vivía tanta gente que en estas tierras también las
malas costumbres crecieron. Ante esto, Apunchik Achill Yaya pidió a las
nubes que hicieran llover durante días y noches para que esta gente murie-
ra, pero la gente flotaba abrazando a los troncos de los árboles. Nuevamente
Apunchik Achill Yaya pidió al Sol que mandara fuego a la tierra. Llovió
fuego, y esta vez sí murió esta gente. Pero subiendo al cerro Imbabura y
escondiéndose en una cueva se salvaron una pareja con su perro, pidieron
ayuda a Apunchik Achill Yaya porque tenían hambre, pero no fueron es-
cuchados.

Entonces la pareja decidió comerse al perro, y el animal, dándose cuenta de


su suerte, aulló lastimeramente. Al oír esto Apunchik Achill Yaya se com-
padeció del perro e hizo caer una mazorca de maíz sobre la Allpa-mama.
Una parte se la comieron, otra parte guardaron para sembrar y solamente
la tusa y algunos granos le dejaron al perro. Luego de comer los granos de
maíz, la pareja quedó dormida y Apunchik Achill Yaya les quitó de la boca
los dientes de marfil y en su lugar puso maíz blanco. Desde este momento
existe la muerte.

(Cuando acaba es ovacionado y el Natural 1 pregunta:)

NATURAL 1.- ¿A dónde vamos?

CORO NATURALES.- ¡Donde el amor nos lleva!

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(Continúa el paseo, hasta otro lugar donde frecuentaba el difunto cuando
vivía, ahí se detiene la caravana para el próximo cuento.)

CUENTERO 2.- Cuando yo era pequeñito, para celebrar mi regreso del


mundo de los muertos, porque caí en desgracia con una fiebre altísima y
por tres días estuve hablando en voces extrañas, y me negué a dejar a mis
hermanos solos, así que regresé a vivir con más fuerza y un día que ama-
neció clarito, abrí los ojos, me quité las hojas de matico de la frente y salí
a jugar, ahí mismito, para celebrar, como les dije, se armó una fiesta que
reunió a mi familia grande y me enseñaron lo sagrado a través de los regalos
que recibí, primero mis tías me dieron una caracola y me dijeron: Toma,
para que aprendas a amar el agua.

Abrieron mis papás la jaula de un pájaro preso y me dijeron: para que


aprendas a amar el aire.

Mi abuelita me dio una flor de malbadón: Aprende a amar la tierra, me re-


comendó, por eso soy natural del campo.

Y también me dieron una cajita cerrada por todos lados, envueltita en hojas
de plátano y amarrada con una soguita, y me dijeron: No la abras nunca,
nunca. Para que aprendas a amar el misterio.

NATURAL 1: ¿A dónde vamos?

CORO NATURALES: ¡Donde el amor nos lleva!

(Continúa el paseo, hasta llegar a otro lugar.)

CUENTERO 3.- Un día soñé que mi abuelita muerta llamaba a mi abuelito,


que todavía no se había muerto y le gritaba desde la loma y juntos se iban,
y yo como estaba con mi abuelito me quise ir pero ella me dijo: quédate
ahí, que nos vamos lejos, muy lejos; pasaron unos días después del sueño y
llegó mi tía alarmada y llena de lágrimas en sus ojos. En breves momentos
comprendimos lo que había pasado, mi abuelito había muerto. Inmediata-
mente mi mamá salió rumbo a su casa, y una vez allí, impotentes, contem-
plamos la realidad. Mi abuelito en su cama yacía pálido y mi mamá y mi tía
rompieron en un llanto incontenible.

En medio de lloros y lamentos fueron por agua al río, en esa agua pusieron
hojas de romero, le desvistieron, le soltaron el pelo hecho trenza y en medio
del patio le bañaron. Mientras realizaban el baño, en medio de llantos le
hablaban como si les escuchase. Decían:

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“... ¿Qué te ha pasado, papacito?.. ¿A dónde vas, papacito?... Levántate,
papacito.... ¿Con quién hablaré ahora, papacito?... ¿Quién me aconsejará,
papacito?... ¿Qué será de mí, papacito? ... ¿Quién me dirá siquiera: ven
acá?... Despierta... Levántate, papacito”.

Cuando terminaron el baño del cuerpo y el cabello, cubrieron el cuerpo con


una sábana blanca. Mi tía le peinó, le hizo la trenza, mientras mi mamá le
vistió con la mejor ropa que mi abuelito había tenido, mientras le arregla-
ban, entre lamentos le decían:

“... Irá viendo bien el camino... mamita ha de estar allí... nosotros todavía
nos quedamos aquí... no estará triste... si algo le hace falta, avisará para en-
viarle con alguien... ayúdenos a cuidar a nuestros hijos... no nos olvide...”

ESCENA CUATRO.- El tiempo de las campanas.

(Interrumpiendo el cuento, un campanero que está en otro espacio, tañe su


campana. Todos cubren a la momia con un manto como de virgen y huyen.
La mitad de los actores se visten de personajes que simbolizan a las piezas
de Ajedrez y forman una escuadra que está en contraposición a la otra mi-
tad que se queda con la momia en andas; inicia la procesión, cantando.)

CORO AJEDREZ.- “La muerte llega temprano,

con sus ojitos nos mira.

Si a esta tierra vinimos,

es solamente de paso”.

(Repiten varias veces)

(Esta escuadra siente el asedio de las miradas de las tierras conquistadas,


hay tensión en el ajedrez y pierden el compás musical.)

REY.- ¡Silencio! Esto ya parece una merienda de negros.

REINA.- Tranquilízate, mi Rey. ¿Acaso se te salió el indio? ¿Qué, no ves


que son puro runitas no más los que han venido? Cortaditos el guango ca,
pero de ahí, bajados del monte nomás, ca.

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REY.- ¿Qué va a decir la Virgen de los Dolores? Que no hemos ensayado,
que somos unos indios vagos.

REINA.- Ya mi Rey, no uses esa boca de placera, no es necesario, si no les


da la raza, no les da nomás, ca

(Hay murmullo entre la escuadra de ajedrez, hacen gestos de asco.)

REY.- ¿Te has dado cuenta, mi Reinita, que por aquí algo huele mal?

REINA.- ¡Y qué esperabas! ¡Puro longo!

REY.- No, mi reinita, digo que cada vez que salimos de procesión, estos
cholos creen que estamos de comparsa, traen comida, amigos y chicha,
vienen y van cantando como si fuera fiesta. Eso no es propio de un acto
religioso.

REINA.- ¡Cierto! No es propio de procesiones andarse festejando.

CORO AJEDREZ.- No es propio de procesiones andarse emborrachando.

REY.- (Refiriéndose a la supuesta virgen:) No es propio de vírgenes andarse


escondiendo.

(El Rey y la Reina investigan en las andas, descubren a la momia. Gritan


dando vueltas y vueltas.)

REY.- No es propio de difuntos andarse desenterrando.

ESCENA CINCO: El Juicio a la Momia.

(El Rey consuela a la Reina; mientras habla, se instaura un juicio.)

CAMPANERO.- (Pontificando:) Las leyes divinas no pueden ser profanadas.


Si inventamos el reloj, el calendario, la extrema unción, el “hasta aquí te
trajo el río”, el color negro para el luto, no pueden pretender ustedes re-
gresarse de la séptima paila a contarnos un cuento. Esto es un absurdo. Es
terrible esta pasión por la eternidad. Pero la justicia llega de todas maneras,
así sea sólo para el de poncho.

REINA.- (Despoja los atavíos de la momia.) Con esta coronita me haré una

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fortunita, y con estos aretes me haré: candongas, pendientes, dijes, collares,
broches, pulseras, anillos, escarapelas, cadenitas, alfileres, imperdibles, bo-
tones, cierres, lazos, plumas, dientes, silbatos… y todo en oro, mi rey.

REY.- ¡Carajo! Estos indios sí que se tratan bien, hasta después de muertos.

REY Y REINA.- ¡Cuánto oro lucen las momias!

CAMPANERO.- Sumando los quilates por cada muerto importante, podría-


mos hacer un puente desde aquí hasta la madre patria ¡Se los juro!

REINA.- Es un delito que nos escondan el oro en el cuerpo del que en vida fue.

CAMPANERO.- Prohibiremos los muertos ostentosos, sólo se permitirá pan


y vino como máximo en los funerales.

REINA.- ¡Qué se haga justicia en nombre de los vivos!

(Con movimiento de ajedrez se moverán los personajes.)

ALFIL.- En la ciudad de Quito, a los mil quinientos setenta, se inicia el pri-


mer juicio a una desenterrada.

REY.- Mmm… ¿Con que ésta es la acusada en cuestión? Señor Secretario,


escriba. Comparece ante este tribunal, dos puntos. ¿Su nombre?

CAMPANERO.- Se niega a hablar.

REY.- No importa, continuemos.

REINA.- Debes saber que a pesar de tu poca colaboración, tu declaración


es valedera; habla y te salvas...

CAMPANERO.- Se niega a hablar.

REINA.- No importa. Continuemos.

ALFIL.- ¡Con que haciéndose pasar por virgen, ah! ¡Chuta, qué muy viva!

ALFIL 2.- No es propio de difuntos pasear sin los permisos correspondien-


tes. Habla care tabla

CORO DEL AJEDREZ.- Se niega a hablar.

REY Y REINA.- Sabemos que es el paseo de los muertos. La mejor prueba

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de su culpabilidad es el refrán que dice:

CORO DEL AJEDREZ.- “El que calla, otorga”. (Bis).

PEON 1.- (Manejando a la momia como un títere y preguntándole:) ¿Cuál


será su próxima jugada? He seguido sus pasos, tres cuadros al frente, dos
a la derecha. ¡Es perfecto! Sabe... me gusta su silencio, siempre es mejor
callar para defenderse. Pero entre nos, ¿dígame: tiene algún familiar al que
yo le pueda avisar de su situación? Dígamelo, caramelo ¿Pagle bu francé?
¿Italiané? o ¿Alemané?

PEON 2.- (Dirigiéndose a Alfil.) ¡Oye! ¿Tienes la partida de nacimiento?

ALFIL.- Mmm... No.

PEON 2.- ¿Conseguiste su número de cédula o la papeleta de votación?

ALFIL.- Tampoco.

PEON 2.- Entonces, ¿cómo quieres que le haga el auto cabeza de proceso?

ALFIL.- (Se desplaza hacia Peón 2 que se apellida Ruano.) Haga el favor,
licenciado Ruano, acompañe a la acusada al Juzgado Quinto de lo Penal y
abra un expediente por ilegal, por desacato a la autoridad, suplantación de
la personalidad, mal estacionamiento, desobediencia civil, y por no pagar
impuestos a espectáculos públicos.

TORRE.- (Se desplaza hacia la momia.) Usted ya oyó lo que le espera, así
que mejor cante, no se haga maltratar, no lo ponga más difícil, sabemos de
sus movimientos. (Irónico) Responda inmediatamente: ¿Quién la desente-
rró? ¿Quién la sacó a pasear? ¿Quién pagó su silencio? ¿Quién es quién para
ser quién?

(Alfil entrega la momia a Peón 2.)

PEON 2.- (Indicando con el dedo.) Shhh... Verá, lo más importante es que
salga de aquí, puede ir al cielo o al infierno. ¡Usted decide! Hable hoy, no
calle para siempre. Verá, yo tengo amigos en el purgatorio, eso no se lo diga
a nadie. No se preocupe; me paga luego. Sólo dígame sí, (Como si fuera la
momia una bebé.) diga ma…ma. (No responde.) ¡Qué muda que eres!

ALFIL.- Usted no me conoce, yo soy periodista. (Con micrófono.) En ex-


clusiva, con la creadora del día de los muertos. Permítame unas palabritas

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para nuestro público que nos está escuchando. ¿Qué paseo de los muertos
le gusta más? (No responde.) Se quedará en el anonimato, se lo juro. (Mo-
vimiento general en el ajedrez; el periodista se retira sigiloso.) Me llama
cuando se anime… a la hora que sea.

TORRE.- Por negar nuestro negocio, ¡jaque!

CORO DEL AJEDREZ.- ¡Jaque mate!

(Proceden a la tortura y quema. La momia sujeta por los pilares del poder,
suspendida por 4 cuerdas del stablishment, yace como una flor abierta. Un
arlequín celebra con malabares, mientras música árabe lo acompaña, juega
con los designios de sus mundos en las manos y, con una destreza final, so-
pla fuego sobre la momia que la enciende, dejando sentado el escarmiento
para los demás.)

ESCENA SEIS: La Yachag.

(En medio del flagelo, pilpinto, esa mariposa cafecita, aparece, construye
por sobre la ira, la esperanza, con una danza guerrera con tambores. Una
vez que su Hopitakí, danza de los muertos, le ha llevado a su metafísica
relación con el sentipensamiento, se posicionará en Hécate, que se dirige
al público, así:)

HÉCATE.- Hoy he comido con mis muertos

y un poco con los ajenos.

Con los que no interesan a nadie

con los insepultos,

Con los que el mar tragó con asco

Y también he bajado a sus tumbas,

les he hablado como a hermanos ausentes

y he visto palidecer a sus verdugos más muertos que los muertos.

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Supongo que siempre he sabido que no soy inmortal, como no lo son mis
seres queridos, ni los desconocidos con los que me cruzo todos los días,
pero hace tan sólo algunas lunas soy plenamente consciente de que cada
día que pasa, más próximo está mi final y en la medida que desaparecen to-
dos los que de mi guardan algún recuerdo, iré muriendo un poco, hasta que
con el último muera yo también, del todo y conmigo quizá media docena
más de los que únicamente yo guardaré algún recuerdo de ellos. Porque la
única muerte es el olvido.

Allá entre cenizas yace otra nueva oportunidad. (Refiriéndose a un muerto


que esta al otro lado del escenario.) Preparen los sonidos, que ése, por su
corazón generoso, merece ser momia. ¡Vamos, pues!

(Los Naturales curan con maracas a toda su gente y preparan las andas con
fuertes golpes en la madera con una precisión cardíaca. Llegan donde el
difunto y realizan sus preparativos, marcando en el piso con tiza el contorno
del cuerpo.)

(Interrumpiendo la escena se escucha un alboroto en la puerta del teatro. To-


dos se asustan y se confunden con el público, hasta la momia a último rato.)

ESCENA 7: La cacería de momias.

REINA.- ¡Pues, déjeme pasar, no ve que soy la reinita de la Intendencia!

(Reina y Alfil buscan con la mirada, desplazándose por el teatro, se dirigen


a uno del público.)

ALFIL.- ¿Es usted la momia que venimos a enterrarrrr?

REINA.- (Colocan un espejo cerca la nariz.) ¿Seguro que usted está vivo, o
se murió tiempos hace o recientemente?

ALFIL.- (A otro.) Aquí está, es usted, está muerto, a menos que compruebe
lo contrario.

REINA.- (Sentenciando.) Si siguen escondiendo a sus muertos, no tendrán


la salvación eterna.

(Salen de escena.)

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ESCENA 8.- Las Guaguas.

(Los Naturales pasean a la nueva momia y la conducen al horno, tocando


tambores y cantan rap en coro:)

NATURALES.- Ponga agua fría en una lavacara

Sume tres tasas de harina

Media cucharadita de sal

Agregue la leche y la mantequilla

Amase la masa con mucho amor

Déle la forma de su ancestro

Y al horno, y al horno, y al hoooorno

(Los naturales meten la nueva momia en el horno y esperan con redobles de


tambor. Sacan una deliciosa guagua de pan.)

TUCUNA

Esta obra se estrenó en el parque El Ejido y en la Plaza de San Francisco, el


29 de noviembre de 1998, tiempos del Aya Marcay Quilla, con el Taller de
Teatro Politécnico Nues. Reescrita en 02 de noviembre de 2008.

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“SOLO VINE A HABLAR POR TELÉFONO”

Adaptación teatral del cuento “Sólo vine a hablar por teléfono” de

Gabriel García Márquez.

Obra para un mínimo de 10 actrices, y actores que hacen dos o más perso-
najes.

PERSONAJES:

Voz en off

2 Magos.

Saturno el Mago.

María

Chofer del bus

Guardia

Guardiana

Doctor 1

Doctor 2

Doctora

2 Alumnos de Siquiatría

13 Dementes

4 Niños Disfrazados.

Viejita de Cumpleaños.

3 Hijos de la Viejita.

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4 Turistas Alemanes.

Volcán Pichincha.

ACTO I

ESCENA UNO. La graduación.

(Interior de la “Academia de Magia Mandrake”. Entran los magos con una


coreografía espectacular.)

VOZ EN OFF.- Damas y caballeros, sean bienvenidos, soy el mago Man-


drake. Hoy se graduarán los mejores magos del país. Con nuestro lema:
“Nada por aquí, nada por acá, sólo la magia vivirá”, les presento a Bonfín
el mago de la Marín, al gran Luxendorf , y nada más, ni nada menos que a
Saturno el mago de turno.

VOZ EN 0FF.- Ahora veremos el porqué se gradúan en Mandrake su aca-


demia de magia. Bonfín realizará una suerte con los naipes... (Realiza el
truco.) Excelente, Bonfín, el mago de la Marín. Ahora le toca al gran Luxen-
dorf con su suerte “Aquí puse y no aparece”... (Hace desaparecer algo.)
¡Bravísimo, formidable, increíble! Y por último: mi hijo predilecto, Saturno
el mago de turno con su varita mágica. Y dice: Para la magia empezar su
varita hace girar, tres en redondo tres en redondito, y la bolita que está en
su mano aparece en otro ladito...

¿Qué dice, Bonfín? (Con gestos indica que no sabe donde está.)

¿Qué dice Luxendorf? (ídem.)

MARÍA.- (De aspecto juvenil, igual que el mago Saturno, gritando desde el
público, muestra la bola en su mano.) ¡Aquí, Saturno!

(Música de romance, mientras ellos se miran y se acercan.)

VOZ EN OFF.- Si la magia los unió, que no los separen los trucos, ni las
malas mañas, ja, ja, ja... se despide Mandrake...

SATURNO.- Para la magia empezar mi varita hago girar, tres en redondo,

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tres en redondito y lara, lara, larito. . . (Los dos magos convierten el escenario
en la habitación de Saturno, a la que María observa con encantamiento.)

ACTO II

ESCENA DOS. El mago.

SATURNO – (Viste una camiseta negra.) ¿De qué color mi camiseta es...?

MARÍA - ¡Negra!

SATURNO. - Cierra los ojos y dime tu nombre.

(Saturno aprovecha para quitarse la camiseta y tiene otra debajo que es


azul.)

MARÍA. - María de los Ángeles. (Abriendo los ojos.) ¡Azul!

SATURNO - Otra vez, cierra los ojos... dime tu edad y si te gusta la oscu-
ridad.

(Saturno aprovecha para quitarse la camiseta azul y tiene otra debajo que
es roja.)

MARÍA.- Diecinueve y... Sí, me gusta la oscuridad cuando es mejor no ver


para creer. ¡Roja!

Ahora me toca a mí, cierra los ojos, puedo leer tu mente, pero piensa un de-
seo, hoy no estoy para esfuerzos con pensamientos ambiguos. A ver, desea
lo más hermoso para ti...

(Intrigado el mago, cierra los ojos, ella se acerca y lo besa.)

MARÍA.- (Riéndose.) ¿Ves? Se te cumplió el deseo. (Se escapa. Él, descon-


certado, la persigue, sigue a esto una secuencia de imágenes corporales,
acompañadas de música y efecto de motocicleta para indicar el paso del
tiempo, hasta que son adultos.)

MARÍA. - A ver si me queda claro: regreso a las tres para ir a la fiesta infan-

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til, te presentas a las cinco en el cumpleaños de la viejita, y a las siete para
los turistas alemanes, ¿cierto?

SATURNO. - ¡Clarines! A las tres en punto, mi amor, si no me tocará ir


a pata y en bus, y con la utilería “no ha de valer.” Maneja con cuidado,
saludos a tu madre...

MARÍA. - Hoy es un día de suerte, queridito. ¿Cuándo has tenido tres pre-
sentaciones seguidas, ah? Si no es por tu manager (Señalándose.) ¡Ay! Ojalá
se mejore la vida. Bueno, por lo menos los besos son gratis. Chao, chao.
Estoy de vuelta a las cinco… para las tres. (Sale.)

SATURNO. - ¡Ay! María, tenías que ser de los Ángeles, no me imagino la


magia sin ti. Prefiero quedarme en casa, ver la cara de mi suegra y oír las
mismas preguntas de siempre (Remedándole.) ¿Y en qué gastan la plata?,
¿cuándo tienen hijos?, y después comenta: “yo en mis tiempos, si hubieran
visto”. No entiende que esos eran otros tiempos. Nada; como si hablara con
un cuadro, te oye así, y luego se ríe.

(Apagón, sale, voces de María y su madre, sonido de reloj cucú.)

ACTO III

ESCENA TRES. La lluvia.

VOZ MARIA EN OFF.- ¡Huyuyuy! Van a ser las dos, me voy, me voy, mamá,
vengo la próxima semana, no te olvides de tomar las pastillas. ¡Hasta pron-
to! (Voz de mamá que acompaña al diálogo.)

(Entra María, simula manejar un auto bajo una tempestad, el auto se daña.
María, desesperada, hace señales a un bus lleno de seres dormidos que atra-
viesa el escenario.)

CHOFER.- No voy muy lejos, señorita.

MARÍA.- No importa, voy donde sea, sólo necesito hablar por teléfono (Sen-
tándose al lado del chofer, secándose, mira a los seres dormidos.)

- 74 -
CHOFER. - Están dormidos... Esta lluvia es capaz de adormecer a los dio-
ses, no se diga a un mortal. Es como si el agua tendiera su cobija gris y nos
arrullara con su pelo.

MARÍA. - Qué bueno que Dios lo haya puesto en mi camino. ¿No sé qué
pasó con el auto? De pronto dijo: no va más… y claro, la jodida soy yo. Te-
nía que estar a las cinco en punto. porque si no, le tocará a Saturno irse a las
presentaciones en bus y con esta lluvia (Remedando a Saturno.) “no ha de
valer.” Ya sé… Le diré que vaya en taxi, que no se haga el loco, ya no es mi
culpa, pero tengo que hablar antes que salga de casa y se haga la víctima, y
me ponga triste a mí también. Un teléfono, necesito un teléfono.

(Se adormece, el chofer la mira con ternura, hay música como efecto, hasta
que el pito del bus despierta a todos.)

MARÍA.- ¿Dónde estamos?

CHOFER.- Hemos llegado, gracias...

MARÍA. - No sabe cuánto le agradezco, todavía estoy a tiempo.

ACTO IV

ESCENA CUATRO. Necesito un teléfono.

(Entre mantas y correrías del personal del hospital psiquiátrico y de los pa-
cientes que se bajan del bus, los guardias han tomado posición.)

MARÍA - Buenas... Señor, ¿hay por aquí un teléfono?

GUARDIA – Si, señorita, ahí mismo le indican.

(María se traslada al sitio.)

MARÍA - Disculpe la molestia: ¿me puede alquilar un teléfono?

GUARDIANA. - Claro que sí, preciosa. Póngase a la fila y le atenderemos


con gusto.

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(María acude a un doctor.)

MARÍA. - Señor, disculpe, ¿tal vez por aquí puedo conseguir un teléfono?

DOCTOR 2. - El único que conozco está adentro, póngase detrás de ella,


seguro le atenderán.

(María, desconcertada, se pone en la fila de los pacientes adormilados, llega


al inicio donde está una doctora con registro.)

DOCTORA.- Usted, linda. ¿Por qué no tiene la tarjeta de identificación?

MARÍA - No sé dónde estamos, pero yo sólo vine a hablar por teléfono.

DOCTORA. - Yo sé, querida, yo sé perfectamente. A ver ¿Cómo te llamas?

MARÍA. - María de los Ángeles...

DOCTORA. - (Revisa su registro.) Pero aquí no estás. Espérame un momen-


to por favor...

(Compara sus apuntes con Doctor 2, regresa con una identificación.)

Ya, querida María de los Ángeles, todo está aclarado, ponte esto en el cue-
llo, pasa, adentro tendrás el teléfono que quieres.

(María busca una puerta, todos se marchan, detrás aparece el guardia que
la observa con sigilo.)

MARÍA. - A juzgar por la apariencia, por aquí no hay otro teléfono que el
que está adentro.

GUARDIA.- ¿Por qué estás afuera? Todas ya están en sus habitaciones.

MARÍA - No me comprendió, es que sólo vine a hablar por teléfono. Porque,


verá, estaba de regreso a casa y con la lluvia se me dañó el auto. (Entran uno
a uno los guardias y doctores.)

Y pasó ese bus, y yo pensé conseguir un teléfono aquí y desde ahí no entien-
do nada. ¿Por qué me…? (Se mira rodeada, intenta escapar pero la atrapan
y le colocan una camisa de fuerza y la recuestan en una cama de hospital
en medio de sus forcejeos.)

(Rodeándole a María, un doctor da explicaciones a sus alumnos.)

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DOCTOR 1.- En realidad, no sabemos mucho de cómo llegó. Pero aquí em-
pieza su camino de regreso a la realidad y en poco tiempo su mejoría será
notoria.

ALUMNO 1.- Se la ve tranquila; si me la encontrara en la calle, no podría


notar ninguna diferencia con el montón.

DOCTOR 1. - Exacto, uno nunca sabe cuándo en su interior puede estallar


un trauma de la infancia, o un miedo profundo, un delirio de grandeza, o
simplemente una confusión.

ALUMNO 2.- Doctor, si me permite una preguntita. ¿Cómo podemos sa-


ber... qué tratamiento seguir?

DOCTORA. - Sin lugar a dudas: la paciencia la continúa observación de


su proceso. Por suerte, cuando son males menores como este, el reconocer
que uno está enfermo y que necesita ayuda es una gran ventaja. (Suenan las
campanas que anuncian la mañana.)

Ah, por cierto, me olvidaba: la fe is wonderful.

(María despierta y se sorprende por las visitas, se da cuenta que tiene ama-
rrados los pies a la cama y llora.)

DOCTOR 1 - Aprovecha para llorar cuanto quieras. No hay mejor remedio


que las lágrimas.

(Mientras zafa las ataduras de los pies y la peina con los dedos, ella le cuen-
ta lo ocurrido en secreto.)

DOCTOR 2.- (Separándose de la cama.) Cabe anotar que la paciente pre-


senta un cuadro de alucinación depresiva, de angustia profunda. Podría
equivocarme, pero mis años de experiencia no lo permiten. Mi dictamen…
mi dictamen es: Agitada.

ALUMNO 1- (Leyendo el expediente.)

Paciente: mujer.

Nombre: María de los Ángeles.

Edad: 30 años aproximadamente.

Estatura: un metro sesenta y siete.

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Estado Civil: se desconoce.

Profesión: se desconoce.

Nacionalidad: se desconoce.

Dictamen: agitada.

Obsesión: hablar por teléfono.

Se inscribe en este sanatorio con la referencia N 27-567.

MARÍA.- (Calmada) Doctor, para que ustedes me crean, necesito hablar por
teléfono.

DOCTOR 1.- Todavía no, todo se hará a su tiempo, confía en mí.

MARÍA.- Doctor usted está loco, yo no.

DOCTOR.- Puede ser, pero tú no vas a arruinar mi negocio.

MARÍA.- ¿Qué vende Doctor? ¿Qué vende?

(María se hace un caracolito y los estudiantes la alzan y la pasean, mientras


hay cambio de escenario.)

ESCENA CINCO. La desesperación del mago.

(En el escenario se crean tres ambientes: Los turistas alemanes, que incluye
a un personaje del volcán Pichincha, el cumpleaños de la viejita, y el cum-
pleaños infantil.)

SATURNO.- (En un costado, efecto sonoro de lluvia.) Nunca he llegado tar-


de. Pero llueva, truene o relampaguee, Saturno está de turno. Eres para mí
la tormenta de mi vida, no me hagas sufrir, sin tu amor yo moriría. Vuélve-
me a querer como en aquellos dulces días. María, ¿dónde estás? (Empieza
su travesía con maleta de mago.) Que venga, que venga, que nada la deten-
ga, que corra, que corra, que todos la socorran. (Varias veces.)

(El mago llega a la fiesta infantil, disimula su frustración, se coloca una


nariz de payaso.)

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CORO DE NIÑOS.- ¡Queremos magia! (Varias veces.)

SATURNO.- (Con voz de payaso:) Hola niños, ha llegado “su turno”. Per-
dón, ha llegado Saturno.

CORO DE NIÑOS.- ¡El truco de los peces! (Varias veces.)

SATURNO.- Amiguitos, ese truco no podrá ser, porque no está mi asistente


María. Pero puede ocurrir que en cualquier momento aparezca, ja, ja, ja...

CORO DE NIÑOS.- ¡Uuuuuuuuh!

SATURNO.- (Haciendo un truco.) Para la magia empezar, mi varita hago


girar, tres en redondo y tres en redondito. Y ahora con ustedes....

CORO DE NIÑOS.- ¡Queremos pastel! (Varias veces y salen.)

SATURNO.- (Dirigiéndose al cumple de la abuelita.) Que venga, que venga,


que nadie la entretenga. Que corra, que vuele, mi corazón me duele.

(El espacio de la abuelita se anima, ella está en la cama rodeada por los
hermanos.)

HERMANO 1. - Estuve haciendo cuentas, y desde hace 30 cumpleaños, lo


único que pide es celebrar con un mago distinto.

HERMANO 2.- ¿Qué pasará si se acaban los magos en la ciudad?

HERMANO 1.- Importaremos de los países vecinos.

HERMANO 3.- Considerando que cumple 83 años, deberíamos aprender


trucos nosotros mismos, y turnarnos; no creo que necesitemos más.

HERMANO 2.- Hablando de turnos. Así se llama el mago de hoy: Saturno,


el mago de turno.

(Ríen y tocan la música de cumpleaños feliz con instrumentos de juguete.)

SATURNO.- (Avergonzado) Disculpen la demora, pero la de piña estará me-


jor.

(Sólo ríe la abuelita, Saturno realiza un truco inentendible, la abuelita se


duerme, Hermano 2 va a aplaudir, Hermano 1lo reprime.)

HERMANO 1.- Formidable, mi querido amigo. (En señas, el mago le dice

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que tiene más show.) No se preocupe, le agradecemos un mundo. (Le entre-
ga el dinero y salen en silencio sin despertar a la abuelita.)

SATURNO.- (Cantando) ¿Dónde está la que me quiere a mí? ¿Dónde está?


¿Dónde está? Después de la tormenta viene la calma, pero no María. ¿Le
habrá pasado algo? No creo, las malas noticias vuelan. Será que esta vez
sí me dejó, por otro más idiota que yo. Claro, la tercera es la vencida. Su
madre dice que salió temprano. ¿A dónde? Eso les pasa sólo a los buenos
magos, su mujer desaparece así porque así, y aparece luego con cara de que
yo no fui, fue teté.

(El ambiente de los turistas cobra vida.)

SATURNO. - La esperanza es lo último que se pierde. Allá voy, mis nazis.


(La abuelita sale, jalando su cama.)

(Los turistas se fotografían con el volcán Pichincha, ignoran al Mago Satur-


no.)

SATURNO - Guten Abend, mis queridos nazis; yo sé que no me entienden,


pero ni modo, chaucha es chaucha. Avanti, avanti, con ustedes el truco de
las bombas de fantasi (Hace pompas de jabón, en algo llama la atención,
pero se disipan rápidamente.)

SATURNO. - (Gritándoles a las pompas de jabón.) ¡Ah! María es con a. Us-


tedes se preguntarán. ¿Quién es María? Qué va, ustedes ya no se preguntan
nada. Bueno, que aparezca la María.

(Se coloca unos pañuelos en la cabeza, imitando a María y baila con Volcán
Pichincha. Terminan en éxtasis.)

(Destronándose) Danke, danke, muchas dankes. Eso querían ver, esa forma
folclórica de enfrentar el desconsuelo, esa impotencia de no poder hacer
nada, de evitarnos mirar a la cara y sonreír honestamente. A ustedes les
pasa lo mismo, sólo que todo lo resuelven con papeles moneda u olvido,
da igual. ¡Ay! me pasa igual que al país; eso de no saber qué pasa, cuando
pasa. Meine frau ist verschwunden.

(Hace gestos de que le duele el corazón y la palomita que vuela.)

TURISTAS.- ¡Oh!... (Le toman más fotos para consolarle, salen cautivados
por la música de un grupo folclórico en otro lugar.)

- 80 -
VOLCAN PICHINCHA.- (Desconcertado.) Otra vez nos dejan sin su colabo-
ración para el talento nacional.

SATURNO. - (Al Volcán Pichincha:) Yo te comparto de lo que me da la


agencia... La he llamado durante días y noches a casa de conocidos y desco-
nocidos, y nada. Se ríen los malvados como si fuera un chiste que mi María
no asome. La busqué, sí, la busqué hasta en la sopa de letras: eme, a, ere, i,
a. La policía encontró el auto intacto a medio camino.

VOLCAN PICHINCHA.- Resignación, hermano, a lo mejor se fue con un


actor de esos que vienen, filman y se van; recuerdo que siempre quiso ser
actriz. No te hagas el loco, ésta es la tercera vez que te deja; aunque lo repi-
ta, la tercera es la vencida.

(Suenan campanas que anuncian la mañana; los guardias y doctores cam-


bian el escenario como si adecuaran el sanatorio.)

ACTO V

ESCENA SEIS. El arte de María.

(Los pacientes entran con una coreografía con coronas funerarias de papel,
música clásica.)

(La guardiana observa a todas y entrega un cigarrillo apagado que es lleva-


do como correo por las pacientes hasta llegar a María. Ella hace lo mismo
con el dinero de vuelta.)

MARÍA - ¿Y los fósforos? Es lo último que me queda. (Refiriéndose al dinero,


Guardiana le envía un fósforo prendido, fuma planeando la escapatoria.)

GUARDIANA.- (Desde atrás). Ni lo sueñes, querida; hasta los muros tienen


escondidos brazos y trampas. Para salir de aquí hay que volar de verdad, y
si Dios hubiese querido que vueles, te hubiera dado alas. (Acercándose) Si
te portas bien, tendrás todo, serás la reina. Amor con amor se paga, no lo
olvides. (Seduciéndola) ¿Quieres chocolate? Te espero en mi cuarto, junto
al portón de entrada. Chao, chiquita.

- 81 -
(Los locos rodean a María como jugando a una ronda infantil.)

MARÍA.- Ustedes no tienen la culpa que el mundo sea tan feo. Es terrible
olvidarse de sí mismo, dejarse abandonar en las calles sin rumbo en los días
sin sol. ¡Salgan de los edificios que ahí no entra la vida! Peor es olvidarse
de los amores que uno fue. Te lo juro que es mentira que saben a vinagre
los besos sin amor. Yo nunca te mentí, sólo por verte reír.

¿Saben quién es Saturno? (Nadie responde.) ¿Alguien que se pregunta…


por qué lo dejé esta vez? Pero esta vez no lo he dejado. Sólo existe el gran
negocio de la confusión. ¿Qué vende Doctor?

Juguemos a los recuerdos de mi vida. Tú eres Saturno. (Sacando un chaleco


de un baúl.) Ustedes dos, papá y mamá.

LOCA MARÍA.- (Quitándole un sombrerito a María.) Yo soy tú, así no harás


trampa, no es bueno recordar la vida ajustando el cuento a tu manera; ade-
más, yo soy tú. ¿No lo sabías?

(Los pacientes personifican a la familia de María; detrás del baúl, Loca Ma-
ría y Loco Saturno se divierten frenéticamente.)

MARÍA.- (Riéndose con el público.) Es cierto, teníamos por alimento los


besos y por sufrimiento los vacíos que dejaban nuestras cortas ausencias;
pero de que éramos unas bestias, lo admito, todo el tiempo nos pasábamos
como bombo en fiesta.

(Los pacientes se acicalan para una foto familiar.)

LOCO PAPA.- (Ante un espacio vacío en la foto.) ¿Y ese espacio, para quién
dejas?

LOCA MAMA.- Tienes una hija, que seguro cuando le pase la novelería
regresará a casa.

LOCO PAPA.- María ya no nos pertenece, cayó en ese abismo de la pasión


y del engaño de ese brujo.

LOCA HERMANA.- ¡Ay, papi! Ya te he dicho mil veces que él no es brujo,


es mago. Y mejor nos vamos apurando, que me tengo que ir.

LOCA MAMA.- (Lamentándose.) Ustedes me van a matar...

LOCA MARÍA.- Perdón por el retraso, pero Saturno quería salir muy bien

- 82 -
en ésta su primera foto familiar...

LOCO PAPA.- (Todos hacen el saludo nazi.) ¡Jamás!

(Saturno sale de escena.)

LOCA MAMA.- A ver, hijita, ¿acaso el maguito Saturno te va alimentar con


los conejos que saca de su sombrero o te va hacer un castillo con su varita
mágica? ¿Acaso te va regalar una lámpara maravillosa a la que le pidas co-
sas? ¿No te has dado cuenta que en la vida las cosas más importantes son
las cosas?

LOCA HERMANA.- (Llora) Buaaaa... Nadie comprende que estoy deprimi-


da y tengo que ir de compras. ¡Oh! Lo lamento, estoy demorando más esta
situación.

(Hacen diferentes poses.)

LOCO SATURNO.- (Interrumpiendo). María, pedacito de cielo, cometita


linda, cosita rica, chinita.

(María lucha internamente.)

LOCA MARÍA.- Tengo una palabra para ti: ¡labioso!

LOCO SATURNO.- No me dejes, ahora que han nacido violetas aquí, que
hemos soñado con las profundidades del mar, no me dejes ahora que te
creo cuando hablas con los ojos, que sé de tus medias verdades, no me
dejes…

LOCA MARÍA.- Hay matrimonios que terminan bien, otros duran toda la
vida.

(La familia viste a María con un vestido de novia, hecho de papel periódi-
co.)

LOCO PAPA.- Este sí es un buen partido, es un novio first class, cinco estre-
llas, con vista al mar. Caray, se está tardando demasiado.

LOCA HERMANA.- Naña, cásate rápido, no ves que quiero tu cuarto.

LOCA MAMA.- Bueno, no nos vamos a hacer mala sangre por las puras;
hacerle esto a mi hija sólo porque es un hombre perfecto; a lo mejor se olvi-
dó, se fue de vacaciones, pero no nos vamos a quedar con la fiesta enterita.

- 83 -
¡Viva la novia! (Bailan sin música.)

(María se emborracha, Loco Saturno está en un rincón).

LOCA MARÍA.- (Con una botella en la mano). Aunque no me lo creas, no te


dejé por nadie sino que después el viejo pensó que me podía casar con un
tal pascual y el muy maldito no fue a la boda. ¿Te das cuenta, mi amorcito?
Haciéndole feitos a María besos de sandía, luz de medio día...

LOCO SATURNO.- Espérate un rato. Ahora, ¿hasta cuándo te quedarás? Si


lo que yo te quiero es una eternidad.

LOCA MARÍA.- ¿Quién puede saber lo que dura una eternidad y vivir para
contarlo? El amor es eterno mientras dura.

GUARDIANA.- (Interrumpiendo la escena, dirigiéndose a María.) Nadie te


amará como yo, abriré tus candados, tengo las llaves.... mi cuarto está junto
al portón. Te esperaré. Las mariposas vuelan en números pares.

MARÍA.- (Rompiendo una carta.) Así sucede cuando pasa. Otros cantos
los pájaros cantaron, mi intención de ser actriz quedó ahí porque la vida
es dura y teníamos que “inventarnos”, como dicen los cubanos, Por cierto,
¿qué será de ese encantador cubano que decía: “Cabayero, la cosa está que
alde?”.

LOCO ARIEL.- Yo quiero hacer de cubano, bailo salsa y mi labia es mortal,


porque soy como la miel de abeja, la que me chupa no me deja.

MARÍA.- Está bien, acuérdense las que hacen de bailarinas de mover la


cintura con sabrosura. Y esta vez, haré yo misma de María, no quiero dejar
de bailar así me vuelva loca.

(Todos lucen como artistas de un espectáculo de cabaret.)

LOCO ANIMADOR.- El espectáculo de variedades del Club Tropicana se


complace en presentar la sensualidad y glamur de nuestras exuberantes
vedettes ; con ustedes: El ballet de Ariel Muguercia.

(Coreografía del son “Píntate los labios María” de Elíades Ochoa. Tres baila-
rinas seducen a Saturno y el bailarín Ariel seduce a María.)

(Ariel y María bailan el bolero “De ti me enamoré”, de Antonio Machin.


Saturno llama por teléfono en el otro costado del escenario.)

- 84 -
LOCA SIRVIENTA.- (Contestando el teléfono.) Alooó…

LOCO SATURNO.- Buenos días, ¿se encuentra Ariel Muguercia?

LOCA SIRVIENTA.- (Ocultando.) No, el señorito no está.

LOCO SATURNO.- Esteee, disculpe, ¿está por ahí María?

LOCA SIRVIENTA.- Aquí no vive ninguna María, el señorito es soltero.

LOCO SATURNO.- Ya lo sé. No vive, pero a veces va. ¿O no?

LOCA SIRVIENTA.- (Enojada.) Pero ¿quién habla al otro lado?

(Loco Saturno cuelga, la Guardiana reemplaza al cubano y baila con María


que tiene cerrados los ojos.)

(La Guardiana se aprovecha de la situación, hasta que María reacciona y


la empuja).

GUARDIANA.- ¡Hija de puta! Nos pudriremos juntas en este chiquero has-


ta que te vuelvas loca, ¿me oíste? Loca de amor por mí (Sale.)

ESCENA SIETE. El naufragio.

(Entran los guardias con dos camas, se acomodan en ella: cuatro locas y
María, efecto sonoro de mar y cadenas que golpean contra la proa.)

LOCA 1.- ¿Oyes?

LOCA 5.- No es nada, descansa, mañana será otro día.

LOCA 1.- No, te juro, escucha, ¿dónde estamos....?

LOCA 2.- En los profundos infiernos.

LOCA 3.- Dicen que en altamar ruge hambrienta la tristeza, que tiene siete
cabezas, que devora una a una las alegrías de la niñez. ¿Naufragio o aban-
dono? La muerte besa mi espalda, la mato y aparece otra mayor.

LOCA 1.- Saben, le tengo terror a la soledad, a conformarme con esta isla

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de paz, ver que cada día que pasa morimos un poco. Sí sólo pudiéramos
dormir, dormir, dormir.

LOCA 4. - ¡Ey, miren!, una isla, súbitamente el eco, las rocas y un teléfono
que se descuelga sólo. Este barco es iluminado por los guardias, la isla
emerge confundiendo al silencio, una ola triza el cristal, la isla desaparece
¿Vieron? La isla ya no está.

LOCA 5.- Recuerdo luciérnagas, se fueron muriendo, cansadas de vernos


sobrevivir. ¿Dónde estás, mamá?

LOCA 2.- Lo cierto es que estoy en este naufragio por contagio, nadie me
vió salir.

(Suenan campanas que anuncian el amanecer.)

(Las locas saltan en las camas, con expresiones de calor, los guardias y
doctores las persiguen tratando de evitar que se desnuden; música orques-
tada.)

(Un teléfono inalámbrico ha quedado en una de las camas y María nervio-


samente llama a Saturno.)

VOZ SATURNO.- ¡Aló...!

MARÍA.- Saturno, vida mía…

VOZ SATURNO.- Lárgate al infierno. (Colgando.)

(María intenta nuevamente, varias veces, pero no contesta. Los doctores la


rodean.)

DOCTORES.- (Texto de los ojos.)

Ajá, te encontré.

¿A quien llamarás, o realmente, qué haces?

Pobrecita, cada día que pasa está peor.

Paciencia, hoy no podemos más que esperar.

(Entre ellos) ¿Quién de ustedes tiene una respuesta?

(Acercándose) Si al menos cooperaras.

- 86 -
Tranquila; ¿no ves que lo hacemos por tu bien?

(María se defiende, utiliza el teléfono como un arma corto punzante.)

MARÍA.- Y ustedes ¿qué venden? ¿Cordura? ¿Locura? ¿Seguros? ¿Canda-


dos?

(Suena una sirena anunciando el conflicto. Entran los Guardias, colocan


una camisa de fuerza a María y la cuelgan.)

(Música gregoriana.)

(María es bajada por los locos, la guardiana entra con un teléfono de juguete
y se la lleva.)

ESCENA OCHO. El mensaje.

(Con un efecto de goteo en un balde se oye el texto de María.)

VOZ EN OFF DE MARÍA.- Saturno, vida mía. Ven rápido, me encerraron en


un manicomio por una confusión, aquel domingo. Cuando estés aquí te ex-
plicaré todo. Quien te lleva este mensaje te dará la dirección. Sé prudente,
esta persona no debe ser descubierta. Por siempre tuya. María.

(Se repite varias veces.)

(María entra con un balde con agua y un trapo y limpia los pies de los locos
que entran en fila y luego ella se une a ellos y se va.)

ESCENA NUEVE. La confusión.

SATURNO.- (Apurado) Buenos días, buenos días.

(Los doctores salen por diferentes lados y se enfilan.)

SATURNO.- Buenos días su señoría, matan tirun tirula.

- 87 -
DOCTORES.- Qué deseaba su señoría, matan tirun tirula.

SATURNO.- A una de sus pacientes, matan tirun tirula.

DOCTORES.- A cuál de ellas la prefiere, matan tirun tirula.

SATURNO.- A la niña Mariíta, matan tirun tirula.

DOCTORES.- ¿Y qué oficio le pondría, matan tirun tirula?

SATURNO.- El oficio de asistente de mago, matan tirun tirula.

DOCTOR 1.- Ese oficio no podrá ser todavía, porque necesita de un período
de reposo.

DOCTORA - No sólo de reposo, sino también un tiempo para reconocer que


necesita ayuda.

DOCTOR 2.- Lo único que sabemos es que su obsesión apareció así, repen-
tinamente.

DOCTORA.- Me supongo que como su esposo, usted deseará el bien para


María.

SATURNO.- Claro que sí; pero creo que hay una confusión.

DOCTOR 1.- Amigo mío, lo dije una vez en una cátedra a mis colegas:
Nunca sabremos cuando en nuestro interior puede estallar un trauma de
la infancia o un miedo profundo, un delirio de grandeza o simplemente
una confusión. Entonces le doy la razón; hay una confusión, pero eso tiene
tratamiento.

DOCTOR 2.- Que obviamente, es la paciencia. Usted puede ayudarla: sólo


sígale la corriente.

SATURNO.- En eso me he especializado en todos estos años.

DOCTORA.- Espléndido, también nos ayudaría colaborando (Hace señal


de dinero con los dedos) para sus gastos personales. María es una linda per-
sona, sabe. No tardará en recuperarse.

SATURNO.- Gracias, son muy amables.

TODOS.- (Gritando.) María, María, María. (Salen.)

- 88 -
ESCENA DIEZ. El desencuentro.

(María sale apurada con la ropa que ingresó y con una funda de plástico.)

(Los locos sacan la cabeza fisgoneando, la guardiana vigila.)

MARÍA.- Saturno, por fin....

SATURNO.- ¿Cómo te sientes?

MARÍA.- Feliz de que hayas venido. Esto ha sido para mí la muerte, ya no


sé cuantos días llevo aquí, o meses o años, pero cada segundo es peor que
el anterior. Creo que nunca volveré a ser la misma.

SATURNO.- (Abrazándola.) Ahora todo eso pasó. Te traje unas flores para
alegrarte un poco, están en el carro, ya regreso...

MARÍA.- Flores, qué lindo, tú te vas, pero tu brazo se queda (Se aferra al
brazo.)

SATURNO.- (Comprometido, abrazándola.) ¡Ay mi amor!...

MARÍA.- Yo te hice unas flores de papel, me estoy olvidando, voy a traer-


las.

SATURNO.- Tú te vas, pero tu brazo se queda. (Idem.) Todo va a salir muy


bien, yo seguiré viniendo todos los sábados.

MARÍA.- Por Dios... No me digas que tú también crees que... Pero si sólo
vine a hablar por teléfono contigo…

(Guardiana señala el reloj a Saturno.)

SATURNO.- Yo sé querida, yo te creo, llámame todas las veces que sean


necesarias.

MARÍA.- (En shock.) ¡Saturno, estás loco! Has vendido tu divina locura.

(Abraza a Saturno, los guardias los separan, suenan las sirenas, los locos
se agitan.)

SATURNO.- (Gritando, mientras llevan a María.) Loco por ti, no lo olvi-


des.....

- 89 -
ESCENA ONCE. El truco de los peces.

(En el escenario vacío aparece el guardia y dos locos visitados por sus fami-
liares). (Saturno ha llegado y prepara su presentación.)

GUARDIA.- Este hospital siquiátrico se complace en presentar, una vez


más, como todos los sábados, a Saturno el mago de turno.

SATURNO.- Con ustedes el tan esperado truco de los peces. Para la magia
empezar solicitamos la presencia de María, a quien recibimos con un ca-
luroso aplauso. (Todos dirigen la mirada a la entrada de María, se congela
la escena.)

GUARDIA - En vano esperaba Saturno que María saliera, este y todos los
sábados, se negaba a recibir sus cartas. Yo las guardaba por si algún día, esa
necedad llamada esperanza favoreciera al mago…

SATURNO.- (Rompiendo el congelamiento.) Mi estimado maestro de ce-


remonias, aquí le traigo una carta especial; tiene el perfume que ella usó
cuando nos conocimos, la escribí por nuestro aniversario, y éstas corres-
ponden al lunes, martes, miércoles y así sucesivamente.

Y no podían faltar los cigarritos, ya que por aquí son escasos.

(Suenan campanas, las visitas se despiden, y los locos salen por el lado con-
trario.)

GUARDIA - No se preocupe, así lo haré. (Al público:) Nunca más se supo de


él, salvo que volvió a casarse y se fue a vivir a otra ciudad. María dejó los
cigarrillos para siempre, subió un poco de peso, y encontró su vocación de
ayuda. Con su arte aprendemos a no perdernos en las calles sin rumbo en
los días sin sol. Y ahora con ustedes una pequeña muestra del arte de María;
fuertes los aplausos, por favor.

(Las locas entran con un avión en la mano, hecho con las cartas de Saturno,
llegan al proscenio y los lanzan al público, regresan en un abrazo general, se
detienen a medio camino y mirando por encima del hombro ríen, se apagan
las luces y llegamos al final de este cuento.)

FIN

- 90 -
Agradecimientos.

Por sus textos, a: Gaby López, Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina, Manu Chao,

Tanguito, Ernesto Proaño, Vinicius de Moraes y a los Latín Brothers.

Por el acolite supremo, a: Coco Maldonado.

Por la corrección de puntuación, a: Raúl Arias.

Quito, 06 de Junio de 2000.

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- 92 -
MI PRIMER AMOR

PERSONAJES:
Luisa Graciela

Teresa Madre Superiora

Margarita Rosa

Carmela Norma

Colegiala Fabiola

Capitán Romeo

Marino 1 Julieta

Marino 2 Prima 1

Julián Prima 2

La Joven Parecida Primo

Teresa Los Capuleto

Leticia Los Montesco

ESCENA UNO

Ambientación:

(En un parque se divisa una banquita con una señora que espera a alguien.

Carmela, Luisa y Teresa entran a escena por separado, cada quien buscando
a la otra.)

- 93 -
(Luisa persigue a una señora que cree que es su amiga pero no lo es; lo
mismo pasa con Teresa que confunde a una señora con Carmela; así sigue
la confusión hasta que Luisa cae extenuada en la banca donde está una
persona que se llama Margarita.)

LUISA.- Disculpe la molestia, ¿por aquí no estaba una señora de mi edad


que se llama Carmela?

MARGARITA.- Bueno, por aquí vienen muchas señoras con ese nombre.
Yo conozco algunas Carmelas.

LUISA.- (Mira a todos lados.) Sí, a lo mejor…

MARGARITA.- Carmelita Rubianes es una experta en la cocina, famosa por


sus menestras…

LUISA.- Qué va, a mi Carmela se le quema el agua.

MARGARITA.- Entonces es la Carmelita González, hermana del Obispo.

LUISA.- No, los hermanos de la Carmela que busco son el mismísimo de-
monio.

MARGARITA.- ¡Ah, ya sé! Lo lamento si es la difunta Carmela que murió la


semana pasada cuando cumplía 102 años.

LUISA.- La Carmela que busco era mi compañera de colegio; es cierto que


ya no somos niñas pero no exageremos. Perdón, creo que está allá.

¡Carmela querida, aquí estoy!

(Luisa sale de escena, Carmela entra y se sienta desconsolada en la ban-


quita.)

MARGARITA.- ¿Le sucede algo?

CARMELA.- ¡Luisa Recalde! ¿Eres tú? Hija… si estás igualita.

MARGARITA.- Señora, usted me ha confundido, yo soy Margarita Yánez

CARMELA.- Me la he pasado buscando a mis amigas del colegio, que ju-


raron venir a este parque, igual a cuando nos escapábamos de clases hace
cincuenta años, y ahora no sé si vendrán o si cambiaríamos tanto para no
reconocernos. Pero juramento es juramento y espero que lleguen, para

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contarnos los chismes de los últimos cincuenta años.

Aquí en esta bolsita están todas las cartas de mis novios, títulos de propie-
dad, recortes de periódico de un ex que se hizo famoso y las fotos de todos
mis nietos.

MARGARITA.-El mundo es un pañuelo, ahora que lo dice. Yo conozco a


Luisa Recalde; ella fue bastonera del colegio que había a la vuelta, usted
debe ser de su grupo; recuerdo, eran las grandotas de sexto cuando yo es-
taba en segundo, ahora yo parezco mayor.

CARMELA.- No diga eso, mi bonita, que la memoria la tiene fresquita; en


cambio yo…

MARGARITA.- Ha sido un gusto conocerla y perdón que la deje, pero me


tengo que ir a la gimnasia.

CARMELA.- No se preocupe, le agradezco su gentileza, yo me quedo espe-


rando.

(Margarita sale de escena.)

(Teresa y Luisa, que se han visto a la distancia, se acercan y se abrazan.)

LUISA.- ¡Teresa!

TERESA.- ¡Carmela... tanto gusto!

LUISA.- Guambra mushpa, yo soy Luisa; pero te perdono, hermanita del


alma.

(Guambra=Jovencita, Mushpa=Ingenua.)

CARMELA.- Holaaaaaa. (Gritos de las tres.)

CORO.- (Cantando y saltando con la música del Can Can.) Somos bellas y
graciosas, siempre coquetonas pero al natural, ja ja ja ja.

(Se sientan quejándose del dolor de espalda.)

CARMELA.- Y ¿qué le pasó a tu nariz?

TERESA.- ¡Ay! Es que tuve un accidente y me tuvieron que operar.

LUISA Y CARMELA.- (En coro.) ¿Te hiciste la cirugía plástica?

- 95 -
TERESA.- Si, ¿qué tal?

LUISA.- ¿Y tú te divorciaste?

TERESA.- ¿Te volviste a casar?

CARMELA.- ¿Qué tal de amores?

(Preguntan varias veces, indistintamente, luego rompen y simulan saltar la


soga.)

TERESA, LUISA, CARMELA.- (En Coro:)

Monja, viuda, soltera, casada, enamorada,

divorciada, monja… toca madera (bis)

Gringo, albañil, cocinero o chofer, gringo, albañil… toca


madera. (bis)

(Colocan sobre sus piernas sendas fundas con cartas, fotos, diarios, recuerdos.)

CARMELA.- Pero no vamos a leer todo.

LUISA.- Ya sé, escojamos algo intenso.

TERESA.- Como en el colegio, ¿se acuerdan?… Contábamos hasta cien y lo


que caiga en nuestras manos, leemos.

TODAS.- ¡De acuerdo!

ESCENA DOS

(Teresa y Luisa salen del escenario. Mientras Carmela avanza al proscenio,


se escucha el tema: “Solamente una vez” de Agustín Lara.)

CARMELA.- Yo he amado cuatro veces y con el quinto me casé, por que


dicen que no hay quinto malo…

(A la distancia.)

TERESA.- Carmela, no te escucho.

- 96 -
(Carmela ha sacado: un marinero de plástico y lo observa con nostalgia.)

CARMELA.- Uno, dos, tres, cuatro…

(Entran los marineros, marchando, y se quedan en formación.)

CAPITÁN.- Quier, dos, tres, cuatro. (Bis) ¡Alto!

(Carmela saca una pañoleta de colegio y se la coloca en el cuello. Entra en


escena una colegiala que representa a Carmela cuando era estudiante con
un cuaderno.)

CARMELA.- Dieciséis, diecisiete, dieciocho…

COLEGIALA.- Dieciocho, y yo que me quería sacar veinte, ojalá con esta


composición sobre la bandera tenga más suerte. ¡Oh! Marinero de mi ins-
piración, ven a mí… El amarillo como los botones del uniforme que brillan
más que el sol de los desfiles; el azul del mar marinero que te aleja de mí; y
el rojo, sangre de nuestra pasión.

CARMELA.- En la vida nunca hay calma, el contento nunca dura, porque


en el fondo del alma, sólo existe la amargura.

Hay adiós que desgarra el alma, hay adiós que quita el vivir, amargo como
el veneno, terrible como el morir.

Un buen día ya no le escribí poemas, ni canciones, esta vez el correo llevó


mi “san se acabó”.

(La colegiala sella la carta y se la entrega a Carmela y ésta a su vez al Capitán.)

CAPITÁN.- (Después de leer la carta:) ¡Pelotón! Un paso al frente los que


tengan novia. Alférez Julián: está castigado por mentiroso; lea esto. Cuando
las penas son grandes hacen mucho ruido al caer.

(Julián se queda llorando y los marinos cantan.)

TODOS.- La mar estaba serena, serena estaba la mar.

La mar estaba serena, serena estaba la mar.

CAPITÁN.- (Al público:) ¡Canten, carajo!

MARINO 1.- ¡Con A!

- 97 -
TODOS.- La mar astaba sarana, sarana astaba la mar,

la mar astaba sarana, sarana astaba la mar.

MARINO 1.- ¡Con E!

TODOS.- Le mer estebe serene, serene estebe le mer,

le mer estebe serene, serene estebe le mer.

MARINO 2.- Permiso para hablar, mi capitán, con la novedad de que se está
hundiendo el barco con las lágrimas de Julián.

CAPITÁN.- ¡Pendejo! Julián, llore para afuera que nos estamos hundiendo.
Los marinos no lloramos por mujeres, sólo lo hacemos por nuestra patria.

MARINO 1.- ¡Enemigo a la vista, mi capitán!

(Simulan una batalla.)

CAPITÁN.- ¡Guerra es guerra, dijo el trompudo Guerra. A la carga mis va-


lientes, a luchar por la justicia, macho Camacho, chúpale el ojo, vos, tu
mama, tu taita y el perro!

(Salen victoriosos.)

CORO.- Empatamos, empatamos, empatamos…

ESCENA TRES

CAPITÁN.- Alférez Julián

JULIÁN.- Presente, mi capitán.

CAPITÁN.- ¿Al menos sabe por qué terminó su novia con usted?

JULIÁN.- En la carta dice…

(Un canto de sirena interrumpe a Julián.)

MARINO 1.- ¿Qué es eso, mi capitán?

- 98 -
CAPITÁN.- El canto de las sirenas.

JULIÁN.- No, mi capitán, son los recuerdos.

(Entra en escena Carmela colegiala cantando un bolero; al terminar, los


marinos aplauden.)

JULIÁN.- Bravísimo, preciosa voz tienes, y que debe ser sólo para mí; los
oídos de otros hombres no deben agradarse con tu canto, ni tus gracias ex-
ponerlas a la vista de ojos que no sean los míos.

Por estas razones me he visto obligado a prohibirte toda presentación en


público, grabación fonográfica o transmisión radial; es decir, cantarás sólo
para mí, punto final.

CARMELA.- Pero yo me debo a un público, Juliancito.

JULIÁN.- Odio que me llames Juliancito. Soy Julián, tu novio marino, y te


recuerdo la prohibición número 524 de cantar en público. En caso de in-
cumplimiento me veré obligado a castigarte con todo el rigor de la ley.

CARMELA.- ¿Cuál ley, mi capi?

JULIÁN.- La ley del hielo.

(Sale, en medio del aplauso de los marinos y cantando:)

CORO.- En semana santa yo me confesé

por haberte visto la punta del pie,

qué bonita punta, que bonito pie,

qué bonita punta, la punta del pie.

ESCENA CUATRO

(Entra Carmela y Colegiala reacciona como si estuviera mirándose al espejo.)

COLEGIALA.- Nunca me hubiese imaginado que de grande iba a ser así.


Tan bella y dulce, que pronto quiero crecer.

- 99 -
CARMELA.- Se crece con el canto diario y tus cantos harán dormir a los que
serán tus nietos. Pero te quiero preguntar: ¿qué paso después con Julián?,
porque lo he olvidado.

COLEGIALA.- ¡Ah! Julián se consiguió una novia que se parece mucho a mí.

(Entra la Joven Parecida y toca el hombro de Colegiala que da media vuelta


y juega con ella al espejo. Carmela observa.)

COLEGIALA.- ¿Tú quieres a Julián mucho más que yo?

LA JOVEN PARECIDA.- Claro que sí ¿Hasta dónde lo quieres tú?

COLEGIALA.- Desde aquí hasta el cielito, ¿y tú?

LA JOVEN PARECIDA.- Desde aquí hasta el cielito y desde el cielito hasta


el infierno. (Muestra un moretón en un ojo.)

(Salen de escena las tres, música de transición.)

ACTO 2

ESCENA CINCO

(Entra a escena Teresa contando los recuerdos.)

TERESA.- Cincuenta y cinco, cincuenta y seis... Se me acaban los recuer-


dos, así que mejor, ojos que no ven... Esta es la foto de mi segunda mejor
amiga, ella se huyó con un guambra del colegio Mejía que pasaba perdien-
do los años y mirando a nuestra ventana; eso nunca se me olvida, ya verán
porque les digo.

(Suena un timbre de colegio, Teresa sale, alumnas entran en estampida y


con sillas escenifican el recreo.)

TODAS.- Eeeeeeeeh.

MADRE SUPERIORA.- ¡Señoritas! Tengan cuidado con ese florero que es


una donación del alcalde.

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Fíjense por dónde caminan, justo donde están pisando ahora, hemos

sembrado azahares. ¡Señorita! Con la pintura no se juega.

(Suena el timbre, disponen las sillas como un aula de clase.)

(Fabiola hace señales por la ventana, Teresa monta guardia en la puerta, las
demás se acicalan.)

ESCENA SEIS

LETICIA.- Eso sí, apenas llegue la madre superiora le contaré que sus no-
vios están afuera.

ROSA.- Tú que le cuentas algo y yo que te boto por la ventana. Di

escalera…

LETICIA.- Escalera.

ROSA.- Tu mama es calavera.

TERESA.- ¡Aguas, aguas!, ahí viene la Madre Superiora.

(Todas se ponen formalitas.)

TERESA.- Ja, ja, ja, bromita nomás era.

FABIOLA.- (En la ventana.) Chicos no se vayan, ahí les va unos besitos, no


los dejen caer, los pedazos de beso no endulzan.

LETICIA.- Debo recordarles que a mí la Madre Superiora me encargó vigi-


larlas… y ustedes se están pintando más allá de lo permitido.

GRACIELA.- La que es chismosa es chismosa, porque no es buena moza.


Di paila…

LETICIA.- Paila.

TERESA.- Tu mama canta y baila.

TERESA.- ¡Aguas, aguas!, ahí viene la Madre Superiora.

- 101 -
(Entra la Madre Superiora, todas se ponen formales, menos Fabiola que si-
gue en la ventana.)

FABIOLA.- (Agarrando la mano de la Madre Superiora, sin verla.) Amiga,


ahí está el que te gusta.

MADRE SUPERIORA.- ¡Señorita! Vaya al puesto.

FABIOLA.- Estaba limpiando la ventana, Madre…

MADRE SUPERIORA.- ¡Al puesto! Y a ustedes los voy acusar con el profe-
sor Pupo Fierro, que es un dilecto amigo de la institución.

¡Buenos días, señoritas!

*(Pupo Fierro, inspector del colegio Mejía conocido por sus desmanes disci-
plinarios)

TODAS.- ¡Buenos días, Madre Superiora!

MADRE SUPERIORA.- Tomen asiento, hoy haremos dictado.

(Todas rechazan el dictado menos Leticia.)

MADRE SUPERIORA.- Este día estamos conmemorando el Día del Maestro.


Quiero preguntarles: ¿Quién fue el primer maestro?

GRACIELA.- Juan Montalvo.

TERESA.- El profesor Jirafales.

FABIOLA.- El Pupo Fierro.

LETICIA.- El primer maestro, Madre Superiora, es nuestro señor Jesús que


murió en la cruz.

MADRE SUPERIORA.- Muy bien, señorita, usted siempre tan dedicada.

Tomen nota.

NORMA.- (Improvisando para no escribir el dictado.) Es que para celebrar


este día tan especial, queridísima Madre Superiora, le hemos preparado una
sorpresa. (Incita a que todas se pongan de pie para realizar una porra.)

TODAS.- A la bio, a la bao, a la bin bon bao, Madre Superiora, Madre Su-

- 102 -
periora, ras, ras, ras.

GRACIELA.- Y como segundo número, un poemita de Leticita. (Empuja a


Leticia.)

LETICIA.- ¡Oh, Madre Superiora! Quiero expresar desde mi más profundo


sentir que usted es… la más buena… la más linda… la más abnegada…la
más santa… la más súper. Madre Superiora, usted es mi madre…

TODAS.- ¡Ooooh!

NORMA.- Ahora lo comprendo todo.

GRACIELA.- Pero si es igualita.

FABIOLA.- De lo que una se viene a enterar. ¿Quién se iba a imaginar?

Di licuadora…

LETICIA.- Licuadora.

FABIOLA.- Tu mamá es la Madre Superiora.

(Risas.)

LETICIA.- Ríanse nomás… La que ríe al último, ríe al final.

TODAS.- ¡Uhhhh!

ROSA.- (Improvisando también.) Y continuando con este bello programa,


tenemos una canción muy bonita.

TERESA.- (Intentando salir del compromiso, afinando, y luego finge dolor.)


¡Aaaaaaaaa. Ayayayay!, me envenenó ella (señala a Leticia.) Madre Supe-
riora, me voy a morir, me han asesinado.

FABIOLA.- (Auxiliándola como si fuera una ambulancia.) ¡Háganse a un


lado, háganse a un lado! Tenemos que ir a la enfermería, es urgente, se nos
muere con el veneno de la envidia.

MADRE SUPERIORA.- No se demoren. Ya no perderemos más el tiempo,


tomen nota. En este día tan especial que celebramos el día del maestro…

(Entra Teresa muy campante.)

- 103 -
MADRE SUPERIORA.- Y la señorita que le llevó a la enfermería,

¿dónde está?

TERESA.- No lo sé Madre, yo estaba inconsciente.

MADRE SUPERIORA.- Yo conozco su escondite.

(Sale y regresa con Fabiola de la oreja.)

MADRE SUPERIORA.- Tenemos que alejarnos de las tentaciones. Nos va-


mos de paseo.

TODAS.- ¡Eeeeeeeeeee!

(Acomodan las sillas, dándole una apariencia de un bus.)

ESCENA SIETE

MADRE SUPERIORA.- (Escupe y refriega sus manos.) En sus marcas, listas,


fuera…

TODAS.- (Cantando:) Dale, dale con el carro para arriba y para abajo (bis)
hasta que se desbarate y las llantas se revienten (bis).

MADRE SUPERIORA.- Cuidado con el hueco. (Todas saltan.) ¡Llegamos!

(Acomodan las sillas, dándole una apariencia de piscina.)

MADRE SUPERIORA.- Señoritas, su atención, por favor… Quiero presen-


tarles a Miss Pescado del Colegio Americano que nos va a deleitar con una
danza acuática.

(Danza acuática.)

TERESA.- Yo también puedo, Madre Superiora, con ustedes: Miss Trucha.

(Danza acuática, ahogamiento y el rescate por todas.)

GRACIELA.- (Se despide de Fabiola, que está con maletas y escapa aprove-
chando la situación.) Qué seas muy feliz, amiguita del alma, es una locura

- 104 -
lo que estás haciendo.

FABIOLA.- Una locura de amor sin duda. ¡Gracias! Les dejo una carta para
mis padres; estaré bien.

(Acomodan las sillas dándole la apariencia del patio interior de una casa.)

(La Madre Superiora avanza al proscenio, mientras Luisa está escogiendo


los recuerdos.)

LUISA.- 96, 97, 98, 99, 100 (Y con cada número la Madre Superiora enve-
jece mientras avanza.)

MADRE SUPERIORA.- De esta huída habló mal todo el mundo, menos el


tiempo. Sus hijas fueron mis alumnas y su primera nieta entró reciente-
mente a la escuela. Y colorín colorado, este cuento no ha terminado.

ACTO 3

ESCENA OCHO

(Aparece Luisa sentada en una banquita del parque.)

LUISA.- (Sacando un antifaz de su bolsita de recuerdos.) Una vez hicimos la


obra de Romeo y Julieta que ustedes conocen y le cambiamos: el principio,
la mitad y el final. Nos ganamos el derecho a cambiar el destino a nuestro
antojo.

CORO EN OFF.- San Judas Tadeo, quita a Romeo la pena de amor…

LUISA.- Esos son los Montesco de Manabí.

CORO EN OFF.- (Cantando): Tengo a San Antonio puesto de cabeza, si no


me da novio, nadie lo endereza.

LUISA.- Y representando a la sierra ecuatoriana, los Capuleto de Cuenca.


Voy a contarles esto a mis amigas, ya nos vemos…

(Sale del escenario.)

- 105 -
ESCENA NUEVE

(Entran en comparsa los Montesco.)

LOS MONTESCO.- (Cantando:) San judas Tadeo, quita a Romeo la pena de


amor (bis).

(Al final de la comparsa va Romeo deshojando una margarita.)

ROMEO.- Me quiere, no me quiere, me adora, me estima, me extraña, no


me quiere ni un poquito…

(Entran a escenario los Capuleto con Julieta a la cabeza.)

LOS CAPULETO.- (Cantando:) Tengo a San Antonio puesto de cabeza, si


no me da novio, nadie lo endereza.

(Frente a frente las comparsas hacen gestos de ofensa.)

LOS MONTESCO.- Serrano, serrano, come papa con gusano.

LOS CAPULETO.- (Saltando.) El que no salta es mono, el que no salta es


mono.

(Salen de escenario de la misma manera, Julieta y Romeo se regresan.)

ROMEO.- ¡Julianaaaaaaa!

JULIETA.- ¡Ronaldoooooooo!

ROMEO.- Juro por esa luna bendita…

JULIETA.- No jures por la luna, esa inconstante luna, que cada mes cambia
al girar en su órbita, no sea que tu amor sea así de variable.

ROMEO.- Entonces, juro por…

JULIETA.- Si tanto quieres jurar, jura por tu graciosa persona, que es el


motor de mi idolatría y te creeré.

ROMEO.- Si el profundo amor de mi pecho…

JULIETA.- Calla; no jures, aunque eres mi alegría, no me alegra el pacto

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de esta noche; es demasiado temerario, demasiado repentino, demasiado
semejante al relámpago que se extingue antes de que podamos decir: ¡El
relámpago!

ROMEO.- Antes de irme, quiero cambiar mi juramento por el tuyo.

JULIETA.- Te lo entregué antes de tú pedírmelo, y aún quisiera dártelo de


nuevo. La verdad, Romeíto, es que soy demasiado apasionada y por ello
tildarás de ligera mi conducta; pero créeme que soy más sincera que las que
tienen destreza en disimular.

ROMEO.- De acuerdo, yo también te amo. Dame un besito.

JULIETA.- Nada por adelantado, primero nos casamos. Te espero, en mi


casa hay una fiesta en la noche. (Sale corriendo.)

ROMEO.- Si entro a tu casa soy un hombre muerto y si me caso contigo


peor. (Al público.) Bueno, si me caso, prometo hacer la ceremonia en el es-
tadio del Barcelona. (Sale coreando la barra del Barcelona Sporting Club.)

ESCENA DIEZ

(Entran las primas de Julieta con arreglos para la fiesta, se oyen unos ron-
quidos.)

PRIMA 1.- Apurad con esas flores que pronto llegarán los invitados.

PRIMA 2.- ¿Y esos ronquidos tan fuertes? Parecen de un oso hibernando.

PRIMA 1.- Un oso ronca menos, es nuestra prima Julieta que hace siesta
para no tener arrugas. Voy a despertarle, no vaya ser que se espanten los
invitados.

PRIMA 2.- Yo voy entrando en calor con una música de buen humor. (Can-
tando y bailando.) Tengo a San Antonio puesto de cabeza, si no me da
novio nadie lo endereza. ¡Esta es mi noche!

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ESCENA ONCE

(Entran los Montesco con actitud sospechosa, luciendo antifaces.)

ROMEO.- Si nos descubren nos tocará la danza de las espadas, y si no, ojo
con las muchachas, menos con la dulce y bella Julieta.

PRIMO.- Fresco, ñaño, usted diga: dónde puso el ojo, que nosotros pone-
mos las espadas.

(Las primas Capuleto descubren a los Montesco que esconden el rostro.)

PRIMA 1.- Mira que han llegado unos lindos mozalbetes, ¿acaso los conocéis?

PRIMA 2.- ¡Ea! Nobles caballeros, venid para chancear un poco. Acholados
están, pero con unos traguitos todos son galantes. Ahí viene uno, creo que
es para mí.

PRIMA 1.- Te equivocas, hazte para allá, que a mí me vio primero.

(Las Primas se pelean todas por recibir un mensaje que lleva uno de los
Montesco.)

PRIMA 1.- Rayos, truenos y centellas, es una cita con Julieta en el jardín.
¡Vamos!

(Salen, entra Julieta hablando sola.)

JULIETA.- Siento un frío temor, como si por mis venas corriera un conejo,
qué digo, miles de conejos corriendo por mis venas. Siento cómo una flor
me rompe el pecho al nacer; entonces le diré: ¡Oh, Romeo, esta flor es para
usted!

(Romeo entra desesperado y se sienta inmediatamente.)

ROMEO.- Vamos al grano, Julieta, tenemos que tomar una decisión por-
que en el episodio final tenemos que morir y no es justo. ¿Qué te parece si
pasamos bacán en la fiestita y luego nos vamos a Quito, nos ponemos un
restaurante de comida típica de la costa y de la sierra y terminamos con el
odio de nuestras familias? ¿Aceptas?

JULIETA.- ¿Y la boda?

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ROMEO.- En el camino.

JULIETA.- En un pueblito rodeados de chivitos. Qué romántico. ¡Sííííííí,


acepto!

ROMEO.- Sólo dime una cosa: ¿Qué es lo que te separaría de mí?

JULIETA.- Lo único, vida mía, que haría que mi amor se extinga en el acto,
como una vela al soplar, es que tú seas fanático del futbol. Y a ti ¿qué te
separaría de mí?

ROMEO.- ¡Glup! Yo no soy tan complicado, yo soy todo terreno, me encan-


ta tu forma de ser, sólo no toleraría que ronques al dormir.

JULIETA.- ¡Oh!

(Salen de la mano.)

ESCENA DOCE

(En el escenario se realiza una gran fiesta, que muestra la alegría entre las
dos familias; se escucha en off las voces de Carmela, Teresa y Luisa.)

CARMELA.- Si que nos hemos divertido con los recuerdos, deberíamos re-
unirnos todos los días ¿Qué opinan?

TERESA.- ¡Fantástico! Pero mañana no puedo, pero el sábado segurísimo.

LUISA.- Los fines de semana me son imposibles, porque me hago cargo de


mis nietos.

CARMELA- ¿Qué tal si nos reunimos por el día del amor y la amistad?

TERESA.- Negado, porque en febrero viene mi hijo de Italia y nos vamos a


la playa.

LUISA.- Entonces, ¿en el día de las madres?

CARMELA.- Nones, porque es el único día que me toman en cuenta en mi


casa.

- 109 -
TERESA.- Ya sé, en mi cumpleaños, yo les invito a mi casa.

LUISA.- Es probable, me llamas…

CARMELA.- Yo no puedo. A tu maridito no lo quiero ver ni en pintura des-


de aquella vez…Reúnanse ustedes.

TERESA.- Así no hay chiste, las tres o ninguna.

CORO.- (Cantando con la melodía del Can Can:) Somos bellas y graciosas,
siempre coquetonas pero al natural ja, ja, ja, ja, ja…

FIN

Este texto fue escrito en base a testimonios de los primeros amores de


las compañeras del Grupo de Teatro de la edad adulta mayor “Vida Soña-
da”. Yo las fui entrelazando. Agradezco la participación del señor William
Shakespeare, de los autores de las canciones que son parte de los diálogos y
las ocurrencias de gente linda que se detiene a compartir sus historias.

Quito, 03 de septiembre 2002.

- 110 -
PLAY

PERSONAJES

Los Músicos

Las Músicas

Los Entrevistados

Las Entrevistadas

Camarógrafo

La Viajera

Cuervos

Búhos

INTRODUCCIÓN: Un grupo de música está encargado de realizar la banda


sonora de una obra de radio teatro (la guerra de los búhos y los cuervos).
Es un ensayo: leen el libreto, otros ya lo saben entonces juegan al teatro; al
mismo tiempo realizan un video testimonial de la vida del grupo.

ESCENA 1

Ambientación.

(Sin luz en el escenario, todos musicalizan una secuencia de imágenes so-


noras: lluvia, fiesta; a lo lejos, naturaleza, mercado, viaje en tren con gente,
luces a contraluz incrementándose dejan ver las siluetas de los músicos,
cenital a viajera que está en el centro.)

- 111 -
VIAJERA.- (Escribiendo un diario.) Vine a este quinto culo del mundo, por
aire, mar, tierra y recuerdos. Vine a este pueblo olvidado buscando olvido,
guardo en el corazón a las personas queridas que he encontrado en este via-
je. Acá, en el día, no pasa nada, nada, pero en las noches hablan del muerto
a puñaladas que lo velaron en la cantina. El cementerio está justo detrás de
la rockola, los entierran con la inscripción NN, No Nacido, así todo queda
bajo tierra. También cuentan de la guerra de los búhos y los cuervos tal
como si hubiera existido. Los zancudos me acorralan, mientras los amantes
del cuarto contiguo, se aman como si juntos tuvieran la última noche.

Hoy es viernes 02 de febrero, Fiesta de la Candelaria, la gente se reúne en


la plaza con tambores y...

TODOS.- (Interpretan.) La Candelaria de Toto La Momposina.

ANTONIO.- (En un extremo del escenario y dirigiéndose a quien está gra-


bando el video.) Me avisas cuando estés listo… Hola, soy Antonio, para mi,
crear música para contar una historia me convierte en su espíritu. A veces
soy tambor pantera o tristeza flauta. Cada momento de la vida tiene una
melodía, y no es lo mismo con guitarra que con violín. En este diario está
escrita la historia de la guerra de los búhos y los cuervos, es lo único que
tenemos como un recuerdo de alguien que sigue viajando.

TODOS.- No Confíes en un enemigo

Con el que un día combatiste,

Aunque hayan terminado de amigos

La venganza acecha y el rencor persiste.

ANTONIO.- En la vida es cosa seria

tener un enemigo.

TODOS.- Pero se vuelve cosa grave

cuando se torna en amigo.

TODOS.- (Interpretan: música guerrera.)

ANTONIO.- Hace mucho tiempo, había un árbol inmenso donde vivían


los cuervos, gobernados por un rey experto en escuchar, al que llamaron:
Todo Oídos. Muy cerca, en una cueva escondida de la montaña, vivían los

- 112 -
despiadados búhos y su rey: Todo Ojos, rey de las tinieblas…

ANDRÉS.- (Riendo burlonamente.) Para servirle a usted. La prensa interna-


cional nos acusa de atacar en la noche. ¡Falso! Ayer en la mañana hemos
enviado medicinas, juguetes y chocolates, a los hermanos cuervitos heri-
dos. Pero en la noche no podemos ser responsables de lo que suceda, la
noche es tenebrosa, ciega y asesina.

TODOS.-Si tú no acabas con los problemas, los problemas acabarán contigo.

(Se prepara Javier con un pico de cuervo, todos exclaman de dolor por la
matanza de los búhos a los cuervos.)

ANTONIO.- Hermanos cuervos, escuchen lo que nuestro rey tiene que de-
cir en esta hora fatal.

JAVIER.- (Leyendo:) ¡Estamos siendo exterminados! Los búhos se aprove-


chan que no vemos en la oscuridad de la noche. Ellos conocen bien nuestros
nidos. ¿Qué debemos hacer, cuervos ministros? ¿Cómo podríamos defen-
dernos? Tiene la palabra Carmela Cuentamonedas, ministra de economía.

PAOLA.- (Leyendo:) Majestad, esta guerra ha durado demasiado, la guerra


es como el fuego: si no lo apagas a tiempo, terminará devorándote. Una gue-
rra larga es la peor inversión, el peor negocio y está dicho que: Si no puedes
ganar, tienes que arrodillarte. Cuando el enemigo es poderoso, lo mejor es
un pacto decoroso. ¿Cuándo se ha visto que la nube se oponga al viento?

JAVIER.- Mmmm, tiene toda la razón.

GABRIEL.- ¡Esa paz, no es paz, es la derrota!

(A un lado del escenario, cenital a Meche.)

MECHE.- ¿Ya… hablo nomás? Hola, soy Meche, estoy un año en este gru-
po, yo no estuve de acuerdo de protestar por la guerra, me daba miedo. La
policía golpeaba sus escudos y nosotros los tambores cada vez más fuerte;
entonces sentí la sangre de mil sangres juntas, hasta que estalló la con-
fusión con el gas que salió de sus escudos. Todos corrimos en diferentes
direcciones; por cuidar el tambor, perdí mis lentes, pero no mi sombra, que
está llena de mil sangres juntas. Yo toco el Tamborín. ¿Así se dice?

TODOS.- (Emulando el sonido del instrumento.) Táras, táras, táras… tarás


tas tas.

- 113 -
MECHE.- Sin mis lentes, soy una ciega sin bastón.

MÚSICAS.- (Tocan Samba para alegrar a Meche.)

GABRIEL.- Su majestad, cuervo rey, soy: Honorio Cuenta Cadáveres, mi-


nistro de defensa. Nuestro cruel enemigo se aprovecha porque nunca ata-
camos, sólo nos defendemos. Pregunto ¿dónde queda la dignidad? Hablar
de entregarnos a su dominio sería la vergüenza y el deshonor. ¡Preparen las
armas! La paz se consigue luchando.

TODOS.- Síííí…

GABRIEL.- Hay que atacar sin piedad, a quien nunca será un enemigo
leal.

TODOS.- (Interpretan un tema guerrero.)

(Cenital a Javier.)

JAVIER.- Primero me peino… Soy Javier, vengo de un pueblo en la monta-


ña, he visto cuervos y búhos pero no sabía que estaban en guerra. Me gusta
la energía que se logra tocando tambores. Nunca imaginé actuar. Para que
lo sepan soy el rey de los cuervos y enfrento una guerra. (Personifica al rey
de los cuervos.) De pronto miré alrededor y sólo vi a mi guardia personal,
mi fiel secretaria y uno que otro ministro. ¿Cómo enfrentar al enemigo con
los niños, con los ancianos?

(Le entregan una carta, lee en voz baja.)

DIEGO.- (Quien escribió la carta.) El gran guerrero sabe triunfar antes de


salir a pelear. La paz sería una vergüenza y la guerra una carnicería. Pienso
que lo prudente, lo sensato, es emprender la huida. No como cobardes, con
el rabo entre las piernas, propongo que abandonemos el nido y nos prepa-
remos para vencer. Ya lo dice la ciencia popular: que la cabra retrocede
para atacar.

Atentamente.

Licenciado Prudencio Cuentaproblemas,

Ministro de Planificación.

JAVIER.- ¿Será que éste tiene la razón? Vamos a consultar con los sabios.

- 114 -
DIEGO.- Oiga Javier, nos vamos a tomar un cafecito, y luego lo que quiera.

JAVIER.- Hasta en la guerra hay tiempo para todo.

(Salen de escena todos, menos Gabriel y Amaranta.)

GABRIEL.- (A Amaranta:) ¿Por qué te quedaste?

AMARANTA- No hablaré palabras que no sean las de la sinceridad. Tu sa-


biduría y tu corazón generoso sabrán darme la razón. Ni la vergonzosa paz,
ni la insensata guerra, ni fingir la retirada. Hay que resistir y jamás partir. El
cocodrilo, en su medio, es capaz de vencer al elefante, pero fuera del agua
hasta un vil zorro lo puede dominar.

GABRIEL.- Es cierto, lejos de aquí somos débiles como un árbol sin raíces.
Cavemos trincheras, levantemos murallas, instalemos trampas, hagamos
música los dositos, resistir es amar, ¿te acuerdas?

(Tocan el piano y el pandero unos instantes.)

AMARANTA.- Te amé desde que adiviné tu nombre.

GABRIEL.- Pero si todo el mundo me conoce.

AMARANTA.- Señor humildad, yo adiviné tu nombre antes de que llegaras


al grupo, porque lo vi tatuado en mis manos al tocar el piano. Te sigo aman-
do, y si morimos en esta guerra, te seguiré amando.

GABRIEL.- Y después de muertos, amarnos más... Tal vez en la próxima


vida seamos peces o árboles. Lástima sería que despertáramos árboles pero
en distintos bosques.

AMARANTA.- ¿Acaso no sabes que los árboles caminan? Aunque tarden


milenios, las especies vegetales suben o bajan laderas, incluso disputan
territorios ¿Cómo puedes suponer que no volveremos a encontrarnos?

(Entran al escenario cantando el coro de la canción Nuestro Juramento, que


la popularizo Julio Jaramillo.)

(Se interrumpe la canción por efectos sonoros de ambulancias, explosiones y


aviones, algunos se esconden del bombardeo, Iván simula ser una estatua.)

IVÁN.- (Desde la posición de estatua.) Salgan de los escondites, den la cara


al sol de la verdad. Somos muy pocos para aguantar y muy frágiles para

- 115 -
resistir. Ninguna de las alternativas propuestas es la correcta. Los ministros
cuervos están ciegos. Buscar protección es la solución, hacerse a un aliado
es lo más indicado.

DIEGO.- (Vestido con tutú.) Y... ¿podríamos tener aliados fuertes, rubios y
poderosos?

TODOS.- (Tocan música Tecno.)

LEONARDO.- Hola, soy Leonardo y me dicen Leo. Hemos tocado en cientos


de ocasiones, por miles de razones. Hay quienes quieren aprovecharse, nos
dicen que toquemos por una causa que es justa y necesaria, pero sólo es
parte de la gran manipulación. En realidad, a ellos no les interesa: ni la paz,
ni la miseria, ni la discriminación, ni la ecología, sólo sus cartas que están
debajo de la mesa. Hay gente sabida, por eso, hay que saber “los porqué”
de todo, por eso vale la pena preguntar y preguntar. Por ejemplo: ¿alguien
sabe… por qué están en guerra los búhos y los cuervos?

(En otro espacio, dialogando.)

SHARON- No sé, yo nací y crecí con esta guerra encima.

PAOLA.- La guerra ha sido ley desde la noche de nuestra vida, ya nadie


hace esa pregunta.

DANILO.- Y cuando vengan a atacarnos esos búhos, voy a decirles: un ra-


tito, esperen. ¿Saben ustedes el motivo por el cual me llenan de plomo el
alma?

MECHE.- Ya no hay razón que valga, la sangre fluye. Pero no por las venas,
sino por la cañería. A veces, cuando no nos atacan, pienso… que va a ser
fatal para los que sobrevivan; recorrer los campos que han sido sembrados
de espanto y soledad y en los que sólo habrá rencor para cosechar y ven-
ganza para volver a sembrar.

DAVID.- Mi abuelo dijo que los búhos atacaron primero y luego vino la
revancha y nos fue peor.

ANDRÉS.- Siempre estamos en guerra, porque existe egoísmo, envidia. La


sed de poder ha sido el motor de la historia. Aunque no me crean, la ira ha
desatado a la bestia, a la gran bestia. Mayor información al: 666.

JAVIER.- Que nos cuente el cuervo abuelo de los abuelos.

- 116 -
LEONARDO.- (Como viejito.) La guerra no ha existido siempre, y no siem-
pre existirá... Escucha mi historia: Hubo un tiempo en que las aves, patos
salvajes, cisnes, grullas, loros, tucanes, búhos, cóndores, cigüeñas y gorrio-
nes eran libres y diferentes, amigos y solidarios.

(Efectos sonoros de pájaros.)

No tenían ni dios, ni amo, ni rey, ni presidente. Un búho fue sembrando la


duda, dijo de pájaro en pájaro que al no tener rey como los humanos, las
aves se iban a quedar subdesarrolladas y morirían adornando una jaula. Lo
hizo porque vio que los reyes humanos tenían riqueza y vivían del trabajo
de sus esclavos. Entonces pensó...

ANDRÉS.- Puedo sacar provecho siendo rey, las aves bobas traerán mi ali-
mento, cuidarán mi nido y dominaré en el día como en la noche.

¡Ey!, amigos pájaros del mundo. Yo, su entrañable hermano búho, quiero
decirles que ha llegado el día en que debo confesar lo que Dios en la última
revelación me dijo.

(Hace gesto de concentración.)

SANTIAGO.- (Simulando voz celestial:) Un pueblo sin rey

Es un barco sin timón.

Un cuerpo sin cabeza ni razón.

Una brújula sin norte ni dirección.

Un pueblo sin rey

Es una horda de salvajes y miserables.

Todo Ojos, tú eres el elegido.

(Todos proclaman al Búho como rey de las aves.)

TODOS.- ¡Viva el rey búho Todo Ojos! ¡Viva!

ANDRÉS.- Gracias por tan espontánea decisión. Prometo cambiar nuestra


condición de inferior a los seres humanos, o morir en el intento (Con el
pandero toca samba y todos le acompañan.)

TODOS.- ¡Viva el rey búho Todo Ojos! ¡Viva!

- 117 -
(Entra Diego, tocando otro ritmo.)

LEONARDO.- El cuervo estaba de viaje y no se enteró de la existencia del


nuevo rey. A su regreso se sorprendió de la fiesta.

(Algunos le dan la bienvenida y saludan cariñosamente.)

DIEGO.- ¿Qué fiesta es ésta? ¿Qué están celebrando todas las aves, bailando
y cantando?

(Otros hacen gestos de mimarle, cepillarle, besarle al Búho.)

MECHE.- Venga le cuento, ya tenemos rey, ¿no le parece plenazo?, ya no


somos un barco sin timón, ni una horda de salvajes y no se cuántas cosas
más. Ha sido una excelente idea esa de elegir al inteligente búho Todo Ojos
como rey de las aves.

DIEGO.- Así… ¡qué bien!, han elegido un ave nocturna para que nos guíe
durante el día, un ave que la luz enceguece, un rey que sólo puede vivir
entre tinieblas. Es cierto, el búho es sabio pero es ciego.

(Diego toca una melodía a la que se van sumando, menos Andrés que hace
otra melodía a la que se suman otros, hasta que irrumpe.)

ANDRÉS.- Miserable cuervo ¿por qué tenías que meterte en mi camino?

El hacha corta el árbol y con el tiempo retoña.

Pero las heridas que hace la filuda lengua jamás se curan.

Esta afrenta la pagarás no sólo tú, si no tus hijos y toda tu descendencia.

Yo, aquí y bajo este cielo, te declaro la guerra hasta el exterminio de tu


especie.

(Aparte.)

PAOLA.- Ponga a funcionar bien la camarita, la anterior vez no valió por-


que puso play en vez de rec (Se acomoda en el asiento.) Hola, yo me llamo
Paola, en la casa me dicen negra, y de niña quería ser bastonera del cole,
paracaidista, equilibrista o científica submarina o escritora de cuentos que
se derritan con el sol.

JAVIER.- Basta de cuentos, han hablado todos los ministros con las cinco

- 118 -
estrategias en la guerra: la rendición, la ofensiva, fingir la retirada, el forta-
lecimiento y la protección, todo es sabio e inútil al mismo tiempo yo creo
que debemos derrotar al enemigo con el enemigo.

TODOS.- (Música de suspenso.)

CAROLINA.- Grábeme a mí primero, que me tengo que ir. Yo soy Carolina,


dejé la universidad por la música y quiero ser bailarina de danzas triba-
les, adivinadora de futuros, para poder descifrar catástrofes, para encontrar
balas perdidas en campos floridos, y también quiero ser fotógrafa bajo las
sábanas de la gente que llora bajo las sábanas.

LEONARDO.- Los búhos habían destinado este último ataque para acabar
con los cuervos, pero al llegar al árbol no encontraron cuervos aguerridos,
ni rendidos, sólo el más anciano de los cuervos, aquel que contó el origen
de la guerra (Como viejito:) !Ay que me desangro! Y me muero sólo y triste,
he perdido el favor de mi rey.

ANDRÉS.- ¿Qué hizo que tu rey te abandonara herido, casi muerto?

LEONARDO.- (Como viejito:) El rey me pidió un consejo y no lo supe dar.


Acusado de traición fui atacado y abandonado para que tú termines lo que
él cruelmente empezó.

ANDRÉS.- ¿Qué opinan, comandantes búhos?

PAOLA.- (Con voz fingidamente aguda.) Este cuervo no es cualquier cuer-


vo, es un cuervo cuentero, puede ser peligroso, ya que la suerte lo puso en
nuestro camino hay que matarlo sin compasión.

IVÁN.- (Aparte.) Yo me llamaba Iván, hasta que un día encontré un cohete


durmiendo en mi corazón. Yo fui parte de mis sueños. Y soñaba que ma-
nantiales me bañaban en todas las direcciones y en todos venían tréboles
flotando que acariciaban mi cuerpo. Yo soñaba que la guerra, ese horror del
mundo, era sólo un sueño. Pienso que el cuervo cuentero anciano no es
peligroso, está herido por los picotazos de su rey y siente rencor, podría ser
de mucha utilidad ya que es la memoria viva de los cuervos.

GABRIEL.- Me llamo Gabriel, en la obra hago de cuervo rey y mi lema es:


Más vale ser astuto y tener suerte, porque todo se vive en un minuto.

El cruel rey Búho Todo Ojos, llevó a nuestro viejo cuervo sangrando hasta
su escondida cueva, así trazó de rojo el camino de su perdición. El anciano,

- 119 -
sin saber que sería nuestro héroe, murió al llegar. A la mañana siguiente
atacamos con todas las aves que por envidia estaban sedientas de victoria,
pocos búhos huyeron para sobrevivir. Recuperamos el poder y lo reparti-
mos entre las aves, total el cielo es inmenso y azul.

CAMARÓGRAFO.- (Que ha grabado los testimonios.) ¡No puede ser! Hay


que grabar todo nuevamente, no aparece la imagen, juro que aplaste rec
en vez de play. Qué salado que soy, pero ya sé, lo haremos mañana, a la
misma hora, en este mismo teatro. (Al público:) Espero que ustedes sí hayan
grabado con la retina del corazón. (Toma su cámara, y enfoca al público.)
¡Milagro, ya funciona! Sonrían mientras aplauden, la función terminó. (Lu-
ces al público y los músicos tocan un tema de despedida.)

Stop Eject

PLAY. Es una adaptación libre del cuento “La guerra de los búhos y los
cuervos” del libro “Cuando el Hombre es su Palabra”, de Nicolás Buena-
ventura Vidal.

- 120 -
LA JAULA DE ORO

Adaptación teatral de un cuento tradicional de la India.

Personajes:

Flautista

Hija Sol

Hija Luna

Rey

Pájaro multicolor

Pájaros multicolores

ESCENA UNO

(Ingresa con sus dos hijas un flautista hindú tocando alegremente.)

FLAUTISTA.- Amigas y amigos, gracias por venir a este encuentro con la sa-
biduría hindú. Es bien sabido que el mundo tiene muchos años y pocos las
universidades. Antes aprendíamos de boca en boca, nuestras aulas eran en
los árboles y nuestros profesores las más sabias personas de la comunidad.

El viento, el fuego, el agua y la tierra eran los libros más preciados. De mi


padre aprendí el oficio de encantar contando cuentos. (Saca una serpiente
de su sombrero.) Les quiero presentar a mi colega Margaracha, una cobra de
dientes muy filudos y bailarina como pocas, hasta ballet sobre hielo sabe
esta Margaracha, no le tengan miedo. Sólo respeto. Acompañarán con las

- 121 -
palmitas. (Toca la flauta.)

Ahora les presento a mis hijas, que me ayudan a contar historias para que
ustedes se diviertan.

HIJA SOL.- Veo, veo... (Mientras Hija dos, hace mudras en todo el diálogo).

HIJA LUNA.- ¿Qué ves?

HIJA SOL.- El palacio del rey de la India, paredes de mármol, piedras pre-
ciosas, y oro. Veo también el cuarto del rey de la India con cortinas de seda
y adornos de oro.

HIJA LUNA.- Veo, veo... (Mientras Hija uno, hace mudras en todo el diálogo).

HIJA SOL.- ¿Qué ves?

HIJA LUNA.- En el cuarto del rey de la India, justo en el centro: una jaula
de oro donde vive un pájaro multicolor, un pájaro que sabe hablar todos los
idiomas del mundo, un pájaro muy sabio que es el mejor amigo del rey de
la India, un pájaro al que no le falta nada.

HIJA SOL.- ¿Estás segura? (Repite varias veces).

(Las Hijas y Flautista representarán diversos personajes).

ESCENA DOS

REY.- Buenos días, ave mía, espero hayas tenido dulces sueños. Vengo por-
que quiero pedirte unos consejos. (Se acerca y hacen un diálogo en susu-
rros, el rey asiente). Perfecto, así lo haré, y por cierto ¿tú ya has desayuna-
do? ¡Sirviente! (Entra sirviente con una bandeja de frutas).

¡Bailarinas!

(Entra bailarina y hace su coreografía).

¡Cantante!

Cantante.- (Realiza su presentación):

- 122 -
Estaba la pájara pinta

sentadita en su verde limón.

Con el pico recoge la rama

con la rama recoge la flor.

Ayayay, ¿cuándo veré a mi amor?

Me arrodillo a los pies de mi amante

me levanto feliz y campante.

Dame una mano, dame la otra

dame un besito, sobre mi boca.

REY.- Dime, ave mía: ¿necesitas algo más?...

PÁJARO.- ¡Oh, rey de la India! En realidad, aquí me doy de bien servido,


comidas pomposas, espectáculos exóticos, y todos los sirvientes me hacen
reverencias, pero hay una cosa que no tengo y quisiera tener... Si tú dices
que eres mi amigo, dame mi libertad.

REY.- ¡Ah, eso nunca! Te quedarás conmigo, para siempre a mi lado en esa
jaula de oro. Hasta ahora tus consejos nunca han fallado, eres un gran ami-
go, por eso tendrás las atenciones de un príncipe. Cualquier pájaro quisiera
estar en tu lugar.

(El pájaro suspira y el rey sale.)

PÁJARO.- (Canta:)

Volar, volar, volar, yo nací para ser libre paisano.

Dibujando en el cielo un pétalo de sol que es mi hermano.

Vivo en las ramas de un árbol donde canto en las mañanas,

Y en la tarde desde abajo un sapo con su coro me acompaña.

Soy del mundo vagabundo, soy colorido y apreciado sustento,

Con las plantas y animales del planeta soy su salvamento.

- 123 -
(Coro:)

Yo nací para ser libre, yo nací para volar.

Y en mi canto lo repito que viva la libertad.

ESCENA TRES

(El Rey entra y el Pájaro está en la jaula llorando.)

REY.- ¡Oh, ave mía!, tengo dos noticias una buena y una mala. ¿Cuál quie-
res oír primero?

PÁJARO.- Dame la mala, así la buena, será buenísima.

REY.- La mala noticia es que voy a realizar un viaje y estaremos separados


por un tiempo, y la buena es que visitaré después de mis negocios: la selva
que te vio nacer, si quieres, te puedo traer algo de allá para que no estés
delirando de melancolía.

PÁJARO.- ¡Oh, Rey de la India!, eres muy generoso, pero aquí yo ya tengo
todo, pero si vas a la selva donde viven los pájaros multicolores como yo,
mándales mis saludos, diles que estoy bien, que vivo en una jaula de oro en
tu castillo, y que no me falta nada, que soy muy feliz.

(El Rey sale.)

FLAUTISTA.- Y dicen los antiguos que así fue. El Rey viajó a la gran selva,
y después de hacer grandes negocios se encontró rodeado de pájaros mul-
ticolores.

ESCENA CUATRO

(El palacio se ha transformado en una selva, donde vuelan pájaros multi-


colores.)

REY.- ¡Hola! Aves multicolores, soy el rey de la India, les traigo un men-

- 124 -
saje de uno de sus hermanos. (Saca un papelito y lee:) Les mando muchos
saludos desde el palacio donde vivo, en una hermosa jaula de oro, donde
no me falta nada. Besitos, besitos…

(En ese momento cae al piso uno de los pájaros, luego otro y otro. El Rey
toma uno entre sus manos.)

REY.- ¡Oh! está caliente todavía, respira, pero esto puede ser una epidemia,
iré a proteger a mi único amigo.

ESCENA CINCO.

(En el cuarto del Rey.)

REY.- ¡Oh, ave mía! Gracias a Dios, estás bien, te contaré que me fue muy
bien… Todos los consejos sobre los negocios fueron aplicados al pie de la
letra, y por eso tuve mucho éxito y me dio tiempo para ir a la selva; caminé
entre enormes árboles y vi a los pájaros multicolores y les di tu mensaje, pero
para sorpresa mía, cayó a mis pies uno de tus hermanos y luego otro y otro.

(El pájaro multicolor cae en la jaula.)

REY.- ¡Oh, me lo temía! Es una epidemia, despierta por favor, eres mi único
amigo.

(El Rey abre la puerta de la jaula y se pone a llorar, el Pájaro se recupera y


vuela al árbol más cercano.)

PÁJARO.- ¡Oh Rey, no llores! Ya ves, estoy bien vivo, y también están bien
vivos mis hermanos allá en la selva; sencillamente me decían lo que tenía
que hacer para recuperar mi libertad. Tú y yo hemos aprendido algo el día
de hoy: tú has aprendido que un mensajero nunca sabe todos los mensajes
que trae con él, y yo he aprendido que la libertad no es una flor que te la
regalan, sino que es una flor que la debes tomar. No sufras, porque alguna
vez te visitaré.

(El Rey se sienta en la jaula y los Pájaros revolotean al son de la música; el


Rey se levanta intentando cogerlos y los Pájaros vuelan.)

- 125 -
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UÑAS Y COLMILLOS

PERSONAJES

Saltatapias

Chupalasangre

Don Goloso

Alguien 1

Alguien 2

Acto 1

ESCENA UNO

(Desde el público, empieza la escena. Apagón y Alguien 1 grita de susto.)

ALGUIEN 1.- ¡Auxilio, auxilio! Me ha robado, agarren al ladrón, que no


se escape.

(Saltatapias corre al escenario, donde se refugia y hace cuentas del botín


robado.)

(Apagón)

ALGUIEN 2.- ¡Ay… ayayay! me ha chupado la sangre. ¡Auxilio!, que no


escape el vampiro.

(Chupalasangre corre hasta el escenario saboreando.)

(Saltatapias, que no se percató de lo ocurrido, lo sigue en el escenario con

- 127 -
una linterna como su próxima víctima.)

SALTATAPIAS.- ¡Manos arriba, esto es un asalto! Dame todo el dinero que


tienes.

(Chuplasangre regresa a ver y se asusta, grita debido a la luz de la linterna


y Saltatapias se asusta por el grito.)

CHUPALASANGRE.- Hay, ñanito no me asuste de esa manera. Hooooola.


(Lo abraza y Saltatapias se retira antes que le chupe la sangre.) Para saludar
hay códigos como ese del silbo, (Silba) el yujuuu amigo, el hola, mi broder.
Pero no me ponga las intensas, no ve que yo no soporto la luz: de lámparas,
focos y todo lo que se le parezca al sol.

SALTATAPIAS.- (Sacando un espejito de su bolsillo.) ¡Oye!, tú eres mi so-


cio, cómprame un espejito.

CHUPALASANGRE.- Tú sí que estás cucú, un espejo para mí es un objeto


inútil, yo me peino al tanteo nomás.

SALTATAPIAS.- Entonces… cómprame un relojito, una cadenita, una den-


tadura postiza.

CHUPLASANGRE.- Saltatapias, sólo a ti se te ocurre que yo tengo dinero, a


mí el dinero tampoco me sirve, la sangre no se vende. Tú dices que eres mi
socio pero las veces que hemos intentado robar el banco de sangre, siempre
te echas para atrás.

SALTATAPIAS.- Y sólo a un colmilludo como tú se le ocurre que me inte-


resa la sangre, me basta y me sobra con un buen Yahuarlocro. Pero se me
ocurre una idea que nos beneficiará a los dos, y como yuntas que somos,
seguro nos va de maravilla.

CHUPALASANGRE.- Habla, antes de que amanezca, y que no sea robar la


iglesia porque si veo una cruz ahí mismo me quedo tieso. Así que… ¡habla
care tabla!

SALTATAPIAS.- Vamos de aquí, ¿no ves que hay tanto sapo? (Refiriéndose
al público. Salen de escenario.)

- 128 -
Acto 2

ESCENA DOS

(Entra Don Goloso contando billetes.)

DON GOLOSO.- (Cantando como recluta, hasta el 20.) Mi mamita me pidió


que soplara la cocina y como soy comedido me soplé a la cocinera… 17, 18,
19, 20 pa’ mi y 20 pa’ ti, (Pone esas cantidades en cada bolsillo) y mañana
espero que te reproduzcas como lo hacen los conejos, abundante como un
manantial para la vida disfrutar. Eso sí, primero una fortuna para viajar a
la luna, luego más dinero, el único dios verdadero. Oro, oro, oro... mi vida
es un tesoro.

(Entran Chupalasangre y Saltatapias sin ser vistos por Don Goloso y con una
sábana y sus cuerpos simulan un sofá.)

Es tarde para ser ayer y temprano para ser hoy. Ja ja. Descansaré: un ojo
abierto y el otro cerrado, así me mantengo asegurado y mis billetitos con-
migo los tengo bien arropados.

(Se acuesta y ronca; los malevos descubren sus rostros.)

CHUPALASANGRE.- Este gordito está muy sangrón, realmente será un fes-


tín. Déjame chupar la sangre primero y luego te llevas su dinero.

SALTATAPIAS.- Nada de eso, compadre, yo fui el de la idea, y yo te traje


aquí. Así que yo me llevo la platita y luego sacias tu sed.

CHUPALASANGRE.- Nones jabones, qué tal si usted le está quitando los


millones y se despierta, ya no podré beberme su sangre.

¿Quién me asegura a mí que tú no lo vas a despertar?

SALTATAPIAS.- Somos yuntas, uña y colmillo, no lo dudes.

(Don Goloso hace amague de despertarse, ellos se cubren, él se vuelve a dormir, así
varias veces, cada vez con más intensidad, hasta que Don Goloso abre un ojo.)

SALTATAPIAS.- ¡Don Goloso, despierte! Este vampiro le quiere chupar la


sangre.

- 129 -
(Don Goloso, saca un garrote.)

CHUPALASANGRE.- Es una mentira, Don Goloso, soy un vecino que he


venido a prevenirle que este ladrón quiere dárselas de vivo y le quiere robar
su dinero.

DON GOLOSO.- Ni vecino ni comedido, ni sangre, ni dinero recibirán los


bandidos. Don Goloso sabe más que ustedes, para eso tengo un negocio y
nunca me peleo con mis socios. Así que si quieren empleo, muy bien venidos
serán en mi palacio. Muy pronto serán elecciones y estoy de candidato.

SALTATAPIAS.- ¿Y qué debemos hacer?

CHUPALASANGRE.- Yo sólo puedo las noches.

DON GOLOSO.- Vamos ahora a reunirnos con mis socios en la oficina cen-
tral de campaña. ¿Han oído hablar de la fuerza de choque? Así pueden
empezar, y si roban y matan con talento seguro en este negocio hay un au-
mento. Al que se oponga le ofrecen plata y si no acepta le dan plomo; como
ven, sólo es cuestión de método, primero es lo primero, lo segundo…ya
veremos. Si la ambición los trajo hasta mi, ustedes cuidarán de mi. (Le en-
trega el garrote a Saltatapias.)

CHUPALASANGRE.- Toda mi vida fui un conde, no sé lo que es trabajar…

SALTATAPIAS.- Yo, toda la vida he sido independiente, como quien dice


un carterista freelance, no cacho, no entiendo, más claro no comprendo eso
del crimen organizado.

DON GOLOSO.- (A Chupalasangre:) A nombre de la autoridad de la ley y


por los poderes del supremo, otorgo a usted el título noble de: “El hombre
del maletín”. (Le coloca una condecoración en el pecho.) Y en cuanto a ti:
si nos llegaran a descubrir en algún atraco… no te conozco y si te he visto
ya no me acuerdo. ¿Qué más independencia quieres? ¡Vamos, somos un
equipo perfecto!

(Salen del escenario, se escucha una banda sonora de multitudes.)

TODOS.- (Con pancartas políticas, cruzando el escenario.) Don Goloso,


grande y poderoso, será un gobierno lindo y cariñoso.

Y fueron felices para siempre

- 130 -
EL AMOR ES TAN HERMOSO Y TAN INTELIGENTE

PERSONAJES

Rosalba

Maribel

Tan Hermoso

Tan Inteligente

Tirano

Guardia 1

Guardia 2

Virgen del Quinche

Virgen de la Caridad del Cobre

Cura Evasivo.

Acto 1

ESCENA I

(En un altillo de iglesia hay dos vírgenes conversando.)

VIRGEN CHURONA.- Como te iba diciendo, creo que este mes he subido
de rating, cada día tengo más fans.

- 131 -
VIRGEN DEL QUINCHE.- Poco te va a durar, porque ya se acerca el día de
mi peregrinación y vendrán por miles, te lo aseguro...

VIRGEN CHURONA.- No me importa, con tal que venga aquel joven tan
hermoso con sus súplicas del amor verdadero.

VIRGEN DEL QUINCHE.- ¿Te refieres al que tiene unos gorriones en vez
de ojos?... ¡Ay, sí que es lindo! Se llama Roberto pero todos lo llaman Tan
Hermoso porque es lo primero que dijo su madre cuando él nació, y es lo
único que al verlo me nace decir: Tan Hermoso.

VIRGEN CHURONA .- Yo creo que tú debes fijarte más bien en su amigo,


el joven Jasón que todos lo conocen como Tan Inteligente, porque al nacer,
como su madre no pudo decir tan hermoso, ni tan lindo, ni tan bonito, dijo
tan inteligente, y así se quedó y se fue volviendo, a fuerza de escucharlo,
verdaderamente inteligente.

VIRGEN DEL QUINCHE.- Aguas, aguas ¡ahí vienen! Te apuesto un rosario


que viene donde mí.

(Entran los amigos, con respeto se arrodillan.)

TAN HERMOSO.- He venido para pedirte que me hagas un milagrito. Quie-


ro volver a ver a aquella doncella cuya risa hace amanecer plena de emo-
ción todos estos paisajes. Virgencita Churona, ¿te acuerdas de ella?

VIRGEN CHURONA.- No, la verdad es que esos días yo estaba de vacacio-


nes, pero cuéntame…

TAN HERMOSO.- Una mañana apareció de repente entre los árboles junto
al lago cuando nos bañábamos con Tan Inteligente. Estaba con una rosa en
la mano y haciendo gestos y danzas desapareció para siempre.

TAN INTELIGENTE.- Virgencita Churona, tú que eres milagrosa, hazle en-


tender a éste que en los gestos de aquella muchacha estaba diciéndonos
donde encontrarla. (Explica con gestos.) Mira, hizo así...rosa y alba, que
quiere decir me llamo Rosalba, luego hizo esto... Vivo en el silencio, y cer-
ca de aquí hay una ciudad llamada El Silencio; enseguida hizo esto... Mi
padre es el gobernador, y por último hizo... lo que significa mis lágrimas y
mi corazón te pertenecen.

VIRGEN CHURONA.- Lo dicho, dicho está, pero siempre necesitarás una


ayudita, tu sabes…un cariñito no debe faltar…

- 132 -
TAN HERMOSO.- Te prometo que si me ayudas vendré a la romería de
rodillas.

VIRGEN DEL QUINCHE.- Qué aburrido, eso hace todo el mundo, peregri-
nan hasta en patines, en zancos vienen, mejor si nos invitas a la fiestita de
tu boda.

VIRGEN CHURONA.- Recuerda que en la última fiesta nos vieron, fueron


con el chisme y nos multaron.

TAN INTELIGENTE.- Nadie se dará cuenta si la fiesta de la boda es con


disfraces.

VIRGEN DEL QUINCHE, VIRGEN CHURONA.- ¡Tan inteligente¡ Trato hecho.

TAN HERMOSO.- ¿Qué hacemos aquí? Vamos de guan pin pon al Silencio.

TAN INTELIGENTE.- Espérame...

(Salen y las vírgenes acomodan la escenografía para la próxima escena.)

VIRGEN DEL QUINCHE.- (Cantando.) Tú que creías que eras muy, muy, tú
que creías que eras tan, tan…

VIRGEN CHURONA.- (Cantando.) Estás celosa, se te nota en la mirada…


celosa…

ESCENA II

(Los forasteros, al cruzar por el escenario, son interceptados por dos guardias.)

GUARDIA 1.- ¡Ey! Ustedes, forasteros ¿Qué buscan en estas tierras?

TAN HERMOSO.- Vinimos en busca de...

TAN INTELIGENTE.- De negocios de vacas y pollos y granos.

GUARDIA 2.- Así que son campesinos y negociantes, ummm… Estaremos


muy pendientes de ustedes...los descubriremos antes de que cante el gallo,
y si son agitadores políticos no les quedarán ni las plumas…

- 133 -
(Se despiden los forasteros con venias. Cruza el escenario Maribel, amiga
de Rosalba.)

TAN INTELIGENTE.- En tierras extrañas, ten mucha cautela. Mira aquella


muchacha, ¿no es la misma que acompañaba a tu princesa ese día en el
lago?

TAN HERMOSO.- No sé, sólo tengo ojos para Rosalba.

TAN INTELIGENTE.- Oye niña simpática, ¡ven!, sonríe para acá, ilumina
mi camino.

MARIBEL.- ¡Ups!, si son los mismos chicos tímidos que vimos en el lago
con Rosalba, el otro día.

TAN HERMOSO.- ¿Estás diciendo que tú la conoces?

MARIBEL.- Seguro, canguro, fuimos uña y mugre durante cinco años, a


pesar de que ni su padre, que no se llama Gobernante sino Tirano, ni su
madre, ven nuestra amistad con buenos ojos y todo porque yo sé que el
Conde esconde que no es Conde, y un día que me dijo que yo no estaba a
la altura de su abolengo, se lo dije y...

TAN INTELIGENTE.- ¿Crees que podrías decirle que el joven que vio en el
lago está en la ciudad y quisiera visitarla?

MARIBEL.- ¡Despreocúpate, mi rey! Yo le llevo el recado.

(Sale. Mientras Tan Inteligente hace yoga y Tan Hermoso se desespera cami-
nando en círculos, Maribel regresa untada los brazos con betún.)

MARIBEL.- Ya le dije que ustedes están aquí, pero les cuento que ni bien
terminé, ella untó sus manos en betún y sujetándome los brazos me empujó
hacia la calle.

(Tan Hermoso tirita.)

TAN INTELIGENTE.- Tranquilo. Es importante saber leer los libros pero


también hay que leer las señales de la vida. Lo que tu Rosa del Alba te quie-
re decir es que el momento no es propicio. Hay que esperar diez noches, ya
que el claro de luna aumenta los celos furibundos de Tirano.

(Salen.)

- 134 -
ESCENA III

(Entran Las Vírgenes en procesión.)

VIRGEN CHURONA.- Entonces pasaron diez noches que pareciéronle a


Tan Hermoso un siglo. Pero el amor verdadero sabe esperar... Y la amiga
fue al décimo día y regresó escandalizada, con tres dedos de mermelada de
mora en la mejilla, por una cachetada que Rosalba dio a su amiga.

VIRGEN DEL QUINCHE.- Tan Inteligente interpretó que Rosalba no podía


ver a Tan Hermoso durante las tres próximas noches, porque estará indis-
puesta, como le ocurre a todas las mujeres una vez al mes.

VIRGEN CHURONA.- ¿Qué se dice...?

VIRGEN CHURONA Y VIRGEN DEL QUINCHE.- Tan Inteligente… jua, jua

VIRGEN CHURONA.- Vamos, te invito a un cafecito con humitas en el Pa-


necillo, vamos a visitar a una amiga para jugarnos una manito de 31.

ESCENA IV

(Entra Rosalba en su casa, deshojando una margarita.)

ROSALBA.- Me quiere, no me quiere, me quiere, lo duda, me extraña, me


olvida, no…

MARIBEL.- (Simulando golpear la puerta.) Tun, tun, tun, tun…

ROSALBA.- (Se asusta, se esconde.) Santos aparecidos, dime ¿quién eres, si


de esta o de la otra? ¿Eres de carne y hueso, o un alma en pena?

MARIBEL.- ¿Qué? ¡Ubícate! Soy tu amiga Maribel, la misma que canta y


baila. No te hagas la loca, que de la última cachetada todavía tengo recuer-
dos.

ROSALBA.- Pasa, por favor, bienvenida, amiguita mía del alma; perdona mi
confusión, es que mis padres han salido de la ciudad y he quedado sola en
este palacio, donde suelen caminar las almas en pena de los hombres que

- 135 -
mi padre manda a colgar. Y me asusté por el ruido.

MARIBEL.- ¡Ya, cálmate!, que el amor golpea a tu ventana. ¡Escucha! Ven-


go de parte de...

ROSALBA.- Perdón que te interrumpa. No te he ofrecido un roserito, un


champús, un champagne, o una colada morada, un arroz con leche ¿Higos,
tal vez…?

(rosero = bebida de hierbas y arroz, champús = bebida de maíz blanco,


colada morada = bebida de maíz negro)

MARIBEL.- ¡Y no tienes un jugo de coco, lo que pasa es que estoy a dieta,


¿muerdes? y vine así sólo por preguntar si quieres ver al muchacho que
nos...

ROSALBA.- (Interrumpiéndola.) Pero que despistada que soy, no te enseñé


mi vestido nuevo, mira, está de maravilla.

MARIBEL.- ¡Amiguis! La verdad que está divino. Pero dime: ¿qué les digo a
los muchachos que me están esperando? Dime un sí, dime un no, un puede
ser, algo...

ROSALBA.- Ahora tienes que marcharte, pronto llegarán mis padres y no te


pueden encontrar aquí. Tienes que salir por el balcón, luego tienes que es-
calar el muro, subir el tejado del vecino, atravesar el patio de la casa rosada
y dar la vuelta por la plaza del mercado.

(Hace el recorrido, se topa con Tan Hermoso y Tan Inteligente que han esta-
do observando la escena.)

TAN INTELIGENTE.- Ahora ya sabes por donde ir, Rosalba te mostró el


camino. Vamos, da vuelta por la plaza del mercado, atraviesa el patio de la
casa rosada, sube el tejado del vecino, baja el muro y entra por el balcón.

(Rosalba y Tan Hermoso se encuentran y juegan con las manos y salen de


escena para que no los vea el público.)

(Música.)

- 136 -
ESCENA V

(Entra Tan Inteligente llamando a su amigo con un silbo.)

TAN INTELIGENTE.- Eso tiene de malo el amor, han pasado días y Roberto
se olvida de mi, su tan inteligente amigo (Silba.)

(Entran Rosalba y Tan Hermoso.)

TAN HERMOSO.- Te voy a presentar a mi mejor amigo, se llama Jasón,


pero todos le decimos Tan Inteligente, porque es muy pilas.

ROSALBA.- Dime una cosita. ¿Quién descifró mis signos, tú, o tu amigo?

TAN HERMOSO.- Yo no había entendido nada, pero Tan Inteligente siem-


pre daba en el clavo.

ROSALBA.- Entonces no está bien que no me hayas hablado de él, siendo


tu amigo debiste mencionarlo desde el primer día, él es como un hermano
para ti, me gustaría darle un regalo de reconocimiento a su talento, ya re-
greso…

TAN INTELIGENTE.- Amigo, he pasado mucho tiempo sin saber de vos.


Mejor ni te pregunto cómo te va, porque estás con esa sonrisa de enamora-
do correspondido. Por cierto: ¿A dónde fue tu princesa?

TAN HERMOSO.- Le conté que tú habías descifrado sus signos y te va a


regalar algo, por ser tan inteligente.

TAN INTELIGENTE.- No debiste contarle nada…

TAN HERMOSO.- Mira quien viene, una virgen de por aquí.

TAN INTELIGENTE.- Camina raro para ser…

TAN HERMOSO.- (A la virgen) Ave María purísima.

CURA EVASIVO.- (Fingiendo la voz) Sin pecado concebida. (Huye)

(Entran los guardias persiguiendo al Cura evasivo, Guardia 2 continúa per-


secución)

GUARDIA 1.- ¡Alto ahí, que nadie se mueva!

- 137 -
TAN INTELIGENTE.- El que nada hace, nada teme.

GUARDIA 1.- ¿Qué secretos intercambiaban con una virgen de mentiras?

TAN HERMOSO.- ¿Aquí hay una virgen de mentiras?

GUARDIA 1.- Es un cura rebelde que evade la guillotina, la horca y el pa-


redón, escapando con un atuendo de la Virgen de la libertad. En su frustra-
ción de los intentos de captura, nuestro Conde ha mandado a fabricar un
monigote vestido con sotana, para ajusticiarlo cada vez que se escapa.

GUARDIA 2.- (Arrastrando el monigote) Del fusilamiento no te librarás. En


nombre del Conde, carguen, apunten, fuego… (Disparan al monigote)

GUARDIA 1.- Fusilamiento número 54, en cumplimiento del deber.

GUARDIA 2.- Para hacer negocios son muchos días por acá ¿no lo creen?

TAN INTELIGENTE.- Es cierto, exigiremos se nos pague inmediatamente y


si te vi ya no me acuerdo.

(Los Guardias salen llevando al monigote)

ROSALBA.- (Entrando.) Me engalana saber de tan inteligente amigo de mi


novio y de su ingeniosidad para vivir en este mundo de tontos. Te pido
saborees esta galleta hecha con mis propias manos.

TAN INTELIGENTE.- (Recibe la galleta.) Aprecio el detalle, y mucho más si


de tus manos viene; lamento no probar bocado, estoy lleno. Guardaré una
mitad para más noche y la otra mitad para este perro callejero, que seguro
la comerá de un solo bocado.

(Le da a un perro que muere en el instante.)

TAN HERMOSO.- ¡Está muerto! ¿Cómo pudiste intentar matar a mi amigo


del alma?

TAN INTELIGENTE.- Cálmate, tu Rosa del Alba ha hecho esto sólo por
amor. (A Rosa del Alba:) ¿Crees que yo, por haber descifrado tus signos,
siendo tan inteligente iba a separarlos mientras yo esté vivo y Tan Hermoso
no te pertenecerá del todo? Amigo, en todo amor hay un asomo de egoísmo,
con el que hay que aprender a contar. Lo que tenemos que hacer ahora, es
sacarte de este pueblo porque tu padre se ha enterado que no somos comer-
ciantes y sospecha que conspiramos contra él y nos busca para investigar-

- 138 -
nos y si se entera que estás de novio de su hija…no podremos decir: es por
amor, recuerda lo que dijo el guardián acerca de las plumas.

TAN HERMOSO.- Que no nos quedará ninguna, pero no somos gallinas…

ROSALBA.- ¡Oh! Qué desastre, aunque mi padre me mima, no consentirá


nuestro noviazgo, porque no eres un príncipe azul. El sólo ama al poder.

ESCENA VI

(Entran en escena Tirano y los guardias, Rosalba se esconde detrás de su


amiga.)

GUARDIA 1.- Desde este instante está prohibido moverse, hablar y pensar
en voz alta.

(Todos se hacen estatuas.)

GUARDIA 2.- Con ustedes hablará el Conde de El Silencio.

TIRANO.- Por tiempos inmemoriales mi familia ha dominado El Silencio.


Pero nos vemos amenazados por fuerzas extrañas que quieren derrocar mi
gobierno, para llevarlo a días de miseria de hambre y tinieblas.

Un pueblo sin rey, es un barco sin timón.

Un cuerpo sin razón.

Una brújula sin norte ni dirección.

Un pueblo sin rey, es una horda de salvajes y miserables.

Por mis informantes se que hay conspiración.

Y si no acabo con los problemas, los problemas acabarán conmigo.

Cortaré la cabeza a quien pretenda ocupar mi lugar.

TAN INTELIGENTE.- Por las palabras tan firmes y por la grandeza de tu co-
razón voy a confesarte una verdad. Mi amigo y yo fuimos contratados para
envenenarte y proclamar como reina a tu hija. Nos prestamos a tan infame

- 139 -
acción por cuanto ella nos engañó diciendo que tú eras un tirano, pero a
ciencia cierta, sólo de ver, sé que eres tan bondadoso como los santos.

GUARDIA 2.- Desconfía de este forastero, sus palabras sólo buscan confun-
dirte. ¿Cómo vas a dudar de tu familia?

TIRANO.- Detenedlo y llevadlo al calabozo. Preparen la guillotina.

TAN INTELIGENTE.- Antes de que pierda mi cabeza, déjame mostrar una


prueba irrefutable ante la procesión de la Virgen del Quinche.

(Entran las vírgenes, todos se arrodillan.)

Ustedes que han visto florecer esta historia de amor desde que fue una
semilla en el corazón y saben de la gran fiesta de celebración de la nueva
soberana, digan si lo dicho por mi es mentira.

VIRGEN CHURONA.- Antes de eso, sal de tu escondite de niña buena y


muéstrate como la princesa malvada, y escucha con atención.

VIRGEN DEL QUINCHE.- Ninguna palabra que ha dicho este forajido es


mentira. Tu hija no quería esperar a que te mueras para gobernar estas tie-
rras de mejor manera. Sólo acortaba las distancias del tiempo. Haz justicia
de una vez…

VIRGEN CHURONA.- Libera a estos dos, ya que no hay delito flagrante, y


corta la cabeza de tu hija como escarmiento.

TIRANO.- (A Tan Hermoso.) ¡Cómo has podido, sangre de mi sangre! Antes


que cortarte la cabeza preferiría morir en la isla más lejana y en la más triste
soledad.

VIRGEN CHURONA.- En estos casos, las leyes lo dicen clarito: el destierro,


es la única solución, para que los reyes vecinos no os miren con desprecio.

TAN INTELIGENTE.- Como muestra de nuestro agradecimiento, mi amigo


y yo prometemos llevar a la princesa Rosalba y su cómplice Maribel a
lejanas tierras donde la tranquilidad del paisaje les permita reflexionar y
arrepentirse de sus maldades.

TAN HERMOSO.- ¡Vamos, que se hace tarde! Una vida nueva debemos
comenzar.

ROSALBA.- (En Secreto.) ¡Qué buen plan! ¿Cómo sabías lo del destierro?

- 140 -
TAN INTELIGENTE.- Estudio leyes en mis tiempos libres.

MARIBEL.- ¡Oye! ¿Y por qué me metes en el paseo? ¡Tú sí que eres lanzado!
Pero me gusta, aunque no hemos hablado nada.

TAN INTELIGENTE.- En la próxima obra seremos los protagonistas, y


nuestros amigos los compadres ya lo verás.

(Salen y los demás hacen una imagen corporal del poder que se derrite poco
a poco.)

Fin

El Amor es Tan Hermoso y Tan Inteligente es una adaptación libre de Ál-


varo Rosero de los cuentos de CUANDO EL HOMBRE ES SU PALABRA de
Nicolás Buenaventura.

Quito-Ecuador

Abril 2005

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WHISKY MAMEY

PERSONAJES
Productora

Cantinero

El

Ella

El Otro

Aquel

Grupo de Extras

Ambientación

(Es una grabación de un comercial de licor, por lo que existe: un simulacro


de la barra de un bar, las personas de producción se maquillan, colocan la
escenografía, pancartas publicitarias, revisan textos, intercambian saludos,
se escucha la canción “Licor bendito” de Julio Jaramillo, el cantinero realiza
malabares con botellas y copas, etc.)

ESCENA UNO: Mal inicio.

PRODUCTORA.- (Con un megáfono.) Todos a sus puestos, comenzamos


la grabación en un minuto… La gente que no tiene nada que ver, salir de
escena…Silencio para empezar… Luces, cámara, salud.

CANTINERO.- El whisky es una bebida proveniente de Irlanda, elaborada


por fermentación de gramíneas: cebada, maíz, centeno, trigo, avena y arroz.

- 143 -
Se destila por evaporación de varios alambiques durante dos años.

El término whisky o whiskey deriva del escocés “uisge beatha” y del irlan-
dés “uisce beathadh”, que significa, en ambos casos, “agua de vida”.

Si busca una bebida alcohólica… prefiera…Whisky Mamey.

PRODUCTORA.- ¡Corten, corten, corten!...Dígame una cosa, ¿a usted le


gusta el whisky?

CANTINERO.- No, para nada.

PRODUCTORA.- ¿Qué tipo de licor bebe el caballero, entonces?…

CANTINERO.- Disculpe, yo no tomo alcohol, nunca he probado una sola


gota, porque mi mamita me ha dicho que si tomo unita, una copita, aunque
sea una sola gota, mi cuerpo se volverá impuro y me convertiré en un alco-
hólico, y terminaré perseguido por la justicia y tendré una muerte de cirro-
sis hepática, en la peor de las miserias humanas que se puedan imaginar.

PRODUCTORA.- ¿Y usted le creyó?…No sabe lo que se pierde… aunque


si hablamos de la resaca del día siguiente… mejor, no le digo nada, porque
ahorita siento que me persiguen gusanos gigantes. Pero… ¿qué hace en un
comercial de whisky?

CANTINERO.- Soy un actor de Cristo y necesito ese dinero para irme a


Disneylandia a conocer el paraíso terrenal.

PRODUCTORA.- ¡Me parta un rayo! ¡Un abstemio hablando de Whisky!


Cambiamos de idea, necesito de los extras, voluntarios que gusten del licor,
la farra, la fama y los chaulafanes todo el tiempo, porque no tengo más
presupuesto para refrigerios.

(Se presenta una pareja que está muy enamorada, y lo demuestran siempre.)

ÉL.- Nosotros queremos participar; nos conocimos en un karaoke y nuestra


pasión fluyó como espuma, y desde ahí nos bebemos a sorbitos la dulce
ebriedad de nuestro amor.

ELLA.- Si, si, si… ¡Hic!

GRUPO DE EXTRAS.- Uooo… (Aplauden.)

PRODUCTORA.- Así se habla, varón… ¡Comenzamos ya!… cinco, cuatro, tres,

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dos, uno, grabando… (Todos se acomodan en la barra, Él brinda con Ella.)

ELLA.- Por una mirada un mundo, por una sonrisa un cielo, por un whis-
ky… yo no sé qué te daría por un whisky.

ÉL.- (Brindando con Aquel.) ¿Sabes cuál es la diferencia entre una mujer
fea y una mujer bonita?

AQUEL.- No sé.

ÉL.- Tres whiskys. (Ríen.) ¡Salud!

AQUEL.- Mi esposa me dice: ¿acaso no te cansas de beber? Y yo le digo: que


no, porque bebo sentado.

EL OTRO.- (A Ella chocando, los vasos en tres tiempos.) Brindo por ti y por
mi y por lo que pueda suceder.

PRODUCTORA.- ¡Corten! Perfecto, escena uno se imprime. Continuamos


con eso de licor amistad, amistad-licor, licor-amistad, amistad-licor. Va-
mos con los licores alternos.

ESCENA DOS: Los amigos.

GRUPO DE EXTRAS.- (Todos en coro:) Arriba, abajo, al centro y adentro.


(Cantando): Póngale que póngale, que póngale no más, aguardiente y vino,
cerveza y coñac.

AQUEL.- Mis amigos son esponjas venidos de Argentina. El socio más mo-
desto se bebe una cantina.

GRUPO DE EXTRAS.- (Cantando:) Póngale que póngale, que póngale no


más, aguardiente y vino, cerveza y coñac.

AQUEL.- Mis amigos son esponjas venidos de Guayaquil. El socio más gen-
til se bebe hasta un barril.

GRUPO DE EXTRAS.- (Cantando:) Póngale que póngale, que póngale no


más, aguardiente y vino, cerveza y coñaaaaaaaaaac. ¡Chin, chin!

ELLA.- (A Él y hablando por teléfono celular.) ¡Ey! Yuju, amor mío, recuerda

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que vine contigo, no me dejes solita, parezco una alcohólica con un vaso
en cada mano.

ÉL.- (Por teléfono celular.) Amor, estoy brindando con el gerente general,
soy el único que sabe chistes, cariño, por eso soy indispensable, tu com-
prenderás.

ELLA.- Ayer dijiste lo mismo, y anteayer y tras antes de ayer también.

ÉL.- Te juro que es la última botella que invito y me ascienden. Te cuento


que mi jefe ya pasó de sabelotodo a hombre invisible.

ELLA.- ¿Invisible? Yo pensaba que ya estabas viendo doble.

ÉL.- Mi jefe botó unos vasos y cree que nadie lo vio, se queda hipnotizado
mirando el escote de la secretaría y según él, nadie lo ve, se cree invisible.
Ahora nos está contando que es pariente lejano del rey Carlos V.

ELLA.- Pero amor, ¿no dijiste que su familia es de Píllaro?

PRODUCTORA.- ¡Corten! Se imprime hasta el coro de borrachitos chisto-


sos. Brindemos por ello, ¡salud!

(Se escucha el tema “Borracho borrachito” de Adrian y los Dardos Negros.)

ESCENA TRES: Mal borracho.

AQUEL.- (Totalmente ebrio dirigiéndose a Él.) Yo brindo por mi gran amigo


que recién conocí ahora y lo felicito por su gran actuación en esta película;
sin embargo, déjeme decirle, licenciado, que yo hubiera hecho mejor papel
que usted, y no se crea que es mejor tragazo que yo y mejor puñete que yo,
que mi patada más baja es en la nuca y si eres más varón demuéstramelo
pedazo de soquete.

(Se arma una gresca instantánea y se separan.)

ÉL.- (A Ella.) Pero, mi amor, yo qué le hice a este mal borracho. Tú sabes, mi
corazón, que yo cuando tomo no peleo, y si peleo, es sólo contigo, mi cielo.

ELLA.- Sí, mi vidita, usted es un alhaja, máximo se vomita en la cama.

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ÉL.- Me tomaré un traguito para pasar el susto. (Toma muchos tragos se-
guidos.) Y éste por si acaso me asuste más tarde y mejor brindo por mi
compadre que está en Murcia recogiendo brócolis, y éste por los millones
de borrachos que viven en Nueva York, y brindo por todos los equipos ba-
rriales de fútbol que nunca llegan a las semifinales y brindo por el día de la
madre y brindo por mi futuro, que aunque incierto, es mío. Salud, poetas,
salud, camaradas, salud, compañeros de la fábrica de ilusiones, salud, co-
legas veterinarios, salud.

PRODUCTORA.- ¡Corten!... La escena de la pelea tenemos que repetir por-


que no salió bien enfocada la marca del licor. Todos a sus posiciones.

ÉL.- Me tomaré otro para aguantar la golpiza de la vida, y otro para olvidar-
la después.

PRODUCTORA.- ¿Dónde está el señor que toma una biela y se vuelve una
fiera?

AQUEL.- (Recuperado). Perdón, señora, me disculpa, no estaba en mis ca-


sillas, no me acuerdo de lo que pasó. Perdón, si yo fui quien inició esta
pelea.

PRODUCTORA.- Con una biela, ya sabemos qué pasa, con dos, su autocríti-
ca desaparecerá mágicamente. Hay que beber siempre, arrepentirse jamás,
dígalo con fuerza.

TODOS.- (Rehacen la pelea en cámara lenta, mientras gritan:) ¡Beber siem-


pre, arrepentirse jamás! (bis).

PRODUCTORA.- (Con una botella en la mano.) ¿Alguien necesita nivelación?

GRUPO DE EXTRAS.- ¡Beber siempre, arrepentirse jamás!

AQUEL.- Yo desde la última bronca me dije: ¡Nunca más!

PRODUCTORA.- ¿O te lo tomas, o te lo llevas puesto?

(Aquel toma y se vuelve un remolino y la pelea continúa.)

PRODUCTORA.- (En medio de la pelea, vestida de Mama Negra, en hom-


bros:) Detengan los botellazos antes que lleguen a sus cabezas. El que no
toma no quiere a su mamá. Harán vaca para la próxima, el que la vacía la
llena. No se olviden, yo soy Dionisio travesti, yo soy tu bebida de mode-

- 147 -
ración, la reina de los alcohólicos anónimos y de los conocidos también.
No pueden parar de beber, ¡salud! porque no podemos parar de producir,
somos el progreso ¡hic! de esta nación, beban, beban porque sólo así ganaré
el premio a la mejor propaganda…Yo conseguí este puesto porque dije en
la universidad que el hombre primitivo se vestía con pieles y vivía en las
tabernas. Ja, ja, ja, en las tabernas…y les pareció buenísimo, y ahora quie-
ren que triplique su fortuna, así que beban como los dioses que una piscina
llena de champagne no es nada. Beban hasta que fluyan por sus venas, bur-
bujas con rostros llenos de parabrisas… (Se saca la máscara.) Mejor vamos
con las escenas tradicionales, toda la vida el hombre trata de conquistar a
una mujer. Luces, cámaras, salud.

ESCENA CUATRO: El conquistador.

EL OTRO.- (A Ella le canta la guaracha de “Efraín Ríos”:) Con un traguito


estoy bien, con dos me pongo sabroso, con tres soy más resbaloso y con
cuatro no sé qué hacer…

ELLA.- (A El Otro:) Te cuento un secreto, pero no le avisas a nadie. Yo con


dos copas no me acuerdo de nada, y soy todas las bailarinas del mundo, y
con tres, con tres... (Llorando.) Me acuerdo de mis amigas del cole, sobre
todo de la Jaque, que fue mi mejor amiga hasta que le encontré con mi pela-
do destrampando a dos cuadras del cole, si por lo menos hubieran cruzado
la calle. Somos o no somos amigas... amar es compartir, me dijo la infeliz.
(Se le pasa el llanto.) Con cinco copas se me aflojan las enaguas, yo no sé
por qué será, pero sólo con ese vino dulce.

EL OTRO.- (Se frota las manos.) ¡Salud, nena, que esto está muy hablado!

ELLA.- Y al otro día amanezco con más ganas...

EL OTRO.- Vamos, cariño, hazle caso a tu sed ¡Salud!

ELLA.- Mejor, ya no tomo, porque tengo un problema en las piernas.

EL OTRO.- ¿Te tiemblan?

ELLA.- No, se me abren… ¡Salud!

- 148 -
(EL está sumergido en el alcohol, ahogándose.)

TODOS.- ¡Que chupe, que chupe, que chupe, que chupe!

ELLA.- (Brindando.) Porque el Ecuador es la línea imaginaria entre mi copa


y mi boca. ¡Salud! (toma y cae.)

CANTINERO.- Damas y Caballeros, tenemos a nuestra ganadora con 56


tequilas.

(Ella ha muerto y es llevada como un premio, en hombros. Suena sirena de


ambulancia.)

ESCENA CINCO: Tomo por ella.

PRODUCTORA.- ¡Corten!.. Toma única. Estuvo extremo, casi una obra de


arte, eso venderá millones, millones de millones. Todos juraban que estaba
muerta pero estaba de parranda, (Todos la miran inquisidoramente.) Si mu-
rió, fue porque estaba viva. ¡Chaulafanes para todos!

(Todos se forman y hacen un saludo nazi y gritan.)

GRUPO DE EXTRAS.-Beber siempre. Arrepentirse, ¡jamás!

AQUEL.- ¡Salud!

(El llega nadando en el aire.)

ÉL.- La juma de ayer ya se me pasó, esta es otra juma que traigo yo, que
vacilón ¡Abajo el chuchaqui!

GRUPO DE EXTRAS.- ¡Abajo, arriba, al centro y adentro!

ÉL.- Licor bendito que alivias mis pesares, eres fiel compañero en mi sole-
dad, licor, grato licor, eres el Dios de mi dolor.

Mozo, sírvame la copa rota, sírvame que me destroza, esta fiebre de obsesión.

Mozo, sírvame la copa rota, quiero sangrar gota a gota el veneno de este amor.

(Al cantinero:)

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Hermano, tú que no has bebido a tragos largos esta pócima de recuerdos, ni
te has embriagado en lejanías para acariciar los sueños, ponte un trago de
agua bendita y bebe conmigo.

CANTINERO.- Es que mi mamita me ha dicho que no beba ni en broma.

PRODUCTORA.- Ubícate, estás en la producción de una publicidad de li-


cor y tu mamita también conocerá el paraíso terrenal.

CANTINERO.- Aleluya, hermana, aleluya.

ÉL.- (Ebrio.) Además, sepa, mi querido discípulo que: Jisuscray hizo el mi-
lagro de convertir el agua en vino en las bodas de Canaán; desde ahí yo lo
busco, porque tomar agua sólo me da ganas de orinar, en cambio el vino me
hace cantar… Ponte un trago y bebe conmigo.

CANTINERO.- ¡Ya está borracho!

ÉL.- Yo soy el que cierra los bares, el que exprime la botella, pero borracho
no, borrachos los del siglo XVI, que casi sólo bebían alcohol, porque el
agua era pésima. Tómate la última, la ultimita y nos vamos.

PRODUCTORA.- ¡Corten! Diga la del estribo, diga agua loca, elixir de los
dioses, lágrimas de cocodrilo, agua de varones, chicha, pero no la última,
porque el que la vacía la llena.

(Grupo de extras hacen una coreografía con la canción “Mi agüita amarilla”
de Los Toreros Muertos.)

ESCENA SEIS: Por la plata baila el perro.

PRODUCTORA.- ¡Gracias, muchachos! Su atención, por favor. Nuestra em-


presa quiere abrir nuevas brechas en el mercado, los niños de hoy serán
los borrachos del mañana, los jóvenes serán los alcohólicos del futuro, los
abuelos han aportado toda la vida bebiendo. Pero ¿qué hay de las masco-
tas?, siempre han sido olvidadas. Eso se acabó, nuestra empresa quiere:
Alcoholemia Animal, ¿acaso no sería tierno ver brindando a un tigre con
un jabalí? Sería hermoso ver brindando a los perros.

(Grupo de Extras se transforman en perros.)

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PRODUCTORA.- Gatos.

(Grupo de Extras se transforman en gatos.)

PRODUCTORA.- Gallos.

(Grupo de Extras se transforman en gallos.)

(Cruza una botella gigante a la que siguen los gallos hasta salir del escenario.)

PRODUCTORA.- ¡Corten, se imprime! Se acabó, lo que se daba, se acabó, la


botella está vacía, vámonos. Para mi próximo comercial necesito gente intré-
pida, dispuesta a morir en el intento. ¿El producto? ¿La empresa? Es un se-
creto. Me despido, mi querido, mi necesario, mi utilidad, mi bobito, ¡cuánto
te amo!, mi rey del mundo, apreciado y estimado consumidor final.

¡Hasta la vista, baby!

Chi chin

Glosario

Chaulafán.- Arroz relleno.

Píllaro.- Ciudad de la Provincia de Tungurahua del Ecuador.

Bronca.- Pelea.

Que chupe.- Que ingiera licor.

Juma.- Estado de ebriedad, borrachera.

Chuchaqui.- Resaca.

Jisuscrai.- Jesucristo.

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SOÑÉ QUE SOÑABA UN SUEÑO

Personajes
Reportero Rey

Asistente Reina

Chico Princesa

Chica Escribano

Mujer 1 Escribana

Mujer 2 Anunciador

Dr. Sigmund Freud Anunciadora

Katy Poeta

Gato Secretaria

Pez Pepe Romance

Señora Don Julio

ESCENA UNO: Desde la calle.

(Todos en el escenario están en posiciones estáticas representando a una


ciudad, luego cobran vida con la música)

REPORTERO.- Directamente desde la mitad del mundo con las grandes


interrogantes de la humanidad...

- 153 -
(La ciudad se detiene, Reportero entrevista a una pareja de jóvenes.)

REPORTERO.- ¿Cuántas horas sueña al día?

CHICO.- Yo sueño más de treinta horas.

REPORTERO.- Dígame, joven: ¿Cómo explica, más de treinta horas soñan-


do, si el día tiene veinte y cuatro?

CHICA..- Verá señor, un minuto de un sueño es mucho más largo que un


minuto estando despierto... ¿Entiende?

REPORTERO.- Mmm…No, precisamente. ¿Estás segura que sueñas más de


lo que vives?

CHICA.- Definitivamente... Yo, por ejemplo, me despierto, miro el reloj y


son las seis y treinta; luego me vuelvo a dormir y tengo un sueño larguísimo
que pareciera tomar horas; me vuelvo a despertar y son las seis y treinta y
dos.

CHICO.- (Arrebatándole el micrófono al reportero.) ¡Hola! Sé que ustedes no


me conocen, pero algún día seré famoso. Esta es la ciudad metropolitana de
Kitópolis, donde yo nací. Aquí, mucha gente nace dormida, nunca se des-
pierta para soñar y los que sueñan dormidos se asustan de sus fantasías.

(Se acerca a una pareja de novios.)

CHICO.- Por ejemplo: ella duerme con él, pero sueña con aquel que está
por allá.

(A un señor que está con su pierna levantada.) Este otro sueña que es de-
lantero de la selección de Brasil.

(Al niño que lustra.) En cambio a este niño, su mamá le pega cuando sueña
que posa junto a Miss Ecuador en las propagandas y…

REPORTERO. (Arrebatándole el micrófono al chico.) Continuamos con unos


comerciales, ya volvemos...

- 154 -
ESCENA DOS: El comercial de armas.

(Escenificando un comercial: Un tipo agachado cambia las llantas de un


auto, mientras dos mujeres conversan.)

MUJER 1.- Como te iba diciendo, estaba en la oficina, cuando veo por la
ventana que un tipo sin camiseta se estaba robando las llantas del auto de
mi jefe.

MUJER 2.-Las llantas, tu jefe, la ventana y tú: ¡Que locura!

MUJER 1.- Entonces, el tipo tenía las dos llantas en sus manos, salgo al an-
dén y le grito: ¡Oiga Usted! ... El tipo voltea, sudaba mucho, sacó un cuchi-
llo, yo lo vi, te lo juro, aunque después dijeron que fue una llave de ruedas.
Te sigo contando; viene hacia mí. (La amiga se desmaya y la otra la socorre,
el tipo ayuda, cuando se recupera toman posición.) No me interrumpas, ok.
Te decía: viene hacia mí con intensiones perversas…

MUJER 2.- Perverso el pervertido.

MUJER 1.- Más claro ni el agua, y pensé: Mmm… Esto no se ve nada bien,
metí la mano en mi cartera. (Saca un celular y dispara, luego un revólver
y llama.) Por suerte es calibre 41 automático, y le apunté entre sus ojos,
nunca lo olvidaré... en sus ojos se dibujaban esos oscuros pensamientos de
los que te hablé... y disparé...le di en el pecho. (Mujer 2 intenta desmayarse
otra vez, Mujer 1 le amenaza con el arma, Mujer 2 se recupera.) Debía estar
drogado, o algo así... porque se tambaleaba y su pecho estaba lleno de san-
gre y me miró así... descargué tres tiros más desfigurándole el rostro por si
las moscas: pum, pum, pum.

MUJER 2.- (Sacando un revólver.) Qué bulla que metes, qué escándalo.
Déjame decirte, la mía es una Colt 45. No la he usado en tanto tiempo, no
sé si aún funciona...

MUJER 1.- ¿Por qué no jalas del gatillo y lo averiguas?

(Mujer 2 apunta y dispara a Mujer 1 quien cae herida mortalmente.)

MUJER 1.- Idiota, me has disparado. Ahora nos vamos juntas porque jun-
titas nos vamos a todos lados.

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(Desde el suelo le devuelve el tiro, ambas quedan muertas.)

REPORTERO (Caminando sobre los cadáveres.) Una población armada es


nuestra mejor defensa. Un revólver Colt Calibre 41 automático es seguro y
confiable, su mejor aliado. No lo olvide, encuéntrelo en farmacias, puestos
de revistas, y supermarkets. Continuamos con nuestro reportaje desde la
calle.

(Hay dos grupos que se hacen muecas y se insultan con onomatopeyas.)

REPORTERO- ¡Ustedes! ¿Quiénes son?

GRUPO 1.- (En coro:) Los que trabajamos para vivir.

REPORTERO.- Los que trabajan para vivir. ¡Qué bien!

REPORTERO.- (Al otro bando.) Y… ¡Ustedes! ¿Quiénes son?

GRUPO 2.- Los que vivimos para trabajar.

REPORTERO.- Los que viven para trabajar ¡Fantástico!

Que contradicción más famosa, no lo puedo creer.

(Aparece Dr. Sigmund Freud, caminando con un balero.)

REPORTERO.- Hablando de contradicciones, a continuación el doctor Sig-


mund Freud. Doctor: ¿Qué opina de esta contradicción? Los que trabajan
para vivir y los que viven para trabajar, ¿acaso no es la contradicción más
famosa de todos los tiempos?

DOCTOR.- Yo soy mentiroso...

REPORTERO.- ¿Por qué dice que es mentiroso?

DOCTOR.- Digo que la frase “Yo soy mentiroso” es más contundente, nadie
podría decirla, porque se estaría contradiciendo. Dígalo y se lo demostraré.

REPORTERO.- Yo soy mentiroso.

DOCTOR.- Si es verdad lo que dice, entonces ya no miente, y si es mentira


lo que dice entonces se está contradiciendo, ja, ja, ja…

Lo otro que usted dice… trabajar y vivir, es más sencillo, en este país, el
que tiene padrino se bautiza, el que nació en cunita de oro tiene pañales de

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seda... sino... Atrévase a soñar, juegue al pozo millonario.

(Todos salen corriendo y gritando detrás de un tipo con su mano en alto


llena de billetes.)

ESCENA TRES: En la alcantarilla.

(Entra Katy al escenario, luciendo elegante y sensual.)

KATY.- (Con una copa de champagne.) Yo soy Katy, nací en las alcantari-
llas, tengo siete hijas mayores a mí, todas se llaman Katy. En realidad, soy
sólo un sueño y voy a tratar de ser el más dulce y confortable.

Les cuento que tengo un Gato que hace trucos vendiendo cremas quita
manchas y espinillas, allá arriba. Y un Pez asalta charcos, los dos hacen que
mi vida sea un jardín de chistes y chocolates y chicles y cheques y chilenos
y chicharrones y chiflados y chicha y chinches y chillidos y chismes y cho-
los y chirimoyas y chicos y chulpi y chifles y chimpancés y chinchulines
y… chinchín ¡salud!

(Entra Gato quejándose.)

GATO.- miau, miau, miau, miauuu

KATY.- ¿Qué le pasa a este minino lindo?

GATO.- ¡Ay, Katy! Nada, que ando por ahí sin un alma que meterme a la
boca, ya nadie gusta cantar en el tejado o perseguir su propia cola. En rea-
lidad lo que me aflige es que estoy enamorado de una gata que está arriba
en la avenida, en una publicidad gigante. Con sus ojos brujos me mira y en
letras gigantes dice: “Engatúsame”, lo malo es que es alcohólica, y siempre
que subo y la miro está a su lado una botella de tequila.

(Entra el Pez alardeando en voz alta.)

PEZ.- Por aquí, pasen por aquí, muchachos. Cuidado, no vayan a dañar
la refrigeradora, la licuadora, la lavadora, la... Los engañé. ¡Já! creían que
alguien es capaz de abandonar en un charco sus tesoros más queridos, así
no más. Pues no... Pero no lloren; hoy conocí al Patito Feo que nadaba en
el charco de la esquina, y me contó, que al igual que yo, se enamoró de la

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gata gigante que está en la propaganda de allá arriba.

GATO.- (Ataque de celos.) Lo mataré, lo mataré. Y luego me mataré y la gata


se casará con el Patito Feo y tendrán unos gatipatos horribles.

KATY.- ¡Ey! Chicos, no están colaborando con el sueño, recuerden: tiene


que ser un sueño de lo más confortable, porque somos el sueño del públi-
co.

PEZ.- Ah, entonces seamos un sueño a domicilio. (Saca un teléfono de su


chaqueta.) ¡Aló!

KATY.- Qué buena idea. ¿No les dije? Son divinos.

(Gato entrega un auricular a alguien del público.)

PEZ.- Buenas tardes, qué gusto escucharle, su nombre, por favor... ¿Tiene
algún sueño en especial y que nosotros podríamos complacerle?

(Gato y Katy escenifican el sueño con fotos corporales románticas, mientras


el Pez toma el pedido, como si fuera un restaurante.)

PEZ.- Así se hace familia. Un fuerte aplauso a nuestro grupo de Oniron-


autas.

GATO.- Somos especialistas en realizar sueños confortables y acordes a la


medida de su presupuesto.

KATY.- Recuerde que todos podemos tener los mismos sueños pero distin-
tos despertares.

ESCENA CUATRO: El sueño del amor.

(Suena el teléfono, todos escuchan. Aparecen por cada extremo el Chico y la


Chica, acercándose.)

CHICO- Casi siempre sueño que soy tú.

Sobre todo cuando empiezo a dormir,

siento que tenemos la misma forma,

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con tus labios pequeños y tu cuerpo caracol,

y que respiro del valle a la montaña el mismo aire.

CHICA.- Yo sueño que sueñas en la espuma del mar,

nutriendo de alegría nuestros cuerpos.

Y sueño que al besar, te beso y beso en el aire,

no importa, tus labios no deben andar lejos.

CHICO.- Cuando esto sucede, no cierro las cortinas,

por si quieres venir a soñar conmigo,

a sentir que cuando te pienso, mi cuerpo tibio sueña

que es un lago rodeado de ángeles verdes,

donde una sola lágrima lo mueve todo.

CHICA.- Donde el amor cabe en el vuelo rasante de tus dedos.

CHICO.- Tus dedos…Aquellos duendes que bailan en tu mano al despe-


dirse...

CHICA.- ¿Despedirse? No, no, por favor.

(La pareja da vueltas sin encontrarse, hasta salir del escenario cada quien
por su lado.)

(Suena el teléfono.)

PEZ.- Tenemos en la línea a otro desesperado insomne. Buenos días, su


nombre por favor... Ajá... listo, justito tenemos uno que nos llegó de París,
vamos para allá en 30 minutos o le devolvemos su colchón.

(Salen del escenario.)

- 159 -
ESCENA CINCO: La princesita.

(Música clásica de princesas, Rey y Reina simulan jugar Slap Dance mien-
tras dialogan.)

REY.- Estoy un poco preocupado por la rápida evolución de estos tiempos.


Me asusta tanto que me he comido las agujas de acupuntura.

REINA.- Ya nada es igual a cuando éramos jóvenes. ¿Te acuerdas? En nues-


tro tiempo para ir al cine tenía que ser a matiné y mi papá obligaba a mi
hermana a ir también y en la mitad de nosotros, para que no estemos de
manitos sudadas.

REY.- Te dije que me asustan las juventudes actuales, tanto que he decidido
afeitarme con plus non ultra aloe vera y extractos de noni tri catalizados.

REINA.- Antes pedíamos la bendición tres veces al día y no nos atrevía-


mos a mirar a los ojos directamente cuando nos castigaban… Por todo.

REY.- Los jóvenes viven a la carrera. Estoy angustiado al máximo que he


ampliado mi memoria RAM en 180 gigas y me mandé a traer un MP 8 del
tamaño de un bizcocho.

REINA.-Antes la familia entraba en una foto y se la guardaba como una


reliquia por los siglos de los siglos…Amén.

REY.- Mi pull de médicos me detectó traumas post modernidad que me…

REINA.- Qué… ¿Te recetaron hablar y escuchar como mecanismo de co-


municación?

REY.- (Haciendo caso omiso.) No te oí, pero no me interrumpas cuando


hablo.

(Princesa pasa por el escenario, cantando la canción “Siguiendo la luna” de


los Fabulosos Cadillacs.)

PRINCESA.- Siguiendo la luna no llegaré lejos,

tan lejos como se pueda llegar...

Las cosas que dije no tienen sentido,

- 160 -
no puedo detenerme, ponerme a pensar.

Suena como un crimen que me hayas mentido,

que hayas engañado a este corazón.

Uo uo

Vamos, mi cariño, que todo está bien,

esta noche cambiaré, te juro que cambiaré…

REY.- ¿Para dónde, mi dulce encanto? Mi corazón de Yuyo.

PRINCESA.- Pal patio.

REINA.- ¿Ya terminaste de hacer tus tareas, Lorenita?

PRINCESA.- No, pero lo haré luego, cuando me canse de jugar.

REY.- Pero, mi tesorito, ponte un saquito, te vas resfriar.

REINA.- Es tu culpa, tú la mimas mucho, en cambio a mí…nada limonada.

PRINCESA.- Cuando dejen de pelear regreso. (Sale.)

(Los Reyes bailan un vals mientras llegan dos Escribanos.)

ESCRIBANO.- Cuenta la leyenda que este sueño tuvo que ser soñado por
soñadores expertos, ya que data del mil seiscientos y algo.

ESCRIBANA.- Y dice así: En un palacio en las afueras de París había un rey


y una reina con su princesa, como lo acaban de ver, al cuidado de la prin-
cesa se encontraban: olvido, pereza y todo lo resuelvo con plata.

ESCRIBANO.- Y cuando la princesa se pintaba el pelo de azul, la juzgaban


como juzgaban a las brujas y luego la encerraban en una burbuja de cristal.

ESCRIBANA.- Dicen también, que en los jardines del palacio hay un árbol
de la vida, que mientras subes, pierdes los años y si bajas, los ganas.

ESCRIBANO.- Ah… Entonces, si mi abuelito se sube, poco a poco perderá


años hasta llegar a ser un niño en la copa del árbol…

ESCRIBANA.- ¡Obvio!

- 161 -
ESCRIBANO.- Un día, la princesa escapaba de su burbuja de cristal y tam-
bién de casa, saliendo por la ventana hacia unas ramas que daban a la copa
del árbol de la vida, y empezó a bajar y ganó muchos años, 45 para ser
exacto.

ESCRIBANA.- Los reyes se dieron cuenta de lo sucedido y treparon el árbol


de la vida en busca de su retoño y rejuvenecieron tanto que cuando se en-
contraron con la princesa tenían nada más que 16 años.

(Entra corriendo desde el público un Atleta, música de suspenso.)

ATLETA.- Auxilio, auxilio, auxiliooo…

ESCRIBANO 1.- ¿Quién dejó entrar a nuestro sueño a este colado?

(Entran Gato y Pez, bailando música rusa.)

GATO.- En los sueños todo puede pasar, y si tratas de recordar te puedes


equivocar.

PEZ.- Un señor soñó que era una mariposa y cuando despertó, pensó: ¿aca-
so soy un hombre que soñó ser una mariposa?.. ¿O soy una mariposa que
sueña que es hombre?

GATO.- Para muchos, sus sueños son lo más real y bonito porque sus vidas
son una verdadera pesadilla a la que llaman rutina.

KATY.- (por un altavoz.) Chicos, ustedes no están colaborando con el sueño.

(Salen remedándole a Katy.)

PRINCESA. A ver, mis querubines, ¿ya se lavaron los dientes? Ahora a la


camita.

REY.- Es que, hijita, queremos pedirte que nos des permiso para ir a una
fiesta esta noche.

REINA.- Te juro que es la última vez y vamos a regresar tempranito.

PRINCESA.- ¿Cómo se les ocurre salir a estas horas? ¿Qué, no ven que la
ciudad es un peligro y no vale que anden solitos, a expensas de... no sé
cuantas cosas?

REY.- Nunca nos dejas hacer lo que queremos.

- 162 -
REINA.- Por más que me esfuerzo por ser buena, tú no nos comprendes.
¡Buaaa!

PRINCESA.- Ta bien. Pero con la condición de que yo también voy, así sea
disfrazada de árbol.

(Salen del escenario.)

ESCENA SEIS: El club TV sueños.

(Entran al escenario todos los actores de la ciudad.)

ANUNCIADOR.- Damas y caballeros: este es el Club de los sueños, sean


bienvenidos a esta aventura diaria.

ANUNCIADORA.- Tenemos el primer participante, nuestro amigo poeta.

ANUNCIADOR.- Insólitas revelaciones de un joven poeta que se suicidó


hace diez años. Asegura que soñando ha desafiado a la muerte.

POETA.- Vengo a demostrar que los poetas muertos dormimos plácida-


mente. Anoche soñé en un inmenso campo dorado, habitado por magos;
de sus ojos brotaban lechugas cantoras y ajíes luminosos y por todas partes
había gente intercambiando sueños. Había quien quería cambiar un sueño
de viajes por un sueño de amores y había quien ofrecía un sueño para reír,
en trueque por un sueño para llorar, un llanto bien gustoso.

ANUNCIADOR.- ¡Felicitaciones! Ahora, una secretaria ejecutiva en nues-


tro club de soñadores.

SECRETARIA.- Yo soñaba que un señor andaba por ahí, buscando los pe-
dacitos de su sueño hecho pedazos, por culpa de alguien que se lo había
roto sin querer. El señor los iba recogiendo, y con ellos hacía un estandarte
muy lindo, con colores calientitos. Y me lo regalaba por San Valentín.

ANIMADORA.- ¡Maravilloso! A continuación, nuestro querido amigo Pepe


Romance.

PEPE.- (Dirigiéndose a la Animadora y con acento manaba.) Anoche yo


tuve un sueño en que dos gallinazos me mataban; cuando desperté, habían

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sido tus ojos negros que enojados me miraban.

ANIMADORA.- Anoche vi en tus ojos que me querías y te besé y abrazada


a la almohada me desperté.

(Juntos sonríen, tomados de las manos.)

ANUNCIADOR.- Perfecto. ¡Corten! Vamos a un receso.

ANIMADORA.- (Soltándose de las manos de Pepe.) Fuera de cámaras no


eres nadie, ¿lo oíste?...Espero que te quede bien clarito, mi sueño no es tu
sueño.

ANUNCIADOR.- Continuamos con Julio Demóstenes Paredes, conocido en


el barrio como Don Julio, el tendero.

DON JULIO.- El sueño más grande de mi vida es que un día... Tú seas


mía.

(Refiriéndose a Animadora.)

ANIMADORA.- (Gritando a escondidas.) ¡No los soporto! ¡No los soporto!

(Cambio total de actitud, le entrega un globo inflado pero sujetada la boqui-


lla sólo con los dedos.)

Y el sueño más grande de mi vida es hacer que tu sueño sea una hermosa
realidad.

(Entrega a Julio el globo sin que llegue a sujetarlo, razón por la cual el globo
escapa por los aires desinflándose y es perseguido por Julio.)

ANIMADOR.- (Tras cámaras.) Yo nunca sueño, ni dormido, ni despierto, te


lo juro, aunque me lo exigen los productores, no puedo.

ANIMADORA.-Yo sueño en auspiciantes, pero cuando me preguntan, digo;


sueño con serpientes de mar, con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo…
como la canción de Arjona.

(“Sueño con serpientes” es una canción de Silvio Rodríguez.)

ANIMADOR.- Te equivocas, esa canción es de Bisbal, o de Rebelde Way.


¿Te gusta el título del nuevo programa: soñando por un sueño?

ANIMADORA.- Me gusta más: ensueños dorados… Es más light.

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VOZ EN OFF.- Grabando el próximo sueño… 3, 2, 1…

ESCENA SIETE: Un sueño de la plaza de Mayo.

(Entra una señora con una pañoleta, gafas y abrigo, por un lado del escena-
rio y del otro un militar tocando tambor.)

SEÑORA.- De niña yo soñaba con ser maestra.

MILITAR.- Yo fui el niño campeón de los sueños de mi escuela. Soñé en ni-


ños bien peinados que hacían los deberes y sabían las tablas de multiplicar.

SEÑORA.- Cuando era una chiquilla de pelo suelto soñé… no me acuerdo


en qué y me levante sudando de alegría.

MILITAR.- Mi ejército me soñó tal cual soy.

SEÑORA.- Después dejé de soñar por mucho tiempo, ahora sueño despier-
ta, y sueño que algún día mi hijo vuelve a mis brazos y hablamos de la
libertad por la que tanto luchó.

MILITAR.- Me hicieron creer que mi sueño era un país lleno de botas y


que el éxito era marchar en un desfile y que podíamos salvar la economía
exportando botas a los países vecinos.

SEÑORA.- En sueños le cuento a mi hijo que estando ahí parada frente a los
soldados aprendí que el valor puede más que sus botas.

MILITAR.- Yo sólo cumplo órdenes, cumplo sueños ajenos, y quien no usa


las botas lo botamos al bote.

SEÑORA.- Entonces… ¿quién sueña en que no debemos soñar, sino sólo


dormir?

MILITAR.- No sé, yo vivo en insomnio.

SEÑORA.- ¡Pillín! Algún rato cierra los ojos. Dígame ¿qué prefiere tortura
o ternura mientras está sonámbulo?

MILITAR.- Soñar, le puede costar la vida, no se olvide.

- 165 -
SEÑORA.- Alguien dijo: Tengo un gran sueño y se hizo inmortal.

(Entra el mismo Atleta corriendo, esta vez lo entrevistan Animador y Anima-


dora; todos corren por el escenario, música de suspenso.)

ATLETA.- Auxilio, auxilio, auxilioooo.

ANIMADORA.- Bienvenido al Club de los Sueños, dígame ¿qué le sucede?

ATLETA.- Me persigue, me persigue, todas las noches me persigue.

ANIMADOR.- ¿Quién?

(Se detienen.)

ATLETA.- Un Tsunami.

(Continúan corriendo, salen del escenario.)

ESCENA OCHO: Sueño de los espejos.

(Entra una señora con un espejo en la mano.)

SEÑORA.- Dime espejito mágico: ¿quién es la niña más linda del bosque?

VOZ EN OFF.- El sistema, de autoengaño ha caducado, desde ahora verá


su realidad.

SEÑORA.- Noooooooooooo. ¿Cómo pude envejecer tanto en sólo 30 años?

VOZ EN OFF.- El sistema de espejos mágicos le ofrece las siguientes alter-


nativas. Tarifa Premium Life: Tener apariencia de joven pero con toda esa
experiencia ganada.

SEÑORA.- Puede ser…Pero tal como son ahora los jóvenes yo sería una
incomprendida, una aburrida, y me sacarían de mis casillas, no aguantaría
tanto desconecte. Vamos, siempre tienen más ofertas.

VOZ EN OFF.- Tarifa Gold River: Volver a vivir, es decir, cero arrugas, cero
colesterol, cero recorrido y formateado el disco duro, con lo cual será una
nueva vida, y usted no recordará nada.

- 166 -
SEÑORA.- Esa no me sirve porque sería aprender todo de nuevo. ¡Qué pe-
reza! Pagar derecho de piso otra vez.

VOZ EN OFF.- Tarifa Ultra Plus Imperial: El reloj del universo da marcha
atrás, insólito, pero cierto. Usted y todo el mundo volverán a vivir, sólo
usted conservará su experiencia actual. ¿Acaso no es maravilloso? Podrá
corregir sus errores, anticiparse a las malas experiencias, nada la sorpren-
derá.

SEÑORA.- Eso es horrible. Sabe qué, mejor dejémoslo ahí, yo en realidad


soy un sueño de otra persona y que además es el sueño de otras, y muy
pronto despertarán.

(Al público). Les dejo el espejito mágico para que cada quien escoja su sue-
ño, que tengan dulces despertares. (Mientras sale del escenario.) ¡Adiós!
¡Good Bye! ¡Au revoir! ¡Ciao! ¡Adeus!

(Apagón y música de Pedro Aznar, entran todos con lucecitas fluorescentes.)

(Luz general, se reúnen todos, hacen la venia, música de suspenso, salen


corriendo.)

kikirikiiiiiiiiii

- 167 -
EL ÚLTIMO GRITO DE LA MUDA
12 OBRAS DE TEATRO.

Este libro contiene 12 obras de teatro, escritas por ALVARO ROSERO


PONCE. Entre las que encontrarás adaptaciones de cuentos: Solo vine
a hablar por teléfono, La Jaula de Oro, Uñas y Colmillos, La Apuesta,
y Tan Hermoso, creaciones: La Gloriosa, Whisky Mamey, y Soñé.
Además, obras compartidas con ERNESTO PROAÑO : Bajo la Puerta
y Hopitakí la fiesta de los muertos.

ALVARO MIGUEL ROSERO PONCE (gatotambor@hotmail.es)


Ha participado como actor en: el Grupo de Teatro del Colegio Juan
Montalvo, Taller de Teatro Politécnico El Ojal, El grupo de experi-
mentación teatral Oreja y como director en: Taller de Teatro Politéc-
nico NUES, Grupo de teatro Vida Soñada, Tambores y Otros Demo-
nios. Profesor de Teatro en el Colegio Menor Politécnico Pedro Vicen-
te Maldonado, Instructor de teatro para grupos vulnerables: Madres
Solteras y Niños de la Calle. Promotor cultural del Departamento de
Cultura de la Escuela Politécnica Nacional.

9 789942 025197

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