A mi Madre

"El sufrimiento emocional es tan intenso que el cuerpo entero me duele. Me siento culpable de
respirar. Todo lo que soy hasta este momento estalla en innumerables pedazos. ¿Por qué élla
y no yo? La muerte repentina de mi madre me convirtió en un espejo roto. Los alimentos
perdieron su sabor, el sueño se hizo pantano; desprovisto de palabras, la única expresión que
me quedaba era el llanto. Los seres humanos, las plantas, los animales, los objetos, todos
formando parte de ella, el mundo entero es su ausencia. Esa inmensa desesperación hace que
me de cuenta de mi absoluta falta de fe: si había Dios, Él era indiferente. Después de aquello
que llamo vida, sólo se nos concedía un abismo negro. Imposible de aceptar un rostro interior
con la capacidad de reencarnar. No hay más futuro que las cenizas. Buscando consuelo
escuche a tanta gente y al final me dijeron, -La gota divina volvió al océano de la felicidad, no
comienza no termina es eterno-, cosas así -tal vez: Dios da, Dios quita, Bendito sea Dios, todas
esas consolaciones, me miraban y me dijeron una sola palabra, me dijeron "duele", y ahí
comprendí, que el dolor hay que asumirlo, se asume el dolor, y duele, y mientras duele, duele;
y luego el duelo se va haciendo naturalmente y se va pasando, la vida igual, la vida se va
soltando poco a poco."

Adiós a la persona que mas amaba. A ti madre.

Atte.

Tu hijo Víctor.