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ron "noblemente hermanados por la puja del arte criollo".

encontró con don Francisco Taurel, otrora rico hacendado


Pero hay otras versiones, como la que publicó el diario devenido entonces en porteño muy respetable y "aficiona-
Critica del miércoles 26 de junio de 1935: "El señor Bare- do a las juergas nocturnas". Precisamente estaba organi-
na (conocido de doña Berta, por cuyo intermedio quería zando una reunión de amigos para esa misma noche, por
conseguir un trabajo estable para Carlos) asegura que tuvo lo que invitó a Razzano a amenizarla con su canto.
gran amistad con la madre de Gardel y que precisamente Razzano aceptó, pero le dijo que también llevaría a
fue él quien le aconsejó a éste la idea de dejar de buscar em- un amigo que era muy buen cantor. Quedaron en encon-
pleo y (que) se dedicara lisa y llanamente a cantar. Por mi trarse, a las diez de la noche, en la Confitería Perú, sita en
consejo -agrega- se fue Gardel a General Pico con Martino la calle homónima esquina Avenida de Mayo, la misma
y con Razzano, que es donde arranca la carrera artística de donde otra noche de febrero de 1916 Baldomero Fernández
ese muchacho." Moreno lloró, junto a Charles de Soussens, la muerte de
Cuando Gardel le devolvió la visita a Razzano en el Rubén Darío.
Café El Pelado (así llamado en alusión a la calva cabeza del Don Pancho Taurel los presentó a una rueda donde
dueño) sito en la esquina de Entre Ríos y Moreno, estuvo estaban Pedro Carrera, senador y dueño de la estancia La
presente Francisco Martino, que también terció con su Ballena, de Necochea, don Cristino Benavidez, jefe de la
canto. Allí habría nacido la idea de formar un trío y salir policía de la provincia de Buenos Aires y un señor chileno
de gira, aunque Razzano, alegando motivos familiares, se llegado ese mismo día a Buenos Aires, hombre culto y fino
excusó de integrarlo. Sea como fuere, este fue el paso inicial que resultó ser don Osman Pérez Freyre, autor de la can-
que culminó con la formación del dúo Gardel-Razzano. ción conocida como el ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Dice la historia que esa
Gardel emprendió una primera gira acompañado por noche Gardel y Razzano comieron y cantaron como nunca.
Martino. Anduvieron por Chivilcoy, Bragado, 9 de Julio Pero la cosa no terminó allí: fueron a rematar la velada
e incluso llegaron hasta General Pico, en La Pampa. No a lo Madame Jeanne, conocida también como La Ritana,
les fue muy bien económicamente y por eso, al regresar, mujer de Juan Garesio, un malevo que regentaba un local
volvieron a citarse con Razzano y concretaron un aplau- con mujeres.
dido tercero que actuó en un festival en la Casa Suiza de Para continuar con la historia, lo más fielmente posi-
Rodríguez Peña 254. ble, recurro a un libro inédito, El lejano Armenonvilk, escrito
En aquella ocasión conocieron a otro cantor, un ver- por la Profesora María Luisa Lanzavechia de Paván, hija
dadero personaje del canto criollo, llamado Saúl Salinas, de don Carlos Bonifacio Lanzavechia, uno de los dueños
apodado El Víbora por sus ojitos rasgados y su manera del mítico local.
de mirar. Era cuyano y un músico muy experto. Tiempo Entre sus recuerdos, esta respetable dama guarda el de
después formarían un cuarteto de escasa vigencia porque una noche del mes de diciembre de 1913 ("no especifico día,
Salinas, después de actuar en San Pedro, optó por retirarse hay diversas versiones", dice) en que "llega al Armenonville
en forma amigable. Pese a ello les dejó una invalorable un bullicioso grupo formado por varias personas dispues-
enseñanza. tas disfrutar preferentemente del baile y de la música,
Antes de llegar Salinas, todos cantaban al unísono, sin ocupando un salón reservado. En este grupo venían dos
hacer las dos voces clásicas del canto a dúo. Salinas había jóvenes que, a instancias de sus acompañantes habrían de
aprendido tal secreto escuchando a los dúos mexicanos cantar... Estos jóvenes eran Carlos Gardel y José Razzano,
Ábrego-Picazo y Rosales-Robinson. Juan Carlos Marambio que se avinieron a demostrar sus condiciones vocales por
Catán, en su libro de memorias Setenta años de tango, dice haberlo demostrado en otros ambientes. Empero hubo un
que Salinas "fue el organizador del dúo Gardel-Razzano, inconveniente. Se carecía de guitarra, que era el instrumen-
autor de excepcionales méritos, guitarrista de grandes to que el caso requería... pero tuvo una rápida solución. El
proyecciones... y debe recordárselo como un pionero de la gerente consiguió dos: una del gran cantor Arturo de Nava
canción nativa". y otra del propio Lanzavechia... Ambos cantores ofrecieron
El trío Gardel-Razzano-Martino continuó con una noche inolvidable, de esas que traen muchas otras
entusiasmo la gira, pero éste último se enfermó y decidió noches, ya que calurosos aplausos rubricaron la actuación
regresar por tren a Buenos Aires. El saldo de esta aventu- después de escuchar Desde entonces, El Moro, La Pastora, El
ra fue magro: cosecharon muy poco o ningún dinero. De Pangaré, Ay Aurora, Cantar eterno... Lanzavechia, conocedor
vuelta en la ciudad Gardel y Razzano se despidieron como de intérpretes, con capacidad de entendido y con espontá-
buenos amigos, sin demasiados planes para el futuro. nea autoridad, invitó más tarde a los dos cantores a incor-
Pero el destino, como se dijo, tiene sus misteriosas porarse a los espectáculos del Armenonville."
coordenadas. Razzano, en su libro de memorias, tiene idéntico
Un día de diciembre de 1913, Razzano regresaba de recuerdo. Fue llamado afuera por el señor Lanzavechia
una excursión de pesca, cuando en la Avenida de Mayo se mientras Carlos seguía cantando solo. "Después de

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