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Páncreas
Celso Matos
Hospital Erasmus. ULB, Bruselas. Bélgica
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Figura 1. S-CPRM. Anatomía normal de los conductos pancreáticos y bifurcación Figura 2. S-CPRM. Páncreas divisum completo. El conducto de Santorini se conti-
biliopancreática. núa con el conducto principal y tiene el mismo calibre, hallándose separado del
conducto ventral más pequeño.
A B
Figura 3. Páncreas divisum. A: imagen transversal potenciada en T2 de la cabeza del páncreas demostrando una dilatación del conducto de Santorini con un curso ante-
rior. B: la CPRM evidencia la anatomía del conducto dorsal, sin demostrar el conducto ventral.
El diagnóstico de páncreas anular debe estable- común de al menos 15 mm de longitud (fig. 6). La
cerse cuando la segunda porción del duodeno se administración de secretina favorece su identifica-
estrecha, presenta un engrosamiento aparente de ción.
pared (especialmente en las imágenes potencia-
das en T1 con supresión grasa), y el conducto pan-
creático rodea al duodeno (se visualiza mejor con
la S-CPRM) (fig. 4). PANCREATITIS AGUDA
La agenesia del páncreas dorsal se observa
mejor en los planos transversales, potenciados Las formas leves de la alteración están confinadas al
tanto en T1 como en T2, al demostrar la ausencia páncreas, que puede ser macroscópicamente normal o
de páncreas dorsal asociada a un conducto pan- presentar un edema intersticial, mientras que las formas
creático normal pero corto en la CPRM (fig. 5). graves se asocian a necrosis y complicaciones. Las causas
La CPRM diagnostica hasta un 82 % de los casos más comunes son la colelitiasis y el alcoholismo.
de unión biliopancreática anómala. El diagnóstico Los estudios de imagen se realizan para confirmar el
se establece cuando se observa un conducto diagnóstico clínico, detectar las posibles complicaciones,
evaluar la extensión del proceso inflamatorio intra y peri-
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A B
Figura 4. Páncreas anular. A: la CPRM identifica un conducto de Santorini de pequeño calibre rodeando al duodeno, que aparece estenosado (flecha). B: el conducto
pancreático principal y la vía biliar son normales.
B C
Figura 5. Agenesia parcial del páncreas (A). B: la imagen transversal potenciada en T2 demuestra la ausencia de parénquima en el área del cuerpo pancreático. C: la
CPRM confirma la presencia de un conducto pancreático corto limitado a la cabeza (flecha).
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A B
Figura 7. A: pancreatitis aguda con estenosis del conducto pancreático principal. B: la estenosis se rellena tras la estimulación con secretina.
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A B
Figura 8. Pancreatitis aguda con seudoquiste. A: en la CPRM, debido al tiempo de relajación T2 más corto, el líquido del quiste es menos hiperintenso que la secreción
en los conductos. B: en la imagen TSE potenciada en DP-T2, adquirida con el menor TE, también puede diferenciarse el líquido puro hiperintenso del contenido pro-
teináceo intraquístico.
A B
Figura 9. A: pancreatitis aguda con seudoquiste hemorrágico. B: la hemorragia intraquística (área hiperintensa) se identifica mejor en la secuencia con supresión grasa
potenciada en T1 (flecha).
PANCREATITIS CRÓNICA
La pancreatitis crónica es un proceso inflamatorio cró-
nico que produce un daño irreversible del parénquima y
los conductos, con una afectación progresiva de la fun-
Figura 10. Pancreatitis aguda biliar con interrupción del conducto pancreático y for- ción exocrina y endocrina. Puede ser idiopática, secun-
mación de seudoquiste. Se evidencian los defectos de repleción por litiasis en el colé-
doco distal. El seudoquiste pancreático es heterogéneo, observándose la interrup- daria al abuso de alcohol o por obstrucción del conduc-
ción del conducto pancreático principal con dilatación proximal discreta. to, y en todas estas situaciones es posible observar la pre-
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A B
Figura 11. A: pancreatitis aguda, páncreas divisum y estenosis del conducto pancreático principal. B: la estenosis localizada en el cuerpo del páncreas no se rellena tras
la administración de secretina (flecha).
A B
Figura 12. A: paciente con episodios repetidos de pancreatitis. B: realce del parénquima pancreático tras la administración de secretina, asociado a dilatación del con-
ducto pancreático principal y excreción retrasada del jugo pancreático al duodeno (flechas).
A B
Figura 13. Pancreatitis crónica calcificante obstructiva. A: en la TC sin administración de contraste se observa claramente la litiasis cálcica. B: en la CPRM, la litiasis se
pierde, detectándose una estenosis en el cuerpo del conducto pancreático con dilatación proximal (flecha).
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A B
Figura 14. Pancreatitis crónica. A: la imagen transversal TSE potenciada en T2 demuestra un conducto pancreático principal discretamente dilatado e irregular junto
con una moderada atrofia parenquimatosa de la cola pancreática. B: la CPRM demuestra claramente la afectación focal del conducto pancreático principal y sus ramas
(flecha).
A B
Figura 15. A: pancreatitis crónica con seudoquiste comunicante. B: la comunicación entre el seudoquiste y el conducto pancreático principal se detecta en la imagen
tomográfica TSE potenciada en T2.
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A B
Figura 16. Pancreatitis crónica con afectación focal del conducto pancreático principal en la cola. Antes de administrar secretina (A), la CPRM muestra estenosis del
conducto pancreático principal, que se rellena tras la administración de secretina (B) (flechas).
(focal o difusa, con aumento del tamaño glandu- la presencia de obstrucción ductal) y evaluar la
lar y áreas heterogéneas de hiperseñal en imáge- dinámica de flujo de la estenosis única del con-
nes T2 y/o realce con gadolinio en las imágenes ducto pancreático principal, en el caso de que se
potenciadas en T1) y una posible afectación vas- sospeche cáncer de páncreas (fig. 16).
cular (oclusión de la vena esplénica). El hallazgo distintivo en el diagnóstico de esta-
La secretina se puede emplear para cuantificar dios iniciales de la pancreatitis crónica es la dilata-
la repuesta secretora (puede ser normal a pesar de ción de los conductos secundarios. Aunque la pre-
A B
C D
Figura 17. Cambios precoces de pancreatitis crónica. Las imágenes potenciadas en T1 con supresión grasa (A y B) muestran la hiperintensidad de señal normal del páncreas.
La CPRM antes (C) y tras administrar secretina (D) evidencia claramente las irregularidades de los márgenes del conducto pancreático y los conductos secundarios anormales.
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A B
Figura 18. Pancreatitis del surco. A: imagen transversal TSE potenciada en T2 que demuestra una masa aplanada, con un quiste en su interior, localizada entre la cabe-
za del páncreas y la pared duodenal. B: en la CPRM se observan estenosis asociadas del conducto biliar común y el pancreático principal.
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A B
C D
Figura 19. Adenocarcinoma pancreático. A: la imagen transversal potenciada en T2 demuestra un área focal anormal en el cuerpo pancreático. B: la imagen con supre-
sión grasa potenciada en T1 evidencia un páncreas de intensidad normal en la cabeza, pero con cambios hipointensos evidentes en el cuerpo y cola. C: la imagen con
supresión grasa obtenida tras la administración de gadolinio en la fase arterial demuestra una lesión hipovascular en el cuerpo del páncreas. D: en la CPRM se consta-
ta claramente la estenosis maligna del conducto pancreático principal con dilatación proximal.
mente como lesiones hipointensas respecto al nomas ductales pancreáticos presentan cambios
páncreas. Sin embargo, cuando el carcinoma ha fibróticos densos y son relativamente hipovascula-
inducido una pancreatitis, la lesión puede apare- res. Por lo tanto, se observan netamente hipoin-
cer isointensa, siendo necesario el uso de contras- tensos en la fase arterial, cuando el páncreas esté
te para detectarla. La mayoría de los adenocarci- realzado al máximo (fig. 19).
A B
Figura 20. Tumor de células de los islotes. Las lesiones, localizadas en el cuerpo y cola, son pequeñas y no se asocian a dilatación ductal. Se observan hiperintensas en
la imagen potenciada T2 (A) e hipointensas en la potenciada T1 obtenida con supresión grasa (B).
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A B
Figura 21. Cistoadenoma seroso. Las imágenes transversal TSE potenciada en T2 (A) y CPRM (B) demuestran una lesión hiperintensa compuesta por un conglomera-
do fino de loculaciones y septos.
A B
Figura 22. Cistoadenocarcinoma mucinoso. Las imágenes transversal TSE potenciada en T2 (A) y en T1 tras administrar contraste (B) evidencian una masa quística
encapsulada con un componente sólido que realza.
La CPRM permite analizar los cambios ductales Los tumores de células de los islotes presentan
asociados (estenosis irregular con dilatación del normalmente unos tiempos de relajación T1 y T2
conducto principal proximal, ramas secundarias más largos que el páncreas, siendo hiperintensos
obliteradas o distorsionadas, estenosis del conduc- respecto al parénquima en las imágenes potencia-
to biliar común). Esta técnica debería emplearse das en T2 (fig. 20). Estas lesiones son normal-
de forma rutinaria (fig. 19). mente hipervasculares y presentan un realce pre-
Para la estadificación tumoral (evaluación de la coz en la fase arterial. Los grandes tumores no
diseminación extrapancreática, metástasis hepáti- funcionantes no engloban las estructuras vascula-
cas e infiltración o trombosis vascular) deberían res ni presentan necrosis central.
emplearse adquisiciones volumétricas 3D dinámi- Los tumores quísticos se visualizan mejor en las
cas tras la administración de gadolinio, poten- imágenes transversales potenciadas en T2 y en la
ciadas en T1. Estas secuencias permiten realizar CPRM. Los cistoadenomas serosos aparecen como
reconstrucciones multiplanares y proyecciones un conglomerado fino de loculaciones de alta
angiográficas en varias fases tras el contraste, para intensidad de señal en CPRM y las imágenes trans-
obtener una valoración preoperatoria completa versales potenciadas en T2 (fig. 21). Estas lesiones
con determinación de la resecabilidad tumoral. no tienen comunicación con los conductos pan-
La invasión de órganos vecinos es frecuente en los creáticos y pueden presentar una cicatriz central
tumores malignos. calcificada.
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A B
Figura 23. A: tumor mucinoso papilar intraductal que afecta al conducto pancreático principal. B: en la CPRM se observa una dilatación irregular del conducto pan-
creático principal. Se aprecian algunos defectos de repleción en las porciones más dilatadas del conducto, sin detectarse estenosis.
Los tumores quísticos mucinosos son lesiones cipal, sus ramas, o ambos, y pueden afectar a todas
grandes, uniloculares encapsuladas o multilocula- estas estructuras. La presentación que afecta al
das, sin comunicación con los conductos pancreáti- conducto principal se caracteriza por una dilata-
cos. Aunque su señal es normalmente similar a la ción ductal difusa o segmentaria sin estar asociada
del líquido, en ocasiones son hiperintensos en las a una estenosis ni otra causa de obstrucción (fig.
imágenes potenciadas en T1 debido a un alto con- 23). Cuando afecta a las ramas secundarias se loca-
tenido en mucina. Tras la administración de con- liza normalmente en el proceso uncinado, carac-
traste, pueden observarse unas paredes gruesas con terizándose por una ectasia quística de márgenes
septos y proyecciones nodulares que deben relacio- irregulares y una pequeña comunicación con el
narse con una transformación maligna (fig. 22). conducto pancreático principal (fig. 24). En las
Los tumores mucinosos papilares intraductales formas que afectan a los conductos secundarios,
se originan a partir del conducto pancreático prin- los factores que predicen malignidad son la pre-
A B
Figura 24. Tumor mucinoso papilar intraductal que afecta a un conducto secundario del proceso uncinado. La CPRE (A) y la CPRM (B) muestran una lesión quística
con defectos de relleno en su interior por depósitos de mucina. La lesión presenta unos márgenes irregulares y comunica con el conducto pancreático principal.
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