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Páncreas
Celso Matos
Hospital Erasmus. ULB, Bruselas. Bélgica
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ANATOMÍA NORMAL conducto pancreático se sitúa fuera de la pared duode-


nal, dando lugar a un trayecto común largo. Esta malfor-
Y VARIANTES DEL DESARROLLO mación es muy poco frecuente, con una incidencia que
El conducto de Wirsung desemboca en la papila mayor oscila entre 1,5 y 3,2 %. Se origina como consecuencia de
junto con el conducto biliar común. El conducto de una proliferación irregular del epitelio del conducto
Santorini vacía a través de la papila menor. Los conduc- biliar durante el desarrollo fetal. Parece ser que esta ano-
tos pancreáticos comunican entre sí cerca del istmo del malía puede causar quistes de colédoco, carcinoma de
páncreas, formando un único conducto que discurre por vesícula y vía biliar, y pancreatitis recurrente.
el centro del cuerpo y cola pancreáticos.
El tamaño máximo del conducto principal es de 3 mm
Hallazgos RM
en adultos jóvenes y de 5 mm en ancianos y el calibre es
mayor en la cabeza, disminuyendo progresivamente La colangiopancreatografía por RM (CPRM) visua-
hacia la cola. El número, longitud y calibre de las ramas liza claramente el conducto pancreático principal y el
secundarias es variable. de Santorini, pero prácticamente nunca los conduc-
Las variantes congénitas del páncreas se observan apro- tos secundarios del cuerpo y cola del páncreas (fig. 1).
ximadamente en el 10 % de la población general. El diagnóstico de páncreas divisum mejora tras
Incluyen anomalías de fusión, como el páncreas divisum, la estimulación pancreática con secretina (S-
y anomalías de rotación, como el páncreas anular y la CPRM). El diagnóstico se establece cuando el con-
agenesia parcial. La mayoría de estas variantes tienen una ducto de Santorini se continúa y tiene el mismo
importancia clínica limitada y se encuentran incidental- calibre que el conducto principal, visualizándolo
mente en la endoscopia, cirugía o autopsia. separado de un conducto ventral más pequeño
El páncreas divisum es la variante anatómica más (fig. 2). En las imágenes transversales potenciadas
común, habiéndose observado en el 5-10 % de los sujetos en T2, el conducto de Santorini está claramente
caucásicos. Es el resultado de un fallo de fusión de los separado y localizado anterior al colédoco, pre-
conductos dorsal y ventral durante el segundo mes de sentando una disposición horizontal (fig. 3). En
vida intraútero. Se ha sugerido que el páncreas divisum pacientes con páncreas divisum y pancreatitis re-
predispone a la pancreatopatía obstructiva, pero la mayo- currente, las secuencias S-CPRM dinámicas permi-
ría de los sujetos con páncreas divisum no desarrollará ten la identificación de una dificultad u obstruc-
nunca pancreatitis, dado que el páncreas divisum existe ción al flujo de salida por la papila menor, al
en alrededor del 5-10 % de la población mientras que la demostrar una dilatación persistente del conducto
incidencia general de pancreatitis es sólo del 0,1 %. principal (> 3 mm) a los 10 minutos tras la inyec-
La unión biliopancreática anómala es una malforma- ción de secretina.
ción congénita en la que la confluencia del colédoco y el

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Figura 1. S-CPRM. Anatomía normal de los conductos pancreáticos y bifurcación Figura 2. S-CPRM. Páncreas divisum completo. El conducto de Santorini se conti-
biliopancreática. núa con el conducto principal y tiene el mismo calibre, hallándose separado del
conducto ventral más pequeño.

A B

Figura 3. Páncreas divisum. A: imagen transversal potenciada en T2 de la cabeza del páncreas demostrando una dilatación del conducto de Santorini con un curso ante-
rior. B: la CPRM evidencia la anatomía del conducto dorsal, sin demostrar el conducto ventral.

El diagnóstico de páncreas anular debe estable- común de al menos 15 mm de longitud (fig. 6). La
cerse cuando la segunda porción del duodeno se administración de secretina favorece su identifica-
estrecha, presenta un engrosamiento aparente de ción.
pared (especialmente en las imágenes potencia-
das en T1 con supresión grasa), y el conducto pan-
creático rodea al duodeno (se visualiza mejor con
la S-CPRM) (fig. 4). PANCREATITIS AGUDA
La agenesia del páncreas dorsal se observa
mejor en los planos transversales, potenciados Las formas leves de la alteración están confinadas al
tanto en T1 como en T2, al demostrar la ausencia páncreas, que puede ser macroscópicamente normal o
de páncreas dorsal asociada a un conducto pan- presentar un edema intersticial, mientras que las formas
creático normal pero corto en la CPRM (fig. 5). graves se asocian a necrosis y complicaciones. Las causas
La CPRM diagnostica hasta un 82 % de los casos más comunes son la colelitiasis y el alcoholismo.
de unión biliopancreática anómala. El diagnóstico Los estudios de imagen se realizan para confirmar el
se establece cuando se observa un conducto diagnóstico clínico, detectar las posibles complicaciones,
evaluar la extensión del proceso inflamatorio intra y peri-

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A B

Figura 4. Páncreas anular. A: la CPRM identifica un conducto de Santorini de pequeño calibre rodeando al duodeno, que aparece estenosado (flecha). B: el conducto
pancreático principal y la vía biliar son normales.

pancreático, y descartar factores mecánicos que puedan


A producir una obstrucción transitoria de la salida del jugo
pancreático (páncreas divisum, páncreas anular, duplica-
ción duodenal, litiasis biliar, disfunción del esfínter de
Oddi, ectasia mucinosa ductal, tumor de la papila de
Vater).
Las complicaciones más comunes incluyen coleccio-
nes líquidas agudas (sin cápsula fibrosa ni limitación al
espacio anatómico del páncreas), abscesos, necrosis
infectada, hemorragia y seudoquistes (colecciones
encapsuladas de líquido pancreático que pueden dise-
car órganos adyacentes, causar obstrucción biliar, trom-
bosis venosa o seudoaneurismas; el 50 % no son clí-
nicamente significativas y se resuelven espontánea-
mente).

B C

Figura 5. Agenesia parcial del páncreas (A). B: la imagen transversal potenciada en T2 demuestra la ausencia de parénquima en el área del cuerpo pancreático. C: la
CPRM confirma la presencia de un conducto pancreático corto limitado a la cabeza (flecha).

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la TC para diferenciar colecciones líquidas puras


de las que contienen líquido proteináceo (restos
necróticos, sangre o pus). Sin embargo, la TC
detecta mejor la presencia de gas. La inflamación
peripancreática, las colecciones líquidas y los seu-
doquistes se detectan mejor, observándose con
grados variables de hiperseñal (fig. 8) en las imá-
genes T2 adquiridas con TE corto y muy largo, o
bien con supresión grasa. Las colecciones líquidas
hemorrágicas se evidencian mejor en las imágenes
potenciadas en T1 con supresión grasa (líquido
hiperintenso) (fig. 9).
Las imágenes tras la administración de gado-
linio deben obtenerse preferentemente con
secuencias EG-3D con supresión grasa tras un
tiempo de retraso adecuado para la correcta
detección de necrosis (ausencia focal o difusa de
realce), trombosis venosa (mesentérica, esplénica
Figura 6. Unión biliopancreática anormal. S-CPRM que demuestra la unión de los y portal) y seudoaneurisma (las arterias esplénica
conductos biliar y pancreático (flecha) con un conducto común largo y un colé- y gastroduodenal son las que se afectan más fre-
doco dilatado. El conducto de Santorini se sitúa por encima de la unión. cuentemente).
La S-CPRM puede realizarse sin complicaciones.
Permite una rápida evaluación del conducto pan-
El análisis por RM se basa en los cambios morfo- creático principal para descartar interrupción y
lógicos. En las formas leves, las imágenes transversa- contribuye a detectar litiasis y estenosis en el con-
les potenciadas en T2 y T1 con supresión grasa pue- ducto biliar común en la pancreatitis aguda biliar
den mostrar una glándula normal (de menor inten- (fig. 10).
sidad de señal que el bazo en T2 e hiperintensa en En el contexto de una pancreatitis aguda re-
T1 con supresión grasa) o un aumento de su tama- currente, la S-CPRM se emplea para descartar
ño, focal o difuso, con hiperseñal en las imágenes estenosis del conducto pancreático principal y
potenciadas T2 e hipointensidad en las potenciadas obstrucciones de las papilas mayor o menor.
T1. La utilización de S-CPRM optimiza el análisis del Cuando las estenosis se localizan en la cola del
conducto pancreático, que puede ser normal o estar páncreas, el empleo de secretina reduce la tasa de
difusamente adelgazado y presentar, en algunos falsos negativos de la CPRM. Una estenosis que se
casos, cambios morfológicos (estenosis, ectasia rellena tras la administración de secretina es, muy
moderada, defectos de repleción) (fig. 7). probablemente, de etiología benigna (fig. 11).
La RM es sensible para detectar cambios infla- Ante una dilatación difusa del conducto pancreá-
matorios peripancreáticos leves y más precisa que tico sin estenosis, debe considerarse el diagnóstico

A B

Figura 7. A: pancreatitis aguda con estenosis del conducto pancreático principal. B: la estenosis se rellena tras la estimulación con secretina.

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A B

Figura 8. Pancreatitis aguda con seudoquiste. A: en la CPRM, debido al tiempo de relajación T2 más corto, el líquido del quiste es menos hiperintenso que la secreción
en los conductos. B: en la imagen TSE potenciada en DP-T2, adquirida con el menor TE, también puede diferenciarse el líquido puro hiperintenso del contenido pro-
teináceo intraquístico.

A B

Figura 9. A: pancreatitis aguda con seudoquiste hemorrágico. B: la hemorragia intraquística (área hiperintensa) se identifica mejor en la secuencia con supresión grasa
potenciada en T1 (flecha).

de lesión mucinosa papilar intraductal, estenosis


ampular y estenosis de la papila accesoria (en pre-
sencia de páncreas divisum). La secretina contri-
buye a determinar qué pacientes presentan un
retraso en el vaciamiento pancreático a través de
la papila (en sujetos normales, el conducto pan-
creático recupera su diámetro basal en 5 minu-
tos), en cuyo caso deberían ser remitidos para una
esfinterotomía endoscópica (fig. 12).

PANCREATITIS CRÓNICA
La pancreatitis crónica es un proceso inflamatorio cró-
nico que produce un daño irreversible del parénquima y
los conductos, con una afectación progresiva de la fun-
Figura 10. Pancreatitis aguda biliar con interrupción del conducto pancreático y for- ción exocrina y endocrina. Puede ser idiopática, secun-
mación de seudoquiste. Se evidencian los defectos de repleción por litiasis en el colé-
doco distal. El seudoquiste pancreático es heterogéneo, observándose la interrup- daria al abuso de alcohol o por obstrucción del conduc-
ción del conducto pancreático principal con dilatación proximal discreta. to, y en todas estas situaciones es posible observar la pre-

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A B

Figura 11. A: pancreatitis aguda, páncreas divisum y estenosis del conducto pancreático principal. B: la estenosis localizada en el cuerpo del páncreas no se rellena tras
la administración de secretina (flecha).

A B

Figura 12. A: paciente con episodios repetidos de pancreatitis. B: realce del parénquima pancreático tras la administración de secretina, asociado a dilatación del con-
ducto pancreático principal y excreción retrasada del jugo pancreático al duodeno (flechas).

A B

Figura 13. Pancreatitis crónica calcificante obstructiva. A: en la TC sin administración de contraste se observa claramente la litiasis cálcica. B: en la CPRM, la litiasis se
pierde, detectándose una estenosis en el cuerpo del conducto pancreático con dilatación proximal (flecha).

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A B

Figura 14. Pancreatitis crónica. A: la imagen transversal TSE potenciada en T2 demuestra un conducto pancreático principal discretamente dilatado e irregular junto
con una moderada atrofia parenquimatosa de la cola pancreática. B: la CPRM demuestra claramente la afectación focal del conducto pancreático principal y sus ramas
(flecha).

sencia de calcificaciones. En algunos casos, la pancreati-


tis crónica secundaria también se asocia a enfermedades reserva exocrina pancreática tras la estimulación
autoinmunes y a enfermedad inflamatoria intestinal, for- con secretina. Su principal desventaja es la falta de
mas que generalmente no presentan calcificaciones. La sensibilidad para detectar calcificaciones, y mos-
RM debe establecer el diagnóstico, valorar las complica- trar y tipificar los defectos de repleción no calcifi-
ciones y definir un mapa de la situación antes del trata- cados (fig. 13).
miento o el seguimiento. El diagnóstico se basa en la eva- En los casos avanzados, el diagnóstico se estable-
luación de la integridad funcional de la glándula y en los ce fácilmente sólo con CPRM al identificar los
cambios estructurales del tejido pancreático, el conducto cambios estructurales de los conductos pancreáti-
pancreático principal y los conductos secundarios. cos (dilatación, disminución de calibre o forma-
ción de estenosis, contorno irregular, seudoquiste,
defectos de repleción por cálculos, tapones de
proteínas y otros restos) (fig. 14). Además, la
Las ventajas de la RM en la pancreatitis crónica CPRM es obligatoria para detectar una estenosis
incluyen la evaluación de los cambios de señal del del conducto biliar (generalmente lisa e incom-
parénquima, tanto si se realiza tras la administra- pleta en el segmento intrapancreático) y los seu-
ción de gadolinio o sin ella, para valorar su afecta- doquistes con posible comunicación con el con-
ción por fibrosis, la evaluación rápida de la anato- ducto pancreático (fig. 15). En estos estadios
mía ductal y de los cambios estructurales que afec- deben adquirirse imágenes transversales potencia-
tan al conducto pancreático principal y conductos das en T1 y T2 que permitan valorar la atrofia
secundarios, y la posibilidad de cuantificar la glandular, una pancreatitis aguda sobreañadida

A B

Figura 15. A: pancreatitis crónica con seudoquiste comunicante. B: la comunicación entre el seudoquiste y el conducto pancreático principal se detecta en la imagen
tomográfica TSE potenciada en T2.

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A B

Figura 16. Pancreatitis crónica con afectación focal del conducto pancreático principal en la cola. Antes de administrar secretina (A), la CPRM muestra estenosis del
conducto pancreático principal, que se rellena tras la administración de secretina (B) (flechas).

(focal o difusa, con aumento del tamaño glandu- la presencia de obstrucción ductal) y evaluar la
lar y áreas heterogéneas de hiperseñal en imáge- dinámica de flujo de la estenosis única del con-
nes T2 y/o realce con gadolinio en las imágenes ducto pancreático principal, en el caso de que se
potenciadas en T1) y una posible afectación vas- sospeche cáncer de páncreas (fig. 16).
cular (oclusión de la vena esplénica). El hallazgo distintivo en el diagnóstico de esta-
La secretina se puede emplear para cuantificar dios iniciales de la pancreatitis crónica es la dilata-
la repuesta secretora (puede ser normal a pesar de ción de los conductos secundarios. Aunque la pre-

A B

C D

Figura 17. Cambios precoces de pancreatitis crónica. Las imágenes potenciadas en T1 con supresión grasa (A y B) muestran la hiperintensidad de señal normal del páncreas.
La CPRM antes (C) y tras administrar secretina (D) evidencia claramente las irregularidades de los márgenes del conducto pancreático y los conductos secundarios anormales.

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A B

Figura 18. Pancreatitis del surco. A: imagen transversal TSE potenciada en T2 que demuestra una masa aplanada, con un quiste en su interior, localizada entre la cabe-
za del páncreas y la pared duodenal. B: en la CPRM se observan estenosis asociadas del conducto biliar común y el pancreático principal.

cisión para detectar la característica afectación de


TUMORES
los conductos secundarios no se conoce, la admi- Alrededor del 80 % de los tumores malignos del pán-
nistración de secretina es obligatoria en estos creas son adenocarcinomas ductales, tienen mal pronós-
casos. En un estudio reciente, la mejor visualiza- tico y la mayoría están localizados en la cabeza. Con fre-
ción de los conductos secundarios gracias al cuencia se presentan asociados a una enfermedad local
empleo de secretina, permitió el diagnóstico de avanzada o con metástasis a distancia.
cambios precoces en 19 de los 28 pacientes con Los tumores quísticos representan el 10 % de todas las
sospecha de enfermedad pancreática a los que se lesiones quísticas del páncreas e incluyen al tumor pro-
les realizó CPRE (fig. 17). ductor de mucina con potencial maligno (tumor muci-
Una alternativa en estos estadios precoces es el noso papilar intraductal y tumor quístico mucinoso) y al
uso de secuencias transversales potenciadas en T1 cistoadenoma seroso, que es una lesión benigna sin
para valorar la captación dinámica de gadolinio potencial maligno.
durante las fases arterial y venosa tardía (la dismi- Con menos frecuencia se presenta el tumor epitelial
nución de la captación durante la fase arterial y/o sólido y papilar, que afecta a mujeres menores de 50 años
el aumento de la captación en la fase venosa tardía y tiene un buen pronóstico con tratamiento quirúrgico, y
tienen una sensibilidad del 92 % y una especifici- el tumor de células de los islotes, tanto funcionantes
dad del 75 %). (85 %) como no funcionantes.
La pancreatitis crónica asociada a enfermedad Los tumores funcionantes más frecuentes son los insu-
intestinal inflamatoria o enfermedades autoinmu- linomas y los gastrinomas. Normalmente, estos tumores
nes se presenta con aumento de tamaño de la son solitarios, pero también pueden ser múltiples. La
glándula, focal o difuso, sin extensión extrapan- transformación maligna es más frecuente en los gastri-
creática del proceso inflamatorio. En el plano nomas, presentándose el 80 % de éstos con metástasis al
transversal, las secuencias potenciadas en T2 realizar el diagnóstico. Los tumores de células de los islo-
muestran un aumento de intensidad de señal del tes no funcionantes suelen ser de gran tamaño y malig-
parénquima pancreático y una captación periféri- nos. Las variantes poco frecuentes de los tumores de
ca retardada de gadolinio en las imágenes poten- células de los islotes (glucagonoma, vipomas, somatosta-
ciadas en T1 (captación en anillo que se corres- tinomas, GRFomas) son menos agresivas que los adeno-
ponde con la infiltración celular inflamatoria). carcinomas y tienen una mejor respuesta a la quimiote-
Los cambios destructivos asociados de los con- rapia.
ductos pancreáticos (similares a los observados en
la colangitis esclerosante) pueden detectarse en
la CPRM. Se caracterizan por múltiples estenosis En pacientes con sospecha de adenocarcinoma,
sin dilatación proximal significativa y se reco- la RM es relevante para detectar precozmente las
nocen mejor tras la estimulación con secretina lesiones pequeñas y estadificar adecuadamente la
(fig. 17). neoplasia antes de la cirugía.
La pancreatitis del surco es una forma poco fre- Para la detección tumoral se prefiere la utilización
cuente de pancreatitis que afecta al «surco» entre de imágenes axiales potenciadas en T1 con supre-
la cabeza del páncreas y la pared duodenal engro- sión grasa frente a las imágenes potenciadas en
sada, asociado con cambios quísticos y realce tar- T2. En las imágenes potenciadas en T1 con supre-
dío (fig. 18). sión grasa los tumores aparecen casi invariable-

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A B

C D

Figura 19. Adenocarcinoma pancreático. A: la imagen transversal potenciada en T2 demuestra un área focal anormal en el cuerpo pancreático. B: la imagen con supre-
sión grasa potenciada en T1 evidencia un páncreas de intensidad normal en la cabeza, pero con cambios hipointensos evidentes en el cuerpo y cola. C: la imagen con
supresión grasa obtenida tras la administración de gadolinio en la fase arterial demuestra una lesión hipovascular en el cuerpo del páncreas. D: en la CPRM se consta-
ta claramente la estenosis maligna del conducto pancreático principal con dilatación proximal.

mente como lesiones hipointensas respecto al nomas ductales pancreáticos presentan cambios
páncreas. Sin embargo, cuando el carcinoma ha fibróticos densos y son relativamente hipovascula-
inducido una pancreatitis, la lesión puede apare- res. Por lo tanto, se observan netamente hipoin-
cer isointensa, siendo necesario el uso de contras- tensos en la fase arterial, cuando el páncreas esté
te para detectarla. La mayoría de los adenocarci- realzado al máximo (fig. 19).

A B

Figura 20. Tumor de células de los islotes. Las lesiones, localizadas en el cuerpo y cola, son pequeñas y no se asocian a dilatación ductal. Se observan hiperintensas en
la imagen potenciada T2 (A) e hipointensas en la potenciada T1 obtenida con supresión grasa (B).

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A B

Figura 21. Cistoadenoma seroso. Las imágenes transversal TSE potenciada en T2 (A) y CPRM (B) demuestran una lesión hiperintensa compuesta por un conglomera-
do fino de loculaciones y septos.

A B

Figura 22. Cistoadenocarcinoma mucinoso. Las imágenes transversal TSE potenciada en T2 (A) y en T1 tras administrar contraste (B) evidencian una masa quística
encapsulada con un componente sólido que realza.

La CPRM permite analizar los cambios ductales Los tumores de células de los islotes presentan
asociados (estenosis irregular con dilatación del normalmente unos tiempos de relajación T1 y T2
conducto principal proximal, ramas secundarias más largos que el páncreas, siendo hiperintensos
obliteradas o distorsionadas, estenosis del conduc- respecto al parénquima en las imágenes potencia-
to biliar común). Esta técnica debería emplearse das en T2 (fig. 20). Estas lesiones son normal-
de forma rutinaria (fig. 19). mente hipervasculares y presentan un realce pre-
Para la estadificación tumoral (evaluación de la coz en la fase arterial. Los grandes tumores no
diseminación extrapancreática, metástasis hepáti- funcionantes no engloban las estructuras vascula-
cas e infiltración o trombosis vascular) deberían res ni presentan necrosis central.
emplearse adquisiciones volumétricas 3D dinámi- Los tumores quísticos se visualizan mejor en las
cas tras la administración de gadolinio, poten- imágenes transversales potenciadas en T2 y en la
ciadas en T1. Estas secuencias permiten realizar CPRM. Los cistoadenomas serosos aparecen como
reconstrucciones multiplanares y proyecciones un conglomerado fino de loculaciones de alta
angiográficas en varias fases tras el contraste, para intensidad de señal en CPRM y las imágenes trans-
obtener una valoración preoperatoria completa versales potenciadas en T2 (fig. 21). Estas lesiones
con determinación de la resecabilidad tumoral. no tienen comunicación con los conductos pan-
La invasión de órganos vecinos es frecuente en los creáticos y pueden presentar una cicatriz central
tumores malignos. calcificada.

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A B

Figura 23. A: tumor mucinoso papilar intraductal que afecta al conducto pancreático principal. B: en la CPRM se observa una dilatación irregular del conducto pan-
creático principal. Se aprecian algunos defectos de repleción en las porciones más dilatadas del conducto, sin detectarse estenosis.

Los tumores quísticos mucinosos son lesiones cipal, sus ramas, o ambos, y pueden afectar a todas
grandes, uniloculares encapsuladas o multilocula- estas estructuras. La presentación que afecta al
das, sin comunicación con los conductos pancreáti- conducto principal se caracteriza por una dilata-
cos. Aunque su señal es normalmente similar a la ción ductal difusa o segmentaria sin estar asociada
del líquido, en ocasiones son hiperintensos en las a una estenosis ni otra causa de obstrucción (fig.
imágenes potenciadas en T1 debido a un alto con- 23). Cuando afecta a las ramas secundarias se loca-
tenido en mucina. Tras la administración de con- liza normalmente en el proceso uncinado, carac-
traste, pueden observarse unas paredes gruesas con terizándose por una ectasia quística de márgenes
septos y proyecciones nodulares que deben relacio- irregulares y una pequeña comunicación con el
narse con una transformación maligna (fig. 22). conducto pancreático principal (fig. 24). En las
Los tumores mucinosos papilares intraductales formas que afectan a los conductos secundarios,
se originan a partir del conducto pancreático prin- los factores que predicen malignidad son la pre-

A B

Figura 24. Tumor mucinoso papilar intraductal que afecta a un conducto secundario del proceso uncinado. La CPRE (A) y la CPRM (B) muestran una lesión quística
con defectos de relleno en su interior por depósitos de mucina. La lesión presenta unos márgenes irregulares y comunica con el conducto pancreático principal.

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sencia de nódulos murales hipointensos, un diá- de 7 mm y un diámetro de la lesión quística supe-


metro del conducto pancreático principal mayor rior a 30 mm.

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