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7 Enfermedades prácticamente específicas de la mujer:


TCA y fibromialgia

Aida Pascual López


Jesús Magdalena Belío
Javier García Campayo

Trastornos de la conducta alimentaria (TCA)


La diferencia de prevalencia de los TCA en fun- Estos factores influyen en ambos sexos, pero más
ción del género es grande, tanto para la anore- en las mujeres porque la sociedad occidental las
xia como para la bulimia, los dos diagnósticos valora, esencialmente, por su apariencia física,
más frecuentes del grupo, siendo el ratio a fa- mientras que a los hombres se les juzga por sus
vor de la mujer del 9-10:1. Todo este grupo de acciones, personalidad o éxitos. El estereotipo de
enfermedades presenta significativas alteracio- la mujer ideal está claramente establecido e in-
nes de la imagen corporal, que es la idea que cluye unas determinadas características físicas
cada uno posee de su propio cuerpo. A diferen-
cia de lo ocurrido en otras épocas de la histo-
ria, en que la belleza se asociaba a un peso y
volumen corporales importantes, en este mo- Tabla 1. Factores que se asocian a la idealización
mento la belleza según los cánones occidenta- de la delgadez en Occidente
les se asocia a delgadez y bajo peso, así como a
tallas inferiores a la 38, todo ello representado — La moda impuesta por los medios de comunica-
por las top-model en las pasarelas de moda. ción incluye modelos delgados
Insistimos en que esto es así en la cultura occi- — La información distorsionada sobre la salud aso-
dental porque la enfermedad no ocurre en paí- cia enfermedades a exceso de peso (cuando en
realidad se asocia más a dieta inadecuada
ses no occidentalizados. Por lo tanto, nos halla-
— Se sobrevalora la importancia del autocontrol
mos ante una idealización de la delgadez en respecto a la comida, como forma de control de
Occidente, que se basa en los puntos resumidos la propia vida
en la tabla 1 (Gili y Leal, 2005).
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(que incluyen la delgadez), mientras que el del Tabla 2. Razones de la prevalencia mucho mayor
hombre ideal no está tan claramente estableci- de TCA en mujeres
do y no incluye necesariamente la delgadez. A
modo de conclusión, las razones que explicarían, — Presión social hacia la delgadez
según algunos autores, que los TCA sean mucho — Presión específica de la adolescencia
más frecuentes en mujeres, se resumen en la ta- — Vulnerabilidad específica femenina a padecer
trastornos psicobiológicos
bla 2.

Fibromialgia
Percepción del dolor en la mujer los niños varones se les envía el mensaje de que
deben negar el dolor, porque no está aceptado
En el tema del dolor, la asociación internacional socialmente que se quejen; como consecuencia,
más importante sobre el tema, la IASP los hombres tienden mucho más frecuentemente
(International Association for the Study of Pain) que las mujeres a expresar que «no tienen miedo
creó, en 1996, un Grupo de Especial Interés sobre al dolor» o que «no les importa».
«sexo, género y dolor», dando así el espaldarazo
final a la investigación sobre género en este tema. Diferencias de género
Las teorías explicativas de las diferencias de géne-
en el afrontamiento del dolor
ro en la fibromialgia consideran que la experien-
cia dolorosa se debe a la compleja interacción de La subjetividad de la experiencia dolorosa es tal
factores biológicos (genéticos, hormonales y me- que las creencias del individuo pueden contribuir
canismos endógenos de supresión del dolor), psi- al mantenimiento, exacerbación o disminución
cológicos (ansiedad, depresión y factores cogniti- de la percepción del dolor. Parece que hombres y
vos) y socioculturales (etnia, edad, historia mujeres experimentan el dolor de forma diferen-
familiar, función que va a desempeñar). La mayo- te (en cuanto a intensidad, frecuencia, patrón de
ría de los autores dan más importancia a los fac- expresión temporal, localización, etc.) por lo que
tores biológicos, sobre todo a los hormonales. es razonable que el afrontamiento sea distinto
También se otorga gran importancia a los aspec- en ambos géneros. Se acepta que las estrategias
tos psicológicos, principalmente, en el caso de las difieren en cada género: los hombres utilizan es-
mujeres, antecedentes de abuso sexual. Por últi- trategias de afrontamiento activas, centradas en
mo, entre los factores sociales, la teoría del apren- el problema para intentar solucionarlo. Por el
dizaje sociocognitiva trata sobre el desarrollo contrario, las mujeres lo afrontan centrándose en
cognitivo y defiende que los niños, desde los pri- la emoción o en los aspectos interpersonales, co-
meros años, desarrollan una percepción de sí mis- mo pueden ser expresar la emoción que sienten,
mos como masculinos o femeninos (identidad de buscar soporte social o culpabilizarse. Además,
género) a través de los mismos mecanismos invo- los varones presentan un rango de respuestas
lucrados en el aprendizaje general: imitación, re- más limitado que las mujeres.
fuerzo y castigo. La teoría del esquema de géne-
ro explica que los niños y niñas adquieren hábitos Una de las formas de afrontamiento menos efec-
masculinos y femeninos, respectivamente, en la tiva es el catastrofismo, que es «la percepción de
medida en que se amoldan a los estereotipos cul- falta de control sobre cualquier situación», lo
turalmente aceptados para ambas condiciones. cual produce una gran preocupación en el suje-
Los aspectos familiares también parecen claves: a to y constituye un factor crucial entre el dolor y
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las emociones negativas, tipo ansiedad y depre- mialgia y estableció los criterios de clasificación
sión. En general, se considera que la mujer tien- que actualmente se emplean. En 1993, la
de más a presentar este tipo de afrontamiento Organización Mundial de la Salud la incorporó a
que los hombres (Jensen y cols., 1994). También su lista de enfermedades: M 729,0 (Myopain-92
parece que las mujeres tienden mucho más que Consensus Commitee, 1993). A pesar de esto, la
los hombres a interpretar la enfermedad y el do- fibromialgia no ha escapado a una cierta con-
lor como un castigo. Todo lo descrito anterior- troversia entre los que creen que la enfermedad
mente facilita que con el mismo nivel de dolor, existe como tal y los que creen que sólo es una
sea del tipo que sea, las mujeres presenten ma- quimera que surge de una coalición interesada
yor ansiedad y depresión que los hombres entre el paciente y el médico.
(Bolton, 1994). De nuevo, parece que el hecho de
que sea más aceptable socialmente la expresión El síntoma predominante de la fibromialgia es
del malestar psicológico por parte de las mujeres, el dolor generalizado, que se caracteriza por un
podría ser una de las causas de este hecho. Otro curso fluctuante, pudiendo aumentar en dis-
tema importante es que las mujeres que desem- tintas circunstancias, como el frío, situaciones
peñan múltiples funciones (ama de casa, madre, de estrés, alteraciones del estado de ánimo o
trabajadora) podrían estar sobrecargadas psico- aumento excesivo del ejercicio físico, variando
lógicamente y facilitar este fenómeno. desde molestias leves hasta un dolor que inva-
lida para realizar cualquier actividad. Aunque el
dolor es el síntoma principal, también pueden
¿Qué es la fibromialgia? aparecer otros, como sensaciones de hormi-
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se gueo (parestesias) sobre todo a nivel distal en
caracteriza por la presencia de dolor generalizado manos y pies, fatiga, mal estado general, sueño
y que se acompaña de síntomas como sueño no no reparador y problemas de memoria y con-
reparador, ansiedad, depresión, parestesias, ten- centración (García Campayo y cols., 2005). Habi-
sión muscular, problemas de concentración y me- tualmente, la fibromialgia se asocia a otras pa-
moria, etc. Aunque no se conocen los mecanismos tologías, siendo las más frecuentes la ansiedad,
etiológicos en profundidad, los hallazgos obteni- la depresión, las jaquecas, el colon irritable, la
dos en los últimos años indican que el dolor carac- fatiga crónica, etc.
terístico de esta enfermedad surgiría de la interac-
ción entre el sistema nervioso autónomo, el eje El tratamiento de la fibromialgia es básicamente
hipótalamo-hipófiso-suprarrenal y el sistema in- sintomático, dirigido a paliar los síntomas y a
munológico. La prevalencia de esta enfermedad se mejorar la calidad de vida del paciente. En la ma-
sitúa en torno al 2-3 %, lo que hace que en yoría de los casos este tratamiento puede ser ins-
España se estime que el número de afectados es- taurado por el médico de atención primaria, de-
té entre los 800.000 y 1.200.000. Seis de cada sie- rivando al especialista los casos que no
te personas que padecen esta enfermedad son responden a las técnicas básicas de tratamiento,
mujeres, lo que la sitúa entre una de las «enferme- o cuando exista una patología concomitante, en
dades femeninas del siglo XXI». cuyo caso es necesario e incluso beneficioso el
tratamiento multidisciplinar, en el que participa-
rán reumatólogos, psicólogos, psiquiatras, fisio-
Concepto y criterios diagnósticos terapeutas y, en ocasiones, unidades del dolor.
de la fibromialgia Ninguno de los tratamientos que se conocen
hasta el momento consigue la curación de la en-
En 1990, el American College of Rheumathology fermedad, pero sí una mejoría sintomática im-
aceptó que el síndrome se denominase fibro- portante; mejora la calidad de vida, reducida por
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esta enfermedad, siendo las mejoras más impor- do por Burckhardt y cols. en 1991, haya sido di-
tantes cuando más precozmente se haga el diag- señado y validado para su utilización exclusiva
nóstico. El tratamiento incluye dos vertientes en la población femenina, no existiendo en la
que, en la mayoría de los casos, deben combinar- actualidad una versión para hombres diagnosti-
se para obtener un mejor resultado terapéutico: cados de fibromialgia.
por una parte, el tratamiento farmacológico, y
por la otra, el tratamiento no farmacológico. El Respecto a las causas que explican estas dife-
primero suele incluir fármacos que actúan sobre rencias, en el campo de la salud es frecuente que
el sistema nervioso central, habiéndose encon- se utilicen las teorías del estrés como modelo
trado distintos grados de eficacia, así como anal- explicativo de las diferencias encontradas. En el
gésicos. En cuanto al tratamiento no farmacoló- caso concreto de la fibromialgia, la posible etio-
gico, se ha propuesto la utilización de técnicas de logía relacionada con la disfunción en el eje hi-
relajación y biofeedback, técnicas posturales, fi- pótalamo-hipófiso-suprarrenal y en el sistema
sioterapia, ejercicio físico moderado y psicotera- inmunológico apoyaría esta explicación para las
pia cognitivo-conductual (Pascual y cols., 2003). diferencias de género existentes en la prevalen-
cia de la enfermedad. De este modo, la distinta
vivencia del estrés en hombres y mujeres y la di-
La fibromialgia, ferente manifestación sintomática de éste po-
¿enfermedad sólo de mujeres? drían ser las responsables de las diferencias de
género en el caso de la fibromialgia.
El trabajo más importante acerca de la preva-
lencia de la fibromialgia en la población general Aspectos diferenciales de género
es el realizado por Wolfe y cols. (1995), quienes
en la fibromialgia
utilizaron la misma metodología que para la
confección de los criterios, y realizaron un estu- Debido a la escasa prevalencia de la fibromialgia
dio en dos estadios de manera que, en primer en la población masculina, y a las dificultades
lugar, se seleccionaba a la población mediante que esto supone para encontrar muestras mas-
un cuestionario y posteriormente se realizaba la culinas significativas, existen pocos estudios diri-
exploración de los puntos fibromiálgicos en los gidos a evaluar los aspectos diferenciales de la
sujetos que habían referido dolor generalizado. enfermedad en función del género. Uno de los
En este estudio, la prevalencia estimada para la primeros estudios que abordó esta cuestión fue
población general fue del 2 % para ambos sexos, el realizado por Wolfe y cols. (1995) en el que se
un 3,4 % para el sexo femenino y un 0,5 % pa- describe la relación existente entre el sexo y las
ra el masculino, incrementándose la prevalencia características de la fibromialgia en la población
con la edad (alcanzando su valor máximo entre general. En él se pudo observar que tanto el um-
los 60 y 79 años). En España, el proyecto EPISER bral del dolor como el número de puntos doloro-
2000 reveló una prevalencia de la fibromialgia sos presentaban un continuum para los hombres
en la población general del 2,3 %, siendo en y para las mujeres, teniendo estas últimas un
mujeres del 4,2 % y en varones del 0,2 %. Esta umbral inferior y más puntos dolorosos. En este
alta prevalencia en las mujeres produce que, en estudio sólo se observó la asociación de los dife-
general, se tenga la imagen distorsionada de rentes síntomas de fibromialgia respecto al sexo
que la fibromialgia es una enfermedad única- femenino, con una mayor asociación con pre-
mente femenina. A esta situación se añaden he- sencia de intestino irritable (OR = 5,2), cansancio
chos como que el instrumento más ampliamen- (OR = 4,5) y dolor generalizado (OR = 3,9). Otro
te utilizado para evaluar la fibromialgia, el estudio realizado en Canadá por el equipo de
Fibromyalgia Impact Questionnaire, desarrolla- White y cols. (1995) también mostró una mayor
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intensidad de los síntomas en mujeres que en pacto de esta enfermedad. Paulson y cols. (2002)
hombres. El peor estado de salud en las mujeres analizaron una muestra de 14 hombres desde
diagnosticadas de fibromialgia frente a los hom- una perspectiva cualitativa y encontraron que
bres aparece también reflejado en otros estudios, los tres temas que más aparecían eran: experi-
como los realizados por Yunus y cols. (2001, mentar el cuerpo como un estorbo, ser un hom-
2002), quienes encontraron diferencias de géne- bre diferente y esforzarse por resistir el dolor, de
ro en la sintomatología de la fibromialgia, refi- modo que la experiencia de vivir con fibromial-
riendo las mujeres mayor fatiga, mayor número gia fue experimentada como un cambio físico,
de puntos gatillo y mayor número de síntomas. en uno mismo y en las relaciones.
Sin embargo, otras investigaciones apuntan en
dirección contraria, como la realizada por Cuando se evalúa el estado físico de hombres y
Buskila y cols. (2000), quienes compararon una mujeres con fibromialgia mediante pruebas de
muestra de 40 hombres con 40 mujeres con fi- laboratorio, en ocasiones se han encontrado
bromialgia, emparejados por edad y años de es- resultados diferentes según el género. Por
colaridad. Los resultados de este estudio mues- ejemplo, se ha observado que, en mujeres con
tran que los hombres con fibromialgia refieren fibromialgia, la variabilidad cardiaca es signifi-
niveles significativamente mayores de dolor, fa- cativamente menor que en hombres (Stein y
tiga, rigidez matutina, malestar general, ansie- cols., 2004). También se ha comprobado que los
dad y depresión, exponiendo como hipótesis ex- resultados a largo plazo en mujeres que pade-
plicativas factores sociales, como el mayor cen fibromialgia debido a una lesión en las vér-
umbral de síntomas que puede necesitar un tebras cervicales son peores que en hombres
hombre para solicitar asistencia médica. Al eva- con las mismas condiciones sintomáticas
luar las características psicológicas (ansiedad, (Staud, 2004). Un estudio realizado por Cohen
depresión y estrés), no se han encontrado dife- y cols. (2001) mostró una disfunción autonó-
rencias estadísticamente significativas en fun- mica en hombres con fibromialgia, revelada por
ción del género (Yunus y cols., 2002). También se una respuesta autonómica anormal al estrés
han realizado estudios cualitativos en hombres (hiperactividad simpática y actividad parasim-
afectados con fibromialgia para conocer el im- pática reducida).

Aspectos psicosociales, familiares y relacionales


La psicología cognitiva (y más concretamente, la sicos que haría a estos pacientes más sensibles a
perspectiva del procesamiento de la informa- detectar los síntomas.
ción) ha prestado atención a la percepción de
síntomas físicos como un fenómeno perceptual, La autoevaluación de la salud en mujeres posee
identificando los factores que pueden afectar a características diferentes de la que realizan los
su percepción. Entre ellos se encuentran rasgos hombres, habiéndose encontrado, por ejemplo,
estables de personalidad como la disposición a que en mujeres existe una débil asociación entre
estar atento a sensaciones corporales, la ten- la autoevaluación de la salud y la predicción de
dencia a emplear esquemas cognitivos de enfer- la mortalidad (Benyamini y cols., 2000), mientras
medad y la predisposición a atribuir sensaciones que la autoevaluación que realizan los hombres
físicas a causas somáticas u orgánicas. parecería más ajustada con los marcadores de
Recordemos que en fibromialgia se ha sugerido mortalidad («los hombres necesitan más sínto-
un modelo de hipervigilancia a los estímulos fí- mas para referir un pobre estado de salud»). Esta
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circunstancia podría avalar la teoría de que las por qué la fibromialgia es «más visible entre las
mujeres con fibromialgia perciben un peor esta- mujeres». Uno de los factores psicológicos que
do de salud física, lo que las llevaría a solicitar llevan a la cronificación del dolor y al escaso éxi-
ayuda médica, mientras que los hombres con fi- to de las intervenciones psicológicas (e incluso
bromialgia tardarían más en percibir un estado farmacológicas) es el catastrofismo. Esta tenden-
de salud negativo (necesitarían tener síntomas cia a pensar que «no hay nada que hacer» lleva a
más graves) y, por lo tanto, tardarían más tiem- un sentimiento de pérdida de control y, por lo
po en obtener un diagnóstico médico de fibro- tanto, a una menor implicación en el tratamien-
mialgia. Desde esta teoría se podría explicar la to (escogiendo estrategias de afrontamiento pa-
peor calidad de vida obtenida en algunos de los sivas). Esta tendencia al catastrofismo aparece
estudios que evalúan a hombres con fibromial- más en mujeres y ha sido bien definida en el ca-
gia, como el realizado por Buskila y cols. (2000). so de la fibromialgia, donde los pacientes sienten
que «haga lo que haga estaré mal». Socialmente,
La vivencia del dolor físico en la mujer parece es- la fibromialgia está teniendo una importante re-
tar influida por factores psicosociales y cultura- levancia en los últimos años, debido a la prolife-
les que la hacen diferente de la vivencia del do- ración de asociaciones de pacientes, al incremen-
lor que refieren los hombres. En el discurso to de la investigación biomédica en este campo y
feminista, se ha llegado a considerar la fibromial- al interés despertado en los medios de comuni-
gia como una enfermedad «creada para medica- cación. Habitualmente se presenta como una en-
lizar síntomas típicamente femeninos», teoría fermedad típicamente femenina, siendo prácti-
que no beneficia en nada la consideración de la camente inexistentes las referencias a «hombres
fibromialgia (y de otras enfermedades con mayor con fibromialgia». Este hecho lleva a que, en oca-
prevalencia en mujeres) como una enfermedad siones, cuando un hombre presenta los síntomas
definida y distinguible de otros trastornos. característicos de esta patología, los profesiona-
Nuestro objetivo no es ahondar en este discurso, les se resistan a diagnosticarle fibromialgia o
sino explicar que es cierto que la vivencia del do- que, una vez diagnosticado, sea el paciente quien
lor físico tiene elementos diferenciales en la mu- no acepte esta realidad y no recoja el diagnósti-
jer, debido a múltiples factores culturales, socia- co como propio, buscando otras posibilidades en
les y psicológicos, que pueden llegar a explicar posteriores consultas médicas.

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