Valoración de un paciente
con traumatismo abdominal
E. I. García Criado, G. Jiménez Moral,
F. J. Fonseca del Pozo, V. Gómez Martínez
INTRODUCCIÓN
Se define como traumatismo abdominal cualquier lesión que se pro-
duzca en la región anatómica comprendida entre las líneas mamarias y
los pliegues inguinales (visión anterior) y de los vértices escapulares a las
inserciones glúteas (visión posterior).
Las muertes por traumatismos secundarios a lesiones abdominales en
la población juvenil alcanzan un 10-15 % del total, incrementándose al
doble en pacientes mayores de 65 años. Dicha situación es, pues, la
segunda causa de muerte prevenible en pacientes politraumatizados. El
principal peligro de muerte extrahospitalaria en estos pacientes es el
shock hemorrágico por estallido o rotura de vísceras intraabdominales,
desgarros de pedículos o cizallamiento de grandes vasos. Hay que tener
presente que aproximadamente un 20 % de los portadores de lesiones
abdominales pueden parecer inicialmente asintomáticos, por lo que es
necesario elevar este alto índice de sospecha ante cualquier síntoma sub-
jetivo; esto debe llevarnos a elaborar la siguiente premisa: «La ausencia
de clínica en pacientes que han sufrido un traumatismo abdominal
importante no nos debe hacer bajar nunca la guardia».
APROXIMACIÓN A LA ESCENA,
INTERROGATORIO Y EXAMEN INICIAL
Durante la aproximación, debe realizarse una rápida valoración de la
escena, tipo, cinemática y violencia del accidente, daños del vehículo (en
accidentes de motor), tipo y características del objeto utilizado (en heri-
das penetrantes o por arma de fuego). De igual modo, deben evaluarse las
otras víctimas graves o fallecidas, observando su posición y actitud pos-
tural inicial. Es importante reflejar en la historia la mayor información
posible sobre el suceso, para que en el hospital se puedan hacer una acer-
tada composición de lugar, lo que facilitará las sospechas diagnósticas.
Debe interrogarse, tanto al lesionado como a los testigos, sobre el
mecanismo, el tipo de impacto y los puntos dolorosos.
EVALUACIÓN PRIMARIA
Hay que realizar los siguientes pasos:
• Buscar y/o descartar lesiones vitales (ABC del paciente), procediendo a rea-
lizar una reanimación en caso de necesidad (v. capítulo correspondiente).
• Efectuar una inmovilización previa adecuada (según mecanismo lesio-
nal), antes de movilizar al paciente.
• Tranquilizar al lesionado y permitir que adopte la postura indolora
más cómoda para él una vez realizada la exploración adecuada.
(continuación)
7. Sonda nasogástrica
8. Sonda vesical
9. Traslado asistido a centro hospitalario con revaluación continua
10. Recordar que la causa más frecuente de muerte en estos pacientes es el
shock hemorrágico
11. Ante signos de shock o trauma abierto, alertar al hospital receptor,
reservando sangre 0 (–) y pidiendo la presencia del cirujano en urgencias
EVALUACIÓN SECUNDARIA
Se realizará, siempre que se pueda, dentro del vehículo asistencial o
bien durante el traslado, y siempre después de haber realizado el ABC.
Proceder a exponer toda la anatomía del paciente (cuidando de no provo-
car una hipotermia, por coagulación sanguínea), para realizar:
ACTUACIÓN INICIAL
Se realizará como sigue: