com
El lenguaje de la infección
y los acrónimos
SIRS, DMO, SOFA, PIRO
A. Rodríguez*, C. León Gil**
*
Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Joan XXIII. Tarragona
**
Servicio de Cuidados Críticos y Urgencias. Hospital Universitario de Valme. Sevilla
INTRODUCCIÓN
Desde finales de 1980, tiempo en que Cerra funcionales orgánicas secundarias a esos pro-
y cols. (1) plasmaron magistralmente el con- cesos. A principios del nuevo siglo, una reu-
cepto de la evolución temporal de la respuesta nión de consenso (3) ha propuesto una nueva
orgánica ante una agresión y sus diversos ca- clasificación (PIRO) para el «proceso» de sep-
minos evolutivos, hasta el momento de la te- sis basado en el modelo de clasificación tu-
oría del CHAOS enunciada por Bone y cols. moral (TNM), que aporta nuevos acrónimos
(2), en la cual le brinda importancia, ya no sólo para este milenio.
al componente inflamatorio sino, y tan im-
portante como éste, a la respuesta sistémica En el presente capítulo revisaremos los con-
antiinflamatoria simultánea, transcurren casi ceptos más utilizados en los últimos 30 años
20 años. Este tiempo nos ha permitido ensa- para definir la respuesta sistémica y el proceso
yar y comprobar diferentes definiciones y con- séptico, con una visión crítica en cuanto a las
ceptos desarrollados para referirnos a la res- limitaciones en la definición del cuadro clínico,
puesta orgánica tras la agresión y los diferentes así como en su aplicación práctica. Por último,
estadios de la infección, así como para inten- desarrollaremos los modernos conceptos (PIRO)
tar cuantificar el desarrollo de las alteraciones y su posible papel con vistas al futuro.
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22 SEPSIS, SEPSIS GRAVE Y SHOCK SÉPTICO
PRESENTACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA
Sólo en años recientes se ha reconocido la tras- Recientemente, Angus y cols. (4), utilizando
cendencia que adquiere la sepsis en la salud los diagnósticos de ingreso codificados según
de la población mundial. Angus y cols. (4) la International Classification of Disease, 9th re-
publicaron recientemente que la sepsis grave vision, Clinical Modification (ICD-9-CM), evi-
es un cuadro de elevada incidencia, de alto denciaron un incremento en la incidencia de
coste en su asistencia y frecuentemente mor- sepsis. Posteriormente, otro análisis, utilizando
tal, equiparable en su magnitud a la mortali- la misma clasificación (6), evaluó la evolución
dad del infarto agudo de miocardio (IAM). temporal de la incidencia y la mortalidad de
Sin embargo, durante las dos últimas décadas, la sepsis en Estados Unidos entre los años 1979
el IAM ha disminuido drásticamente su mor- y 2000. Los autores observaron un incremento
talidad, mientras que la sepsis parece mante- anual de pacientes con sepsis del 13,7 %, lo
ner una mortalidad similar, a pesar de los avan- cual significó un aumento en la incidencia
ces en el conocimiento fisiopatológico y en el de sepsis de 8,7 % por año. La mortalidad
tratamiento de esta entidad. Las razones para promedio sobre los 22 años descendió desde
ello podemos buscarlas en varios puntos. La 27,8 % en el primer período considerado
adecuada categorización de los pacientes con (1979-1984), hasta 17,9 % en el período 1995-
riesgo coronario y el reconocimiento de la 2000. Ante estos datos podemos preguntar-
importancia en la precocidad en el tratamiento nos, ¿en 1979 el concepto de sepsis era si-
fibrinolítico, conjuntamente con la educación milar al del 2000? ¿Una base de datos tan
continua ha posibilitado magnificar el benefi- amplia, que se extiende por más de 20 años,
cio en la mortalidad de esta patología. En la tiene homogeneidad en sus datos? ¿Qué mag-
sepsis, por el contrario, si intentamos hallar nitud tiene el error secundario a la subjetivi-
una adecuada categorización de los pacien- dad del operador? Los propios autores reco-
tes, encontramos que hasta 1992, año en nocen las limitaciones de utilizar grandes bases
que se desarrolló la conferencia de consenso de datos en cuanto a la imposibilidad de po-
(ACCP/SCCM) para adoptar definiciones in- der confirmarlos. Más aún, una reciente en-
ternacionales (5), la categorización de los di- cuesta sobre la actitud de los médicos acerca
ferentes estadios del proceso de sepsis era de la infección, realizada por la Sociedad Eu-
anárquica, con diferencias regionales marca- ropea de Medicina Intensiva (7), evidenció que
das y dependiente de experiencias personales. el 71 % de los mismos no pudo definir ade-
Así, entonces, conceptos tales como septice- cuadamente a la sepsis. Estos ejemplos con-
mia, síndrome séptico, estado séptico o bien tribuyen a remarcar las dificultades que sur-
shock séptico, han sido utilizados de forma ar- gen en el momento de estudiar el proceso de
bitraria, lo cual no permite obtener poblacio- la sepsis y la importancia de adoptar interna-
nes homogéneas comparables para su estu- cionalmente definiciones consensuadas, para
dio ni sacar conclusiones ciertas de los poder homogeneizar poblaciones de estudio
resultados en cuanto a la mortalidad y al im- y obtener conclusiones válidas y trasladables
pacto en el tratamiento del proceso. a diferentes centros o incluso continentes.
DEFINICIONES Y CONCEPTOS
En 1991, y ante el desorden reinante, un pa- tados relacionados con la infección, y de esa
nel de expertos del American College of Chest manera, universalizar conceptos en el momento
Physicians (ACCP) y de la Society of Critical Care de definir situaciones clínicas particulares. Las
Medicine (SCCM) publicó una reunión de con- definiciones de infección, síndrome de respuesta
senso (5) para ayudar a caracterizar varios es- inflamatoria sistémica (SIRS), sepsis, sepsis grave
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EL LENGUAJE DE LA INFECCIÓN Y LOS ACRÓNIMOS SIRS, DMO, SOFA, PIRO 23
y shock séptico aparecen en la tabla 1. Como una estrategia docente, pues no necesariamente
observamos, no se trata de entidades diferen- se presenta así en la práctica diaria. En los ex-
tes sino de intentar definir la respuesta orgá- tremos de la vida (neonatos o ancianos), ante
nica inespecífica (SIRS) ante una agresión. En microorganismos muy virulentos, grandes inó-
el caso de la sepsis, se definen diferentes es- culos, o en pacientes inmunodeprimidos, el ini-
tadíos (sepsis, sepsis grave y shock séptico) con- cio del cuadro puede darse en cualquier esta-
siderando un orden temporal. Sin embargo, dio, o bien el paso desde un estadio a otro
esta cronología mencionada sólo responde a puede ser muy rápido y fulminante.
de SIRS, hasta casi 5 veces (cociente de pro- Si bien la intensidad del SIRS se relaciona cla-
babilidad: 4,76) si se reunían tres o cuatro ramente con la evolución posterior, existen
criterios. algunas consideraciones que es conveniente
recordar. El SIRS resulta un indicador muy
La utilización del SIRS como un indicador pro- sensible pero poco específico (15), de difícil di-
nóstico se ha evaluado en varios estudios. ferenciación en su origen y que refleja más la
Adjudicando un punto para cada variable intensidad de la respuesta que el tipo de agre-
considerada en el SIRS y en un rango de 0 sión. Considerar al paciente con SIRS como
a 4 puntos según reuniera ninguno, uno o «probablemente» infectado, conduce a so-
más criterios, Rangel-Fausto y cols. (12) eva- brevalorar la incidencia de sepsis y a emplear
luaron a más de 3.700 pacientes. Los auto- antibióticos en pacientes febriles que posible-
res evidenciaron que la mortalidad se elevó mente no los necesiten. Por el contrario, con-
significativamente desde un 3 % en quie- siderar al paciente con SIRS como una mera
nes no presentaron SIRS, hasta un 17 % en expresión de un síndrome de adaptación or-
pacientes que reunieron los 4 puntos del in- gánica, infravalorará la etiología infecciosa,
dicador. Recientemente (13), se consideró conduciendo a un retraso en la administración
como mejor indicador de evolución a la di- de antibióticos, con el devastador impacto que
ferencia (delta) de SIRS entre el primero y ello ocasiona en la evolución posterior de los
segundo día de tratamiento en la UCI. pacientes sépticos (16, 17).
Cuando el delta de SIRS fue negativo, la mor-
talidad de los pacientes fue del 6 %, mien- Estas limitaciones no dificultan la importancia
tras que cuando el delta no mostró cambios de su conocimiento. Valorar al paciente con
o bien se incrementó, la mortalidad ascen- SIRS como un potencial paciente con patolo-
dió hasta el 15 y 20 %, respectivamente. Por gía séptica, debe obligarnos a emplear méto-
último, Napolitano y cols. (14) evidenciaron dos cada vez más certeros de diagnóstico/des-
que la respuesta sistémica (SIRS) es un buen carte de la patología infecciosa. El concepto de
indicador de la evolución en pacientes trau- SIRS no fue desarrollado para ser utilizado como
matizados. Los autores hallaron en más de un indicador predictivo de evolución, aunque
3.300 pacientes que el riesgo relativo de se haya empleado para ello. Su elevada sensi-
muerte se duplicó (RR: 2,3, IC 95 %: 0,9- bilidad lo hace importante en el momento de
5,1) con un resultado comparativo de SIRS reconocer pacientes de riesgo, en quienes la
= 1, elevándose hasta casi 7 veces (RR: 6,8, implementación de una vigilancia estrecha y/o
IC 95 %: 1,8-22,1) cuando dicho resultado una terapia antimicrobiana empírica pueden
reunía 4 puntos. cambiar favorablemente su pronóstico.
60
50
40
30
20
10
0
R-Fausto (95) Pittet (95) Jones (96) Muckart (97) Garnacho (03)
Fig. 1. Mortalidad del proceso séptico según diversos autores a través de los años.
mentos evolutivos considerados, diferentes ór- terogeneidad puede explicar que la sepsis grave
ganos valorados y valores considerados «crí- presente una mortalidad, que varía entre el 18
ticos» para definir el síndrome. Toda esta he- (18) y más del 40 % (16).
120
Rodríguez Marshall
100
Mortalidad (%)
80
60
40
20
Sin embargo, es importante recordar lo que de asistencia, nos permitió valorar el diferente
remarcan los autores en la publicación origi- impacto que cada disfunción ocasiona sobre la
nal (23), en relación a que el SOFA fue de- mortalidad mediante el análisis multivariado
sarrollado como «descriptor» de la secuencia (regresión logística múltiple), evidenciando que,
de complicaciones en pacientes críticos y no en general, la mortalidad por el SDMO es me-
como «predictor» de la evolución de los mis- nor a través de los años, con una mayor re-
mos, aunque habitualmente es utilizado para ducción en la que se relaciona con la disfun-
esta finalidad. Más aún, el SOFA fue desarro- ción neurológica y respiratoria (fig. 3). Esta
llado en un inicio para ser aplicado en los pa- marcada disminución de la mortalidad pueda
cientes sépticos. deberse al importante desarrollo de subespe-
cialidades dentro de la UCI, como el neuroin-
El indicador «ideal» para describir el SDMO tensivismo, y a la aplicación práctica del con-
debe reunir una serie de características (tabla cepto de protección pulmonar durante la
2). Este indicador no existe en la práctica, por ventilación mecánica, surgidos a partir de 1990.
lo que, y con independencia del tipo particu-
lar de indicador elegido, es muy necesaria la Por lo mencionado, y a pesar de no existir el
aplicación diaria de alguno de ellos (21-23) u indicador «ideal» de disfunción orgánica, su
otros de orden local (30) para el control dia- utilidad es relevante en la UCI, y el control de
rio del síndrome en los pacientes de la UCI. los diferentes órganos y sistemas debería ser
En nuestra experiencia (30) la implementación un arma más dentro del cuidado y tratamiento
de un indicador a través de más de 10 años del paciente crítico.
TABLA 2. Condiciones que debe cumplir un indicador «ideal» para describir disfunción/fa-
llo multiorgánico (adaptado de Marshall y cols.)
Ser objetivo, evitando datos que dependan de la subjetividad del operador
Ser simple, fácil pero seguro
Obtenerlo de forma rutinaria y regular en todas las unidades
Específico para la función del órgano considerado
Presentar una variable continua y no dicotómica
Independiente del tipo particular de paciente
Independiente de las intervenciones terapéuticas
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28 SEPSIS, SEPSIS GRAVE Y SHOCK SÉPTICO
0
1985-1990 1991-1996
Fig. 3. Impacto en la mortalidad obtenido mediante análisis multivariado (RLM) de las diferentes disfunciones or-
gánicas a través de 11 años de estudio, donde se aprecia una disminución global de la intensidad del síndrome y
en mayor medida por lo que respecta a la disfunción del sistema nervioso central y respiratorio (28).
CONCLUSIONES
Durante estos últimos treinta años hemos asis- nuevo indicador de disfunción multiorgánica
tido a la aparición de múltiples acrónimos para deberá validarse en futuras investigaciones, en
describir diferentes entidades relacionadas con diferentes centros y en diversos continentes.
la respuesta sistémica y la infección. No existe
duda en la necesidad de adoptar definiciones Por último, queda por reconsiderar el trabajo
consensuadas de utilidad internacional. Las de- de Vincent (15), de mediados de la década
finiciones del consenso de 1991 (5) lograron de 1990. ¿Por qué introducir nuevas termi-
un primer paso en este camino, aunque la nologías cuando existe una gran profusión
implementación de los conceptos en la prác- de ellas? Nuevas terminologías pueden con-
tica hizo surgir varias consideraciones al res- fundir más que ayudar, por lo que, en princi-
pecto que limitan su utilidad. pio, deberíamos llegar a un acuerdo sobre las
definiciones existentes antes de introducir otras
Recientemente, un nuevo acrónimo ha irrum- nuevas.
pido en el mundo de los cuidados intensivos.
Conceptualmente, PIRO reconoce cuatro pie-
Agradecimiento
dras angulares en la evolución de los pacien-
tes (predisposición, infección, respuesta y dis- A la doctora Sandra Trefler por su ayuda en
función orgánica). La utilidad potencial de este la confección de este manuscrito.
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30 SEPSIS, SEPSIS GRAVE Y SHOCK SÉPTICO
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