A la opinión pública:
Los cargos que se le imputan son tan graves que asustan hasta a Goliat. Sin
embargo nos asiste como familia la tranquilidad de la verdad. No hay tiempo
ni lugar en la vida cotidiana de Pablo para ser acusado de asociación ilícita,
de líder de un movimiento con fines terroristas. Su vida en los últimos años está
muy lejos de acercarse a aquella vida.
Recordarles que hace 2 años, nuevamente se le detiene, por una causa del
año 1992- la N° 606-92, que sustanciaba la 2° fiscalía militar- los tribunales
castrenses ordenaron su detención, que la Policía de Investigaciones cumplió
el pasado 2 de octubre de 2008, finalmente trás 53 días fue puesto en libertad
ya que se demostró que él ha cumplido responsablemente con todas sus
obligaciones en términos penales y con la sociedad.
¿Cómo decirles, que nuestra vida familiar los últimos años ha sido algo tan
distinto a todo lo que en la prensa se dice, cómo hacer entender a las
autoridades que el daño que esto causa es irreparable?. Mostrarlo como
terrorista en los medios es un abuso y una gran mentira, que violenta nuestra
vida, a nuestra familia y a nuestros amigos que nos conocen. La indefensión
ante este tipo de situación es tremenda, ¿dónde queda la presunción de
inocencia?.