La respuesta a estas preguntas, sin embargo, resulta de lo más sencilla y muestra una
vez más cuántas interpretaciones equívocas podemos hacer de nuestros interlocutores,
hasta llegar a un punto en el que viviendo la etapa más evolucionada en la historia de
nuestras comunicaciones a veces no sabemos siquiera interpretar el mensaje de
.nuestro ser más cercano