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Mentefactura es un término relativamente nuevo.

Aunque es complicado
determinar su origen (no etimológico sino de acuñamiento), es utilizado como
referencia para indicar que este siglo es el de la economía del conocimiento, y
que la era post-industrial basada en la manufactura ha sido sustituida en la era
informacional (décadas de los ochenta y noventa) por la mentefactura como el
valor agregado que toda sociedad productiva requiere para ser competitiva: alto
nivel de alfabetismo, promedio de titulación elevado, sistemas educativos
actualizados y flexibles, entre otros. Sumergidos ya en la Sociedad del
conocimiento, aunque algunos se rehúsen a llamarle como tal a la sociedad del
siglo veintiuno (y se prevé que el término sea vigente hasta el primer cuarto del
siglo), las universidades lucharán por preparar mentefactura de calidad, y el
auge de la oferta de programas de maestrías que vivimos hoy es sólo el principio,
pues “suponemos” que un título de posgrado afecta de manera positiva el nivel
de vida de los individuos, así que será cada vez más frecuente que las
universidades expongan como casos de éxito a los individuos que ostenten
puestos públicos federales, empresarios reconocidos, deportistas o gente de la
radio y la televisión, como mentefactura formada en sus programas de estudio.
Esto ya lo hacen las universidades privadas, y pronto buscarán hacerlo también
las universidades públicas.
hola Pepita como tas espera ya te averiguo
Pepita me dice que deberían pedir la posesión efectiva de los bienes
correspondientes a su madre, ya que todo lo que se adquiere cuando hay
relación conyugal es patrimonio familiar por tanto como tienen un hijo
menor aún el puede hacerlo representado por el tutor que puede ser
Edison.....eso urgente porque el padre se puede portar de vivo y les
tocaría repartir el 50% de la madre con los otros hij
hijos
Art.30
Talento, tecnología y tiempo

Goñi Zabala, Juan José

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Ediciones Díaz de Santos, 2008 - 746 páginas
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Eficacia, Eficiencia y Efectividad


Enviado por Rafael Bravo el 05/02/2006 a las 18:37

La eficacia se refiere a la capacidad de lograr resultados. La


eficiencia, a la de lograr resultados con el mínimo esfuerzo o
costo. La efectividad a la capacidad de lograr el máximo de
resultados al mínimo costo. Un técnico maneja técnicas o
tecnologías que le permiten alcanzar resultados al menor
costo, cualquiera sean los resultados que se le encomiende:
salvar o matar personas; recoger la basura de una ciudad al
menor costo posible; o distribuir esa basura por toda la urbe
en la forma que sus mandantes le encomienden. Al técnico no
le interesan los objetivos, el sentido profundo de su trabajo. Los técnicos han sido entrenados (¿y
castrados?) para que no le interesen e incluso rechacen los "juicios de valor". Vale decir la
distinción o discernimiento entre lo verdadero y lo falso, lo mejor y lo peor, lo bueno y lo malo.
Los técnicos así castrados en las universidades, quedan preparados para funcionar como
perfectos engranajes al servicio de los objetivos que el gran capital les encomiende, sin hacerse
problemas éticos de ningún tipo. Un ejemplo clásico de esta mentalidad amoral frecuente entre
técnicos y científicos, se manifestó con la carrera planteada al término de la segunda guerra
mundial entre las tropas de EEUU y de la URSS, para llegar primero a los laboratorios donde
trabajaban científicos alemanes. A éstos solo interesaba avanzar en sus investigaciones. Les
resultaba indiferente quien y para qué se emplearan sus logros científicos a futuro. Les era
indiferente si los llevaban como autómatas a uno u otro país, siempre que los laboratorios con
que contaran fueran buenos. Para construir otro mundo y otra empresa posibles, es necesario
que en especial los jóvenes universitarios, cultiven su capacidad de soñar. Que tomen conciencia
de que en lo profundo aman su terruño, su patria. No es indiferente para qué fines se usan sus
conocimientos tecnológicos en la empresa. Deben tomar conciencia que el 5% esencial en la
vida de las empresas -mencionado por un empresario japonés, citado en mi blog anterior- se
relaciona tanto con la actitud interior con que cada uno persigue sus fines personales en la
organización; como con el estilo de liderazgo que cada uno ejerza; y con los fines globales,
objetivos, que a nivel global la organización se plantee. La competencia entre los trabajadores de
la empresa por desarrollarse y ascender al interior de ésta, es la base del dinamismo de la
organización. No es bueno tratar de disminuir ese espíritu de competencia. Pero es necesario
discernir entre la competencia por tener más y la emulación deportiva por ser más. Un buen
deportista no hace zancadillas a sus rivales e incluso los apoya. La dinámica de emulación es
mejor que la de competencia tanto para las personas como para la empresa en su conjunto.
Aparte de contribuir a dinamizar al equipo, ella tiende a crear un mejor clima laboral. Por otra
parte el estilo de liderazgo positivo ???no usar el poder para servirse sino para servir a sus pares
y a sus subalternos, a su empresa y a todos los afectados por el éxito o fracaso de ésta- si bien a
corto plazo puede aparecer como una renuncia a aprovechar oportunidades de éxito fácil, a la
larga es una garantía de éxito tanto para el trabajador como para la empresa. Finalmente e
íntimamente ligado a lo anterior, pocas cosas hay más desmovilizadoras que el estilo de
liderazgo negativo ejercido por los accionistas controladores cuando estructuran aren-gas
invitando a sus colaboradores a ponerse la camiseta y a esforzarse en maximizar las utilida-
des???que finalmente ellos se embolsarán. Ese estilo de liderazgo y las consiguientes anécdotas
de vida que se difunden como reguero de pólvora al interior de las organizaciones, son una invi-
tación a cuantos detenten algún mando vicario, a ejercer también un liderazgo negativo. Al per-
der sentido los esfuerzos por un mejoramiento contínuo de la empresa, ésta entra en un impara-
ble proceso de encanallamiento progresivo. El colapso es cuestión de tiempo... salvo que no
puedan entrar a su mercado empresas fundacionales libres de esas lacras. En este caso si la si-
tuación se repite en los otros mercados, será la sociedad en su conjunto la que colapsará. ¿Le
suena a conocido?. Rafael Bravo L.

La ingeniería concurrente, una filosofía actual con


plenas perspectivas de futuro
Este artículo analiza en detalle la aplicabilidad real en la industria de la ingeniería
concurrente, sus costes y aplicaciones. Para los autores, esta forma de trabajar empieza
a ser imprescindible cuando se trabaja de forma simultánea con grandes cantidades de
información y acaba añadiendo que la mejor forma de sacar partido a estos sistemas es
utilizarlos en toda su potencialidad.
Investigación desarrollada y enviada por:
María del Mar Espinosa
mespinosa@ind.uned.es
Domínguez, M.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales – UNED - Madrid
Es interesante observar cómo una filosofía de trabajo que lleva ya varios años en entornos productivos no
sólo no se ha pasado de moda sino que, gracias a la evolución observada en los sistemas informáticos, sigue
siendo actual y se centra como idónea en los planes estructurales de la empresa de vanguardia. Es habitual
oír conceptos como ingeniería simultánea, diseño concurrente, ingeniería corporativa..., en este artículo se
entra de lleno en estos conceptos y se analiza su verdadero campo de aplicabilidad.
Figura 1. Concepto de ingeniería concurrente
Figura 1. Concepto de ingeniería concurrente

Figura 2. Concepto de ingeniería simultánea


Concepto de Ingeniería Concurrente
La ingeniería concurrente, también llamada por muchos autores ingeniería simultánea, es un fenómeno que
aparece a principios de la década de los ochenta en el Japón y que llega a Europa a través de América,
fundamentalmente Estados Unidos, a finales de esa misma década.
El objetivo de una empresa industrial es, en pocas palabras:
"Diseñar productos funcionales y estéticamente agradables en un plazo de lanzamiento lo más corto posible,
con el mínimo coste, con el objetivo de mejorar la calidad de vida del usuario final".
Evidentemente, este objetivo se debe alcanzar dentro de la filosofía del libre mercado, donde la industria
debe vivir de sus propios recursos.
La ingeniería concurrente que ahora se aborda es una filosofía basada en sistemas informáticos y, como la
gran mayoría de estos sistemas, su aportación fundamental consiste en una muy evolucionada forma de
tratar la información disponible.
Bajo esta idea se han planteado diversas posibles definiciones pero quizá la que mejor responde a esta idea
es:
"Filosofía de trabajo basada en sistemas de información y fundamentada en la idea de convergencia,
simultaneidad o concurrencia de la información contenida en todo el ciclo de vida de un producto sobre el
diseño del mismo".
Englobando en el diseño del producto tanto el propio producto como el sistema productivo que lo hace
posible.
Esta filosofía de trabajo involucra, dentro de una compañía, a todas las personas y entes que participan de
cualquier manera en el ciclo de vida de un producto en la responsabilidad del diseño del mismo.
Evidentemente, el diseño ya no es una tarea unipersonal, es una tarea de equipo. Es responsabilidad del
equipo y, por tanto, las decisiones importantes deben ser tomadas en función de la información aportada por
cada una de las personas afectadas, haciendo referencia directa a proveedores y subcontratistas.
Diseño tradicional frente a diseño concurrente
Con objeto de aclarar algunas ideas relativas a la concurrencia, convergencia o simultaneidad de la
información necesaria para la elaboración de un proyecto de diseño, se puede analizar, aunque sea
superficialmente, el diseño de algún producto de los que se encuentran en el mercado.
Analicemos el caso concreto del diseño, por ejemplo, del sistema de aire acondicionado que va a llevar un
edificio:
"Un arquitecto proyecta un edificio, nave, vivienda u oficina y, normalmente, debe prever la instalación de
algún tipo de acondicionamiento de aire. Para dimensionar su edificio, necesita datos de volumen relativos al
sistema de aire acondicionado, volúmenes que ha de prever en sus planos. Pero el instalador del sistema no
le dará las dimensiones de los equipos que necesita si no ve previamente los planos del edificio a
acondicionar. No se puede definir el sistema de aire acondicionado si no se ha dimensionado previamente el
edificio. No se puede dimensionar el edificio si no se hacen las previsiones oportunas para habilitar los
espacios necesarios que habrá de ocupar el sistema de aire acondicionado que todavía no se ha definido.
Hace falta una concurrencia en el diseño.
No hace falta entrar en la complejidad de los elementos que se han de tener en cuenta para poder levantar
cualquier construcción. Se da por supuesto que, tras no pocas idas y venidas, el edificio se construye.
El edificio es ocupado por una empresa que desea ubicar sus oficinas. La distribución es aparentemente
válida, pero no ha pasado un mes y ya se han levantado cuatro mamparas, se ha tirado un tabique y se ha
ampliado el despacho del director general, que no era suficientemente grande. Como consecuencia de ello,
aquella persona que debería tener una ventana a la izquierda para recibir luz indirecta, tiene que situar su
mesa de espaldas a la misma con lo que la luz del día se refleja permanentemente en su pantalla y le obliga
a cerrar las persianas para poder trabajar. Además, no se sabe por qué extraña razón, se le ha colocado su
mesa debajo de la salida de un chorro de aire frío que le provoca un resfriado permanente."
Evidentemente, en este esquema hay algo que falla. Y lo que falla no es nada especialmente complejo, es
falta de información. La solución a éste y cualquier problema de diseño pasa por que se coordinen las
herramientas necesarias para hacer que la información relativa al producto, teniendo en cuenta todo su ciclo
de vida, esté a disposición del equipo de diseño.
Ante un proyecto de diseño, por sencillo que parezca, el volumen de información que se maneja y se hace
necesario es tal que obliga a la concurrencia de varias personas, cada una de ellas aportando su "algo" al
diseño. Y la mejor forma de coordinar este flujo de información es mediante herramientas informáticas. Se
está entrando ya en el diseño concurrente.
La aplicación de las nuevas tecnologías a cualquier fase del desarrollo de nuevos productos tiene que
perseguir como objetivos fundamentales la innovación en los productos y la reducción del tiempo de
desarrollo y por ende el tiempo de ‘puesta en el mercado’.
Diseño concurrente e ingeniería simultánea
Como se ha indicado al principio, la ingeniería concurrente es también denominada, quizá no muy
correctamente, ingeniería simultánea y, hoy en día, también ingeniería corporativa. Aun cuando los
conceptos se aplican indistintamente, existe una pequeña diferencia de matiz que es necesario apuntar. La
ingeniería concurrente propiamente dicha nace de la concurrencia o retroalimentación de información desde
áreas de fabricación hacia diseño al objeto de diseñar al mismo tiempo el producto y el sistema de
fabricación del producto. Esta idea evoluciona rápidamente y obtiene una concurrencia de información no
sólo de fabricación hacia diseño, sino de todos los demás elementos implicados (figura 1).
Desde el punto de vista de planificación, la filosofía de concurrencia implica una idea de simultaneidad de
tareas al abordarse en paralelo tanto el diseño del producto como el diseño del sistema de fabricación, los
esquemas de montaje y embalaje, el plan de lanzamiento e incluso la obsolescencia. Este hecho hace que en
sectores de planificación y organización no se hable de ingeniería concurrente sino de ingeniería simultanea
(figura 2).

Figura 3. Coste comprometido frente a coste incurrido


Figura 4. Coste de la modificación
Ingeniería corporativa
La evolución de los sistemas de diseño asistido es ciertamente muy rápida. Una compañía puede tener hoy
día dos profesionales trabajando en paralelo uno en las oficinas centrales en España y otro en fábrica en el
sudeste asiático. Estas dos personas pueden estar comunicadas trabajando en el mismo proyecto,
manejando los mismos planos y las mismas aplicaciones informáticas de cálculo y además hablando y
"viéndose la cara" a través de la pantalla del ordenador.
Esta tecnología es la misma que la que se ha utilizado siempre cuando dos técnicos hablan a través del
teléfono mientras analizan unos planos que previamente se han enviado por un sistema tradicional como el
correo postal o el fax. Gracias al correo electrónico el envío de información y la comunicación se hizo en su
momento mucho más ágil, pero esta situación ha llegado a su punto de máxima utilidad con la incorporación
de sistemas basados en Internet.
La aparición de Internet ha marcado un hito en las comunicaciones en general, pero también ha entrado de
lleno en las utilidades de los sistemas de diseño asistido. Bajo este planteamiento, cuando son varias las
personas de una misma compañía las que trabajan bajo esta filosofía, ya no se habla sólo de ingeniería

La ingeniería concurrente, una filosofía actual con


plenas perspectivas de futuro
Este artículo analiza en detalle la aplicabilidad real en la
industria de la ingeniería
concurrente, sus costes y aplicaciones. Para los autores,
esta forma de trabajar empieza
a ser imprescindible cuando se trabaja de forma
simultánea con grandes cantidades de
información y acaba añadiendo que la mejor forma de
sacar partido a estos sistemas es
utilizarlos en toda su potencialidad.
Investigación desarrollada y enviada por:
María del Mar Espinosa
mespinosa@ind.uned.es
Domínguez, M.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales –
UNED - Madrid
Es interesante observar cómo una filosofía de trabajo
que lleva ya varios años en entornos productivos no
sólo no se ha pasado de moda sino que, gracias a la
evolución observada en los sistemas informáticos, sigue
siendo actual y se centra como idónea en los planes
estructurales de la empresa de vanguardia. Es habitual
oír conceptos como ingeniería simultánea, diseño
concurrente, ingeniería corporativa..., en este artículo se
entra de lleno en estos conceptos y se analiza su
verdadero campo de aplicabilidad.
Figura 1. Concepto de ingeniería concurrente
Figura 1. Concepto de ingeniería concurrente

Figura 2. Concepto de ingeniería simultánea


Concepto de Ingeniería Concurrente
La ingeniería concurrente, también llamada por muchos
autores ingeniería simultánea, es un fenómeno que
aparece a principios de la década de los ochenta en el
Japón y que llega a Europa a través de América,
fundamentalmente Estados Unidos, a finales de esa
misma década.
El objetivo de una empresa industrial es, en pocas
palabras:
"Diseñar productos funcionales y estéticamente
agradables en un plazo de lanzamiento lo más corto
posible,
con el mínimo coste, con el objetivo de mejorar la
calidad de vida del usuario final".
Evidentemente, este objetivo se debe alcanzar dentro de
la filosofía del libre mercado, donde la industria
debe vivir de sus propios recursos.
La ingeniería concurrente que ahora se aborda es una
filosofía basada en sistemas informáticos y, como la
gran mayoría de estos sistemas, su aportación
fundamental consiste en una muy evolucionada forma de
tratar la información disponible.
Bajo esta idea se han planteado diversas posibles
definiciones pero quizá la que mejor responde a esta
idea
es:
"Filosofía de trabajo basada en sistemas de información
y fundamentada en la idea de convergencia,
simultaneidad o concurrencia de la información
contenida en todo el ciclo de vida de un producto sobre
el
diseño del mismo".
Englobando en el diseño del producto tanto el propio
producto como el sistema productivo que lo hace
posible.
Esta filosofía de trabajo involucra, dentro de una
compañía, a todas las personas y entes que participan de
cualquier manera en el ciclo de vida de un producto en la
responsabilidad del diseño del mismo.
Evidentemente, el diseño ya no es una tarea unipersonal,
es una tarea de equipo. Es responsabilidad del
equipo y, por tanto, las decisiones importantes deben ser
tomadas en función de la información aportada por
cada una de las personas afectadas, haciendo referencia
directa a proveedores y subcontratistas.
Diseño tradicional frente a diseño concurrente
Con objeto de aclarar algunas ideas relativas a la
concurrencia, convergencia o simultaneidad de la
información necesaria para la elaboración de un proyecto
de diseño, se puede analizar, aunque sea
superficialmente, el diseño de algún producto de los que
se encuentran en el mercado.
Analicemos el caso concreto del diseño, por ejemplo, del
sistema de aire acondicionado que va a llevar un
edificio:
"Un arquitecto proyecta un edificio, nave, vivienda u
oficina y, normalmente, debe prever la instalación de
algún tipo de acondicionamiento de aire. Para
dimensionar su edificio, necesita datos de volumen
relativos al
sistema de aire acondicionado, volúmenes que ha de
prever en sus planos. Pero el instalador del sistema no
le dará las dimensiones de los equipos que necesita si no
ve previamente los planos del edificio a
acondicionar. No se puede definir el sistema de aire
acondicionado si no se ha dimensionado previamente el
edificio. No se puede dimensionar el edificio si no se
hacen las previsiones oportunas para habilitar los
espacios necesarios que habrá de ocupar el sistema de
aire acondicionado que todavía no se ha definido.
Hace falta una concurrencia en el diseño.
No hace falta entrar en la complejidad de los elementos
que se han de tener en cuenta para poder levantar
cualquier construcción. Se da por supuesto que, tras no
pocas idas y venidas, el edificio se construye.
El edificio es ocupado por una empresa que desea ubicar
sus oficinas. La distribución es aparentemente
válida, pero no ha pasado un mes y ya se han levantado
cuatro mamparas, se ha tirado un tabique y se ha
ampliado el despacho del director general, que no era
suficientemente grande. Como consecuencia de ello,
aquella persona que debería tener una ventana a la
izquierda para recibir luz indirecta, tiene que situar su
mesa de espaldas a la misma con lo que la luz del día se
refleja permanentemente en su pantalla y le obliga
a cerrar las persianas para poder trabajar. Además, no
se sabe por qué extraña razón, se le ha colocado su
mesa debajo de la salida de un chorro de aire frío que le
provoca un resfriado permanente."
Evidentemente, en este esquema hay algo que falla. Y lo
que falla no es nada especialmente complejo, es
falta de información. La solución a éste y cualquier
problema de diseño pasa por que se coordinen las
herramientas necesarias para hacer que la información
relativa al producto, teniendo en cuenta todo su ciclo
de vida, esté a disposición del equipo de diseño.
Ante un proyecto de diseño, por sencillo que parezca, el
volumen de información que se maneja y se hace
necesario es tal que obliga a la concurrencia de varias
personas, cada una de ellas aportando su "algo" al
diseño. Y la mejor forma de coordinar este flujo de
información es mediante herramientas informáticas. Se
está entrando ya en el diseño concurrente.
La aplicación de las nuevas tecnologías a cualquier fase
del desarrollo de nuevos productos tiene que
perseguir como objetivos fundamentales la innovación
en los productos y la reducción del tiempo de
desarrollo y por ende el tiempo de ‘puesta en el
mercado’.
Diseño concurrente e ingeniería simultánea
Como se ha indicado al principio, la ingeniería
concurrente es también denominada, quizá no muy
correctamente, ingeniería simultánea y, hoy en día,
también ingeniería corporativa. Aun cuando los
conceptos se aplican indistintamente, existe una
pequeña diferencia de matiz que es necesario apuntar.
La
ingeniería concurrente propiamente dicha nace de la
concurrencia o retroalimentación de información desde
áreas de fabricación hacia diseño al objeto de diseñar al
mismo tiempo el producto y el sistema de
fabricación del producto. Esta idea evoluciona
rápidamente y obtiene una concurrencia de información
no
sólo de fabricación hacia diseño, sino de todos los demás
elementos implicados (figura 1).
Desde el punto de vista de planificación, la filosofía de
concurrencia implica una idea de simultaneidad de
tareas al abordarse en paralelo tanto el diseño del
producto como el diseño del sistema de fabricación, los
esquemas de montaje y embalaje, el plan de lanzamiento
e incluso la obsolescencia. Este hecho hace que en
sectores de planificación y organización no se hable de
ingeniería concurrente sino de ingeniería simultanea
(figura 2).
Figura 3. Coste comprometido frente a coste incurrido
Figura 4. Coste de la modificación
Ingeniería corporativa
La evolución de los sistemas de diseño asistido es
ciertamente muy rápida. Una compañía puede tener hoy
día dos profesionales trabajando en paralelo uno en las
oficinas centrales en España y otro en fábrica en el
sudeste asiático. Estas dos personas pueden estar
comunicadas trabajando en el mismo proyecto,
manejando los mismos planos y las mismas aplicaciones
informáticas de cálculo y además hablando y
"viéndose la cara" a través de la pantalla del ordenador.
Esta tecnología es la misma que la que se ha utilizado
siempre cuando dos técnicos hablan a través del
teléfono mientras analizan unos planos que previamente
se han enviado por un sistema tradicional como el
correo postal o el fax. Gracias al correo electrónico el
envío de información y la comunicación se hizo en su
momento mucho más ágil, pero esta situación ha llegado
a su punto de máxima utilidad con la incorporación
de sistemas basados en Internet.
La aparición de Internet ha marcado un hito en las
comunicaciones en general, pero también ha entrado de
lleno en las utilidades de los sistemas de diseño asistido.
Bajo este planteamiento, cuando son varias las
personas de una misma compañía las que trabajan bajo
esta filosofía, ya no se habla sólo de ingeniería

La ingeniería concurrente, una filosofía actual con


plenas perspectivas de futuro
Este artículo analiza en detalle la aplicabilidad real en la
industria de la ingeniería
concurrente, sus costes y aplicaciones. Para los autores,
esta forma de trabajar empieza
a ser imprescindible cuando se trabaja de forma
simultánea con grandes cantidades de
información y acaba añadiendo que la mejor forma de
sacar partido a estos sistemas es
utilizarlos en toda su potencialidad.
Investigación desarrollada y enviada por:
María del Mar Espinosa
mespinosa@ind.uned.es
Domínguez, M.
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales –
UNED - Madrid
Es interesante observar cómo una filosofía de trabajo
que lleva ya varios años en entornos productivos no
sólo no se ha pasado de moda sino que, gracias a la
evolución observada en los sistemas informáticos, sigue
siendo actual y se centra como idónea en los planes
estructurales de la empresa de vanguardia. Es habitual
oír conceptos como ingeniería simultánea, diseño
concurrente, ingeniería corporativa..., en este artículo se
entra de lleno en estos conceptos y se analiza su
verdadero campo de aplicabilidad.
Figura 1. Concepto de ingeniería concurrente
Figura 1. Concepto de ingeniería concurrente

Figura 2. Concepto de ingeniería simultánea


Concepto de Ingeniería Concurrente
La ingeniería concurrente, también llamada por muchos
autores ingeniería simultánea, es un fenómeno que
aparece a principios de la década de los ochenta en el
Japón y que llega a Europa a través de América,
fundamentalmente Estados Unidos, a finales de esa
misma década.
El objetivo de una empresa industrial es, en pocas
palabras:
"Diseñar productos funcionales y estéticamente
agradables en un plazo de lanzamiento lo más corto
posible,
con el mínimo coste, con el objetivo de mejorar la
calidad de vida del usuario final".
Evidentemente, este objetivo se debe alcanzar dentro de
la filosofía del libre mercado, donde la industria
debe vivir de sus propios recursos.
La ingeniería concurrente que ahora se aborda es una
filosofía basada en sistemas informáticos y, como la
gran mayoría de estos sistemas, su aportación
fundamental consiste en una muy evolucionada forma de
tratar la información disponible.
Bajo esta idea se han planteado diversas posibles
definiciones pero quizá la que mejor responde a esta
idea
es:
"Filosofía de trabajo basada en sistemas de información
y fundamentada en la idea de convergencia,
simultaneidad o concurrencia de la información
contenida en todo el ciclo de vida de un producto sobre
el
diseño del mismo".
Englobando en el diseño del producto tanto el propio
producto como el sistema productivo que lo hace
posible.
Esta filosofía de trabajo involucra, dentro de una
compañía, a todas las personas y entes que participan de
cualquier manera en el ciclo de vida de un producto en la
responsabilidad del diseño del mismo.
Evidentemente, el diseño ya no es una tarea unipersonal,
es una tarea de equipo. Es responsabilidad del
equipo y, por tanto, las decisiones importantes deben ser
tomadas en función de la información aportada por
cada una de las personas afectadas, haciendo referencia
directa a proveedores y subcontratistas.
Diseño tradicional frente a diseño concurrente
Con objeto de aclarar algunas ideas relativas a la
concurrencia, convergencia o simultaneidad de la
información necesaria para la elaboración de un proyecto
de diseño, se puede analizar, aunque sea
superficialmente, el diseño de algún producto de los que
se encuentran en el mercado.
Analicemos el caso concreto del diseño, por ejemplo, del
sistema de aire acondicionado que va a llevar un
edificio:
"Un arquitecto proyecta un edificio, nave, vivienda u
oficina y, normalmente, debe prever la instalación de
algún tipo de acondicionamiento de aire. Para
dimensionar su edificio, necesita datos de volumen
relativos al
sistema de aire acondicionado, volúmenes que ha de
prever en sus planos. Pero el instalador del sistema no
le dará las dimensiones de los equipos que necesita si no
ve previamente los planos del edificio a
acondicionar. No se puede definir el sistema de aire
acondicionado si no se ha dimensionado previamente el
edificio. No se puede dimensionar el edificio si no se
hacen las previsiones oportunas para habilitar los
espacios necesarios que habrá de ocupar el sistema de
aire acondicionado que todavía no se ha definido.
Hace falta una concurrencia en el diseño.
No hace falta entrar en la complejidad de los elementos
que se han de tener en cuenta para poder levantar
cualquier construcción. Se da por supuesto que, tras no
pocas idas y venidas, el edificio se construye.
El edificio es ocupado por una empresa que desea ubicar
sus oficinas. La distribución es aparentemente
válida, pero no ha pasado un mes y ya se han levantado
cuatro mamparas, se ha tirado un tabique y se ha
ampliado el despacho del director general, que no era
suficientemente grande. Como consecuencia de ello,
aquella persona que debería tener una ventana a la
izquierda para recibir luz indirecta, tiene que situar su
mesa de espaldas a la misma con lo que la luz del día se
refleja permanentemente en su pantalla y le obliga
a cerrar las persianas para poder trabajar. Además, no
se sabe por qué extraña razón, se le ha colocado su
mesa debajo de la salida de un chorro de aire frío que le
provoca un resfriado permanente."
Evidentemente, en este esquema hay algo que falla. Y lo
que falla no es nada especialmente complejo, es
falta de información. La solución a éste y cualquier
problema de diseño pasa por que se coordinen las
herramientas necesarias para hacer que la información
relativa al producto, teniendo en cuenta todo su ciclo
de vida, esté a disposición del equipo de diseño.
Ante un proyecto de diseño, por sencillo que parezca, el
volumen de información que se maneja y se hace
necesario es tal que obliga a la concurrencia de varias
personas, cada una de ellas aportando su "algo" al
diseño. Y la mejor forma de coordinar este flujo de
información es mediante herramientas informáticas. Se
está entrando ya en el diseño concurrente.
La aplicación de las nuevas tecnologías a cualquier fase
del desarrollo de nuevos productos tiene que
perseguir como objetivos fundamentales la innovación
en los productos y la reducción del tiempo de
desarrollo y por ende el tiempo de ‘puesta en el
mercado’.
Diseño concurrente e ingeniería simultánea
Como se ha indicado al principio, la ingeniería
concurrente es también denominada, quizá no muy
correctamente, ingeniería simultánea y, hoy en día,
también ingeniería corporativa. Aun cuando los
conceptos se aplican indistintamente, existe una
pequeña diferencia de matiz que es necesario apuntar.
La
ingeniería concurrente propiamente dicha nace de la
concurrencia o retroalimentación de información desde
áreas de fabricación hacia diseño al objeto de diseñar al
mismo tiempo el producto y el sistema de
fabricación del producto. Esta idea evoluciona
rápidamente y obtiene una concurrencia de información
no
sólo de fabricación hacia diseño, sino de todos los demás
elementos implicados (figura 1).
Desde el punto de vista de planificación, la filosofía de
concurrencia implica una idea de simultaneidad de
tareas al abordarse en paralelo tanto el diseño del
producto como el diseño del sistema de fabricación, los
esquemas de montaje y embalaje, el plan de lanzamiento
e incluso la obsolescencia. Este hecho hace que en
sectores de planificación y organización no se hable de
ingeniería concurrente sino de ingeniería simultanea
(figura 2).
Figura 3. Coste comprometido frente a coste incurrido
Figura 4. Coste de la modificación
Ingeniería corporativa
La evolución de los sistemas de diseño asistido es
ciertamente muy rápida. Una compañía puede tener hoy
día dos profesionales trabajando en paralelo uno en las
oficinas centrales en España y otro en fábrica en el
sudeste asiático. Estas dos personas pueden estar
comunicadas trabajando en el mismo proyecto,
manejando los mismos planos y las mismas aplicaciones
informáticas de cálculo y además hablando y
"viéndose la cara" a través de la pantalla del ordenador.
Esta tecnología es la misma que la que se ha utilizado
siempre cuando dos técnicos hablan a través del
teléfono mientras analizan unos planos que previamente
se han enviado por un sistema tradicional como el
correo postal o el fax. Gracias al correo electrónico el
envío de información y la comunicación se hizo en su
momento mucho más ágil, pero esta situación ha llegado
a su punto de máxima utilidad con la incorporación
de sistemas basados en Internet.
La aparición de Internet ha marcado un hito en las
comunicaciones en general, pero también ha entrado de
lleno en las utilidades de los sistemas de diseño asistido.
Bajo este planteamiento, cuando son varias las
personas de una misma compañía las que trabajan bajo
esta filosofía, ya no se habla sólo de ingeniería
Introducción al proyecto de producción:
ingeniería concurrente para el diseño de producto
Salvador Capuz Rizo

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Ed. Univ. Politéc. Valencia, 1999 - 218 páginas
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urrente/

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