INVESTIGADORES
Juan Diego Tobón Lotero
Camila Villa Acevedo
Diana Loaiza Tangarife
Carolina Avendaño Duque
Marisol Gómez Piedrahita
Manuel Navia Cújar
GRUPO DE INVESTIGACIÒN
Psicología, Salud y Sociedad
LINEA DE INVESTIGACIÓN
Psicología Social y Salud Mental
1
REPRESENTACIONES SOCIALES SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DEL ROL
MASCULINO EN HOMBRES ADOLESCENTES ESCOLARIZADOS EN EL
MUNICIPIO DE MEDELLÌN
INVESTIGADORES
Juan Diego Tobón Lotero
Camila Villa Acevedo
Diana Loaiza Tangarife
Carolina Avendaño Duque
Marisol Gómez Piedrahita
Manuel Navia Cújar
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Universidad CES
MEDELLÍN
2007
2
INDICE DE CONTENIDO
RESUMEN 7
ABSTRACT 8
2. MARCO REFERENCIAL 23
3
2.4.1 Determinaciones biológico-genéticas 38
2.4.2 Determinaciones psicológicas 40
2.4.2.1 Desde la psicología cognitiva 41
2.4.2.2 Desde la psicología dinámica 44
2.4.2.3 Desde la psicología humanista 47
2.4.3 Determinaciones antropológicas 48
2.4.4 Una lectura de lo masculino desde la filosofía 50
2.4.5 Determinaciones sociológicas 53
4
3. OBJETIVOS 84
4. DISEÑO METODOLÓGICO 85
4. 3 ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS 88
4.3.1 Taller Reflexivo 89
4.3.2 Entrevista semiestructurada 91
5. CONSIDERACIONES ÉTICAS 96
6. ANÁLISIS DE RESULTADOS 98
5
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 140
ANEXOS
Anexo No. 1 Propuesta de Talleres 151
Anexo No. 2: Formato de Entrevista Semiestructurada 159
Anexo No. 3: Consentimiento Informado 160
6
RESUMEN
Con el fin de identificar cuáles son las representaciones sociales que los hombres
adolescentes escolarizados del municipio de Medellín establecen en la construcción de su
rol masculino, y qué factores de protección y de riesgo aparecen a partir de esta
construcción simbólica, se realizaron talleres y entrevistas bajo la modalidad de la
investigación cualitativa, a grupos de adolescentes de la ciudad de Medellín, con edades
entre los 12 y los 18 años. El modelo de la investigación comprensiva y la lectura de la
realidad desde una perspectiva fenomenológica, permitió la identificación de
representaciones sociales que se han establecido como modos de interpretar lo
masculino y lo propio de los roles que el hombre de estratos bajos (1, 2 y 3) y altos (4, 5 y
6), han constituido. En ambos espacios se evidencian elementos comunes en relación con
las ideas y prácticas que los hacen hombres y los identifican como tales. La perspectiva
de ser hombre desde un lugar de dominación, fuerza y sometimiento, es una
representación significativa que se evidencia como central y que se comprende como un
requerimiento social que es aceptado y vivenciado en la existencia cotidiana. Es
significativo que las ideas en relación con el ser o no ser hombre se mantienen arraigadas
como elemento que se replica generación tras generación, pero cómo las prácticas en
relación con lo masculino sí son más movibles y negociables culturalmente. Existe una
diferencia entre los dos grupos poblaciones del estudio y que está relacionada con los
referentes desde los cuales construyen su masculinidad. En los estratos socioeconómicos
bajos la referencia para construir la masculinidad se abre a figuras incluso femeninas (la
madre, la abuela), mientras que en los estratos socioeconómicos altos la referencia está
ubicada en la figura paterna biológica.
Palabras Clave
Identidad de Género, Rol Masculino, Adolescencia, Contexto socioeconómico,
Representaciones Sociales
7
ABSTRACT
In order to identify which are the social representations that the men teenagers enrolled in
schools of Medellin establish as head in the construction of his masculine role, and what
factors of protection and of risk appear from this symbolic construction, workshops and
interviews were realized under the modality of the qualitative investigation, to groups of
teenagers of diverse places of the city of Medellin, whose ages ranged between the 12
and the 18 years. The model of the comprehensive investigation and the reading of the
reality from a phenomenological perspective, allowed the identification of social
representations that have been established as manners of interpreting the masculine thing
and the own of the roles that the man of low strata (1, 2 and 3) and high places (4, 5 and
6), they have constituted. One could find that in both spaces, that of low strata and high
strata, common elements are demonstrated in relation with the ideas and practices that
make them men and he identifies them as such. The perspective to be a man from a place
of domination, force and submission, it is a significant representation that is demonstrated
as head and that is understood as a social requirement that it is accepted and he lives in
the daily existence. It is demonstrated like significantly that the ideas in relation with the
being or not to be a man are kept established as significant element that generation is
answered after generation, but how the practices in relation with the masculine thing yes
are more movable and negotiable culturally. In the socioeconomic low strata it is particular
that the reference to construct the masculinity is opened for even feminine figures (the
mother, the grandmother), whereas in the socioeconomic high strata the reference is
located in its generality, in the paternal figure. In this they think significant differences that
they speak about manners of interchange and of significance that are regulated by the
conditions of life and of existence in his own contexts.
KEY WORDS
Identity of Sort, Masculine Roll, Adolescence, Sociocultural Context, Social
Representations, Stereotypes of Sort, Masculinity
8
1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
9
Otros autores, representantes de disciplinas como la pedagogía, la sociología y la
psicología, han realizado estudios al respecto, y han avanzado en la construcción
de la teoría relacionada con la identidad. Uno de ellos, Maurice Debesse (1980)
significativo por sus aportes en relación con la construcción de la identidad como
un proceso social particularizante, y que fue inspirado por los trabajos anteriores
de Stanley Hall y de Mendousse, describe la crisis de originalidad juvenil como
resultado del deseo de originalidad del mismo. Este se caracteriza por un horror
hacia la banalidad y una propensión a hacer de si mismo alguien excepcional,
único. Se trata no sólo de un juicio que el adulto realiza sobre gestos o actos
inesperados e inhabituales del adolescente, sino también del sentimiento que el
propio individuo tiene de su singularidad. Este deseo inicia alrededor de los 14
años para la joven y de los 15 años para el joven. Constituye uno de los primeros
elementos de la pubertad mental que acompaña a las transformaciones de orden
fisiológico.
Es evidente, y se puede leer como síntesis de los elementos aportados por los
autores mencionados, que el establecimiento de la identidad masculina y
femenina, permite que el sujeto se ubique en el mundo de una manera particular.
Hay un cuerpo biológico que condiciona su mirada de la realidad y que está
acompañado por comportamientos, pensamientos y emociones propios del género
al cual el individuo pertenece, que han sido no sólo construidos individualmente,
sino también de manera social. Podría decirse que es una identidad de género
10
impuesta por el proceso de socialización y que se resignifica en el sujeto durante
el momento de la adolescencia. Desde un criterio descriptivo el género se define
como la red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, valores, conductas y
actividades que diferencian a hombres y mujeres. Tiene un carácter social y se
espera identifique y singularice la experiencia de hombres y mujeres en un
contexto específico.
11
enseñándoseles cómo comportarse y reaccionar frente a los eventos y
acontecimientos de la vida cotidiana desde el referente esperado para ello. Un
estereotipo, como lo plantea Janet Hyde (1997) es un repertorio de papeles
asignados a los géneros que se vuelven concretas en conductas y que se vuelven
rasgos de personalidad que las personas esperan de varones y mujeres de
acuerdo al contexto social donde se desarrollen. En algunos casos, los
estereotipos cierran la mirada frente a lo diverso de la experiencia del sujeto y lo
obligan a ajustarse de manera total a aquello que espera sea su pensamiento, su
emocionalidad y su comportamiento.
12
En el caso de lo masculino, tema de interés central en esta investigación, se
observa que en la asignación de los estereotipos y en la obligatoriedad social en el
cumplimiento de los mismos, tradicionalmente el hombre ha ocupado los lugares
de poder, le toca vérselas con los asuntos de dominación y con los espacios de
lucha y conquista, teniendo que ubicarse desde el lugar de la racionalidad, donde
el afecto y lo emocional no son lo central dentro de su experiencia. Aunque estos
factores lo han puesto en un lugar privilegiado en la cima de la estructura social
teniendo bajo su dominio a otros y a otras, se ha visto enfrentado a riesgos para
su vida siendo el más afectado por los fenómenos de guerra y violencia. Podría
decirse que su condición masculina que funge como factor protector en algunos
casos, se convierte en sí misma factor de riesgo.
Las últimas décadas han mostrado que hay unas preguntas que sobre lo
masculino empiezan a modificarse y que muestran unos nuevos lugares desde los
cuales los hombres se evidencian y se representan. Comportamientos, actitudes,
formas de interactuar y de ubicarse frente al mundo se han transformado y tanto lo
masculino como lo femenino se han ido moviendo de las esferas tradicionalmente
consideradas. Algunos de ellos podrían ubicarse desde lo social en los
movimientos de liberación femenina y la liberación sexual. En lo político, la
inclusión de las mujeres en lugares tradicionalmente reservados para los hombres
y la ubicación de estos en niveles de sometimiento al orden femenino. En lo
económico, la entrada de la mujer en el mercado laboral y en el ámbito público,
cambian el rol del hombre, teniendo que vérselas de manera compartida en
algunos casos, con labores de crianza y del hogar que no son ya exclusivas de la
mujer.
13
de la vida pública y del trabajo y desarrollan rasgos instrumentales acordes para
ello. Ambos deben ser asertivos, inteligentes y seguros de sí, cualidades que
antes "eran" solo esperables en los varones, y ser afectuosos y participar en la
crianza, elementos esperables en las mujeres. Alcanza a evidenciarse entonces
que hay elementos que necesariamente son diferenciales de acuerdo al género,
pero se encuentra también que hay otros que se comparten.
En el texto de John Nicholson (1987), Hombres y Mujeres ¿Hasta qué punto son
diferentes? el autor se propone identificar las creencias populares más influyentes
en relación con la conducta típicamente masculina y femenina y ver hasta qué
punto los estereotipos resisten las pruebas objetivas. En una investigación
realizada a una muestra de norteamericanos de todas las edades y de todos los
sexos se les pidió que hicieran una lista de las características, los atributos y los
tipos de conducta en los que, a su modo de ver, hombres y mujeres diferían. Sus
respuestas no permiten dudar de que los estereotipos sexuales son todavía
poderosísimos. Tres cuartas partes de las personas interrogadas convinieron en
que los hombres y mujeres difieren en más de cuarenta aspectos del
comportamiento.
14
En el contexto nacional, regional y local, la temática de la construcción de la
identidad masculina, ha sido un tema recurrente en los últimos veinte años en la
literatura producida por las ciencias sociales. Tanto desde la sociología como
desde la psicología, en sus diversas corrientes epistemológicas, la pregunta por
las condiciones, por los factores y por las características de formación de la
identidad de género masculino y su concreción en los roles, ha ocupado un lugar
importante. Dicha pregunta, en el grupo de los adolescentes y jóvenes ha tomado
forma y se ha profundizado durante los últimos años, y ha permitido un
acercamiento y una comprensión significativa de cómo durante este momento
evolutivo, la construcción de la identidad de género, y en especial, de los roles
asociados a la misma, toma forma y se articula.
Aunque los estudios sobre la identidad masculina no son tan abundantes como los
existentes sobre la identidad femenina, puede encontrarse en la literatura una
abundante producción. El estudio de lo masculino, aunque independiente como
cuerpo temático del estudio de lo femenino, ha estado presente de una u otra
forma en las investigaciones sobre la construcción de la identidad femenina. Como
señala Kimmel (1992), “masculinidad y feminidad son construcciones relacionales,
aunque el macho y la hembra puedan tener características universales, nadie
puede comprender la construcción social de la masculinidad o de la feminidad sin
que la una haga referencia a la otra”. Las aportaciones realizadas por los
estudios de la mujer, y actualmente por los estudios de género, coadyuvan en la
investigación sobre la identidad masculina, ya que las teorías feministas
introducen en la discusión una perspectiva diferente para entender la realidad
social, evidenciando un orden que se sustenta en la asignación de roles que
confirman la diferencia sexual.
15
entender de una vez por todas que la feminidad y la masculinidad son
construcciones sociales de carácter cultural e histórico. Dicho de otra manera, es
difícil imaginar cambios en la vida de las mujeres si no van acompañados de
cambios tangibles y reales en la vida de los hombres.
Es justo señalar que los estudios sobre la masculinidad que surgen en las dos
últimas décadas, y especialmente en ámbitos académicos anglosajones y en otros
ámbitos de intervención sociopolítica en Latinoamérica, tienen una deuda
inestimable con las teorías y con las prácticas edificadas a lo largo de las últimas
décadas por el movimiento feminista. De hecho, cuando en algunos estudios de
orientación semiótica y sociológica sobre las identidades masculinas se subraya
la idea de que las conductas masculinas no son innatas ni naturales, sino el efecto
de un determinado aprendizaje cultural y de una determinada construcción social
de la masculinidad, se está enunciando algo semejante a lo que los estudios
feministas subrayaron en su día cuando mostraron que los comportamientos
femeninos eran el efecto de una determinada socialización de las mujeres y, por
tanto, al ser comportamientos socialmente aprendidos, era urgente volver a pensar
sobre las identidades femeninas, sobre las maneras diversas y plurales de ser y
sentirse en nuestras sociedades y sobre los cambios socioculturales que eran
esenciales a fin de eliminar la dominación masculina y de favorecer una
convivencia equitativa y justa entre los sexos.
16
las mujeres, por lo que es considerada ilegítima y afeminada por quienes ejercen
la masculinidad hegemónica.
17
Las diferentes problemáticas que se suscitan diariamente en nuestro país, hacen
que necesariamente se tengan que realizar estudios sobre las poblaciones
involucradas en las mismas. De estas comprensiones frente a los fenómenos han
aparecido elementos que permiten identificar que hombres y mujeres, desde el
lugar que ocupan y desde las construcciones sociales que han establecido, se
involucran en las problemáticas bien sea como víctimas o como victimarios.
Situaciones como la violencia, el machismo, el maltrato, la pobreza, entre otras, ha
hecho producir en ellos diversas formas de comportarse y representarse, y a su
vez las formas de comportamiento establecidos por cada género, hace que se
generen procesos y fenómenos sociales que traen dificultades en la experiencia
individual y colectiva de los sujetos.
18
le rodea, sino también de la comprensión de la trama social que existe entre los
individuos y el modelo cultural al cual pertenece. Mediante la utilización de este
saber representacional, cada hombre tiene la posibilidad de entender y organizar
simbólicamente el mundo al cual pertenece de tal manera que al interactuar con
los demás, posea un mismo universo de referencia que hace inteligible lo que
cada uno dice, piensa y plantea.
Conocer cuáles son las representaciones sociales que sobre la construcción del
rol masculino tienen los hombres adolescentes es la intención de esta
investigación, que cubrirá poblaciones del área urbana de Medellín en contextos
socioeconómicos de estratos bajos (estratos 2 y 3), y estratos altos (estratos 5 y
6). Se identificarán elementos compartidos y diferenciales en el proceso de
construcción del rol masculino y las significaciones que éstos le dan al mismo, y
se podrá evidenciar a su vez cómo dichas representaciones sociales, se
convierten en factores protectores o de riesgo en dichas poblaciones.
1.2 Justificación
19
identidad es un sentimiento "vigorizante y subjetivo de mismidad y continuidad”
que tiene lugar en todos los niveles del funcionamiento mental y es en gran parte
inconsciente.
Arminda Aberasturi (1989) considera que “la adolescencia es un período confuso,
ambivalente, doloroso, caracterizado por fricciones con el medio familiar y social”.
También plantea que existen una serie de características de lo que ella llama
"Síndrome Normal de la Adolescencia" que son aplicables a los adolescentes de
todas las culturas. Entre estos rasgos están una búsqueda de sí mismo y de la
identidad, la tendencia a pertenecer a grupos, una evolución sexual manifiesta, la
separación progresiva de las figuras progenitoras y/o cuidadoras, y variaciones del
humor.
20
corresponde, y que los diferencian entre sí. De ahí, emergen los roles, que se
pueden definir, según la psicología social como la conducta que se espera de la
gente dada su posición en la sociedad, en algún grupo u organización y además
es entendido como una pauta y modelo habitual de conducta, y fuente de
significación para construir la identidad propia de los sujetos.
El interés de esta investigación, entra a hacer parte del estudio que en la Facultad
de Psicología del CES se ha establecido a partir del acercamiento a los
fenómenos de la construcción de la identidad de género, de los roles y
estereotipos asociados con la misma. Busca comprender y entender más a fondo
la significación de lo que es ser hombre entre los adolescentes de Medellín
pertenecientes a diferentes estratos socioeconómicos, así como las
modificaciones que se evidencian en las prácticas sociales en cuanto al rol
masculino. Además de las prácticas se busca abordar los imaginarios establecidos
por la sociedad de lo que es o no es un hombre y como se comporta y actúa, las
divergencias de ese rol en dos contextos desiguales, y los factores que
problematizan o favorecen dicho lugar en su vivencia.
21
representaciones y percepciones de la vida, que enmarcan el rol masculino de
forma diferente.
22
2. MARCO REFERENCIAL
23
Hablar de la identidad masculina es abordar el terreno de la subjetividad, producto
de un proceso continuo basado en la interacción con los otros y con el mundo.
Desde el referente de las ciencias sociales y humanas, la subjetividad se entiende
como un producto no sólo de las ideas, valores o condiciones materiales, sino
también como un compromiso individual con las prácticas, los discursos y las
instituciones que dan significado a los sucesos del mundo para cada individuo en
particular.
24
abordaje de la población juvenil en el distrito de Agua Blanca (Cali) identificando la
emergencia de éstos como actores violentos en escenarios urbanos y que permite
la construcción de las miradas sobre lo violento en relación con los jóvenes,
fundamentalmente hombres, que se involucran dentro de estos procesos.
25
2.2 LA ADOLESCENCIA: ESPACIO DE CONSOLIDACIÓN DE LA IDENTIDAD
La palabra adolescencia proviene del latín “adolecere”, que significa crecer. Desde
esta perspectiva podría pensarse más que en un momento cronológico específico,
en un estado psíquico que se reconstituye y recompone permanentemente. Sin
embargo, desde el lugar de la psicología evolutiva, la adolescencia ha sido
tradicionalmente entendida como el período del desarrollo humano comprendido
entre la niñez y la edad adulta durante el cual se presentan los cambios más
significativos en la vida de las personas, en el orden físico, psíquico y social.
26
realidad circundante y frente a las situaciones particulares en las cuales se
encuentra inmerso. Esta nueva facultad cognitiva, racional y subjetiva pone al
adolescente en una constante tensión con su mundo social circundante. Aquello
que era incuestionable durante la niñez se pone en duda en las relaciones con los
otros. Se comienza con un cuestionamiento de la validez de lo plantado por sus
padres y se construye una posición contradictora con el mundo y sus
características adultas.
27
8. Del autoerotismo a la heterosexualidad
9. Divergencia en el pensar, en el ser y en el hacer
10. Errancia y nomadismo
28
solo, ser desamparado, vulnerable, frágil, limitado, mortal, ser autónomo, libre para
conducir su propia vida; ser responsable por su propia existencia.
29
querido, una añoranza de amor, un cambio brusco en la existencia etc. Esta crisis
que explota súbitamente y con violencia, presenta dos caras: una social y otra
individual. La cara individual se caracteriza por la afirmación del Yo, donde la
pasión de reformar, de moralizar y de cambiar el mundo es intensa. Y La cara
social que se manifiesta por la rebelión juvenil: rebelión en relación con los
adultos, del sistema de valores y de ideas recibidas.
Pierre Mále considera la crisis juvenil como una fase extremadamente fecunda,
caracterizada por una readaptación espontánea del individuo para un verdadero
cambio. Este autor hace una distinción entre la crisis puberal y la crisis juvenil.
La crisis puberal marca el principio de la crisis juvenil, y aparece en los dos sexos
hacia los 10 – 11 años y termina hacia los 15 – 16 años. Está caracteriza por la
duda sobre la autenticidad del Yo y de su cuerpo; el adolescente duda en asumir
su cuerpo, hasta el punto de tener constantemente una duda y una necesidad de
reafirmación. La aparición de la tensión genital o de la masturbación. las primeras
experiencias autoeróticas son difíciles de asumir y fuente de culpabilidad.
30
La crisis juvenil puede durar hasta los 25 años o más, y se caracteriza por la
diversificación de intereses, la emancipación del pensamiento, el gusto de la
abstracción y de la racionalización, la originalidad o las rarezas, actitudes de
aislamiento, y una oposición frecuentemente intensa al medio familiar.
La búsqueda de identidad es un viaje que dura toda la vida, cuyo punto de partida
está en la niñez y acelera su velocidad durante la adolescencia. Como Erik
Eriksson señala, este esfuerzo para lograr el sentido de sí mismo y el mundo no
es "un tipo de malestar de madurez" sino por el contrario un proceso saludable y
vital que contribuye al fortalecimiento total de del ego del adulto.
31
sociedad. Durante la adolescencia la búsqueda de "quien soy" se vuelve
particularmente insistente a medida que el sentido de identidad del joven
comienza donde termina el proceso de identificación. La identificación se inicia con
el moldeamiento del yo por parte de otras personas, pero la formación de la
identidad implica ser él mismo. Erikson concluyó que uno de los aspectos más
cruciales en la búsqueda de la identidad es decidirse por seguir una carrera. El
adolescente necesita encontrar la manera de utilizar sus propias destrezas; el
rápido crecimiento físico y la nueva madurez genital alertan a los jóvenes sobre su
inminente llegada a la edad adulta y comienzan a sorprenderse con los roles que
ellos mismos tienen en la sociedad adulta.
Cada una de las teorías mencionadas anteriormente, dan cuenta del intento
teórico que desde la psicología se ha realizado, por comprender los modos en los
cuales los adolescentes construyen su propia identidad. Aunque se evidencian
diferentes posturas e incluso contradicciones en los planteamientos, todas
expresan que es una conquista personal que implica la puesta en escena de los
individuos, y un proceso de negociación con su propia realidad subjetiva y con los
requerimientos sociales.
32
La identidad, y en especial la identidad de género (la posibilidad de identificarse
como hombre o como mujer), se concretan en comportamientos que son
aprendidos por el individuo desde el momento en el que nace, y que son
socialmente aceptables. Hablaremos entonces de los roles de género que
permiten a los hombres y a las mujeres ser considerados como parte integrante de
un grupo particular.
La palabra rol procede del latín rotula, término utilizado pura designar una hoja de
pergamino enrollada alrededor de un cilindro de madera en donde estaba escrita
la parte del guión que le correspondía al actor y que éste llevaba en la mano
durante la representacion teatral.
33
características personales del ocupante de dicha posición”. Desde esta postura se
evidencia que cuando se habla de rol se habla de una conducta que está
vinculada directamente con la interacción social y con el intercambio que genera el
individuo con otros. El rol es considerado como un conjunto de expectativas
vinculadas a una determinada posición. Es decir, las expectativas son
independientes de la persona que desempeña el rol, o de otra forma, la existencia
de las expectativas es anterior al individuo. El componente “conducta esperada”
es, por tanto, clave en la definición de rol. Aquello que esperan los demás
configuraría básicamente la conducta del sujeto en la sociedad y del miembro
participante en el grupo.
34
La otra dimensión del rol es la dimensión personal. Desde esta dimensión se
subrayan las características personales en el desempeño del mismo. Frente a las
expectativas sobre la conducta de los demás, algunos autores destacan la
importancia de la dimensión personal en el concepto de rol. Aquí los roles
quedarían subsumidos en las actitudes si éstas son consideradas como
“predisposiciones permanentes para actuar de determinada manera frente a los
demás dentro de un grupo restringido”.
Una de las facetas sociales significativas en las cuales la construcción de los roles
es importante, es la relacionada con el género. Desde el nacimiento se otorga un
lugar social a los hombres y a las mujeres, y se favorecen aprendizajes de
comportamientos, modos de ver el mundo y de interactuar en sociedad que
identifica a uno o a otro género. Los roles vuelven operativo en la vida cotidiana
del individuo, aquello que subjetivamente ha sido construido socialmente y que se
espera sea asimilado y construido por la persona a lo largo de su existencia. La
35
construcción de una identidad de género, se vuelve concreto en los roles de
género.
36
diferenciada de responsabilidades y roles a hombres y mujeres, que condiciona
sus opciones, hábitos y desempeños.
Los roles de genero constituyen la expresión de las conductas y actitudes que han
sido modeladas por los agentes sociales, los cuales tienen implicaciones en la
forma en que se determinan en el individuo tanto su posición social y la forma
como se relaciona con los demás como su personalidad y su conducta. Es
importante anotar que al ser una construcción subjetiva y socializada, los
individuos no asimilan pasivamente los roles que son asignados de manera
convencional, sino que los interpretan, los modifican y les imprimen su estilo
personal al manifestarlos.
Los roles de género se aprenden desde que se el individuo es pequeño por medio
de varias vías: una de ellas es la observación de las personas de ambos sexos, y
otra por medio de los padres y familiares que inculcan modelos sociales
preestablecidos. Es decir, el rol de género no se fija al nacer sino que se
desarrolla acumulativamente mediante las experiencias encontradas y vividas
durante el aprendizaje informal y no planificado o mediante la instrucción e
inculcación explícitas. Es una doble vía importante que implica que hay una carga
social implícita, pero una lectura individual del sujeto que lo hace particular en la
asunción de los mismo.
37
2.4 MODELOS EXPLICATIVOS EN RELACIÓN CON LA CONSTRUCCIÓN DEL
ROL MASCULINO
38
en los aparatos reproductores y por ende en la producción de hormonas (en tasa y
cualidad); así mismo esto determina características físicas y comportamentales,
como: talla, peso, estructura ósea, fuerza muscular, entre otros.
39
suponer que el comportamiento masculino (o femenino) se explica certeramente
en términos de herencia genética y del funcionamiento de las neuronas. Sin
embargo ella afirma que esta no es la única alternativa de abordaje al tema de la
identidad tanto femenina, como masculina, sino que existen diferentes factores
influyentes en su determinación. Por lo tanto ser hombre no es sólo poseer un
cromosoma Y o los órganos sexuales masculinos, sino que también comprende
una construcción social, histórica, política y cultural.
40
personalidad masculina, y cómo se va constituyendo una estructura interna
individual que da cuenta de dicha construcción.
Los psicólogos cognitivos toman el modelo del ordenador para plantear hipótesis
explicativas y elaborar interpretaciones teóricas que explican los fenómenos
humanos y que pueden ser utilizados para construir modos explicativos frente a la
construcción de lo masculino.
41
(cambios filosóficos), que lo lleven a “vivir más y de manera funcional y
gratificante” (Albert Ellis, 1999).
42
procesos mentales particulares y que dan como resultados unos productos que se
muestran en la conducta relacionada con el género.
El auto-esquema puede ser visto también como una estructura que determina la
estrecha relación entre cognición, afecto y conducta (Bootzin, 1985) o como el
punto de unión del procesamiento afectivo y cognitivo ( Winfrey y Golfried, 1986).
En tal sentido, la información de uno mismo puede asociarse tanto a lo que uno
siente, como a lo que uno conoce de sí mismo.
43
2.4.2.2 Desde la Psicología Dinámica.
La teoría de las relaciones objetales del yo tiene múltiples vertientes que subrayan
la importancia primordial que tiene la madre en la constitución de la subjetividad, y
desde la perspectiva de este trabajo, la implicación que puede encontrarse en la
constitución de la masculinidad y femeninidad. Una de estas perspectivas teóricas
de la psicología dinámica, propuesta por Faribairn y Winnicott plantea el concepto
de “relacionidad básica del yo”, en el que se establece que la primera relación de
objeto del niño, la relación con su madre, es básica y fundamental para la
organización de su propia identidad.
44
A partir de esta diferenciación entre el sí mismo y el otro, propia de los primeros
momentos del desarrollo evolutivo, surge una pregunta, identificada por Chodorow
(2003): ¿cómo se llega a la construcción subjetiva de una representación de la
diferencia sexual? En el relato de Sigmund Freud (“Sobre la sexualidad femenina”,
1931, y “La feminidad”, 1933), el proceso subjetivo masculino se caracteriza por la
ansiedad de castración y el menosprecio triunfante respecto de las niñas. El relato
freudiano, aunque sesgado, pudo haber dado cuenta de modalidades de
subjetivación propias de un período histórico con fuerte dominación social
masculina.
Jessica Benjamín (1997) considera que hay formas de desarrollo psíquico donde
la masculinidad no se construye forzosamente sobre la desidentificación temprana
respecto de la madre. Las identificaciones que cruzan géneros no son repudiadas,
sino que se integran en el sí mismo de modo minoritario con respecto a la
corriente identificatoria hegemónica.
En cuanto a las niñas, el relato freudiano consideraba que se separan con odio de
su madre, a la cual hacen responsable de la supuesta desventaja anatómica
respecto del varón. Resta para las mujeres la sensación de haber sido
defraudadas, la asunción dolorosa y gradual de un estatuto devaluado, o la
revuelta, considerada por Freud como casi delirante y travestida,, donde la niña
construye un carácter masculino. Esta entrada en la feminidad, signada por la
desvalorización de la condición femenina y por la idealización de lo masculino,
pudo haber sido observable en sociedades marcadamente sexistas.
45
interior de la subjetividad de las mujeres. No podía ser de otro modo tratándose de
un vínculo primario con quien fue, a la vez, el primer objeto de amor y el modelo
para el ser.
46
2.4.2.3 Desde la Psicología Humanista
47
Todo lo anterior significaría que la psicología humanista trabaja como concepción
de género (masculino y femenino) aquella que está definida por la interacción del
hombre con la sociedad y consigo mismo; Es decir, tanto como objeto que como
sujeto. La identidad del género masculino está dada por lo que cada hombre en
particular y en su propio interactuar tiene definidos en lo biológico, en lo genético,
en lo social y lo cultural, como su expresión, y que ha ido constituyendo como un
lugar de expresión de lo más plenamente humano.
Se entiende por identidad el hecho de que una persona se reconozca como igual a
sí misma y diferente de las demás, a pesar de los cambios que experimente a lo
largo de su vida. Una opción teórica que se ha tomado desde la antropología para
considerar el tema de la identidad masculina es el de Sistema de Género. Este es
entendido como un conjunto de prácticas, ideas, discursos, y representaciones
sociales que generan realidad, dando sentido tanto a la conducta objetiva como a
la experiencia subjetiva de las personas en función de su sexo, según lo plantea
Lamas (1995).
48
prácticas sociales y valores simbólicos se asocia la masculinidad en los diferentes
contextos culturales en que se la ha estudiado? En este momento pareciera
pertinente hablar de identidades masculinas o masculinidades, como lo propuso
Margaret Mead en los años 40. No es posible hablar de una sola expresión de lo
masculino sino de una multiplicidad de expresiones en relación con ella y que
puede analizarse de acuerdo con las características propias de cada contexto
cultural y social. Aunque hay elementos que se conservan de manera común
independiente del entorno en el cual se encuentre la figura del hombre (ser
protector, proveedor y preñador), estos patrones comienzan a tener matices cada
vez más amplios.
49
repudio de lo femenino, el reconocimiento por parte de los otros significativos (o
sea, de otros hombres) y el ejercicio del poder sobre la categoría femenina,
condición para ser reconocido por los otros hombres.
Por último todo parece indicar que tiene razón Stoller quien afirma que en muchas
sociedades el primer deber de un hombre es no ser mujer. Este repudio de lo
femenino, como también lo llamo Freud (1937), constituye un problema de gran
importancia para la teoría psicoanalítica sobre la construcción de la diferencia
sexual.
Por otro lado podemos decir que la reflexión filosófica se ha ido encausando por la
cuestión de la corporeidad, es decir, por la definición ontológica del hombre,
hablando en términos de especie y no de género, direccionando su discurso en la
dicotomía entre soma (cuerpo) y psique(alma) griegas, a lo que la mentalidad de
50
occidente propondrá como modelo indisoluble hablada en términos de Aristóteles,
proponiendo de esta forma al hombre como compuesto de alma y cuerpo.
Pero de igual forma podemos resaltar que esa disección en torno a la cuestión de
género tiene tres antecedentes importantes:, el primero la marcación bíblica en
occidente, la estructura que la religión judeo-cristiana hace sobre la condición del
hombre, el género y su papel el la sociedad; la segunda que hace el Derecho en
torno a la legitimidad del poder, a quiénes deben tener el poder o quiénes deben
dirigir la sociedad y por último el que se ha comentado, el caso del Logos griego,
la racionalidad occidental, desde la tradición platónica y aristotélica.
51
Acuñando este presupuesto se hace referencia a ese vasto mundo de la literatura
griega en la que se explica de forma simbólica la relación de género, en el caso
especial de la Comedia de Aristófanes: “Lisistrata”, en donde se realiza una sátira
contundente a la actividad del hombre en la sociedad, “un hombre hecho para la
guerra y la mujer para el descanso del hombre”. Pero estas mujeres “cansadas” de
esta interminable secuencia, en donde el resultado no era la paz, sino que era
más guerra, terminan haciendo “huelga” frente a los hombres, cuestionando su
efectividad en su obligación primordial frente a la Polis, que era generar bienestar
a toda la comunidad. De esta manera simbólicamente sugieren un abstencionismo
sexual hasta que el hombre cumpla sus deberes como hombre de la polis y como
esposo. Así la lucha histórica frente a este problema se convierte en una
construcción de tipo sociológico, que a su vez se ve reflejada la estructura del
pensamiento que el hombre ha adoptado a través de su vivencia histórica.
52
2.4.5 Determinaciones Sociológicas
53
supuestos de Daniel Bell, quien sostiene que la transformación social que se vive
desde los años sesenta, la misma cultura, o más bien la práctica social, se resiste
a responder a la dinámica con la cual se transforma lo político y lo económico. De
tal forma que la crisis contemporánea de la identidad masculina se analice,
también, como el conflicto que se genere a partir del cambio cultural que impulsa
la emergencia de una nueva identidad femenina que cuestiona los rasgos del
status sustentado en valores tradicionales, y que, por tanto, resguarda y legitima
la práctica de conductas autoritarias que afectan la relación de pareja y familiar. La
tercera posición es el planteamiento de la crisis de la identidad masculina, como
producto de un cambio cultural que impide a los individuos reconocer claramente
los referentes culturales que le permitían construir su identidad genérica.
54
Desde la sociología se puede encontrar una definición de la identidad, la cual se
encuentra unida al mundo vital, donde el tiempo, la pertenencia y la seguridad lo
conforman. De acuerdo con las posiciones que los sujetos ocupan en las distintas
estructuras sociales, en cada biografía se produce una historia singular. Ese
proceso de construcción de la singularidad es una entrada a la construcción de la
identidad, ya que aún cuando ésta pueda analizarse desde varios ángulos,
siempre es una respuesta a la pregunta ¿Quién soy? lo cual supone situarse en
un lugar y ubicarse dentro de la realidad histórica. La construcción que hace cada
individuo de su singularidad no se realiza al margen de las experiencias
compartidas, ni al margen de lo social, continuándose por toda la vida. La
identidad no es definitiva; antes bien, es cambiante.
Llegado este punto del marco referencial de esta investigación que indaga sobre
las representaciones sociales de los hombres adolescentes de diversos contextos
socioeconómicos y sociales de la ciudad de Medellín en relación con la
construcción del rol masculino, y luego de hacer una aproximación a los conceptos
de identidad y rol, a la categoría de la adolescencia, y a las diferentes perspectivas
55
teóricas que permiten explicar la construcción del rol y de la identidad, se abordará
el concepto de lo masculino como punto nodal. Lo masculino se comprende desde
los referentes culturales e históricos como un producto de los mismos, y como un
elemento que se construye desde un patrón social, y que ha de ser introyectado
por los sujetos que asumen dicha identidad y dicho rol.
El diccionario de la Real Academia Española (2006) define como “(I) un ser que
está dotado de órganos para fecundar; (II) Perteneciente o relativo a este ser; y
(III) Varonil, enérgico.
Dentro del orden que establece esta definición, aparece claramente una referencia
lo biológico y orgánico como propio de lo masculino, una primacía en su función
reproductiva, y un lugar social que lo ubica desde el poder, la fuerza, la
dominación y el control.
56
El concepto de masculinidad supone unas diferencias individuales y personales.
Sin embargo, también es inherente a él lo relacional, pues existe en la medida en
que tiene un contraste con la feminidad.
57
2.5.1 Lo masculino en el Paleolítico y en el Neolítico
Pero estos cambios físicos también llevaron a una modificación en las labores
cotidianas y en el trabajo. Debido a que las hembras tenían una cavidad pelviana
más angosta, los cuidados que requerían para el parto y su posteridad se
incrementaron, haciendo que el macho tuviera que hacerse cargo del
sostenimiento y abastecimiento alimentario de la familia. Por tanto, el hombre se
convierte en cazador y comienza a desarrollar fuertes músculos y mayor
contextura, y la mujer se dedica a la recolección.
58
Así mismo, como lo dice el antropólogo francés Lévi Strauss, la tendencia natural
del hombre desde esta época, es intentar poseer a todas las hembras
disponibles. Sin embargo surgen las limitaciones; pues en las hembras estaba el
mantenimiento de la especie. Adicionalmente, cualquier violación de las
prohibiciones crearía culpa y condena.
Con el fin de las últimas glaciaciones (9000 a 7000 a.C), la economía cazadora
termina y comienza la Edad de los Metales y la agricultura, lo que da pie a la
aparición de la Epoca del Neolótico. De esta manera, la mujer comienza a ser
relacionada con la naturaleza, la fertilidad de la tierra y la fecundidad. El arado y
el falo eran una misma cosa, la tierra se asoció a la vagina, la lluvia al semen viril y
el trabajo agrícola al acto sexual (Gindin, 1991).
59
sean fieles guardianes de nuestro hogar” (Gindin, 1991). La hegemonía masculina
hace una división muy marcada entre el sexo que goza del placer y el sexo
reproductivo.
En la época Clásica (s. V a.C), los símbolos fálicos comienzan a tener más
importancia, convirtiéndose en obras monumentales en las esquinas de Atenas.
Con el falo se representaba a Príapo, dios de la fecundidad de la tierra y los
rebaños, al cual Afrodita había abandonado por el tamaño grande de su pene,
pero que luego fue tomado como una potencia fecundadora.
60
2.5.3 Lo masculino en el Pueblo de Israel y en el Cristianismo.
Los hebreos fueron los primeros en tener una fe monoteísta en la cual, su dios
Yahvé tenía atributos masculinos. La estructura era patriarcal tomando como
mandato principal del Génesis “creced y multiplicaos”. La masturbación masculina
comienza a ser castigada por implicar el desperdicio del semen viril. El juramento
máximo se hacía poniendo las manos bajo los testículos y comenzó a ser
castigada la homosexualidad, por ser algo que violaba el precepto fundamental.
61
2.5.5 Lo masculino en el Renacimiento, la Reforma y la Contrarreforma.
62
incluyendo este aspecto, por obvias razones, en una época en la cual constituía la
únicamente la manera de perpetuar la especie. Al hacerlo, lo biológico sumió el
papel diferente que juegan hombres y mujeres en la reproducción; se conocieron
las funciones de los espermatozoides y los óvulos. En este entendimiento se
visualizó, el papel del macho y su participación dentro de la reproducción como
agente, en tanto la mujer era la receptora y el medio para se diera dicha
reproducción.
Las ciencias sociales se configuraron mas tarde, al lado de las ciencias naturales y
exactas y lo hicieron hecho siguiendo sus esquemas. La psicología desprendida
de la filosofía comparte esta característica. La tendencia que recoge en sus
conceptualizaciones, Sigmund Freud, concentra su labor teórica en la sexualidad,
constituyéndose ésta en un eje rector de la vida humana. Para este autor la
sexualidad determina no sólo configuraciones a nivel particular, sino también a
nivel social y cultural y así lo demostró en escritos como “El Malestar en la Cultura”
o “La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna”. El planteamiento freudiano
acerca del origen de la diferencia entre los sexos y la construcción de la
masculinidad/feminidad en los seres humanos ha sido objeto de controversia en el
psicoanálisis a lo largo del siglo XX, más exactamente a partir de los años veinte,
en los que Freud (1923) teoriza la fase fálica y su preeminencia para la
comprensión de la identidad sexual de niños y niñas. Ahora bien, una de las
características de las derivaciones que a partir de éste se hacen, está la de haber
tomado el sexo biológico como fundamento para la identidad masculina o
femenina.
63
La revisión de dicha polémica en el campo del psicoanálisis ha sido realizada por
la doctora Emilce Dio Bleichmar en su obra La sexualidad femenina. De la niña a
la mujer (1997). Como bien muestra en su recorrido, diferentes escuelas del
psicoanálisis se han enzarzado en discusiones sobre el conocimiento más o
menos temprano de la niña sobre sus genitales, con el fin de establecer si hay o
no una feminidad primaria. El debate comienza desde cuando estaba Freud con
vida, sostenido por representantes de la escuela inglesa (E. Jones, M. Klein) y una
autora americana, Karen Horney, a propósito de la existencia de una primitiva
identidad femenina, pero siempre ligada al sexo biológico.
Existe dentro del pensamiento teórico, así como en la concepción social que se
tiene de la identidad masculina o femenina, un fundamento problemático en lo
biológico y lo simbólico de los órganos sexuales. En otros términos, la incapacidad
para discriminar sexualidad e identidad A finales de la década de los sesenta,
Stoller (1968), apoyándose en los trabajos de Money, introduce en el psicoanálisis
el concepto de “núcleo de la identidad de género”, para dar cuenta de una primera
identificación masculina/femenina, la cual es previa en el desarrollo infantil al
descubrimiento de la diferencia entre los sexos. Con este término, el autor nos
plantea una primera identificación de la niña con la madre que lleva el cuño
indiscutible de lo femenino y que no sufrirá alteración en cuanto identidad, aunque
sí posibles problemas de orden sexual.
64
El concepto de género tuvo una enorme resonancia, sobre todo fuera del
psicoanálisis: en el pensamiento feminista. La sociología, la antropología y las
ciencias sociales en general, lo incorporaron desde el feminismo y acabaron
haciendo de él un concepto central para la interpretación de todas las cuestiones
relacionadas con las mujeres. Su rápida imposición como categoría de
pensamiento en estas áreas ha hecho que con frecuencia se olviden sus orígenes,
y que el género se identifique como un concepto creado por el feminismo. El éxito
del término, detrás del cual se esconde a veces una cierta confusión sobre los
contenidos conceptuales, ha hecho que pasara a formar parte en estas dos
últimas décadas, del lenguaje político; y, desde ahí, incluso, se ha trasladado al
lenguaje común. Sin embargo, dentro del campo del psicoanálisis, curiosamente,
no ha tenido la repercusión esperada, antes bien, ha tendido a ser rechazado
como proveniente del campo social y, por tanto, ajeno a lo psicológico.
De todas las épocas históricas nacen innumerables mitos acerca del “clásico
Macho”, incluyendo ciertos paradigmas, que son señalados por León Roberto
Gindin en su libro “La nueva sexualidad del varón” en 1991 y que recogen los
fundamentos que regían el ser hombre a inicios del siglo XX:
Estos mitos comienzan a ser una carga para los hombres en tanto se convirtieron
en exigencias que no podían seguir, teniendo en cuenta los cambios culturales y
65
sociales operados en las primeras décadas del siglo XX. Ellos dio lugar a varias
crisis de la masculinidad, que se explican con los siguientes acontecimientos.
Con las dos Guerras Mundiales, el hombre tuvo que salir del hogar para luchar en
éstas, por lo que las mujeres tuvieron que dedicarse a proveer el alimento para
sus hijos y a sostener el hogar. Por lo tanto se dio un crecimiento político y social
de la feminidad, que empieza a plantearles muchas exigencias a los varones. Las
mujeres comienzan a luchar por sus derechos y dejan de ser tan sumisas. En los
años 50, se desarrolló la anticoncepción y la mujer comienza a acceder al mundo
del trabajo. Así, el cambio de conductas femeninas, significó cambios particulares
en las conductas masculinas, con sus beneficios y dificultades.
66
(Gindin, 1991). Se plantean entonces, ciertos interrogantes y dudas que acechan
el bienestar masculino y que son propias del siglo XX. Algunas de estas
preguntas, propuestas por Gindin en 1991 son:
• Se ponen los otros tan nerviosos como yo cuando hacen el amor con una
nueva mujer?
• Soy un extraterrestre por no desear hacer el amor aun cuando una mujer me lo
propone?
67
2.5.8 Lo masculino en la Postmodernidad.
Los estudios de género adelantados en estas últimas décadas, aun cuando han
tenido la tendencia a que se les considere únicamente en relación con lo femenino
e incluso se ha llegado a identificar estudios de género con feminismo, han tenido
el mérito de plantear en la teoría que el género no tiene que ver con el sexo
biológico, pero si con la cultura del sexo. En este contexto es posible entonces,
entender este asunto a la luz de los delineamientos que ha trazado la
postmodernidad en la cual todos los órdenes están atravesados por signos
híbridos, heterogéneos e indefinidos, entre ellos el sexo.
68
Las categorías rígidas y sedimentadas, monolíticas dicen los estudiosos de esta
época, y de su lógica positivista, ya no producen el encantamiento de otros
tiempos y aparecen nuevos discursos que integran las perspectivas personales y
subjetivas en organizaciones fragmentadas y plurales, relacionadas con los
cambios en las modalidades laborales y tecnológicas, nuevas identidades
colectivas, basadas en el género, la raza, la edad y la orientación sexual, entre
otras.
69
diferente a los establecidos hasta hoy. Asume como propias muchas de las
cualidades atribuidas solamente a las mujeres: la sensibilidad estética, la voluntad
y orgullo de tener hijos, vestirse de mujer al practicar sexo. Y como un modelo
más de masculinidad plantea la pluralidad de identidades de hombres. Su
marketing indica que hay un sector de la sociedad, y lo que es más importante, de
hombres, que rechaza la vieja masculinidad machista y busca nuevos referentes.
Si en la cultura occidental el ideal de belleza ha sido femenino, reservando al
varón los más prestigiosos ideales de la fuerza, el temple y el carácter, la
posmodernidad ha ahondado en la deconstrucción de ese imaginario, rebajando
su pesada carga. Los viejos héroes se han convertido en sensibles y seductores,
nuevos objetos de deseo (lugar antes ocupado por la mujer), adonis ávidos de
placer y cultores de nuevas libertades sexuales, estéticas y sociales.
70
constituido por cuatro aspectos que son: lo simbólico, lo normativo, lo institucional
y lo subjetivo. El género por lo tanto es la construcción social de la diferencia entre
los sexos.
Esto nos brinda pistas para plantear que si la identidad masculina está
constantemente en duda (que necesita pruebas para mostrarse) es por que esta
identidad no está determinada por la naturaleza. Construirse varón bajo el modelo
dominante de masculinidad es un proceso difícil, pues está basado en el
estoicismo de su auto negación a favor de los demás, a quienes debe sostener, y
que por lo tanto requiere de beneficios simbólicos y materiales; y que consisten
básicamente en la posibilidad de ejercer algún poder y el predominio de la esfera
pública. Este aprendizaje se da a través de enseñanzas explícitas e implícitas, que
sugieren que el varón posee un estatus distinto. Por esto es importante conocer
como se va configurando ese "ser hombre" a través de los denominados estudios
sobre la masculinidad.
71
física de cada hombre y que se la considera como la parte natural y no
domesticable de la masculinidad, pero es a partir de la década del ochenta, en
que se desarrolló otro tipo de investigaciones sobre masculinidades que incorpora
las contribuciones académicas del feminismo a la comprensión de la construcción
cultural del género, los usos de la sexualidad y las relaciones inter e intra-género.
Así los varones son portadores de poder, son impulsados desde la infancia a
buscar poder y a ejercerlo con las mujeres y con aquellos hombres a los que
pueden dominar, ya sea desde la célebre frase que se oye pronunciar a los padres
y/o madres cuando sus hijos lloran al decirles: que los hombres no lloran, hasta la
asignación de tareas y juegos ligados al mundo de lo doméstico a las mujeres.
72
Hasta ahora la manera dominante de vivir la masculinidad está establecida por un
modelo referencial, que lo que ha hecho, ha sido establecer relaciones de
subordinación no sólo de la mujer con respecto al hombre sino también entre los
propios varones, permitiendo masculinidades hegemónicas y subordinadas.
En este sentido los jóvenes hombres buscan por todos los medios responder a
ese imaginario social, que no sólo lo ven, sino que lo viven en sus relaciones
cotidianas. Esas características están dadas a partir de un discurso del ser
hombre, como aquel que es perro, mujeriego, sapo, vividor, callejero, discurso que
orienta una manera de ser y una actitud de los jóvenes hombres; discurso que
circula en escenarios de encuentro juvenil (como son la calle, el colegio, la
discoteca, entre otras,) que no solo es sostenido, aceptado y repetido por los
mismos jóvenes hombres, sino sobre todo por las jóvenes mujeres que se
encuentran cercanas a ellos, ya sean estas amigas o enamoradas. A partir de ahí
es que los jóvenes hombres que están alrededor tienen que ser de una manera y
no de otra, pues no solamente su ser masculino entra en duda sino que pasa a ser
calificado como lento y consecuentemente relegado.
73
públicamente. Claro que también encontramos el uso de la violencia, ya sea a
través de los golpes o de palabras groseras como medio de mostrar la afectividad
masculina entre hombres y la posibilidad de correr riesgos como forma de
expresar hombría, ya sea esta mediante peleas con otros jóvenes hombres,
molestar a alguien "más débil" o recurriendo a deportes o concursos de riesgo o
de bailes donde mostrarán sus habilidades.
Claro que para mantener el poder sobre los otros, el hombre necesita evidencias
que demuestren su hombría. En nuestra cultura occidental, estas evidencias
deberán ser el éxito, la fortaleza, la capacidad para correr riesgos, el ser confiable
y ejercer un buen control sobre sí mismo. Entonces el hombre es un ser que
implica un deber ser, que se impone como algo sin discusión: ser hombre equivale
a estar instalado de golpe en una posición que implica poderes y privilegios.
74
La masculinidad es algo que se construye desde lo cotidiano, día a día, que se va
significando y resignificando en forma constante en función de la trama de
relaciones que se establecen consigo mismo, con los otros y con las sociedades,
de aquí que lo masculino pertenezca al campo de lo social y no al campo de la
naturaleza o de la biología. Por tal razón es que cada cultura construye
socialmente las características y ambiciones que forman el ideal de lo masculino,
por eso en la cultura occidental, para los jóvenes, el tratar de cumplir con el ideal
que representa el ser hombre, es una experiencia dolorosa, pues el hombre que
va en búsqueda de su masculinidad intenta por todos los medios llegar al éxito,
como sinónimo de poder, riqueza y reconocimiento.
La búsqueda por establecer unas nuevas prácticas de las relaciones entre los
géneros, implica la transformación de las estructuras simbólicas, que en ese
proceso revalúan el papel social de la mujer, de tal forma que el imaginario
masculino requiera construir una nueva identidad que permita a los hombres
asumir una relación equilibrada. Este nuevo imaginario masculino implica revisar y
cuestionar el modelo preponderante de masculinidad que ha sobrevalorado el
papel y poder de los hombres en la sociedad. De esto depende la construcción de
una nueva cultura que libere tanto a hombres como mujeres, de estructuras
sociales de poder que imponen condiciones autoritarias entre los géneros.
75
padres hijos - hijas, ya sea en lo referido a los permisos, horas de llegada a la
casa o los noviazgos. Esto en cierta medida ha sido fruto de un proceso de
negociación impulsado desde los/las jóvenes hacia el mundo adulto, pero también
como resultado de ciertos cambios y aperturas dadas en la sociedad. El mismo
sentido de autoridad patriarcal ha perdido vigencia, esto debido al discurso
moderno que la sociedad y sus instituciones han querido presentar, haciendo
énfasis en que el modelo de democracia liberal, impulsa aspectos tales como la
libertad individual, la cual está atravesada por elementos de participación y
ciudadanía, mediante la toma de decisiones en todos los aspectos que competen
la vida de una persona y los derechos y responsabilidades sociales a los cuales
los ciudadanos están abocados, poniendo en entredicho dicha autoridad patriarcal
y planteándose más bien un tipo de relación y de concepciones "mas civilizadas".
76
2.7 LA TEORÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES COMO
REFERENTE PARA LA COMPRENSIÓN DE LOS ROLES MASCULINOS.
77
Para Serge Moscovici, la representación social es una manera de organización de
los conocimientos, de tal manera que los individuos puedan comprender el mundo
al cual pertenecen, tanto en su componente físico como en los aspectos sociales,
y constituye así la condición para que entre ellos exista la posibilidad de estar en
comunicación. El las define de la siguiente manera: “las Representaciones
Sociales deberían ser vistas como una forma específica de entender y comunicar
lo que ya sabemos…Tienen siempre dos facetas, que son tan interdependientes
como las dos caras de una hoja de papel: las facetas icónica y simbólica.
Sabemos que representación es igual a imagen/significado; en otras palabras, que
hace corresponder a cada imagen una idea y a cada idea una imagen”. Para
Moscovici, “el propósito de todas las Representaciones Sociales es el de hacer de
algo desconocido o de lo desconocido algo familiar.”
78
materializa ese conocimiento. Generalizando se puede decir que mediante la
representación social, hay una apropiación tanto del saber, como del conocimiento
científico, el cual se transforma en una herramienta tanto de entendimiento, como
condición para el desenvolvimiento en la realidad social.
Según Moscovici es una forma de conocimiento que tiene por fin una elaboración
de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Tiene como
característica principal hacer comprensible e inteligible la realidad física y social.
Constituye un referente para los individuos, los cuales, mediante ella, entran en
interacción con los demás compartiendo referentes. En pocas palabras, se puede
decir que es un cuerpo de conocimientos y un mecanismo de comprensión de la
realidad física y social.
79
mediante la cual será entendida la realidad que rodea al sujeto. Dotado de estos
conceptos, el individuo interpreta e interpela permanentemente la realidad para
poder hacer inteligible a aquello que él previamente se ha representado.
80
de una interacción entre lo psicológico y las condiciones sociales, y en la cual no
es fácil separar un aspecto del otro, en tanto el conocimiento apropiado se
transforma en una representación colectiva que a su vez transforma lo social,
produciendo de nuevo otros conocimientos, que alimentan permanentemente la
cadena. Este proceso de apropiación del conocimiento se realiza mediante el
proceso que él denomina de objetivación: los distintos conceptos, se desprenden
de su contexto particular y adquieren una referencia material: cada individuo los
elabora de acuerdo a los propios contenidos que tiene previamente; los transforma
mediante el lenguaje y les asigna una referencia concreta, objetiva.
Los distintos esquemas conceptuales mediante los cuales la ciencia o el saber dan
cuenta de distintos fenómenos físicos o sociales son trasladados a imágenes
visuales o lingüísticas construyendo un modelo figurativo que entra en interacción
con todo el depósito de conocimientos que cada uno tiene en una forma dinámica.
Moscovici denomina este proceso como anclaje.
La ciencia se relaciona con los valores que rigen en una sociedad para adquirir así
una significación social y poder desempeñar una función social de referente y
regularizador de los conocimientos sociales; el conocimiento se ancla en los
conocimientos previos, los modifica, consolida maneras diferentes de pensar,
permite que los individuos interpreten su realidad y la realidad física y social, se
crea una comunidad en el lenguaje y en las concepciones. Todo lo anterior
significa que la representación social no es un esquema ni rígido ni estático, sino
que por el contrario, se transforma permanentemente y transforma a su vez lo
existente.
81
esquematización, busca ubicar la forma como unas y otras están en permanente
contacto y transformación.
82
5) a nivel de contenidos las Representaciones Sociales se caracterizan por ser:
una actitud hacia el objeto, un conjunto de conocimientos sobre este objeto social
y una serie de temas organizados jerárquicamente en un campo de
Representaciones Sociales
83
3. OBJETIVOS
84
4. DISEÑO METODOLÓGICO
Teniendo en cuenta lo múltiple de los datos que pueden emerger del tema de
investigación abordado, se ubica éste desde el referente propio del paradigma de
investigación cualitativa o comprensiva, que representa las tendencias
interpretativas, fenomenológicas, hermenéuticas, naturalistas, etnográficas, que
figuran en la investigación socio-educativa.
85
• Describe el hecho en el que se desarrolla el acontecimiento
86
describir el fenómeno de la experiencia de los adolescentes que participan de este
estudio y poner a la luz las acciones del “ser en el mundo”. Ello permitió que la
intención de hacer emerger los significados y sentidos que se dan alrededor de
dicha construcción del rol femenino, fuera posible.
87
• Forma narrativa: en este tipo de estudio se describe la “esencia de la
experiencia”, con un lenguaje propio, que puede distar en mucho, del lenguaje
científico utilizado por la investigación positiva.
c. Textos. Se hace una profundización acerca de los textos aportados por los
sujetos participantes en la investigación, categorizando los mismos y encontrando
los significados que en ellos emergen.
d. Descripción del fenómeno. Para finalizar se realiza una síntesis del fenómeno
estudiado.
Para facilitar el proceso de emergencia del sentido de los datos, esta investigación
utilizó dos estrategias metodológicas que permitieron la comprensión del
fenómeno estudiado: los talleres reflexivos y las entrevistas a profundidad. En el
apartado siguiente se describirán estas estrategias metodológicas.
Esta investigación que fue realizada desde una perspectiva cualitativa, utilizó dos
estrategias metodológicas que propiciaron la emergencia de la información en los
88
grupos de adolescentes tanto del contexto de estratos socioeconómicos altos
(estratos 5 y 6), como de los estratos socioeconómicos bajos (estratos 2 y 3) de la
ciudad de Medellín. Tales estrategias fueron el taller reflexivo y la entrevista
semiestructurada.
89
Para poderse llevar a cabo, el taller reflexivo requiere de una estructura particular.
Tal como lo plantea Gutiérrez (1998) esta propuesta metodológica está constituida
por siete (7) partes:
90
4.3.2 Entrevista semiestructurada
Según Ilian Blanco (2007), la entrevista es quizá la técnica más utilizada para
obtener información de la gente; ha sido usada y sigue siendo empleada para
múltiples propósitos y por una variedad de actores. No obstante, sólo hasta fechas
recientes, la entrevista se ha empleado de manera sistemática para propósitos
científicos.
91
Hablo de otra persona como ubicada dentro del alcance de mi experiencia directa
cuando ésta comparte conmigo una comunidad de espacio y una comunidad de
tiempo. Comparte una comunidad de espacio conmigo cuando está presente en
persona y yo tengo conciencia de ella como tal, y, además, cuando la percibo
como esta persona misma, este individuo en particular, y percibo su cuerpo como
el campo sobre el cual se manifiestan los síntomas de su conciencia íntima.
Comparte una comunidad de tiempo conmigo cuando su experiencia fluye
paralelamente a la mía, cuando puedo en cualquier momento mirar hacia esa
persona y captar sus pensamientos a medida que se producen, es decir, cuando
estamos envejeciendo juntos. Cuando dos personas se encuentran de esta
manera una al alcance de la experiencia directa de la otra, digo que están en la
situación “cara a cara”.
Grupo de jóvenes “escolarizados” entre los 12-17 años de estratos alto (5-6) y bajo
(2-3) de la ciudad de Medellín (aproximadamente 20 hombres por grupo).
92
4.5 DESCRIPCIÓN DEL ACCESO AL CAMPO.
93
que permite y aún más, requiere que se haga una lectura constante de la realidad
investigada, se fueron haciendo las modificaciones del caso en los contenidos de
los talleres y en las estrategias particulares en cada uno de ellos, de acuerdo con
la dinámica establecida por el grupo, manteniendo la posibilidad de abordaje de
las temáticas.
94
En los talleres se privilegió el espacio de construcción grupal e individual desde lo
lúdico para desde allí generar las posibilidades de intercambio a través de la
palabra. Se trabajó a partir de dibujos, recortes, puestas en escena dramática de
situaciones cotidianas, juegos y otras alternativas, que facilitaron la emergencia de
las representaciones sociales frente a la construcción del rol femenino en dichos
grupos de adolescentes. Los investigadores tomaron nota de los
comportamientos, palabras y actitudes emergidas en los talleres y consignaron
esta información en diarios de campo. Adicional a esto se realizó grabación de
audio que posteriormente fue transcrita y analizada junto con las producciones
físicas de los adolescentes. Igualmente dicho procedimiento (transcripción y
análisis) se hizo con las entrevistas individuales que se realizaron con los
adolescentes.
95
5. CONSIDERACIONES ÉTICAS
Con el fin de evitar efectos negativos dentro de los procesos investigativos en las
personas que participan en los estudios, varias organizaciones científicas han
publicado principios que se establecen como reglas vinculantes para los miembros
de la organización y como recomendaciones para otros investigadores. A
continuación se citan algunos partes de las recomendaciones de la American
Psychological Association (APA):
96
lenguaje que sea razonablemente comprensible para los participantes, los
psicólogos informan a los participantes de la naturaleza de la investigación;
informan a los participantes de que son libres de participar, rechazar su
participación o retirarse de la investigación; explican las consecuencias previsibles
del rechazo o la retirada; informan a los participantes de factores significativos que
pueden esperarse que tengan influencia en su disposición a participar (tales como
riesgos, incomodidades, efectos adversos o limitaciones sobre la confidencialidad,
excepto en los que se prevé en el Estándar 6.15, Engaño en la investigación); y
explican otros aspectos referidos a: “cuando los psicólogos llevan a cabo una
investigación con individuos tales como estudiantes o subordinados, tendrán un
especial cuidado para proteger a los futuros participantes de consecuencias
negativas de un rechazo en participar o una retirada”.
97
6. ANÁLISIS DE RESULTADOS
98
6.1.1 ¿Qué es ser hombre?
99
A nivel físico aparece con gran fuerza y frecuencia la parte ósea y de musculatura
que califican en los hombres con adjetivos como: “más grande” “más cuajo”. Se
habla de éstas características siempre en los términos de mayor fuerza y
capacidad para la realización de ciertas actividades y roles, deportes y trabajos,
comparado siempre con las mujeres, y hablado en términos de ganancia frente a
ésta. El cuerpo y su capacidad física se convierten en el hombre en un templo de
fortaleza y masculinidad frente al género femenino. Ambos grupos comparativos
concuerdan en aspectos físicos que deben permanecer para el mantenimiento de
la masculinidad. El pelo, y el tono muscular más grande comparado con el cuerpo
delgado y delicado de la mujer. Los rasgos corporales y óseos son más marcados
y rudos en el hombre.
En los dos grupos se refieren al tono de voz más fuerte en los hombres y con más
suavidad para las mujeres, agregándose a esto las diferencias en la expresión de
los hombres, que habla de un lenguaje más práctico, con menos complicaciones y
con actitudes opuestas a lo femenino, y tal como lo expresa alguno de los
adolescentes: “pues en la voz, en el vello de la piel, el hombre es más ancho, pues
en la mujer lo senos, que se ensancha la cadera, la delicadez de la mujer”.Es
importante reconocer como las diferencias marcan y definen lo masculino. Los
hombres piensan su masculinidad en comparación y contraste con lo femenino, es
a partir de lo uno que comparan lo otro.
100
La ideas y pensamiento asociados a lo corporal masculino se encuentran siempre
atravesados por lo imaginarios de grandeza, de superioridad como género y de
seres con capacidades extraordinarias que le ayudan a destacarse no sólo como
género sino que también los diferencia de uno más débil y con menos
capacidades físicas y de supervivencia.
Pareciera que no puede pensarse un hombre sin pene, ya que sin este pierde por
completo su esencia humana. De no existir este órgano reproductivo se pierden
las posibilidades de ser hombre ya que puede perder muchas de las
características que lo construyen, entre ellas la virilidad, la masculinidad, la fuerza,
la reproducción, entre otras.
101
de relación con lo que se muestra, más que con lo que se es. Hay una cuestión de
la mirada, lo que el otro ve, y lo que se debe mostrar que modifica las conductas y
las formas sociales de ser hombre.
102
sociales en los que percibe que su fuerza física y sus habilidades de inteligencia
no le bastan para resaltar y proteger su masculinidad e incluso para su propia
supervivencia, “No se, uno con un arma se siente más, se siente más grande, no
mentira, pero se siente…el chico malo… eso…uhh tengo un arma, ¿quien se mete
conmigo pues?”
Hay tres características que se repiten con mayor fuerza durante la recolección de
datos: trabajador, fuerte e inteligente. Son los valores y características que más
consideran deben tener los hombres. Dentro de la fuerza, se ubican otras
habilidades como la agilidad, la destreza y la capacidad física por encima de la
femenina. Se reconoce un poder físico que permite la realización de roles
diferentes a los de la mujer y que además dan superioridad en otras áreas como la
protección a otros, incluyendo las mujeres, los hijos y a sí mismos, “No son
siempre las mujeres las responsables del hijo, el hombre tiene que poner la cara
no tanto en lo económico, sino poniéndole cuidado al niño niña, si es niño que no
se le vaya a volver marica”.
103
Ser hombre se asocia desde las representaciones sociales que los adolescentes
han construido, con: el ser hábil, inteligente, fuerte, para ser aceptado y
reconocido, y además para cumplir con una imposición cultural de protección al
otro desamparado y así mismos. Debe observarse como la característica
socialmente impuesta del “deber ser masculino” deja de lado el ser hombre como
una construcción personal. Con frecuencia, para referirse a lo que es ser hombre,
los muchachos construyen un ideal o una forma como deben y como no deben ser
los hombres en esta sociedad. Para la muestra, una frase de uno de los
adolescentes participantes en el proceso de investigación: “El hombre debe tener
una familia para compartir con ella, los amigos, tiene que ir a la playa cuando
tenga vacaciones, tiene que trabajar, tiene que leer, y acá debe ser un buen chico,
acá tiene que ser un ejecutivo, y acá tiene que ser muy caballeroso”.
Es importante para estos jóvenes sobresalir, y es mejor aún cuando está asociado
a actividades o características como el poder, la posición social, el galanteo con
las mujeres o en su quehacer profesional o de desempeño. Los retos de alcanzar
mejores niveles de vida crean en los hombres una necesidad de subir a nivel
104
jerárquico y ampliar su capacidad de defensa y poder. Ligado a esto se
encuentran otras características como la ambición y el dinero. Todo este conjunto
de características, valores, formas de comportarse, ligado a ese ideal de lo
masculino heredado de generación en generación es lo que define para estos
jóvenes lo que significa ser un hombre.
105
formas masculinas en que estos jóvenes deben comportarse y los modelos a
seguir. Luego el ambiente escolar y académico influye en sus conductas y
creencias de la masculinidad. Es dentro de este tipo de contextos en los que se
encuentran pares significativos, roles a seguir y formas de convivencia entre
hombres, de los cuales se construyen elementos y fundamentos del
comportamiento masculino, a partir de la identificación y crecimiento con otros de
su género.
También modelos como los profesores y tutores, toman vital importancia dentro de
las formas como se aprende a ser hombre, sus diferentes retos, ideales y
conductas. La combinación de los dos elementos intrínsecos y extrínsecos son los
que lideran la formación de los hombres en la sociedad. Ello aparece de manera
clara en la frase de uno de los adolescentes: “pues básicamente por instinto uno
hace muchas cosas que lo van haciendo hombre y que uno aprende como por el
ambiente, entonces viene como de un conocimiento apriori y aposteriori, apriori
porque uno nace con la esencia de ser hombre, aunque en la sociedad se inculcan
algunas características”.
Cada uno de los personajes cumplían de cierto modo con las características
anteriormente mencionadas, el trabajo, la fuerza física, la responsabilidad, entre
otras, incluyendo la perfección un marcado deseo por seguir ese “deber ser”
asociado con la masculinidad. Una frase de uno de los adolescentes, refleja este
elemento: “Con Jesús, porque el era perfecto Dios, perfecto hombre, entonces el
perfectamente encaja, pues quiero ser como él”
106
6.1.3 Sexualidad.
107
Este grupo de jóvenes habla de la sexualidad como algo más allá del sexo. Se
consideran diferentes formas de interactuar entre los hombres y las mujeres. El
sexo como tal entra en juego como uno de los factores principales de la relación
con las mujeres: “El sexo es tan importante para los hombres como para las
mujeres el maquillaje”. Aparece un elemento, la debilidad masculina frente al sexo.
Hablan de lo necesario que es el sexo en el sostenimiento de una relación
amorosa. Una frase, ilustra este punto: “no es así que dependa, dependa todo no,
uno piensa mucho en eso” y “Si es un poquito fundamental porque a veces el
cuerpo si le pide a uno como…”.
Se habla de una necesidad casi biológica hacia el sexo compartida por ambos
géneros, pero se considera que las mujeres buscan este tipo de experiencias con
otro tipo de contacto: caricias, detalles, entre otras: “es que las mujeres son más
echadas a los sentimientos” Los detalles, las muestras de cariño, también son
consideradas parte del comportamiento masculino hacia la mujer, pero asociados
más a los momentos de galanteo y búsqueda que al mantenimiento de la relación
como tal: “ser un hombre es como ser una persona que es capaz de afrontar los
problemas de una forma como más racional, ehh, no tan sentimental”.
108
observa un mayor auge en la aceptación de la infidelidad masculina que en la
femenina, que a través de la cultura machista ha sido incluso avalada por las
mismas mujeres. Han sido las mismas mujeres las que rechazan y recriminan la
infidelidad femenina incluso más y con formas más severas de castigo y rechazo
que las masculinas: “las mujeres no pueden tener más de uno”. Es un
pensamiento casi inconcebible que las mujeres pueden ser infieles, no es algo que
se discuta, mientras que a la infidelidad masculina se le encuentran siempre
explicaciones y justificaciones. Tal como lo plantea uno de los participantes de la
investigación: “no encuentra en casa lo que debería encontrar”. Todo esto
arraigado a creencias culturales del “deber ser femenino” que se encuentran en
frases como: “Porque se supone que son las más serias, se supone que ellas son
las que le dicen perro a uno”.
Son una cantidad de mitos sociales acerca de lo femenino, lo que limita en sus
posibilidades sexuales y decisión a las mujeres, y abre un mundo de posibilidades
a las necesidades sexuales masculinas. En el tema de la sexualidad como algo
necesario para ambos géneros se encuentra un consenso general. Sin embargo
se siguen encontrando limitaciones sociales para las mujeres. La mujer no puede
expresar con tanta facilidad como el hombre la necesidad o el deseo abierto de su
sexualidad, no está “bien visto”, ni es apropiado. Se reconoce entonces una
brecha diferencial en este tema de la libertad sexual masculina vs. La privacidad
total femenina.
109
suaves, prudentes y tiernas, mientras que en lo masculino lo socialmente
aceptado se encuentra dentro de los rangos de lo rudo, lo fuerte, lo burdo, y de no
ser así pierde por completo la connotación del funcionamiento masculino. Las
formas de hablar, las expresiones, deben ser diferentes entre hombres y mujeres.
Se hace diferencia con la mujer, pues se dice que las mujeres hablan más
constantemente. Frente a esto dicen que “se quedan pegadas echando cantaleta”.
110
los participantes en esta investigación: “uno se debe cuidar, pero tampoco así de
que, ahí me salió un barrito, no puedo salir…”
111
nazca siendo marica, no”. Frente a este pensamiento de la homosexualidad como
una consecuencia social y familiar, plantean también posibles soluciones a lo que
ellos consideran “problemático”. Piensan que hay medios para lograr cierta
corrección en la tendencia homosexual. Consideran que hay medidas de fuerza
que pueden utilizarse, tal como lo expresa uno de los adolescentes: “a las malas,
yo lo haría a las malas, como sea o se vuelve o se vuelve hombre”.
112
que en épocas pasadas parecía indiscutible y axiomático. Sin embargo, en gran
parte de su discurso también se evidencia la permanencia de prácticas que se
remontan al mundo antiguo y que dan cuenta de la fuerza de los imaginarios
sociales respecto a la masculinidad y feminidad. Así, aunque las mujeres irrumpen
en los espacios sociales tradicionalmente ocupados por los hombres en el siglo
XX, y aunque se hayan presentado cambios y transformaciones en las prioridades
desde donde los hombres y las mujeres ordenan sus vidas, pueden observarse
significaciones imaginarias colectivas que sostienen las realidades de algunas de
las prácticas masculinas y femeninas (Fernández, 1993): “…es que vea, eso va
desde la historia siempre toda la historia al hombre se le ha permitido tener más
mujeres y todo, desde los tiempos de Roma…”
Las prácticas que mencionan son tan diversas que podrían agruparse de acuerdo
a las diferentes áreas en las que puede desenvolverse un individuo, como son: el
área deportiva, laboral, lúdica, familiar, social, sexual, afectiva, el cuidado
personal, entre otras.
113
socialmente (por ejemplo bailar Ballet). Algunos jóvenes de Medellín piensan
entonces, que la elección de este tipo de prácticas tiene que ver más que con el
género, con un tipo o tendencia de personalidad específica. Sin embargo, hay
unos que consideran que una actitud afeminada en cualquiera de estas
actividades podría ser mal vista e inaceptable socialmente; haciendo referencia y
resaltando la importancia de la manera como se asumen los roles, más allá de la
práctica como tal que se elija.
Por otra parte, hay otros elementos que los jóvenes relacionan con el placer y el
ocio y que piensan que son actividades que se encuentran aceptadas socialmente
para los hombres. Entre estas la búsqueda de dinero, la televisión, el licor, la
rumba, el fútbol, el deporte y el gusto por las motos y los carros.
Siendo más específicos, en la práctica de ver televisión, muchos piensan que los
hombres prefieren ver partidos de fútbol, mientras que las mujeres optan por ver
novelas. Esto podría dar cuenta de la existencia marcada de la creencia de que el
fútbol es un deporte casi exclusivo del hombre, e incluso del deporte como
actividad recreativa preferencial del varón. De igual manera, esto se conjuga con
114
una tradición latinoamericana que toma el fútbol como masculino, a diferencia de
otros países, Estados Unidos por ejemplo, en donde la mujer ya es una de las
protagonistas más importantes de la práctica de este deporte. Algunas frases
ilustran este punto:
Sin embargo, hay otros que opinan que hay ciertos elementos del cuidado
personal, como por ejemplo el afeitarse, que tienen que ver más con el aseo que
con una inclinación por la vanidad. Pareciera entonces que el cuidado personal
115
masculino sólo es bien visto para algunos, siempre y cuando se encamine al aseo
y no a la vanidad
Dentro de las prácticas de cuidado personal que hoy en día ya están más
aceptadas como parte de la vida masculina, incluyen: ir a la peluquería, mirarse al
espejo y hacer actividades para lucir más “acuerpados”. Sin embargo, las
actividades del cuidado personal que ellos relacionan con la delicadeza, siguen
siendo rechazadas dentro de las prácticas masculinas. Entre estas el maquillaje y
el cuidado por la piel.
De esto se podría concluir que para los jóvenes, el hombre no debería realizar
actividades que se consideren femeninas, debido a que esto indiscutiblemente los
haría tachar a nivel social como “no hombres” u homosexuales: “El hombre no
debería hacer...pues todo lo que parezca muy femenino y que no está bien visto
socialmente...Por ejemplo ser travesti...pues ehhh...empleada...no se, todo lo que
esté ya como denominado femenino es lo que no puede asumir un hombre en pa
una sociedad”.
Esto último también se relaciona con la idea de que el hombre practica deportes
en los cuales se necesiten grandes habilidades físicas y de fuerza. De esta forma,
hay quienes asocian la masculinidad con la práctica de deportes que requieren
116
mayor capacidad física y mayores riesgos, como el fútbol, el voleibol, el
motocross, el levantamiento de pesas y los deportes extremos.
117
Así, el maquillaje y las faldas se constituyen como elementos que hacen parte de
las prácticas femeninas y que no son aceptados como parte de las prácticas
masculinas. Una vez más, lo femenino se rechaza y se excluye de las prácticas
masculinas.
Esto mismo se evidencia en algunas de las vestimentas utilizadas por los hombres
en la actualidad, y que antes no eran bien vistas socialmente. Esto pondría en
evidencia una transformación social en las prácticas masculinas y en donde se
pone en juego la evolución de los patrones e ideales de belleza a través de la
historia:
Pareciera que la moda es una intermediaria para permitirles a los varones realizar
prácticas que antes eran femeninas. En el área familiar, muchos de los
adolescentes piensan que el hombre siempre debe asumir el papel de cabeza del
hogar, por lo cual se asocia a sus prácticas el trabajar duro y el proporcionar el
118
sustento económico y la alimentación de su familia: “El desempeño, que el hombre
es el que lleva el pan a la casa”.
Aunque, hay otros que piensan que en la actualidad, los roles de cabeza de familia
y del cuidado de los hijos ya están igualmente repartidos entre los hombres y las
mujeres, sigue estando presente la idea de que el hombre es quien debe realizar
la tarea de protección, el rol de autoridad, el rol de toma de las decisiones
mayores y el rol de proveedor en el hogar, mientras que la mujer es quien debería
estar al cuidado de los hijos y de la casa:
119
“Pues….yo creo que el hombre…tiene mucho que ver con la
iniciativa, el hombre siempre es que …ehhhh…pues casi siempre
es el que toma la iniciativa, digamos para em empezar una
relación es el que toma la iniciativa, para empezar un negocio es
el que toma la iniciativa, crear ideas, tomar nuevos inventos…el
hombre es el que siempre…pues casi siempre es el que tiene la
iniciativa…eso es…pues…creo que se puede añadir a la
definición de de hombre”
Se podría pensar que el hombre sigue teniendo un rol dominante dentro del hogar
y que la mujer permanece de alguna manera sumisa a lo que el varón proponga o
decida para su bienestar.
120
“¿Entonces estás de acuerdo en que el hombre puede tener más
mujeres?
Por otra parte, el matrimonio es una práctica que muchos hombres actualmente
rechazarían, según lo planteado por los jóvenes de estratos bajos que hicieron
parte de este estudio. Pareciera que el compromiso fuera algo a lo que tienden
más comúnmente las mujeres y que en la medida de las posibilidades los varones
tratan de evitar. Sin embargo, muchos piensan que deben terminar casándose
para no estar solos, introduciendo la práctica del matrimonio como algo por
“conveniencia”: “No estoy de acuerdo con el matrimonio, pero es que uno vivir solo
también es muy maluco, lo que pasa es que…mejor uno…si el destino, ojalá que
sea así por mi ah yo tener mi hijo o mi hija y vivir solo con ella…”
121
Adicionalmente, algunos sugieren en su discurso que la fuerza es una
característica que provee al hombre distinción y reconocimiento:
Incluso una de las prácticas que algunos adolescentes piensan que un hombre no
debe realizar es “ser mantenido”, entendiendo este rol como algo que se
contrapone al papel de “emprendedor” y al papel de “proveedor”, papeles que se
destacan en la cultura “paisa”: “…un hombre de por si debe salir adelante solo, el
“perrengue” pues le llaman aquí en Antioquia, pues el echao pa`lante. Me parece
muy feo que un hombre no sirva para nada”.
Sin embargo, algunos adolescentes señalan lo difícil que es para los hombres
asumir este rol, pues la exigencia social en ciertos momentos la sienten como
presión y como una obligación. Así, algunos expresan que lo que más ha sido
problemático para ellos en su vivencia como hombres, es el asumir el papel de
trabajador, lo cual se puede convertir en un factor de riesgo en la vivencia del
hombre.
122
Otro aspecto a nivel laboral, que los jóvenes destacan como propio de los
varones, es el trabajo en puestos que requieran de una mayor inteligencia, cargos
en donde se tenga que proponer, desarrollar y coordinar actividades. El tomar la
iniciativa se constituye como una de las prácticas masculinas que abarcan muchas
de las áreas en las que puede cumplir un papel a nivel social: el área laboral,
relacional, política y familiar.
Así mismo, el hecho de que las prácticas laborales masculinas se relacionen con
actividades que requieren de mayor fuerza, también sugieren la existencia de
marcas físicas en el hombre que lo hacen diferente a las mujeres. Entre estas la
existencia de una mayor musculatura y de más cicatrices corporales por caídas y
por la misma “brusquedad” de las actividades que realizan (aquí aparece el lugar
del cuerpo en el adolescente, como un asunto que aunque se esperaría fuera
central en su constitución masculina, sólo se menciona de manera marginal en
todo el discurso…es cuerpo sin cuerpo).
123
tiene una mayor habilidad para realizar varias actividades del hogar al tiempo de
una manera ágil. Los hombres por su parte, tenderían a realizar las actividades del
hogar más lentamente: “…Digamos que por ejemplo las mujeres están cocinando
yyyyy están al mismo tiempo arreglando una parte de la cocina, en cambio el
hombre primero cocina y después se pone a arreglar…”
En este sentido, el hombre por naturaleza tendría más relaciones sexuales que las
mujeres e incluso sin importar con quién y de qué forma. Este aspecto se podría
relacionar entonces, con la idea mencionada anteriormente de que los hombres
son menos sentimentales que las mujeres. Así, el sexo se convierte en un área
fundamental e imprescindible para ellos, mientras que debido al carácter
emocional y sentimental de las mujeres, el sexo podría pasar a un segundo plano
en la vida de ellas. (esto podría pensarse como un factor de riesgo en la
constitución de lo masculino)
Sin embargo, hay algunos jóvenes que aclaran que, cuando en una relación hay
amor de por medio, el hombre es capaz de poner a un lado dicha “naturaleza
débil”, con miras a esperar a que su pareja esté dispuesta a tener una relación
sexual: “En una relación uno casi siempre busca eso, pero si uno quiere mucho y
respeta mucho a la mujer toca esperarla”.
124
(“que las carticas, que así, cursi pero … y el de gordito, te amo, ahí mi cosita, todo
ese tipo de cosas…”) y aunque se les dificulte realizarlas (“no he sido capaz con
eso”), el amor les permite flexibilizar sus características masculinas y en últimas lo
consideran como una práctica importante en su vida: “…me enseñó que la mujer
no sirve para entenderla, sino para amarla”.
Por otro lado, la idea de que los hombres pueden tener varias mujeres (práctica
mencionada en párrafos anteriores cuando se habla acerca de las relaciones de
pareja) y de que su infidelidad es algo menos señalado socialmente que en las
mujeres, encuentra un sustento en los mismos pensamientos de la sexualidad y
en el machismo existente desde muchos años atrás. De esta forma la infidelidad y
la promiscuidad se constituyen como prácticas más aceptadas socialmente para
los hombres, que para las mujeres:
Esta última afirmación podría relacionarse con las prácticas del hombre paleolítico,
el cual tendía e intentaba poseer a todas las hembras disponibles.
Por otra parte, pareciera que los jóvenes varones relacionan su masculinidad en lo
que respecta a lo sexual con la existencia o no de pene. En este sentido el pene
se convierte como una condición para ser hombre y en una condición para poder
realizar las prácticas masculinas: el sexo, el liderazgo, el poder (lo omnipotente,
desde el referente psicoanalítico el poder implicado en el falo): “el pene, el pene es
una parte muy importante para el hombre, sin pene no hay hombre a no ser de
que uno tenga otro líder, no es que imagínese uno sin otro método de
125
reproducción…otro método de la naturaleza. Si uno tiene pene las oportunidades
de tener sexo con una mujer son mínimas y uno ahí con qué responde…”
A nivel social, los jóvenes destacan una de las prácticas que ellos consideran
importantes en su vivencia como hombres: La amistad y la lealtad. Para ellos el
estar con sus amigos, ir a fiestas y hablar con estos, son prácticas que definen su
quehacer masculino. Incluso es una práctica que para muchos, más que un rol
posible del hombre, es un rol que necesariamente deberían asumir:
126
Paralelamente, para algunos adolescentes la masculinidad puede ser demostrada
a partir de numerosas prácticas igualmente válidas que pueden relacionarse con
numerosos aspectos como: el vestir, las relaciones sociales que se tengan, el nivel
de fuerza y de delicadeza, el machismo, el ser amoroso, el ser papá, el cambiar
pañales, entre otros. En este sentido se evidencia una heterogeneidad en la
manera de practicar la masculinidad, que habla de una construcción de ésta según
las propias elecciones y preferencias y también como un producto cultural que
debe ser entendido como referente para estas prácticas particulares.
Sin embargo algunos señalan la presencia todavía del hombre machista, para
quien sería difícil aceptar que existen otras prácticas diferentes que no podrían
incluirse en lo masculino.
Dentro de los personajes principales que los adolescentes expresan tomar como
modelos en el proceso de identificación están: El padre, los pares, las figuras
significativas masculinas (tíos, primos) y personajes varones de los medios de
comunicación:
127
“Con quién me identifico de la televisión...mmm...Sebastián…El
de...que…el que hace motocross...”.
Sin embargo, en los jóvenes de estratos altos que hicieron parte de este estudio,
sobresale la figura paterna (entendiéndola como una figura que da apoyo
emocional y económico) como el principal modelo a partir del cual los
adolescentes varones construyen sus prácticas masculinas. Los jóvenes se
identifican con lo que sus padres hombres hacen, sus gustos y lo que ellos
piensan que un hombre debe hacer o no hacer: “…mi papá, el me enseñó a hacer
ejercicios, el me enseñó a trabajar, mi papá es el que me ayuda en el estudio, me
enseñó a cocinar, y él siempre ha estado a mi lado ayudándome”.
Por otra parte, algunos de los jóvenes de los estratos bajos piensan que si un
hombre no asume los roles que “debería”, necesariamente debe ser forzado a
asumirlos; como si el “no ser hombre” de otro par, pusiera en peligro su propia
masculinidad:
128
Paralelo a esto, algunos jóvenes coinciden en el pensamiento de que los hombres
y las mujeres tienen prácticas compartidas. Entre estas se encuentran roles que
se relacionan con el ser social del ser humano, con su naturaleza como miembro
de una sociedad. Así, el buscar el bien común se constituye como una práctica
que pertenece a ambos sexos y que se esperaría que ambos realizaran.
Al relacionar esto con la definición de mujer de Ana María Fernández, 1993: “La
Mujer es una ilusión. Una invención social compartida y recreada por hombres y
mujeres. Una imagen producto del entrecruzamiento de diversos mitos del
imaginario social, desde el cual hombres y mujeres ---en cada período histórico---
intentan dar sentido a sus prácticas y discursos”; se podría también concluir que el
129
hombre, al igual que la mujer, es pensado socialmente a partir de unos
imaginarios sociales que se traslapan y que le dan sentido a sus prácticas.
Cuando se esta hablando de Factores de Riesgo dentro del marco de los espacios
de encuentro con adolescentes, se puede decir, que son aquellos aspectos que se
perciben e identifican como lo que pone en riesgo al hombre, o lo que
problematiza su vivencia.
130
Es por ello, que el hombre se encuentra en el lugar del “poder hacer” o el “deber
hacer” de acuerdo a las pautas sociales que indiquen si una actividad,
pensamiento o práctica son permitidas o no para su condición masculina.
Además, existe la concepción en donde el hombre es pensado como un ser que
no puede tener ciertos rituales de belleza porque la sociedad lo censura y lo juzga,
como también, no puede expresar libremente sus sentimientos porque la sociedad
lo ve mal o como un comportamiento inapropiado en su condición de hombre. Con
todo lo anterior se puede decir, que los hombres sienten que el hecho de que la
sociedad ya tenga estipulado lo que es femenino y lo que es masculino, limita sus
prácticas en sus vivencias como hombres:
“El que empieza con una mente retrograda que porque dicen que
el hombre es así, asi, y así, el ya no puede ser mas porque
entonces no es hombre”.
131
ser totalmente diferente, que solo esconde lo que verdaderamente es por miedo a
que la sociedad no lo acepte y que lo rechace, convirtiendo esto en un factor de
riesgo que problematiza su vivencia.
Pues que todos los hombres tienen que.. Pues qué... Por
ejemplo algunos hombres pues la mayoría muestran una cosa y
es porque pues... Son otra.. Pues... Y eso es normal, pues eso le
pasa a todos los hombres. Porque les da miedo... Pues hay
algunos que les da miedo... Pues me da miedo que la sociedad
me rechace por eso.
El machismo es sin duda una de las realidades más importantes en donde están
enmarcados los hombres jóvenes dentro de la sociedad ya que se les prohíbe la
expresión de sus sentimientos para mantener su lugar de fuerza en la misma. Es
por esto, que para ellos la existencia del machismo hace mas difícil demostrar sus
emociones y no lo hacen por temor a que los rechacen y no ser aceptados.
Todo lo anterior hace referencia a que culturalmente los hombres tienen limitadas
sus respuestas emocionales, pues se cree que son muestras de debilidad más
representativas en las mujeres y hacen que no se sostenga su lugar y su status
cultural como el más fuerte de la sociedad, en donde el pensamiento debe
predominar sobre los sentimientos. Es por esto, que en el momento en que un
hombre tenga un sentimiento determinado es probable que se le censure si adopta
una conducta que no es apropiada culturalmente por su condición de varón, y de
esta manera, no pueda demostrar abiertamente sus emociones, reprimiendo sus
sentimientos y haciendo que se convierta en un factor de riesgo que problematiza
su vivencia
132
causando problemas en los diferentes ámbitos en donde se mueve, haciendo que
este aspecto se pueda constituir como un factor de riesgo para los jóvenes al
momento de asumir su masculinidad.
Un aspecto fundamental que se percibe como una de las funciones de ser hombre
es todo lo que tiene que ver con el hecho de ser fuertes en todos los ámbitos en
los que se desempeña, es decir, siempre debe hacerle frente a los problemas, ser
racional, ser el proveedor, tener el control y la autoridad, y a su vez, mantener
siempre un nivel de status alto y un poderío sobre los demás. Como la cultura ha
definido al sexo masculino como el sexo fuerte, debe demostrar en todas las áreas
de su vida su superioridad para mantenerse aceptado dentro de la sociedad y
tratar de evitar cualquier muestra de debilidad para que su rol no se vea afectado
ni cuestionado en la misma. El hecho de ser hombre para muchos de los jóvenes
asistentes a los talleres, significa tener un rol grande e importante en la vida y
tener a cargo las mayores responsabilidades, y esto se da, porque la sociedad
133
indica que el hombre debe tener la fuerza y la valentía suficiente para sobrellevar
todo esto.
“En cierto modo si, porque pues parece muy bacano como uno
emprender, pero en cierta forma cuando hay pues.. Cuando uno
de pronto no esta como preparado y la sociedad te dice haga
algo.. Es la desventaja, que a veces cuando uno no esta
preparado le piden algo que uno no se siente capaz de hacer”.
Para concluir, se puede decir, que a los hombres les cuesta cierta o mucha
dificultad expresar sus propias limitaciones o los factores de riesgo asociados a su
vida o a su práctica masculina, ya que probablemente el hecho de manifestar sus
desventajas, seria cuestionar su papel en la cultura y demostrar muchas de sus
inseguridades con respecto a su rol de genero y a la concepción de hombre que
se tiene inscrita en la sociedad. Es por esto, que para mantener su posición y su
134
status en el entorno, se restrinjan de expresar lo que para ellos no es positivo de
su condición de Hombres, pues esto alteraría el ideal de lo masculino.
Cuando se esta refiriendo acerca de los Factores de Protección que tienen los
hombres, se esta hablando de lo positivo y de aspectos que posibilitan su
vivencia. Es por eso que se puede evidenciar claramente que al hombre se le
facilita más que a la mujer, entablar relaciones e integrarse con personas de
ambos sexos. Además, se puede percibir al hombre más sociable que la mujer, ya
que puede tener más contacto social y tener más amigos. Lo anterior se puede
dar porque probablemente la vinculación afectiva que establece el hombre es
diferente a la de la mujer en donde pareciera ser más racional para entablar las
relaciones con los otros, ser menos prejuicioso, menos trascendental y no
involucrar tantos sentimientos como las mujeres.
135
Con lo anterior, se podría decir, que los hombres son menos juzgados por la
sociedad con respecto a las mujeres, es decir, se le permiten mas cosas, y no hay
tantas inhibiciones, haciendo que se les facilite muchos lugares en su vivencia.
Es por lo anterior, que el hecho de no dar a luz para algunos hombres se puede
mostrar como un aspecto positivo en su condición como hombres, ya que es mas
fácil y mas cómodo no sentir el dolor que sienten las mujeres cuando van a ser
136
madres, y además no se afectan directamente con las consecuencias que trae el
proceso del Embarazo. Además, otro aspecto biológico y fisiológico positivo es
porque no menstrúan y de esta manera, no tienen que afectarse por los diversos
cambios y diversas manifestaciones que la mujer experimenta durante estos
estados tanto a nivel físico como psicológico.
137
“El hombre no es tan vanidoso como la mujer”
En cuanto a las diferencias entre los hombres y las mujeres, es cierto que gracias
a la socialización y a los patrones ideales de genero, el hombre este más ligado a
la parte racional que a lo emocional, y lo sentimental este más asociado a las
mujeres, haciendo que los hombres no le den tanta trascendencia a las
situaciones y tanto alcance a las mismas como si lo hacen las mujeres. Es por lo
anterior, que probablemente esto se pueda constituir en un factor positivo en el
hombre como defensa para asumir la carga social que tienen impuesta y como un
elemento de protección que facilita el desarrollo del rol que tienen asignado en la
sociedad.
138
respetados y admirados frente a sus amigos, y proveerles en ocasiones mucho
más status y poderío dentro del grupo social en el que se desenvuelven. Este
aspecto es visto como algo que posibilita la vivencia como hombre en la cultura,
pues la infidelidad masculina es un acto mas tolerado y comprendido por la
sociedad que no llega a afectar su reputación como si pasaría en el caso de la
mujer, y de esta manera, el hecho de ser infiel correspondería al patrón cultural en
el que están inscritos
139
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Dentro de los conceptos enmarcados frente a las ideas sobre el ser masculino se
concluye que al preguntarse por el ser hombre se tiene asociada a esta definición,
ideas relacionadas con características físicas, como el cabello, la musculatura, el
vello, etc. Además de ciertos comportamientos y roles, tales como: la fuerza, el
poder, el tono de voz, lenguaje menos detallado en comparación con las mujeres,
entre otras.
Así mismo se evidencia que el hombre es pensado como un ser más racional que
emocional y su vida se correlaciona con un carácter netamente social y público.
Se piensa a un hombre que dentro de su ámbito personal posee más libertad, es
amistoso y sus prácticas deben acarrear sentimientos de poder mostrar su virilidad
a través del cuerpo.
140
Se encuentra también que las prácticas relacionadas con lo masculino evidencian
a un hombre proveedor que “responde” por todo lo que lo rodea: es trabajador,
responsable y asume un papel protector y económico en el hogar. La mayoría de
actividades implican fuerza, riesgo y libertad, componentes que deben
correlacionarse con las conductas de su quehacer diario.
141
contrario con los jóvenes de estratos altos donde estos factores no se consideran
determinantes para definir masculinidad.
Se resalta además que la idea del matrimonio en lo jóvenes de estratos bajos por
las características familiares que poseen no sea una idea fuertemente establecida
como proyecto a futuro, esta creencia se muestra como un hecho lejano y es
pensada sólo como un modelo de compañía en la etapa de la adultez- tardía. A su
vez las creencias sobre la sexualidad para estos jóvenes se convierte en un patrón
decisivo de la masculinidad, este apartado se correlaciona con lo anteriormente
expuesto sobre la importancia del pene, ésta práctica es de gran influencia en
todos los ámbitos del joven y es socialmente aceptada lo que denota aún más el
campo público del hombre. Mientras que para los jóvenes de estratos altos la idea
del matrimonio es percibida como un ritual que cabe dentro de las posibilidades
futuras no como algo lejano sino como una realidad presente que implica mayor
compromiso.
Finalmente al hablar hoy en día sobre la masculinidad para los jóvenes de ambos
estratos socioeconómicos, se asocia a este concepto una multicausalidad, que
depende de aspectos tanto físicos, genéticos, culturales, sociales e históricos, que
ha logrado considerarse como algo flexible que fluye evolutivamente y es
142
permeado por la sociedad, sin embargo habrán ciertos aspectos que aunque
histórica y evolutivamente se han convertido en valores agregados como el
sentimiento de fuerza, protección, poder, grandeza, etc. Serán caracteristísticas
que en la actualidad son nuevamente planteadas como determinantes en la
representación del ser masculino.
143
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Boff, L. (2002) Masculino y Femenino. ¿Qué es? Medellín. 1(4). Medellín: Mar.
144
Bottorff, J. (2003). Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa.
Medellín : Universidad de Antioquia. Medellín.
Creswell, J. (1988). Qualitative Inquiry and Research Design: Choosing among five
traditions. California: Sage Publications.
145
Freud, S. (1905b) “Tres ensayos de teoría sexual”. Obras Completas, vol. VII.
Buenos Aires, Amorrortu, 1989 (109-222).
146
Jóvenes, Formación y Empleo. Articulo juventud y género. Disponible en web:
http://www.cinterfor.org.uyu
May Rollo, Allport W., Feifel Herman. Rogers, Carl. (1963). Psicología Existencial.
Buenos Aires : Paidós.
147
Pérez, S. (1994). La Investigación Cualitativa: Retos e interrogantes. Madrid:
Muralla. Dos tomos. I "Métodos" 231 págs y II "Técnicas” 207 pags.
Programa Presidencial Colombia Joven. (2004). Estado del Arte del conocimiento
producido sobre jóvenes en Colombia. Cuerpo. Departamento de Investigaciones
de la Universidad Central. Bogotá: RAES.
148
Secades, C. (2003). Paradigma de la feminidad en los comienzos del siglo XXI.,
Buenos Aires: Asociación Argentina de Sexología y Educación sexual
Shaw. (1979). Citado por Sánchez, José. Psicología de los grupos: teorías,
procesos y aplicaciones (2002). Interamericana de España: Ed. McGraw-Hill.
149
Villanueva, M. (1985). Hacia un Modelo Integral de la Personalidad. Manual
Moderno, Capítulo 2.
150
ANEXOS
Anexo No. 1
PROPUESTA DE TALLERES
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
• Indagar sobre los distintos imaginarios y estereotipos que manejan los adolescentes
referente a lo que es ser hombre.
METODOLOGÍA DE TRABAJO
Antes de iniciar los talleres se deben establecer entre todos algunas reglas mínimas para
facilitar la realización del taller, y que servirán como encuadre para dicha actividad.
Algunas de ellas serán:
151
• Incorporar el criterio de las personas en los talleres de socialización; que su opinión
en los grupos sea expresada en los talleres.
1. PRIMERA SESIÓN
Objetivo:
Se reparten a los participantes unas hojitas pequeñas, en las que escriben su nombre. Se
recogen las hojas y se vuelven a repartir, al azar: a cada uno le toca el nombre de un
compañero.
Cada uno ha de hacer la presentación del compañero que le ha caído al azar. Para ello se
pregunta: «¿qué sé yo de él?», y lo escribe. Como orientación puede servir el siguiente
guión:
Luego trata de recoger la mayor información posible entre los restantes compañeros.
Toma nota de ella.
Finalmente, prepara tres preguntas para hacer al compañero (puede consultar con otros
sobre las preguntas que convenga hacerle). Se darán por escrito al interesado para que
las prepare. Las preguntas pueden referirse a: lo que piensa de él mismo, sus deseos, su
futuro, sus ideas, valores, miedos, su comportamiento...
Cada uno presenta al compañero ante el gran grupo. El interesado escucha sin intervenir;
puede tomar nota de lo que desee.
El que ha sido presentado completa su presentación: primero corrige lo que crea oportuno
de lo que el compañero ha dicho de él. Añade luego lo que le parezca, lo que hubiese
deseado que se dijera de él. Finalmente contesta a las preguntas que le haya formulado
el compañero. Dese siempre libertad para dejar de responder a alguna pregunta si el
interesado tiene inconveniente.
152
Actividad grupal: ¿Qué es ser hombre?
A nivel general se propondrá esta pregunta, para que cada miembro del grupo la
responda, esto es con el fin de entrar un poco más a profundidad en el tema a trabajar
durante las sesiones, a partir de las distintas percepciones que tengan ellos sobre lo que
es ser hombre.
Para esto se dispondrá de una persona encargada de hacer las anotaciones pertinentes
frente a los aportes dados en el taller (observador)
Recursos.
PROYECTO MASCULINIDAD
SESIÓN Nº 1
DURACIÓN 2 horas
Por medio de distintas dinámicas se pretende crear un
OBJETIVO DE LA SESIÓN
ambiente de conocimiento y sensibilización.
Actividad Objetivo Metodología Recursos Duración Responsable
Generar un espacio de
Papel, lápiz o
reconocimiento, comunicación Dinámica: ¿Qué se 30
Presentación lapiceros
y confianza entre los yo de fulano? minutos
Papelógrafo
miembros del grupo.
Dinámica de los
caramelos (4)
Discusión libre
Papelógrafo,
sobre ¿Qué es ser
Conocer los distintos puntos grabadora de
Retroalimentación hombre? 1 hora
de vista sobre el hombre voz,
caramelos
Características
Roles
Ventajas
Limitaciones
20
Socializar la actividad, hablar
Cierre Discusión libre minutos
sobre las expectativas.
2. SEGUNDA SESIÓN
Objetivo.
153
Actividad: Identificándonos como hombres
Recursos.
PROYECTO MASCULINIDAD
SESIÓN Nº 2
DURACIÓN 2 horas
Por medio de un trabajo grupal se pretende identificar los
OBJETIVO DE LA SESIÓN
elementos fundamentales de la masculinidad
Actividad Objetivo Metodología Recursos Duración Responsable
Identificar elementos
Dinámica: Papel, colores,
Conociendo la de la masculinidad, 45
Identificándonos lapiceros,
masculinidad que se acepta y se minutos
como hombres papelógrafo.
rechaza.
Socializar la actividad,
e identificar los
Grabadora de
Retroalimentación distintos elementos Discusión libre 1 hora
voz
representativos de la
masculinidad
Socializar la actividad Socialización Confites 15
Cierre
y el primer taller. (bombombum) minutos
3. TERCERA SESIÓN
Objetivo
Mirar las diferentes opiniones y percepciones que tienen los adolescentes de cómo se
ven como hombres en diferentes aspectos de la vida, como la sexualidad, el trabajo, la
familia, etc.
Individualmente se les pide que hagan un dibujo del cuerpo humano (varón) en un pliego
de cartulina, con todos los detalles y elementos posibles de lo que es un hombre. Al final
de la actividad se pondrá en común los diferentes dibujos, y se les pedirá que expliquen
154
un poco su modelo, que les llamo la atención , que fue lo que más le gusto, lo que menos,
que les pareció difícil, etc. Después de esta primera actividad se propondrá hablar sobre
como se ven los hombres en diferentes aspectos de la vida, como la sexualidad, el
trabajo, la familia. Al final de la actividad se concluye con un breve resumen sobre lo
realizado.
Recursos
PROYECTO MASCULINIDAD
SESIÓN Nº 3
DURACIÓN 2 horas
Mirar las diferentes opiniones y percepciones que tienen los
OBJETIVO DE LA SESIÓN adolescentes de cómo se ven como hombres en diferentes
aspectos de la vida, como la sexualidad, el trabajo, la familia, etc.
Actividad Objetivo Metodología Recursos Duración Responsable
Socializar la actividad y
plantear diferentes
Grabadora de
Retroalimentación temáticas como: Discusión libre 1 hora
voz
sexualidad, trabajo,
familia.
Socializar la actividad y el
Cierre Socialización Confites 15 minutos
tercer taller
4. CUARTA SESIÓN
Objetivo
Identificar y analizar los diferentes estereotipos que se manejan en torno a lo que es ser
hombre
155
distintas formas de asumir la masculinidad y de vivirlas. Generalmente, los hombres que
no se conforman con el "estereotipo" de ser hombre, con su papel genérico asignado por
la sociedad, son marginados, criticados, discriminados y hasta castigados por la sociedad
simplemente por ser diferentes. Para poder profundizar el tema de masculinidad,
entraremos en concepto de los estereotipos, con el fin de analizar más a fondo lo que
para los adolescentes es y no es ser hombre, para esto se analizará fragmentos de
películas como “Filadelfia”, “Mi vida en rosa”, “Los muchachos no lloran”. Al final se
socializarán las películas y se analizarán los diferentes estereotipos masculinos.
Nota: Para la próxima sesión se le pedirá a cada miembro que traiga fotos de su padre,
abuelo, tío, o de cualquier hombre representativo en su vida.
Recursos
Video Beam, DVD, VHS, TV, papelógrafo, grabadora de voz, asistente de notas.
PROYECTO MASCULINIDAD
SESIÓN Nº 4
DURACIÓN 2 horas
Identificar y analizar los diferentes estereotipos que se manejan en
OBJETIVO DE LA SESIÓN
torno a que es ser hombre
5. QUINTA SESIÓN
Objetivo
Con el fin de analizar un poco más sobre el papel que han desempeñado las diferentes
figuras representativas masculinas en los adolescentes, se le pedirá a cada miembro que
recorte en una revista o periódico elementos masculinos o figuras masculinas en
particular, a su vez que con la fotos, se les pedirá que hagan un collage y que cuenten
como ha sido el papel referente a la representación de ser hombre y como ha
156
influenciado este concepto las principales figuras de apoyo como el padre, el abuelo, un
tío, o una persona masculina en particular, y así luego cada miembro socializará la
actividad y se harán anotaciones sobre esto.
Recursos
PROYECTO MASCULINIDAD
SESIÓN Nº 5
DURACIÓN 2 horas
Conocer los diferentes roles masculinos que influyen en la
OBJETIVO DE LA SESIÓN
representación de la masculinidad .
Actividad Objetivo Metodología Recursos Duración Responsable
Analizar las distintas
Revistas, fotos,
figuras masculinas que
Dinámica: cartulinas,
influencian en la
Taller grupal Collage marcadores, 30 minutos
representación de lo
masculino crayolas,
masculino de los
colbón, tijeras.
adolescentes
Socializar la actividad y
Retroalimentación analizar los diferentes Discusión libre 1 hora
roles masculinos
Poner en común
Cierre algunas conclusiones Socialización 10 minutos
del trabajo realizado.
6. SEXTA SESIÓN
Objetivo
Actividad:
Se socializará el trabajo realizado en cada una de las sesiones, y se hará una síntesis de
todo lo hecho. Al final se disfrutará de un refrigerio, este será dado por el equipo de
psicólogos de la investigación.
Recursos
Velas, velón, fósforos, hojas en blanco, lápices, cámara fotográfica, Pasteles, gaseosas
157
PROYECTO MASCULINIDAD
SESIÓN Nº 6
DURACIÓN 1:20
Finalizar los talleres y levar a cabo el encuadre final de lo
OBJETIVO DE LA SESIÓN
trabajado.
Actividad Objetivo Metodología Recursos Duración Responsable
Discusión
grupal
Hablar sobre lo
Actividad de la
Socialización de trabajado y las Grabadora de
Vela (Luz) 1 hora
cierre expectativas del voz
trabajo.
Qué les quedó
Quemar
Refrigerio:
Pasteles,
Refrigerio pastel con 20 minutos
gaseosas
gaseosa
158
Anexo No. 2
Formato de Entrevista Semiestructurada
Qué tiene de problemático ser hombre (qué tiene de negativo ser hombre o cuáles
son las desventajas de ser hombre)
Qué tiene de bueno ser hombre (qué tiene de positivo ser hombre o cuáles son
sus ventajas)
Qué tiene de diferente ser hombre hoy, a ser hombre hace algunos años
159
Anexo No. 3
CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA PARTICIPAR EN EL ESTUDIO
El siguiente documento debe ser aplicado por la persona, según el orden establecido en el artículo
5 de la ley 73 de 1988.
Queremos recordarle que Usted posee el derecho de hacernos cualquier clase de pregunta que
considere pertinente. Recuerde que no es obligatorio participar en la investigación y que puede
retirarse de ella en el momento en que considere pertinente.
DECLARACIÓN DE VOLUNTAD
Por medio del presente escrito, manifiesto que tengo las suficientes facultades mentales para
haber comprendido la información que me ha sido suministrada sobre la investigación y que se
encuentra consignada en este mismo documento y para tomar la decisión que posteriormente
expresaré. También manifiesto que se me ha dado la oportunidad de expresar cualquier duda o de
formular preguntas sobre la información, e incluso, de manifestar si deseo o no seguir
escuchándola, a lo que he respondido afirmativamente.
Sé que este estudio ha sido aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Psicología, del
CES, Medellín, Colombia.
________________________ __________________________
Firma y C.C. del investigador Firma del Alumno
160