supervivencia de la especie.
Los testículos producen espermatozoides y liberan a la sangre hormonas sexuales masculinas (testosterona). Un sistema
de conductos que incluyen el epidídimo y los conductos deferentes almacenan los espermatozoides y los conducen al
exterior a través del pene. En el transcurso de las relaciones sexuales se produce la eyaculación que consiste en la
liberación en la vagina de la mujer del líquido seminal o semen. El semen está compuesto por los espermatozoides
producidos por el testículo y diversas secreciones de las glándulas sexuales accesorias que son la próstata y las glándulas
bulbouretrales.1
Testículos
Son los principales órganos del sistema reproductor masculino. Produce las células espermáticas y las hormonas sexuales
masculinas. Se encuentran alojados en el escroto o saco escrotal que es un conjunto de envolturas que cubre y aloja a
los testículos en el varón.
Pene
Cuerpo esponjoso
El cuerpo esponjoso es la más pequeña de las tres columnas de tejido eréctil que se encuentran en el interior del pene (las
otras dos son los cuerpos cavernosos). Está ubicado en la parte inferior del miembro viril.
Su función es la de evitar que, durante la erección, se comprima la uretra (conducto por el cual son expulsados tanto el
semen como la orina). Cuando el pene se encuentra en dicho estado, contiene solamente el 10% de la sangre; los cuerpos
El glande (también conocido como cabeza del pene) es la última porción y la parte más ancha del cuerpo esponjoso;
Cuerpo cavernoso
Los cuerpos cavernosos constituyen un par de columnas de tejido eréctil situadas en la parte superior del pene, que se
Epidídimo
El epidídimo es un tubo estrecho y alargado, situado en la parte posterior superior del testículo; conecta los conductos
deferentes al reverso de cada testículo. Está constituido por la reunión y apelotonamiento de los conductos seminíferos. Se
distingue una cabeza, cuerpo y cola que continúa con el conducto deferente. Tiene aproximadamente 5 cm de longitud por
Conducto deferente
Los conductos deferentes o vasos deferentes constituyen parte de la anatomía masculina de algunas especies, incluyendo
la humana. Son un par de conductos rodeados de músculo liso, cada uno de 30 cm de largo aproximadamente, que
conectan el epidídimo con los conductos eyaculatorios, intermediando el recorrido del semen entre éstos.
Durante la eyaculación, el musculo liso de los conductos se contrae, impulsando el semen hacia los conductos
eyaculatorios y luego a la uretra, desde donde es expulsado al exterior. La vasectomía es un método de anticoncepción en
el cual los vasos deferentes son cortados. Una variación moderna, que también es popularmente conocida como
vasectomía aunque no incluye cortar los conductos consiste en colocar un material que obstruya el paso del semen a través
de aquéllos.
Vesículas seminales
Secretan un liquido alcalino viscoso que neutraliza el ambiente ácido de la uretra. En condiciones normales el liquido
contribuye alrededor del 60% del semen. Las vesículas o glándulas seminales son unas glándulas productoras de
aproximadamente el 3% del volumen del líquido seminal situadas en la excavación pélvica. Detrás de la vejiga urinaria,
delante del recto e inmediatamente por encima de la base de la próstata, con la que están unidas por su extremo inferior.
Conducto eyaculador
Los conductos eyaculatorios constituyen parte de la anatomía masculina; cada varón tiene dos de ellos. Comienzan al final
de los vasos deferentes y terminan en la uretra. Durante la eyaculación, el semen pasa a través de estos conductos y es
Próstata
La próstata es un órgano glandular del aparato genitourinario, exclusivo de los hombres, con forma de castaña, localizada
enfrente del recto, debajo y a la salida de la vejiga urinaria. Contiene células que producen parte del líquido seminal que
Uretra
La uretra es el conducto por el que discurre la orina desde la vejiga urinaria hasta el exterior del cuerpo durante la micción.
La función de la uretra es excretora en ambos sexos y también cumple una función reproductiva en el hombre al permitir el
paso del semen desde las vesículas seminales que abocan a la próstata hasta el exterior.
Glándulas bulbouretrales
Las glándulas bulbouretrales, también conocidas como glándulas de Cowper, son dos glándulas que se encuentran debajo
de la próstata. Su función es secretar un líquido alcalino que lubrica y neutraliza la acidez de la uretra antes del paso del
semen en la eyaculación. Este líquido puede contener espermatozoides (generalmente arrastrados), por lo cual la práctica
Disfunción eréctil
de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.
Contexto
La palabra "impotencia" también puede usarse para describir otros problemas que interfieren con la relación sexual y
la reproducción, tales como la falta de deseo sexual y los problemas con la eyaculación o el orgasmo. El uso de las
palabras disfunción eréctil deja en claro que esos otros problemas no están implicados. | La disfunción eréctil (o DE) puede
ser una incapacidad total para lograr una erección, una capacidad inconsistente para hacerlo, o una tendencia a tener
solamente erecciones breves. Estas variaciones hacen difícil definir la DE y calcular su incidencia.
Los cálculos varían desde 20 hasta 30 millones de casos, dependiendo de la definición usada. De acuerdo con la encuesta
de Atención Médica Ambulatoria Nacional (NAMCS, siglas en inglés), por cada 1.000 hombres en EE.UU., se hicieron 7,7
visitas al consultorio médico por DE en 1985. En 1999, la frecuencia casi se había triplicado a 22,3. El aumento se produjo
de modo gradual, presuntamente a medida que se pusieron a disposición más ampliamente tratamientos tales como los
dispositivos de vacío y los medicamentos inyectables y comenzó a aceptarse la discusión de la disfunción eréctil. Es posible
que el avance más publicitado fuera la introducción del medicamento oral citrato de sildenafil (Viagra) en marzo de1998. Los
datos de NAMCS sobre medicamentos nuevos muestran un cálculo de 2.6 millones de menciones de Viagra en visitas al
consultorio médico en 1999, y un tercio de esas menciones tuvieron lugar durante visitas para un diagnóstico no relacionado
con DE.
En los hombres mayores, la DE generalmente tiene una causa física, como una enfermedad, lesión o efectos secundarios
de medicamentos. Cualquier trastorno que cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede
causar DE. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 5% de los hombres de 40 años de edad y entre el 15 y el 25 %
de los hombres de 65 años de edad experimentan DE. Pero la disfunción eréctil no es necesariamente una parte inevitable
Debido a que una erección requiere una secuencia precisa de eventos, la DE puede presentarse cuando cualquiera de tales
eventos se interrumpe. La secuencia completa incluye los impulsos de los nervios en el cerebro, en la columna vertebral y
en el área alrededor del pene, así como las respuestas de los músculos, los tejidos fibrosos, las venas y las arterias en y
La causa más común de DE es el daño a los nervios, arterias, músculos lisos y tejidos fibrosos, a menudo como resultado
de una enfermedad. Enfermedades tales como la diabetes, afecciones del riñón, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple,
arteriosclerosis, psoriasis, enfermedad vascular y enfermedad neurológica son responsables de alrededor del 70 % de los
casos de DE. Entre el 35 y el 50 % de los varones con diabetes padecen DE.
También la cirugía (especialmente la cirugía radical de próstata debido a cáncer) puede lesionar nervios y arterias cerca del
pene, causando DE. Una lesión en el pene, la columna vertebral, la próstata, la vejiga y la pelvis puede llevar a DE,
produciendo lesión en los nervios, músculos lisos, arterias y tejidos fibrosos de los cuerpos cavernosos.
tranquilizantes, supresores del apetito y cimetidina (un medicamento para la úlcera)- pueden causar DE como efecto
secundario.
Los expertos piensan que factores psicológicos, tales como el estrés, la ansiedad, la culpa, la depresión, una baja
autoestima y el miedo a no desempeñarse en el coito como se espera causan del 10 al 20 % de los casos de DE. Los
hombres con una causa física de DE a menudo experimentan el mismo tipo de reacciones psicológicas (estrés, ansiedad,
culpa, depresión).
Otras causas posibles son fumar, que afecta el flujo sanguíneo en las venas y arterias, y anormalidades en las hormonas,
como por ejemplo una cantidad insuficiente de testosterona. La subida de prolactina que pueden producir algunos fármacos
como ansiolíticos, antipsicóticos (risperidona, olanzapina, haloperidol) puede provocar también impotencia. Las causas
Tratamiento de la DE
La DE es tratable a cualquier edad, y el conocimiento de este hecho ha ido creciendo. Más hombres han buscado ayuda y
regresado a la actividad sexual normal debido a tratamientos mejorados y exitosos de la DE. Tradicionalmente los urólogos,
quienes se especializan en problemas de las vías urinarias, han tratado la DE; sin embargo, los urólogos sólo son
En general, los especialistas en medicina familiar (médicos de cabecera especializados) son junto a los urólogos los
cardiólogos y los psiquiàtras son los mejor formados para la valoración, manejo y tratamiento de la disfunción eréctil. Las
principales ventajas que aportan frente a los demás especialistas son la visión integral del paciente, la proximidad, la
El término impotencia posee una raíz latina (impotens: no poder). Es la incapacidad del varón para obtener o mantener
una erección suficiente y realizar un coito satisfactorio. La DE es una situación muy frecuente; se ha calculado que afecta
en mayor o menor grado a la mitad de los hombres entre los 40 y los 70 años. Pero no es un tema que se trate
abiertamente, pues forma parte de la vida íntima de los individuos y de las parejas. Mitos y expectativas culturales de la
sexualidad masculina han impedido a muchos varones buscar ayuda para un trastorno que puede beneficiarse, en la
Aunque puede decirse con seguridad que todo hombre experimenta de vez en cuando dificultades para mantener
la erección, la disfunción eréctil se define como la incapacidad para mantener una erección suficiente para el coito en el
Impotencia sexual:
También llamada “disfunción eréctil”. Esta disfunción es la incapacidad constante de mantener la erección suficiente para el
coito. Los hombres tensos, con ansiedad y sobreocupados, en ocasiones, no pueden lograr esa concentración necesaria
causando impotencia sexual. Existen otras causas, como los problemas vasculares.
Orgánicas: son las de origen anatómico, genitourinario, endocrino, infeccioso, neurológico, vascular, por el
consumo de sustancias adictivas, etc.; constituyen el 15%. Endocrinas (diabetes), vasculares (arteriosclerosis),
neurológicas (lesiones cerebrales, medulares), urológicas (lesiones congénitas del pene) o farmacológicas (sustancias
Psicológicas: son las más frecuentes y variadas, debido a factores afectivos, de desarrollo, interpersonales, de
etc.
La DE se puede presentar por alteración de uno o varios de los tres mecanismos responsables de la erección: bloqueo de
las arterias; incapacidad de los vasos sanguíneos dentro del pene para almacenar la sangre, o daño en los nervios del pene
o del área pelviana. También pueden ser responsables de una DE otras disfunciones fisiológicas, como bajos niveles de
Así, las situaciones que más frecuentemente producen DE son: enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos y
restringen el flujo sanguíneo hacia el pene, como la diabetes, la hipertensión (tensión arterial alta), el exceso de colesterol o
las enfermedades cardíacas. Situaciones que interrumpen la conexión entre el sistema nervioso y el pene, como la cirugía
de próstata o lesiones traumáticas en la zona. Muchos medicamentos (algunos de ellos empleados para tratar la
hipertensión y las depresiones) causan DE entre los efectos secundarios no deseados. Depresión nerviosa.
Hábitos de riesgo (o factores de riesgo) para la DE: tabaquismo, alcohol, drogas (sustancias adictivas), estrés. Un indicador
despertarse por la mañana. La DE que persista más de 3 meses y que no sea debida a un suceso estresante evidente, al
consumo de drogas (sustancias adictivas), al consumo de alcohol o a afecciones médicas transitorias que causan DE,
DE y envejecimiento
Existen muchos malentendidos en este tema. Como resultado del proceso de envejecimiento, suele haber un periodo
refractario mayor —tiempo necesario para una nueva erección después de un orgasmo. La edad también parece afectar el
tiempo necesario para excitarse y para la erección y la eyaculación. Todos estos se consideran cambios completamente
normales. Sin embargo, la sexualidad no tiene fecha de caducidad. Si la DE se da más en personas mayores, es sólo
porque es más probable que sufran enfermedades asociadas a la DE y que usen más medicamentos que alteren la función
eréctil.
Cuando no hay estimulación sexual, el flujo de sangre dentro del pene es muy bajo, lo que lo mantiene en estado flácido o
no erecto. Cuando se recibe estimulación sexual (a través de cualquiera de los órganos de los sentidos o de la
imaginación), las arterias del pene se relajan y se dilatan, y el flujo sanguíneo hacia el pene aumenta mucho. A medida que
el pene se expande, las venas del pene —que tendrían que devolver la sangre del pene hacia la circulación de retorno— se
comprimen, y la sangre no puede salir. Con un aumento en el flujo sanguíneo que entra y una reducción en el flujo que sale,
el pene se vuelve cada vez más grande y se pone cada vez más duro.
Al ser causada por diversas enfermedades, se impone un estudio multidisciplinario integrado en un mismo equipo de
trabajo. Se hace una exhaustiva historia clínica del caso, se realizan estudios bioquímicos y hormonales, un perfil
psicológico, pruebas vasculares y estudios radiológicos. Todo esto, sumado a un examen físico uroandrológico,
1. Historia clínica. Interesa recoger problemas médicos actuales y previos, medicamentos que se estén tomando y
antecedentes sexuales —inicio de la DE, frecuencia, calidad y duración de cualquier erección, etc.— e
investigará la motivación para el tratamiento y las expectativas del paciente. La DE es lógicamente cosa de dos,
y puede ser apropiado entrevistar a la pareja sexual (cualquiera que sea la preferencia sexual del paciente).
2. Examen físico. Incluye una exploración del área genital y un tacto rectal (examen del recto con un dedo
enguantado). Deben buscarse evidencias de otras enfermedades —hipertensión, diabetes, ateroesclerosis, daño
nervioso, etc.
3. Cuestionarios. Los más utilizados son el IIEF (International Index of Erectile function) y su versión más sencilla: el
4. Pruebas de laboratorio. Se harán análisis de sangre para medir los niveles de testosterona y, si es necesario, los
de prolactina para determinar si hay problemas del sistema endocrino. Pueden ser necesarios diversos
exámenes específicos para detectar la DE, como pruebas de respuesta eréctil tras inyección de medicamentos
que dilatan los vasos sanguíneos del pene, o detección de erecciones nocturnas mediante diversos dispositivos.
prueba en la cual se induce una erección con medicamentos, se mide la capacidad de almacenamiento del pene,
se hace una ecografía de las arterias del pene (para medir la presión arterial de estas arterias) y se realiza una
radiografía del pene erecto para obtener datos anatómicos precisos. Sólo es necesaria en algunos casos de DE.
Menos del 10 % de los hombres que sufren DE buscan ayuda médica. Al enfrentarse con la DE, es frecuente que se
desmoralicen, se depriman o busquen tratamientos milagrosos. Existen innumerables remedios populares que se deben
considerar con toda cautela y escepticismo. Actualmente existen muchos tratamientos eficaces y muy seguros, aunque en
La modalidad del tratamiento viene dictada por el problema específico que causa la disfunción eréctil. El primer paso es
definir la causa, si es posible, y luego intentar la solución más sencilla y menos arriesgada. En síntesis, las distintas
1. Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: dejar de fumar, moderar el consumo
2. Cambiar o reducir los medicamentos que puedan estar provocando DE, como algunos antidepresivos, diuréticos y
betabloqueantes.
3. Psicoterapia y terapia conductual. Independientemente de la causa de la DE, se recomienda para todos los
pacientes alguna forma de terapia psicológica, conductual, sexual o de combinación, generalmente asistidos por
4. Terapia transuretral y de inyección. Consiste en inyectar medicamentos en el tejido eréctil para relajar los
músculos lisos del pene y permitir que pueda tener lugar la erección. Está indicada en algunos casos de DE. Los
medicamentos inyectados suelen ser asociaciones de papaverina-fentolamina, o bien alprostadil (prostaglandina
E1). Las reacciones adversas son generalmente menores, pero pueden incluir erecciones prolongadas y
dolorosas (priapismo; véase príapo). Una alternativa a las inyecciones es un dispositivo de plástico para aplicar
estos medicamentos a través de la uretra. Aunque más seguras y menos costosas que los tratamientos
quirúrgicos, estas terapias tienen una tasa alta de abandonos, ya que la pérdida de espontaneidad hace perder
interés en el procedimiento. Las sustancias vasoactivas son sustancias que,, introducidas a través de la uretra o
inyectadas en los cuerpos cavernosos del pene, producen una erección que permite una buena relación sexual.
Pueden utilizarse 1 o 2 veces por semana. Antes de empezar el tratamiento es importante hacer las pruebas
5. Los medicamentos orales que estimulan la actividad de la dopamina en el cerebro pueden aumentar el deseo
sexual y con ello facilitar la erección. Con este fin se han comercializado pastillas sublinguales de apomorfina.
6. Sildenafilo (Viagra). Aprobado para su uso en Europa y Estados Unidos, es el medicamento oral que ha mostrado
resultados más prometedores en la DE. En los estudios realizados, el sildenafilo mejoró las erecciones en 3 de
cada 4 participantes (~75%), comparado con sólo 1 de cada 4 que mejoraron al tomar un placebo; con
sildenafilo, uno de cada tres intentos de coito fue un éxito —comparado con sólo 1 de cada 5 intentos en
pacientes con placebo. Sildenafilo aumenta una sustancia llamada GMP cíclico, que se produce en el pene
durante la actividad sexual y que incrementa el flujo sanguíneo. Así, el sildenafilo eleva el flujo peneano de forma
natural, de modo que la estimulación sexual causa erección. Sildenafilo no es, pues, un afrodisíaco, ni una
hormona, ni un producto que cause por sí mismo erección, sino que sólo ayuda a conseguir una erección cuando
existe estimulación sexual. El Sildenafilo se toma "a demanda" –sólo cuando se desea–, y su acción comienza en
30 minutos y dura hasta 4 h. No se recomienda más de una tableta al día. Los efectos colaterales incluyen
molestias digestivas, dolores de cabeza, enrojecimiento facial y dolores musculares, y, en un 3 % de los tratados,
alteraciones de la visión. Como otras sustancias para tratar la DE, el Sildenafilo está contraindicado en caso de
enfermedades cardíacas y, sobre todo, jamás debe asociarse con los medicamentos llamados nitratos (por
ejemplo, la nitroglicerina que se usa bajo la lengua para tratar la angina de pecho); en asociación con sildenafilo,
los nitratos pueden bajar la tensión arterial bruscamente hasta niveles peligrosos.
8. Yohimbina. Empleado como medicina popular durante años, actualmente existe evidencia de que puede mejorar
la potencia en un tercio de los hombres con DE leve, sobre todo en combinación con el antidepresivo trazodone.
9. Tratamientos hormonales. La terapia con testosterona está indicada sólo en hombres con hipogonadismo (niveles
bajos de testosterona, la hormona masculina). Puede utilizarse por vía oral o en parches. La testosterona no se
recomienda nunca para hombres con niveles normales de hormona masculina; en éstos puede mejorar el
impulso sexual, pero a costa de causar daños sobre la próstata y el hígado, a veces irreversibles. Cuando la DE
se debe a niveles excesivos de la hormona prolactina, puede ser útil el medicamento bromocriptina.
10. Otros: se han utilizado, con distintos grados de éxito, medicamentos como pentoxifilina (Elorgan®), naltrexona —
11. Dispositivos de aspiración (vacío). Colocación del pene en un cilindro plástico hermético, donde se crea a
continuación un vacío, lo cual causa que la sangre fluya hacía el pene. Después se asegura una banda alrededor
de la base del pene para retener la erección, y el cilindro se retira. La falta de espontaneidad de este método es
el inconveniente principal.
12. Implantes peneanos. Tres tipos de implantes se emplean actualmente para el tratamiento de la impotencia; todos
ellos deben implantarse quirúrgicamente: implantes hidráulicos, prótesis e implantes plásticos hinchables.
Aunque muchos pacientes se han beneficiado de la cirugía del implante, éste es un procedimiento irreversible; el
tejido eréctil se lesiona de forma permanente cuando se implantan estos dispositivos. En el momento actual ha
caído en relativo desuso, a expensas de métodos menos arriesgados y menos costosos. Son unos cilindros de
silicona (sustancia no rechazada por el organismo), de estructura anatómica, que se introducen en número de
dos dentro de los cuerpos cavernosos del pene y que producen la rigidez necesaria para una buena y adecuada
relación sexual. Existen diferentes vías y técnicas para implantar la prótesis; la intervención dura
aproximadamente 45 minutos. Mediante una incisión de la piel de 3-4 cm en la parte inferior del pene y en la raíz
del escroto, se llega a los cuerpos cavernosos, donde se colocan las dos prótesis correspondientes, siendo
mínimo el porcentaje de complicaciones. Todo ello con anestesia local o regional. Al ser una cirugía poco
agresiva, el postoperatorio no requiere cuidados especiales; el paciente puede abandonar la clínica entre 12 y 24
horas después de la intervención, y a las 3 ó 4 semanas de adaptación se puede reiniciar la vida sexual normal.
13. Cirugía vascular. Para los hombres cuya impotencia sea causada por problemas de las arterias o las venas del
pene, la cirugía vascular puede ser una opción. Se practican dos tipos de operaciones:
14. Cirugía de revascularización (anastomosis): conexión de una arteria de la pierna con las arterias del dorso del
15. Ligadura venosa: se realiza cuando el pene no puede almacenar una cantidad suficiente de sangre para
mantener una erección. Se atan o extirpan las venas que están causando un drenaje excesivo de sangre del
pene.
16. Afrodisíacos y tratamientos alternativos. Los afrodisíacos son sustancias que supuestamente aumentan el
impulso, el deseo y el desempeño sexual. La leyenda ha atribuido cualidades afrodisíacas a alimentos como los
chiles, el chocolate, el regaliz, la manteca, las anchoas, las ostras y las vieiras. El "Spanish fly" o cantáridas,
Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: no fumar, moderar el consumo de alcohol y de
Muchos especialistas opinan que una de las medidas preventivas más efectivas consiste en hacer el amor frecuentemente
con una pareja afín, buscando el placer. Aunque no tiene que ser necesariamente con una pareja estable (recomendación
que sí es necesaria para reducir las probabilidades de contagio de una infección de transmisión sexual, pero no un requisito
provocando, por tanto, dificultad al orinar. Esto sucede porque esta compresión impide el flujo de la orina desde la vejiga
hacia la uretra hasta el exterior. Las posibles consecuencias son retenciones de orina en la vejiga o reflujo de la orina hacia
los riñones y una necesidad de orinar frecuentemente. Si la inflamación fuera muy grave, puede bloquearse por completo el
sistema urinario.
La HBP es una enfermedad muy común en los hombres: aunque generalmente comienza a partir de los 30 años, es muy
raro que se manifieste antes de los 40. A los 60 años, aproximadamente, más del 50% de los hombres padece HBP y entre
cuantificación de antígeno prostático específico (PSA) en sangre: se cuantifica tanto el valor total como la relación
ecografía prostática e índice prostático: se cuantifica el tamaño de la próstata y se relaciona con el PSA mayor
Su pronóstico es bueno, suele provocar un síndrome miccional y el tratamiento con antiandrógenos suele tener buenos
resultados en el caso de que la próstata sea mayor a 40 g, pero el tratamiento farmacológico siempre es tendiente a mejorar
o disminuir los síntomas obstrubtivos e irritativos que en últimas son los que deterioran la calidad de vida de los pacientes.
Este tratamiento a los síntomas se hace con alfabloqueadores, que relajan el músculo liso de la uretra y relajan la vejiga
permitiendo una evacuación de orina casi normal y su vez evitan la complicación más importante que es la retención
Salvo elevación marcada del antígeno prostático específico (PSA) en sangre, a valorar, es siempre el paciente el que
indicao la conveniencia de la intervención quirúrgica, en lo cual es difícil aconsejarle porque su conveniencia es función