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LOS "PIONEROS MODERNOS", HACEDORES INVISIBLES DE UNA CIUDAD A

MEDIAS.

Sonia Alvarez 1

Este artículo tiene como objetivo analizar la forma en que se produce la construcción
social del habitat popular específicamente los barrios en la ciudad de Salta, con el fin de
reconstruir una parte de la historia no oficial de la ciudad, en la que los protagonistas
principales son los pobladores.2 Se utilizaron como técnicas, entrevistas en profundidad y
talleres con dirigentes barriales y/ antiguos pobladores de distintos tipos de barrios populares:
villas, asentamientos, loteos económicos y barrios construidos por el Estado. Para recuperar
la historia no oficial, debemos dar la palabra a los protagonistas, a los hacedores invisibles de
esta ciudad a medias. Esto no significa compartir la visión ingenua que cree, que en los
testimonios esta la realidad.

En ciudades intermedias como Salta, con una fuerte estratificación social y cultural,
altos índices de pobreza y un acelerado crecimiento urbano, los pobres urbanos hacen la
ciudad. Son los "pioneros" de la modernidad a medias y el rostro de la exclusión de la
"modernidad" específica de América Latina expresada en sus ciudades: agudización de la
pobreza, del desempleo, de la marginalidad, debilitamiento del rol del estado en la
satisfacción de los servicios urbanos básicos (Alvarez, S., 1995), y de la fragmentación y
segmentación social manifestada en el espacio urbano.

Los pobladores urbanizan a diferencia de los sectores medios y altos quienes habitan
en zonas ya consolidadas. En la mayoría de los casos, al momento de la ocupación la tierra no
tiene ninguna característica urbana, no hay trazado de calles, tampoco servicios básicos como
luz, agua o cloacas. Son los pobladores los que a través de sus luchas, hacen el barrio y
haciéndolo construyen la ciudad.

A partir de distintas modalidades de participación y organización de los pobladores se


forjan identidades barriales y ciudadanas. Las luchas cotidianas para hacer su vivienda y su
barrio va acompañada de la genesis y paulatina consolidación de sus propias organizaciones,
En estas trayectorias individuales y colectivas, van marcando "su lugar" en la ciudad y la van
produciendo.

Si bien las historias barriales estudiadas muestran diferencias tanto por las
características de los barrios, el origen de su población, como por las peculiaridades de sus
luchas y formas de participación, en la trama de su cotidianeidad se encuentran problemáticas
comunes de las formas de hacer y representarse el barrio y la ciudad.

1
Este artículo fue publicado en Rabey, M. y Jerez O. (editores) Procesos de Urbanización en Argentina: una
mirada antropológica. Red de Editoriales de Universidades Nacionales y Universidad Nacional de Jujuy, 2000.
(ps. 59 a 109)

2 Este trabajo es el producto de una investigación realizada con el apoyo del Consejo de Investigación de la
Universidad Nacional de Salta denominado, La construcción social del habitat popular, durante el período
94-97.

1
Los tipos de barrios

Los tipos de barrios que ocupan los sectores populares son variados, según las formas
de producción del espacio. Se podrían caracterizar en loteos económicos, villas y
asentamientos y planes de vivienda del Estado.

Los barrios construidos por el estado son el resultado de operatorias como


FONAVI, BHN, PROVIPO 3, entre otras. Se los reconoce porque agrupan a un conjunto de
viviendas de idénticas características generalmente terminadas. Las villas de emergencia
están construidas en su mayoría en terrenos fiscales, con viviendas muy precarias, muy poco
o ningún ordenamiento espacial, con calles interiores con frecuencia muy angostas. Los
asentamientos son formas nuevas de construcción del habitat, aproximadamente desde los 80
en el caso de Salta. Comparten con las villas de emergencia una situación precaria de
tenencia de la tierra, pero se diferencian porque hay un ordenamiento del territorio en
manzanas, lotes y calles similar al del resto de la ciudad. Los loteos económicos son barrios
que surgieron a partir de la subdivisión masivas de tierras de uso rural y que se vendieron en
cuotas entre dos y cinco años, por lo que permitieron el acceso a un lote urbano a un amplio
sector de la población, entre ellos los sectores populares (Sbrocco, E.; 1997).

La diferencia que se realiza en la actualidad entre villa y asentamiento tiene que ver
más con los resultados posteriores a las formas de ocupación que con la característica
particular de ocupación ilegal que ambas tuvieron a su inicio. En la década del 60 y 70 donde
predominó el uso de la categoría villa, las posibilidades de legalización y acceso por compra
del lote ocupado en el terreno originario, eran mínimas. La mayoría de las "soluciones"
vinieron por la vía de la erradicación compulsiva durante todos los regímenes políticos, la
que cobró una inusitada violencia en la dictadura militar. Tampoco es cierto que las villas
fueron ocupadas paulatinamente y los asentamientos en forma masiva. Al menos en el caso
de la ciudad de Salta se dieron estas alternativas tanto en las villas como en los
asentamientos. Por otra parte, las formas de ordenamiento territorial vigentes no tenían la
fuerza ni la legitimidad actual, lo que explica la regularidad de los lotes de los asentamientos.
También las formas de negociación del Estado cambió radicalmente luego de la apertura
democrática, caracterizándose por una mayor flexibilidad en la búsqueda de soluciones al
habitat popular, permitiendo el acceso por compra de los lotes ocupados. No comparto
algunas homologaciones que se hacen del villero al migrante rural o al "cabecita negra" y a
los pobladores de los asentamientos a los nuevos pobres o pauperizados no migrantes
(Merklen, Denis; 1997). La mayoría de los estudios sobre el origen migrante de la población
villera, mostró una y otra vez, la significativa importancia de la población local y, por otra
parte, los "nuevos pobres" se distribuyen en forma "invisible" en la ciudad, generalmente en
las zonas más consolidadas, a las que accedieron antes de la “caída”.

Es necesario señalar por último que la realidad es más compleja que los tipos
señalados. Un barrio pudo haberse originado por un asentamiento y luego se produce un loteo
para legalizar la ocupación, o un plan de vivienda del Estado es la respuesta que se da a las
villas o asentamientos, o un loteo económico de origen tiene en los insterticios o en terrenos
destinados a espacios verdes, asentamientos. Salvo el caso de los planes de vivienda del

3
Muchas de estas operatorias tuvieron relación para el financiamiento, gestión o ejecución, dependiendo de los
casos, con otros actores privados, algunos con empresas constructoras, gremios y/o con los propios
"beneficiarios".

2
Estado terminados, como FONAVI y Bco. Hipotecario, en todas las otras formas de
ocupación del espacio señaladas son los pobladores los que hacen el barrio y urbanizan la
ciudad. En PROVIPO4, en la mayoría de sus operatorias era necesario un proceso de
producción colectiva comunitaria y/o familiar, para la construcción de la vivienda y, en otros,
para el acceso a servicios mínimos. De allí el apelativo de popular implicado en la
precariedad de las construcciones y los servicios y en el requerimiento de trabajo de los
adjudicatarios, a diferencia de los programas destinados a sectores medios.

Los pioneros a "punta de machete"

"Estabamos aislados de la ciudad. estábamos prácticamente un grupo de


viviendas en medio del monte... al camino lo abrimos nosotros a punta
machete. Había nada más que una senda, un senderito nomás había. No
había agua, ni cloacas, ni caminos. Dos años no hemos tenido agua.
Nosotros teníamos que caminar un montón para sacar del camión que
mandaban, por que el camión cisterna no podía pasar por aquí o sino
sacábamos agua de la acequia. No había ningún servicio, no había escuelas,
nada .... Todo esto fue duro". (Dirigente de Bo. Finca Independencia, Plan
de erradicación con viviendas terminadas de PROVIPO, 1971)5

Pionero es el que primero explora, coloniza y urbaniza, es convertir un terreno en


poblado o prepararlo para ello, trazando calles y dotándolas de luz, pavimento, etc.
(Diccionario Karten ilustrado). Pioneros modernos son los constructores de los barrios
populares, son los exploradores urbanos, los que construyen de la "nada", del "campo", al
algo que es “su barrio” y lo hacen a "punta de machete", "aislados de la ciudad", como en
"medio del monte", como lo expresa el testimonio que encabeza este acápite.

Por ello, la imagen y la percepción de los primeros momentos de ocupación más


común es la de "campo" por oposición a "ciudad" y una fuerte sensación de lejanía y
aislamiento "era una isla". Las sensaciones y percepciones del espacio en ese primer
momento fundador, tienen que ver con imágenes rurales "un potrero", "un desierto", "un
monte", "yuyarales". El paisaje se asociaba a imágenes campestres, "las vacas que pastaban",
"el burro atado al palenque", "el algarrobo" que enmarcaba el paisaje con su grandiosidad.

"Era todo monte lleno de cañadas... Un poco nos sentíamos alejados de la ciudad
porque nos separa un canal, a tal punto que en los chistes se decía que nosotros
pertenecíamos a la Villa San Lorenzo 6 porque no teníamos conexión con la ciudad,
salvo el viejo puente que entraba por el camino a las Costas." (Dirigente Centro Vecinal,
Villa Asunción, asentamiento, 1974)

Otra imagen de los pioneros "a punta de machete", es la de la nada. La "nada" es la

4 El PROVIPO es un programa que fue implementado en Salta en el período 1985-1990 aproximadamente.


Incluía distintos sub programas como el de "lotes con servicios", "consolidación barrial" y "viviendas
progresivas". La ejecución se desarrolló con la participación de los propios pobladores, a través de trabajo
familiar o prácticas comunitarias. La acción del estado se refiere a la gestión, al financiamiento de la tierra
urbana, materiales e infraestructura y a la asistencia técnica y social. (Sbrocco, E; 1996)
5
A partir de aquí las referencias a los testimonios de los pobladores se harán consignando el rol del
entrevistado, el nombre del barrio, el tipo y la fecha de inicio, cuando sea pertinente.

6 Lugar de veraneo a 15 km de la ciudad.

3
"no ciudad", la no urbanización, es el "desierto", las "tinieblas". La "nada" es el campo y el
"algo" es la ciudad inexistente. "No teníamos nada era como un potrero, no teníamos nada,
nada, ni luz, agua, nada" (Dirigente Bo. Palermo, asentamiento)

Un recuerdo recurrente y doloroso de esas primeras épocas, en la memoria colectiva


de la gente y que acompaña a la "nada/no ciudad/campo", es la de "sufrimiento", "soledad",
"tinieblas", "desamparo", "nos sentíamos olvidados".

"Cuando empezó el barrio, sentíamos digamos una soledad...casi no había nada. Nada
más un potrero, las vacas que caminaban. No había nada, nada, nada. Unos ranchitos
precarios de los cortadores. Sólo había un algarrobo, todavía existe." (Norte Grande,
Erradicación y plan de vivienda mínima PROVIPO)

La modernidad a medias característica de estas ciudades no esta exenta de soledad.


Esta no es una soledad desterritorializada como la de la sobremodernidad 7, sino fuertemente
localizada en una ciudad/no ciudad. Es un "no lugar" sui generis de la urbanización
periférica.

Por otro lado, la extensión de la urdimbre urbana (Auge, 1995, p.156) se hace en
nuestras ciudades periféricas con fuertes contrastes. Se pueden encontrar "líneas" de
población, de "filamentos" urbanos, por las que se extiende la ciudad de los sectores medios y
altos donde la imagen es la de la circulación y las comunicaciones, a la que se refiere Auge.
Una "urbanidad" consolidada, una urdimbre filamentosa y fuerte y, como contracara, la
extensión de una urdimbre deshilachada de los pobres de nuestras ciudades. Estas no
constituyen las imágenes típicas de la urbanización, menos aún asociada al transporte y las
comunicaciones, que es lo último que se logra. Son manchones oscuros y desgajados. Los
hilos de la urdimbre son casi imaginarios por que no existen las luces de las rutas, casas y
edificios que hacen visible la otra urdimbre. Menos aún las calles, trazado típico y
constitutivo de lo urbano. La ciudad se extiende sin ser ciudad. Pero también la ciudad a
medias, también tiene sus paradojas. "Era el único barrio más marginado, el más perdido en
"medio de la selva" y teníamos teléfono público". Aquí la vivencia de estar en el medio de la
selva no sólo es percibida como campo y abandono, sino también agresión, asechanza,
peligro.

Pasará un tiempo para que la "no ciudad" adquiera un gesto más cercano a lo que se
entiende por urbanizado. Este tiempo histórico es el de las luchas en las que, poco a poco, sus
pobladores se encargan de ir incorporando alguna mueca de ciudad, al campo, al desierto, a la
selva, o a la nada.

Si bien hay diversidad entre los tipos de barrios en relación a los tiempos en que se
accede a este rostro más urbanizado, la mayoría de los dirigentes reconocen los cambios y
están orgullosos de ellos, como logros de sus luchas. Otros, a pesar del largo tiempo
transcurrido, mantienen la misma imagen original, sin lograr incorporar estos territorios a la
trama urbana consolidada. Este es el caso de alguno de los loteos. Un poblador de un
loteamiento muy cercano al casco céntrico nos decía:

7 La soledad de la sobremodernidad a la que se refiere Marc Auge (1995, p.130), radica en la carencia de
intermediaciones y el "enfrentamiento directo con el conjunto informal del planeta o, lo que viene a ser lo
mismo, con la imagen vertiginosa de su soledad".

4
"Mire, antes, cuando nosotros eramos chicos nos sabíamos juntar en la esquina,
prendíamos unas gomas para calentarse para el invierno y le decíamos a los changos: -
vamos a Salta. Ahora los chicos siguen diciendo: -vamos a Salta. Así que no cambió
nada. El único cambio ha sido que han venido a vivir más vecinos... Esto sigue siendo
campo, un campo dentro de la ciudad, estamos a cinco minutos y no tenemos nada,
¡imagínese!. Yo tengo compañeros que me dicen: ¡Che!, ¿dónde has dejados atado el
burro?" (Presidente del Centro Vecinal de Villa Constitución, loteo económico)

Para Martín Barbero la ruralización de las ciudades sería uno de los sentidos de los
procesos de desurbanización, expresado tanto en su expresión física, nuestras ciudades a
medio hacer, como en la cultura (1994, p.38).

Las luchas, alimentando la posibilidad de que el barrio sea "lo que es..."

"El lugar se definirá como lugar de identidad (en el sentido que cierto
número de individuos pueden reconocerse en él y definirse en virtud de él),
de relación (en el sentido de que cierto número de individuos, siempre los
mismos, pueden entender en él la relación que los une unos con otros) y de
historia (en el sentido de que los ocupantes del lugar pueden encontrar los
trazos de antiguos edificios y establecimientos, el signo de una filiación). De
manera que el lugar es triplemente simbólico...: el lugar simboliza la relación
de cada uno de sus ocupantes consigo mismo, con los demás ocupantes y con
su historia común" (Auge, 1995, p.147)

En este apartado analizaremos al barrio como "lugar de identidad", entendiendo su


construcción social y material, en un juego de mutuas y concomitantes interinfluencias.
Según Gravano (1995, p.258) el barrio tendría tres elementos estrechamente relacionados: es
un espacio de reproducción social material, es un referente de identidades sociales distintivas
y representación simbólica dentro de la vida urbana. Esto no significa oponer estructuras a
representaciones sino que son los actores sociales quienes producen el sentido de sus actos a
través de las relaciones que entablan entre ellos, dependiendo del campo de oportunidades y
constricciones existentes (Melucci, A., 1994, p.126).

Aquí cabe también señalar que ocuparnos de los "lugares" y no de los "no lugares" no
significa como dice Martín Barbero colocarnos en "el fanatismo de la identidad y la
intolerancia localista" (1994), puesto que más allá de que los habitantes de los barrios
entrecrucen en su experiencia cotidiana los lugares de identidad con los no lugares y espacios
del anonimato (Auge, 1993), los primeros existen y son una realidad palpable y dolorosa para
nuestras ciudades de América Latina, sean estas metropolitanas o medianas como Salta. La
inscripción localista como única forma de mirar lo urbano es limitada, pero creer que estudiar
los lugares de identidad es fanatismo e intolerancia, puede ser un pecado de soberbia de la
"sobremodernidad académica". Por otra parte, este mismo autor expresa en un trabajo
anterior que "el espacio social donde mejor se expresa el sentido de la dinámica que, desde lo
popular, da forma a nuevos movimientos urbanos es el barrial, en cuanto territorio de
despliegue de la resistencia y la creatividad cultural (...) El barrio se constituye así en un
mediador fundamental entre el universo privado de la casa y el mundo público de la ciudad,
proporcionando algunas referencias básicas para la construcción de un "nosotros", de una
sociabilidad más ancha que la familiar y mas densa y estable que la impuesta por la sociedad"
(Martín Barbero, 1991, p.7). Esta sociabilidad es a la que se refiere Maffesoli cuando estudia
las tribus urbanas. En su planteo hay una reivindicación de la sociabilidad en general y de la
local en particular, por oposición a los que pregonan la muerte de la vida comunitaria en el
mundo contemporáneo. "Tal vez fuese necesario, simplemente recorrer la antigua noción

5
espacial de barrio y de su connotación afectiva. Término en desuso, que resurge hoy en día.
Ese barrio puede asumir matices diversos. El puede delimitarse por un conjunto de calles,
designar un área libidinalmente investida (barrio "caliente", de "vicio", etc.), hacer referencia
a un conjunto comercial o a un punto nodal de los transportes colectivos, eso poco importa.
En realidad se trata de un espacio público que conjuga una cierta funcionalidad con una
innegable carga simbólica" (Maffesoli, M., 1987, p. 33)

Diversas trayectorias de exclusión

Los pobladores que llegan al barrio vienen de diversas trayectorias de exclusión y el


acceso a la tierra y a la vivienda, aunque sea en condiciones precarias, condensa muchos
anhelos y proyectos. A pesar de las condiciones de abandono de las primeras épocas y las
grandes carencias actuales, los pobladores y dirigentes entrevistados reconocen enormes
ventajas al barrio.

Los diversos itinerarios confluyen en un punto común que es otro de los hilos que los
enlaza: el barrio, donde cada uno ha terminado su derrotero particular (Ametrano Lucrecia,
1995; p. 14). Sin embargo la trayectoria de exclusión no termina, comienza una nueva,
aunque en mejores condiciones relativas.

La comparación y recuerdos de los hitos de los itinerarios anteriores marcan las


percepciones positivas del barrio. Al acceso a la vivienda propia y a la construcción del barrio
se asocia la "libertad" de acción, relacionada con la independencia de la familia ampliada, la
valorización de la propiedad o de su potencialidad cercana y la posibilidad de hilar
interacciones sociales más duraderas. Se trata de construir un futuro común, con más libertad
por la pertenencia a un lugar y a una vivienda, por ello se valora desde la posibilidad de
"plantar una planta" hasta la de participar en la vida comunitaria construyendo su barrio y
una identidad. En los testimonios donde la etapa anterior fue el alquiler observamos estas
percepciones.

"La ventaja, era primero evitar de que la gente termine con el tema del alquiler y el
dinero, el poco dinero que ingresa, lo pueden invertir en espacio físico... Uno tiene más
libertad de acción que como inquilino, tanto el padre como la madre y los chicos
también, libertad de juego...todo eso. Y hay más participación: nosotros podíamos
festejar el día del niño, hacer fiestas, actividades recreativas, todo eso, hay más
libertad" (Dirigente, Bo. Las Palmeras, asentamiento, 1989)

"La ventaja que tenemos es que la vivienda es propia, no vamos a pagar más el alquiler,
todo es nuestro. Si uno pone una planta, todo ya es nuestro" (Dirigente de Palermo II,
asentamiento)

Para los que la trayectoria fue la "villa", la propiedad del lote y la vivienda en un
barrio significaron estabilidad, un proyecto de futuro para los hijos y la posibilidad de
brindarles "un techo", además de continuar sus historias de lucha. Sin embargo la alegría por
el acceso a la propiedad no los excluyó de los duros avatares que provoca en su vida
cotidiana, el estigma de ser pobres, viviendo en zonas marginales.

"Los más importante fue la alegría de tener techo... Como nosotros hemos vivido en
villas de emergencia. Esto era tener un techo para los hijos... a pesar de todas las cosas
que faltaban... la gente que vino estaban en peores condiciones venían de villas de más
emergencia"... La cosa positiva del barrio es que la gente a pesar de todo lo que pasa,

6
no baja los brazos, sigue luchando. Es gente de trabajo, a pesar de la mala propaganda
que tiene la zona... la gente sigue viviendo en el barrio y sigue luchando. Lo negativo es
la mala fama que nos dieron. Cuando un chico va a buscar trabajo y dice que viven en
este barrio, no le quieren dar el trabajo. Se nos sigue viendo mal. Todo lo malo se ha
puesto de este lado. Se nos ha marginado de la sociedad." (Dirigente del Centro Vecinal
de Fca. Independencia8)

En este barrio, los adjudicatarios ocuparon las viviendas antes de su entrega por miedo
a que otros las ocupen y según ellos esta fue la causa del estigma de "malos" con que se trata
al barrio. "Cuando se hizo la toma ya se lo vio como algo violento, y ya se dio la fama, no en
buena manera, sino en mala manera... porque ya empezaron a decir que eramos gente mal y
que teníamos malas intenciones"

Las representaciones de los "otros" sobre los villeros como un pobre "indigno"
(Gravano y Guber, 1991), resultan como una maldición en estas trayectorias. Tienden a
encerrar a las víctimas en una acusación que funciona como destino (Bourdieu, 1990, p.81).
Pero la gente intenta exorcisar la maldición en un esfuerzo por diferenciarse de la “villa” a
través de las mejoras que se logran. "Este es el barrio Palermo II. Antes decía la gente que no
querían saber nada que digan villa, era barrio, era lindo, era fino".

De la lucha contra la intemperie a la provisión de los servicios mínimos. De como se


hace el barrio

Los caminos recorridos por hacer propio lo ajeno, de la “nada” a la propia polis 9, van
alimentando la posibilidad de hacer el barrio y ser parte de la ciudad. Cómo se logra
construir al barrio?. También aquí los caminos son diversos, pero tienen en común el
esfuerzo, el trabajo comunitario, la lucha contra la intemperie y contra el estado “sordo”.

En el caso de los asentamientos luego de la ocupación, las calles las demarca la


primera Comisión o Junta de Vecinos o el grupo de los primeros “colonos” y comienza la
lucha ardua y continua, por convertir el “campo” en un precario barrio “urbano. En esos
momentos, comienza la pelea contra el estado enfrentándose para lograr su radicación
definitiva, la que se mezcla con el recuerdo del combate contra la intemperie. Pero llega un
momento en el que los “invasores” vencen y logran hacer propio lo ajeno.

Lo primero es la delimitación de los terrenos, la demarcación de las calles, luego la


luz y el agua y, por último, los otros servicios y equipamiento comunitario. Un vecino
manifiesta la esencialidad de estos servicios, "el agua es el corazón de un barrio y la luz es la
fuerza" (Presidente Centro Vecinal de "1ero. de Mayo").

La primera etapa de demarcación y ocupación varia dependiendo de los


asentamientos. Desde un núcleo duro muy bien organizado hasta la falta de organización total
caracterizada por "la ley de la selva".

8 Barrio construido por el Estado de erradicación de villas (1971), viviendas mínimas terminadas pero sin
servicios, aproximadamente 1200 viviendas, tiene también una cuarta etapa que se realizó por sistemas de ayuda
mutua.
9
Friedmann (1988) plantea que el barrio se convierte en la Ciudad. “En centenares de barrios obreros a lo
largo y a lo ancho de América Latina, la idea de la polis resucita sin mayores aspavientos y sin siquiera
conocimiento de la extraordinaria naturaleza que tiene este suceso” (p. 73)

7
"Al principio el terreno se lo obtenía un poco como a la fuerza, porque todos querían
tener decisiones y ninguna de las decisiones eran legales. Digamos, no estaban
formados legalmente para tomar decisiones, pero algunos decían "yo soy presidente", yo
soy esto, yo soy otro, "sacando chapa" para poder manipular los terrenos. Las chapas
personales al decir presidente querían hacer notar que son un cierto tipo de autoridad"
(Villa Asunción)

Los asentamientos tienen problemas para la provisión de servicios por que los
organismos oficiales se niegan a realizar las conexiones por la "ilegalidad" de la tenencia. Las
primeras conexiones, por lo tanto son ilegales, como las “colgaduras" de la luz y las
“pinchaduras” de agua, experiencias asociadas al dolor, el riesgo, el miedo, las relaciones de
clientela, la coima y finalmente, el orgullo de haber resuelto un problema tan vital.

"Y bueno al principio hemos sufrido mucho porque no teníamos luz, incluso paso un
accidente hace poco en esas conexiones, en esas enganchadas de luz que el señor que se
cayó de arriba, le agarró la corriente y recién se está reponiendo después de estar un
mes en terapia intensiva.." (Palermo III, Asentamiento)

En el asentamiento Las Palmeras se trasladaron de los terrenos en los que estaban


asentados para acercarse al acueducto y luego lo "pincharon". En estas decisiones son
fundamentales los dirigentes y el acompañamiento de la gente. El caso de 15 de Septiembre
es un ejemplo. Aquí se combina la fuerza del dirigente para la conexión “ilegal” con
relaciones de clientela política, coima y un regalo de navidad.

"Asumo como presidente y en el acto hago que toda la gene se cuelguen de la luz...
tenían miedo, decían no, si nos colgamos nos van a sacar, nos van a venir a despedir de
los lotes, etc. Eso fue después de las elecciones del 93, donde el partido gobernante nos
presiona con los votos, la señora que estaba en tierras fiscales, como teníamos 96 lotes,
entra con 100 votos para cada familia, que si no los votábamos a ellos eramos votados
por la fuerza pública y antes habíamos tenido una intimación de desalojo. Bueno pasa
eso..., pasan las elecciones, no había agua, no había luz, cuando asumo digo
automáticamente a la gente YA SE CUELGAN... cualquier cosa yo me hago responsable
de todo. Nos colgamos hasta la actualidad por que no tenemos luz propia... pasaron 15
días y le puse agua a la gente...fue en 24 de diciembre, fue una locura. En obras
sanitarias no nos querían dar porque eramos ilegales. De allí conozco una persona que
era muy buena encargado de una zona, hablo con el y le digo tenemos tantas familias y
el dice bueno por los chicos lo vamos..., pero ustedes compren todos los materiales.
Bueno compramos 600 mts. de manguera negra y pusimos grifos públicos. El consiguió
la autorización, nosotros le damos también un regalo, vió?. Le damos por la sensibilidad
humana que tuvo, por la caridad que tuvo con nosotros... fue un regalo de navidad"
(Presidente del Centro Vecinal, asentamiento 15 de Septiembre)

Conjuntamente con estas peripecias se pelea por la legalización de las tierras "adonde
luchamos, adonde apuntamos, es a la legalización". Pero las relaciones con los organismos
públicos relacionados con la temática y con los políticos que intermedian para su beneficio
son largas penosas.

En los planes de vivienda del Estado de consolidación o erradicación de Villas como


Finca Independencia o Villa Lavalle Nuevo también el acceso a la mayoría de los servicios
y el equipamiento son producto de la lucha de sus pobladores. Se realiza la urbanización sin
los servicios mínimos y además, por lo general, los lugares asignados están muy alejados de

8
las redes de infraestructura y servicios básicos. Junto con la autoconstrucción de sus
viviendas por sistemas de ayuda mutua, deben resolver el problema del agua y de la luz,
luchar por el transporte que los comunique con la ciudad, construir la primera escuela, la sala
de primeros auxilios o el centro de salud, el asfalto, el salón de uso múltiple, las cloacas, etc.
Sin embargo la mayoría de los dirigentes de estos barrios reconocen que tienen servicios
dificilmente conseguidos son de mala calidad.

"Aquí nosotros tenemos el tanque pero no funciona, desde que se ha hecho no bombea.
De vicio, es como un florero que tenemos." (Bo. Norte Grande, construido por el estado
PROVIPO)

"Tenemos en todo el barrio agua pero no en una forma regular porque están mal
conformados los tirajes de los caños. Inclusive pasan caños por debajo de las casas, por
medio de los cimientos. Es un lío, todavía no se ha dado maña la gente de hacer llegar
su manguera por debajo de la tierra, hasta sus casas" (Villa Asunción, Plan de
Consolidación)

En los barrios de programas de vivienda del estado la ocupación tiene, en algunos


casos también ribetes dramáticos para los sectores populares. Algunos son ocupados antes de
su finalización y luego parte de esta gente se convierte en adjudicataria, como el caso del
barrio Manuel J. Castilla, construido por FONAVI. Este tuvo una etapa en la que se paralizó
la construcción y la gente lo ocupó. Esta historia es negada u omitida para evitar el estigma
que acciones como estas traen. El dirigente entrevistado evoca esta etapa asociada a la muerte
de un ocupante electrocutado por la precariedad de la conexión de la luz.

En los loteos el proceso ha sido muy largo. La mayoría, estuvo entre cuatro y treinta y
cuatro años sin infraestructura básica -agua, cloacas y luz- y aún existen algunos sin cloacas y
otros con instalación parcial (Aguilar, Alvarez y Sbrocco, 1993). Del análisis comparativo
con los asentamientos se infiere que, estos últimos, accedieron más rápidamente que los
loteos a servicios y equipamiento.

La construcción de la identidad, procesos de institución

Dos procesos son fundantes para la construcción de la identidad e institucionalización


del barrio, el primero es su “nombramiento”, el segundo, la constitución del Centro Vecinal.
Luego, la diferenciación con los "otros" que los excluyen y la paulatina construcción del
“lugar” a través de las diversas formas de participación y lucha, irán consolidando esa
identidad.

El nombre del barrio

Según Bourdieu, la institución de nominación es un acto inaugural de constitución, de


fundación, incluso de invención (1996, p. 83) y es un acto de comunicación que confiere
identidad (p.82).

El nombre del barrio, en el caso de los loteos económicos es, por lo general el de los
propietarios o familiares de la finca que se subdivide para su venta. De esta manera los
propietarios, pertenecientes a las clases altas tradicionales "instituyen", marcan en forma
indeleble la ciudad eternizando sus nombres. Dejan su impronta de poder simbólico en el
espacio urbano y en la identidad de sus pobladores. Así por ejemplo el Barrio Ceferino, se

9
nomina por Ceferino Velarde, Villa Juanita por Juana López de Prémoli, Don Emilio por
Emilio Espelta, Ernesto M. Araoz, Pablo Saravia y Vicente Solá, entre otros, son nombres
de propietarios o familiares de las fincas loteadas.

Algunos loteos remiten a nombres de poetas y músicos locales, como Manuel J.


Castilla, Solíz Pizarro, Juan Carlos Dávalos los que fueron puestos por la inmobiliaria que
tuvo a su cargo la intermediación de la venta en lotes 10.

En los planes de vivienda del Estado, son los organismos que construyen o las
entidades intermedias que los gestionan, los que nominan. Algunos mantienen también el
nombre de la finca originaria, es el caso del Barrio Castañares. Otra nominación anónima y
muy poco identitaria tiene que ver con el tipo de operatoria o el número de viviendas, por
ejemplo, "Plan Vea" y los "480". También el Estado nomina con nombres de Santos o de
héroes patrios, como Barrio El Milagro, San Remo, General Arenales, General Belgrano,
Libertador General San Martín. Los barrios que fueron realizados por operatorias del
Estado destinados a gremios se identifican con el nombre del gremio. Por ejemplo, SUPE,
Ferroviario, Postal, AATRA, Aerolíneas, Vialidad, Policial, Periodista, Intersindical,
entre otros. Son los que trabajan en esos gremios, los que vivien allí, o ahora, con la
desocupación y el achicamiento del Estado, los que “trabajaban”.

En el caso de los pobladores de villas o asentamientos, al ser ellos los protagonistas


principales del proceso de institución, los nombres se asocian a su identidad de luchadores o a
sus expectativas de protección social, lo que les da un capital simbólico que luego será
utilizado para las diversas instancias de negociación y consolidación del barrio. Ejemplos de
los primeros tenemos a Primero de Mayo, ”el origen del nombre es, o sea se hace hincapié
en que todos eramos gente trabajadora por eso se puso 1o. de Mayo " (Presidente Centro
Vecinal, Asentamiento, 1988)

Una estrategia para ser escuchados es asignarse nombres de celebraciones religiosas,


patrias o partidistas que generalmente coinciden con la fecha de ocupación. Estos son los
casos de "15 de septiembre", día de la Virgen del Milagro, patrona de la provincia de Salta;
"25 de Mayo" día de la independencia; "17 de octubre", día de la lealtad peronista;
"Primero de Mayo", de los trabajadores. De esta manera se identifican con valores de un
relativo consenso, ya sea político o religioso, protegiéndose de la violencia social potencial
de erradicación e identificándose, en este acto de invención, con valores populares y con sus
propias trayectorias. Las tomas se realizan en estos días, generalmente feriados, porque los
controles policiales son escasos, lo que les permite realizar la ocupación sin muchos riesgos.

Los procesos de nominación también expresan luchas de distintos capitales simbólicos


entre dirigentes de diferentes partidos políticos por obtener el control del barrio como el caso
de 17 de Octubre. Un ex dirigente no justicialista, le cambio el nombre a la sede del Centro
Vecinal durante su gestión alegando que "con la política no se llega a cubrir las necesidades
de la gente, los políticos no generan resultados, por la disconformidad que hay con el
nombre del barrio, el Centro Vecinal se llama San Roque, porque casi todo los pobladores
son católicos y se eligió ese santo, porque la gente tiene necesidades de salud".

Una estrategia de los más combativos es identificarse con héroes populares míticos,
como Tupac Amaru, Juan Calchaquí, Eva Perón. El barrio Calchaquí recibe su
10
Entrevista realizada a dueños de inmobiliarias.

10
denominación a propuesta de un puntero político justicialista, en homenaje a Juan Calchaquí,
cacique de los Valles del mismo nombre que jugó un papel fundamental en la resistencia
indígena a la dominación española. A este nombre una dirigente entrevistada, lo vincula
directamente y sin rodeos a la identidad del barrio. “Fue quedando el nombre de Juan
Calchaquí ... con eso hemos ido haciendo las notas, a través de los pedidos del Centro
Vecinal, las listas de planillas, la presentación y eso estamos tratando de buscar ahora que
nos den a nosotros la identidad del barrio".

El acceso a un lugar en la ciudad y la percepción de que la tenencia de un lote y de


una vivienda, significan una proyecto de mejora y cambio en la vida de la gente, se expresan
en otros nombres que denotan la fuerza simbólica de la "esperanza", el "progreso" o el
nacimiento de una vida nueva asociada al sol o a la primavera. Estos son los casos de
Barrio Progreso, Villa Esperanza, Villa Primavera, Villa El Sol. "En ese momento se pusó
el nombre Progreso por que estábamos progresando, teníamos vivienda". También la
nominación tiene que ver con las expectativas de futuro de las luchas, como el de Villa
Unidad. Como contracara Villa Soledad, expresa el abandono de y en la ciudad.

El nombre de los gobernantes o líderes políticos perminte conseguir beneficios y


entablar relaciones de clientela, con un plus de capital simbólico en los procesos de
negociación, es el caso del barrio Juan Carlos Romero, ex gobernador de la provincia y del
Barrio Norte Grande.11

Los nombres de santos son comunes, tanto en los planes de vivienda del Estado,
loteos como asentamientos, lo que muestra la generalización de los valores católicos, para la
nominación del espacio urbano y para la construcción de identidades. Por ejemplo: San
Pantaleón, San Pablo (villa), San Francisco y Santa Ana (barrios construido por el
Estado), Villa y Barrio San José (el primero por el estado y el segundo loteo), San Ignacio,
San Cristóbal, San Antonio (loteo). Los nombres de santos pueden remitir a otros valores
culturales, como Bo. Santa Cecilia patrona de los músicos, por lo que las calles llevan el
nombre de "puros músicos", especialmente de tango.

Participación y construcción del barrio

El tema de la participación popular tiene variados ribetes. Una concepción muy


extendida en el sentido común de los no pobres, funcionarios y algunas corrientes de las
Ciencias Sociales, es la que asocia la pobreza a la “negligencia”, a la “pereza” y a la
“relajación”. Por ello, la "participación" y el "desarrollo" comunitario son considerados
vitales para superar situaciones provocadas por la "desidia" que hay en toda pobreza.

Me interesa la participación no como acción reparadora de las causales moralizantes


de la pobreza. Considero a la participación barrial como una estrategia y un sentido del juego.
Para Bourdieu, el juego expresa el interés de la gente para hacer lo que hace, implica
inversión, estar metido en él, tomarse el juego en serio, creer que el juego merece la pena
jugarse (Bourdieu, 1997, p. 141). Interés significa "formar parte" participar, por lo tanto
reconocer que el juego merece ser jugado y que los envites que se engendran en y por el
hecho de jugarlo, merecen seguirse. Las personas que cogidas por el juego están dispuestas a

11
El proyecto del Norte Grande fue un propuesta de integración económica para las provincias del NOA,
impulsada por el Gobernador Roberto Romero.

11
apostar, a arriesgar, aunque aparezca como un juego desinteresado, apuestan a los envites de
un juego concreto.

La participación tiene que ver con las cosas en juego, no sólo satisfacer necesidades
materiales mínimas de vivienda y servicios habitaciones básicos, sino también incrementar
poder político y capital simbólico de la gente y de los dirigentes, fortaleciendo su capacidad
de confrontación y o negociación con el Estado.

Las estrategias de lucha al interior del barrio, en relación al estado y la sociedad


global van cambiando de acuerdo al momento político, al perfil y edad de los dirigentes y las
transformaciones de las políticas sociales a ellos destinadas, como veremos más adelante.

Las formas de participación son variadas y dan lugar a distintas organizaciones


algunas más informales y otras formales. Los fundadores o primeros ocupantes constituyen el
núcleo duro que lleva adelante, la organización de los vecinos. Lideran las luchas y son un
hito fundamental en la conformación de la identidad del barrio. Alimentan la ilusión, la
necesidad, de que el barrio que nace y esta germinando, se convierta en tal, "sea lo que es".

"Había que andar con velas y mecheros, la gente se aburría y volvía a alquilar que era
más factible vivir, digamos con un poquito más de comodidad... Después se han ido
consiguiendo algunos progresos para la villa, entonces el grupo que se ha ido
conformando, que no se movió nunca del barrio, esos grupos son los que han
alimentado la posibilidad de que Villa Asunción sea lo que es".

En los asentamientos y los loteos, la primera etapa de provisión de servicios mínimos


es la de mayor participación. En los planes de vivienda del estado los son los reclamos por la
calidad de las viviendas y los servicios o las cuotas.

Las formas de participación son continuas y diversas aunque no masivas a lo largo de


toda la historia barrial, como es de esperar para cualquier organización de este tipo. La gente
aporta su trabajo en diversas actividades colectivas, acompañando los trabajos comunitarios,
desde cavar zanjas para el tirado de cables, construir el centro vecinal, hacer un puente, hasta
organizar una fiesta o una rifa. El comedor comunitario y, en algunos casos también la Salita
de atención de la salud, son construidos la mayoría de las veces por los vecinos, en el caso de
los asentamientos y los loteos. Las madres colaboran entre otras actividades, en los
comedores infantiles, cocinando, acarreando leña, sirviendo, lavando.

"Lo que nosotros hicimos para conseguir todo esto (...) es que siempre estuvimos
unidos,... Siempre participábamos y cuando teníamos la posibilidad de hacer un puente,
estábamos todos, habían vecinos que podían trabajar, otros no podían, pero aportaba la
gaseosa o hacia empanadas, pero siempre trabajando en conjunto" (Las Palmeras,
Asentamiento, 1989)

Es interesante señalar que no siempre la participación es "unión" y posibilidad de


construir acuerdos básicos como se visualiza en este testimonio. Como veremos más adelante
implica también luchas entre distintos grupos de interés: partidos políticos, facciones de un
mismo partido, lealtades a los dirigentes, etc.

12
El Centro Vecinal "el alma del barrio"

"Como en todo barrio o asentamiento, lo primero que se hace es armar un


Centro Vecinal, es el medio con más acceso a las administraciones para
poder conseguir cosas para los barrios... Gracias al centro vecinal es que se
fue logrando tanto" (San Francisco Solano, Barrio Provipo Lotes con
Servicios). "Para conseguir lo que conseguimos, el transporte que fue una
lucha de los vecinos..., la salita de auxilio, destacamento, correo telepostal ,
fue una junta de vecinos hasta que se formalizó la Comisión del Centro
Vecinal, hasta el colegio secundario dejaron ellos. Ya hubo digamos una
institución barrial que luchaba por el barrio.." (Villa Lavalle Nuevo12)

El centro vecinal implica la posibilidad de "ser algo" de negociar con el estado los
reclamos, de que se "abran las puertas", lo que está asociado a la posibilidad de conformarse
en una institución burocrática como medio de transformar la acción comunitaria en una
acción societal organizada racionalmente (Weber, 1985, p. 79). Por otra parte, la obtención
de la personería jurídica significa constituir un "nosotros", "esto ya es un centro vecinal hay
un nosotros, es legal". Es un instrumento de poder fundamental para las luchas de fuerzas en
ese campo13 y abre las puertas para la negociación con el estado, constituyéndolos en los
interlocutores legítimos con la sociedad global y con los políticos, lo que permite que la
comisión o el dirigente acrecienten su poder frente a los vecinos y puedan conseguir ciertas
prebendas.

Las reglas de la burocracia y los requisitos formales son vividas a fuego desde el
comienzo. El Centro Vecinal, equivalente a las sociedades de fomento del sur del país, se
instituye a partir del germen de una junta de vecinos que luego tramita la personería jurídica,
lo que les requiere un sin número de trámites y la necesidad de realizar gastos, construir
consensos o dirimir conflictos internos. La legalidad trae también problemas. Las idas y
vueltas, hasta su obtención, son recordadas como traumáticas, "no aceptan el guión, no
aceptan el punto, nosotros le ponemos la barra", que "no tiene acentos", que "había que
corregir errores, como ser dos veces la "a", o en vez de la "b" larga la "v" corta, eso, o "z"
poníamos "s" eso nada más. Como he gastado papel romaní !".

El conocimiento sobre los vericuetos necesarios para la obtención de la personería


jurídica se adquieren por experiencia previa, por colaboración de otros Centros, con apoyo de
la Municipalidad u otros organismos públicos o por la negociación con políticos y
funcionarios. Los barrios de erradicación se organizan en base a la experiencia previa "por
que cada villa sabía su manejo, cuando vinieron acá de estas tres villas, de estas tres surgió
uno". Otros barrios, gracias a la capacitación y asesoramiento de la Escuela Vecinal de la
Federación de Centros vecinales "de ahí fui aprendiendo para sacar la personería jurídica.
Después había que pagar al contador, los sellados, los edictos" (Presidenta de Palermo II,
Plan Nuevo Hogar)

El momento de la obtención de la personería jurídica, cuando se definen los

12 Loteo realizado en 1978, de erradicación de villas, las viviendas se construyeron por ayuda mutua asistida
con colaboración de la municipalidad, posee en la actualidad asentamientos en los lugares públicos.
13
Aplicamos aquí la noción de campo de Bourdieu a la organización barrial ya que posee capitales en juego
(simbólicos, políticos y sociales) e intereses en conflicto para controlar el campo, así como conexiones con
otros campos especialmente el político y el estatal.

13
representantes vecinales “legales”, es un espacio de conflictos y de luchas por el control del
poder en ese campo. Allí se negocia con los partidos mayoritarios, apoyos mutuos y
contraprestación de bienes o servicios. Los conflictos entre facciones políticas se dirimen de
la más diversa manera. En un asentamiento fue la Federación de Centros Vecinales que ofició
de veedor en una audiencia donde se definió el grupo dirigente.

Un esfuerzo posterior a la obtención de la personería jurídica es mantenerla, por los


requisitos burocráticos necesarios, como los balances anuales. Como muy pocos logran
cobrar la cuota societaria, se hace muy difícil cumplir con estas obligaciones y vienen épocas
de inmovilidad y receso, hasta que una nueva comisión o un dirigente fuerte logra reaunudar
las tareas. Para ello, conforman comisiones normalizadoras y se ponen al día con los
balances.

Los conflictos por el control del campo son continuos. Los justicialistas denostan
malas gestiones y corrupción a los renovadores14 y viceversa, lo que por otra parte sirve como
explicación de la escasa participación de la gente. Siempre, la comisión del entrevistado es
percibida como la única que lleva adelante el barrio. Esta organización legal se percibe
positivamente por la mayoría de los entrevistados "es el alma del barrio". Se valora desde su
papel instituyente y constitutivo del “nosotros” a ser “garantía” de las reales o posibles
usurpaciones de los bienes comunales de gestiones anteriores - "ahora hay rendición de
cuentas y ya no se pueden agarrar el equipamiento los vecinos"-, o de los "políticos" -
"nosotros los marcamos con la ley de personería jurídica, ponemos al veedor si es
necesario"-. El centro da identidad y produce "visibilidad" social, permitiendo la canalización
de las demandas. Este sentimiento es una constante en todos los testimonios. El siguiente es
el que sintetiza esa percepción y la sensación de anonimato que se vive cuando el estado está
ausente para los más pobres.

"Teníamos que formar el centro vecinal,... de ahí nosotros tenemos que desplazar por
distintas necesidades que el barrio necesita y siempre va a necesitar una identidad, para
poder ser identificado,... con la identidad usted entra en cualquier dependencia...
dispensario y lo atienden siempre y también a nivel vecinal" (Barrio Calchaquí)

Las actividades del centro son variasdas. Con respecto a los organismos públicos y a
los intermediarios políticos, sus dirigentes tocan todas las puertas, pasan por largas esperas,
realizan miles de notas, solicitan reuniones con funcionarios. Además, al interior del barrio,
promueven convocatorias al trabajo comunitario, emprendimientos cooperativos, rifas y
campañas para conseguir recursos, - desde porland para el asfalto o bloques para la escuelita,
hasta ropa para el ropero vecinal o ayuda económica para una familia sin recursos-, las que
ayudan a traer dinero a la comunidad y fortalecen las relaciones sociales internas. Además de
ocuparse de la canalización de las demandas y de la coordinación de trabajos comunitarios
sus dirigentes realizan tareas de contención social y asesoramiento. "Hay gente que viene
por el asunto de los impuestos y yo los derivo a tal persona para que trate de acceder a
solucionar su problema" (Villa Lavalle Nuevo)

La edificación de la sede del centro vecinal es un trabajo más de la organización


barrial, entre otros. Su construcción se inicia por el desmalezamiento del lugar y luego
comienzan las peregrinaciones para conseguir financiamiento. Hasta que se construye,

14
El partido renovador fue creado por el Capitán Ulloa ex interventor durante la última dictadura militar y que
gano las elecciones para gobernador en el período democrático.

14
funciona en alguna casa de familia. En algunos loteos y barrios de erradicación de villas, los
espacios verdes o zonas destinadas para Centro Vecinal han sido ocupados por asentamientos
y se da la paradoja que los antiguos "desalojados" tienen que erradicar a otros 15. También se
han detectado inconvenientes de dominio en aquellos que ya lo tienen construido. Algunos
están en comodato o el terreno es fiscal, por ello se les presentan trabas para la aprobación de
los planos o para solicitar financiamiento a programas especiales que asisten locales de uso
múltiple, como FOPAR. En estos salones tienen lugar talleres de capacitación o cursos de
karate, catecismo, costura, herrería, entre otros. Funcionan con el apoyo de políticos, de
programas especiales, de organizaciones intermedias o del Ministerio de Educación de la
provincia. Estos junto a los playones deportivos son los equipamientos más valorados. Allí se
realizan fiestas, campeonatos, escuelas deportivas para niños y jóvenes.

Alrededor del centro surgen distintas subcomisiones y clubes para promover diversas
actividades: Clubes de madres que se organizan para roperos comunitarios o para dar leche a
los niños; Clubes de pesca, de jóvenes; Comisión pro ayuda al Dispensario, son algunas de
las tantas detectadas. La más común es la deportiva. Los dirigentes reconocen su importancia
como una actividad saludable, sobre todo para los jóvenes, para evitar la "vagancia". Por lo
general son percibidos como los causantes de la valoración negativa del barrio: las patotas
causan "todos los daños” y el estigma de "vagos" que les asigna la sociedad, los pobladores
lo trasladan a los jóvenes. Todos, se cubren de manifestar espontáneamente que en su barrio
no hay patotas, pero el miedo al estigma aparece, "ya surgirán".

Las organizaciones se van conformando en base a una red densa de relaciones de


acuerdo a las iniciativas y necesidad de la gente lo que va generando la producción de
códigos culturales y la elaboración de significados alternativos sobre el comportamiento
individual y colectivo, que se crean en un plano de acción oculta y, a diferencia de las
expresiones espasmódicas de los movimientos sociales, son bastante menos ruidoso y más
difícil de medir (Melucci, 1994).

"Se van formando los grupos, van conversando. Han dicho: - bueno, mira necesitamos
esto... que te parece lo formemos. Y bueno, así ha ido surgiendo la idea, siempre hay
gente que esta dispuesta a trabajar" (Dirigente Finca Independencia).

La biblioteca popular, los centros de jubilados y Comedores Comunitarios, son otras


de las organizaciones que operan en el ámbito barrial. Las organizaciones confesionales están
muy extendidas, las hay evengalistas y católicas. Realizan sus tareas de evangalización y las
propias de la liturgia, bautismos, casamientos y actividades de ayuda, como organización de
fiestas y algunos tienen a su cargo comedores comunitarios. Los comedores son atendidos
por las madres del barrio quienes limpian, cocinan y sirven a los niños. En algunos barrios,
los evangelistas ofrecen servicios de salud gratuitos. Algunos dirigentes valoran
positivamente la acción de las iglesias, sobre todo la labor asistencial; otros son más críticos y
la homologan a la actividad “política” interesada: "hacen religión".

Otra organización típica de los barrios de los sectores populares, que en épocas
pasadas tuvo mucha fuerza como incentivadora de la participación barrial, son las Unidades
Básicas justicialistas, reconocidas por los dirigentes más antiguos como un "germen de
organización política barrial". En muchos casos están enfrentadas con el Centro Vecinal, y

15
En algunos loteos el escaso terreno destinado a equipamiento comunitario fue utilizado por el estado, para un
plan de vivienda.

15
se señalan mutuamente falta de democracia, acomodos y prebendas. Funcionan como un
espacio de localización social y territorial de las clientelas políticas del partido justicialista
para conseguir el control de las lealtades en el barrio.

De como "una gaviota no hace verano".

"Nosotros nos vamos convocando entre los barrios, vamos haciendo una
fuerza... por que ya nos hemos dado cuenta que solos .... usted sabe!, una
gaviota no hace verano" (Dirigente de Villa Constitución, Loteo)

Al polo de demanda "focal", de unidades territoriales más acotadas en el espacio


como los barrios se suma, otro más abarcativo a nivel de zonificación urbana. Este último es
un fenómeno reciente en Salta, que muestra el mayor grado de organización de los barrios a
partir de la aglutinación de necesidades comunes con respecto a equipamiento comunitario y
servicios públicos y empieza a constituirse en un movimiento social. 16

Según sus dirigentes, la lucha aislada de cada Centro no tiene siempre resultados,
sobre todo cuando los problemas exceden la demanda local, como el transporte o el tendido
de cloacas. Uno de los logros del frente barrial de la zona Norte - con fuerte incidencia de
barrios construidos por el Estado - fue que no se aumenten las cuotas de las viviendas, a
través de la lucha por la promulgación de una ley donde quedaron congeladas las cuotas,
mientras dure la convertibilidad. También se movilizaron para que no suba el precio de
transporte público, sin éxito. En la zona sur existe una comisión interbarrial que está
"peleando por varias cosas" y ha conseguido ya otras.17

Sin embargo no todo es solidaridad interbarrial. Los conflictos y competencia entre


los barrios y la competencia también forman parte de la lucha por el control de este campo,
por ejemplo, algunas asociaciones de barrios se enfrentan a la Federación de Centros
Vecinales adjudicándose mutua cooptación política.

Si bien estos movimientos pretenden ser cooptados por los partidos, la reivindicación
de su autonomía con respecto a la "política" es vital, por lo que estas asociaciones se
diferencian claramente de los "políticos" y los "intelectuales" de la política a los que se asocia
la "corrupción", el interés personal, el uso de los barrios para conseguir votos, etc., lo que no
impide reclamar participación en las instituciones de gobierno para las organizaciones
barriales. Los movimientos urbanos de base residencial buscan soluciones alternativas a
estructuras y formatos políticos esclerosados, como por ejemplo el aparato clientelístico
tradicional, así como los patrones electorales de actuación de los partidos, reclamando bases
autónomas de representación política, lo que no impide su vinculación con los partidos y con
otras organizaciones estatales (Boschi y do Prado Valladares, 1983). El testimonio siguiente
muestra estas percepciones y las formas de articular sus demandas.

"Ahora están volviendo los políticos, por las elecciones, ahora prometen un montón de
cosas, pero uno esta viendo tantas cosas que están haciendo!, son intereses personales de

16 En la ciudad de Salta, se han creado dos frentes barriales. Uno es el de la zona sur, integrado por 18 barrios y
que ha logrado avances, incluso planteándose la posibilidad de conformarse como un municipio autónomo. El
otro es el frente de la zona Norte, constituido por barrios más recientes.
17
Se ha logrado la ampliación del centro de salud de Boulogne Sur Mer, un puente de conexión con Villa 20 de
Junio, se ha construido una microescuela deportiva en San Ignacio y un destacamento policial.

16
ellos, todo lo que hacen ellos lo hacen para ellos, no por la gente. Nosotros una vuelta nos
juntamos 130 centros vecinales, nosotros le decíamos a los dirigentes, tanto peronistas
como renovadores, ¿porque no ponen, un legislador o un concejal que sea dirigente
barrial, de acá, de la periferia, porque no lo ponen?. Nosotros ya nos hemos dado cuenta
que los doctores, los abogados, esa personas intelectuales no sirven ya para el cargo. Para
ellos si, ¿por que les sirve?, porque se hacen empresas, se compran fincas, son buenos, pero
para nosotros no, porque ellos están con la panza llena. No saben lo que es la necesidad.
Acá es donde ellos bajan a pedir los votos. (...) La federación de Centros Vecinales también
es política, tendría que ser apolítica pero es política, eso lo maneja el partido Renovador.
- Y los 130 centros vecinales son peronistas?
- No mire, los 130 centros vecinales son apolíticos, los dirigentes trabajan adonor. No
trabajan con los sueldos, ni tienen fines de lucro, sino que trabajan para la comunidad del
barrio, para el bienestar de su gente, lo poco que trata de hacer lo hace con lo que tiene y
con lo que puede..." (Dirigente de Villa Constitución)

De la participación como "un grito del fondo del alma " a la desilusión, el abandono, la
corrupción, la desesperanza.

La participación barrial puede ser de diferente tipo y tener diversos grados de


involucramiento individual como hemos visto. El grado de participación de los individuos
varia según el tipo de actividad en cuestión, siendo que las tareas de carácter rutinario
envuelven un grupo reducido de gente, generalmente a unos pocos integrantes del Centro
Vecinal. Además, como toda práctica social, tiene también sus ciclos. La actividad
participativa no puede mantener un ritmo de igual intensidad, por lo que su continuidad
depende la capacidad de redefinición de objetivos, de la renovación de los cuadros, de la
situación política, etcétera.

La etapa de mayor participación, como ya se dijo, es la primera de construcción del


barrio cuando "había necesidades muy grandes" y porque las cosas básicas no estaban
resueltas. Los dirigentes si bien reconocen que la gente participa, manifiestan en forma
recurrente un proceso de desilusión y desesperanza. El descreimiento y la falta de interés en
el juego tiene que ver con la desesperanza y al casi convencimiento de que no vale la pena
seguir jugándolo. Se ha perdido la fe en los dirigentes, en las esperanzas de futuro, en los
políticos y en la democracia. Las percepciones son de distinto tipo: “nadie cree”, “hay
desilusión por la corrupción, las mentiras de los dirigentes y los políticos, no cumplen,
entonces viene el descontento”, “de a poquito se fue apagando el entusiasmo”, “la gente
esta realmente cansada, cansada de tantas mentiras, tantos versos, desgraciadamente la
política, en una parte hace bien y, en otra parte, hace mal”.

Otro elemento repetido que explica la falta de participación es la agudización de las


diferenciación social por la aplicación del actual modelo económico y su impacto en el
aumento de la intensidad de la pobreza y la concentración de la riqueza. A la desocupación,
precarización, achicamiento del estado se le imputa el desgano de la gente. Nada mejor que
sus testimonios para ejemplificar el paso de participación como “grito”, a la “desesperanza”.

"En este barrio la mayoría de la gente trabajaba en la administración pública y ha


quedado desocupada y gente que trabaja independientemente y ha quedado sin trabajo...
así que la gente casi no participa en nada" (Sta. Cecilia, Bo. FONAVI)
"La gente antes participaba hasta tal punto que donaba ladrillos para el Centro vecinal,
ponían horas de trabajo para pircar, para levantar para revocar.... Antes la necesidad
de participación era un grito del fondo del alma de la gente. Ahora ya no, necesita
comer, trabajo, está muy decaída porque no tiene remedios para sus hijos... Entonces

17
sería imprudente decirle que se organice, esta totalmente abandonada la persona, se ve
una chatura moral terrible... Ahora...un grupúsculo de gente que se enriquece y el resto
de la comunidad sigue hambreada... ahora hay una desesperanza terrible, muy triste ver
a un vecino que llora porque no tiene para dar de comer a sus hijos" (Villa Asunción)

La dirigencia vecinal juega un papel primordial en las estrategias de lucha de los


vecinos para la construcción del barrio. La valoración de las cualidades de los dirigentes son
homólogas a las que deben tener las organizaciones vecinales: autonomía relativa de la
política partidista, transparencia y capacidad de gestión para conectarse con los agentes de
intermediación de las demandas: políticos, partidos y organismos estatales. Se aprecia el
capital social acumulado que, en este caso, lo constituyen las relaciones con políticos y
funcionarios, los antecedentes en la lucha vecinal y el conocimiento de la problemática
barrial, lo que una dirigente denomina "conocimiento social". También se valoran las
cualidades democráticas y la actitud participativa "que no se desplace sola, que atienda las
necesidades de la gente"; así como la transparencia en la gestión: que utilice métodos claros
"sin trampas ni mentiras. Los atributos positivos de un buen dirigente "que atienda a
necesidades comunitarias", que sea "apolítico", "desinteresado", "neutro", "solidario", son
continuamente puestas en confrontación con las del "político" al que se asocia que son
"corruptos", "deshonestos", "interesados". Son continuos los conflictos entre facciones
políticas, o entre los que dicen que no son políticos y reivindican un perfil "vecinal" por
oposición al "político" y, al mismo tiempo la mayoría valora la práctica política "a veces
tener un padrino, es inevitable". Según Virginia Ceirano (1997) es recurrente esta
contradicción entre lo normativo y lo instituido: que estas entidades no deben tener banderías
políticas, y lo instituyente, las prácticas: sin banderías políticas nada es posible, no hay
logros.

La historia de los dirigentes está vinculada a una larga trayectoria de luchas y


privaciones, fuente de ese capital social que permite introducirse en los vericuetos de la
burocracia como "pez en el agua" y conocer las puertas que hay que tocar. El testimonio que
sigue muestra en una de estas trayectorias, la valoración del capital social, el "deber ser" de lo
vecinal a diferencia de la acción "política" partidista y la necesaria relación con los agentes
de intermediación de sus demandas.

"Yo he sufrido mucho como dije, he sido canillita, lustrabotas, diarero...Y realmente uno
aprende un poco a los ponchazos al comienzo... los dirigentes viejos nos decían que
puerta hay que tocar del estado, así uno va conociendo la estructura del estado, del
gobierno provincial o municipal, adonde hay que solicitar los servicios,...y yo ahora
asesoro a otras comisiones de otros barrios que se están iniciando... He dedicado mi
vida a esto, me he ido formando, como si hubiera hecho un estudio terciario... El
dirigente tiene que tener buen concepto dentro del barrio... Nosotros somos gestores
ante la comunidad para resolver problemas vecinales y muchas veces individuales. Hay
veces que los chicos están sacando los dedos del pie de las zapatillas rotitas, vamos al
Ministerio de Acción Social... Es importante tener contactos para que asuma y al otro
día este empezando a trabajar para favorecer al barrio, contactos externos, ya sea con
el gobierno, con los políticos, con todos. Que pueda agarrar el teléfono y conectarse con
cualquiera. Tienen que tener preparación... y que no sean utilizados por los políticos...
Una persona con capacidad y conocimiento del sistema democrático... dentro de la
democracia, la parte política... por que por ahí vienen los apoyos" (Dirigente Bo. El
Progreso, erradicación. 1970)

Otro elemento fundamental para el fortalecimiento del poder de negociación de los


centros vecinales es el conocimiento de las leyes y legislaciones de parte de los dirigentes. En

18
el caso de San Francisco Solano, el planteo de la pavimentación de la avenida que da acceso
al barrio, se hizo en términos de derechos constitucionales y así se lo consiguió. "lo pedimos
al gobernador. Nosotros decíamos que hagan el pedido como un acceso a distintos barrios,
por que de acuerdo a uno de los artículos que hay en la constitución, corre por cuenta ya sea
de la Nación o de las provincias, pero no tiene que pagarlo el frentista".

Distintas estrategias de lucha de "la olla popular" a la negociación

Las formas y estrategias de lucha para hacer el barrio, han ido cambiando a través del
tiempo, dependiendo del momento histórico, de los procesos políticos en marcha y de la
transformación de las políticas sociales destinadas a estos sectores.

La memoria de algunos de sus dirigentes de más edad de aquellas villas y loteos que
surgieron durante la etapa de efervescencia política y pasaron por la dictadura militar, están
marcadas por recuerdos de las experiencias reivindicativas unidas a estrategias de denuncia
contra el régimen. En estos casos sus luchas no tenían como objetivo exclusivo resolver los
problemas del barrio, sino reivindicar su "dignidad" ultrajada, para recuperar la democracia y
construir la ciudadanía. Las organizaciones existentes actuaban bajo el miedo de estar
organizados. La percepción de la política en estos líderes, a diferencia de los más jóvenes,
tiene una importante carga positiva y se la puede diferenciar de la partidista "la política en su
buen sentido". Un testimonio recupera los sufrimientos de esa época y la valentía de los
vecinos.

"Hemos puesto como primera medida a poco tiempo de estar en el barrio, medida
política, en el buen sentido de la palabra porque estábamos viviendo bajo un régimen de
facto, hemos hecho una olla popular...Primero empezamos por la dignidad de las
personas porque nosotros nos veíamos muy bajo, digamos, nos sentíamos indignos
porque no nos respetaban. Ahí en el barrio, se han hecho operativos rastrillo, a todos se
ha hecho operativo traslado, se ha cerrado prácticamente el canal con infantería, con
armas largas, con celulares y a todos los varones y a algunas mujeres se las llevaban en
pleno invierno a la cancha para amedrentamiento, para que la gente deje de luchar...
Había que priorizar muchas faltas, pero la falta mas importante era la falta de
democracia... Había un centro vecinal.. había una agrupación, recién estaban surgiendo
los partidos políticos, todos tenían miedo, hablaban debajo de la mesa, bajo el agua"
(Ex. dirigente vecinal de Villa Asunción, 1974)

Este relato nos remite a la producción y discusiones de las Ciencias Sociales en la


década del 70 y parte del 80, con respecto al significado de las luchas por el acceso a la tierra,
la habitación y los servicios públicos, de los sectores populares, los que estuvieron plagados
de controversias. Aquellos que impregnados de los análisis sobre movimientos sociales
asociados a la reproducción urbana, ante el estudio de casos de fuerte combatividad, algunos
de ellos en contextos autoritarios, los consideraban movimientos sociales que podían generar
confrontaciones radicales de importancia, transfiriendo el "discurso heroico" de la clase
obrera a las luchas barriales (Alonso,Jorge, 1980; Pastrana, E. y Threlfall, M, 1974; Bravo,
G., 1985). Según Kowarick (1984), ante la evidencia histórica de la carencia de
transformaciones radicales, sobrevino la desilusión y se pasó a subestimar su acción
colectiva, por considerarlos reformistas, pasivos y negociadores. Además, muchas de estas
discusiones no tuvieron en cuenta el análisis histórico de los movimientos y su carácter
cíclico.

En la etapa de la restitución de la democracia en América Latina sobrevinieron otros

19
temas de interés para las Ciencias Sociales y ocupó un papel protagónico la constitución de la
ciudadanía.

El debilitamiento de las organizaciones sindicales, la desvalorización creciente de la


acción política partidista, la derrota en el campo popular de los intentos de cambios radicales
y la acción de los medios de comunicación transformaron estas formas de lucha. Ya no se
trata de cambiar el sistema político y social, sus reivindicaciones se centran entonces en el
acceso a algunos derechos ciudadanos y al mejoramiento de la calidad de vida urbana, lo que
produjo la desilusión de los científicos sociales de su "capacidad transformadora" y la
subestimación de sus prácticas.

Todos estos cambios han ido generando un nuevo perfil de dirigentes, menos
partidistas, más descreídos de los cambios radicales, los que combinan nuevas y viejas
formas de lucha y de relación con el sistema político. Por un lado, se observa un importante
requerimiento de capacitación y asesoramiento técnico para la formulación y ejecución de
proyectos comunitarios, dadas las complicadas exigencias de los programas sociales
focalizados que, a su vez, requieren nuevas alianzas con organizaciones no gubernamentales,
técnicos, fundaciones, ONGs, etc.. A esto se suman las viejas prácticas clientelísticas
agiornadas al nuevo contexto, como la reproducción de redes de compromisos y
contraprestación de servicios, como asignación de fondos para programas especiales,
selección de las unidades barriales para un determinado programa (Alvarez y Pantaleón,
1996). Algunas organizaciones son conscientes de la importancia de las alianzas con ONG
preocupadas por temas puntuales, como las temáticas ambientales. Un ejemplo de estos
nuevos saberes es el caso del Barrio Santa Cecilia, que pidió el apoyo a una ONG "ecológica"
y a la universidad Nacional para resolver el problema de un basural cercano, por medio de
reciclaje de la basura para energía eléctrica y abono.

Los nuevos asentamientos se caracterizan por una nuevo perfil de dirigentes, flexibles,
buenos negociadores con el estado y conocedores de las políticas focalizadas. La
negociación es apreciada bajo el convencimiento que de esa manera se pueden conseguir
mejor las cosas.

"A los dos meses de la ocupación vino la directora de tierras fiscales a intimarnos... No
hemos hecho movilizaciones porque teníamos la idea de que teníamos que tratar con
respeto sea la autoridad que fuere. Esta directora vino en forma violenta. Después vino
otro doctor con una escribana a hacer una denuncia por usurpación, hicieron un acta,
nadie firmó... Después que hicimos el agua, ya han empezado a mejorar las relaciones
con Tierras Fiscales. Como no le hemos faltado el respeto, quedamos bien.... Y bueno ,
hemos empezado a ir todos los días, todos los días y ya se ha hecho amiga" (Dirigente
Bo. Puerto Argentino, asentamiento de 1995)

Las formas de lucha combinan distintos aspectos, desde las amenazas, la


sensibilización a los políticos, la presión psicológica, la negociación, a las movilizaciones
puntuales. Las amenazas son de distinto tipo, desde cortar una ruta a denunciar la situación en
los medios masivos. En Villa Esperanza (Villa consolida por un plan de Provipo) el dirigente
cuenta que, para solucionar el problema de agua servida de cloacas, presentaron una nota al
Ministro de Salud Pública de la época. "Entonces le dijimos que ibamos a escribir a Nueve
Diario, yo iba a mandar a Buenos Aires a Nueve Diario18 y entonces nos dijeron que se iba a

18
Noticiero de televisión de un canal de Buenos Aires.

20
solucionar. Y hemos empezao nosotros a darle leña, ta, ta, ta, de no dejarlo en paz, ... y nos
los dejábamos vivir, algunos - que no, que no puede pasar, que esta ocupado..., estábamos
por ponerle un arma". Este testimonio es una muestra del conocimiento que tienen los
dirigentes de la influencia y nuevos roles de los medios masivos de comunicación y de que,
en un mundo globalizado, puede tener un efecto mucho más contundente y efectivo una
denuncia de un programa producido en Buenos Aires -a mil doscientos kilómetros de la
ciudad de Salta- , que una movilización callejera en Villa Esperanza. Si es necesario, se
utilizan también viejas estrategias, más territorializadas, pero con fuerte impacto en la
opinión pública, como los cortes de ruta.

"Como no conseguíamos solución nosotros mos dicho, nos vamos a colgar de prepo,
fuimos como 16 personas para el senado y vino energía eléctrica y nos cortó, se llevó un
buen poco de cable y no contentos con eso hemos vuelto a juntar más cable y mos siguió
yapando. De noche colgábamos, de día descolgamos, hasta un buen día hemos cortau la
ruta todos, con tachos, espinas, han tenido que venir del senado, los diputados y... así
hemos tratado de conseguir que nos tengan oído" (Dirigente de Barrio Calchaquí,
asentamiento)

En las luchas y en la percepción de la gente el estado está ausente. Generalmente se


lo identifica con los políticos y con la "nada. La "sordera" de la burocracia y el gobierno es
un elemento recurrente en los testimonios. Se señalan como elementos fundamentales "las
relaciones de hipocresía", "que se creen dioses", "que tratan mal a la gente", que "duermen
los expedientes", aunque de nuevo se manifiesta la necesidad de mantener con ellos buenas
relaciones y no bajar los brazos en las demandas. Estas evocaciones remiten a la
caracterización de zonas marrones que hace O"Donnell de ciertas áreas donde el estado no
tiene presencia, donde se ha evaporado su dimensión pública, en términos de un conjunto de
burocracias razonablemente eficaces y con una legalidad debidamente sancionada, tanto en lo
territorial como en la funcional. Y, consecuentemente, el estado se "objetiva" como un ente
conformado exclusivamente por organismos que, en esas regiones, son de hecho parte de
circuitos privatizados (1993). Como en los primeros momentos, cuando la "nada" se asociaba
a la ausencia de ciudad, a la "soledad" y al "abandono", ahora sigue presente esta vez
vinculada con la evaporación de la dimensión pública. La visión de algunos testimonios
muestra estos sentimientos de abandono y la escasa ingenuidad de las relaciones de clientela
que establecen con los políticos.

"El problema es la burocracia, de los empleados no la del gobierno, de la gente


intermedia que duerme los expedientes... A veces no es muy sordo,.. ven la necesidad de
la gente.. pero tarda un poquito" (Villa Lavalle)
"Nosotros tratamos de seguir caminando, siempre nos tienen en cuenta los políticos...va
el que camina, si se duerme por supuesto que NO. Si Ud. va y lo ve al político y le dice: -
mire nosotros queremos tal cosa, ellos dicen: - bueno venite tal fecha, si podemos te
damos una mano sino..
- Y que le piden a cambio los políticos?
- El Voto como de costumbre, pero quien sabe si votan todos por el mismo partido, o
cambian el voto. Nosotros cumplimos con distribuir el voto, con la reunión y tratamos de
que la gente sepa quien la ayuda.." (Barrio Calchaqui)
"Yo le digo a la gente que le reciban al menos un kilo, que le pidan, que le saquen lo que
le puedan sacar, que en el cuarto oscuro hagan lo que quieran y cuando asuman le digo
adiós" (Villa Asunción)

21
A modo de conclusión

Hemos visto como de la "nada" se construye una ciudad a medias, una ciudad
deshilachada, fruto de las anónimas luchas de sus pobladores. Pero la ciudad no termina de
fortalecer su urdimbre, continuamente aparecen hilos desgajados que reanudan el tejido de
sus redes sociales y producen el barrio y la ciudad. Es un círculo vicioso continuo, como dice
un dirigente "pasan los años hasta que se consiguen los servicios... pero la historia comienza
de nuevo en otro barrio". La soledad, la nada y el abandono son sentimientos recurrentes en
la memoria de sus pobladores, los que expresan la extrema precariedad de las formas de
ocupación del espacio. Luego sus luchas y la dinámica de sus organizaciones irán
conformando esta ciudad que nunca pierde la imagen peculiar de la transición y de lo
inacabado, propio de una modernidad donde las ciudades se urbanizan a medias. Lo urbano
no responde al paradigma clásico. Los propios pobladores usan recursos lingüísticos para
señalar estas paradojas: "un campo dentro de la ciudad", "en medio de la selva", "el
desierto". Los científicos sociales captamos estos recursos del conocimiento práctico,
rutinario y espontáneo de los miembros competentes de esta ciudad y los categorizamos con
imágenes asociados a "transición" o a la idea de algo inacabado como "a medio hacer", o
por la negación de sus atributos más específicos "la ciudad/no ciudad",19 ya que el concepto
se define por sus atributos, pero se urbaniza sin ellos.

La tradicional concepción tecnocrática de los planificadores del crecimiento, según la


cual paulatinamente se va integrando a las poblaciones más desfavorecidas al denominado
patrón de calidad de vida urbana "moderna", se refuta cuando se observa que, a pesar de las
largas luchas y de las objetivas mejoras conseguidas tanto en la construcción del barrio como
en la vivienda, no se ha logrado subsumir ni a su población, ni al espacio urbano que habitan
a dicho patrón (Aguilar, Alvarez, Sbrocco, 1993).

La relativa mejora en la calidad de vida conseguida fue el fruto de largas y denodadas


luchas de sus pobladores y no responde a los "beneficios" anónimos de una urbanización
equilibrada, ni a las bondades de un estado concesivo, ni a la denominada "modernidad". Es
como decíamos, una modernidad llena de contradicciones y paradojas, de una ciudad
desurbanizada, de una ciudad a medias. Sin embargo, conseguir los servicios básicos en
medio de una importante precariedad no impide desestimar los beneficios de la
“modernidad", como la televisión por cable, aunque considerados por los sectores de poder -
políticos, funcionarios y sectores medios-, un "lujo" para los pobres. "La televisión por cable
a veces se lo ve como un lujo, pero yo creo que para esta zona no.. viene a ser más que un
lujo eso. ¿Porqué a un chico no le va a gustar ver televisión por cable?.. Esa era una de las
discusiones que teníamos con el intendente que decía que el cable es un lujo. Ellos si lo ven
como un lujo, pero no es así. El punto de vista de nosotros, como dirigente de los barrios, no
lo vemos así." (San Francisco Solano). Este dirigente también señala la importancia que tiene
el acceso a la computación en las escuelas, mientras relata los trámites para incorporar cuatro
computadoras en la escuela técnica del barrio.

El barrio como lugar de identidad, condensa las prácticas y representaciones


19
Giddens (1967, p. 17), plantea que la sociedad es en cierto sentido, el resultado de las habilidades
concientemente aplicadas de los seres humanos y que una tarea fundamental de la ciencia social es verificar el
sentido común. La producción de la sociedad es una obra de destreza, sostenida y que acontece por la acción de
los seres humanos. En verdad, solo, llega a ser posible porque cada miembro competente de la sociedad es un
teórico social práctico.

22
cotidianas de sus hacedores invisibles, sus luchas contra la interperie, contra el estado sordo,
en confrontación o negociación con los políticos y funcionarios. En esas trayectorias variadas
según las formas de ocupación y las trayectorias individuales los pobladores hacen la ciudad,
desde el momento fundador en que lo nominan expresando una esperanza, una estrategia de
lucha, una forma de negociación; hasta aquellos que deben trazar las calles o construir sus
viviendas o proveerse de los servicios mínimos o de equipamientos barriales. Sin embargo, y
debido a la historia de carencias, todos valoran positivamente el barrio, ya sea por la
posibilidad de construir un futuro común, por la posibilidad de plantar un planta, por tener un
techo y brindarles un futuro para los hijos. Esto a pesar del estigma que todavía deben
acarrear por ser pobres y vivir en las periferias.

En el barrio se desarrollan las luchas cotidianas por la existencia física, procesos de


autoayuda colectiva para hacer propio lo ajeno y una persistente defensa de la base territorial.
Al mismo tiempo se va construyendo una identidad que esta basada en las luchas e historias
compartidas, en la materialización de los logros y la sociabilidad que se genera. La
conformación paulatina y dura de la organización vecinal expresa un campo de luchas entre
sectores del barrio y diversas instancias de participación que dependen de la etapa histórica
en que se constituyeron. La tensión entre el deber ser "vecinal" asociado a su función de
servicio comunal y la acción "política" interesada es continua. La primera expresa las
capacidades y virtudes de la organización vecinal y de los dirigentes y la tensión, la lucha
entre ellos. El capital social que se valora en los dirigentes proviene del conocimiento de la
problemática barrial, de los vericuetos de la burocracia, de los espacios de la política a los
que hay que recurrir y de su capacidad de negociación.

Las actividades del Centro Vecinal y de otras organizaciones barriales no sólo


construyen materialmente el barrio, tienen un rol fundamental en las celebraciones y los ritos
festivos. En el barrio surge una sociedad festiva. Densas redes sociales cruzan una y otra vez
el "barrio", creando esa multitud de actividades que, sumadas, sostienen la vida. Sus
celebraciones constituyen los puntos culminantes de la vida festiva: fiestas, kermesse,
comidas comunales, aniversarios y muertes (Friedmann, 1988, p. 73)

Las formas y la intensidad de participación varían. La primera etapa es la más activa


la que se expresa como "un grito en el fondo del alma", luego decrece a medida que se van
consiguiendo las cosas más importantes dependiendo del tipo de barrio, desde la legalización
de las tierras, los servicios mínimos o el equipamiento comunitario. En la actualidad se
percibe un fuerte sentimiento de desesperanza, situación que se asigna al recrudecimiento de
la pobreza, el desempleo y la desilusión de la política partidista.

A pesar de la importancia en la conformación de las ciudades que tienen estas


prácticas, el estudio de las luchas barriales ha perdido relevancia y prestigio. Paradojalmente,
las condiciones de segregación urbana no se han revertido. El drama cotidiano de la exclusión
urbana se reproduce día a día. La estabilidad alcanzada por los regímenes neoliberales que
abrieron viejas posibilidades de acceso a la tierra y a la vivienda, por medio de cuotas a
plazo, han agudizado otras formas de exclusión, ante la disminución y privatización de
políticas de vivienda dirigidas a los sectores populares y a la creciente precarización,
desocupación y empobrecimiento general de la población.

¿Cómo expresar estas trayectorias de exclusión y luchas de los pioneros urbanos de


una modernidad a medias?. Televisor por cable, computadoras en las escuelas, en calles de
tierra, viajando en colectivos atestados, con tanques de agua que parecen floreros, con casas

23
rajadas, con cloacas pestilentes, con basurales aledaños, caminando en la oscuridad de la
noche sin luces, haciendo puentes, construyendo equipamiento, denunciando, negociando,
con un estado que ha evoparado su dimensión pública y ha consolidado sus relaciones de
cooptación política. Esta es la vida de los pioneros, colonos modernos que no sólo construyen
su vivienda y su barrio, hilan esta ciudad raída. Construyendo, plantando sus plantas en el
terreno conseguido luego de arduas luchas, haciendo sus fiestas, despidiendo sus muertos,
dirimiendo su poder en el barrio, gritándole y rogándole al estado sordo y mudo, los colonos
modernos son anónimos e invisibles artesanos de esta urbanización sui generis, propia de
nuestros países, donde las desigualdades son el pan de cada día.

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