Aclaraciones iniciales

El presente trabajo se realizo en base al libro de Monserrat Galí, El arte en la era de los
medios de comunicación. Este trabajo no se hizo en relación a tres articulos diferentes por
un mal entendido en la consigna del trabajo, pero fue aceptado por la profesora para que se
realizase de la manera en que está hecho
Las palabras arte producción estéticas, productos culturales, obra, etc. son para este
trabajo de igual sentido. Bajo el efecto de los medios estas palabras, a mi entender pierden
sentido, además el trabajo gira alrededor de la función que el arte o como quiera llamárselo
debiera cumplir y no sobre la base de una concepción de arte premeditada. Tal vez sea esto
producto de la misma situación actual siempre cambiante, pero lo es más porque creo que
el interés no debería pasar por definir conceptos y alcances del mismo, sino por definir
para que sirve lo que ya poseemos, que en su carácter de sensible, bello, elevado -o como
quiera llamarselo-, se lo debe plantear.

Introducciòn

Hoy nos resulta imposible no verificar la crisis que en el arte existe. Esta crisis se debe,
como Danto hace notar, al fin de los grandes relatos. La narrativa ya no existe: ni la de un
ùnico modo presente desde el Renacimiento, ni la de la innovación propuesta por las
vanguardias europeas y luego por las latinoamericanas. La aparente innovación en la que el
arte de hoy se ha sumergido se plantea más a nivel teórico que práctico y hasta en las
prácticas de los mismos artistas se deja notar la autoexigencia (y del mercado) de
“originalidad”, pero observamos que esta se realiza en un nivel conceptual. En el libro “El
arte en la era de los medios de comunicación” se hace notar que la crisis actual no es más
que un desgaste en el modo de producir, pero que es históricamente normal y deseable que
una corriente decline. Es que los elementos que los artistas utilizan para producir no son
nuevos en la mayoría de los casos y la forma de producir y hacer circular el arte tampoco.
Los medios masivos de comunicación han cambiado mucho el modo en que se tiene
conciencia de la relación con los demás y con la naturaleza, aclara el autor

“para nosotros, hombres y mujeres educados y nacidos en los años posteriores a la

segunda Guerra Mundial, significaron un vuelco en nuestros hábitos, en nuestras formas
de relacionarnos y comunicarnos; más todavía, una transformación en nuestra manera de
ver el mundo” (Galí, El arte en la era de los medios de comunicación, p.13).

Esta declaración, acostumbrados a las críticas hacia los medios, puede tomarse como
algo negativo aunque en realidad es totalmente neutra, es más en el libro se recalca que “la
bondad -o perversidad- de la tecnología de la época industrial dependerá siempre del uso
que de ella se haga” (Galí, El arte en la era de los medios de comunicación, p.13). Se nos
dice con esto que hoy en día poseemos un nuevo tipo de sensibilidad, creado a partir del
uso de Internet, la televisión, la cantidad de imágenes que vemos también en la vía pública,
los celulares, la moda. Esta estetización no es para nada en relación al arte culto, por el
contrario el arte cada vez se ha ido alejando más de la sociedad en este afán por la
originalidad conceptual volviéndose cada vez más hierático separándose del público en vez
de acercarse.
El arte debe plantearse a esta altura una redefinición de su función en la comunidad más
que una redefinición de su alcance y concepto. En esta época de los medios masivos
utilizados a favor del interés de grandes capitales, la sociedad exige con mayor ahínco una
renovación de las formas de producir arte en los medios de comunicación, que tienda como
dice el libro a la realización humana.
Es en este marco de los medios masivos donde se debe plantear necesariamente la
definición de la masa. Esta se presenta como el nuevo público con esta nueva sensibilidad.
La masa ni es culta ni inculta, ni pobre ni rica, es el conjunto homogéneo de personas que
democráticamente (desde el punto de vista de la llegada, el alcance) reciben a diario las
informaciones que los medios envían.
Desde el punto de vista de Juan Acha habría que ocuparse de las condiciones sociales y
tecnológicas de producción y circulación de sus productos, los efectos que estos tienen
sobre el público y el consumo. Estas irán siendo analizadas en los siguientes apartados. El
tema del producto, productor y producción así como también el de la circulación y
consumo.

Nuevo lenguaje a partir de los medios

La introducción deja el camino abierto para esbozar una respuesta a la crisis artística
teniendo en cuenta la necesidad y sensibilidad que las masas poseen. El libro deja anotadas
algunas conclusiones que giran alrededor de que es necesario que en esta época el arte y
los artistas se reconcilien con los medios y los utilicen no como medios para la difusión de
su obra sino como un instrumento de producción artística. El eclecticismo que el arte viene
teniendo no contribuye para nada a suplir esta necesidad de la comunidad (agotamiento de
las formas y las técnicas).
En el libro hay un comentario muy acertado sobre esto y su porqué:

“Tomando en cuenta que el artista vive una realidad de tipo social que, quiera o
no, lo condiciona, tiene que preguntarse cómo establecer su relación con esta
realidad y cómo, en el caso de que le interese, hará llegar su obra a los que como
él forman parte de esta colectividad. Dicho en otras palabras que materiales y que
técnicas usará y, una vez realizada su obra, cómo la circulará” (Galí, El arte en la
era de los medios de comunicación, p.102).

Al utilizar los medios masivos como instrumento se está enfrentando a un nuevo público:
la masa. Esta exige al artista una responsabilidad, honestidad y compromiso mayor, ya que
los mensajes que produzca van a llegar a una gran cantidad de personas. También exigen al
artista un reto muy grande al producir en un campo totalmente nuevo. Los miembros de la
sociedad con sensibilidad artística no poseen últimamente, por lo general, sensibilidad
social (lo que para mí es muy contradictorio). El hecho de plantearse que su público será el
común de la gente hará que se acerquen los artistas a la sociedad y vuelva el arte a tener las
funciones que antaño tuviera. Los cambios sociales e históricos que se vienen dando están
pidiendo a gritos un nuevo tipo de producción que los acompañe y resguarde.
Nacemos con sensibilidad y cuando somos niños no la perdemos. El sistema de
producción económico en el que estamos insertos hace que se coarte esta capacidad. Es
función también de los artistas el evitar que esto suceda.

Características del nuevo lenguaje

El desafío se basa en crear un estilo completo, con temas, formas y expresión propia.
 En los cuatro aspectos que siguen se establece un intento de análisis de estas
producciones que aquí se están proponiendo, en sus aspectos técnico, temático, funcional y
el público que a ellos tendrá acceso.

Funciones

“Creemos que uno de los caminos que ayudarán al arte actual a superar las
dificultades y el asislamiento será, precisamente, el definir su función en la
sociedad actual” (Galí, El arte en la era de los medios de comunicación, p.70).

El arte hoy en día es autorreferencial. Los artistas como se dijo han llegado a un punto de
hieratismo muy grande en sus temas y, si además, se cita a sí mismo, todo el sistema se
vuelve aún más cerrado, es un intelectualismo egocéntrico y hedonista.
La sociedad posee necesidades específicas y éstas se dejan notar con facilidad, los malos
gobiernos, las mentiras, el consumo obligado de productos innecesarios hacen que la
sociedad sienta un vacío muy grande en sus valores, hay mucha gente que no encuentra
rumbo, no sabe hacia donde partir. No sabemos quien es culpable de todo esto, o si es que
en verdad lo habrá, tal vez la misma naturaleza humana nos llevó a ser lo que somos y a
estar como estamos. Esta necesidad de la sociedad puede resumirse en una necesidad de
realización humana, donde las personas se sientan bien a nivel espiritual, sin importarle
los aspectos materiales. Esta necesidad es la que determinará la función del arte, que ha de
ser de carácter colectivo.
La función específica de un arte que utilice los medios como instrumento es la de “poner
al descubierto, anunciar, preveer situaciones culturales y sociales mucho antes que el resto
de la colectividad” (Galí, El arte en la era de los medios de comunicación, p.109).

Temas

Las temáticas van a tener que buscarse en los receptores de los mensajes. Si la función de
las producciones será colectiva, es en la masa donde se encontraran los temas que se
tocarán, sin perder de vista, claro está, el objetivo constructivo que ha de tener. Además de
esto hay que valorar la cultura de masas no como algo impuesto sino como lo que la masa
exige que le den, por eso habrá que tomar lo que sirva de las producciones actuales por
más que estemos en contra de ellas, ya que ellas son las que marcan la sensibilidad actual.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el tema de la tradición. Todo lo producido
por la sociedad es cultura y ella es la que servirá también de punto de anclaje a las
realizaciones. Preferir los temas locales a los universales contribuye también a cohesionar
una comunidad. El libro aclara que “Para que los medios pudieran hacer participar a su
público de un arte liberador (el verdadero arte siempre lo es), no debe propiciar la
separación del arte de la vida real.” (Galí, El arte en la era de los medios de comunicación,
p.108)
Se estaría de este modo contribuyendo a ampliar la experiencia humana, en la relación
con los demás, la naturaleza, consigo mismo, provocando así una estetización positiva de
la vida.

Público

Las cararcterìsticas de la masa que he venido mencionando (nueva sensibilidad en

relación a la estetización que los medios provocaron y menor conciencia de la relación con
la naturaleza) servirán para determinar los intereses del público, es decir del grueso de la
sociedad.
El alcance que implica el público en los medios hará que el artista deba ser más
responsable con lo que diga, como también sincero con los demás y consigo mismo
El estudio de la recepción servirá para establecer todas las demas variables. Los medios
actuales, cuyo interés es primordialmente lucrativo, realizan estudios de mercado que sería
más o menos lo mismo para saber en que medida el mensaje va a ser recibido de la misma
manera en que fue enviado y que tipo de mensaje con qué características es el ideal para
tales o cuales personas. La multiplicidad de sentido que el “arte por el arte” implica, ya no
es útil para este nuevo lenguaje. El mensaje debe ser claro en los medios
Como difusores los medios han hecho que muchas personas se acerquen al arte aunque
de manera meramente informativa, ya que no se sabrá nunca si hubo entendimiento y
disfrute de lo que se vio. Lo que se debe proporcionar es un tipo de producción que haga
que la recepción sea colectiva e interactiva, que el barrio la familia, los amigos se reúnan a
ver un programa para que se puedan sacar conclusiones discutiendo acerca de lo que se
está viendo

Técnica

Como se viene diciendo, los medios deben ser utilizados como instrumentos. De este
modo se transformarían muchos aspectos de la producción artística no solo el producto,
sino también el productor, la circulación y el consumo. Resulta un verdadero reto el que se
propone ya que el artista se enfrenta a cosas totalmente nuevas: un nuevo lenguaje y
técnica y un público heterogéneo (y no ya a la elite a la que está acostumbrado)
El productor será un productor colectivo. Además del artista habrán realizadores
audiovisuales, técnicos, etc. que participarán de las producciones. Esto trae consigo un
doble efecto: el de disminuir el egocentrismo del artista y a su vez el de acercar a los
productores audiovisuales a un nuevo tipo de sensibilidad.
La circulación se realiza a través de los medios, es decir entra acá también la capacidad
de gestión y de movilización del artista para que el producto llegue a tener el alcance para
el que fue pensado.
El consumo determinará en gran medida el uso que de la técnica se haga. Las
preferencias del público han de ser tomadas en cuenta a la hora de elegir los materiales,
estilos y formas que se utilizarán.