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para contemplar

la historia
MÁS ALLÁ DE LAS UTOPÍAS
Colección «EL POZO DE SIQUEM» Benjamín González Buelta, SJ
55

SIGNOS Y PARÁBOLAS
PARA CONTEMPLAR
LA HISTORIA
Más allá de las utopías

Editorial SAL TERRAE


Santander
s

índice
Introducción 7
1. Liberar la mirada cautiva 9
2. Corazón petrificado y cegueras de la historia .... 17
3. Jesús, «parábola de Dios» 33
4. Moisés: encuentro en la periferia
con el Señor de la historia 51
5. Los signos no bajan del cielo; nacen de la periferia 61
6. Las parábolas: aroma y color del Reino 73

© 1992 by Editorial Sal Terrae 7. La conversión al Reino: de la soledad oprimida


Guevara, 20 a la comunidad en fiesta 85
39001 Santander 8. El misterio del Reino: confianza en la fuerza
que asoma en lo pequeño 95
Con las debidas licencias
Impreso en España. Printed ¡n Spain 9. Lo nuevo del Reino:
ISBN: 84-293-1066-5 vigilancia para discernirlo y acogerlo 101
Dep. Legal: BI: 898-92
10. La creatividad del Reino:
Fotocomposición: inventar caminos para lo nunca visto 109
Didot, S.A. - Bilbao
Impresión y encuademación: 11. La conflictividad del Reino:
Grafo, S.A. - Bilbao vivir el conflicto creando vida nueva 119
6 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

12. El juicio del Reino: la confrontación con los


últimos como norma definitiva 131 Introducción
13. La celebración del Reino: los cantos de la fiesta
final en medio de la dureza del camino 139
14. La oración del Reino: el Padre de bondad
en el centro de toda situación 149 Un cierto desaliento paraliza hoy a muchos cristianos
15. Rasgos de la experiencia contemplativa comprometidos con los empobrecidos. Se extiende un
de la historia 157 discurso que ha decretado el fin de las grandes utopías
sociales. Esta afirmación se alimenta desde situaciones
sociales y personales diferentes: la experiencia del hun-
dimiento progresivo en la miseria de las periferias del
mundo que padecen las políticas económicas neolibe-
rales; el desencanto postmoderno frente a las utopías; la
caída de modelos concretos de socialismo en grandes y
pequeñas naciones; los procesos personales de desgaste
ante el desafío tan largo y duro de comprometer la vida
con los empobrecidos...
En esta situación es más necesario que nunca poner
nítidamente el fundamento de la opción preferencial por
los pobres en la roca firme que es Jesús de Nazaret.
Jesús, en su encarnación, bajó antes que nosotros
a las periferias marginadas y contempló la historia desde
el revés del mundo. Allí descubrió vida sorprendente
que brotaba desde los descalificados y anunció la irrup-
ción del Reino de Dios. Desde su reducida geografía de
pobre galileo, él es la palabra definitiva de Dios para
todos los tiempos y lugares.
Más allá de grandes utopías o pequeños proyectos
que aparecen y desaparecen con sus luces y sombras
relativas, nos queda Jesús, el servidor de la utopía que
atraviesa la historia. «Más allá de las utopías», no se
abre el vacío estéril de una esperanza agotada, sino la
dimensión más profunda de lo real, donde podemos
encontrarnos con el Señor de la historia comprometido
8 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

con nosotros. Desde esta experiencia, es posible encon- 1


trar la consistencia personal necesaria para discernir y
rehacer constantemente nuestras utopías al confrontarlas Liberar la mirada cautiva
con la utopía de Jesús, y recibir el aliento de su Espíri-
tu, que no nos deja estancarnos en ninguna situación
cerrada.
La vida de Jesús está llena de signos y parábolas «Por más que miran, no ven, por más que
nacidos en medio de su compromiso por el Reino, sa- oyen, no entienden»
cados de situaciones remansadas en su espíritu contem- (Me 8,12)
plativo, que percibió, vivió y formuló de manera única
el dinamismo último de la realidad como don del Padre
de la vida.
Acercarnos a los signos y parábolas de Jesús y, 1. Ver la realidad desde el ojo del amo
sobre todo, a su persona como «parábola de Dios», nos De muchas maneras tratan de adueñarse de nuestra mi-
puede ayudar a percibir hoy, en nuestras situaciones rada, para que veamos la realidad con los ojos de los
difíciles, signos parecidos a los suyos, y a formular en que dominan la sociedad. Si lo logran, se han adueñado
el lenguaje simbólico de comparaciones y parábolas la en gran parte de nuestra vida. Una mirada cautiva es
vida sorprendente del Reino que crece en medio de una persona esclava. Si la realidad se nos presenta atrac-
nosotros. tiva, la acogemos; si la percibimos amenazante, levan-
La contemplación es una actividad de toda la per- tamos nuestras defensas. Hoy se lucha con imágenes,
sona. Ser contemplativo es una manera de existir que como en otros tiempos con espadas o con balas.
impregna todos los instantes. Contemplar la historia es
acercarse con respeto a toda la realidad sin excluir ab- En el ranchito miserable de un barrio marginado
solutamente a nadie. Contemplar es una experiencia de latinoamericano se apretujan la familia numerosa y los
totalidad que descubre la dimensión mística como la niños de los vecinos sentados sobre el suelo de tierra,
última verdad de lo real, para comprometer con ella «adivinando» imágenes defectuosas en un televisor de
toda la persona. segunda mano.
En estas páginas sólo pretendemos apuntar en esa El abismo inmenso que separa los países del Norte
dirección, recogiendo algo de la sabiduría contemplativa y del Sur, las clases ricas y las pobres, no es fácilmente
que viven nuestras comunidades marginadas. Sin duda atravesado por alimentos y medicinas, pero sí es asaltado
que se encontrarán con otras experiencias más honda- por imágenes que van adentrándose en la intimidad de
mente vividas y mejor formuladas. Por esta posibilidad los más pobres de este mundo, creando en ellos una
de encuentro y diálogo, gracias. identidad llena de confusión entre la pantalla de un inun-
do deslumbrante y su realidad demoledora.
IO SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LIBERAR LA MIRADA CAUTIVA * 1 I

Los comunicadores, con toda la seducción de co- tran, maquillan, secuestran y deciden si una noticia debe
lores y modelos, intentan impactarnos, convertirnos en nacer o morir, y la bautizan con el nombre de sus in-
mendigos de sus imágenes y, consiguientemente, en tereses.
clientes de sus productos, seguidores de sus ideas y
Esta cultura de la imagen, elaborada en los centros
fanáticos de su espectáculo.
del mundo, está movida por poderosos intereses de todo
Los creadores de imágenes, en esta cultura con- tipo. Dentro del neoliberalismo moderno, en una socie-
sumista y superficial, hacen sus grandes negocios tra- dad de consumo, llega hasta el más humilde de nuestros
bajando las fachadas de las personas. Se remodela un ranchos, hasta el ojo más simple e indefenso, y nos va
rostro ante un nuevo trabajo, como se remodela un local robando nuestra identidad más profunda, pretendiendo
para un nuevo negocio. El espejo de gimnasios públicos que veamos la realidad desde el ojo de sus camarógrafos.
y de baños privados se ha convertido en el confesor Esta «cultura adveniente» pretende invadirnos a todos.
exigente de esta nueva religión de la apariencia, escucha
las confidencias angustiadas de arrugas y grasas, de
excesos alimenticios, e impone severas penitencias die- 2. Nuestra realidad se endurece cada día
téticas y contorsiones corporales. La mirada se concentra
en la cascara, en la apariencia. Las personas tienen que La CEPAL decía en julio de 1991 que en América Latina
amoldarse, y en gran parte reducirse, al personaje que existen actualmente 446 millones de habitantes. 81,4
deben representar en sus funciones sociales. millones son «indigentes» en situación de miseria ex-
La publicidad astuta se infiltra como un ladrón en trema. Unos 183 millones, los llamados «nuevos po-
la intimidad de un hogar y asalta a un espectador in- bres», creados por el proceso de movilidad descendente
defenso, derrumbado en su asiento al final de un día de que va incorporando nuevas familias a la pobreza. Los
tensiones y competencia. Le roba su cuenta bancada y «nuevos pobres», aunque tienen lo necesario para cubrir
le va minando su identidad, convirtiéndolo en un «con- las necesidades de subsistencia, no pueden llevar una
sumidor transnacional». vida digna ni aspirar a un crecimiento social.
Los expertos del espectáculo, con rayos láser y Los que vivimos entre las grandes mayorías em-
decibelios calculados, pretenden convertirnos en adictos pobrecidas del mundo, saqueados por mecanismos eco-
de sus artistas, personajes que en gran parte son ficción nómicos capitalistas, ¿hacia dónde dirigir la mirada?
de la técnica y la fantasía. Tienden a eternizarlos con Mientras la pobreza va trepando sociedad arriba, y
la repetición obsesiva de «videoclips» y vallas publi- la clase media la siente ya quemándole los pies, ¿qué
citarias. hacer? Muchos huyen hacia los paraísos de la abundan-
Las grandes agencias informativas tratan de hacer- cia, en la emigración legal de los cualificados con títulos
nos ver nuestra propia realidad más cercana, desde sus y habilidades, y otros se arriesgan en la emigración
lejanas conveniencias políticas y cuentas bancarias. Fil- clandestina.
12 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LIBERAR LA MIRADA CAUTIVA 13

Otros prefieren huir hacia paraísos artificiales del higueras de Palestina, descubrió en las ramas más
espíritu, en cantos y certezas inapelables de salvación, pequeñas y frágiles los brotes de la vida nueva (Le 21,
en sectas fundamentalistas o espiritualidades sin prójimo 29-30).
ni historia.
Su intento fue enseñar a ver, liberar la mirada y el
También existen los que pretenden luchar. Poco a oído del pueblo para que viesen y oyesen la nueva jus-
poco, los poderosos mecanismos estructurales, la poca ticia del Reino brotando en medio de ellos mismos, en
consistencia personal y las incoherencias institucionales su propia fragilidad, en la tierra que no era de profetas,
de las propuestas alternativas van recortando los hori- en los descalificados por justos, ricos y maestros, entre
zontes y reduciendo las inquietudes al conformismo y los declarados oficialmente malditos y pecadores.
la resignación.
Si el corazón está puesto en el fondo del pueblo,
Nos encontramos ante un desafío sin precedentes. la mirada podrá descubrir las insospechadas ofertas de
Muchas veces no se ve siquiera dónde apoyar los pies, vida que irrumpen como gracia del Señor de la Historia.
en este deslizamiento colectivo hacia la pobreza que Esa vida nueva es la que Jesús quiso enseñarnos a ver.
introduce dinamismos destructores en las familias, mar-
ca las recientes generaciones para toda la vida e inclu- ¿No es éste hoy también nuestro desafío? ¿Cómo
so afecta a la herencia genética para las generaciones descubrir «vida nueva» en el abismo del que todos hu-
futuras. yen? Y si la descubrimos, ¿cómo ser fieles a ella?
El gran desafío es la contemplación de la historia;
cómo liberar la mirada, el oído y la sensibilidad entera
3. «Donde está el corazón, está la mirada» para percibir la realidad de otro modo. Hay demonios
que sólo se echan fuera con oración y ayuno. Necesi-
Jesús se encarnó en una realidad bien dura, en el fondo tamos un ayuno de imágenes y de símbolos que se in-
galileo del imperio y de la sociedad judía ensombrecida filtran dentro de nosotros y nos cazan por todas partes
por un sistema social y religioso que Juan llamaba «la en nuestra vida cotidiana, llegados desde los amos de
tiniebla» (Jn 1,5). Allí puso su corazón. Se encarnó por este mundo con su tecnología omnipresente.
amor a todos.
Hoy, la vida nueva también se estrena en las pe-
Mirando la realidad desde este revés de la historia, riferias marginadas. Pero esta vida no es sólo «desig-
y desde una cercanía con el Padre sin fisura alguna, nio», «proyecto» que hay que realizar. Es también «pre-
descubrió dimensiones de vida sorprendente, emergien- sencia» de Dios que hay que encontrar, pues Jesús se
do como una primavera inesperada al final de un «in- encarnó en estas marginalidades para siempre. Proyecto
vierno» lleno de frío y de «noches oscuras», donde toda de liberación y presencia del encuentro se unen en lo
vida nueva parecía imposible y congelada. Bajo apa- que nosotros llamamos «experiencia fundante». Sólo cu
riencias de muerte, como las ramas color ceniza de las el encuentro de tú a tú con el Señor de la Historia,
14 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LIBERAR LA MIRADA CAUTIVA 15

podremos poner aquí definitivamente el corazón y lim- con todos los que, desde otras instancias eclesiales y
piar la mirada para descubrir el Reino de Dios y entre- sociales, viven su opción preferencial por los pobres en
garnos a Dios y su Reino. un compromiso solidario con todos sus esfuerzos de
liberación.
La dimensión mística es la dimensión más profunda
de la realidad, puesto que Dios se ha encarnado en Siguiendo el ejemplo de Jesús, pretendemos hablar
nuestra historia. Sólo se respeta lo real cuando se lo de Dios y su Reino a partir de símbolos y parábolas
encuentra. vividos y elaborados por él mismo y por los pobres que
nos rodean hoy como un océano de gracia en el que
Jesús fue un artista en la elaboración de símbolos estamos inmersos. En el lenguaje gráfico, simbólico y
y parábolas. No sólo reflejará la realidad como un es- narrativo de la cultura popular, nos ayudan a ver la
pejo, sino que ayudará a ver en el centro de la realidad acción de Dios en la historia como la dimensión última
«lo que el ojo no vio, ni el oido oyó, ni hombre alguno de lo real.
ha imaginado» (1 Cor 2,9), la novedad impensable del
Reino de Dios en medio de nosotros, emergiendo como «Hablaré con parábolas, daré a conocer co-
don, proyecto y presencia de Dios, desde los descali- sas que estaban ocultas desde la creación
ficados de la historia. del mundo»
(Mt 13,35).
Muchos pasaron al lado de Jesús, pero no vieron
los signos del Reino. El mismo lo dirá llorando delante
de Jerusalén: «No tienes ojos para verlo» (Le 19,41).
Toda situación y persona ha sido asumida por Jesús en
la encarnación. Pero para descubrirlo hay que sanar an-
tes el «corazón rebelde» (Ez 12,2). Sólo el que «pone
el corazón» entero en la realidad marginada, amándola,
tendrá la mirada limpia del contemplativo para descubrir
el don de Dios.

4. Signos y parábolas

Estas reflexiones están orientadas principalmente a todos


los que viven el compromiso por el Reino desde la
cercanía con los empobrecidos, ya sea en comunidades
de inserción o con las personas marcadas por cualquier
forma de marginalidad. También pretenden comunicarse
2
Corazón petrificado
y cegueras de la historia

«Los rebeldes a la luz no reconocen sus


caminos ni se acostumbran a sus sendas».
(Job 24,13).

Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, se


utiliza el símbolo de la ceguera para expresar la cerrazón
ante la acción nueva de Dios en la historia y ante la
propia realidad.

Las cegueras no tienen su origen en los ojos, sino


en el corazón, entendido en sentido bíblico como el
centro de la persona. Lo que impide ver la obra de Dios,
sus signos en la historia, es el corazón rebelde. «Este
pueblo tiene ojos y no ve, tiene oídos y no oye» (Jr
5,21), porque «es duro y rebelde de corazón» (Jr 5,23).
El cambio del pueblo llegará cuando el Señor cumpla
su promesa: «Les daré un corazón nuevo y les infundiré
un espíritu nuevo; arrancaré de su carne su corazón de
piedra y les daré un corazón de carne» (Ez 36,26).

Jesús mismo lo expresa en el sermón de la montaña:


sólo los limpios de corazón van a ver a Dios (Mt 6,8),
tanto en sus manifestaciones en la historia como en la
plenitud escatológica del Reino.
18 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA CORAZÓN PETRIFICADO Y CEGUERAS DE LA HISTORIA 19

Los «rebeldes», los que tienen un corazón obce- los judíos. También el primer hombre había sido creado
cado, no pueden ver los caminos siempre nuevos del con el lodo de la tierra y el soplo del Espíritu (Gn 2,7).
Dios de la vida.
Si el pueblo pobre y ciego es curado por Jesús,
podrá ver en medio de la «noche» (9,5) al primer hombre
de la nueva creación, Jesús mismo, la «luz» que vence
1. La tiniebla «la tiniebla».

«Al pasar vio Jesús a un hombre ciego de En otra situación bien diferente, el profeta Ezequiel
nacimiento» enfrenta también la ceguera colectiva provocada por di-
(Jn 9,1). namismos estructurales que engendran opresión e ido-
latría. Falsos razonamientos religiosos encubren la si-
En el evangelio de Juan aparece una confrontación, des- tuación. Injusticia y falsa religión forman un conjunto
de el primer capítulo, entre «la luz», que es Jesús, y «la cerrado que impide ver la desintegración del pueblo,
tiniebla» (Jn 1,1-11), que es la ideología del sistema que lo arrastrará al exterminio. «Tienen ojos para ver y
social y religioso judío. no ven, tienen oídos para oir y no oyen, pues son casa
rebelde» (Ez 12,2).
Entre los numerosos ciegos curados por Jesús, uno
era «ciego de nacimiento» (Jn 9,1-38). El hecho de que Con pedagogía profética, Dios le dice a Ezequiel:
sea ciego de nacimiento significa que «ha vivido en un «Hago de ti una señal para la casa de Israel» (Ez 12,6).
ambiente donde el influjo de la ideología opresora ha Lo que está formándose en la oscuridad de la incons-
sido tan fuerte e indiscutido que nunca se le ha podido ciencia colectiva va a sorprender de repente, golpeando
ocurrir que fuera posible otro modo de pensar» (J. Ma- a todo el pueblo como un asaltante que ataca por sor-
teos). presa.

Además de ciego, es mendigo (9,8). Es un «per- En un gesto simbólico, Ezequiel rompe un boquete
sonaje representativo» del pueblo pobre que ha vivido en el muro y sale de la ciudad al atardecer, a la vista
sometido siempre bajo la ideología dominante. de todos, cargando al hombro el hatillo con el ajuar
escaso del destierro y con la cara tapada como un em-
«Ni pecó él ni pecaron sus padres» (9,3). Tanto él bozo clandestino (Ez 12,3-12).
como sus padres han crecido bajo una ideología ela-
borada durante generaciones y que impide reconocer El pueblo debería ver en Ezequiel su propio futuro
ahora los signos del Reino. que se gesta cada día, «pues es una ciudad que se en-
camina a su término derramando sangre dentro de sí y
Al curarlo con barro, hecho de tierra y de su propia que se ha contaminado fabricándose ídolos» (Ez 22,3).
saliva, Jesús quiere expresar que una nueva creación se La sangre de los pobres y los rituales idolátricos, en-
está realizando, pues la saliva era un principio vital para cubridores de la situación, van socavando el futuro bajo
20 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA CORAZÓN PETRIFICADO Y CEGUERAS DE LA HISTORIA 21

apariencias religiosas y de bienestar para los grupos grande, una cosa terrible, una oscuridad como antes
instalados. nunca habíamos sentido. No vemos nada. Mi esposo no
tiene trabajo. No tenemos comida. Estamos tristes, lle-
A pesar de la palabra de Ezequiel, todo sigue igual.
nos de oscuridad. Ayer por la noche, nos acostamos
«Los príncipes devoraban a la gente... Los sacerdotes
todos sin comer nada durante el día. A los niños les hice
violaban mi ley y profanaban mis cosas santas... Sus
un agua con limón y un poquito de sal, pues no había
nobles dentro de ella eran lobos que desgarraban la pre-
azúcar. El más pequeño se pasó la noche llorando de
sa... Sus profetas les ofrecían visiones falsas y les va-
hambre. Yo lo consolaba diciéndole: "Duérmete; ma-
ticinaban embustes... Los terratenientes cometían atro-
ñana, cuando salga el sol, te voy a comprar leche. Ahora
pellos y robos» (Ez 22,25-29). Los grupos dirigentes
es de noche y no se puede encontrar nada". Y a mi
no hacen caso de la predicación de Ezequiel ni ven sus
esposo le digo: 'No te preocupes, Dios no le falta a
signos proféticos. Se endurecen más. Elaboran su propio
nadie'».
discurso y se ríen del profeta. «Pasan días y días, y no
se cumple su visión» (12,22).
También hoy la tiniebla es generada principalmente 2. La instalación
desde el poder, por los dirigentes del pueblo que jus-
tifican y promueven el círculo estructural de opresión. «Jesús los miró, enojado y apenado por su
A través de todos los mecanismos a su alcance, la ti- ceguera».
niebla va llegando, como una atmósfera que se respira, (Me 3,5).
a todos los espacios sociales, hasta la intimidad de los
La ceguera nos puede llegar desde nuestros éxitos pa-
más pequeños. Los creadores constantes de tiniebla, los
sados, colectivos o personales. Creaciones que brillaron
fundamentales beneficiados del sistema, crean también
en otro tiempo con la fascinación del estreno han sido
los mecanismos para propagarla y defenderla. Hasta lle-
invadidas lentamente por una oscura fuerza paralizante.
gan a bautizarla con signos religiosos de transcendencia.
Naciendo desde nuestro «instinto de muerte», se ha ido
A estos dirigentes, Jesús los llama «ciegos, guías apoderando poco a poco de esas creaciones luminosas
de ciegos» (Mt 15,14). Con los ojos invadidos por la del pasado.
tiniebla de la ideología dominante, es imposible reco-
nocer al Mesías en Jesús, porque aparece en los már- Empezamos a crear lo nuevo dejándonos sorpren-
genes del pueblo con un mensaje contradictorio al sis- der justamente por la intuición que cruza nuestro fir-
tema. Los signos de Jesús no son percibidos como ama- mamento interior. La asumimos, nos comprometemos
necer del Reino, sino como obra de Belcebú, príncipe con ella, la llevamos a su plena estatura en nuestra tierra
de los demonios (Me 3,22), como agitación del pueblo y la consolidamos.
y amenaza para el sistema establecido. Después instalamos cercas para defenderla y ojos
En este mismo lenguaje simbólico se expresaba una electrónicos para controlar la identidad de todo lo des-
madre pobre: «En mi casa ha entrado una oscuridad muy conocido y nuevo que pueda amenazar nuestra creación.
22 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA CORAZÓN PETRIFICADO Y CEGUERAS DE LA HISTORIA 23

Las normas y las leyes aseguran el funcionamiento Nos hemos convertido en sordos y ciegos. La ins-
armonioso. En cada rincón de nuestra persona y de nues- talación nos ha invadido y nos va reduciendo lentamente
tra obra, colocamos letreros y flechas que regulan cada a costumbre, norma, prestigio y rito. Somos programas
paso. hechos. En nuestros circuitos y pantallas sólo pueden
penetrar los personajes que se presenten con la tarjeta
El éxito reconocido y la eficacia probada provocan cifrada que nosotros mismos les hemos firmado previa-
la admiración y el aplauso. Unos alaban con sinceridad mente. Nos hemos cerrado al futuro, que tiene que llegar
a otros, porque a su sombra pueden hacer sus pequeños inédito desde los demás y desde la inagotable origina-
negocios. lidad del corazón de Dios asomándose a nuestra propia
intimidad.
Cuando se encuentran el «instinto de muerte» —na-
cido de dentro y paralizándolo todo— y el reconoci- Los judíos de la sinagoga (Me 3,1-7) tenían delante
miento, que aplaude y recompensa desde fuera, nace la de los ojos al hombre del brazo paralizado que acababa
costumbre instalada, una hija única que no quiere pro- de ser curado por Jesús. Pero, como estaban inamovi-
blemas y que busca defender su herencia de todos los blemente instalados en su interpretación del sábado, no
advenedizos que amenazan desde fuera su situación pri- podían ver como signo de vida la curación de este en-
vilegiada. fermo. «Jesús los miró, enojado y apenado por su ce-
guera» (Me 3,5).
Lo que un día nació como fruto del amor arriesgado
y abierto al futuro, ya se ha convertido en costumbre y Los judíos del tiempo de Jesús, a fuerza de querer
en orden, capaz de defenderse a sí mismo y de perpe- ser fieles al pasado instalándose en él, multiplicando
tuarse en ritos traídos puntualmente por la hoja del ca- leyes y seguridades, se hicieron incapaces de ser fieles
lendario. Sus leyes fijan en el pasado, y sus ritos no al futuro. Se consideraban hijos de Ábraham (Jn 8,33)
tienen apertura a la trascendencia que camina con nos- y seguidores de Moisés, pero eran hijos de la tiniebla
otros en la historia en busca del futuro. En su casa no «del sistema» (8,31), del «Enemigo» (8,44). Jesús los
cabe ninguna propuesta nueva que obligue a ensanchar llama «esclavos» (Jn 8,33-34), incapaces de acoger el
sus paredes. futuro hacia el que caminaron Abraham y Moisés, con
el que soñaron, el que estaba en el horizonte de todos
La instalación nos ha hecho ciegos. Nuevas posi- sus pasos. «Abraham, vuestro Padre, saltó de gozo,
bilidades brillan con la fugacidad de las instituciones porque iba a ver este día mío, lo vio y se llenó de alegría»
inéditas, pero ya no las vemos. Nuevos cantos estrenan (Jn 8,56).
sus melodías, nacidas desde las aspiraciones de un dolor
esperanzado; pero nos parecen ruidos estridentes para Los caminos desinstalados de Abraham, a la bús-
nuestra sensibilidad acolchada. Ya no podemos «ver con queda de la tierra nueva de «justicia y derecho» ((¡n
buenos ojos» la novedad que no cabe en nuestras cer- 18,19), y la travesía de Moisés por el desierto hacia la
tezas bien trabadas. tierra prometida se han enquistado ahora en caminos
24 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA CORAZÓN PETRIFICADO Y CEGUERAS DE LA HISTORIA 25

conocidos, leyes minuciosas que contaban el número de del centro de nuestra persona, y es ella quien manda,
pasos y nubes de incienso protegido bajo la bóveda del podando cualquier brote de sueño imposible.
templo.
Los discípulos de Emaús «esperaban» que Jesús
Cuando llegó el esperado, no pudo ser reconocido. fuese el «liberador de Israel» (Le 24,21). Pero la de-
No cabía dentro del sistema judío, de sus leyes y su cepción de la muerte de Jesús les impide ver las señales
culto. Por eso se volvieron contra Jesús y «tomaron de la resurrección. Han escuchado el testimonio de las
piedras para tirárselas» (Jn 8,55). mujeres, que fueron al sepulcro con la certeza de ungir
Nos podemos instalar en las grandes creaciones a un muerto y regresaron con el alborozo de unas señales
reconocidas por su eficacia y significado. Pero nos po- que hablan de una vida nueva que comienza. El mismo
demos instalar también en los pequeños proyectos de Pedro fue al sepulcro y lo confirma. Pero esos signos
una mediocridad aceptada, cementerio de posibilidades nacientes y pequeños vienen a reafirmarles en su de-
nuestras que nunca van a ver la luz, al no aceptar el cepción: «Pero a él no lo vieron» (Le 24,24).
don de Dios en el desafío de la historia.
Precisamente cuando todo recomienza, cuando la
oferta definitiva de Dios alborea en la historia, estos dos
3. La decepción discípulos, que durante la vida de Jesús habían llegado
a un grado muy alto de comprensión, ahora le dan la
«Pero a él no lo vieron» espalda a la comunidad de Jerusalén. La decepción im-
(Le 24,24) pone la ruta de Emaús.
En algunas ocasiones, los propios proyectos de justicia Ni siquiera serán capaces de reconocer a Jesús en
han quedado triturados por los mecanismos del poder o el misterioso acompañante que también camina hacia
se han atascado en el lodo de una realidad inerte. Falsos Emaús. Pero el caminante, el extraño, dialoga y con-
discernimientos nos han estrellado contra nuestras am- fronta. Pregunta, escucha largamente y ofrece su visión
bigüedades personales. La utopía estalló de repente de la realidad. Sólo al final, después de compartir el
como un cohete y se desintegró en el espacio. camino, la palabra y el pan, «se les abrieron los ojos»
(Le 24,31).
De cualquier forma, ya estamos demasiado gol-
peados para atrevernos a ver y oir lo nuevo que Dios Una situación parecida aparece en el Antiguo Tes-
nos propone en la historia. Parece más sensato confor- tamento referida a toda una parte del pueblo esclavizada
marse con los callejones estrechos pero conocidos, los en Babilonia. «Sordos, escuchad y oid; ciegos, mirad y
trabajos mal pagados pero seguros, el agua contaminada ved» (Is 42,18). El pueblo es sordo y ciego. Es un pueblo
de cisternas descompuestas pero accesibles. No vale la «saqueado y despojado, atrapados todos en cuevas, en-
pena volver a invertir energías en proyectos que acaban cerrados en mazmorras. Lo saqueaban, y nadie lo li
por fortalecer a los poderosos, dejándonos a nosotros braba; lo saqueaban, y nadie decía: Devuélvelo» (Is
más saqueados. La decepción golpeada se ha adueñado 42,22).
26 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA CORAZÓN PETRIFICADO Y CEGUERAS DE LA HISTORIA 27

«¿Quién de vosotros prestará oído a esto y atento La mirada del contemplativo tiene que taladrar la
escuchará el futuro?» (Is 42,23). Éste es el desafío que historia hasta descubrir, más allá de los episodios con-
el profeta lanza al pueblo desterrado cuando la sombra cretos fracasados, la presencia activa del que es «origen,
del imperio llena de parálisis y miedo hasta el último camino y meta del universo» (Rm 11,36). Sólo en él se
rincón. puede hacer una apuesta absoluta. Desde esta consis-
tencia, en la que se hace fuerte el centro de la persona,
El profeta invita a dirigir primero la mirada hacia se abren los ojos lo suficiente para ver el límite de todo
las intervenciones de Dios en el pasado, más fáciles de proyecto, y por esa misma brecha mirar ya el horizonte
ver, memoria del pasado que abre las puertas del futuro, de las nuevas ofertas. Como el campesino que ve cómo
cuando el Señor «abrió caminos en el mar y sendas en por la mañana arrasa el ciclón toda su cosecha, pero por
las aguas impetuosas» (Is 43,16). Ahora hay que dar el la tarde, restablecida la calma, cuando toda la superficie
salto hacia el futuro: «No recordéis lo de antaño, no queda golpeada, él empieza a sembrar de nuevo en la
penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya tierra húmeda.
está brotando, ¿no lo notáis?» (Is 43,18-19). Atreverse
a mirar los brotes de lo nuevo con unos ojos acostum-
4. La seducción
brados a no ver más que el despojo cotidiano, es empezar
a curarse de la ceguera, romper el círculo de un horizonte «Desde la azotea vio a una mujer bañán-
limitado. dose, una mujer muy bella».
(1 Samuel, 11,2)
La decepción puede tener su historia, sus golpes y
También un exceso de luz puede cegarnos cuando te-
sus razones. Pero tiene también su sinrazón. Las ideo-
nemos los ojos acostumbrados a una penumbra de me-
logías que lo prometen todo pretenden saber demasiado
diocridad y monotonía. La luz hace brillar la realidad
de la historia. Las apuestas absolutas en proyectos y
como un paraíso.
personas pueden ser sólo el compromiso con nuestras
falsas expectativas, la proyección de deseos nuestros que El rey David, deslumhrado por la belleza de Be-
no respetan la realidad. tsabé, esposa de su amigo Urías, la llevó a palacio y la
dejó embarazada, precisamente mientras Urías arries-
Nosotros somos los servidores del Señor de la his- gaba la vida por el rey y por su pueblo en el campo de
toria, ante el que tenemos que exclamar: «¡Qué impe- batalla. Para resolver la situación, logra que su amigo
netrables sus decisiones y qué incomprensibles sus ca- muera en la lucha, y se queda con Betsabé (2 Samuel
minos!» (Rm 11,33). «Mis planes no son vuestros pla- 11-12).
nes, vuestros caminos no son mis caminos... Como el David, tan cercano a Dios desde la juventud cuando
cielo está por encima de la tierra, mis caminos están fue ungido como futuro Rey de Israel, que ha sentido
por encima de los vuestros, y mis planes de vuestros su protección a lo largo de su ascendente carrera política,
planes» (Is 55,8-9). es ahora ciego para percibir su situación personal. Es el
28 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA CORAZÓN PETRIFICADO Y CEGUERAS DE LA HISTORIA 29

«pecado del mediodía» de una vida instalada en la cús- tivas anteriores se desvanece como un sueño ante esta
pide del poder, seducida por la belleza de Betsabé. nueva promesa de plenitud.
Es necesario que Dios envíe a su profeta Natán El corazón seducido apresa la mirada. No hay ojos
para curar la ceguera de David. Ante la parábola del ni oídos para percibirse a sí mismo ni para percibir la
hombre pobre que cuidaba de su única oveja como de novedad del Reino que se acerca en los gestos cotidianos
una hija, David condena al rico potentado que se la robó de existencias comunes, como la de Jesús de Nazaret.
para invitar a un huésped: «Ese hombre eres tú» (12,2).
David es ese hombre ladrón y asesino. Cuando uno está En el desierto sin caminos, el oro del becerro brilla
seducido, es más fácil ver la propia realidad juzgando como un dios iluminado por el sol intenso, prometiendo
una vida ajena. «No morirás» (12,13). Al ver el pecado, la tierra prometida (Ex 32,4). Muchos ídolos de la so-
se rompe la ceguera y existe la posibilidad de ver tam- ciedad moderna brillan como dioses ofreciendo el pa-
bién la salvación que se ofrece. raíso. Ideologías, drogas, fusiles... seducen en medio
del desconcierto. Pero Jesús rechazó arrojarse desde el
La seducción absorbe a la persona de tal manera alero del templo en un gesto seductor. En la cercanía
que la víctima sólo tiene ojos para la realidad seductora. del encuentro humano, reveló la presencia salvadora de
Las cosas más evidentes pasan desapercibidas, las cer- Dios en la vida común del pueblo.
tezas de toda la vida se desmoronan, los nombres de las
personas más queridas no tienen resonancia ninguna.
Todo queda ignorado y pisoteado en el correr de la 5. La oscuridad del justo
persona seducida. El objeto seductor brilla con una luz
tan fascinante que todo lo demás desaparece en una «Ésta es vuestra hora, cuando mandan las
sombra abismal que se lo traga. tinieblas»
(Le 22,53).
El objeto seductor puede presentarse como el ne-
gocio de la vida, que promete el paraíso de la seguridad El camino del justo es inevitablemente oscuro en muchas
económica a cambio de olvidar por un tiempo las con- situaciones. Entonces surgen preguntas como las de Job,
vicciones profundas, la pequeña seguridad familiar, los cuando contempla la opresión del pueblo desde su propia
derechos de los obreros, la lealtad a los amigos, la pa- ruina personal y desde todos sus esquemas teológicos
labra dada... destrozados: «¿Por qué el Todopoderoso no señala pla-
zos para que sus amigos puedan ver sus intervenciones?»
Para otros llega la seducción como un puesto de (Job 24,12) «¿Y Dios no va a hacer caso de sus súpli-
prestigio en la cambiante pantalla de la popularidad co- cas?» (Job 24,12). Son preguntas marcadas por la noche
tidiana, prometiendo salvar la existencia de los circuitos de la historia, por el insomnio de corazones que no tienen
comunes de una existencia sin relieve. respuestas para conciliar el sueño. «¿Por qué te quedas
Como en el caso de David, puede ser una persona lejos, Señor, y te escondes en el momento del aprieto?
sexualmente atractiva. Todo el tejido de relaciones afec- La soberbia del malvado oprime al infeliz», y dice; «No
30 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA CORAZÓN PETRIFICADO Y CEGUERAS DE LA HISTORIA 31

hay Dios que me pida cuentas» (Salmo 10,1-4), «Dios El ciego Bartimeo (Me 10,46-52) es un «personaje
se olvida, se tapa la cara, nunca se enterará» (10,11). representativo» del justo que se queda ciego en el se-
Puede ser también la oscuridad personal ante el guimiento de Jesús. Antes veía, como los demás dis-
acoso del enemigo fuerte. «¿Hasta cuándo, Señor, se- cípulos, en medio de los triunfos de Galilea, entre las
guirás olvidándome; hasta cuándo esconderás tu rostro?» multitudes y los signos prodigiosos. Ahora que Jesús
(Salmo 13,2). sube a la Jerusalén del conflicto y de la muerte, se queda
La comunidad entera llora su opresión, porque el completamente ciego, y se sienta al borde del camino.
curso de la historia es ¿descifrable como un pergamino Pero está atento al rumor de los pasos. Cuando
enrollado que nadie puede abrir ni interpretar. Así llo- sabe que es Jesús el que va caminando, grita insisten-
raba el profeta (Apoc 5,4), y el pueblo de Dios bajo la temente: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
persecución del imperio. Sólo el cordero degollado, pero (10,48). Quiere recuperar la visión en esta hora difícil.
vivo y resucitado, puede recibir el rollo y soltar sus «Maestro, que vea otra vez» (10,51). Es curado para
sellos (5,9). Sólo él puede ir revelando al profeta el subir a la Jerusalén del conflicto y de la muerte, en
sentido de la historia, el porqué de la persecución y seguimiento del verdadero Mesías, el Hijo de David,
muerte del pueblo. que va a ser fiel al Reino en el centro mismo del poder
El profeta iluminado puede anunciar la verdad úl- de las tinieblas.
tima de la historia, en la que ahora el imperio y sus Las cegueras del justo son inevitables en su lucha
dioses son los únicos triunfadores. El que «ha visto» el contra la tiniebla, encarnada en instituciones, estructuras
triunfo de los justos y ha escuchado el «cántico nuevo» y personas que en muchas ocasiones actúan con una
(14,3) puede orientarse en medio de la noche persegui- fuerza demoledora. Además, estas fuerzas que llegan
da. El que ha visto «el cielo nuevo y la tierra nueva» desde fuera, encuentran muchas veces en nosotros una
(21,1) sabe hacia dónde camina la noche, y puede su- cómplice ambigüedad alojada en lo más secreto de nues-
marse a esa obra creadora del Señor de la historia, que tra intimidad, desde donde también somos confundidos.
ya está presente en medio de la comunidad, como el
dinamismo más hondo y puro de toda la realidad. Sabe Pero, en medio de la ambigüedad personal y de la
que el imperio, «la fiera», y su servicio de propaganda, noche de la historia, es posible atravesar con la mirada
«el falso profeta», acabarán en el lago de azufre ardiente la tiniebla y decir con el mismo Job: «Te conocía sólo
(19,20-21), puesto que fuego destructor es lo que son de oídas; ahora te han visto mis ojos» (Job 42,5). La
y generan. realidad no ha cambiado, pero Job ha descubierto una
Las cegueras del justo son un paso inevitable en el nueva dimensión de la realidad: al Señor de la historia
seguimiento de Jesús construyendo su Reino. Es nece- comprometido ya ahora con nosotros. Ya no dice: «Ojalá
sario aprender a contemplar en medio de la noche, cuan- me desvaneciera en las tinieblas y velara mi rostro la
do la oscuridad empieza a brotar de todas las cosas bellas oscuridad» (23,17). En el fondo de la realidad, Job lia
y todo parece inundado de tiniebla. descubierto el proyecto de Dios y su presencia.
3
Jesús, «parábola de Dios»

«Al venir a la historia, Cristo trajo toda la


novedad trayéndose a sí mismo»
(San Ireneo)

Llegada la plenitud de los tiempos, Dios dijo su palabra


definitiva e insuperable en Jesús. Esta revelación, hecha
carne, existencia humana, sigue siendo nueva e inago-
table al contemplarla cada día.
Lo sorprendente es que, en Jesús, Dios no sólo se
hizo hombre, sino hombre pobre. Todos tenían los ojos
dirigidos hacia el centro. En el templo de Jerusalén,
morada de Dios en medio de su pueblo, se elaboraba el
saber que iba bajando hasta la más pequeña sinagoga.
Pero, en Jesús, el Reino de Dios anunciado se mueve
en dirección contraria: sube desde la más baja periferia
hasta el centro.
Jesús empieza a hablar desde el margen geográfico,
cultural, religioso y económico. Jesús mismo es margen.
Belén y el calvario de Jerusalén son los dos extremos
periféricos —comienzo y punto final— de toda una vida
desinteresada y pobre.
Jesús rompe, con su vida y su palabra, el discurso
de los expertos sobre Dios. Las expectativas de tantas
corrientes de pensamiento que habían preparado el ca-
mino ancho al Mesías, se quedaron desoladas y vacías.
34 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA JESÚS. «PARÁBOLA DE DIOS» 35

Por allí no llegó. Todos tuvieron que volver la cabeza o la vida, sobre la decisión de Dios de encarnarse en la
hacia el galileo de Nazaret. marginalidad de los esclavos y la muerte en la cruz. La
La sorpresa, el desconcierto y el conflicto que pro- palabra del himno cristológico endurece el texto de Be-
vocó Jesús estrenan cada día nuevas palabras y gestos. lén en los evangelios de la infancia, pero está cargada
Encarnado para siempre en las periferias del mun- con toda la densidad de la vida de los esclavos en las
do, porque quiere asumir toda la historia desde ahí, hay primeras comunidades cristianas.
que volver constantemente la mirada hacia las nuevas Jesús nace fuera de la pequeña Belén, «en las cer-
fronteras, desde donde nos sigue inquietando. Para canías» (Le 2,28), pues para aquella familia desplazada
unos sigue siendo una provocación; para otros, una por los mecanismos del imperio no había sitio en el
liberación. centro.
Para situar la persona de Jesús, vamos a utilizar las
categorías de «centro»/«periferia». Por «centro» entien- Jesús murió «fuera de las murallas» (Hb 13,12)
do las mayorías de los países ricos y las minorías pri- echado fuera de Jerusalén por las fuerzas del imperio,
vilegiadas de las naciones pobres, que estructuralmente que lo escoltan hasta el Calvario y lo expulsan de este
oprimen y marginan al pueblo pobre y excluido. mundo, lo arrojan fuera de la vida.

«Periferia» son las minorías pobres del primer mun- Sin embargo, Jesús es el «centro» de la historia.
do y las grandes mayorías del tercer mundo. De una El Padre «nos eligió con él antes de crear el mundo»
manera más simbólica, constituyen la periferia todas las (Ef 4,1). Y «su designio secreto» es llevar la historia a
personas que, por diferentes razones se sienten despo- su plenitud; «hacer la unidad del universo por medio
jadas de derechos fundamentales, o heridas de tal ma- del Mesías, de lo terrestre y de lo celeste» (Ef 1,9-11).
nera en su cuerpo o en su espíritu que se sienten des-
plazadas a la sombra en esta sociedad de competencia Esto quiere decir que el «centro» de la historia ha
desenfrenada. aparecido en la periferia. Jesús, por tanto, des-centra la
historia para siempre y sitúa el brotar de la salvación en
las tierras excluidas. La conducta de Dios provoca un
1. Jesús des-centra el mundo desde la periferia desplazamiento geográfico y social. El centro de la his-
toria ya no está en Roma ni en Jerusalén, sino en el
«Se despojó de su rango y tomó la condición margen. Todo el que quiera encontrarse con Jesús tiene
de esclavo haciéndose uno de tantos... Se que volver la cabeza y peregrinar hacia los márgenes,
abajó hasta la muerte, y muerte de cruz»
(Filipenses 2,7-8) de donde todo el mundo trata de escapar.

La vida de Jesús aparece como ex-céntrica, porque


Estas palabras de la carta a los Filipenses, las escribe no se ajusta a la construcción social de todos los que
Pablo desde la cárcel, entre la incertidumbre de la muerte controlan el mundo desde el centro transformando la
36 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA
JESÚS, «PARÁBOLA DE DIOS» 37

opresión en orden, y la exclusión en costumbre razo- 2. Jesús des-concierta la «sabiduría» del centro
nable. desde la «locura» de la periferia
«A Dios nadie lo ha visto nunca» (Jn 4,12), pero «La locura de Dios es más sabia que los
hemos visto su palabra encarnada, la parábola ex-cén- hombres»
trica y perfecta que nos habla de manera inagotable- (1 Cor 1,25)
mente sugerente de Dios y de su Reino en medio de «Lo necio del mundo se escogió Dios para
nosotros. Todas las parábolas del Reino van reflejando humillar a lo sabio»
diferentes aspectos de esa parábola única que es Jesús (1 Cor 1,27)
mismo, su servicio al Reino y su persona.
Por su nacimiento en una familia sencilla del pueblo,
Como en otras ocasiones, a lo largo de la historia, Jesús queda marcado para toda la vida por el acento de
en que los cristianos peregrinaron al desierto, a los men- la cultura que no está sancionada por el saber académico
digos de la sociedad, también hoy se ha producido un que confiere autoridad titulada y prestigio reconocido.
éxodo de laicos y religiosos hacia las periferias exclui- Jesús pertenece al mundo de los que «no saben».
das. Es una tierra privilegiada para contemplar desde
ahí la historia y la propia persona. La enseñanza de Jesús era motivo de asombro hasta
para sus mismos vecinos: «¿De dónde le viene eso?»
Pero la razón última de todo este camino es unirse (Me 6,2). «Aquello les resultaba escandaloso» (Me 6,3).
al movimiento encarnatorio de Jesús decidido por Dios Los maestros del pueblo se acercan en muchas ocasiones
como camino privilegiado para realizar su proyecto. Más a Jesús y le preguntan con qué autoridad enseña. Muchas
allá de cualquier razón ideológica o de estrategia pas- veces empuñan contra él las piedras que merecen los
toral, quedará clavado por los siglos en la marginalidad blasfemos.
el Jesús pobre y humilde de Nazaret.
Inevitablemente, Jesús rompe el lenguaje y el con-
Cada paso hacia las periferias del mundo es también tenido sobre Dios con sus parábolas y sus signos. Su
un paso contemplativo hacia el encuentro con el Señor enseñanza llena de «autoridad» (Mt 7,29), por contra-
de la Historia, que nos llama desde abajo y desde fuera. posición a la enseñanza oficial, introduce una perspec-
El contemplativo aprende a ver a Dios y al marginado tiva nunca oída. No sólo rompe la lógica de los maestros
en una misma mirada, y a oírlos a los dos en una misma judíos, sino que presenta una alternativa que los sen-
palabra. cillos del pueblo entienden como revelación del Padre
a los pequeños (Le 10,21) y como dinamismos sor-
prendentes de vida que se mueven en la intimidad de
los que la acogen: «Señor, tú tienes palabras de vida
eterna» (Jn 6,68).
Jesús «se hizo para nosotros saber que viene de
Dios» (1 Cor 1,30) des-concertando la sabiduría de este
38 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA JESÚS, «PARÁBOLA DE DIOS» 39

mundo desde el «no saber» rechazado por este mundo. 3. Jesús des-instala la riqueza desde la pobreza
Por eso toda la existencia de Jesús des-concierta, des-
entona en la armonía de valores exhibida como razo- «Nuestro Señor, Jesús Mesías, siendo rico
nable desde el centro, impuesta por los directores que se hizo pobre por vosotros para enriqueceros
tratan de orquestar toda la armonía social. con su pobreza»
(2 Cor 8,9)
Jesús es estridente y rompe el concierto. Esto es
lo que expresan claramente sus mismos parientes. Fue- Después de una juventud de carpintero (Me 6,3), en un
ron a buscarlo porque había perdido el juicio (Me 3, trabajo manual catalogado en la estructura social como
20-21). Los dirigentes del pueblo sentenciaron que tenía pobre, comenzó a predicar el Reino sin tener donde
dentro un demonio. Finalmente, todo el sanedrín lo con- reclinar la cabeza, hasta el expolio de la cruz.
denó como blasfemo. Resultaba tan des-concertante que
debía morir. El mismo Herodes, demasiado vacío para Toda su existencia fue una palabra de pobreza, al
asomarse al silencio inalcanzable de Jesús, inalterable compartir los bienes escasos que tenía, pero, sobre todo,
entre las promesas de Herodes y las acusaciones vehe- al compartir su persona. Para los pobres, la persona es
mentes de los jefes judíos, lo exhibirá por las calles de siempre el bien importante y definitivo que hay que
Jerusalén disfrazándolo de loco (Le 23,11). compartir. Por eso dicen con frecuencia: «No tengo gran
cosa que dar, pero queda la persona». Sólo a este nivel
Desde las periferias del mundo surge también hoy se vive la solidaridad radical abierta al futuro, proyecto
un canto de vida nueva, la sabiduría oculta a muchos de pueblo nuevo, unido y libre.
sabios y entendidos (Le 10,21), que es acogida por mu-
chos humildes y sencillos de corazón en todas las esferas La palabra de Jesús es dura contra los ricos, contra
de la Iglesia y de la sociedad. Es un saber que viene de esa estructura que les cierra el paso al Reino. «Qué
Dios des-concertando armonías construidas sobre el si- difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen
lencio de los pequeños que nunca pudieron decir su la riqueza» (Me 10,23). Pero, al mismo tiempo, es cer-
palabra ni entonar su canto más que en las rutas mar- cano y ofrece el Reino a cada persona concreta, como
ginales de la vida popular. Pero ahora, su palabra afilada lo hace con Zaqueo y el joven rico, con amor, aunque
de profetas, con su dolor y su esperanza, no encaja sin suavizar el mensaje.
siempre con las partituras elaboradas sobre su silencio Servir al dinero es radicalmente contrario al pro-
o ignorando sus melodías, relegadas a curiosidad folkló- yecto de Jesús. No se puede servir a dos amos, a Dios
rica. y al dinero (Mt 6,24). El rico piensa que él es el dueño
del dinero; pero llega un momento en que el dinero se
revela como un amo implacable, como un dios que exige
el alma. «La codicia es una idolatría» (Col 3,5). El dios
riqueza crea la servidumbre voraz del dinero, que sa-
crifica amistades, familias, convicciones de toda la vida,
JESÚS, «PARÁBOLA DE DIOS» 41
40 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

fidelidades intocables... El ser humano que ha quedado guidor de Jesús queda desinstalado, y toda codicia como
atrapado dentro de esta religión verá afectada su inti- camino de realización humana, desautorizada.
midad más honda. Si no produce dinero aumentando Siempre será una tentación traer todas las cosas que
sus bienes, si no puede entrar ya en los círculos de uno tiene para seguir a Jesús, si antes no se ha dado la
competencia, se siente deprimido, se percibe como ciu- ruptura con las seguridades invulnerables al desamparo
dadano de categoría inferior. Ha quedado preso por el de los pequeños. Por la herida de la desinstalación que
amo-dinero, que impone sentimientos destructores y toca niveles profundos de la personalidad, entra el don
egoísmos sin límites. del Reino que llega del Padre, y en esa ausencia de
seguridades caben personas y proyectos nacidos en el
Cuando Jesús invita al seguimiento, no les dice a margen, marcados por despojos centenarios.
sus discípulos que traigan todo lo que tienen, tal vez
para hacer más eficaz la misión, sino que lo dejen todo
para seguirle desde una existencia desinstalada, solidaria
con todos los pobres que esperan el Reino de Dios, como 4. Jesús des-estabiliza el poder desde la debilidad
signo, ellos mismos, de la fuerza del Reino.
«La debilidad de Dios es más fuerte que los
Desde esta desposesión se puede entrar mejor en hombres».
la vida de los despojados, solidarizarse con ellos desde
el centro de la persona en la búsqueda del futuro nuevo «Lo débil del mundo se escogió Dios para
del Reino. Sin esta disponibilidad última, podríamos humillar a lo fuerte..., lo que no existe, para
quedar presos del alivio de un pan regalado a la multitud anular a lo que existe»
hambrienta, sin entrar en todo el misterio del Reino (Jn (1 Cor 1,25-28)
6,26), como les sucedió a los discípulos con el pan
repartido a la multitud. No fueron capaces de entender Jesús nace bajo el peso de un decreto imperial que se
una comida como signo de un nuevo tipo de sociedad informa sobre gentes y recursos para incrementar su
prefigurada en el pan compartido con todos (Jn 6,12). control y sus ingresos. Jesús no sólo nace con la debi-
lidad de un niño, sino de un niño oprimido. Y morirá
La pobreza no es aquí simplemente una virtud as- en el suplicio más degradante de la época, después de
cética. Es primero una solidaridad existencial con el un proceso injusto, sin ningún tipo de defensa.
mundo de los empobrecidos. Desde esta solidaridad
existencial se puede inventar el futuro con ellos. Algo Alrededor de su persona se forma una comunidad
muy diferente de lo que puede programarse desde los de discípulos. El anuncio del Reino crea un grupo de
centros lejanos instalados. seguidores y una expectativa en todo el pueblo. Deciden
matar a Jesús, porque ha introducido un dinamismo des-
La cercanía solidaria de Jesús en medio de los po- estabilizador. Conviene que muera un hombre por lodo
bres es ya Reino de Dios, vida compartida. Todo se- el pueblo.
42 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA 43
JESÚS, «PARÁBOLA DE DIOS»

Jesús es consciente, y tiene sus propias estrategias. modelando la vida entera del pueblo. Hay que escoger
Congrega multitudes o desaparece. Provoca a las au- entre el mundo del templo y el de Jesús.
toridades o se aleja. Utiliza un lenguaje claro y cortante,
o se expresa en parábolas que el pueblo entiende, pero Desde su debilidad ciudadana combate con la fuer-
en cuyo misterio no aciertan a entrar los espías entre- za del Reino, que se expresa en su propia persona de
nados para vigilarlo. Es consciente de que también él manera asombrosa y que despierta dinamismos de vida
se mueve como una oveja débil entre lobos carniceros y de futuro en personas descalificadas por los analistas
(Mt 10,16). del sanedrín. El mendigo ciego curado por Jesús rompe
la lógica cerrada de los dirigentes judíos, que no aciertan
La acción de Jesús supuso una alternativa real para a responderle más que con insultos (Jn 9,34).
la sociedad judía y el imperio. En primer lugar, combate
al «enemigo» radical, expresión simbólica del fondo Nuestro desafío consiste en ahondar en las exis-
misterioso del mal, más fuerte que los hombres, pero tencias que «no existen», que no cuentan, para no quedar
más débil que Dios. Este dinamismo diabólico se en- en la superficie de debilidad. Podemos encontrar en lo
carnará en personas y estructuras, con su ropaje de men- hondo la fuerza del Reino de Dios, como la encontró y
tira y su veneno homicida (Jn 8,44). Jesús vencerá este la cantó sorprendida María (Le 1,51). Esta «fuerza»
mal diabólico enfrentándolo en su manifestaciones con- recorre las venas de la historia como un dinamismo de
cretas en la historia, tanto en las tentaciones del desierto liberación que es la fidelidad de Dios a nuestra tierra,
y la soledad (Mt 4,1) como en las de la acción (Me desde Abraham y todos sus descendientes para siempre
8,33), cuando su discípulo Pedro habla como el tenta- (Le 1,55), buscadores de un pueblo nuevo donde se
dor. Libera a las personas de los males que los destruyen pueda vivir en «justicia y derecho» (Gn 18,19), siempre
desde dentro, en encuentros de una cercanía insuperable. hijos de la «promesa» que no se extingue nunca.
El poseído y desgarrado por una legión, por una multitud
que lo ha invadido (Me 8,9), puede sentarse unificado Desde la organización comunitaria y popular, el
y libre al lado de Jesús. El publicano atrapado en el pueblo de Dios puede des-estabilizar un orden social
puño cerrado de la codicia puede dejar irse los bienes construido sobre injusticias centenarias. Lo que deses-
que no le pertenecen (Le 19,1). tabiliza es la vida nueva, que ya está presente y busca
su espacio, no oscuros mecanismos destructores muy
alejados del Espíritu de Jesús.
Combate las estructuras sociales y religiosas con
el lenguaje duro de los profetas y con acciones simbó- En la visión profética de Jeremías, Dios mismo
licas que quiebran la entraña misma del sistema oficial, parece recorrer este camino: «Yo mismo reuniré el resto
como en la expulsión de los mercaderes del templo. La de mis ovejas, de todos los países a donde las expulsé»
confrontación no es simplemente contra un grupito de (Jr 23,3). El pueblo encontrará una nueva estabilidad.
pequeños traficantes de monedas y palomas, sino contra «Israel vivirá en paz, y dará Dios el título 'Señor, justicia
toda la organización del templo y su teología, que iba nuestra'» (Jr 23,6). El Señor, que desestabiliza y dis-
44 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA JESÚS, «PARÁBOLA DE DIOS» 45

persa, congrega de nuevo para construir la paz verdadera abandono que ya no puede reprimir dentro de sí, ante
sobre la justicia. «Justicia» parece ser, en el texto de sus mismos enemigos triunfantes. El poder del mal tiene
Jeremías, el nombre de Dios. ese poder sobrecogedor de nublar la relación con el
Padre, que siempre había sido de bondad y cercanía.
5. Jesús des-califíca el sistema desde la muerte Jesús no muere como un mártir, como Juan el Bau-
tista, decapitado por un tirano de provincia seducido en
«Como los suyos tienen todos la misma car- una noche de fiesta por una bailarina. Jesús muere como
ne y sangre, también él asumió una carne un «reo maldito», condenado por todas las instancias
como la de ellos para, con su muerte,...
liberar a todos los que, por miedo a la muer- legales del pueblo.
te, pasaban la vida entera como esclavos» En el Jesús ajusticiado, parece que el mal llegó
(Hb 2,14-19) hasta donde quiso. Empleó todos sus mecanismos, hizo
su obra, se expresó plenamente a sí mismo. Todos sus
Es sorprendente hasta qué punto puede el poder des-
dinamismos más sutiles quedaron desnudos sobre el cal-
baratar la obra de Jesús, hasta alcanzar su misma inti-
vario. La profundidad de su malicia se mostró en su
midad, donde se asienta su propia identidad.
obra. Ya no queda duda de la entraña corrompida de
Externamente es fácil constatar cómo los dirigentes las estructuras, instituciones y corazones. No fue un
judíos apresan y crucifican a Jesús, dispersando a sus accidente. Murió en una trama perfectamente elaborada.
discípulos. La tarde del viernes, todo parece quedar
arrasado con habilidad y decisión política. Por eso mismo, todas las instituciones judías y ro-
manas quedaron juzgadas al condenar a Jesús, el justo
La intimidad de Jesús también es alcanzada por los que presentó una nueva posibilidad de vivir emergiendo
dinamismos de la muerte. Desde la crisis de Galilea, las en medio del pueblo como regalo del Padre. Lo nuevo
«representaciones del Reino» pasan, del éxito popular, fue crucificado para que lo viejo pudiera subsistir.
a la confrontación con los dirigentes. Jesús se aparta de
las multitudes y se concentra en sus discípulos (Me 9, Es imposible hoy que el justo se comprometa por
30-31), para formarlos de cara al impensable trance de el Reino de Dios, con sus ofertas nuevas de vida, sin
Jerusalén. Pero no le entienden. La tentación le asalta que los mecanismos del poder hieran sus representacio-
desde sus mismos amigos (Me 8,33). La incertidumbre, nes del futuro, sus amistades, su propia identidad y hasta
la angustia y una soledad creciente van inundando la su misma relación con Dios. Es imposible proseguir la
intimidad de Jesús, hasta estallar en el llanto sobre Je- causa de Jesús sin ser alcanzado también por el torrente
rusalén (Le 19,41) o la angustia que lo derriba sobre el de sufrimiento que brota de los tajos abiertos en el cuerpo
suelo de Getsemaní. de los pequeños de este mundo.
Pero la pasión puede llegar a afectar su misma Pero también el justo experimentará que el paso de
relación con el Padre. Jesús gritará sobre la cruz el Jesús por la angustia y la muerte le sigue impulsando a
46 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA
JESÚS, «PARÁBOLA DE DIOS» 47

luchar en su seguimiento, ya que él vino a liberar «a Jesús. Ese rostro tiene nombre y llama a cada uno por
todos los que, por miedo a la muerte, pasaban la vida su nombre con un acento inconfundible (Jn 20,16).
entera como esclavos» (Hb 2,14-15). La muerte engañó por un momento con su sangre,
sus legiones uniformadas y su sepulcro sellado. El pue-
En las cruces de los pobres y los justos, la sociedad
blo entero quedó como una tiniebla al mediodía (Le
rica y satisfecha quedará retratada y des-calificada en
23,44), como sacudido por un cataclismo cósmico (Mt
sus representantes más encumbrados. A pesar del control
27,51). Aquella tarde, todo se resquebrajaba y moría.
sobre las noticias, siempre se infiltran en las pantallas
las imágenes de hambrunas y represiones, que aparecen Pero era un grito cósmico de parto. La tiniebla
como las sombras de las fotos sonrientes y tranquilas clavó su espada para matar; pero por la herida se liberó
de los grandes en sus foros internacionales. La noche la verdad última de la realidad. Se rasgó el velo del
del viernes santo no puede conciliar el sueño. En ese templo, y la historia quedó des-velada para siempre. Se
insomnio de los justos aparece una fuerza que nunca ha le quitó el velo que cubría la apariencia y, al mismo
podido ser arrancada de la historia. La cruz del justo es tiempo, ese desvelo mantiene despiertos y vigilantes a
camino de reconciliación. «Por la sangre del Mesías» todos los que han recibido el Espíritu del Resucitado,
(Ef 2,13), creó «una humanidad nueva» (Ef 2,15). Las encontrado en el fondo de procesos, cárceles y cruces.
cruces de los justos y los pequeños son camino de re- Este don de la Pascua no llega en los paraísos artificiales
conciliación. Antes se derrumbó el muro que separaba que ignoran la muerte ajena, ni en las liturgias deco-
a judíos y gentiles. Ahora se derrumban otros muros radas, sin rastro de sangre sobre el altar, ni en las de-
que parecen eternos para nuestra superficial mirada. claraciones asépticas que no han padecido el estreme-
cimiento del pueblo crucificado. El Espíritu de la Pascua
llega como regalo cuando, entre el temblor del miedo,
6. Jesús des-vela la historia desde la Resurrección el fantasma se va concretando en un cuerpo (Le 24,38),
y en las manos de ese cuerpo se pueden reconocer las
«El velo del templo se rasgó en dos de arriba huellas de los clavos.
abajo» El dinamismo pascual desborda todas las previsio-
(Mt 27,51) nes de los guardianes de la sinagoga, burla su vigilancia
estudiada, y no pueden quitarle una palabra que estrena
En el insomnio de la historia, como en el de los discí- su buena noticia, ni la alegría de ese grupo de galileos
pulos de Jesús, «al tercer día» sorprende un rostro que sin preparación que son testigos de lo imposible, de lo
se va aclarando poco a poco, en medio de la búsqueda definitivo de la historia (Hch 2,14-36).
del cadáver (Le 24,5), en la decepción que se repliega
con tristeza hacia Emaús (Le 24,15) o en el trabajo duro Ya no quedan secretos. Cualquier situación humana
de la pesca en el lago sembrado de nostalgia y de re- se ilumina ahora desde esta presencia resucitada. Por
cuerdos (Jn 21,4) por la predicación y los signos de eso es posible celebrar, aun cuando, para los ojos que
48 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA
JESÚS. «PARÁBOLA DE DIOS» 49

sólo aciertan a resbalar sobre la realidad, los cantos y Como uno más del pueblo, encuentra la oposición
esperanzas de los pobres no son más que ilusiones de poderosa del sistema, y en su amor comprometido le
ingenuos.
llega la muerte. Instrumentos y lugares aterradores para
Jesús no sólo nos ha sido fiel en la pasión. También la sensibilidad de los indefensos, tales como proceso,
lo es en la resurrección. No sólo resucita para su pro- cárcel, soldado, tortura, sentencia, cruz y sepultura, se
pia plenitud personal, sino también para nosotros, co- convierten en lugares de revelación del amor fiel de Dios
mo cabeza del cuerpo, primogénito de todos los hom- a su pueblo y de lo que es una vida enteramente humana
bres. Él alimenta el fundamento último de la esperanza en su fidelidad a la propuesta salvadora de Dios.
nuestra.
El sepulcro abierto desde dentro es una pregunta
aturdida primero, y una presencia transformadora des-
7. Jesús, imagen de Dios en la historia pués. Todavía la opresión de los poderosos no ha in-
ventado el sistema perfecto contra los pequeños ni el
7.1. Para los que viven en el rigor de las periferias, suplicio capaz de detener la trascendencia de Dios, que
esta llegada de Dios a su mundo se convierte en una abre toda situación de muerte hacia el futuro del Reino
«buena noticia», como un canto festivo de ángeles en de la vida.
medio de la noche (Le 1,13). Dios es cercano y familiar, La vida del Reino se torna en muchas ocasiones,
nacido en el centro de su mundo. para los pobres y los que les son solidarios, un com-
El Dios que se hace presente en Jesús no está lejos promiso difícil e incomprensible. Pero un «sentido» apa-
de su tierra ni de sus oficios y costumbres. Pertenece a rece en lo profundo del espíritu, como el resucitado en
su universo cultural. Entiende su lenguaje, se mueve la mañana de Pascua, haciendo posible la fidelidad al
libre y confiado por sus caminos, contempla sus campos Reino.
sembrados, sube a su barca, se sienta a su mesa, bebe 7.2. Para los que viven en los centros del poder y del
el agua de sus pozos y el vino de su cosecha. Posa su prestigio, o son solidarios aprendices de sus estructuras
mano con ternura sobre el hombro intocable del leproso, y valores, la propuesta de Jesús resulta muy difícil de
y con su saliva toca la lengua del mudo. La hemorroísa acoger. El Reino de Dios, que no pide respuestas par-
puede rozar su manto sin miedo a hacerlo impuro, y la ciales ni restos de tiempo o de recursos, cuestiona ra-
pecadora puede ungirlo con su perfume de mujer pública dicalmente la organización social que ellos fortalecen,
sin contaminarlo. con la que se sienten identificados, y hace pedazos sus
Al encontrarse con Jesús, no escuchan simplemente imágenes de Dios y su discurso religioso.
a un crítico más del sistema, una queja bien articulada
en un discurso inteligente, sino que experimentan en sus La oferta del Reino es para todos. A los que han
propias personas, corriendo por sus venas, una alter- construido la consistencia de su vida en la acumulación
nativa real, una vida nueva insospechada. de riquezas y poder, la propuesta de Jesús les suena a
muerte. Pero a ellos, como a Nicodemo, se les ofrece
50 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

también «nacer de nuevo» (Jn 3,7) por la fuerza del


Espíritu, que es libre de toda atadura, como el viento 4
(Jn 3,8). Es posible que Zaqueo devuelva cuatro veces Moisés:
lo robado y dé a los pobres la mitad de lo que le queda
(Le 19,1-10). Es posible también que el influyente José encuentro en la periferia
de Arimatea arriesgue su prestigio acercándose a Pilato con el Señor de la historia
para pedir el cuerpo de un Jesús condenado legalmente
como blasfemo, y del que él se siente solidario.
7.3. El Padre contempló el mundo con amor, y escogió
las periferias oprimidas para la encarnación del Hijo,
como lugar preferencial para revelar su acción salvadora
en la historia manifestada en Jesús.
Jesús mira la acción del Padre en la historia con La contemplación de Dios en la historia alcanza su ple-
unos ojos situados en la periferia, como lugar privile- nitud en Jesús. Pero ya en el Antiguo Testamento en-
giado de contemplación. contramos ejemplos sorprendentes. Nos vamos a fijar
en la experiencia de Moisés (Ex 3 y 4). Este encuentro
¿Cómo contemplar la acción de Dios en la historia inicial con Dios marcará completamente su vida personal
sin mirar solidariamente hacia las periferias del mundo y la historia de su pueblo. En el desierto del exiliado,
y sin contemplar el mundo desde las periferias? entre los oprimidos de Egipto y en la travesía del Éxodo,
Parece que éste es el camino para descubrir, en Moisés se adentrará cada vez más profundamente en la
cada momento de la historia, lo que el Padre nos quiere intimidad de Dios, al mismo tiempo que irá recorriendo
revelar en esa parábola inagotable que es la vida de las periferias de su mundo. Incluso morirá en las fron-
Jesús. teras de la tierra prometida.
Vamos a resumir el proceso de esta experiencia
originante en cuatro símbolos: el desierto, la zarza, la
palabra y el bastón.

1. El desierto

Nos dice el libro del Éxodo que Moisés se adentró en


el desierto hasta llegar al Horeb, el monte del Señor.
Al desierto fue un hombre marcado por el exilio político.
Educado como egipcio, luchó consigo mismo para en-
52 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA MOISÉS: ENCUENTRO EN LA PERIFERIA CON EL SEÑOR... 53

contrar y definir su identidad. ¿Estará al servicio del A veces lo nuevo ya viene gestándose dentro de
faraón, como le educaron para hacerlo, o defenderá a nuestras prisas cotidianas. Pero necesita tiempo y aco-
su pueblo oprimido? Un egipcio reprime a un judío, y, gida para nacer, lenguaje para formularse. La llamada
en la lucha por defender a éste, Moisés mata al egipcio. del absoluto nos va guiando al desierto, porque algo
Pero tampoco estará seguro con los judíos. Al tratar de nuevo busca su lugar dentro de nosotros y en nuestra
actuar como mediador entre dos judíos, lo rechazan y historia.
le acusan de la muerte del egipcio. El Faraón lo busca, Adentrarse en el desierto parece estar en nuestras
y tiene que huir. Y se casa y se instala en su vida manos. Pero, si buscamos, es porque de alguna manera
familiar. ya hemos sido encontrados, porque nos sentimos bus-
Nosotros vivimos «incrustados» en nuestro limi- cados nosotros mismos desde lo más íntimo de nuestra
tado espacio de la realidad. Instituciones, trabajos, re- persona. Al final, es Dios el que tiene que llegar hasta
laciones, personas... confluyen en nosotros y nos sitúan. nuestra espera sin saber cuándo ni cómo.
Al desierto se ha peregrinado muchas veces cuando
Por otro lado, nosotros tratamos de ser plenamente se ha buscado un nuevo comienzo. Jesús mismo ora y
conscientes de las coyunturas en las que vivimos, porque es tentado en el desierto al comienzo de su misión. Los
queremos ser fieles a lo real. Estamos convencidos de primeros anacoretas cristianos se fueron al desierto geo-
que el Señor está presente en nuestra realidad, y no gráfico, como más tarde otros cristianos buscaron el
queremos evadirnos de ella. silencio de monasterios y conventos.
Pero un día escuchamos la llamada del desierto. El Hoy, también nosotros buscamos el desierto de la
Espíritu nos espera lejos de los caminos conocidos y de historia, el revés del mundo, donde se acaba «este mun-
las rutinas necesarias. El misterio, sin geografía ni gra- do», en la muerte física de sus habitantes, en el final
mática definidas, nos convoca hacia donde no sabemos. de las calles y los trazados urbanos, donde se agotan el
Es necesario un ayuno de palabras, de imágenes y de agua y las medicinas, donde no existen los servicios
proyectos, y en ese vacío limpio no sabemos lo que va sociales más elementales.
a surgir.
Pero también ahí puede empezar «otro mundo».
Al desierto no se llega de repente. Nos vamos aden- Moisés, Elias y Jesús tienen hoy otros nombres dife-
trando poco a poco. Tiene una dimensión externa que rentes y otra misión. Hay que experimentar el desierto,
nos desplaza de lo cotidiano, y una desposesión interior la ausencia de rutas, el peligro del camino y el riesgo.
en la que el mundo viejo se muere, y empieza a crecer Las preguntas empiezan a caminar dentro de nuestra
una espera de calidad, una receptividad que trata de ser intimidad, tanteando seguridades, desarmando síntesis,
sin trampa. Lo vivido va dentro de nosotros. No se trata alianzas y proyectos, hasta que esas preguntas sepan
de escapar de la realidad, sino de sus estereotipos car- esperar que el misterio les responda. Hay que esperar
celeros. hasta que el desierto se meta dentro de nosotros, y nos
54 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA MOISÉS: ENCUENTRO EN LA PERIFERIA CON EL SEÑOR... 55

sintamos de alguna manera desierto. Entonces habremos tienen que descalzarse y esperar contemplando el fuego
llegado suficientemente abiertos, como Elias (1 Re 19,8) inextinguible y siempre diferente. Llegamos a una di-
y Moisés (Ex 3,1), hasta Horeb, el monte de Dios. mensión de la existencia donde no podemos forzar la
entrada. Tenemos que esperar a que nos llamen por
nuestro nombre.
2. La zarza La zarza es sólo el comienzo de un encuentro. Es
la iniciativa de Dios, que empieza a sorprendernos y a
«El ángel del Señor se le apareció en una llamarada ensanchar nuestra capacidad de acogida para un en-
entre las zarzas» (Ex 3,2). La zarza es bien poca cosa: cuentro de dimensiones imprevisibles.
un arbusto lleno de espinas que casi se arrastra entre las
piedras. Pero en la soledad de la noche, quemada por La zarza y el fuego son elementos comunes de la
el fuego, nos fascina con la magia de la llama en in- creación, vulgares para la mirada común; pero, cuando
cesante movimiento de formas y colores. Y Moisés se somos buscados por Dios, se pueden convertir en signos
dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo tan de una presencia, en la llamada del Señor de la historia.
admirable» (Ex 3,3). Este fuego, que ilumina, calienta ¿No son los pobres también una zarza que arde sin
y despierta la fantasía en medio de la noche, pero no consumirse? La contemplación diaria del pobre nos pue-
destruye ni amenaza, es una llamada a la contemplación. de ayudar a entrar en otra dimensión de la realidad que
no ignora análisis y estadísticas, pero que las trasciende
Moisés el caminante, pastor de ovejas, da un paso
infinitamente. En el pobre —que, como la zarza, casi
más en su proceso. Se detiene y contempla. De esta
se arrastra entre las piedras marginales de propiedades
manera entra en otra dimensión de la realidad. El bus-
y caminos— arden la dignidad y la ternura, el ansia de
cador tiene que detenerse y dejarse iniciar en otra di-
libertad y la lucha por defender el gran regalo de la vida.
mensión de la realidad en la que él no es el dueño.
En su desinstalación, forzada por el rechazo estructural
No se está evadiendo de la realidad, sino que está de nuestro mundo, tienen las puertas abiertas para acoger
siendo buscado por lo más profundo de la historia, que el don del Reino.
se ha acercado a su vida y lo llama por su nombre:
«Moisés, Moisés» (Ex 3,4).
3. La palabra
Moisés puede atravesar el desierto y subir hasta el
monte por sus propios pies. Puede detenerse a contem- Desde la zarza llaman a Moisés por su nombre. Y en
plar la zarza ardiente, pero no es el dueño del misterio. el encuentro, la voz del misterio se identifica: «Yo soy
Con pies descalzos se acerca a él. El misterio sólo se el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de
abre desde dentro. Isaac, el Dios de Jacob» (3,6). Es el Dios de la historia,
Nuestros análisis de las coyunturas sociales, nues- que se ha explicado a sí mismo y su proyecto en acciones
tras búsquedas más decididas de Dios y de su obra, concretas en favor de los antepasados de Moisés. Es un
.% SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA MOISÉS: ENCULNIKI) I N I.A PERIFERIA CON EL SEÑOR... 57

Dios con una trayectoria que lo revela, una continuidad de los judíos que tan buenos beneficios le reportan con
fiel a su palabra y su promesa. su trabajo forzado. Toda la respuesta que recibe de Dios
Dios no se impone como un amo despótico ni hace es: «Yo estoy contigo». La certeza de una presencia.
temblar a Moisés con el terror. Hay espacio para la Nada más.
palabra, la pregunta y la respuesta, la excusa, el com- Resuelta esta primera objeción, Moisés traslada la
promiso y la promesa. Ni Moisés se diluye ante Dios, dificultad al mismo ser de Dios. ¿Quién es este Dios
ni Dios absorbe a Moisés. Con la palabra compartida, que estará con Moisés? ¿Qué les dirá Moisés a los is-
va avanzando el encuentro, desde una alteridad sor- raelitas sobre Dios cuando vaya a ellos y se presente
prendida, hasta una comunión abierta y sin final. como enviado?: «Soy el que soy» (3,14). Es decir, el
La palabra de Dios saca del pasado de Moisés sus que se conoce por su manera de actuar a lo largo de la
propios recuerdos de Egipto: «He visto la opresión de historia en fidelidad a sus antepasados, (3,15; 3,16), el
mi pueblo..., he oído sus quejas contra sus opresores, Dios que desde Abraham busca crear un pueblo libre
me he fijado en sus sufrimientos. Y he bajado a libe- que pueda «mantenerse en el camino del Señor practi-
rarlos... para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa» cando la justicia y el derecho» (Gn 18,16). Esta es la
(3,7-8). El Señor no hace referencia a una cierta cantidad identidad del Dios de Israel tal como se ha manifestado
de cultos y oraciones que hay que sumar para intervenir en la historia. Por eso, ahora ha decidido «sacarlos de
en favor de sus fieles. El dolor es ya la primera realidad la opresión de Egipto» (Ex 3,17).
que toca el corazón de Dios y le mueve a liberar. Pero surge una tercera dificultad: ¿le creerá el pue-
En la propuesta de Dios hay un elemento que puso blo? «Y si no me creen ni me hacen caso...?» (4,1). Es
a Moisés a la defensiva: Yo he visto, he bajado... «Y la desconfianza razonable de un pueblo acostumbrado
ahora, anda, que te envío al Faraón para que saques de a la esclavitud, temeroso del poder imperial, que se
Egipto a mi pueblo, a los israelitas» (3,10). La lucha presenta como imposible de burlar y que reacciona con
de Moisés con Dios parece justificada. Es Dios el que desconfianza ante un iluminado que llega del desierto
decide, y Moisés el que tiene que actuar y arriesgarse proclamándose enviado de Dios. Tres signos hablarán
en una misión absolutamente desproporcionada. Se de- al pueblo, si es necesario. El bastón se convertirá en
bate, porque Dios ha creado un conflicto en su vida. La serpiente; la mano se pone blanca y recobra su color; y
confrontación es lógica. el agua del Nilo se teñirá del color de la sangre.
El planteamiento de Moisés es completamente rea- El debate se traslada a la propia persona de Moisés.
lista y lleno de sensatez: «¿Quién soy yo para acudir al Echa una mirada a sí mismo, a sus defectos y limita-
Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?» (3,11). ciones: «Yo no tengo facilidad de palabra, ni antes ni
La primera dificultad que aparece es el Faraón, en con- ahora que has hablado a tu siervo; soy torpe de boca y
traste con la persona de Moisés; la comparación del de lengua» (4,10). Dios no suprime su dificultad: «Yo
Faraón, con todo el poder imperial defendido por su estaré en tu boca y te enseñaré lo que tienes que decir»
policía y sus ejércitos, expertos en organizar la opresión (12). Moisés seguirá con su dificultad de palabra, puesto
58 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA MOISÉS: ENCUENTRO EN LA PERIFERIA CON EL SEÑOR... 59

que más adelante le dice que busque la ayuda de su Con ese bastón tocará el agua del Nilo para teñirla
hermano Aarón: «Él hablará al pueblo» (15). Esa difi- de sangre (7,20) y, al extenderlo sobre el mar, dejará
cultad reaparecerá más adelante (6,12; 6,30). La palabra pasar al pueblo perseguido (4,16). Golpeará la roca, y
oportuna de Dios llegará en la limitada oratoria de Moi- brotará el agua en el desierto (17,6-7). El bastón es el
sés, y también en la fácil de Aarón. Moisés será fiel al símbolo de la fuerza de Dios que lo acompaña.
Señor con este límite que lo humilla, y al mismo tiempo
buscará la complementariedad comunitaria en la ayuda El bastón es también el recuerdo del encuentro con
de su hermano. Dios que lo marcó para toda la vida. Dios será ya para
Moisés un interlocutor permanente, un amigo, una re-
A pesar de todo, queda la libertad personal como ferencia inagotable en su capacidad de abrir el futuro
reducto último, y Moisés puede decir sí o no, compro- en todos los momentos difíciles de su misión. Sin esta
meterse o escapar. «Por favor, Señor, ¿por qué no man- referencia, Moisés ni se podrá entender a sí mismo ni
das a otro...?» (4,13). Pero Dios ha elegido a Moisés; podrá comprender su misión. A Dios se queja cuando
y Moisés, confiado en este amor que lo ha escogido, el pueblo no es liberado después de hablar al Faraón
emprende su camino hacia Egipto. (5,22-23). En el encuentro con Dios elabora las nuevas
El encuentro con Dios ha sido claro y pleno, de tú estrategias, y avanza con él delante, como nube de día
a tú. Sólo alguien que se ha sentido elegido y amado y columna de fuego por la noche (13,21-22). El pueblo
por Dios puede elegir y aceptar la misión. En la decisión entero es conducido por Moisés hasta el Sinaí de la
de Moisés, que cambia radicalmente su vida, se en- alianza y de la ley nueva de un pueblo haciéndose libre
cuentran el amor dialogante de Dios y la persona única por el desierto.
de Moisés, con toda su historia y su verdad personal Pero no es sólo el Dios de Moisés, sino del pueblo
limitada. entero. Es el pueblo lo que preocupa a Dios. Moisés es
su servidor, su presencia visible y comprometida en la
historia. El pueblo llevará a Moisés dentro de sí hasta
4. El bastón el Sinaí del encuentro colectivo con Dios y hasta las
fronteras de la tierra prometida, pues nadie en solitario
«Tú toma el bastón con el que realizarás los signos» puede atravesar el desierto. Finalmente, el pueblo en-
(4,17). El bastón del pastor se ha convertido ahora en trará en la tierra, y Moisés morirá en la frontera, donde
el signo sencillo del conductor del pueblo, del caminante acaba su misión.
de una ruta nueva e imposible. Es el símbolo de la
misión. Moisés ha sido totalmente transformado en el La contemplación de la zarza se ha convertido en
encuentro con Dios, única posibilidad de dejar la vida una misión en la historia. Un elemento simple de la
del exiliado acomodado para emprender la audacia de creación ha servido de signo para llevar a Moisés a un
la liberación de su pueblo. Sólo lleva su bastón y la encuentro con Dios y su proyecto en la historia.
promesa de Dios.
5
Los signos no bajan del cielo;
nacen en la periferia

«¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros


veis! Porque os digo que muchos profetas
y reyes quisieron ver lo que vosotros veis
y no lo vieron, y oir lo que vosotros oís y
no lo oyeron»
(Le 10,23-24)

1. En diferentes ocasiones, los dirigentes judíos se acer-


caron a Jesús y le pidieron «una señal que viniera del
cielo» (Me 8,11; Mt 16,1; 12,39; Le 11,29-30) para
creer en su mensaje. Pero Jesús «dio un profundo sus-
piro» (Me 8,11) que expresaba su desazón interior ante
semejante ceguera. No sólo eran incapaces de ver los
signos del Reino que brotaba por todas partes, sino que
pretendían exigirle a Dios que llegase hasta ellos por
los caminos que juzgaban los mejores.

Los mismos discípulos parecían en muchas ocasio-


nes obcecados, contaminados por la levadura farisaica
(Me 8,15). Más de cuatro mil personas habían com-
partido su pan sin preocuparse siquiera de guardar lo
que sobró, porque nadie quiso acaparar. Pero seguían
sin entender que compartir lo que uno tiene en una
situación de desierto, entre una muchedumbre de pobres,
es un signo de la presencia del Reino. Por eso, Jesús
62 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LOS SIGNOS NO BAJAN DEL CIELO; NACEN EN LA PERIFERIA 63

los increpa con las palabras de Jeremías: «¿Por qué disputa comunitaria de los discípulos sobre quién es el
tenéis ojos si no veis, y oídos si no oís?» (Me 8,18). más grande, saca de la marginación doméstica a un
criadito, y «lo puso en medio, lo abrazó» (Me 9,36) e,
2. Jesús intenta enseñar según su propia experiencia. identificándose con él, dijo: «El que acoge a un niño de
Educado por la ley judía en una manera de mirar la éstos por causa mía, me acoge a mí» (Me 9,37). Saca
realidad, fue sintiendo madurar en su intimidad una vi- del anonimato de una enfermedad vergonzosa a una
sión diferente de la vida cotidiana. Hasta que, un día, hemorroísa asustada, y la coloca en el centro de la mul-
el anuncio de lo inesperado sorprendió de repente a los titud como un ejemplo de la fe que sana (Me 5,33-34).
vecinos galileos: «El Reino de Dios ha llegado. Con- El samaritano de la parábola, hereje y enemigo para el
vertios y creed en la buena noticia» (Me 1,15). judío, se convierte en maestro de la vida nueva para el
Superando toda mirada programada por la ense- experto del templo: «Haz tú lo mismo» (Le 10,37).
ñanza oficial, Jesús veía en lo cotidiano las señales del
Reino que llegaba. La primavera del Reino brotaba por En esta escuela, que pone en el centro a los que el
todas partes a su paso. Un cobrador de impuestos dejaba sistema coloca en el margen, fueron formándose los
su trabajo seguro en aquella sociedad de incertidumbre discípulos. Jesús les refuerza su pedagogía con palabras
(Me 2,14), y un paralítico su camastro de tullido (Me que no dejan ninguna duda: «¡Dichosos los ojos que ven
2,12). Un enfermo se sentaba libre de la «legión» que lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos pro-
lo había invadido y lo desgarraba en todas direcciones fetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis y no lo
(Me 5,1-17). Y el pueblo reconocía en aquella voz de vieron, y oir lo que vosotros oís y no lo oyeron» (Le
carpintero una «autoridad» que estremecía su esperanza, 10,23-24).
casi muerta por leyes judías y legiones romanas. Por eso subirán constantemente desde los márgenes
3. Jesús será fiel a su experiencia. Respetará los signos hasta el centro de las instituciones judías los signos del
del Reino donde aparezcan, y los mostrará a todos; pero Reino. El paralítico curado carga con su camilla en
no tentará al Señor arrojándose del alero del templo, sábado por las calles de la Jerusalén en fiesta (Jn 5,
como un signo que baja del cielo, para complacer los 1-15). Los leprosos sanados deben ir a presentarse al
cuellos orgullosos de los fariseos que se alzaban a lo sacerdote para que les dé el certificado legal de curación
alto en las esquinas de las calles mientras oraban, pero (Me 1,44). El ciego de nacimiento discute con lógica
no bajaban la mirada misericordiosa hacia el pueblo irrebatible con los sabios dirigentes judíos (Jn 9,14-34).
pobre y pecador, del cual se separaban.
El mismo Jesús será el signo principal enviado por
Jesús saca del margen los signos del Reino y los el Padre desde la desacreditada Galilea hasta el centro
pone en el centro. Al hombre del brazo paralizado en del sistema judío. En definitiva, según el evangelio de
la sinagoga, lo saca de la sombra de su enfermedad y Juan, ésta es la causa de su rechazo (Jn 12,17-19). Por
le dice: «Ponte ahí en medio» (Me 3,3). En él hay que eso evoca los rasgos del servidor sufriente, sin aparien-
concentrar la mirada para ver el Reino. En medio de la cia presentable: «Señor, ¿quién ha creído nuestro anun-
M SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LOS SIGNOS NO BAJAN DEL CIELO; NACEN EN LA PERIFERIA 65

ció? ¿Y a quién se le ha revelado la fuerza del Señor?» perdido e insignificante entre la comunidad. Pero más
(ls 53,1). Ciertamente, los dirigentes del pueblo tenían enfermos y con una enfermedad más sutil vio a los
«cegados los ojos» y «embotada la mente» (Jn 12,40). dirigentes, que «estaban al acecho para ver si lo curaba
Ciertamente que el Jesús pobre y humilde del evangelio, en sábado y acusarlo» (3,2). El paralizado era un mar-
el servidor del Reino, era irreconocible como Mesías ginado por su lesión física, que le impedía trabajar, pero
por los judíos del sistema, que, «a pesar de tantas señales también por una mancha religiosa, pues la parálisis es-
como llevaba realizadas delante de ellos, se negaban a taba asociada al pecado. Jesús se deja cuestionar por la
darle su adhesión» (12,37). El ojo penetrante del profeta miseria muda de este hombre, pero también queda im-
Isaías «vio su gloria y así habló de él» (Jn 12,41). pactado por la «ceguera» de los dirigentes, seguros y al
acecho como cazadores que esperan que la víctima caiga
Algunos dirigentes sí reconocieron a Jesús, pero, en la trampa.
por miedo a «ser excluidos de la sinagoga» (12,42),
prefirieron seguir atrapados en la tiniebla del sistema Jesús quiere hacer un gesto que hable a todos, pues
(12,46). el Reino no tiene límites en su oferta de vida. Y como
camino de su pedagogía, saca del margen al paralítico
4. Vamos a fijarnos más detenidamente en este proceso y lo pone en el centro: «Levántate y ponte ahí en medio»
del Reino, que invierte las expectativas judías cuando (Me 3,3). El paralítico se siente acogido por Jesús hasta
Jesús «no baja del cielo», sino que envía signos desde tal punto que experimenta una confianza capaz de lle-
las marginalidades de Palestina, en personas social y varle a correr este primer riesgo en medio de toda la
religiosamente descalificadas. asamblea.
a) El primer signo en que nos vamos a fijar lo encon- El enfermo no es un caso aislado de su entorno,
tramos en el evangelio de Marcos (3,1). La curación pues está situado dentro de una estructura religiosa que
del hombre con el brazo paralizado en la celebración envuelve a todo el pueblo, paralizando la vida. Jesús
del culto sabático dentro de la sinagoga irritó de tal pretende abrir una brecha en esa certeza de muerte que
manera a los «puros» fariseos que éstos se aliaron con es la estructura, y que también mantiene presos a sus
los «corruptos» herodianos «para acabar con Jesús» defensores. Por eso pregunta: «¿Qué está permitido en
(Me 3,6). sábado: hacer bien, o hacer daño; salvar una vida o
«Jesús entró de nuevo en la sinagoga» (3,1). No matar?» (3,4). No hay término medio para evadirse en
sólo entró en el edificio, sino en todo el universo de la una neutralidad de espectador. El que puede hacer bien
sinagoga, con sus instituciones y su ideología elaborada y no lo hace, daña. El que puede salvar una vida y no
en el templo de Jerusalén y distribuida después por todo la salva, mata.
el pueblo. En el silencio que sigue, la pregunta de Jesús re-
«Estaba allí un hombre que tenía un brazo parali- corre toda la asamblea, pero no encuentra la más mínima
zado» (3,1). Éste es el primer enfermo, y Jesús lo ve rendija en esos espíritus ciegos. El evangelista no puede
(>(» MONOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LOS SIGNOS NO BAJAN DEL CIELO; NACEN EN LA PERIFERIA 67

olvidar la mirada de Jesús paseando su dolor por toda En la cercanía del encuentro, en la calidad de una
la comunidad reunida. Lo recuerda «echándoles en torno acogida sin límites, Jesús se atreve a proponerle la pre-
una mirada de ira y dolido por su obcecación» (3,5). gunta decisiva: «¿Quieres ponerte sano?» (5,6). Una
Pero, en ese mismo silencio, el paralítico se sintió pregunta que no tiene una respuesta tan evidente como
tan comprendido por Jesús en toda la pesadumbre de su podría parecer. El paralítico había demostrado que sí
parálisis y su marginación que, lleno de fe, arriesgó con quería curarse, pues ya lo había intentado varias veces.
gozo su gesto de futuro y de vida en medio de la asam- «Mientras yo llego, otro baja antes que yo» (Jn 5,7).
blea, cuando Jesús le dijo: «Extiende el brazo» (3,5). No es tan claro que la persona quiera curarse de
La curación es posible, porque la cercanía de Jesús pone los límites que lo paralizan. Un límite bien administrado
en camino dinamismos de vida dentro del enfermo. puede producir buenos resultados. Si uno se cura, ya
El paralítico es un «personaje representativo» del no hay excusa para huir de ciertos compromisos, para
pueblo marginado y paralizado por la estructura de la justificar cobardías y neutralidades. Con la curación,
sinagoga. Cuando Jesús saca desde el margen al centro hay que asumir la vida de otra manera, encarar situa-
este signo del Reino, la confrontación con el centro es ciones nuevas que asustan, cargar con responsabilidades
inevitable. El paralítico, el pueblo, queda curado; pero que pesan sobre las espaldas. Por eso, a veces resulta
Jesús, definitivamente marcado y perseguido. Fariseos más rentable quedarse tendido en el camastro de la pa-
y herodianos se unen «para acabar con él» (5,6). rálisis.
b) El segundo signo lo tomamos del evangelio de San «Levántate, toma tu camilla y echa a andar» (5,8).
Juan (5,1-47). Una multitud de enfermos yacía en los El enfermo tiene que asumirse, hacer un esfuerzo y
pórticos de la piscina que llaman El Foso (5,2), espe- arriesgarse, intentar dar un paso contra toda la evidencia
rando el signo que bajase del cielo, atentos al ángel que de sus treinta y ochos años de parálisis, creyendo en la
removiese el agua. El primero que tocase el agua en palabra de ese desconocido que se acerca a su soledad.
aquella competencia de enfermos, quedaría sano. Mien-
tras abajo, en el foso, el pueblo sufre sin salida ninguna, ¿Es creíble que debajo de esa costumbre paralizada
arriba, en el Templo, Jerusalén celebra la fiesta (5,1). exista una posibilidad de vida nueva que nunca ha sido
puesta en camino? En el encuentro con Jesús, ese hom-
La fuerza del Reino no baja del cielo, sino que se bre se había sentido tan incondicionalmente amado que
acerca sin espectacularidad alguna por los caminos co- sintió resucitar dentro de sí dinamismos de vida que
munes, en la persona de Jesús, que pasa contemplando parecían agotados para siempre. Arriesgó su gesto y se
detenidamente aquella «muchedumbre». En su contem- curó. «Como había mucha gente en el lugar, Jesús se
plación, Jesús se concentró en un hombre que tenía en había escabullido» (5,13). El hombre no sabía quién era
su cuerpo las marcas de treinta y ocho años de parálisis Jesús. No fue un encuentro religioso. No aparece nin-
y de soledad: «No tengo un hombre que, cuando se agita guna referencia al Mesías. Jesús no le pide ninguna
el agua, me meta en la piscina» (5,7). confesión religiosa en su divinidad para poderse curar.
ftK NIMNIM V I'AHAIIOI AS l'AKA ('()N TEMPLAR LA HISTORIA LOS SIGNOS NO BAJAN DEL CIELO; NACEN EN LA PERIFERIA 69

l'tlp, NliiipIcMK'iilc, un encuentro de calidad insuperable, En la base de la acción de Jesús se desarrolla una
IIIIIplfiiniiK-nlc luiimiiH) como sólo Dios encarnado po- contemplación penetrante, no para escaparse hacia los
ihlii l i m r i l o . cielos, sino para ser fiel y honesto con lo real. «Un hijo
lil conflicto era evidente. Desde «el Foso» salía no puede hacer nada por sí, tiene que verlo hacer al
ahora ese hombre enfermo y pecador, cargando con su Padre. Así, cualquier cosa que éste haga, también el
camilla en sábado, desafiando la fiesta de la ley, de- Hijo la hace igual» (5,19). La acción del Hijo se une a
saliando los caminos conocidos de los dirigentes. «Es la del Padre de tal manera que en ella podemos ver los
sábado, y no te está permitido cargar con tu camilla» gestos y palabras del Padre en el rostro y el acento de
(5,10). Pero el curado ha obedecido a la vida que nació Jesús.
en el encuentro con Jesús.
El fundamento último de la contemplación no está
Jesús quiere completar este primer encuentro y se en el necesario esfuerzo contemplativo del Hijo, sino
va a buscar al paralítico curado al templo. «No vayas a en el amor del Padre, que toma la iniciativa de hacerse
pecar más, no sea que te ocurra algo peor» (5,14). Jesús transparente en la realidad cuando actúa. «El Padre quie-
sana todas las dimensiones de su persona y le ofrece un re al Hijo y le enseña todo lo que él hace» (5,20). El
futuro nuevo, no sólo libre de la parálisis, sino también «ver» del Hijo, tiene su origen en el «enseñar» del Padre.
del pecado, que amenaza y destruye la vida en su raíz. Este «enseñar» del Padre no fue una iluminación que
El curado se convierte en un testigo ante los diri- llenó de claridad sin sombras la vida de Jesús desde el
gentes judíos: «Es Jesús quien me ha dado la salud» comienzo hasta el final, sino que fue haciéndose len-
(5,15). Y Jesús empieza a ser perseguido en Jerusalén, tamente en cada situación nueva, revelándose en medio
«precisamente por lo que acababa de realizar» (5,16). de la costumbre, del imperio rígido de la ley, de lo
catalogado como evidente y normal, e incluso en las
La confrontación que sigue con los dirigentes judíos noches oscuras de la ignorancia y la tentación.
nos permite entrar en su intimidad y nos acerca a su
manera de contemplar la realidad. Toda la acción del Padre puede resumirse en dos
«Mi Padre, hasta el presente, sigue trabajando, y palabras: dar vida. «Así, igual que el Padre levanta a
yo también trabajo» (5,17). Jesús ve al Padre trabajando los muertos y les da vida, también el Hijo da vida a los
en la creación y en la historia, creando vida y libertad. que quiere» (5,21). La misión de Jesús es dar vida en
Por eso la acción de Jesús se une a la del Padre para todas las dimensiones de la existencia alcanzadas por la
crear juntos el Reino que perdona los pecados, y ayuda muerte, luchando contra todas las fuerzas que congelan
al paralítico a acoger el don de la salud. Jesús rompe el y destruyen. Hasta la propia muerte es vencida por esta
esquema del «sábado eterno del Padre», que dejaría a palabra de Jesús que llama los muertos a la vida (5,25).
tantos paralizados presos de sus camastros. El Padre Un designio de vida atraviesa la historia entera y
crea liberando de toda opresión, como el primer día de alcanza en Jesús su luz más intensa. Los dirigentes ju-
la creación sacó la vida del caos y las tinieblas (Gn 1,1). díos, armados con su ideología y su poder, pretenden
II) NHINON V l'AMAIIOI AS l'AKA CONTEMPLAR LA HISTORIA LOS SIGNOS NO BAJAN DEL CIELO; NACEN EN LA PERIFERIA 71

llinllm el designio del Padre a días de la semana, lugares Los dirigentes del pueblo «aceptan gloria unos de otros
Niiyindos, profesiones limpias, geografías privilegiadas, y no buscan la gloria que se recibe sólo de Dios» (5,44).
iipmieneias de manto y filacteria, contabilidad de diez-
mos y primicias... Pero todo cálculo se rompe cuando El templo tiene sus códigos que permiten medir la
la generosidad del Reino se manifiesta en el marginado anchura de las filacterias y el diezmo del comino, contar
de la piscina. el número de pasos en sábado y discutir qué agua es
mejor para las purificaciones rituales. El que cumple
Los dirigentes judíos no tienen capacidad de sor- esta justicia recibe la gloria que puede dar la autoridad.
presa y de admiración. Jesús se deja sorprender por la La gloria que se recibe sólo de Dios es la vida que
vida nueva allí donde aparece como regalo impredecible: a todos se ofrece y no deja muerto ningún rincón de la
«No persigo un designio mío, sino el designio del que persona. El paralítico de treinta y ocho años, que camina
me mandó» (5,30). Si el designio no tiene la raíz última con su camastro bajo el brazo, es la gloria de Dios en
en Jesús, como tampoco la tiene en nosotros, sólo hay medio del pueblo. Sólo de Dios se puede recibir esta
una forma de acogerlo. Hay que dejarse sorprender y gloria, que es una vida que sólo en Dios tiene su origen
ser servidor de la sorpresa allí donde surge. Los diri- y que, una vez que se pone en camino, sigue con libertad
gentes judíos son servidores de sus cálculos propios, del su propia ruta, sin tener nosotros ningún derecho a do-
sistema que ellos mismos han ido generando. Pero la mesticarla en nombre de proyectos personales.
vida que viene del Padre nace fuera de sus estrategias.
La realidad no ha cambiado con la sanación del
«Las obras que el Padre me ha encargado llevar a paralítico. Las estructuras sociales y religiosas siguen
término, esas obras que estoy haciendo, me acreditan en pie controlándolo todo. Pero un pobre paralítico los
como enviado del Padre» (5,16). En definitiva, son ha burlado y se ha escapado hacia el futuro del Reino.
obras de vida las que defienden a Jesús y quedan dando El curado es un signo. Lo posible estaba esperando que
testimonio de él por las plazas y caminos donde se mue- Jesús llegase hasta el camastro de la piscina, lo contem-
ven las mujeres y los hombres revividos a su encuentro. plase bajo esa apariencia excluida y lo llamase a la
Cuando Jesús contempla todas estas personas transfor- existencia.
madas, comprende que, así, el Padre que lo envió va
dejando él mismo un testimonio en su favor (5,37). Los La sociedad no ha cambiado con esta curación de
dirigentes judíos nunca han escuchado su voz ni visto una sola persona. Pero este signo pequeño, unido a otros
su figura (5,37). No han contemplado al Padre, pues no muchos nacidos en la tierra condenada a la esterilidad
lo reconocen en los despreciados que ahora se mueven por los que saben y dominan, ya nos enseña a mirar de
recreados por su designio de vida. manera diferente toda la realidad. El Reino llega con
todo su poder de convocatoria y esperanza.
«Gloria humana no la acepto» (5,41). Jesús nunca
será condecorado por la autoridad y la ciencia que crecen
a la sombra del templo, con sus doctores y su sanedrín.
6
Las parábolas:
aroma y color del Reino

«Con muchas parábolas... les exponía el


mensaje, en la medida en que podían es-
cucharlo. No se lo exponía más que en pa-
rábolas...»
(Me 4,33-34)

Además de los signos del Reino con los que Jesús reveló
su presencia en medio del pueblo, Jesús elaboró pará-
bolas originales con las que explicó al pueblo el misterio
del Reino, enseñándoles a contemplar el plan de Dios
en la historia con los elementos más sencillos de la vida
cotidiana. Con la ayuda de las parábolas, el pueblo en-
trará en el don del Reino y podrá acogerlo en su propia
existencia.

1. Partiendo de la realidad
Las parábolas nos revelan a un Jesús profundamente
inmerso en la realidad y atento a sus detalles más pe-
queños. Los elementos con que nos habla del Reino
están entresacados de una realidad accesible a la obser-
vación de todas las personas.
Jesús contemplaba a los hombres sentados todo el
día en las plazas de las aldeas, esperando con ansiedad
M SKiNOS Y l'AKÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LAS PARÁBOLAS: AROMA Y COLOR DEL REINO 75

que alguien los contratase para trabajar (Mt 20,1-15). 1-13). En los barrios de los pobres, entraba en las casas
Ll imperio romano concentró la tierra en pocas manos, de puerta estrecha al final de callejones angostos (Mt
para cobrar más fácilmente los impuestos y dominar 5,14).
mejor al pueblo. Parte de los campesinos sin tierra emi-
graban a las ciudades, pidiendo limosna, como Lázaro En una sociedad donde se discriminaba a la mujer
(Le 16,19-31), o formaban bandas de ladrones ace- él observaba a ésta con cariño mezclando la levadura
chando en la inseguridad de los caminos, o asaltando con la masa de harina (Mt 13,33), barriendo la casa
las viviendas en medio de la noche (Mt 24,43-44). Los pobre en busca de una moneda de poco valor (Le 15
propietarios de las tierras vivían muchas veces lejos, en 8-10) o remendando los vestidos viejos de la familia
las ciudades grandes, e incluso en países lejanos, y en- (Mt9,16).
viaban regularmente a sus servidores para cobrar sus
intereses. En algunas ocasiones, esta lejanía estimulaba Contemplaba fascinado la belleza de las flores hu-
a los arrendatarios a matar a los emisarios para quedarse mildes de los campos y el vuelo de los pájaros buscando
con la tierra (Le 20,9-18). su alimento (Mt 6,28). Junto con los campesinos de
rostro escrutador, aprendió a leer los signos de la lluvia
Conocía muy bien Jesús el mundo de los jueces o del bochorno (Le 12,54). Los admiró sembrando con
corruptos y la tenacidad de algunos pobres, como la alegría, y tristes al constatar la venganza de un enemigo
viuda, para buscar justicia (Le 18,1-8). En medio de la que durante la noche sembró cizaña (Mt 13,24-30). Sen-
miseria generalizada del pueblo, se indignaba con la sible al misterio de la vida, se asombró ante la pequeña
buena vida de los ricos (Le 16,19-31) y su insensatez semilla (Me 4,30), ante al prodigio de la simiente bajo
ante la realidad de la muerte repentina que troncha el la tierra (Me 4,26-29) y el brotar de la primavera en las
plan de los avaros (Le 12,16-21). Conocía la historia ramas más pequeñas y frágiles de las higueras (Le
de administradores astutos que acumulaban grandes for- 21,29).
tunas rápidas (Le 16,1-8) en medio de la situación de-
sesperada del pueblo. En sus parábolas aparecen animales insignificantes,
como polillas y gusanos (Mt 6,19); animales domésti-
En las calles, Jesús observaba los juegos de los cos, como gallinas que cobijan con ternura a sus po-
niños (Mt 11,1-19), el paso de los levitas y sacerdotes lluelos (Mt 23,37), gallos que cantan en medio de la
esquivando a los necesitados (Le 10,30-37), a los astutos noche (Mt 26,34) y cachorros que comen debajo de la
mercaderes de perlas (Mt 13,45-46), a los fariseos que mesa (Mt 15,26). También aparecen los animales sal-
exhibían sus mantos y a los pastores que traían sus vajes que inquietan la vida, como lobos (Mt 10,16),
rebaños al caer de la tarde y contaban sus historias de zorras (Mt 8,20) y víboras (Mt 12,34).
ovejas y de lobos (Le 15,3-7). Participaba alegre de la
gran fiesta popular de las bodas de sus amigos, veía Jesús visitó hogares destruidos por las riñas fami-
pasar el desfile de las jóvenes con velas encendidas en liares (Mt 12,25) y observó salas iluminadas por las
la noche y comía en el gran banquete nupcial (Mt 25, lámparas de los candelabros (Mt 5,15), baños y perfu-
76 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LAS PARÁBOLAS: AROMA Y COLOR DEL REINO 77

mes (Mt 6,7), telas y remiendos (Mt 4,6), agujas (Mt Jesús no anuncia el Reino como un oráculo recibido
19,24) y llaves (Mt 16,19). desde fuera, desde lo alto, en alguna montaña sagrada,
sino brotando con fuerza en medio de la gente del pue-
También el cuerpo humano es usado metafórica- blo. Toda su sensibilidad estaba impactada por este don
mente para explicar el Reino: Jesús no tiene donde re- de Dios, que emergía gratuito y libre, sorprendiéndolo
clinar la cabeza (Mt 8,20). El ojo es la lámpara del de tal forma que no podía callar lo que veía y oía.
cuerpo (Le 11,34). El hipócrita no ve la viga en su ojo
y sí ve la mota de polvo en el ajeno (Mt 7,35). El Padre El Padre crea una vida nueva en el paralítico de la
tiene contados los cabellos de nuestra cabeza (Le 12,7), piscina, y Jesús, que lo percibe, acude a encontrarlo
nos cuida en lo más mínimo. Presentar la otra mejilla con su oferta de ayudarle a nacer. Jesús mira la realidad
es no entrar en la lógica destructora de la agresión (Mt sin cegueras de leyes, expectativas, costumbres o de-
5,39). Manos, pies, seno, vientre, sexo, corazón, cin- cepciones. Esa libertad en el mirar le permite ver cómo
tura y otras partes del cuerpo humano aparecen engar- los brotes de la primavera del Reino se abren paso atra-
zadas en frases maravillosamente expresivas. vesando la cascara dura del invierno judío.
Leyendo las parábolas, podemos conocer el mundo Por eso, a los enviados de Juan que le preguntan
en el que Jesús se mueve. Sin distorsión ni evasión, con si él es el que tenía que venir, Jesús les responde con
los elementos más simples de su entorno popular, ofi- acciones que dan a luz la liberación que se gesta en la
cios, actividades, situaciones, animales, cosas y cos- entraña de la realidad. Curó enfermos, echó demonios,
tumbres, Jesús elabora las parábolas, que muestran un anunció a los pobres la buena noticia. «Id a contarle a
Reino apareciendo en medio de la realidad, y cómo hay Juan lo que habéis visto y oído» (Le 7,27).
que responder adecuadamente a esa gracia del Padre que
Toda la realidad es para Jesús matriz del Reino. El
es el centro de la historia humana. Se contempla el Reino
Padre trabaja en la historia. Lo sorprendente está aso-
en medio de la realidad, con los elementos más comunes
mando por todas partes, ofreciéndose a todos. Pero
de esa misma realidad. El designio definitivo del Padre
¿cómo ayudar a verlo? ¿De qué manera anunciar este
está al alcance de todos.
amanecer que rompe los esquemas del sistema judío?
¿Cómo utilizar los elementos más sensibles de la vida
cotidiana para trascender la visión vieja de la realidad
2. En la profundidad de lo real y asomarse a lo impensable? ¿Cómo ayudar a compro-
meterse con esta realidad nueva que tiene que ser aco-
Si cualquier elemento de la realidad le sirve a Jesús para gida libremente para que pueda nacer? Este es el desafío
elaborar una parábola del Reino o una comparación más de Jesús.
breve, es porque toda su persona estaba polarizada por
su misión, el anuncio del Reino de Dios. A través de
esa inquietud fundamental observaba cada detalle de la
vida y lo conectaba con su misión.
7K Sl(¡NOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LAS PARÁBOLAS: AROMA Y COLOR DEL REINO 79

3. Las parábolas, creación de un nuevo El Reino de Dios es el gran símbolo para situarnos
sentido de la realidad ante el nuevo comienzo. Es un símbolo abierto, que nos
va revelando su contenido a medida que se va haciendo
Con la llegada del Reino, todo cambia de sentido. El realidad paso a paso, hasta que llegue a su plenitud al
que ríe es un desdichado (Le 6,25), y el que llora un final de la historia.
bienaventurado (Mt 5,4). El fariseo sin tacha sale de Por un lado, Jesús anuncia con todo vigor y claridad
orar con su pecado, y el publicano, pecador de profe- que el Reino ha llegado: «Se ha cumplido el plazo. Ya
sión, perdonado (Le 19,14). Los limpios se descubren llega el reinado de Dios. Convertios y creed en esta
pecadores, y la mujer adúltera recobra una vida nueva buena noticia» (Me 1,15). Éste es el texto más claro del
(Jn 8,1 -11). El maestro de la escritura tiene que aprender evangelio sobre la conciencia de Jesús con respecto al
exégesis del hereje samaritano (Le 10,37). El que acu- Reino. Pero, por otro lado, Jesús no define en ninguna
mula es un insensato (Le 12,16-21), y el que da todo a parte qué es el Reino. No cabe en nuestros conceptos.
los pobres para seguir a Jesús ha entendido la vida (Me Pretender definirlo sería limitarlo. Sin embargo, Jesús
10,21). elabora toda una constelación de parábolas que nos si-
Este sorprendente vuelco de valores, del sentido de túan dentro de este misterio, ayudándonos a identificar
la vida, provocado por el anuncio del Reino, se presenta su presencia entre nosotros y a entrar con toda la persona
realizado en la misma persona de Jesús, de tal manera en su fuerza transformadora.
que la «buena noticia» nos sale al paso en cada una de El lenguaje para introducirnos en esta nueva vida,
sus acciones y palabras. Al contemplar a Jesús estamos que abarca todas las dimensiones de la existencia, no
ante la realidad del hombre nuevo que nace en medio son los conceptos, sino las imágenes y los símbolos,
del orden viejo. Jesús es la perfecta «parábola del Reino que no nos permiten descansar en un conocimiento po-
de Dios». No es sólo un perfecto pedagogo de la realidad seído, del que nosotros somos los amos, sino que nos
existente, sino el creador de un universo nuevo, donde invitan a comprometernos en un viaje sin fin a la hondura
cada dimensión de la persona y cada elemento de la de este misterio que ya se nos hace presente en Jesús,
creación se integran en una síntesis nueva. El dinamismo y que hoy también atraviesa toda la realidad nuestra,
del Reino alcanza hasta la realidad más pequeña. Todo generando el futuro de una vida siempre nueva.
cambia de significado en una trama de la historia donde
los últimos de ayer son los primeros de mañana (Me
10,31). 4. La construcción parabólica
Para explicarse a sí mismo, su propia experiencia como camino hacia lo nuevo
íntima haciéndose y su conducta, y para anunciar el
Reino en sus diferentes dimensiones, Jesús elabora cons- La parábola es un vehículo poético que nos conduce
tantemente parábolas de una belleza y originalidad sin hacia el misterio. Si nos integramos en su dinamismo,
paralelo en la literatura de la época. atravesaremos todas las «normalidades» paralizantes
80 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LAS PARÁBOLAS: AROMA Y COLOR DEL REINO 81

y podremos percibir cómo se manifiesta la «buena no- había imaginado siquiera. El samaritano sobrepasa todo
ticia». lo esperado en su relación con el judío asaltado, al no
a) Jesús recoge en sus parábolas los comportamientos poner ninguna restricción en su ayuda. El ofendido pue-
admitidos por todo el mundo como «normales». Jesús de perdonar setenta veces siete, superando la vieja ge-
conoce bien la cultura en la que se formó, y está abierto nerosidad de perdonar siete veces.
y es sensible a los sucesos y personajes de su mundo, Entrar o no entrar en este nuevo orden presentado
en los que se manifiestan los valores que organizan la y ofrecido en la parábola, es ya optar por trascender el
vida. El que se ajusta a esos valores es una persona mundo habitual o por la cárcel de la normalidad.
normal, integrada en el orden ciudadano, funcional den-
tro del sistema. Y cuanto más quiera progresar en la d) «Anda, y haz tú lo mismo» (Le 10,37). Si Jesús nos
estima social, más debe identificarse con ese orden y revela en la parábola lo «posible» como dimensión más
defenderlo. Es necesario separarse del pecador, el rico profunda de la realidad que lo «normal», es para mos-
tiene la bendición de Dios..., etc. trarnos la oferta del Padre a nosotros, pues el Reino de
Dios es buena noticia, un don que actúa ya en la historia.
b) Al oir la parábola, el que escucha se siente en su El Reino se construye amando al enemigo, como el
mundo conocido y seguro. Le están hablando de lo suyo. samaritano, y perdonando setenta veces siete, y no según
Pero, en un giro inesperado, Jesús desenmascara ese la ley que dice: «amarás a tu prójimo y odiarás a tu
orden. Lo que parece humano es en realidad inhumano. enemigo» (Mt 5,43).
La costumbre es una cárcel.
Encerrar en la cárcel a un deudor que no puede Para los que están completamente identificados con
pagar una suma pequeña, es algo legal y admitido como la ley, la propuesta de Jesús aparece como «exceso»,
práctica cotidiana. Pero resulta intolerable cuando uno como locura. No podemos olvidar que las parábolas de
ha sido perdonado con tanta generosidad por Dios (Mt Jesús son las del crucificado, y que los valores del Reino
18,23-35). Los sacerdotes y levitas encargados del culto contradicen y desconciertan los modelos dictados por
parecen muy cerca de Dios en el templo, pero en realidad los dirigentes.
están muy lejos, porque no hacen nada por el pueblo Pero el que ha experimentado este nuevo dinamis-
saqueado al borde del camino (Le 10,30-37). mo que atraviesa la historia, lleno de alegría vende todo
Jesús rompe de esta manera la seguridad instalada lo viejo para poder conseguir este tesoro, escondido bajo
del oyente, mostrando todo el desamor que se esconde la tierra de la normalidad.
en lo que todo el mundo hace y considera normal. Al
e) El que escucha la parábola y la acoge, permite que
quedar des-equilibrado el oyente ante semejante cons-
la nueva vida se haga realidad en él. En la medida en
tatación, es invitado a entrar en un orden nuevo.
que esta vida recién nacida va dinamizando todo su ser,
c) Por la brecha del desasosiego, aparece en la parábola la misma persona se va haciendo parábola del Reino y
un nuevo estilo de actuar: lo posible, que antes no se rompe la complacencia instalada en lo viejo, empezando
82 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LAS PARÁBOLAS: AROMA Y COLOR DEL REINO 83

la búsqueda del futuro de Dios en la historia, caminando 4,13-20), creadas para responder a las necesidades ca-
siempre hacia un don que va llegando libre, sorpren- tequéticas de la comunidad.
diéndonos siempre en su trascendencia inmanipulable.
Al alegorizarlas parábolas, se limita su significado,
pues se cierra su interpretación a un aspecto ya conocido.
5. Las parábolas, creaciones literarias de Jesús Así pierden su carácter provocativo hacia lo insospe-
chado, dentro de situaciones nuevas en las que el lector
Solamente en los sinópticos hay más de cuarenta pa- del evangelio se acerca a la parábola.
rábolas, cuidadosamente construidas, con una origina- En la parábola, no se trata de hablar bellamente de
lidad sorprendente, siguiendo la línea de la poesía bí- la realidad, sino de utilizar el potencial del relato para
blica (mitos, profecías, oráculos, salmos...). Pero en el asomarnos a una dimensión siempre nueva de la exis-
Antiguo Testamento sólo hay algunas parábolas. tencia que brota en la historia y se hace realidad por la
Las parábolas nacen de la experiencia de Jesús, y acogida del oyente.
por eso mismo, no sólo explican el Reino al pueblo, Las parábolas de Jesús siguen estando plenamente
sino que nos permiten acercarnos también a la intimidad vivas. También hoy siguen siendo un desafío que hay
de Jesús. que desentrañar para poder descubrir la presencia de lo
nuevo. No son indoctrinamiento, sino reto. El mundo
Son accesibles a todos. Están escritas en el lenguaje
de los pobres está lleno de símbolos y parábolas, de
popular y cuentan en términos no religiosos situaciones
narraciones y de imágenes que recogen las vivencias
conocidas por todos. Estas narraciones son utilizadas
colectivas e interpretan su realidad. La cultura popular
como metáforas para situarse ante el Reino que está en
es una tierra privilegiada desde donde leer las parábolas
medio del pueblo y puede ser acogido o rechazado.
de Jesús.
La exégesis actual ha rescatado el sentido unitario
de cada parábola sin transformarla en alegoría. En la
interpretación alegórica, cada detalle de la parábola ten-
dría un sentido especial que habría que buscar. Por ejem-
plo, Lutero, interpretando alegóricamente la parábola
del samaritano, decía que el samaritano es Cristo, el
aceite es la gracia, el vino es la cruz y la pasión, la
posada es la iglesia, las dos onzas son el Antiguo y
Nuevo Testamento, etc.
Ya en el mismo Antiguo Testamento aparecen al-
gunas interpretaciones alegóricas de las parábolas, como
la de la cizaña (Mt 13,36-43) y la del sembrador (Me
7
La conversión al Reino:
de la soledad oprimida
a la comunidad en fiesta

«En el barrio de La Ciénaga, en un rancho


pequeño levantado entre aguas de cloaca
encharcadas, se reúne la comunidad. Doña
Marciala, con sus setenta años de fe y co-
raje, dice: 'Todos tenemos que convertir-
nos. Los grandes tienen que convertirse y
dejar de ser opresores. Los pequeños te-
nemos que convertirnos y dejar de ser opri-
midos. El mundo es una casa común del
mismo Padre'».

1. El camino de la conversión

1.1. La situación del pecador en las parábolas de con-


versión nos señala el lugar desde donde tiene que con-
vertirse. Nos vamos a fijar en el evangelio de Lucas,
con tres parábolas sobre el perdón: la oveja perdida, la
moneda perdida y el hijo pródigo. En ellas, Jesús explica
su conducta a tantos fariseos y letrados que le criticaban
su cercanía y su perdón al buscar la conversión de los
pecadores.
La situación del pueblo, llamado por Jesús a la
conversión, se parece a una moneda perdida entre la
86 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONVERSIÓN AL REINO 87

basura de la casa (Le 15,8-10) y a una oveja sola perdida Tomará la decisión de regresar. Nadie puede su-
al anochecer en el campo (Le 15,4-7). En la parábola plantar su decisión. Pero, en definitiva, no es él quien
del hijo pródigo (Le 15,11-32), la descripción es más se salva a sí mismo. La fuerza que le impulsa a regresar
amplia y dramática. El hijo se encuentra cuidando puer- le llega desde la experiencia de haber sido amado. En
cos ajenos, animales inmundos para un judío, envuelto el momento en que todo se derrumba, surge como la
en la basura, comiendo mal, en una tierra extraña, con única realidad consistente. En esta experiencia fontal,
la intimidad destruida, pues ha llegado a esa situación el Padre va al exilio con el hijo, dentro del hijo, en lo
después de malgastar una herencia, con toda la reso- más hondo de su identidad.
nancia afectiva que tiene un dinero heredado. El amo
que tiene ahora es cruel y no se preocupa para nada de 1.3. Pero hay que iniciar el camino de regreso. A la
su siervo. oveja la trae el pastor sobre los hombros, y la moneda
la alza con alegría la mujer hasta la palma de la mano.
El hijo pródigo tiene que liberarse, en primer lugar, Pero el hijo tiene que regresar solo. Cuanto más lejos
de su propio pasado de derroche, que lo tortura desde se haya ido, más largo es el camino del retorno.
dentro y le ha llevado al abismo de los puercos. Tiene
que liberarse también del amo que le tiene sometido, El amor del Padre también le acompaña y le sos-
que le trata mal, pero que es el único lugar que ha tiene en cada paso, marcado por todas las huellas do-
encontrado para sobrevivir en una situación de hambre lorosas con las que su falsa apuesta ha jalonado su per-
generalizada en la región. Es la seguridad del esclavo. sona. Lentamente va desandando la tierra que antes le
vio pasar como un triunfador.
1.2. La moneda, la busca la mujer barriendo; y a la
oveja, el pastor que camina casi de noche hasta encon- 1.4. El final es parecido en las tres parábolas: la alegría
trarla. Pero al hijo nadie lo busca. El Padre no sale a del pastor se comparte con «amigos» y «vecinos» (Le
buscarlo. ¿Por qué? 15,6); la mujer también «reúne a las amigas y vecinas»
En realidad, hay algo que el hijo no pudo gastar (Le 15,9) para una alegría comunitaria.
nunca. Se quedó sin dinero, sin casa, sin amigos, sin Esta dimensión comunitaria y festiva aparece con
comida. Pero no pudo malgastar y perder la experiencia gran fuerza en la parábola del hijo pródigo como punto
de haber sido amado incondicionalmente por el Padre. culminante de la conversión. La acogida en el encuentro
Esta vivencia, más honda que todos los desastres de su interpersonal del hijo con el padre supera todo lo ima-
camino, le acompañó escondida en las dimensiones más ginado. Pero el acontecimiento afecta a toda la vida
hondas de su personalidad, hasta emerger ahora en me- familiar, y el padre organiza un gran banquete festivo.
dio de su vida fracasada, como la imagen de bondad Es la dimensión comunitaria de la conversión. La co-
que le puede sacar del abismo. Y se plantea dentro del munidad es el punto de llegada.
hijo un debate entre dos alternativas: quedarse preso de
sus errores y del amo, o regresar a la casa, aunque no 1.5 El camino de la conversión aparece claro. El pueblo
merezca llamarse hijo. es invitado por Jesús a liberarse de sus propios dina-
88 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONVERSIÓN AL REINO 89

mismos destructores, que lo mantienen como desterra- mulación, en la que los más pequeños de este mundo
do, y de los amos, que lo tiranizan en esa situación de no pueden sentirse en su casa.
hambre colectiva y de religión legalista. Hay que ca-
minar hacia un mundo que sea la casa paterna donde se 1.8. El problema grande se presenta cuando encontra-
pueda celebrar la gran fiesta de la reconciliación. mos personas y grupos sociales en la situación del hijo
pródigo, no por desvarío personal principalmente, sino
1.6 En este regreso a la casa, el hijo es un modelo. No por la voracidad de los poderosos. Han sido expulsados
se quedó preso de la situación de esclavitud, pensando lejos, a la geografía marginada y peligrosa, sin servicios
que no había salida. Se debatió, se liberó del amo y se sociales elementales. Padecen las órdenes de amos que
puso en camino. No empequeñeció el corazón del padre tratan mejor a sus animales domésticos y propiedades,
pensando que no había perdón para él. No racionalizó como los puercos de la parábola. No tienen casa paterna
su fracaso con falsas ideas que lo eximieran de su res- adonde regresar, porque han sido despojados de sus
ponsabilidad, como echar la culpa a los falsos amigos, hogares y de sus tierras.
a la coyuntura económica negativa... Y acogió la ple-
nitud de la alegría y de la fiesta sin quedar paralizado 1.9. El profeta Ezequiel nos ayuda en la relectura social
por la tristeza, con una eterna cara de lamento por todo de estas parábolas de conversión (Ez 34,1-24). Se ha
su pasado. creado una situación de injusticia tan grande en el pueblo
que «son las ovejas las que tienen que apacentar a los
Años más tarde recordaría esta etapa de su vida pastores» (34,2), porque los pastores «se comen su en-
como la gran oportunidad para conocer plenamente al jundia, se visten con su lana, matan las más gordas, y
Padre y sentirse completamente hijo en su propia casa. a las ovejas no las apacientan» (34,3). Dios mismo apa-
rece como el buen pastor de la parábola de Lucas. «Yo
1.7. Aunque se manifestase de manera diferente, el pro- mismo en persona buscaré mis ovejas siguiendo su ras-
blema del hijo mayor de la parábola era similar al del tro..., las libraré sacándolas de todos los lugares por
hijo menor. Las «cosas» interferían la relación con el donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarro-
padre: «Dame lo que me toca» (Le 15,12), dijo el menor. nes» (34,12-13).
«A mí nunca me has dado un cabrito para compartirlo
con mis amigos» (15,29). También el hijo mayor ponía A la «casa paterna», a la tierra compartida de la
las cosas en el centro de la relación. Pero también él es fraternidad humana, conducirá Jesús a las ovejas per-
invitado a superar ese nivel. Es necesario entrar en la didas y heridas por la voracidad de los dirigentes del
gratuidad de la fiesta y de la relación con el padre y los pueblo (Jn 10,1), que se comportan como «un ladrón y
hermanos. Aferrarse a las cosas es impedir que la re- un bandido» (10,1), o por el abandono de su misión.
lación con el padre y con los demás llegue a su plenitud.
La reconciliación con el hermano se hace imposible. 1.10. Todos son llamados a la conversión por Jesús.
La condición de hijo nunca se pierde. El Reino invita
Por poner las cosas en el centro de nuestras rela- a caminar a todos desde sus dispersiones y rupturas,
ciones, vivimos en una sociedad de competencia y acu- tanto personales como sociales. Este difícil arranque es
90 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONVERSIÓN AL REINO 91

un don que se ofrece a todos los que quieran acogerlo. Con este perdón pequeño, Carlos fue avan-
Convertirse, dirigirse hacia un mundo como casa co- zando hacia la muerte en paz».
mún, resulta una amenaza para todos los que están bien
instalados en su «justicia» o su «riqueza». Es difícil La conversión al Padre se complementa con la conver-
dejar escapar de las manos a los oprimidos, las riquezas sión al hermano. Sólo desde un corazón que perdona al
o el propio acomodo religioso. Para los pequeños es una hermano, como expresión de la experiencia de haber
buena noticia, pero exige también arriesgarse y dejar sido perdonado por el Padre, se puede construir un mun-
atrás comportamientos paralizados. Para todos se ofrece do como casa común, dentro del dinamismo del Reino.
como don del Padre la posibilidad de la conversión y Pero el perdón pertenece a una de esas dimensiones de
de la fiesta comunitaria en un mundo reconciliado. la vida humana que no se pueden exigir ni arrancar por
la fuerza, sino solamente esperar y acoger. En situacio-
nes especialmente duras por la gravedad de la ofensa,
2. Del perdón recibido al perdón regalado puede ser una de las expresiones más formidables de la
fuerza transformadora del amor de Dios, que orienta los
«Carlos fue arrollado por un camión mien- impulsos destructores hacia la reconciliación y la vida.
tras cruzaba la carretera al amanecer del
domingo, después de una noche de ron. El evangelista Mateo nos sitúa ante esta realidad
En el hospital, saturado de enfermos y vacío del perdón al hermano (Mt 18,21-35). La parábola de
de medicinas, sólo estuvo unas horas. Como los dos deudores nace de una pregunta de Pedro a Jesús:
estaba muy herido, lo enviaron a morir a su «Si mi hermano me sigue ofendiendo, ¿cuántas veces
ranchito de palma, construido en el lecho lo tendré que perdonar?» (Mt 18,21). No siete veces,
seco del río. según la ley, sino setenta veces siete, es decir, siempre,
según el evangelio de Jesús. Sólo desde un corazón que
Carlos tenía un enemigo. Cuando era mi- perdona siempre, se puede construir la comunidad nueva
litar, había molido a golpes en una celda de
del Reino.
la cárcel a un vecino llamado Radamés. Y
Carlos no quería morir sin el perdón de su
Un rey quiere liquidar cuentas con sus empleados.
enemigo.
Uno de ellos le debe una suma enorme, absolutamente
Durante varios días enviaron emisarios a impagable. Probablemente, se trata de un caso de mal-
Radamés para que viniese y se reconcilia- versación de fondos en gran escala. El empleado es un
sen. Pero Radamés no perdonaba. corrupto que ha abusado de la confianza puesta en él.
Después de rogarle muchas personas, Ra- La venta del deudor, con su familia y todos sus bienes,
damés cedió. 'Díganle a Carlos que, si se sólo podría compensar una parte pequeña de la deuda.
muere, lo perdono. Pero, si vive, no lo per- Por eso resulta ridicula la petición del deudor: «Ten
dono'. paciencia conmigo, que te lo pagaré todo» (18,26).
92 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONVERSIÓN AL REINO 93

La respuesta del rey es sorprendente. No actúa des- pero su conducta resulta mezquina e irritante ante la
de los rigores permitidos de la ley. No sólo renuncia a generosidad del Rey.
venderlo como esclavo juntamente con su familia y to-
Para construir la comunidad del Reino es necesario
dos sus bienes, sino que, además, le perdona la deuda
entrar en el dinamismo de este amor, que es capaz de
entera. Así le ofrece un tiempo nuevo, una existencia
transformar una existencia legalmente condenada al cau-
liberada del peso abrumador de tener que trabajar toda
tiverio en una existencia liberada. Sólo así se pueden
la vida para liquidar una deuda impagable. La genero-
romper los esquemas cotidianos de esclavitud. «Setenta
sidad del rey lo salva de una vida hipotecada, y va mucho
veces siete» hay que contemplar el amor de Dios, y
más allá de lo que el servidor le ha pedido.
setenta veces siete hay que ofrecer un tiempo nuevo a
Pero este mismo empleado aparece enseguida en los deudores de la vida cotidiana.
posición diferente. De deudor, ha pasado a ser acreedor.
Otro empleado, que le debe una suma pequeña y pa- El perdón de Jesús rompe todos los esquemas de
gable, le hace la misma petición que antes le había hecho entonces y de ahora. El perdón fraterno es necesario
él al rey: «Ten paciencia conmigo, que te lo pagaré» para construir la tierra nueva. Pero no se puede imponer
(18,29). Pero su reacción es cruel. Primero lo agarró ni exigir. Tiene que brotar libre de un corazón que ha
por el cuello, casi estrangulándolo, y después lo metió experimentado el perdón sin medida de Dios.
en la cárcel «hasta que pagara lo que debía». (18,30).
El rey, al enterarse, llamó al mal empleado. «Cuan- 3. Signos vivos de reconciliación
do me suplicaste, te perdoné toda aquella deuda. ¿No
era tu deber tener también compasión de tu compañero Jesús es un signo vivo de reconciliación. En su persona
como yo la tuve de ti?» (18,31). se acercan a los pecadores el perdón de Dios y el perdón
Con esta pregunta fundamental termina la parábola del hermano, unidos de manera inseparable. Llama a la
de Jesús en su sentido original. El añadido redaccional conversión sentándose a la mesa de los pecadores, ricos
de Mateo (18,34-35) le da un acento escatológico, pero y pobres, excluidos de la comunidad religiosa judía. Los
nos puede desviar de la intención de Jesús. Es necesario busca allí donde han quedado atrapados, tanto por sus
mirar constantemente cómo Dios perdona, para aprender propios desvarios como por las estructuras excluyentes.
a perdonar como él. Los invita a sentarse con él en la gran mesa del Reino.
El centro de la parábola es el perdón de Dios, que Con los grupos instalados en su prepotencia reli-
nos ama cuando somos pecadores, dilapidadores de los giosa y de poder, cerrados al Reino, Jesús utiliza un
bienes de la creación y destructores del hermano, como lenguaje que se va endureciendo a lo largo de su vida,
el mal empleado. Este perdón rompe todos los esquemas para que puedan verse a sí mismos en imágenes muy
de la legalidad cotidiana. El mal empleado actúa «le- duras: «Raza de víboras», «sepulcros blanqueados»,
galmente» con el pequeño deudor al meterlo en la cárcel, «ciegos», «devoradores de los bienes de las viudas po-
94 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

bres»... (Mt 23,1 ss). En este espejo de la palabra pueden


ver su realidad. Este lenguaje nace del amor que ofrece
8
perdón y vida nueva. El amor se refleja en la cercanía El misterio del Reino:
de los encuentros interpersonales con judíos del sistema,
como Nicodemo. Pero cuando habla de los poderosos
confianza en la fuerza
como grupo, su palabra es como una espada, siguiendo que asoma en lo pequeño
la trayectoria del lenguaje profético.
La conversión del oprimido al Reino de Dios es
«En muchas situaciones de la vida, al pue-
algo sorprendente cuando refleja en su propia persona blo se le acaban las razones para explicar
reconciliada este amor de Dios. Lleva en su cultura y lo que sucede y los caminos para conseguir
en su sangre agresiones y esclavitudes centenarias y, sin lo que necesita. Puede ser una tragedia ful-
embargo, no entra en las dialécticas destructoras del ojo minante o una buena noticia; una larga se-
por ojo... Ha mantenido la ternura indemne de las he- quía que paraliza todo el campo o la lluvia
ridas recibidas. repentina que le devuelve el movimiento a
Cuando trata de salir de la opresión, sea con gestos la tierra. Entonces, el pueblo nos refiere al
misterioso actuar de Dios, en la historia, allí
y palabras duros de profeta, sea con la cercanía del
donde se alimenta la consistencia última de
encuentro interpersonal, está convirtiéndose al Reino de su fe. 'Dios es el que sabe', nos dicen con
Dios, liberándose de los amos que lo quieren retener certeza confiada».
cuidando puercos y caminando hacia la casa del Padre,
hacia un mundo sin opresión. Está impulsado por la
experiencia íntima del amor de Dios, de su dignidad de 1. Esta palabra del pueblo, breve y certera, es más sabia
hijo, impresa para siempre en su identidad más profunda que el discurso de Job y que muchas palabras nuestras
y que ningún pecado personal ni esclavitud estructural sobre el «designio secreto» (Ef 1,9) de Dios. «¿Quién
puede extirpar. El perdón del Reino de Dios, no sólo es ese que denigra mi designio con palabras sin sentido?»
recompone de manera limitada los pedazos que quedan (Job 38,1). El pueblo afirma que él «no sabe», pero al
de una personalidad rota por el pecado, sino que ofrece mismo tiempo siente plena confianza más allá de lo que
al pecador entrar en el dinamismo de una vida radical- ve, y en esa confianza todo se integra dentro de él,
mente nueva, de extraordinaria fuerza y creatividad. porque Dios «sí sabe». En su experiencia del Dios de
«El perdón del Reino de Dios se parece a la historia es posible confiar así en medio del misterio.
un naranjo exhuberante, pero que produce
En el contexto de la buena noticia del final del
frutos agrios. Cuando se poda y se le injerta
una rama de un naranjo de buena calidad, exilio en Babilonia, ante las resistencias a pensar en el
toda su enorme vitalidad se orienta a pro- regreso, Isaías pregunta al pueblo: «¿Quién ha medido
ducir una gran cosecha de naranjas exce- el Espíritu del Señor? ¿Quién le ha sugerido su pro-
lentes». yecto?» (Is 40,12-13).
96 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA EL MISTERIO DEL REINO 97

El Reino de Dios tiene una dimensión de misterio (4,32). La fuerza de vida encerrada en la semilla en-
en la historia, primeramente porque tiene su origen en vejece y se extingue si no hay una mano que confíe en
el corazón de Dios. No sólo en el momento inicial, su pequenez y arriesgue su tierra, su tiempo y su trabajo.
cuando Jesús lo anuncia desde su pequenez ciudadana La siembra es la acogida del misterio, la entrega a los
de carpintero galileo. Constantemente se origina en el signos pequeños del regalo que nos llega, desde el co-
misterio de Dios la «buena noticia» que amanece y se razón de Dios, envuelto en la discreción y respeto del
estrena cada mañana. misterio.
Inagotablemente, el Reino recibe su fuerza que 3. También se muestra la fuerza misteriosa del Reino
nada puede detener, desde el compromiso de Dios con en la parábola de la semilla que «crece por sí misma»
nosotros. Él es «origen» que lanzó el universo a la exis- (Me 4,28).
tencia, «camino» por donde transitar cada paso, y
«meta» que atrae toda la historia hacia su encuentro (Rm Cuando la semilla está enterrada, ella conoce su
11,36) desde todas las dispersiones y rupturas que nos camino y lo va recorriendo paso a paso, tanto cuando
dividen y confrontan. el campesino puede cuidarla, «cuando se levanta», como
cuando la deja en su soledad, «cuando duerme». La
Jesús mismo es el servidor de este proyecto, que semilla avanza en su trayectoria cuando las circunstan-
muchas veces lo envuelve en su misterio y lo sorprende cias son más favorables, porque «es de día» y hay luz
con su iniciativa surgiendo desde los seres más desva- y calor, como cuando «es de noche» y el ambiente es
lidos. A este misterio, que es proyecto y presencia, le menos propicio. Debajo de la tierra, en la discreción
entrega toda su persona. «Venga a nosotros tu Reino» del silencio absoluto, «la semilla germina» y va cre-
(Mt 6,10). Al pedirlo nos abrimos a ser sorprendidos ciendo, superando la capacidad de comprensión del cam-
por el misterio. pesino, «sin que él sepa cómo». Incluso al margen del
2. Esta fuerza extraordinaria se manifiesta en su co- esfuerzo del agricultor, «por sí misma la tierra va dando
mienzo pequeño. «El Reino de Dios se parece a un grano fruto», superando etapas bien precisas que de ninguna
de mostaza... la más pequeña de todas las semillas» manera se pueden violentar ni suprimir por cualquier
cuando se siembra. Sin embargo, va subiendo hasta ser atajo de ingeniería impaciente. Tallo, espiga y fruto
«la hortaliza más grande de todas»... (Me 4,31-32). conducen toda la vitalidad de la semilla hasta la plenitud
En la parábola se enfatiza el contraste entre el co- de la siega, que se convierte en una gran fiesta cam-
mienzo de una semilla insignificante, que casi se pierde pesina, porque se da el «grano apretado en la espiga».
entre las arrugas profundas de una mano campesina, y Esta parábola quiere acentuar la fuerza del Reino,
el resultado final. En la semilla está encerrada una fuerza que ya está sembrado en la historia y que llegará a su
de crecimiento que el campesino acoge en su mano, plenitud escatológica desbordando todo conocimiento
pero que no viene de él, ni tampoco acierta él a explicar. humano que quiera apresarlo en sus esquemas y supe-
Entre la semilla y el fruto final, se encuentra la rando parciales faltas de colaboración. De ninguna ma-
apuesta confiada del campesino: «cuando se siembra» nera se desprecia el aporte humano. Pero nuestras li-
98 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA EL MISTERIO DEL REINO 99

mitaciones no detendrán la plenitud del Reino ni deben El misterio del Reino se oculta entre la complejidad
desalentar una entrega de confianza absoluta a su mis- de lo real. Sin embargo, es como la levadura en medio
terio. de la masa (Mt 13,33; Le 13,20-21). Una cantidad muy
pequeña de levadura fermenta una gran medida de ha-
4. La parábola de sembrador (Me 4,3-20; Mt 13,3-23) rina. La fuerza del Reino pasa por este sorprendente
nos muestra cómo el Reino se abre camino en medio proceso, en el que parece extinguirse, y se hace im-
de rechazos parciales por la respuesta deficiente de la posible definir sus contornos, medir su eficacia, situarla
persona. en el tiempo, decantar su presencia en las nuevas sín-
Tal como nos presentan esta parábola los evange- tesis. Pero la historia fermenta para que nazca el Reino
listas Marcos y Mateo, Jesús la propone primero a todo de Dios.
el pueblo, y después, en la intimidad comunitaria, ex- 6. En la raíz primera del compromiso por el Reino está
plica a los discípulos cada detalle. La parábola proviene esta experiencia de su fuerza, que nos sorprende al apa-
de Jesús, pero la explicación es alegórica y está cons- recer en lo pequeño, en eficacias no controlables ni
truida por la iglesia primitiva para significar, en los analizables en su última dimensión, en cosechas abun-
distintos tipos de terreno, las diferentes respuestas de dantes a pesar de rocas y de espinos.
los que escuchaban la palabra de Dios. Invitaban a ser Esta dimensión del Reino nos sitúa ante el misterio
buena tierra, ante la predicación de la palabra. Sin em- de la desproporción entre comienzos humildes y final
bargo, en la intención de Jesús se destaca la vitalidad de plenitud. Podemos constatar y admirarnos, pero de
de la siembra, que dará una gran cosecha, de treinta, ninguna manera controlar y creernos los amos absolutos
sesenta y ciento por uno. La pequenez y humildad de de los procesos históricos. Somos los servidores de una
la siembra, del trabajo por el Reino experimentado por fuerza que pasa por nosotros, pero no somos sus amos.
Jesús y sus discípulos, contrasta con esa plenitud de El problema de muchas ideologías y poderes es que
gran cosecha que llega hasta el ciento por uno. Caminos, pretenden saber demasiado de la historia y manejar su
rocas y zarzas expresan la realidad refractaria al Reino misterio como jefes.
de Dios, donde los esfuerzos del comprometido se pier- Entre los pequeños de este mundo, este misterio apa-
den. Pero esa dimensión de fracaso inicial no puede rece más sorprendente, pues se encarna en los más dé-
detener la plenitud del Reino que germina en la historia. biles de la tierra, y aparece más cercano y transparente,
pues no hay títulos ni prestigios adquiridos que lo es-
5. Muchas veces, el Reino de Dios se encarna en per- condan ni disimulen su gratuidad insobornable. Por los
sonas y grupos pequeños, como el comienzo humilde caminos sin asfalto y en los callejones estrechos, el
de la predicación de Jesús. No sólo aparecen estos gru- misterio del Reino camina más insondable en su gran-
pos insignificantes en medio de todo el poder de la deza cercana.
estructura oficial, sino que parecen realmente absorbidos 7. Es necesario mirar al pobre real, y no simplemente
y digeridos por el sistema, con sus instituciones bien al pobre ideológico, donde podemos reducir la persona
organizadas. a un papel asignado desde nuestros esquemas de com-
100 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

prensión de la realidad. Hablamos del pobre real, con


rostro, nombre y domicilio, con las heridas de la opre-
9
sión en su psicología y en su cuerpo, y con todas sus Lo nuevo del Reino:
potencialidades. Asignarles protagonismos que no to-
men en cuenta su realidad, es una falta de respeto.
vigilancia para discernirlo
Si Jesús habla del comienzo pequeño, pobre, ocul- y acogerlo
to..., es porque conoció muy de cerca a los pobres reales
de su tiempo, empezando por sus mismos discípulos,
tan torpes para entender sus enseñanzas y para desligarse
de la vieja mentalidad judía. «Una comunidad de religiosos se fue a vivir
Sin embargo, esta constatación no viene a frustrar, a un barrio marginado. Primero alquilaron
sino que es una confirmación más honda y realista de un ranchito de madera vieja. Después lo
la enseñanza de Jesús. Es desde hombres y mujeres compraron. Así, sus vecinos sentían que
marcados por los golpes de la marginalidad desde donde pertenecían más a su mundo.
se nos invita a contemplar la fuerza del Reino, que Una autoridad eclesial sentenció: 'Es im-
supera las posibilidades constatables al poner en marcha posible que vivan en esa pobreza. No re-
dinamismos sorprendentes. «¿Cómo se hará esto?» (Le sistirán'.
1,34). ¿Cómo se atraviesa el abismo entre la utopía Un teólogo dijo: 'Su doctrina está conta-
propuesta y la realidad constatable? Es el asombro, que minada con mucha ideología'.
deja paso a la contemplación y a «la fuerza» que viene
de Dios (Le 1,51) cuando la historia se abre, en el Un compañero exclamó: 'No podrán con-
corazón de sus seres más golpeados, a una confianza vivir en comunidad. Son muy inmaduros'.
sin límites. Pero un desempleado del barrio vio que algo
nuevo nacía y, lleno de entusiasmo, dedicó
«El Reino de Dios se parece al nacimiento de un niño todo su tiempo a formar la comunidad cris-
en uno de nuestros ranchos más pobres. El niño es la tiana. Para sobrevivir, fue empeñando en la
máxima debilidad, y su familia no tiene muchos re- compraventa la ropa que tenía.
cursos. Pero una vida tan pequeña y frágil alegra el
corazón de sus padres, les da fuerza para pasar todas Una madre de siete hijos, tartamuda, se sin-
las dificultades buscándole alimento y medicinas, atrae tió impulsada a expresar la vida nueva que
a las vecinas solidarias, reconcilia enemistades fami- sentía dentro y se fue convirtiendo en una
liares, congrega a los niños del barrio y mueve el co- animadora de la comunidad y, más tarde,
razón de los hombres más duros en un momento de en una dirigente de organizaciones popu-
emergencia. Cuando el Reino de Dios aparece pequeño lares.
en nuestra historia, despierta una sorprendente fuerza
de vida nueva en cada uno de nosotros». Un alcohólico, habitualmente silencioso,
dijo alegre ante sus amigos de ron al ver
102 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LO NUEVO DEL REINO 103

pasar un padre: 'Éste es nuestro padre, y «Nadie recorta una pieza de un manto nuevo
vive con nosotros'. para echársela a un manto viejo; porque el
Así, gracias a la acogida de los pobres, la nuevo se rompe, y al viejo la pieza del nue-
comunidad religiosa se fue fortaleciendo. vo no le pega» (Le 5,36).
Tenían razón los que decían que la pobreza
era muy dura, que la doctrina tenía ideo- Ni por estética ni por eficacia es concebible romper un
logía y que eran inmaduros. Pero su con- manto nuevo para remendar un vestido viejo. Jesús ex-
clusión fue equivocada. No habían perci- presa su conciencia de que con él ha llegado al mundo
bido lo nuevo que Dios estaba construyen- lo radicalmente nuevo. Se sitúa en la línea de los anun-
do, la fuerza del evangelio que se abría paso cios proféticos del Antiguo Testamento. La alianza nue-
en el mundo de los pobres, que llamaba,
va (Jer 31,31-14), el corazón nuevo y el espíritu nuevo
acogía y purificaba a la comunidad de re-
ligiosos. Sin esta fuerza nueva del Reino (Ez 36,26) llegarían en los tiempos mesiánicos.
encarnada entre los pobres, ¿no se habría Jesús no anuncia un simple remiendo en el sistema
extinguido la comunidad de religiosos?». judío ni un «arreglo de fachada». El vestido no es algo
externo simplemente, sino el símbolo de toda la per-
sonalidad que cambia ante la llegada del Reino. Pablo
se expresará de la misma manera cuando hable de «ves-
1. La oferta de Dios en la historia es nueva e impre- tirse de Cristo» (Gal 3,27). Jesús anunciará un man-
decible. La novedad del Reino es original e inagotable. damiento nuevo, una alianza nueva. Con él llega una
El que ha entrado en el dinamismo del Reino, con sus manera nueva de vivir.
comienzos pequeños, no puede ser sólo fiel al pasado La misma idea se expresa en la parábola del vino
conocido, pues desde el centro de la realidad se abre nuevo (Le 5,37).
paso lo desconocido. El oriente por donde amanece el
Reino no tiene lugar fijo, y su hora no puede ser cal- «Nadie echa tampoco vino nuevo en odres
culada. viejos, porque, si no. el vino nuevo revienta
Pero tampoco el ladrón tiene hora fija, ni el ene- los odres, el vino se derrama, y los odres
migo sembrador de mala hierba. Los dos están al acecho, se echan a perder» (Le 5,37).
en la hora de la oscuridad y del sueño, para robar y
sembrar su propio proyecto. El mosto reciente de la nueva cosecha, no se puede
La vigilancia y el discernimiento son necesarios poner a fermentar en odres viejos, porque éstos revientan
para distinguir la novedad del Reino en medio de las y se pierde todo. Los moldes de la sociedad judía no
astutas ofertas de «la tiniebla». pueden recibir la novedad del Reino que ya está fer-
2. El Reino de Dios llega como algo radicalmente nuevo mentando en la historia.
en medio de la sociedad judía, rígida y vieja, que se Estas dos pequeñas parábolas se refieren directa-
agota en el límite de sus posibilidades. mente al mundo judío. Pero el reinado de Dios sigue
104 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LO NUEVO DEL REINO 105

desbordando siempre los moldes en los que hemos en- Todos los espíritus vigilantes que acogen lo nuevo
cauzado nuestra vida personal y social, y sigue sor- de Dios en medio de la noche descubren, finalmente,
prendiéndonos. que resultan transformados por la misma novedad a la
3. Tampoco somos dueños de «la hora» en que las nue- que sirven.
vas propuestas de Dios van llegando a nuestro tiempo. 4. La noche aparece en varias parábolas de vigilancia.
No es posible calcular la hora. Sólo es posible consta- Es tiempo de oscuridad, de cansancio, de incertidumbre
tarla con un espíritu vigilante. y ansiedad. Hasta el ladrón puede llegar en medio de
Lo impredecible de la llegada de Dios, tanto en su la noche (Le 12,39). Es necesario vigilar: «Estad pre-
realidad escatológica como en sus ofertas cotidianas, parados, pues cuando menos lo penséis llegará este hom-
queda reflejado en la parábola del amo que se ha ido bre» (12,40). Esta misma enseñanza aparece al final de
a una fiesta de bodas (Le 12,35-38). la parábola de las diez jóvenes que tomaron sus lámparas
A lo largo de toda la noche, los criados permanecen para recibir al novio y, cuando éste llegó, se quedaron
en vela, «encendidas las lámparas» (12,35), y prepa- fuera del banquete de bodas: «Por tanto, estad en vela,
rados para servirle, «con el delantal puesto» (12,35). pues no sabéis ni el día ni la hora» (Mt 25,13).
Pero lo sorprendente de la parábola es que el señor Ante lo impredecible de la hora en que llega lo
rompe todas las costumbres sociales. Toda la situación nuevo del Reino, es necesario vivir con un espíritu vi-
está preparada para servir al amo cuando llegue cansado gilante y preparado. Entonces experimentaremos que
en medio de la noche: somos nosotros «los servidos», y él el servidor.
«Dichosos estos servidores si el patrón, al 5. La novedad del Reino se acerca a nuestra realidad
llegar, los encuentra en vela: os aseguro que muchas veces en signos discretos que es preciso dis-
él se pondrá el delantal, los hará recostarse cernir.
y les servirá uno a uno» (Le 12,37). La pequeña parábola del brote de la higuera (Le
Esta imagen del patrón con el delantal a la cintura es 21,29-31) está situada al final de un discurso escato-
profundamente impactante y viene a quebrar todos los lógico. Pero en los «últimos tiempos» vivimos ya, aun-
modelos de «señorío» conocidos. Dios es en la historia que el Reino no haya llegado a su plenitud. Ahora se
el que nos sirve, pues el servicio es la única fuerza de manifiesta en toda su pequenez de brote marginal, de
liberación. Jesús plasmará en toda su persona esta ima- signos que se asoman rompiendo la corteza. En las ramas
gen de Dios. En la última cena, en la noche profunda más frágiles, se han estado preparando dentro de esa
de su misión, con la toalla ceñida a la cintura para lavar apariencia de muerte que presentan algunos árboles du-
los pies a sus discípulos, Jesús nos enseñará que éste es rante el invierno. El ojo vigilante descubre las señales
el camino único para construir el Reino. Él es «Maestro de que el frío se aleja, y se acerca el verano con su color
y Señor» sirviendo (Jn 13,13), y nosotros seremos «fe- y su cosecha.
lices» (13,17) si lo seguimos. Este es «el mandamiento Esta parábola es de vida, pues los brotes anuncian
nuevo» (Jn 13, 33-35). fruto futuro, aunque el contexto en que está situada sea
106 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LO NUEVO DEL REINO 107

de ruptura con el orden presente y de destrucción, con una búsqueda tenaz. La búsqueda es el elemento que se
signos cósmicos estremecedores como el rugido del mar quiere resaltar.
(21,25) y el tambalearse de los astros (21,26). También En realidad, búsqueda y hallazgo, gratuidad del
hoy los signos de la vida nueva aparecen en medio de tesoro no buscado y esfuerzo de discernimiento del mer-
un mundo que exhibe su poder de muerte y su tecnología cader, se complementan. El Reino llega como don, pero
a punto para la destrucción. hay que descubrirlo en medio de la tierra que lo esconde
De todas formas, somos invitados a ser expertos y de tantas perlas de poco valor que se exhiben en los
en el reconocimiento de estos signos discretos de la vida, mercados.
en contraste con el estrépito de todas las fuerzas de
muerte que luchan en la historia como un invierno que Finalmente, llega la decisión. Los dos venden todo
quiere congelar la vida. lo que tienen, lo que son sus seguridades y pertenencias
de toda la vida. Nada viejo queda, nada poseído. La
Jesús pregunta a las gentes de su pueblo, expertas decisión no llega arrancada por el miedo de una ley,
en descifrar los signos de la naturaleza que anuncian el sino por la alegría del hallazgo, para quedarse sólo
aguacero y el bochorno, cómo no saben discernir los con lo nuevo, perfectamente libres para acoger el orden
signos de la historia: «¿Cómo es que no sabéis interpretar nuevo.
el momento presente?» (Le 21,56).
Para los que no tienen ojos para ver los signos del
6. El que descubre la oferta del Reino toma una decisión Reino, esta decisión es una locura: darlo todo a cambio
que compromete toda su vida. Cambia todo por este de nada. Para el que descubre el Reino y se decide, esa
brote germinal y discreto, que para otros resulta escon- es la gran oportunidad de su vida, el gran hallazgo que
dido como un tesoro bajo la tierra o pasa desapercibido hace mirar todos los valores del pasado como basura.
como una perla fina entre otras de bajo precio.
La parábola del tesoro enterrado en el campo (Mt 7. Después de este descubrimiento, ya no se puede con-
13,44) resalta la alegría del que lo encuentra. Se trata cebir la vida simplemente como una fidelidad al pasado.
de un hallazgo inesperado. Encuentra lo que no buscaba. Es necesario ser fieles al futuro, a lo que no es más que
Pone de relieve la gratuidad del don. Era una costumbre un brote germinal, con todos los riesgos inherentes a la
antigua esconder en cofres monedas y joyas, en tiempo ambigüedad personal y de las instituciones a las que
de guerra o de destierro o para defenderse de los ladro- pertenecemos.
nes. «Nacemos de lo que dejamos». El futuro nace por
En la parábola de la perla, el que la encuentra es el mismo centro de la realidad, desde la «fermentación»
un buscador inquieto. (Mt 13,45-46) que recorre ca- de la historia. Dios es trascendente, pero eso no significa
minos y mercados, que se ha hecho experto a fuerza de que esté lejos, en una inaccesible distancia, sino que no
examinar muchas perlas, hasta que encuentra la que se le puede apresar en ninguna situación cerrada, porque
desborda todos sus sueños. El hallazgo se da al final de siempre las abre ofreciendo lo nuevo. La única posi-
108 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

bilidad de permanecer con él es caminar con él hacia el


futuro. 10
Pero es desconcertante su manera de actuar. Un La creatividad del Reino:
Dios de delantal a la cintura, sirviendo a los últimos de
la historia, que sólo han sido educados para servir a los inventar caminos
grandes, nos sitúa de una manera nueva para descubrirlo para lo nunca visto
entre los que sirven, para estar vigilantes al lugar y estilo
de su actuar.
Este descubrimiento del Reino no nos afecta par-
cialmente, como un remiendo. Afecta a toda la persona. «Un grupo de campesinos sin tierra ocupa
«Si uno no nace de nuevo, no puede ver el Reino de unas parcelas baldías del Estado, de las que
Dios» (Jn 3,3), no puede leer los signos discretos del se ha apropiado ilegalmente un terratenien-
Reino en los que Dios nos ofrece el futuro. te. Durante años, organizados en una aso-
ciación, habían intentado conseguir tierra
La paz y la alegría que se encuentran al final de para trabajar. Pero todos sus esfuerzos se
discernimientos bien hechos, son la señal de que nuestra fueron perdiendo en caminos falsos, ofici-
apuesta por el Reino nos respeta como somos, y que nas, reuniones, cartas, promesas y protes-
hemos encontrado un sentido que se nos ofrece fuera de tas. Los campesinos ocuparon pacíficamen-
las lógicas dominantes de acumulación y competencia. te la tierra, acompañados de su párroco y
de algunas religiosas.
Si no estamos vigilantes, si no discernimos, sere-
mos llevados adonde no pensamos por fuerzas incons- La guardia llegó y se llevó preso al primer
cientes que van haciendo su camino clandestino dentro grupo de campesinos. Otro estaba prepa-
de nosotros. rado para ocupar de nuevo la tierra. Así
continuaron todo el día, hasta que el patio
«El que no discierne el Reino de Dios es de la cárcel se llenó de presos. Los cam-
como un hombre descuidado que colgó en pesinos se mantenían tranquilos, cantando
la pared de su rancho viejo un cuadro de himnos religiosos. Su obispo los visitó y los
madera. Pasado algún tiempo, se puso a bendijo.
pensar qué haría con el cuadro, y decidió En la tierra siempre quedaba un grupo nue-
regalarlo a su mejor amigo. Pero cuando vo con su párroco. La solidaridad de otras
descolgó el cuadro, se dio cuenta de que la asociaciones y comunidades empezó a ma-
carcoma del rancho había entrado en él y nifestarse con comunicados, visitas y ayu-
lo había invadido completamente. Sólo dejó das para que la lucha no se rompiese por
intacta la superficie exterior, fina como un falta de recursos.
papel. Ya sólo servía para tirarlo a la basura. La opinión pública se fue haciendo solida-
En el silencio y la oscuridad, la carcoma ria. Durante semanas, la tierra ocupada se
decidió el futuro del cuadro».
LA CREATIVIDAD DEL REINO 111
110 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

el designio del Padre» (Mt 7,20). El proyecto de Dios


transformó en lugar de peregrinación. Cada es el que hay que crear en la historia, en el punto exacto
atardecer se leía la palabra de Dios, creador donde aparece, y no cualquier cosa que a uno se le
de la tierra para todos, y se celebraba la ocurra. Si no, corre uno el riesgo de escuchar al final:
eucaristía del gran vencedor de la injusticia
y de la muerte. «No os conozco» (Mt 7,23). Lo discernido como oferta
de Dios es lo que debemos crear con Dios.
Casi once meses después, esta lucha orga-
nizada, imaginativa, firme, solidaria, no 3. La parábola de la casa construida sobre la roca
violenta y festiva, lograba la tierra para más recalca de nuevo la misma idea. «El que escuche estas
de un centenar de familias campesinas». palabras mías y las ponga por obra, se parecerá al hom-
bre sensato que edificó su casa sobre roca» (Mt 7,24).
El hombre prudente es el que actúa y crea el Reino, y
el necio es el que oye, pero no hace. Al final será como
1. El que adquirió el tesoro y la perla no consiguió una una casa arrasada por los vientos y los ríos desbordados,
renta que le garantizase el descanso para el resto de su de la que no queda nada.
vida. Todo lo contrario: se dejó alcanzar por una fuerza En la parábola de los dos hijos enviados a la viña
que atraviesa la historia y despierta dinamismos for- (Mt 21,28-31), contrasta el sí fácil de los tradicional-
midables de creatividad. mente fieles a la ley y sus guardianes, pero que no
El Reino de Dios sólo puede hacerse realidad cuan- acogen lo nuevo que trae Jesús, con el no primero de
do lo discernimos y entra dentro de nuestra persona, los pecadores, que finalmente deciden ejecutar el evan-
poniendo enjuego toda nuestra capacidad creadora. El gelio.
Reino quedará marcado con nuestra propia huella. 4. Las parábolas del árbol y la casa están situadas, en
Es necesario hacer lo discernido. Pero la propuesta el evangelio de Mateo, al final del sermón de la montaña,
del Reino muchas veces nos suena a imposible. Sin donde aparece condensada toda la novedad del mensaje
embargo, en las parábolas, Jesús insiste en que hay que de Jesús. En este sermón, los mendigos de la historia
hacer realidad la palabra, y que en las obras se verifica son invitados ahora a ser los bienaventurados, sal y luz
la verdad de su buena noticia. de la tierra (Mt 5,13-14), sujetos creadores del Reino,
de la nueva justicia (Mt 5,20). El mensaje de Jesús
2. La parábola del árbol que se reconoce por sus frutos impresionó a sus oyentes, porque hablaba «con autori-
(Mt 7,18) apunta a las obras más allá de las buenas dad» (Mt 7,29), con el peso de una palabra nacida de
palabras e intenciones. «Por vuestros frutos os cono- la vida nueva que él encarnaba.
cerán» (Mt 7,20).
Ni siquiera es suficiente andar haciendo cualquier 5. Los maestros de este nuevo camino no siempre están
cosa buena como «profetizar, echar demonios y obrar donde parece ni enseñan en las cátedras esperadas. In-
milagros» (Mt 7,21), sino que «hay que poner por obra troducen en nuestro mundo lo nunca visto, lo imposible
112 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CREATIVIDAD DEL REINO 113

según las mentalidades cerradas. En la parábola del y sus enseñanzas, está muy lejos del Reino de Dios, de
samaritano tenemos un ejemplo. lo posible.
El jurista le pregunta a Jesús con intención de «po- El «exceso» de amor del samaritano aparece como
nerlo a prueba» (Le 10,25). Pero Jesús no entra en la el camino que supera la falsa «cordura» cotidiana, lo
dinámica de esta intención agresiva, y le responde con admitido como sensato y prudente, pero que no es más
una de las parábolas más bellas del evangelio para ex- que mediocridad defensiva canonizada por una religión
plicar cómo se ama a Dios y al prójimo. incapaz de crear nada nuevo ante los asaltados de la
sociedad y los marginados. Sólo el amor crea la salud
La parábola presenta un asalto de bandidos, típico y la vida del herido y crea también una relación nueva
de un tiempo de miseria que arrojaba a los pobres a la con los considerados normalmente enemigos.
mendicidad o al bandidaje. El lugar es el difícil camino
que sube de Jericó a Jerusalén. El asaltado es un judío. El marginado samaritano, aquel del que no se es-
Si no se le presta ayuda rápida, puede morir. pera nada bueno, se convierte en maestro: «Vete y haz
tú lo mismo» (10,37). Al mismo jurista le ofrece Jesús
Por el lugar pasan dos funcionarios del templo, un como regalo del Reino esta posibilidad de entrar en la
sacerdote y un levita, profesionales del servicio religio-
dinámica de un orden nuevo que supera lo razonable y
so. Se supone que ayudarán a la víctima, pero pasan de
previsible.
largo. El oyente de la parábola queda escandalizado y
decepcionado. La ayuda no llegó por los caminos es- El maestro del Reino es un marginado que ama al
perados. enemigo judío, superando todo el peso de la tradición
Un samaritano, que normalmente no transita esos y la práctica social. Se constituye en maestro al hacer,
caminos, atraviesa el lugar en un viaje. El samaritano no sólo al hablar. Lo imposible es posible como don
es un apóstata a los ojos judíos. ¿Cómo un personaje del Reino.
descalificado auxiliará al herido? Lo impensable sucede. 6. El amor no se puede legislar. Las leyes son necesarias
La lógica cotidiana se rompe por la generosidad del como una ayuda. Por eso mismo muestran lo que en
despreciado. nosotros no está liberado todavía y necesita esa ayuda.
El samaritano ayuda más allá de todo cálculo pru- Los jefes judíos multiplicaban sin descanso los precep-
dente o exigencia de justicia. Actúa con una generosidad tos, desdoblándolos indefinidamente en casuísticas in-
sin medida, porque ni siquiera pone límite a los gastos. verosímiles. Pero sólo el amor es creador y capaz de
Por eso le dice al dueño de la posada: «Cuida de él, y arriesgar lo que se tiene para inventar con Dios el futuro
lo que gastes de más te lo pagaré a la vuelta» (10,35). del Reino. El amor del samaritano no cabe dentro de la
ley.
El auxilio no llega de los personajes esperados. Así
se pone de manifiesto que lo que «hace todo el mundo», En la parábola de los talentos (Mt 25,14-30), el
lo considerado normal según los personajes del templo hombre que se va de viaje deja la administración de sus
114 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CREATIVIDAD DEL REINO 115

bienes a sus empleados, repartiéndoles «a cada uno se- han creado el Reino de Dios con sus talentos, sino que
gún su capacidad» (25,15). Los que reciben 10 y 5 han dilapidado lo recibido o han contribuido a fortalecer
talentos doblan el capital. El que recibió uno, devuelve la injusticia. En cambio, muchos de los que sólo han
viejo y devaluado el talento que se le dio nuevo. Cuando recibido un talento, porque han crecido en la miseria,
le dice al señor: «Aquí tienes lo tuyo» (25,25), no le lo han puesto a producir, porque luchan por una sociedad
devuelve lo que le dio, sino menos en valor real. más justa para todos.
El mal empleado reconoce que el «miedo» lo pa- 7. Jesús conoció bien la conducta injusta de los hombres
ralizó. Al decirle al amo que es hombre duro que cosecha de su mundo, con sus trampas y su sagacidad. Los toma
donde no siembra, está inventando una excusa, pues como ejemplos para sacudir la pasividad de sus segui-
muestra una gran generosidad ante los otros empleados. dores: «Los que pertenecen a este mundo son más astutos
con su gente que los que pertenecen a la luz» (Le 16,8).
No se condena el haber perdido el dinero en una
operación arriesgada, sino la falta de riesgo, la ausencia La parábola del administrador sagaz (Le 16,1-8)
de inventiva y creatividad al congelar el don recibido. se desarrolla en un ambiente de especulación por la
escasez de alimentos. Los administradores se enrique-
La creatividad con los dones recibidos es una di- cían rápidamente haciéndole firmar al cliente que debía
mensión fundamental del Reino. Dios nos propone lo el doble de lo realmente adquirido.
nuevo, pero no escribimos la historia al dictado como
niños de escuela. Su propuesta recorre nuestra persona, Al verse sorprendido, el administrador de la pa-
y marcamos la historia con nuestra propia originalidad rábola llamó a los deudores y les perdonó la parte abu-
insustituible. siva de la deuda, reduciéndola a su verdadera dimensión.
Así ganó amigos con ese perdón generoso y, al mismo
Unos se paralizan por miedo, por una falsa idea de tiempo, no lesionó los intereses de su amo. El amo alabó
Dios, por una pobre imagen de sí mismos al compararse la habilidad del administrador. Con la renuncia a su
con los que aparentemente han recibido más. Otros, dinero injusto, ganó amigos para asegurarse el futuro.
porque las estructuras sociales les han convencido de
que no sirven para nada. La llegada del Reino descubre muchas situaciones
irregulares, trastorna planteamientos establecidos y exi-
El problema más serio es que el mal empleado no ge mucha habilidad para inventar salidas nuevas. Este
sólo devuelve un bien devaluado, sino que él mismo espíritu de creatividad del administrador es puesto como
como persona se devalúa por una parálisis que le ha ejemplo por Jesús para comprender que no se puede
impedido crecer y hacerse él mismo creador y nuevo. apagar la creatividad del Reino en un mundo donde los
enemigos del Reino despliegan una sagacidad sin me-
Al escuchar esta parábola desde el fondo de la
dida, con mecanismos siempre renovados.
sociedad, uno se sentiría tentado de cambiar los per-
sonajes. En muchas ocasiones, los que han recibido más 8. Los caminos por los que se construye el Reino, no
talentos en formación, recursos, relaciones, salud... no son siempre amplios ni fáciles. Mientras que la puerta
1 16 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CREATIVIDAD DEL REINO 117

que lleva a la perdición es ancha, la que se abre al futuro más ricas del mundo, sobre todo cuando sus realizacio-
del Reino es estrecha. «¡Qué angosta la puerta y qué nes se ponen al servicio de la vida. Pero hasta el fondo
estrecho es el callejón que lleva a la vida!» (Mt 7, de la sociedad llega muy poco, porque el abismo que
13-14). separa clases y naciones es cada día más difícil de atra-
Esta metáfora nace en Jesús de su práctica cotidia- vesar, a pesar de los adelantos de la técnica moderna.
na. Entraba en las casas de puerta pequeña donde vivían Pero es más sorprendente la experiencia creadora
los últimos de la sociedad, que acogían el Reino con del Reino en «el abajo» excluido del mundo, donde las
alegría, y atravesaba también los umbrales espléndidos diferencias sociales pesan cada día con más fuerza. Aquí
de residencias donde se instalaban la ley y el poder. lo imposible es sobrevivir con el deterioro creciente de
Jesús conocía bien los callejones estrechos, donde se la vida. También parece imposible que personas abru-
apiñaban las casas de los pobres en terrenos irregulares, madas de problemas tengan imaginación y ternura para
y caminaba también por las calzadas y calles empedra- organizarse e inventar formas nuevas de vida y de lucha.
das, donde se levantaban las mansiones de los ciuda-
danos influyentes. Esta fuerza creadora pasa por cada persona. Lo que
la sociedad dominante excluye, aquí tiene palabra y
«¡Y pocos dan con ellos!» (7,14). Más de una vez, decisión, con una imaginación capaz de inventar nuevas
Jesús buscaría con dificultad por esas barriadas sin nú- realidades. La palabra de Jesús no ata a las personas a
mero ni nombre. El Reino es así. Cuesta encontrar la una ley como un cinturón de seguridad, para ser con-
puerta del futuro al final de callejones angostos, y es- ducidas a un aeropuerto seguro, sino que despierta ca-
tremece entrar en esos hogares de puerta pequeña donde pacidades insospechadas.
se encuentra tanta miseria encerrada. Pero la palabra de
Jesús es clara: «Entrad» (7,13). Crear lo imposible sólo es posible con el Dios de
la historia. Esta creación conjunta llena a la persona de
Se crea el Reino atravesando esos umbrales que sentido, porque se siente atravesada por un dinamismo
obligan a bajar la cabeza, y transitando por callejones trascendente que permite realizaciones históricas nue-
que parecen asfixiantes para el que no ha sentido la vas. Como los campesinos que ocuparon las tierras, es
fuerza del Reino en esas marginalidades socialmente posible sorprender con caminos nuevos y crear en la
proscritas. historia «lo nunca visto».
9. Hacer realidad lo humanamente imposible, lo im-
pensable, es el desafío del Reino. Por lo tanto, es ine- Cuando hablamos de creatividad, no pensamos sólo
vitable abrirse a una fuerza que llega de Dios. Nuestra en las acciones espectaculares. Es necesario tener ojos
imposibilidad es la posibilidad de Dios cuando le per- para las pequeñas creaciones de la solidaridad, sin las
mitimos llegar hasta nosotros. cuales la vida sería imposible para los empobrecidos.
No se puede explicar el misterio de la supervivencia de
Nuestra capacidad creadora se revela de muchas los pobres sin la solidaridad discreta de los pequeños
maneras en los centros de investigación de las naciones detalles, como el pan que la viuda de Sarepta compartió
1 18 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

en una época de miseria con el profeta Elias (1 Re 17,


10-16), o los centavos de la viuda pobre que tanto im- 11
pactaron a Jesús (Me 12,41-44). Compartir la medicina, La conflictividad del Reino:
un plato de comida, un préstamo sin intereses, una taza
de aceite, acoger en casa a un niño abandonado... son vivir el conflicto
los pequeños y efectivos gestos de solidaridad que hacen creando vida nueva
posible la vida en familias que viven en estado de emer-
gencia. Esta dimensión de la solidaridad, contra los di-
namismos de acaparamiento y seguridad individual, la
expresaba con una imagen certera un campesino: «En una operación de desalojo de los barrios
marginados de nuestra ciudad, las máquinas
«Somos como los pozos de nuestros patios: del gobierno van arrasando los ranchos de
cuanta más agua les sacamos, más agua nos madera vieja. Oficialmente, se trata de una
dan. Si no les sacamos nada, las venas se operación de 'limpieza'. Quieren 'remo-
van cerrando, el agua se descompone y los delar' la ciudad.
pozos se deterioran y se secan. Cuanto más
solidarios somos unos de los otros, tenemos Los pobres no lo ven así. El desalojo los
más seguridad. El aceite y la harina no se deja en la calle o en la inseguridad de ba-
acabarán en nuestras casas. El Reino de rracones 'provisionales' que pueden ser
Dios nos hace pozos inagotables». eternos. Las máquinas acaban con los ran-
chos y, al mismo tiempo, con la organiza-
ción popular, con las redes de solidaridad
tejidas a lo largo de los años, y los lanzan
lejos, donde no hay transporte, ni fuentes
de trabajo, ni servicios sociales. Por eso se
opusieron al desalojo injusto con todo el
peso de su organización. Paralizaron las
obras, obligaron a negociar.

Entre los ranchos destruidos, quedaba una


palma esbelta que era el símbolo de la ver-
ticalidad y la lucha del pueblo. Le daba el
nombre al sector. En ese momento no era
necesario cortarla. Pero, como un gesto de
provocación, los obreros del gobierno la
mocharon. Sólo quedó un tocón de un metro
de altura.
1 20 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONFLICTIVIDAD DEL REINO 121

Cada tarde, cuando callaban las máquinas siempre lo comprenden, sobre todo en su subida a Je-
y se iban los obreros, salían los pobres de rusalén.
la comunidad, colocaban una estatua de Ma-
ría sobre el tocón de la palma, le ponían Jesús explica en parábolas la dimensión conflictiva
flores, cantaban y comentaban la Palabra de que atraviesa su persona por ser fiel al servicio incon-
Dios. De la palma cortada nacía ahora la dicional del Reino de Dios. Inevitablemente, esta con-
esperanza y la inspiración de la lucha. Una frontación golpeará también a sus seguidores.
imagen tradicional de María se había trans-
formado, en medio del conflicto, en la Ma- 3. En un primer nivel, el conflicto se presenta como
dre de los desalojados. En un espacio de «no aceptación», sencillamente porque Jesús no llega
destrucción había nacido una nueva forma por el camino donde era esperado. Jesús no se mueve
de encuentro con Dios». según las expectativas de los judíos.

«¿A quién diré que se parece esta gente? Se


parecen a unos niños sentados en la plaza
que gritan a los otros: Tocamos la flauta y
1. Crear «lo nunca visto», en una sociedad que tiene no bailáis, cantamos lamentaciones y no llo-
ya elaboradas sus leyes, repartidas sus tierras y orga- ráis» (Mt 11,16-17).
nizadas sus instituciones, supone inevitablemente un
choque. Para los instalados, la pretensión organizada de Jesús toma la imagen de un juego de niños caprichosos
los pobres es un obstáculo. Para los pobres, el gran que quieren imponer a los demás su propia voluntad.
desafío es cómo vivir de manera creadora el conflicto Pero, como los demás niños se mueven libremente en
inevitable frente a la agresión que les llega desde fuera. el juego, ellos les gritan su disgusto.

2. Desde el comienzo de su vida apostólica, Jesús en- Los niños impositivos tocan música de baile, típica
cuentra el conflicto. Empieza siguiendo la predicación de las fiestas de boda, pero los niños no sienten deseos
de Juan, encarcelado por su valentía profética. Con el de bailar. Cantan lamentaciones, pero los niños no lloran
anuncio de la llegada del Reino como buena noticia, como las plañideras en las situaciones de duelo.
entra en conflicto con los dirigentes judíos, por su li- «Vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron que
bertad frente al sábado; con sus familiares, porque pen- tenía un demonio dentro. Viene este Hombre, que come
saban que había perdido el juicio (Me 3,21); con sus y bebe, y dicen: Vaya un comilón y un borracho»
vecinos de Nazaret, porque no entendían de dónde le (11,18,19). Ni la figura ascética de Juan, hijo del de-
venía de repente aquel talante de predicador milagroso sierto, ni la cercanía amistosa de Jesús convencen a los
(Me 6,2-3). A medida que se profundiza su mensaje, el judíos. Para aceptar a Jesús, tendría que ser alguien que
pueblo lo malinterpreta (Jn 6,60). Muchos de sus dis- se amoldase completamente a sus expectativas. Pero no
cípulos lo abandonan (Jn 6,66), y los que lo siguen no pueden aceptar lo imprevisible de Dios. Quieren im-
122 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONFLICTIVIDAD DEL REINO 123

poner a los enviados de Dios la manera de acercarse a palabras proféticas y que, en la intimidad de su fantasía
su pueblo. Pero Juan y Jesús se mueven con la libertad creadora, construye esas imágenes tan duras: «¡Jerusa-
absoluta del Espíritu, de los niños que quieren disfrutar lén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los
su juego sin imposiciones arbitrarias. que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus
hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas,
4. Más dramáticamente se expresa el rechazo de Jesús pero no has querido!» (23,37).
al final de su vida, en la gran confrontación definitiva
con los dirigentes judíos en Jerusalén. En el evangelio Aparece con gran fuerza el contraste entre los di-
de Mateo (Mt 23,1-36) se recogen expresiones de Jesús namismos asesinos de las clases dirigentes de la ciudad
muy duras, plasmadas en imágenes de un vigor extraor- y la cercanía de Dios, que busca a su pueblo en la
dinario, contra letrados y fariseos. Este grupo religioso fragilidad vulnerable del profeta, en la cercanía y ternura
causa un gran daño al pueblo, y Jesús lo enfrenta con insuperable de Jesús. Si adopta el lenguaje duro de la
todo rigor: «Atan bultos pesados y los cargan a las es- tradición profética, es porque quiere remover la cerrazón
paldas de los demás» (23,4). «Todo lo hacen para llamar blindada contra el Reino de vida que Jesús viene a ofre-
la atención de la gente» (23,5). «Pagan el diezmo de la cer a todo el pueblo.
hierbabuena... y descuidan lo más grave de la ley: la Lucas (19,41) nos presenta este mismo contraste
justicia, el buen corazón y la lealtad» (23,23). «Limpian entre la oferta de vida y el rechazo de los dirigentes del
por fuera la copa y el plato, mientras dentro están llenos pueblo, que encaminan a toda la ciudad hacia el exter-
de robo y desenfreno» (23,25). Son «sepulcros blan- minio, hasta el punto de que no quedará piedra sobre
queados», (23,27), «raza de víboras» (23,33), engaño piedra. Por eso le dice llorando a Jerusalén:
y muerte para el pueblo. Jesús lo denuncia con toda
claridad.
«¡Si también tú comprendieras en este día
Esta confrontación tan rasgada anuncia sangre para lo que lleva a la paz! Pero no, no tienes
ojos para verlo» (Le 19,41-42).
Jesús y los enviados futuros, como sucedió con los pro-
fetas del pasado: «Os voy a enviar yo profetas, sabios
y letrados: a unos los matarán y crucificarán, a otros Jesús experimenta su propio límite. Ni con el acerca-
los azotarán... y los perseguirán» (23,34). miento de su bondad y su ternura, ni con la palabra
profética cortante como una espada, ha podido trasmitir
Frente a este lenguaje de denuncia, en el que Jesús la vida, porque los dirigentes están ciegos, y toda la
ataca la estructura farisaica religiosa, no a la persona en ciudad se mantiene en la ceguera: «No tienen ojos para
el misterio de su individualidad concreta, aparece una verlo».
parábola corta llena de ternura y de vida. La gallina que
congrega y protege a los pollitos bajo las alas es la 5. La dimensión del rechazo aparece también en la pa-
imagen que expresa el empeño de Jesús por salvar al rábola de la higuera estéril (Le 13,6-9). Cuando una
pueblo, la pretensión última que mueve cada una de sus higuera es estéril, se corta, pues empobrece el terreno
I24 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONFLICTIVIDAD DEL REINO 125

y ocupa un lugar en la viña. El viñador intercede para En Marcos y Mateo, esta parábola aparece alego-
que el dueño la deje un año más. Pero, si es estéril, por rizada, y nos presentan en ella la historia de la salvación.
más que se abone no dará fruto. No recoge el evangelio Los profetas del Antiguo Testamento fueron injuriados,
la respuesta del dueño, pero sí queda claro el rechazo y muchos asesinados. Jesús, el Hijo de Dios enviado a
del Reino que Jesús experimenta en los últimos tiempos su pueblo, también será eliminado.
de su vida. En medio del conflicto parece abrirse un En el evangelio de Lucas, la parábola aparece en
último plazo para cambiar de actitud ante la paciencia un momento de máxima tensión provocada por la ex-
de Dios con su pueblo. pulsión de los mercaderes del templo y la polémica
6. El nivel de la confrontación se agudiza cada vez más. abierta y dura con los dirigentes.
Jesús no ablanda el mensaje para salvar la situación, ni Entre los oyentes de la parábola estaban los letrados
se da una tregua para que baje la tensión. y los sumos sacerdotes, que, «dándose cuenta de que la
Lucas nos propone la parábola de los viñadores parábola iba por ellos, intentaron echarle mano en aquel
homicidas (Le 20,9-16) como un relato profano de ex- mismo momento, pero tuvieron miedo del pueblo» (Le
trema crueldad. En el contexto social de aquella época, 20,19).
en que los dueños de las tierras vivían lejos, en muchos 7. Una pequeña parábola nos ayuda a entrar en la in-
casos incluso fuera del país, sucedían historias pareci- timidad de Jesús en esta coyuntura de máximo conflicto.
das, en las que los arrendatarios desconocían a los co- En el evangelio de Juan (Jn 12,23-28) constatamos que
bradores y hasta podían matarlos, con el fin de quedarse Jesús vive esta hora invadido por la angustia: «Me siento
con la tierra. Tal vez, desde la lejanía, el dueño no fuertemente agitado» (12,27). Pero también la atraviesa
podría regresar para recuperar la tierra. en fidelidad al Padre: «Para esto he venido, para esta
hora» (12,27). La angustia no apresa ni paraliza su de-
Los personajes centrales de la parábola son los
cisión.
arrendatarios, que quieren apoderarse de la viña por
todos los medios, en una escalada de violencia. Apalean «Si el grano de trigo, caído en la tierra,
y despiden a los diferentes servidores enviados por el no muere, permanece él solo; en cambio,
dueño. Finalmente acaban con el hijo: si muere, produce mucho fruto» (12,24).
«Éste es el heredero: lo matamos y será En esta agitación interior de Jesús, asoma ya la angustia
nuestra la herencia. Lo empujaron fuera de mortal que aparecerá después en Getsemaní inundando
la viña y lo mataron» (Le 20,14-15). su espíritu y su cuerpo que se derrumba sobre la tierra.
Culminará con el grito estremecedor de la cruz.
Esta parábola pretende ser un espejo en el que los di-
rigentes judíos se vean reflejados. Actúan como dueños Pero también, al afirmar el «mucho fruto» que si-
absolutos del pueblo y traman eliminar a Jesús, «el hijo gue a la muerte y «en la gloria» del Padre (Jn 12,28),
querido» (20,13). se intuye y espera la plenitud de la resurrección.
126 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONFLICTIVIDAD DEL REINO 127

Jesús siente que el poder de los dirigentes judíos El parto es una hora de incertidumbre. En tiempos de
le cae encima, como la tierra sobre la semilla, hasta Jesús lo era mucho más que ahora, por los riesgos para
sepultarlo. Pero, en la oscuridad que lo cubre, siente la la madre y por lo impredecible de la nueva vida en sus
vida nueva que sigue madurando hasta que salga de la características personales: niño o niña, sano o enfermo,
tierra en la resurrección. vivo o muerto, con todos los parecidos familiares. Pre-
A los griegos (Jn 12,20) que querían ver a Jesús, cisamente por eso, la alegría de la nueva vida era algo
llegados desde el centro del saber de entonces, les res- indescriptible. La mujer judía se sentía plenamente rea-
ponde con una parábola campesina. Jesús había hablado lizada como mujer cuando era madre. El parto es una
antes de que era preciso sembrar la palabra en los co- realidad humana de profundas resonancias simbólicas.
razones de sus oyentes. Pero ahora va mucho más lejos. Lo central en la parábola es que, para Jesús, el
Comprende que no basta con sembrar la palabra, sino conflicto encontrado en la entrega al Reino debe estar
que es necesario sembrar la persona entregando la vida, orientado a la aparición en la historia de una vida nueva.
y después dejar en las manos del Padre el cuidado de La «desaparición» de Jesús, se transformará en «apa-
la cosecha. rición» después de resucitar. «Cuando aparezca entre
Atravesar el conflicto en fidelidad al Reino sin que- vosotros, os alegraréis, y vuestra alegría no os la quitará
rer escapar por atajos exentos de dolor, caminar en fra- nadie» (Jn 16,22). Todo conflicto por el Reino puede
gilidad solidaria con los indefensos de la historia se- ser vivido en esta perspectiva pascual que llega desde
pultados bajo tierra, es un camino que lleva a la plenitud el Resucitado.
personal y a la liberación del pueblo, que es la gloria 9. El conflicto por el Reino es inevitable. Ser un «signo
de Dios. de contradicción» (Le 2,34), como Simeón le anunció
8. Esta misma dimensión pascual del conflicto aparece a María de Jesús, se presenta como condición para que
en la parábola de la mujer que está de parto (Jn 16,21). el Reino llegue hasta nosotros.
El conflicto de Jesús, alcanzará inevitablemente a La confrontación con los poderes de este mundo
los discípulos. «Dentro de poco dejaréis de verme» (Jn puede llegar a niveles estremecedores, pues en Jesús
16,19). «Os aseguro que vosotros lloraréis y os lamen- alcanzó sus dimensiones religiosas más hondas, hasta
taréis; en cambio, el mundo se alegrará» (16,20). Pero «nublar» su relación con el Padre, no sabiendo en el
Jesús les anuncia que también ellos serán partícipes de huerto si era posible librarse de la pasión o no, y sin-
su plenitud. «Vuestra tristeza se convertirá en alegría» tiéndose abandonado en la cruz.
(16,20). Pero Jesús, ni perdió su identidad desintegrándose,
ni recortó el mensaje para escabullirse con medias ver-
«Cuando la mujer va a dar a luz, se siente dades, ni entró en la dinámica de los agresores respon-
triste, porque le ha llegado su hora; pero diendo con una estrategia de violencia. Su fe se trans-
cuando nace el niño, ya no se acuerda del formó en fidelidad, más allá de verificaciones históricas
apuro, por la alegría de que un hombre le de eficacia inmediata, y dio testimonio con su silencio
ha nacido al mundo» (Jn 16,21). y su palabra de la llegada del Reino.
1 28 SICiNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CONFLICTIVIDAD DEL REINO 129

Entre los empobrecidos, esta experiencia de Dios La fuerza del Reino no se puede encerrar en los
forma para muchos el trasfondo existencial en el que sepulcros. Esto lo saben bien los poderes de las ideo-
toman sus decisiones y se mueven en la vida. La agresión logías totalitarias: por eso no quieren mártires con pro-
de la estructura social es permanente durante las vein- ceso y sepultura, sino «desaparecidos», tragados, sin
ticuatro horas del día. Los asaltos de las diferentes co- saber dónde ni cómo, por la noche de la represión bien
yunturas que les sorprenden con el golpe repentino, ha organizada. Los «gulags» de Siberia o las fosas comunes
ido madurando en muchos de ellos una capacidad sor- latinoamericanas intentan destruir todo rastro de muerte
prendente de respuesta evangélica. Forman la comuni- que pueda ser transformado en símbolo de vida nueva
dad de los liberados por la pascua de Jesús, de todos por la fe del pueblo.
aquellos que «por miedo a la muerte pasaban la vida
entera como esclavos» (Hb 2,15), pero que ahora plan- «El pueblo que reside en medio de los con-
tean exigencias nuevas desde el fondo del cautiverio. flictos es como un campo que parece un
desierto por la sequía prolongada. Toda vida
Las «apariciones» del resucitado están en la base desaparece de la superficie. Pero las semi-
de esta transformación. Sus «desapariciones» permiten llas resisten debajo de la tierra. Con el agua
ir consolidando la respuesta personal y comunitaria ante primera de la época de lluvias, en pocos
los desafíos de la realidad. días, todo el campo estrena el color verde
de las plantas recién nacidas».
Cada uno de nosotros resucita desde la misma pro-
fundidad en que muere. Con la hondura de la muerte, En la oposición al Reino de Dios, la sociedad no siempre
experimentamos la hondura de la resurrección. Cual- reprime con fuerza. Si la persona es cotizada por sus
quier palma cortada por la prepotencia del poder se cualidades, primero intenta ganarla para el sistema.
puede transformar en signo de la presencia del Resu-
citado, que congrega a la comunidad para comprome- «Con los inquietos por el Reino de Dios, la
terse de nuevo por el Reino de Dios. sociedad actúa con ellos como la ostra. Los
criadores de perlas introducen un pequeño
Sin embargo, a las víctimas de la miseria y la re- trozo de alambre dentro de la ostra. Ante
presión no se las puede idealizar. Sería hacerles una este cuerpo extraño que la agrede, la ostra
nueva injusticia. Muchos quedan irremisiblemente he- segrega un líquido nacarado que va envol-
ridos para toda la vida, desintegrados personalmente y viendo el alambre y transformándolo en una
perla brillante sin arista ninguna. Algunas
como una amenaza para los demás. Algunos son como
personas son lúcidas y críticas en el cuerpo
el grito de Jesús en la cruz que se ha encarnado per- social, pero la seducción de las ofertas y los
manentemente en estos crucificados ambulantes, estre- halagos de los poderosos las transforman en
meciendo la conciencia colectiva. El Padre asume estos perla, un adorno cotizado en la sociedad sin
gritos, y la comunidad creyente los acoge como un mis- inquietud ninguna de cambio».
terio en su corazón.
12
El juicio del Reino:
la confrontación con los últimos
como norma definitiva

«Doña Lucía tiene una casa pequeña cerca


de la cañada, siempre amenazada por las
crecientes repentinas. Antes tenía mejor po-
sición económica. Ha bajado rodando por
la pirámide social hasta la marginalidad. Me
recibe muy contenta en su casa pequeña.
—Siéntese, Padre, cuando yo era gente, te-
nía muebles buenos y cómodos. Ahora que
soy pequeña, sólo puedo ofrecerle esta silla
vieja.
¿Quién le había dicho que no era gente, que
no era persona por ser pobre? ¿Por qué ha-
bía perdido su autoestima una mujer tan
digna?».

1. La hora de la cruz es la hora culminante del juicio.


Los tribunales condenan a Jesús por blasfemo y por
agitador. Es el juicio de la «tiniebla». El justo es juzga-
do comparándolo con las leyes, instituciones y teolo-
gías del sistema. Los dirigentes determinan la vida y la
muerte.
El juicio del Reino es diametralmente opuesto. La
persona no es comparada con los grandes, sino con los
132 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA EL JUICIO DEL REINO 133

pequeños, para determinar la calidad de su vida. Es el de estímulos que no se inspiran en el evangelio para no
débil la norma del juicio, del éxito o fracaso de cada posar la mirada sobre los saqueados y contemplar en el
existencia. El que está en la cúspide y en el centro será fondo de su mirada y su palabra la trascendencia que
juzgado por la manera de situarse frente a los últimos los sustenta. «¿Cuánto te vimos, Señor?» (25,37). Es
de este mundo. la pregunta tardía de la prisa, de la superficialidad, del
2. La. parábola del juicio final (Mt 25,31-46) recoge terror a descubrir el brillo del absoluto oprimido en las
una escena familiar en el mundo de los pastores. Al final vidas saqueadas, de las que huimos permanentemente
del día, separan ovejas y cabras. Al final de la vida como de un abismo que amenaza con tragarse el éxito
humana, también habrá un juicio definitivo para separar de nuestros proyectos, el dinero de nuestras cuentas y
lo bueno y lo malo. En ese momento se revelará con la tranquilidad de nuestro reposo.
toda nitidez lo que ahora velamos con todo tipo de me- «Lo que hicisteis con uno de estos hermanos míos
canismos personales y sociales. tan pequeños, conmigo lo hicisteis» (25,40). Este des-
Los despojados de patria, de salud, de libertad, de cubrimiento hecho ahora, puede volver del revés una
ropa y alimento (25,35-36), es decir, de las dimensiones vida, al encontrar tan accesible y vulnerable al Señor
más elementales de la vida, de «sus derechos funda- de la historia. Dios no se aloja en una distancia inase-
mentales», serán la norma escatológica ante la que hay quible, sino que se hospeda entre los últimos, en barrios,
que situarse. hospicios, expedientes clínicos de anormalidad, familias
sin documentos legales, sin sitio en la tierra, con los
No hay que remitir al final de los tiempos este que van rodando sociedad abajo hacia el abismo. El
juicio. Esta valoración definitiva entra ahora en la his- juicio definitivo ya está haciéndose ahora mismo.
toria, con la palabra de Jesús, como una sentencia última
e inapelable. Todas las inacabables sutilezas de las ma- 3. Fijos los ojos en los astros exhibidos con el maqui-
rañas legales, el pensamiento teológico que se adentra llaje del triunfo y de la realización humana, polarizados
en el misterio de Dios, las instituciones y sus proyectos, todos nuestros sentidos, estirado el cuello para mirar
encuentran su valor o su fracaso en esta confrontación. hacia arriba, es imposible ver al Señor que está abajo.
Es necesario mirar hacia abajo y hacia afuera, donde Si no hay ojos para el pobre, no hay ojos para Dios.
están los despojados, para evaluar la calidad de nuestra
relación. La norma de juicio no puede ser más simple En la parábola del rico y del pobre Lázaro (Le
y diáfana. 16,19) se ilustra con fuerza esta dimensión. En rápidas
pinceladas, se describe la vida de los ricos del tiempo
Por supuesto que en esta confrontación queda san- de Jesús: «Se vestía de púrpura y lino y banqueteaba
cionada la opresión contra el débil. Pero lo que se señala todos los días espléndidamente» (Le 16,15). Sus ojos y
directamente en la parábola no es la opresión directa, oídos, todo su cuerpo estaba hecho para percibir y sa-
sino el no hacer nada, el pasar de largo, el no darse borear el lujo y la fiesta, los manjares delicados y las
cuenta. En realidad, existe una interferencia constante telas refinadas. En esa sensibilidad no podía entrar la
134 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA EL JUICIO DEL REINO 135

imagen del pobre «echado en el portal» (16,20), ante el bre de negocios que quiere acumular todo lo posible en
cual el rico pasaba de largo muchas veces para entrar y el presente. Después podrá decirse a sí mismo: «Amigo,
salir de la casa. tienes muchos bienes almacenados para muchos años:
túmbate, come, bebe y date la buena vida» (12,19). Es
Después de la muerte, la verdad de la vida se im-
todo un programa de vida, en el que el eje central es el
pone. Entonces, el rico sí tiene ojos y oídos para Lázaro.
dinero. Es una religión, pues «la codicia es una idola-
Pero entre ambos se abre un abismo inmenso y, «por
tría» (Ef 5,5).
más que quiera, nadie puede cruzar de aquí para allá ni
de allá para aquí» (25,26). Este abismo no lo ha abierto Todo este proyecto arranca de una cosecha abun-
Dios, ni Lázaro. Es el abismo que el rico cavó entre su dante y de la falta de espacio para guardarla, pues todos
sensibilidad y su ritmo de vida y la vida destruida de los graneros están llenos. La pregunta clave es: «¿Qué
Lázaro. El juicio constata el abismo. En el lujo y la hago?» (12,17). Y decide derribar los graneros que tie-
fiesta que deja al pobre morir, se está creando el infierno. ne, para construir otros mayores.
En la miseria de Lázaro estaba Dios echado con él Es una decisión loca. Primero a nivel social, pues
en el suelo, alentando su dignidad y su vida contra tantas en una época de hambre generalizada este empeño en
formas de marginación. La sanción escatológica revela acumular resulta mortal para los demás. Pero también
lo que el ojo ciego no ve en la cotidianeidad de la vida. lo es a nivel personal: «Esta noche te van a reclamar la
San Gregorio de Nisa (334-394) comenta con fuer- vida. Lo que has acumulado, ¿para quién será?» (12,20).
za esta parábola: «Y mientras hay todos esos lujos dentro La acumulación es el proyecto que absolutiza todas sus
de casa, ahí a la puerta están tendidos mil Lázaros. Unos, energías. Los necesitados no entran, a no ser como fuer-
cubiertos de úlceras dolorosas; otros, con los ojos arran- za de trabajo para realizar el sueño del patrón.
cados; otros, que gimen por la herida de sus pies. Pero
gritan y no se les oye, pues lo impide el sonido de la Este proyecto de acumulación, considerado sensato
orquesta y los coros de los cantos espontáneos y el y exitoso en la vida cotidiana, es presentado por Jesús
estrépito de las carcajadas». como insensato, visto desde el final de la vida.

En la parábola del juicio final vemos que Dios se El proyecto que merece la pena es buscar el Reino
identifica con el pobre. En la de Lázaro comprendemos de Dios (12,31). En vez de acumular y excluir, «vended
por qué el rico no ve: en su sensibilidad hecha al lujo vuestros bienes y dádselos en limosnas» (12,33): ten-
no puede entrar el pobre. Ni ve a Lázaro ni ve a Dios. dréis un tesoro inagotable en el cielo; y «donde tengáis
vuestra riqueza tendréis vuestro corazón» (12,34). Hay
4. En la parábola del rico insensato (Le 12,16-21) nos que escoger dónde se pone el corazón: en las bóvedas
presenta Jesús la fascinación de acumular que llena el blindadas de los bancos o en el corazón de Dios y su
corazón del rico. En esta parábola no aparece el rico proyecto en la historia, en los pobres con los que él se
derrochando, sino como un sagaz y emprendedor hom- identifica. Al final, muchas vidas quedarán congeladas
136 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA EL JUICIO DEL REINO 137

en cifras de banco, otras seguirán creciendo inagotable- grandes. Personas, sociedades, culturas... deben ser
mente en el Reino de Dios que avanza en la historia. confrontadas con el revés de la historia para evaluar su
5. La parábola de la red (Mt 13,47-50) también con- desacierto o su justicia.
fronta a los oyentes con la sentencia definitiva, teniendo Cuando se percibe ya ahora la trascendencia que
como elemento sensible la escena familiar de los pes- asoma en estas vidas explotadas, y se deja medir la
cadores del lago seleccionando los peces en la playa. propia persona por este encuentro con Dios encarnado
Los buenos, los guardan; y los malos, es decir, todos en la indigencia, entonces nacen dentro de nosotros di-
los no comestibles y los señalados como impuros por la namismos formidables de solidaridad con los hambrien-
ley (Lev 11,10), los tiran. tos y presos de estas cárceles colectivas que llevan nom-
bres de barrios marginados, de hospicios y de campos
No se hace aquí referencia a una dimensión especial olvidados.
de la vida, como en las parábolas que condenan la ri-
queza discriminatoria, sino que se presenta la existencia Ya en la Edad Media se llamaba al pobre «vicario
de una manera global. Nada contaminado puede pasar de Cristo» en la tierra. Este nombre nosotros lo reser-
al encuentro definitivo con Dios. Lo mismo que en la vamos casi exclusivamente para el Papa. Nos situamos
parábola de la cizaña (Mt 12,24-30), la separación de- ante Dios de la misma manera que acogemos o igno-
finitiva sólo se realizará al final. ramos a su vicario, al pobre.
6. De una manera más personal y dramática presenta Lo importante de estas parábolas es que, al intro-
Jesús el desenlace definitivo en la parábola del amo que ducir en el ahora del Reino el juicio escatológico, vamos
cierra la puerta (Le 13,25-27). Muchos llamarán gol- conformando la realidad según sus valores. Podemos
peando con fuerza una y otra vez, pero la puerta no se acercarnos al pobre de tal manera que en el juicio último
abrirá. Desde dentro les dirán: «No sé quiénes sois; lejos ya no tengamos que preguntar: «¿Cuándo te vimos, Se-
de mí todos los que practican la injusticia» (13,27). No ñor?» (Mt 25,37). La hora de la sorpresa, de la pregunta
basta con invocar que comieron con Jesús y oyeron su asombrada, debe ser ahora.
predicación. La comunión con Jesús se realiza al obrar
la justicia del Reino de Dios. «El juicio del Reino de Dios se parece a
una maestra de bordado. Cuando la alumna
7. Sólo Dios puede juzgar el corazón de cada persona, le presenta su trabajo, contempla la perfec-
pues para nosotros la última dimensión de la conciencia ción del dibujo, pero enseguida le da la
ajena se pierde en el misterio: «No juzguéis, y no seréis vuelta a la tela, porque sólo en el revés se
juzgados» (Mt 7,1). Pero la norma de juicio aparece ve con toda claridad la trama del bordado».
con una claridad tan meridiana y tan simple que estre-
mece. Todos seremos confrontados ante el despojado El desafío presente para nosotros es salir del punto de
con el que Jesús se identifica. Pero en nuestro mundo vista interesado de los que dirigen este mundo y quieren
se mide el valor de las personas comparándolas con los hacernos ver la realidad desde sus ojos. Necesitamos
138 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

superar las apariencias y ver la realidad con ojos de


evangelio, de verdad y justicia. 13
«El juicio del Reino de Dios se parece a
La celebración del Reino:
una gran sala de teatro. Los espectadores los cantos de la fiesta final
se dejan capturar por la representación, fas-
cinados por los juegos de luces y colores, en medio de la dureza del camino
seducidos por la habilidad de los actores.
Pero, si uno mira la escena situado detrás
del escenario, verá las trampas de los de-
corados, la tensión de los artistas, la fal- «Desde los últimos ranchos, por los calle-
sedad de los vestidos, las discusiones por jones estrechos y tortuosos trazados por la
los errores y cansancios y el hastío de los prisa nocturna, en lucha con la vigilancia
obreros sin nombre, mal pagados. Sólo des- policial y la tierra irregular y escasa, se van
de el revés del escenario se supera la apa- congregando en la capilla los pobres del
riencia y se ve toda la verdad del espec- barrio. Bajo su ropa limpia de domingo,
táculo». llegan los cuerpos secos, mal alimentados,
endurecidos en el trabajo.
El saludo efusivo, el rostro abierto, la risa
sin trampa, nos anuncian el espíritu festivo
que empieza a despertarse en el encuentro
de personas que ya están unidas en la or-
ganización comunitaria. No son ingenuos
que sonríen ante el espectáculo bien orga-
nizado. En el peso de su palabra se va re-
velando, con conciencia y lucidez, la vida
y muerte del barrio, el análisis riguroso de
la coyuntura social y la fe en la palabra de
Dios, que ilumina su situación, su lucha y
sus personas.
En el silencio hondo, sintonizan con el mis-
terio. El ritmo de los cantos va ganando el
cuerpo que alaba y comulga con la certeza
de sentir el paso del misterio que libera.
Ellos han experimentado este don que crea
lo impensable. Su alegría es más fuerte que
la injusticia y la miseria.
140 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CELEBRACIÓN DEL REINO 141

Cuando se dispersan, la despedida es una otros grupos endurecidos en sus ayunos rituales. Los
cita para encontrarse después en el compro- discípulos de Juan y los fariseos ayunaban. Jesús y sus
miso. Nadie se queda preso de la nostalgia discípulos no. «¿Por qué razón tus discípulos no ayu-
de un Señor que desapareció en la nube, ni nan?» (Me 2,18).
del calor afectivo del momento festivo.
La respuesta de Jesús está construida sobre la pa-
Para el que observa esta celebración desde rábola de una fiesta de bodas: «¿Es que pueden ayunar
fuera, tal vez sea la fiesta de los ingenuos
los amigos del novio mientras duran las bodas?» (Me
o de los locos. Para el que ha experimentado
esta fiesta, ha saboreado que la fuerza del 2,19). Es impensable que los amigos del novio se vistan
Reino corre por las entrañas de estos pobres de duelo y pasen entre los invitados con un rostro de
y despierta en sus personas oprimidas fuer- pesadumbre, precisamente cuando ellos deben ser los
zas de comunión y compromiso insospe- principales animadores de la fiesta.
chadas».
Jesús y sus discípulos estaban haciendo la expe-
riencia de la eclosión del Reino, cuyas manifestaciones
superaban todos los cálculos. Dios abría la historia a un
nuevo comienzo, y ellos lo podían contemplar en la
1. En medio del compromiso por el Reino, va naciendo alegría del pueblo, en la transformación de las personas,
lo nuevo, marcado por los dolores pascuales del parto, en los curados en el encuentro con Jesús. ¿Cómo van a
que no nos permiten ser ingenuos sobre el futuro por revestirse de tristeza para el ayuno? Su alegría es com-
crear. El juicio que llega desde los últimos nos impide parable a la fiesta de bodas, la más larga y popular. La
evadirnos de la realidad, como si el Reino ya hubiese tristeza no tiene cabida en ese momento entre los se-
llegado a su plenitud para todos. Pero celebrar se siente guidores de Jesús.
como una necesidad en medio de la fragilidad de la
Para los que no han percibido el brotar del Reino,
historia.
esta alegría es insensata e ilegal. Todavía viven en el
La celebración está atravesada de realismo y de orden antiguo, dentro de «odres viejos» y envueltos en
sacrificio, pero asumido desde una experiencia de ple- «mantos viejos» (Me 2,21-22). Pero Jesús es la apari-
nitud que ya se anuncia en cada realización concreta en ción de lo radicalmente nuevo. El que lo descubre no
la historia, y que culminará en el encuentro definitivo puede quedar preso de la tristeza.
con Dios. En el camino del Reino, la celebración festiva Jesús defiende la alegría y el derecho a la fiesta,
es insustituible. en una comunidad sencilla de discípulos, como expre-
2. En la primavera del Reino, en los primeros pasos de sión de que el Reino ha llegado hasta ellos con la sor-
la predicación de Jesús, tanto él como sus discípulos presa de Dios.
vivieron una experiencia comunitaria de alegría intensa. 3. La parábola del gran banquete expresa con mayor
Su espíritu festivo contrastaba con la seriedad rígida de fuerza esta dimensión (Le 14,15-24). Nos vamos a fijar
142 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CELEBRACIÓN DEL REINO 143

en la versión de Lucas, pues Mateo alegoriza la parábola acabado de comprar; probar unos bueyes recién adqui-
presentando en ella la historia de la salvación. ridos; la celebración de un matrimonio reciente... Aquí
quedan recogidas las actividades normales de la vida
Durante una comida, uno de los invitados le co- ordinaria que absorben todo el tiempo y, por lo tanto,
menta a Jesús: «¡Dichoso el que coma en el banquete no dejan espacio ni disposición psicológica para parti-
del Reino de Dios!» (Le 14,15). Con esta reflexión, el cipar del banquete festivo, para entrar en la alegría com-
invitado le recuerda a Jesús la parábola de Isaías sobre partida de la fiesta comunitaria.
el gran banquete de los tiempos mesiánicos (Is 25,6).
La invitación cambia de destinatarios. Existe otro
El evangelista nos presenta a Jesús observando pre- grupo humano capaz de romper el interés individual y
viamente el forcejeo sutil de los convidados para ocupar entrar en la alegría comunitaria de la fiesta popular. Por
los primeros puestos, donde uno aparece más importante eso el señor envía a su mensajero a «pobres, lisiados,
y se puede relacionar con los más influyentes. La ri- ciegos y cojos» (14,21). Como todavía queda sitio para
validad de la vida cotidiana, los criterios de prestigio, un banquete tan grande, le manda que salga a los ca-
se manifestaban en las conductas competitivas de los minos y senderos, a los pobres y extraños, para que les
invitados, manchando así la gratuidad del banquete. «insista» (14,23) y entren a la fiesta.
Frente a esta conducta de forcejeo competitivo que Los que están tarados por su disminución física,
daña la fiesta, Jesús aconseja ocupar los últimos puestos, los que deambulan de un lado para otro sin seguridad,
para ser ubicado después por el anfitrión en el lugar los que no tienen ni oficio ni propiedad ni proyecto
justo, y aconseja invitar a los que no pueden pagar con estable, son los que aceptan la invitación y entran para
otra invitación, rompiendo así toda dinámica de interés. celebrar. En cambio, los que tienen algo como suyo,
Jesús enseña la humildad y la gratuidad como elementos los presos por el calendario implacable de sus propios
de la verdadera «comida de bodas», (14,18), de la fiesta proyectos y negocios, por las urgencias ineludibles de
del Reino. sus seguridades e intereses, no son capaces de dejarse
En la parábola de Jesús, el hombre que preparó un invadir por el espíritu festivo, por la gratuidad de una
gran banquete y había invitado a mucha gente, envió a invitación generosa.
un empleado suyo para recordarles la invitación, porque A pesar del rechazo de un grupo, la sala del ban-
ya estaba todo preparado. Ellos habían aceptado antes, quete se llena, y el banquete se transforma en una gran
y ahora se les recordaba con delicadeza que «todo» (la fiesta popular, donde los marcados por sus limitaciones
comida, el local, los adornos y la música) estaba pre- personales y ciudadanas, los pobres del pueblo, acogen
parado. Se trataba de «un gran banquete» (14,16). el regalo de una fiesta gratuita que los acerca y los une,
Pero los invitados empezaron a excusarse ante el donde se sienten a sus anchas y pueden disfrutar libre-
mensajero. Las excusas parecen «razonables», dentro mente y sin protocolos ni etiquetas. Es su fiesta, cele-
de las ocupaciones cotidianas ineludibles: ver un campo brada «a casa llena» (14,23).
144 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CELEBRACIÓN DEL REINO 145

Si, con el fin de seleccionar a los invitados, se festiva está presente en todas las etapas del camino del
hubiera establecido un precio elevado para entrar a la Reino.
fiesta, el resultado de la invitación habría sido diferente. Las parábolas de conversión acaban en fiesta co-
Todos estos personajes marginales de la sociedad, li- munitaria. El buen pastor reúne a sus amigos para com-
siados de plazas y caminos, representan al pueblo pobre, partir con ellos la alegría de la oveja encontrada. Lo
con el que Jesús comía en sus mesas, que escuchaban mismo hace la mujer que barre la casa buscando la
su mensaje y entraban en el espíritu festivo del Reino, moneda. En la parábola del hijo pródigo, el padre le
al que se asomaban asombrados. Aunque este banquete dice al hijo mayor: «Había que hacer fiesta y alegrarse»
en su plenitud última sólo se disfrutará en el Reino (Le 15,32).
completamente realizado —cuando los bienes de la tierra El discernimiento, que descubre el tesoro y la perla,
y las personas se sienten reconciliadas a la mesa del provoca una alegría tan grande que lleva a vender todo
Padre—, toda la parábola es una invitación a entrar ya para adquirir lo nuevo (Mt 13,44-46).
ahora en el espíritu festivo del Reino. Nadie es excluido La creatividad en la vida apostólica devuelve a los
de esta fiesta. Si «ninguno de aquellos invitados probará discípulos a la comunidad, compartiendo la alegría de
el banquete» (14,24), es porque ellos mismos se exclu- su propia experiencia de ver cómo hasta los demonios
yeron, prefiriendo su pequeña posesión a la fiesta co- se les sometían (Le 10,21). Es la cosecha que llena de
munitaria en la que todo es gratuidad. alegría el compromiso y que aparece en tantas parábolas.
La alegría en medio del conflicto y la persecución
Es necesario celebrar ahora. Lucas recoge una pa- por el Reino es una señal de caminar en el espíritu de
rábola que expresa el sentir de Jesús, su experiencia Jesús. «Dichosos vosotros cuando os insulten, persigan
cotidiana y festiva. Ciertamente que para los que ob- y calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad
serven esta fiesta atrincherados en sus seguridades, para alegres y contentos» (Mt 5,11-12). Es la alegría de la
los que tengan en orden su contabilidad de banco y de vida que nace entre los dolores del parto (Jn 16,21).
prescripciones religiosas, esta fiesta puede ser consi- El juicio de Dios sobre la historia y sobre cada
derada de locos e inconscientes, y tolerada con bene- persona devuelve la alegría definitiva a todos los des-
volente suficiencia. Quien se haya encontrado inmerso calificados de este mundo. No sólo los defiende el Señor
en la transcendencia de esta fiesta, participando de su como un juez justo y poderoso, sino que se identifica
ritmo y su abrazo, acogiendo sus palabras llenas de vida con ellos, haciéndose el juicio en el mismo encuentro
donde oficialmente está sentenciada la muerte, podrá con ellos, precisamente porque Dios es juicio desde
percibir el estremecimiento de la plenitud del Reino, dentro de ellos, oprimido o amado en ellos, los últimos
que se encarna ya en la comunidad de los marginados, y más pequeños de este mundo.
y sentarse gratuitamente a su mesa festiva.
5. Somos responsables de la alegría y de la fiesta: «Ha-
4. Desde esta perspectiva, es sorprendente leer de nuevo ced esto en memoria mía» (Le 22,19). La dimensión
las parábolas de Jesús, y descubrir cómo la dimensión festiva comunitaria del Reino debe ser permanente hasta
146 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA CELEBRACIÓN DEL REINO 147

el final de los tiempos. Construir el Reino es permitir de la semana (Le 24,1), un estreno de la nueva creación,
que la fiesta comunitaria vaya ganando espacio y pro- donde la gratuidad insondable de Dios acoge y reconcilia
fundidad y siga fermentando la historia entera, hasta que todas nuestras creatividades y nuestras cruces clavadas
llegue la fiesta sin límites del Reino plenamente reali- como enemigas sin respuesta en los bordes de nuestros
zado, el pan compartido sin restricciones de ningún tipo caminos. Sin esta experiencia festiva, no podríamos
en la misma mesa del Padre. construir el Reino ni ser testigos del Señor de la historia,
Desde las primeras comunidades cristianas, que que camina con nosotros con poder para vencer la in-
compartían el pan con alegría de corazón en la asamblea justicia y la muerte.
reunida en la casa pequeña de algún cristiano, hasta
nuestras grandes liturgias masivas, pasando por tantas «El Reinado de Dios se parece a un enjam-
alegrías clandestinas de eucaristías amenazadas, la Igle- bre de abejas. Cuando llega hasta su col-
sia es fiel al mandato de Jesús. También él compartió mena el aroma lejano del eucalipto o del
el pan y el vino en una cena festiva, en una situación granadillo, excitadas por la noticia, em-
abrumada por «el poder de las tinieblas». En cualquier prenden juntas un largo viaje siguiendo el
hilo de perfume que las orienta sin perderse
situación vamos celebrando la Pascua, «hasta que tenga
y las alienta en el esfuerzo de su búsqueda.
su cumplimiento en el Reino de Dios» (Le 22,16). Al final del vuelo hay una fiesta entre los
Celebrar no es opcional. Somos responsables de la colores vivos, el polen y el néctar de las
alegría y de la fiesta, como lo somos de la creatividad flores. Los que perciben el aroma del Reino
y de la fidelidad hasta la cruz. El Jesús que nos fue fiel que atraviesa el momento presente, llenos
en la pasión hasta la muerte, también nos es fiel en la de alegría en la comunidad, se dejan con-
resurrección. La alegría pascual, inexplicable y descon- ducir hasta el final festivo de la historia».
certante, es una manifestación de su resurrección. Cuan- «El Reino de Dios es como una tarde de
to más comprometida esté en la historia esa comunidad, fiesta entre los ranchos pobres del barrio.
y lo haga desde una desproporción tan grande como el Cuando empieza a sonar la orquesta con sus
pequeño grupo de discípulos en la mañana de Pente- potentes altavoces, y el ritmo de la música
costés, más poderoso será ese signo de vida nueva. Es se mete en el cuerpo de la gente, todos hacen
la alegría imposible, inalcanzable, pero real y gratuita cualquier sacrificio para entrar en la sala de
como don del Resucitado. fiestas. Unos sacan algo de los ahorros es-
A veces da miedo asomarse al abismo de donde condidos, otros piden prestado a los amigos,
brota esa alegría sin lógica aparente. ¿Será fantasma? o empeñan en la compraventa algún objeto
(Le 24,37) ¿o fantasía? (Le 24,11). ¿No será más bien valioso. Los que experimentan el paso del
Reino por sus vidas oprimidas, llenos de
el sentido último de la vida, la presencia del Resucitado
alegría lo celebran y se ponen en camino
que se aparece en la comunidad de los creyentes? hacia la fiesta plena del Reino que ya em-
En toda alegría gratuita y en toda celebración co- pezó con Jesús resucitado».
munitaria verdadera, se siente un aire del día primero
14
La oración del Reino:
el Padre de bondad
en el centro de toda situación

«El día de nochebuena, en pocos minutos


el fuego arrasó un ranchito de madera vieja.
Se perdió todo. Doña María vivía en el ran-
cho con su esposo y dos nietas pequeñas.
Cuando se iban a marchar para la casa de
unos amigos, los vecinos les pidieron que
se quedaran con ellos, que era un día de
fiesta. Con las maderas a medio quemar por
el incendio, prendieron un fogón para co-
cinar la cena. Doña María dijo: 'Yo te doy
gracias, Señor porque salimos vivos del fue-
go. Un vecino, no sé quién, sacó a mi nieta
pequeña de entre las llamas y me la puso
entre los brazos. ¡Serías tú mismo! Perdi-
mos todas las cosas que teníamos, pero no
perdimos mucho, porque no teníamos gran
cosa. Ahora volveremos a empezar'.

Los vecinos acompañaron a la familia, ani-


mándola toda la noche».

1. Jesús no se constituye en el evangelio en un lugar


de peregrinación en el que todos los caminos confluyen
y terminan. Su misma vida itinerante es el símbolo de-
sinstalado del que se mueve al servicio de una misión
150 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA ORACIÓN DEL REINO 151

recibida de otro, del Padre. Todo el que se encuentra limpio el corazón para una relación sin trampa con el
con él, como amigo o como admirador agradecido, es Dios de bondad y cercanía, «que sabe lo que nos hace
reenviado al Dios del Reino. En su relación con el Padre, falta antes que se lo pidamos» (Mt 6,8). Lo importante
vive un amor tan perfecto que el Padre se expresa ple- es descubrir lo que el Padre sabe que nos conviene y
namente en cada palabra y cada gesto de Jesús. Pero que nos quiere dar para acogerlo.
Jesús no queda absorbido en esta relación. En Jesús
encontramos también la respuesta perfecta y libre, ple- 3. En la parábola del fariseo y el publicano (Le 18,
namente humana, al Padre y su designio en la historia. 9-14), da la impresión de que Dios llega más fácilmente
al rincón último del templo, donde el publicano «se
Los discípulos intuyeron la grandeza de esta rela- quedó a distancia» (18,13), que al centro espléndido,
ción, vivida en cada segundo de su existencia y expli- donde el fariseo «se plantó» (18,11). Esta distribución
citada de manera más fuerte en momentos densos de su física de los personajes en la geografía del templo revela
existencia, como al comenzar su misión en el bautismo la diferencia honda de los dos corazones. Uno está «sa-
(Le 3,21-22; 4,1-13), al escoger a sus discípulos (Le tisfecho» de sí mismo y «seguro» (18,9), mirando desde
6,12), al torcer el rumbo de su vida hacia el conflicto su suficiencia «con desprecio» al publicano, al que con-
de Jerusalén (Me 9,1-13), o en las largas noches de su sidera inferior (18,11). El publicano, en cambio, invoca
vida apostólica por los montes de Galilea (Me 1,35). a Dios con las palabras de misericordia del salmo 51.
Cuando los discípulos le pidieron que les enseñase Como en otras muchas parábolas del evangelio,
a orar (Le 11,1), querían asomarse al misterio de esa Jesús revela que los últimos, que se acercan a Dios
relación única que el corazón humano busca como el conscientes de su necesidad, descubren más fácilmente
eje sobre el que girar de manera permanente. el Reino de Dios que los satisfechos, que se cierran
herméticamente sobre su propia justicia dejando resbalar
2. «Cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta» sobre el corazón la oferta de un Reino generoso que
(Mt 6,6). En esta breve imagen de la puerta cerrada, viene a desequilibrar una religión de leyes minuciosas,
que crea el verdadero escenario de la oración, existe con las que pretenden controlar como dueños la acción
una crítica para la oración judía, en la que Jesús mismo de Dios en el corazón de la persona.
fue educado en la sinagoga. Con esta puerta cerrada, se
deja fuera la oración externa en las esquinas de las plazas Dirigirse a Dios con un corazón que controla la
para cumplir con leyes controlables. Se rechaza la pa- relación y discrimina al hermano no es orar, pues no se
labrería excesiva que aturde a Dios y cansa el corazón. expone a la iniciativa insondable y gratuita de Dios.
Se elimina la oración comercial que devora los bienes Todo lo contrario: es afirmarse más en la propia sufi-
de las viudas bajo pretexto de largas oraciones (Me ciencia, que no permite emerger en el fondo de la vida
12,40). La persona queda en lo secreto (Mt 6,6) de un el don impredecible del Reino de Dios, ni permite re-
encuentro que toca lo más profundo de la verdad per- conocerlo en el hermano descalificado por la ideología
sonal, despojado de imposiciones y fachadas, puro y imperante. El fariseo, con su vieja justicia, impide re-
152 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA
LA ORACIÓN DEL REINO 153

cibir en su corazón y en la comunidad el don de la nueva una oración que persevera en medio de la noche. La
justicia (Mt 5,20). constancia va vaciando la suficiencia personal en nues-
4. Porque ¿cómo controlar la iniciativa imprevisible de tras habilidades para abrir la puerta de la gracia desde
Dios? «El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, fuera, y va ensanchando el corazón para poder recibir
aunque no sabes de dónde viene ni adonde va. Eso pasa lo que nos conviene y Dios nos quiere dar, pero que
con todo el que ha nacido del Espíritu» (Jn 3,8). todavía no cabe dentro de nosotros.
Esta misma necesidad de «orar siempre y no de-
El viento inmanipulable en su origen y su tiempo, sanimarse» (Le 18,1) aparece en la parábola de la viuda
en su intensidad y trayectoria, es la imagen del Espíritu tenaz y del juez que «ni temía a Dios ni respetaba al
surgiendo desde el misterio con su oferta impredecible hombre» (18,2). La viuda es el símbolo de los seres
de vida nueva, como le explica Jesús a Nicodemo. No más desprotegidos en la sociedad judía, por su condición
sólo la persona de Nicodemo puede nacer de nuevo (Jn de viuda pobre y de mujer, en una situación donde la
3,7), sino todo el sistema que él representa y que ahora justicia corrompida no respetaba a los pequeños sin in-
dialoga con Jesús, como una verdadera oración que fluencia social ninguna. Si el juez acaba haciendo jus-
arriesga sus certezas en ese encuentro nocturno donde ticia a la mujer, porque le «está amargando la vida»
el sabio judío pregunta admirado al pobre galileo Jesús. (18,4), «¿no hará justicia Dios a sus elegidos si ellos le
Orar es exponerse a esta libre fuerza que llega desde gritan día y noche?» (18,7).
Dios con la suavidad de la brisa tenue (1 Re 19,12) o Orar desde la «noche», y orar desde la debilidad
con la fuerza impetuosa del «viento recio» (Hch 2,2). social de los pequeños y oprimidos, es necesario para
De todas formas, orar es abrirse a una gratuidad a la ir recibiendo de Dios la gracia del Reino. «Noche» y
que hay que dejar entrar en su llegada y a la que hay «pequenez» tienen una resonancia insospechable en el
que seguir en su incalculable trayectoria de futuro, hasta corazón de los pobres.
donde quiera conducirnos en su designio de vida inédita. 6. La razón última de esta manera de orar, que pone
toda la confianza en Dios, es la generosidad de Dios,
5. La oración no es un proceso de eficacia automática,
que supera todos nuestros esquemas humanos de bondad
sino una relación perseverante a lo largo de «la noche»,
(Le 11,11 -13). El punto de partida es precisamente nues-
como el amigo que pide pan insistentemente a su amigo
tra bondad limitada. Desde su «maldad» (11,13) los
ante una necesidad inesperada (Le 11,7-10). La noche,
padres de este mundo «no dan a sus hijos una serpiente
sin lugar adonde ir a comprar pan, ante la llegada del
cuando les piden un pescado, ni un alacrán cuando les
huésped, es el símbolo de la falta de posibilidades, de
piden un huevo». Serpiente y alacrán son el símbolo del
puertas cerradas.
veneno en las relaciones humanas, y también del engaño
Pero el centro de la parábola no está en que es a un ser inocente como el niño.
necesario cansar a Dios para obtener el pan de la hos- La bondad de Dios es insondable. Ciertamente
pitalidad, la respuesta a la necesidad imperante, sino en «dará el Espíritu Santo a los que se lo piden» (11,13).
154 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA LA ORACIÓN DEL REINO 155

El centro de nuestra oración es la acogida del Espíritu, una relación que no tiene ni un segundo de ruptura por
que nos permite «nacer de nuevo», mirar toda la realidad parte de Dios.
con ojos nuevos y relacionarnos con ella entrando dentro
8. Es sorprendente cómo se puede experimentar a Dios
del impulso transformador que nace en el corazón de
como Padre de bondad y cercanía precisamente donde
Dios. Todas nuestras parciales peticiones y necesidades
sobreviven con gran dificultad los despojados de tierra
quedarán situadas dentro de este dinamismo del Espíritu.
y de derechos, los marginados de la creación y de la
7. Aunque toda palabra es insuficiente para expresar la historia. En medio de esta situación de despojo último,
realidad de Dios, Jesús nos enseñó a llamarle Padre, Jesús mismo hizo esta experiencia del Padre de bondad.
precisamente a partir de su propia experiencia de rela- No desde la abundancia y la seguridad, sino desde su
ción, al sentirse el Hijo amado y escogido. Nos rela- solidaridad cercana con las vidas saqueadas.
cionamos con Dios como hijos, orientados por la ex- En el encuentro con todas las marginalidades, Jesús
periencia y la enseñanza de Jesús (Mt 6,9). siente al Padre como aliado suyo en la lucha contra las
Las grandes líneas de la vida del Reino que hemos instituciones y personas que lanzaban a los pobres a las
podido seguir a lo largo de nuestra lectura de las pa- periferias.
rábolas, aparecen concentradas en el Padre Nuestro (Mt En su insondable intimidad, Jesús percibe al Padre
6,9-13). En la relación con el Padre es donde se articula como bondad y cercanía, y acoge cada día el surgir del
dinámicamente la constelación parabólica de Jesús. El Reino que hace de su persona el ser más original que
Padre es el origen inagotable del Reino: «Venga a no- ha existido, atravesado de una novedad inagotable, y al
sostros tu Reino» (6,10). Este Reino nos introduce en mismo tiempo el ser más libre para desatarse de todas
un dinamismo de «perdón» otorgado y recibido. Le pe- las ligaduras de su entorno y servir sin restricciones la
dimos hacer su «voluntad» de vida reconocida en el novedad de Dios en la historia. Jesús está lleno del
discernimiento. El «pan» para todos es el resumen de Espíritu en todas sus dimensiones, sin oscuridad de ley
todos los bienes que necesitamos producir, en un desafío ni de costumbre. Jesús pretende conducir a cada uno de
permanente a nuestra creatividad. Las «pruebas» ine- sus discípulos a este mismo centro de la relación con el
vitables en la fidelidad al Reino nos van a sacudir, a Padre, desde donde él surge con su acción y su palabra,
tentar. El «nombre de Dios» es santificado, tanto en la que escapan a los moldes estrechos del presente.
justicia nueva que entra en nuestro mundo como en las Esta relación es el centro último de toda la persona.
celebraciones explícitas en las que reconocemos su cer- En la intimidad de la puerta cerrada (Mt 6,6) se afirma
cana trascendencia y su gloria. la imagen del último punto de consistencia de la persona,
A partir de nuestra imagen de la paternidad hu- sin el cual es imposible no dejarse invadir por «la ti-
mana, hemos llegado al punto central, al último fun- niebla», hundiéndose en su abismo.
damento vivo e inagotable donde injertar nuestro pro- En la contemplación de este misterio de la presencia
yecto y todas las dimensiones de nuestra persona, en activa de Dios en las periferias, existen unas posibili-
156 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

dades de comunión con Dios que sólo acertamos a vis-


lumbrar en la misma persona de Jesús. En el Padre 15
origen, en el Hijo hermano y en el Espíritu oferta de lo Rasgos de la experiencia
nuevo y comunión, somos incorporados a la misma in-
timidad de Dios, precisamente en los mismos tortuosos contemplativa de la historia
callejones donde crece el Reino, que es un horizonte sin
final, como el mismo avanzar en la intimidad de Dios.
Cada uno de nosotros somos únicos en esta relación y
nos vamos haciendo libres y originales en el encuentro,
con un puesto insustituible en su proyecto de vida.

«El Reino de Dios se parece a una india 1. Experiencia integrada en la realidad


tejedora de tapices. Hasta sus manos hábiles
van llegando todos los hilos diferentes en
color y en cantidad. A todos los acoge sin El encuentro con Dios se realiza en el centro de la
desechar ninguno. En el diálogo de los hilos realidad, asumiendo la historia, el cosmos donde se
con los dedos de la tejedora, cada hilo va realiza y la persona como agente fundamental. En los
encontrando su lugar preciso para que el tres aspectos de la realidad encontramos la misma acción
dibujo se complete y sea bello, con la pre- de Dios que unifica toda la realidad en un mismo de-
sión exacta para que el tejido sea consis- venir.
tente. Los dibujos van apareciendo nuevos,
uno tras otro. Al principio parecen un error El cosmos aparece como regalo incesante creado
en el fondo blanco del tapiz, un hilo fuera por Dios, y también como tarea nuestra, pues tiene que
de sitio, pero después se perfila un cóndor ser transformado en un escenario plenamente dominado
de alas desplegadas, una casa, un pastor. de las fuerzas naturales hostiles (Gn 1,26) y tiene que
Sólo en el corazón creador de la india ya ser liberado de todas las fuerzas históricas que lo vio-
vive el secreto del dibujo final, que ahora
lentan, del acaparamiento excluyente y de la avaricia
se va relevando poco a poco, surgiendo de
la habilidad de sus manos». que no repara en el daño ecológico para las generaciones
futuras.

La persona está abierta al infinito en sus aspiracio-


nes de justicia, bondad, belleza y encuentro personal
sin límites... Dios es el horizonte de esta búsqueda, que
él mismo alimenta desde el centro de la intimidad, donde
se encuentra de tú a tú con cada uno de nosotros en una
originalidad irrepetible.
158 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA RASGOS DE LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA DE LA HISTORIA 1 5 9

En la historia avanza el proyecto de Dios que atra- la acción de Dios y su justicia. En nuestra fantasía crea-
viesa toda la realidad. Cuando nos comprometemos con dora buscamos alternativas para encarnar efectivamente
él, trabajamos con Dios, liberando juntos el presente y las ofertas de Dios.
creando el futuro. Todo nuestro ser (cuerpo, afectividad, razón y fan-
El Reino es la oferta que unifica cosmos, persona tasía) se unifica en la decisión de nuestra libertad, que
e historia. El que se entrega a su servicio se encuentra concierta toda la persona en la respuesta al Señor; que
con el Dios del Reino en una experiencia que asume no es sólo proyecto de trabajo, sino también encuentro
toda la realidad desde los más pequeños de este mundo. en la presencia contemplativa. Proyecto y presencia se
complementan mutuamente en la entrega plena a Dios
La más insignificante criatura tiene un puesto en y su Reino, en el seguimiento de Jesús. En el proyecto
el corazón y en el proyecto de Jesús. De una manera expresamos la contemplación, y en la contemplación
especial, Jesús acoge a los seres más marginados, de recogemos el proyecto y le damos su verdadero sentido.
los que no se espera nada bueno, los que no cuentan Cuando tomamos una decisión, lo hacemos como
para nada. La moneda perdida entre la basura (Le 15, respuesta a una gracia, a una posibilidad que Dios nos
8-10), el pobre Lázaro, al que sólo los perros parecen ofrece en el respeto a todo lo que somos cada uno de
ver (Le 16,19-21), el asaltado al borde del camino (Le nosotros, con nuestras heridas y recursos, sin ser des-
10, 25-37), todos los descalificados (Mt 25,31-46), son garrados por utopías imposibles ni quedar estancados en
colocados por Jesús en el centro de su anuncio del Reino. la parálisis de nuestros límites.
Al situar Jesús por su encarnación el centro de la historia
en la periferia, toda la realidad se integra en un orden Esta experiencia es fundamental en el fondo de la
nuevo que desequilibra el mundo viejo de injusticia lla- sociedad, donde pesan con toda fuerza los mecanismos
mado a transformarse. La «buena noticia» interesa a desintegradores de la sociedad, que nos dificultan el
toda la realidad. compromiso o rompen a los comprometidos por las fi-
suras de su fragilidad personal.
El lenguaje simbólico expresa esta integración de
2. Experiencia integradora de la persona toda la persona en la experiencia. No sólo integra el
cuerpo con sus sentidos, la afectividad y la razón, sino
Sólo percibimos la realidad a través de nuestros sentidos, que resuena en dimensiones muy profundas, inaccesi-
y respondemos a sus desafíos a través de nuestra cor- bles a la consciencia. Este lenguaje simbólico nunca se
poralidad. La sensibilidad para percibir la realidad en cierra sobre sí mismo como el cofre de un avaro, o sobre
su belleza y su dolor nos permite descubrir ahí la acción lo ya conocido, sino que abre a toda la persona hacia
de Dios, dejándonos impactar afectivamente por su cer- las posibilidades insospechadas del futuro de Dios. Al
canía a nosotros. Al mismo tiempo, tratamos de com- mismo tiempo, es humilde, nunca lo dice todo. Es ina-
prender el mundo con sus mecanismos estructurales, y gotable, porque siempre nos reenvía más lejos. Lo sim-
160 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA RASGOS DE LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA DE LA HISTORIA 1 6 1

bólico llega como gracia que nos unifica, contra lo dia- la gracia como realidad última. Su persona está centrada
bólico que nos rompe y nos dispersa. en el servicio a Dios y su Reino.
Jesús vivió con toda su persona unificada en la Por eso mismo, Jesús nos remite al origen de su
entrega al Reino, de tal manera que en él encontramos, existencia y del Reino al que sirve. El Padre de bondad
sin sombra ninguna, la palabra de Dios hecha carne, la lo ha enviado y vive con él una relación permanente,
«parábola de Dios» en su capacidad de sugerencia ina- sin ruptura alguna. De ahí nace constantemente la ori-
gotable.
ginalidad y libertad de toda su vida. Contempla la rea-
Por eso pide Jesús a sus discípulos que lo dejen lidad para descubrir lo que el Padre crea y unirse a su
«todo» para seguirlo. No se puede interrumpir la nitidez acción (Jn 5,19-20), sacando a la luz su proyecto. Jesús
de esta opción con dinamismos que dispersan a la per- se experimenta como el Hijo muy amado, el elegido.
sona en otras direcciones.
Jesús nos introduce en esta relación con Dios que
El que se entrega al Reino lo deja todo, como los él vive, nos enseña a llamar a Dios «Padre», y a pedirle
discípulos (Me 10,28); lo vende todo, como el que en- que nos envíe su Reino (Mt 6,10), para poder acogerlo
contró el tesoro y la perla (Mt 13,44-46). Jesús se lo y crear la tierra nueva fraterna.
dice con claridad al joven rico (Me 10,21) y a todo el
que quiera seguirlo. «El que no renuncia a todo lo que En Jesús reside la plenitud del Espíritu (Le 3,22).
tiene, no puede ser discípulo» de Jesús (Le 14,33). In- Jesús resucitado nos lo envía para que nos conduzca a
cluso las relaciones familiares más íntimas, de esposos, la verdad plena (Jn 16,13), como sucedió en la primera
hijos y hermanos (Le 14,26), no pueden estar por encima comunidad que surgió la mañana de Pentecostés, en un
del seguimiento. Ni el propio yo puede constituirse pequeño grupo descalificado desde el fondo de la so-
como centro (Le 14,26). ciedad judía.
Toda la persona se integra en el encuentro con Jesús También hoy, las comunidades y personas que se
y se unifica contra toda fuerza desgarrante, porque ha
entregan al Reino desde los pobres sólo son imaginables
sido gratuitamente alcanzada por la vitalidad del Reino.
desde la fuerza del Espíritu entre nosotros, que resucita
Esta integración, que deja atrás todo lo viejo, asusta a
los instalados de este mundo, que han pretendido «rea- las palabras del Jesús de la historia y nos permite pro-
lizarse» en la acumulación y la competencia fratricida. seguir su causa.
El Padre, origen del Reino, trabaja también como
3. Experiencia trinitaria el labrador (Jn 15,1) y, como dueño de la tierra, envía
obreros a su cosecha (Mt 10,37). Y el Espíritu llega
El Jesús histórico, encontrado en las periferias del mun- hasta nosotros para hacernos nacer de nuevo más allá
do, es la expresión definitiva e insuperable de Dios. de lo que comprendemos. Es como «el viento, que sopla
Toda su existencia es el anuncio de la buena noticia de donde quiere y oyes su ruido, aunque no sabes de dónde
viene ni adonde va» (Jn 3,8). Desde su impredecible
162 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA RASGOS DE LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA DE LA HISTORIA 1 6 3

libertad, nos hace las ofertas que nos rehacen al entre- de luces y de sombras, sin respetar el aporte específico
garnos a la fuerza del Reino, que nos llega siempre como de cada una y el ritmo de su propio crecimiento.
la «buena noticia» de Jesús.
En el camino recorrido se percibe ya la presencia
de lo definitivo, la vida que salta hasta la eternidad, más
honda que las limitaciones personales y los fracasos
4. Experiencia comunitaria históricos. Esta trascendencia, como presencia activa de
Dios en la historia, infinitamente más honda de lo que
La experiencia de Dios vivida en el compromiso por el podemos imaginar o formular, la reconocemos y la ce-
Reino tiene una dimensión comunitaria. Jesús no anun- lebramos entrando gozosos en su misterio cercano. Tan-
cia el Reino desde una distante soledad sacral, sino desde to en los ritos oficiales como en las mil liturgias de cada
una comunidad de hombres comunes del pueblo. día, donde anticipamos el triunfo definitivo del Reino,
En esta experiencia existe una dimensión profética vivimos una dimensión sacerdotal.
que, desde una sensibilidad evangélica, denuncia la dis- En cada una de estas dimensiones aflora, con ma-
tancia que hay entre lo real y lo prometido por Jesús, tices diferentes de un proceso, la verdad última de la
lo que vivimos y lo posible. También anuncia, en el historia, el compromiso de Dios con nosotros. En cada
discernimiento de los signos de la historia, lo nuevo que paso hacia adelante construyendo el Reino, se nos revela
Dios nos ofrece en cada situación concreta. también un rasgo nuevo del rostro de Dios.
La profecía sola se extinguiría como un grito de Cada una de estas dimensiones tiene dentro de la
náufrago en el océano de la injusticia si no tuviera el comunidad eclesial su aporte insustituible y su tentación
cuerpo eclesial, con su dimensión pastoral. Los pastores inevitable. Unas se salvan a otras no permitiendo que
están llamados a unir la comunidad y a organizaría para se encierren en sí mismas. Todas son necesarias, pero
un amor fuerte y eficaz que luche con realismo, paso a no todas se viven con el mismo acento. Así nacen entre
paso, por la nueva justicia del Reino. La creatividad se nosotros los profetas, los pastores, los sacerdotes y los
hace operativa y se inserta en la trama de la historia por sabios, como carismas complementarios dentro del pue-
el trabajo paciente de los pastores. blo de Dios en marcha, según la manera específica en
que cada cual experimenta su relación con Dios.
Dentro del cuerpo eclesial, es necesario encontrar
la manera de que las dimensiones profética y pastoral En Jesús, estas dimensiones aparecen integradas en
se integren en cada persona concreta, hasta los detalles su persona y en su lenguaje. Su palabra profética de-
más mínimos, respetando su originalidad. Cada persona nuncia el sistema judío («sepulcros blanqueados», «raza
y cada detalle son importantes, con un puesto en el de víboras»...: Mt 23,1-36), y anuncia el reinado de
corazón de Dios y en su proyecto. Sin esta dimensión Dios como liberación de demonios y cegueras.
sapiencial, más contemplativa y remansada, quedarían Cuida como buen pastor (Jn 10,2) a cada persona
atropelladas las personas con su propia trayectoria única de la comunidad y va formando a sus discípulos con
164 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA
RASGOS DE LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA DE LA HISTORIA 1 6 5

especial esmero (Me 4,34). Tiene sus propias estrate- prometida que abandona la rutina como un cascarón
gias: habla o se esconde, recorre Galilea o se encamina vacío.
hacia Jerusalén.
Los objetos, colores, seres y acciones de cada día
Jesús sabe enfrentar con realismo las situaciones aparecen iluminados desde dentro, como signos que nos
de cada día, contaminadas con su malicia propia (Mt orientan hacia el más allá definitivo del Reino, que ya
6,34), sin dejarse abrumar, y exhorta, con la sabiduría está parcialmente presente transfigurando y desbordando
de su experiencia, a sacar la viga del ojo propio para la realidad. Estos signos se convierten en alimento de
ver la mota de polvo en el ajeno (Mt 7,35). Con muchas cada jornada, fertilidad para la fantasía creadora y ple-
pequeñas comparaciones y sentencias lapidarias, enseña nitud ya comenzada de un corazón hecho para el en-
la coherencia personal para moverse en las mil encru- cuentro absoluto.
cijadas de cada día.
Hablar sobre Dios conlleva un vocabulario de ob-
La celebración adquiere formas más nuevas que las jetos concretos, de rincones conocidos, de rostros con
estereotipadas en los ayunos rituales (Me 2,18). Festines nombre y apellido, de aromas y colores que pode-
populares en bodas y mesas de pecadores preceden al mos encontrar cada día en el ir y venir contemplativo
banquete de la última cena, anuncio definitivo del final por los callejones estrechos del compromiso que crea la
festivo de la historia. vida.
Para encontrar a Dios y anunciarlo hay que desvelar
5. Experiencia sacramental cada centímetro de la realidad donde el Dios discreto,
que esconde su trascendencia, nos permite vivir e irnos
Jesús es el sacramento de Dios en la historia; y el pobre, haciendo ante su mirada y la cercanía de su aliento. Dios
su sacramento privilegiado, con el que Jesús se identi- es el Señor de la justa cercanía, sin tanta luz que nos
fica. En este encuentro sacramental, Dios nos propone ciegue y nos aturda, ni tanta distancia que nos perdamos
algo y espera nuestra respuesta. en el desconcierto desolado.

Cuando se ha encontrado a Dios en la contempla- Jesús descubre el Reino asomándose a las reali-
ción del cosmos, del otro y de la propia intimidad dentro dades que encuentra a su paso, sin dejarse programar
del proyecto del Reino, cada rincón se puede transformar por la enseñanza oficial, que concentraba la mirada re-
en sacramento de la presencia activa de Dios. El mundo ligiosa en el templo, en las filacterias, en las profesiones
es un templo, y cada acción es parte de una liturgia viva. puras, en los diezmos minuciosos... Los pájaros y las
flores del campo (Mt 6,28), la mano con fiebre de la
Más allá de su bondad concreta, toda creatura nos suegra de Simón (Me 1,31), el rostro desencajado del
remite a la dimensión última de la realidad, taladrada hombre poseído por una legión (Me 5,1-10), la alegría
la corteza superficial por la mirada contemplativa, y de un parto feliz (Jn 16,21), las nubes y el bochorno
despertadas las fuerzas del Reino por la acción com- (Le 12,54-55), se van convirtiendo para la mirada con-
166 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA RASGOS DE LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA DE LA HISTORIA 1 6 7

templativa de Jesús en sacramentos del Reino. El Padre Esta experiencia no se vive en la sequedad desa-
le propone la vida nueva, que desborda todos los es- brida, sino saboreando un sentido que gratifica ya ahora,
quemas conocidos. Jesús, con su compromiso, le ayuda aunque el proyecto del Reino esté sólo en camino, y la
a nacer (Jn 5,19). Este estreno del Reino se moverá por presencia del Señor aparezca velada por nuestra con-
las sinagogas y las calles (Jn 5,9-10) como una propuesta dición de peregrinos.
de vida insospechada. Pero los dirigentes judíos sólo
verán provocación en estos signos, porque llegan en El agradecimiento al Señor es la respuesta afectiva
personas descalificadas, en días prohibidos, en acciones en la que se expresa el sentirse asociado por Dios a su
que no cabían en sus proyectos estrechos, emergiendo proyecto, sin dejarse disolver en los vaivenes superfi-
desde las periferias religiosas y sociales. ciales de tantos caminos que terminan en la vaciedad y
el absurdo.
La eficacia histórica se busca con determinación
6. Experiencia de gratuidad firme y organizada. A veces se consigue, a veces no.
El poder tiene mecanismos muy fuertes para desbaratar
La experiencia de Dios en la historia está atravesada por y destruir. La «noche» de la historia es un paso prác-
la gratuidad. Busca la eficacia histórica del amor, pero ticamente inevitable para el servidor.
no se detiene ahí, sino que profundiza hasta sus últimas
raíces y consecuencias. El grano de trigo que muere (Jn Por otro lado, las pequeñas eficacias y las certezas
12,29) para dar vida expresa esta experiencia. adquiridas tienen que abrirse incesantemente a la tras-
cendencia, que no nos deja apresar nada ni cobijarnos
El origen de todo el proceso está en la gracia, un en nidos bien seguros. Para no quedar tarde o temprano
don del Señor de la historia que pone cada segundo en nosotros mismos presos de lo que hemos cosechado,
camino su proyecto en medio de nosotros, y que nos debemos dejar que germine el futuro inédito en lo que
invita desde el centro de nuestra persona a colaborar ya hemos recogido.
con él.
La gratuidad es el resumen de todo este proceso
Más allá de cualquier intento de inversión calcu-
—gracia, gratis, gratificación, agradecimiento— que
lable, ofrecemos la vida gratis a Dios y su Reino. La
nos permite entrar en la insondable generosidad con la
inversión espera rendimientos constatables y pasa fac-
que Dios derrocha la vida para nosotros. Más allá de
tura a los demás por los servicios prestados. Pueden ser
cualquier contabilidad, la vida se entrega de tú a tú al
facturas efectivas, de reconocimiento institucional, de
Señor de la historia, en medio de su pueblo, uniéndose
lealtades, de remuneración económica... No somos los
a su propia gratuidad infinita.
dueños del misterio del Reino, y estamos abocados a
perder nuestra vida, tanto en el servicio activo como en En definitiva, la vida no es para ser invertida, sino
el reposo contemplativo, dos dimensiones de la misma regalada. Paradójicamente, sólo en la gratuidad se hace
entrega sin reserva ninguna. lo suficientemente libre para ser eficaz.
168 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA RASGOS DE LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA DE LA HISTORIA 1 6 9

Para Jesús, el Reino tiene su origen en el Padre, la dimensión última que sólo se revela a la mirada con-
como expresión de su amor gratuito por nosotros. Nos templativa como don de Dios.
enseña a pedirlo: «Venga a nosotros tu Reino» (Mt 6,
8-9). Pedirlo supone apertura para acogerlo. Cuando se Cuando nos comprometemos por el Reino de Dios,
experimenta su llegada sorpresiva, provoca la alegría y nos sumergimos en un dinamismo de vida definitiva que
el agradecimiento: «Yo te doy gracias, Padre» (Le atraviesa toda realidad, que entra dentro de nosotros a
10,21). Pero, más allá de toda experiencia de eficacia, través de nuestros sentidos. Miramos los signos del Rei-
queda la alegría pura del servicio (Jn 13,17), de la per- no (Mt 9,8) y escuchamos el rumor de lo definitivo en
secución por el Reino (Mt 5,11 -12) y de saber que nues- los cantos de los justos (Ap 8,9-12). Hasta nuestra piel
tros nombres están tatuados en la palma de la mano de llega la brisa en la que percibimos el paso del absoluto
Dios (Is 49,16; Le 10,20). En todas estas experiencias, (1 Re 19,12). Saboreamos con nuestro paladar el gusto
limitadas por la historia, ya se percibe el sabor definitivo de un nuevo sentido de la realidad (Mt 6,33).
de la plenitud del Reino. El Señor, es realmente nuestro Para formar esta sensibilidad nueva es absoluta-
servidor en la historia (Le 10,37). Sólo el que lo ha mente indispensable la contemplación del Jesús histó-
gustado puede entregarse al servicio gratuitamente como rico. Al entrar en cada una de las situaciones de su vida,
él (Le 1,48), y la experiencia de la propia pequenez no nos acercamos a su misterio por el camino que admi-
se vuelve una constatación paralizante (Le 17,10) que rablemente expresó San Juan:
nos haga temerosos y mezquinos, sino agradecidos y
felices (Le 1,47). «Lo que existía desde el principio, lo que
oímos, lo que vieron nuestros ojos, lo que
contemplamos y palparon nuestras ma-
7. Experiencia de una nueva nos... os lo anunciamos ahora» (1 Jn 1,
sensibilidad contemplativa 1-3).

En Jesús, todo se nos ha dicho, pero no todo lo hemos


Vivimos en una sociedad que trata de adueñarse de nues- percibido a través de nuestros sentidos para que nos
tra mirada para hacernos cautivos de su interés. Cuando revele su misterio. Jesús es la palabra inagotable del
hablamos de mirada, nos fijamos en uno de los sentidos, Padre que debemos contemplar desde situaciones nue-
pero estamos haciendo referencia a todos nuestros sen- vas. El Espíritu nos llevará a la verdad plena (Jn 16,13)
tidos, a nuestra sensibilidad completa, como la dimen- sobre Jesús, para iluminarnos en nuestras coyunturas
sión corporal que nos pone en relación inmediata con presentes.
la realidad, tanto para percibirla como para reaccionar
ante ella. Al revelarse Jesús encarnado en una vida de hombre
pobre, es necesario contemplarlo desde el pobre, que es
Nuestro reto consiste en tener una sensibilidad nue- la «gramática» para entender las situaciones parecidas
va, que no resbale sobre la superficie y pueda percibir de Jesús: opresión, pobreza, descalificación social, atro-
RASGOS DE LA EXPERIENCIA CONTEMPLATIVA DE LA HISTORIA 1 7 1
170 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

pello legal... son situaciones comunes al pobre y a Jesús. de las realidades duras de la vida de Jesús y de la si-
Ése es el «vocabulario» de Dios para comunicarse con tuación parecida de los pobres de hoy, donde Jesús está
nosotros en Jesús. «nuevamente encarnado» (EE.EE. 109) y nuevamente
nacido (EE.EE. 117).
Pero, además, Jesús se identifica con el pobre de
hoy. En él padece y desde él nos ofrece los signos nuevos Respondemos a la realidad según la percibimos con
del Reino, burlando una vez más las miradas dirigidas nuestra sensibilidad. Si sólo percibimos saqueo y muerte
hacia los centros que están arriba y los controles de los en el revés de la historia, toda nuestra persona se crispará
dirigentes de este mundo, que quieren ser los dueños a la defensiva, o sólo dejaremos entrar dentro de no-
del futuro. sotros las fuerzas demoledoras de la injusticia y la des-
Si tenemos que contemplar a Jesús desde el pobre, trucción masiva de los inocentes. Y estas fuerzas ca-
tenemos que contemplar al pobre desde Jesús para des- minarán dentro de nuestra intimidad, con el peligro de
cubrir hoy en él los signos del Reino. desintegrarnos. Pero, si nuestra sensibilidad capta de
manera plena la presencia activa del Señor de la historia,
Como no sólo contemplamos en la intimidad, sino entonces también su proyecto nos llenará de fuerza y
también en la acción, toda nuestra persona va sumer- sentido, y su presencia llenará las dimensiones últimas
giéndose por el compromiso en la vida del Reino, y de nuestra soledad original. Sólo desde esta experiencia
nuestra sensibilidad se va afinando para percibir y acoger se puede encontrar la consistencia que llega desde la
el paso de Dios en medio de la contaminación y las gratuidad de Dios para entregar nuestra vida gratis en
trampas que nos encubren su presencia.
el servicio a los últimos de este mundo. Entonces po-
Los signos y parábolas son el mejor leguaje para demos decir que una nueva sensibilidad ha nacido en
recoger de alguna manera esta experiencia, que desborda nosotros, en nuestros ojos y nuestra piel, liberada—por
nuestros conceptos y resuena en las dimensiones más la contemplación de Jesús y del pobre— tanto de las
hondas de nuestra intimidad. superficialidades seductoras y brillantes como de la
opresión paralizante y creciente.
En los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, el
ejercitante va avanzando hasta el «aborrecimiento» del
pecado, del desorden y de los valores mundanos Tal vez hacia esta experiencia contemplativa nos
(EE.EE. 63), es decir, hasta el rechazo casi instintivo conduce la experiencia culmen de la vida de Ignacio de
de nuestra sensibilidad ante las concreciones históricas Loyola junto al pequeño río Cardoner. Dice él mismo
del pecado, que tan atractivo se nos exhibe en su fachada en su «Autobiografía» que fue favorecido «con una ilus-
publicitaria. tración tan grande que le parecían todas las cosas nue-
vas» (Autobiografía, 30). Para Ignacio será la gracia
Por otro lado, en la contemplación del Jesús his- más importante de su vida. A esta intuición originante
tórico, el ejercitante llega a «gustar... la infinita sua- volverá a buscar «lo nuevo» en los momentos de en-
vidad y dulzura de la divinidad» (EE.EE. 124), en medio crucijada de su vida. «Le parecían todas las cosas nue-
172 SIGNOS Y PARÁBOLAS PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA

vas...; le parecía como si fuese otro hombre». «Co-


menzó a ver con otros ojos todas las cosas» (Laínez).
Las cosas seguían siendo las mismas en su entorno.
Pero ahora veía una dimensión de la realidad que antes Colección EL POZO DE SIQUEM
nunca había percibido. Primero, Ignacio había mirado
la vida desde las escuelas ascendentes de la sociedad en 1.—Dorothee Sólle
las que había sido educado (en Loyola; entre la nobleza VIAJE DE IDA
que rodeaba al Contador Mayor del Rey, en Arévalo; Experiencia religiosa e identidad humana 160 páqs
en la casa del duque de Nájera). Ahora, al final de su 2.—Rudolf Schnackenburg
OBSERVAR LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS
descenso por las rutas marginales de la sociedad, men- Sobre el Adviento y la Esperanza 80 págs.
digo y amigo de los pobres y enfermos del hospital de 3.—José Comblin
Manresa, en el límite de su resistencia física y psico- JESÚS DE NAZARET
Meditación sobre la vida
lógica, Dios le concedió unos «ojos nuevos». Desde y acción humana de Jesús 4.a ed. 108 págs.
esta nueva situación de marginalidad, el Señor le regaló 4.—Ernesto Balducci
una mirada capaz de superar la superficie de la realidad. LA NUEVA IDENTIDAD CRISTIANA
Todo se reestructuró de manera diferente dentro de sí, Meditación sobre la fe 180 págs.
y nació «otro hombre», apostólico, al servicio activo 5.—José Comblin
EL ENVIADO DEL PADRE
del proyecto de Dios en la historia, un hombre que Jesús en el Evangelio de Juan 104 págs.
«comenzó a ver con otros ojos todas las cosas». 6.—José Comblin
LA ORACIÓN DE JESÚS
Asumir la densidad del mundo desde Dios 96 págs.
7.—Helmuth Thielicke
EL SENTIDO DE SER CRISTIANO
Invitación al tiempo y a la esperanza 176 págs.
8.—José Vives
EXAMEN DE AMOR
Lectura de San Juan de la Cruz 216 págs.
9—J. B. Metz-Karl Rahner
INVITACIÓN A LA ORACIÓN
Solidaridad en el dolor y el compromiso 104 págs
10.—Christa Meves
UN SENTIDO PARA LA VIDA
La respuesta bíblica desde la
psicología profunda 200 págs.
11.—Shusaku Endo
JESUS
212 págs.
12.—Jean Vanler
NO TEMAS AMAR 3.a ed. 134 págs.
13.—Hugo-M. Enomiya-Lassalle 29.—Néstor Jaén
¿A DONDE VA EL HOMBRE? 144 págs. HACIA UNA ESPIRITUALIDAD
DE LA LIBERACIÓN 184 págs.
14—Willfrid Stinissen
MEDITACIÓN CRISTIANA 30.—Teófilo Cabestrero
PROFUNDA 216 págs. SABOR A EVANGELIO 184 págs.
15.—Anthony de Mello 31.—Anthony de Mello
EL CANTO DEL PAJARO 18.a ed. 216 págs. LA ORACIÓN DE LA RANA-1 7.a ed. 296 págs.
16.—Antonio López Baeza 32.—Benjamín González Buelta
POEMAS PARA LA UTOPIA 3.a ed. 160 págs. BAJAR AL ENCUENTRO DE DIOS 2.a ed. 104 págs.
a 33.—Carlos G. Valles
17.—H. J. Rahm - M. J. R. Lamego
VIVIR LA TERCERA EDAD POR LA FE A LA JUSTICIA 3.a ed. 216 págs.
a
EN LA ALEGRÍA DEL ESPÍRITU 2. ed. 180 págs 34.—Piet Van Breemen
18.—Pedro Casaldáliga EL NOS AMO PRIMERO 2.a ed. 208 págs.
FUEGO Y CENIZA AL VIENTO 35.—Anthony de Mello
Antología Espiritual 96 págs
LA ORACIÓN DE LA RANA-2 6.a ed. 264 págs.
19.—Anthony de Mello 36.—Carlos G. Valles
EL MANANTIAL BUSCO TU ROSTRO
Ejercicios Espirituales 8.a ed. 288 págs Orar los Salmos 7.a ed. 272 págs.
20.—Jean Debruynne 37.—Cario María Martini
EUCARISTÍA LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO
¡Gracias, Señor, gracias! 136 págs Meditaciones a jóvenes 120 págs.
21.—Donald P. McNeíll / Douglas A. Morrison / 38.—Jean Laplace
Henri J. M. Nouwen
EL ESPÍRITU Y LA IGLESIA 192 págs.
COMPASIÓN
Reflexión sobre la vida cristiana 200 págs 39.—Benjamín González Buelta
LA TRANSPARENCIA DEL BARRO 144 págs.
22.—Anthony de Mello
¿QUIEN PUEDE HACER 40.—Louis Évely
QUE AMANEZCA? 7.a ed. 248 págs CADA DÍA ES UN ALBA 2.a ed. 208 págs.
23.—Dom Helder Cámara 4 1 — Carlos G. Valles
EL EVANGELIO CON DOM HELDER 2.a ed. 192 págs GUSTAD Y VED
Dones y frutos del Espíritu 3.a ed. 184 págs.
24.—Teófilo Cabestrero
ORAR LA VIDA EN TIEMPOS SOMBRÍOS 128 págs 42.—Louis Évely
TU ME HACES SER 2.a ed. 168 págs.
25.—Antonio López Baeza
a
CANCIONES DEL HOMBRE NUEVO 2. ed. 168 págs 43.—Antonio Cano / Joaquín Suárez
DIOS RÍE
26.—Giuseppe Florio Exhortación al contento
LA PALABRA DE DIOS, y la alegría 2.a ed. 128 págs.
ESCUELA DE ORACIÓN 152 págs
44—Carlos G. Valles
27 —Pedro Casaldáliga «AL ANDAR SE HACE CAMINO»
EL TIEMPO Y LA ESPERA El arte de vivir el presente 3.a ed. 248 págs.
Poemas inéditos 126 págs
45.—Luis Alonso Schókel
28.—Carlos G. Valles ESPERANZA
DEJAR A DIOS SER DIOS Meditaciones bíblicas
Imágenes de la divinidad 5.a ed. 192 págs para la Tercera Edad 2.a ed. 312 págs.
46.—Anthony de Mello
CONTACTO CON DIOS
Charlas de Ejercicios 3.a ed. 240 págs
47.—Luis Alonso Schókel
MENSAJES DE PROFETAS
Meditaciones bíblicas 184 págs
48.—Stan Rougier
PORQUE EL AMOR VIENE DE DIOS 152 págs
49.—Anthony de Mello
UNA LLAMADA AL AMOR
Consciencia-libertad-felicidad 5.a ed. 136 págs
50.—Carlos G. Valles
SALIÓ EL SEMBRADOR 2.a ed. 200 págs
51.—Louis Évely
LOS CAMINOS DE MI FE 128 págs
52.—Jesús Almón Iglesias
EL VUELCO DEL ESPÍRITU 272 págs
53.—Antonio Cano Moya
LAS OTRAS HORAS 144 págs
54.—Piet van Breemen
COMO PAN QUE SE PARTE 192 págs
55.—Benjamín González Buelta
SIGNOS Y PARÁBOLAS
PARA CONTEMPLAR LA HISTORIA 176 págs

EDITORIAL SAL TERRAE


Guevara, 20 - Santander

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