Primero: felicitamos a nuestras hijas e hijos por los valerosos actos con los cuales siguen
reclamando una verdadera financiación para la universidad pública. El pasado 20 de
octubre, a pesar del ambiente adverso creado a través los medios por las declaraciones
del Presidente, empeñado en tratarlos como criminales, y a pesar de la fuerte lluvia, se
realizó una de las marchas más nutridas que se han visto en los últimos meses, y tres
días después de nuevo se manifestaron con el abrazo a la Universidad. Reiteramos
nuestro cariñoso apoyo a estos eventos.
Tercero: manifestamos nuestro estupor por la forma miope en la que el Gobierno trata
el tema de la educación: según las últimas estadísticas, más por el esfuerzo de las alcaldías
que por el del Gobierno Nacional, el número de estudiantes que salen del bachillerato
en los últimos años estuvo a punto de duplicarse. En cualquier país sensato, esta sería
una oportunidad de oro para invertir de manera decidida en la educación superior y dar
continuidad al proceso que acreciente la intelectualidad necesaria para pensar un
proyecto propio de país. Por el contrario, en Colombia esta oportunidad se desprecia:
los bachilleres ven frustrado su futuro porque el presupuesto de la educación pública
superior se maneja a cuentagotas, mientras que el de la guerra prácticamente se duplica.
Cuarto: hacemos un llamado para que los estudiantes continúen en su empeño por exigir
sus derechos y nos ayuden a hacerles entender a sus madres y padres que un futuro
mejor no se logra solo con deseos bien intencionados. La materialización de este anhelo
está condicionada a que todos los colombianos nos vinculemos a las acciones que
busquen garantizar una educación verdaderamente pública, amplia, y autónoma.
MAPA
Octubre 26 de 2009.
mapaunal@gmail.com