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2 AGRADECIMIENTOS f Public Mi reconocimiento, finalmente, al U. 8. Pt Health Service, que apoyS mi trabajo sobre “Social Strategies of Peasant Groups” con un premio Research. Scientist Development (§ Ko2 MH254394.05) del National Institute of Health. dk siglo KK bce Wolp PREFAGIO Apenas enfriados los rescoldos de la destruccién de la segunda guerra mundial los Estados Unidos se ‘yen implicados en Vietnam —a través de una serie de eventualidades— en lo que bien puede conver- tinse en una de las guerras ms costosas, moral y eco- némicamente, de Ta historia. Pritiero por la”ayuda ar a los combatientes franceses, después por sus isiones militares y por sItimo —deede 1962 por la jitervencién cada yer mayor de sus propias iro- pas, los Estados’ Unidos Busearoh la victoria. militar y politica de una guerra entablada: la conquista de los corazones y mentes de un pueblo campesino. Du- rante estos afios, “Tos pequefos bastardes harapientos en pijamas negros” ~como denominaban los oficiales militares de los Estados Unidos a sus nuevos ene. migos— no sélo han levado a un estancamiento de Ja maquinaria militar més poderosa de In. historia, sino que también hicieron preguntarse a muchos nor teamericanos, silenciosamente o en vor alta, por qué “nuestros” vietnamitas no pelean como “sus” vietnamitas, por qué siempre hay nuevos reclutas que completan las filas de un ejército destruido muchas veces en nuestros despachos y comunicades de pren- ‘2, Aislados de otros continentes y de sus problem: en virtud de su posicién geogrifica y extraordinaria encuentran pobremente preparados para compren- der los Ievantamientos que sacuden a los pafses po- bres. La ignorancia conduce al desastre. Vietnam se couvirtié en un cementerio, no conocian lo suficiente © poco Tes importé una regién poco nombrada del a 4 PREFACIO, sudeste de Asia, Las carreteras al delta del Mekong, a Tay Ninh, a Khe San estin sembradas con los res- tos de premisas, percepciones y evaluaciones falsas. Por lo tanto, es iinportante que los Estados Unidos in todos sus conocimi jonibles —y sa con- ible “eapacidad de coraje y compasién— para comprender el mundo en el que se ha convertido en un extrafio, Hace cuatro afios, el 17 y 18 de marzo, algunos de nosotros en la Universidad de Michigan iciamos el movimiento de toma de conciencia so. bre la guerra de Vietnam; de aqui se difundié el gran debate a mis de cien universidades y al Capi- Nacional de Washington. Eso fue s6lo un prin- ,, y en realidad un modesto principio. Vietnam incipal del momento; pero ya jetnam” en Guba, Guatemala 1 y habrd otros en el fue turo, 2 menos que Jos Estados Unidos inviertan_ su ‘curso actual. Si tenemos que saber mis para. vivir en un mundo cambiado, si tenemos que conocer mis para poder actuar con razones mis que con_prejui- ios, con humanidad més que con inhumanidad, con do comin mis que con desatino, debemos ast ir todos Ia tarea de conocer para comprender y comprender para conocer. Esta no ¢s ya tnicamente una tarea para el expecialista académico, alguna ver lo fue; es una obligacién de Ia ci ania, Este libro es el resultado de tal convieciér HE"Sido, por profesién, un antropblogo interesado en estudios campesinos, y en ef presente libro «rato de examinar —como antropélogo— los. testimonios de seis casos de rebelién y revolucién de nuestra época, en los cuales los campesinos han_sido los ipales personajes. Por qué asume un antrop bir sobre este tema? ¢En qué antropslogo, a l2 comprensién de un tema que ya 3 para los economistas, socidlogos y estu- PREFACIO| 5 Giosos de ia ciencia politica? Obviamente tienen co- nocimientos especiales cel tema que un antropdlogo no puede suplir. Tomemos, por ejemplo, el intrigante problema de cimo la inflacién y la deflacién afectan a Ja cohesin social de una aldea, problema que pue- de ser tratado con propiedad por los economiscas. Hay una serie de preguntas acerca de Ia psicolog del despojo o de Ia autoridad a que pueden respo: der mejor los psicdlogos sociales 0 108 socidlogos. De manera similar, el estudioso de la ciencia politica est mejor dotado que el antropélogo para analizar Ia interralacién de los grupos de poder a nivel de una nacién o las relaciones entre naciones. Sin em- argo, al leer el antropélogo los resultados de tales, trabajos, encuentra que faltan aspectos que él con- sidera decisivos. Fs a la comprensién de tales aspec- tos a la que deberd dedicar su atencién. Se interesard por ejemplo en aclarar, tan_ precisa. mente como le sea posible, de qué tipo de campesinos, se trata cuando se habla de in participacién campe- sina en un levantamiento politico. Pa @ incluso para muchos es} centre diferentes tipos de campesinos no tiene tancia; se satisfacen con hablar de un “campesinado” que abarca a todos, sin una mayor distincién. Pero el antropdlogo, con experiencia en estudios de campo en pequefias comunidades, sabe que hay diferencias cen el comportamiento y en los puntos de vista entre arrendatarios y propietarios, entre campesinos ricos y campesinos pobres, entre agricultores que también fon artesanos y aquellos que solo aran_y cosechan, entre hombres que son responsables de todas las operaciones agricolas en una tenencia que arriendan. © poseen y.los.trabajadores asalariados que, realizan si trabajo bajo, Ia Superyisién .de. otros a ca de_dinero, ‘También sabe que se debe distinguir a os cam- 6 PREFACIO pesinos que viven cerca de Jas ciudades y participan fen sus mercados y asuntos urbanos de aquellos qué viven en aldeas mas ; 2 Tos campesinos que empicran a enviar a os ¢ hijas_a las fabricas de aquellos que continiian trabajando’ dentro de los, limites del pequeio mundo de su aldea. Cuando observa las poblaciones reales “sobre el terreno”, le son importantes las diferencias de propiedad y par ticipacién en Ia propiedad, de Yélacién con los mer. cados y sistemas dé cornunieacion. Por lo tanto, buscard tales distinciones y participaciones diferen- tes en informes sobre Ia participacidn campesina en tuna revolucién, porque sospecha que tales diferen- cias ti gran importancia en la génesis y cur so de un movimiento revolucionatio. _ En segundo lugar, enfocari et problema con una preocupacién microsociol6gica, nacida de la com. prensién obtenida sobre el terreno de aquellos pro- blemas ideolégicos trascendentales que s6lo aparecen de manera muy prosaica en Jas aldeas. Por ejemplo los campesinos podrian ynirse a un movimiento nacional con el fin de “arreglar cuentas” diferencias regionales entre los campesi cara Ia concatenacién de circunstancias. si en regiones particulares con la formacién de la sa Uisfaccién 0 ‘del descontento campesinos, sabiendo que la movilizacign de Ja “vanguardia” ‘campesina es menos ¢| resultado de circunstancias nacionales que de caracteristicas locales. En este sentido, como al tratar de descomponer la categoria "campesino” jorfas mis detalladas, busca enfocar el pro- dimiento més preciso de la variedad del campesinado cen sus diferentes contextos locales y regionales. En tercer lugar —y éste quiz4 sea uno de los principales problemas que aqui se presentan— el antropélogo PREFACIO| de Ja cual forma parte. El terra Giante, el dirigente politico y el sacerdote se en. ntvan en las articulaciones de las relaciones so. jales, econdmicas y politicas que conectan a Ja aldea con élites de mayor importanda en los cen- tos de intercambio o en las estructuras_politicas. En el estudio de las aldeas campesinas pudo recono- cer st. papel fundamental en la vida campesina, y esté convencido del papel significative que pueden desempetiar en la participacién de los campesinos en. ir tales grupos, y para ubicarlos en dentro del cual deben actuar, es util referirse a ellos. como ". Para mi las clases son verdaderas conglomerados de personas cuyo de- sarrollo 0 decadencia se afirma en. determinadas circunstancias histéricas y que actdan conjunt te © unas contra otras, en busca de deter intereses que son promovidos por dichas circunstan- pesinos y buscar datos en general y Tas agru tituyen, porque el campesino acta en un escenario en el que existen tantos aliados como enemigos. Este escenario eg el campo caracteristico de las luchas politicas. Como antropélogo, quizd el autor esté menos versado en problemas de organizacién y de competencia politicas de lo que el lector pi con raz to se debe principalmer te a que su di en el pasado slo una atencién marginal a lidades del poder. El escribir este libro ha demos 8 PREFACIO trado ser una importante experiencia de aprendi- zaje. Espero que, al concentrar mi atencién sobre la participacién campesina en Ia politica, contribuya también a ampliar cl marco de los estudios campe- sinos realizados en el. pasado. wonces,,quién es el que se dirige al campesino y qué es lo que le dice cuando lo Heva a una violen- ta accién politica? Con frecuencia los campesinos abrigan un. profundo sentimiento de injusticia, pero este sentimiento debe coi forma y expresién me Giante la organizacién, “anies de que pueda entrar en accidn en el escenario politico: y es obvio que no todo agitador inexperimentado sera bien recibido en Ios circulos aldeanos, para quienes los extrafios son tadicfonalmente sospechosos, en especial si vienen’ de la ciudad, 2Qué circunstancias y qué tipos de personas de- mostrarin ser propicias para entablar tal comuni- cacidn? El estudioso de las ciencias sociales acostum- brado a observar al campe mto de lizacién social, econdmica o pol tica de los campesinos implica un contacto muchos grupos pequefios que no siempre estin de- seosos de recibir guia y liderazgo desde el exterior. La forma en que se supera esta resistencia, si es que fen realidad se supera, no siempre se prevé.’; Por wltimo, el antropdlogo tendré que preguntarse ‘en qué medida la accién de los campesinos en una rebelign y en una revolucién esti provocada por esquemas tradicionales y en qué medida una revo. lucién campesina produce no sélo la caida de quienes ostentan el poder politico sino ademas el abandono de los antiguos esquemas del propio campesinado. Aqui el antropdlogo debe prevenirse contra una deformacién profesional. Sus estudios de poblaciones primitivas y campesinas le han inducido a guardar lun respeto desacostumbrado por la fuerza de la tra PREFACIO| 9 @icién, Sin embargo, tanto la persistencia de Ia tradi- ign como el cambio requieren de una explicacion. Puede ocurr Ta gente se aferre a las formas ancestrales por Ia inercia general, pero es més pro- able que existan buenas y numerosas razones detrds de esta persistencia, al igual que las que existen para el cambio. Se podria estar 0 no estar consciente de estas razones; pero la tarea del antropélogo es Justamente cl investigar cifles son lit ‘causaé de Ia persistencia 0 del cambio. Para encontrar una comprensién més sofisticada de Ia participacién politica de los grupos campesinos quizd resulte oportuno indicar, de una manera es pecitica, el significado que se ha dado al témino campesino en este libro. Por supuesto, las definicio- nes no son absolutas, sino sélo ayudan para el ani- lisis, Tengo la conviccidn de que esta finalidad se cumple mejor estableciendo con vigor los limites de esta definicién, Es costumbre diferenciar a los cam- Tos pueblos primitivos, distinguiendo las poblaciones rurales que estin sujetas a los dictados de un Estado supersistematizado, .. de los habitantes rurales que viven fuera de los limites de tal estruce tura politica. Los primeros son campesinos, los se- gundos no. Pero la categoria de habitantes rurales que estan sujetos al control de un Estado pueden incluir no s6l6 a 16s agricultores, sino también a los axtesanos, pescadores 0. comerciantes itinerantes que Sbastecen a Vos mercados rurales, 14 categoria podria abarcar tambien a personas que poseen y trabsjan sus granjas, a arrendatarios y aparceros y a trabaja- dores sin letras, Es importante, me parece, no pre. suponer que todas estas personas son semejantes en sus relaciones econdmicas sociales © politicas, 0 en sus puntos de vista acerca del mando en que viven. Diferencias importantes pueden distinguir, por ejem. Plo, al agricultor del pescador, 0 al tabajador sin eras del propieiario de éstas, Por consiguiente, PREFACIO| defino a tos campesinos como Ja poblacién que, para su existencia, s€ ocupa en el cultivo y toma de nes auténomas para st fealizacion. Ast, la categoria comprenderia tanto 2 los arrendatarios y aparceros como a los propietarios-trabajadores, en tanto que estén en una posicidn de tomar decisiones importan- tes en la forma de cultivar sus cosechas. Sin embargo, no incluye a pescadores o trabajadores sin tiersa diferenciamos a los campesinos de los. pueblos también debemos. diferenciarlos de los El objetivo principal del campesing es la subsistencia y €l status. social que se obtie ne deniro de un pequefio campo de relaciones. so Giales. Entonces, los campesinos se diferencian de Jos granjeros que participan plenamente en el mer- cado y en el juego del status establecido dentro de un amplio sistema social. Para asegurar su jad sobre a tierra y Ia subsist jogat, con frecuencia el campesino debe evit mercado, porque una participacion sin limites en Giz amenazaria su dominio sobre su fuente de vida Por lo tanto, se aferra a los arreglos tradicionales que le garantizin su al. abajo de sus parientes y vecinos. Ademés, sélo le atrae wma produccién para la venta dentro del marco de tuna producciéa asegurada para Ia subsistencia, Di- cho ea otra forma, ¢l campesino opera en_un merca- Uo resttingido de factores y productos. Los Factores iin —tierra, mano de obra y equipo- mente inmévilizados por vinculos y jos productos se venden en el un margen extra de entra: das con las cuales se compran bienes que no s€ pro- ducen domésticamente, En contraste, el granjero en- tra plenamente en el mercado, somete su tierra y mano de obra a la competencia abierta, uusos aliernas para los factores de produccién en la busqueda de miximas ganancias, y favorece al produc PREFAGIO n to mas lucrativo sobre el que implica un riesgo mas ode ‘crentacién psicolica; tmplen tm. én un cambio importante en el contexto insti sional dentro del cua fos hombres elgen una u ota coma. Quiet preciamente cusndo el campesng. ya no. puede depender de. su contesto.invaruconal acontumbrado para tedcr us vieqos, 7 cuando ls pecan soni slr pl Heran Ja revoluciér _ fe . Lov ccs que se presentan aqui se claboraron sobre In base'de materiales de segunda man. Soto Sm muy caroy casos el invesigedo obser lon even. s deve una perpeciva ntsopoligiea nterés puesto en los problemas. que seha hhmos ‘mteriormente- Exo sighfien que el ante pilogo ext neceariaments limitado por la natura. Tesdel material en cuya.recolecclon no. ha y con el patticipado. Los hechos que le interesan deben ser extrafdos de escritos para otros auditorios, con otros presentacién y andlisis objetivos en mente, Asi es un ejercicio de imaginacién en el cual disps ‘mos el material de tal manera que nos pudiera decir fines, y ast encontrar el permita dar un diagnéstico antropolé ‘iamente esta tarea esta incom. pleta: habré informes que no hemos lefdo y hechos significativos que no hemos registrado. Nuestro esfuer zo habra sido ciertamente ya superado en el momento en que encuentre su formulacion en el presente libro. Si logramos plantear cuestiones en términos de nue- vas. perspectivas, habzemos lo nuestra tarea, Asi, pues, nuestra expectativa minima <5 presen PREFACIO| rncias estratégicas de cada caso en relae el precedente. MEXICO Compateros det arado toda hervemienta ‘0s qu jagarrar sun trefn ‘CORRIOO DE LA cARABINA 30-30 yas revoluciones y rebeliones que han proporcionado fd material para los seis casos de estudio pertenecen Nodas al siglo xx; no obstante, todas las presiones | que las originaron tenian sus raices en el pasado, y | emos tratado de presentar, en cada caso, um bosque- jp de exe pasado. Tratamos de hacerlo no en tér : os de categorias abstractas —como la retencién de © el advenimiento de lo “modern sino en términos de una experiencia histérica con- | eta que vive en el presente y contimiia determi. nando su forma y significado, En todas partes, esta | experiencia historica lleva la seia de los golpes y hus luchas, de lz interferencia y Ia ruptura con el pasado, al igual que el don de la continuidad, de fa adaptacidn y recuerdos de sucesos que no se ol- jdan ficilmente y que con frecuencia s6lo estén { latentes en Ta memoria cultural, hasta que algin acontecimiento importante 10s saca nuevamente a Juz. Em nuestros seis casos, fencia hist. rica constituye, a sw vez, Ta. cris sente de un gran fenémeno cultural arrasador, Ia difusion y difusién mundial de un sistema cultural | particular, el capitalismo del Atlintico meridional. Este sistema cultural —con su_econom: ca posee su propio desarrollo histé en una determinada zona geografica, No sélo eran sus raxgos caracteristicos diferentes de los otras sis- temas culturales anteriores y posteriores a él; era profundamente extrafo a las zonas que incluyé en su ambito. Su rasgo mas destacado es 1a posesién de una or ganizaciém social “en Ia que se vende el trabajo, se 3876 CONcLIRSy renta Ie terra y se invierte Hbremente el cape Gietorones tole Sy rae Se ae ee TI 2 ye es etn ad pe pet Fae ssluerio mano y ls fis preduceldn— no sin tepestien que los ti cado. c en que cierto tipo de sociedad, con fia de aeulturacién y de evelucion sus problemas econéaicos.Pudiers mu [1982 p. 69 wentos que pueden ‘ph en toda sociedad, In mee La ficcién que guia a este tipo de sociedad de Jos dogmas claves de su ieologia— es ef do gee it evra el abajo In igueat ton mevendls esto es, bienes que no se producen’ para el uso, sitio para la verita, T e A aX a, €l abajo y el dinero pueden, 0 ser txanformados ral we nos produscen mde que t.podacen de en el princlpio ona iedad. De los tes, sobresale uno: el abale ee tos sede stan atronos, Sept se deriva que in orgennii inentemente con 1a org del ssteraa de maereado, Peto como la onganisein tet stabajo es slo otto nombre para las formas de Is gente comin, So since gar ol sreancia de Ja nate concLUsiOn 877 Gr modo un nuevo sistema que tata de crear un fveve tipo de economia, La tierra es parte del pai- faje natural que no ha sido creado para venderse 0 Ehsprarse y que se considera una mercancia en la mrayoria de los demés cipos de sociedades en las cua. Jes fos derechos sobre la tierra son aspectos de gru- pos sociales espectficos y su utilizacién una parte fe relaciones sociales especificas, Para el indigena mexicano, para el campesino ruso o sudvietnamita, jena era un atvibuto de su comunidad. Antes de franceses, el campesino argelino - miembro de una tribu relaciones politicas con el bey que ene cabezaba a Estado, Inchuso el campesino chino, acos- tumbrado durante largo tiempo a comprar y vender Ia tierra, considera a ésta més como una herencia de ja familia que como una mercancia. La posesién de Ia tierra garantizaba la continuidad de la familia, el vender le ofendia “el sentido ético” (Fei, 1939, p. 12). Sélo en Guba, ya establecida como colonia con jo auspicios capitalistas, estaba Ia tic- las trabas que imponian relaciones y ze- guisitos Tos demés casos, si se queria convertir la tierra en ui de un mercado capitalista, era necesario despojarla antes de esas obligaciones sociales. Esto se_logré mediante la fuerza que artebataba a los habitantes originales de sus recursos de tierra —como ocurrié notablemente en México y Argelia—, 0 mediante tn colonizacién de ticrras nuevas, libres de las trabas ales tradicionales, como en la Cochinchina, que frectamente por la ayuda jpresarios “fuertes y parcos” den tro de las comunidades campesinas, los cuales po- dian desconocer sus nexos con vecinos y parientes y utilizar sus exedentes en formas culturales nuevas, para mejorar su propia posicién en el mercado, De 378 este modo, el capi 0, produce necesariamente el principio esta. tevolucign toma la forma de un encuentro desigual enue sociedadés que lo incubaron primero y Ins sociedadss que fueron cubiertas por él en el curso de su sién. El contacto entre el centro capialista, trépoli y Ia. pe cr vural en_gran_escala, ng sélo de tipo ecoridmied. Cori frecuencia To se tone prende el grado en que el capitalismo europeo dete su crecimiento a circunstancias historicas y geogel cas especiales, dentro de Ins cuales los barbares de] noroeste de Europa tomaron el instrumental tecne. légico de Roma sin su estructura organizativa It mitante real de los pueblos europeas fue ta de iad fronteriza dotada con todo un equipo de fnstrumentos y materiales obtenides de otra cileora separada después repe © del sistema de poder institucional ¢e 1a culeura donante. El resultedo fue co. Es dudoto que la historia not dé otro ejemplo. de tuna zona y poblacién ton vieamente doteda y tn com pletamente separada [Ayres, 1944, p. 1 Europa surgié como una zona bien dotada tecno- Togicamente para el comercio de wleramar y para las incursiones, no obstante lo cual se encontraba tivamente libre de trabas impuestas por institucio nes tradicionales y normas ceremoniales, Orientada hacia Ia conguista de ultramar, podfa beneficiarse del saqueo de los estados arcaicos localizados a lo argo de sus rutas transocesnicas de exploraciin y del comercio de esclavos, factores fundamentales de Ja “acumulacién originaria", oportunidades. winicas que es poco probable que se repitan después del siglo vx. Finalmente, el éxito del saqueo del mun i ddo compenss los disturbios interiores’ prod Jnconversién de los hombres, la tierra em meranclas dentro de la madre pau y es dio a Jos Gudadanos interés en ia expansidn en ule amar. Aunque este desarrollo tenfa un cardeter Gendialmente predatorio, lo que se discute aqui no 4 tanto su uso de ta fuerza y su tendencia a la ex- plotacién, sino el cardcter de su modo especitico de operacién. Es verdad que el capitalismo no invents Ja explotacidni, En todas partes se difundid, encontré sitemias sociales y culturales que dependian en gran parte de los frutos del trabajo campesinc. Tampoco puede suponerse que el campesino no se haya rebe. I damente contra la transferencia de sus exceeeRt@s 2 Jos mas poderosos; los archivos histori cos estin Tlenos de informes sobre rebeliones cam pesinas; sin embargo, es significative que antes, de Ia Megada del capitalismo y del auevo orden econd- mico-queese ‘basa en €l cl equilibrio social depen. a, tanto a largo como a corto plazo, de un equi. brio entre. las transferencias de los excedentes. de Q$ campesinos a los gobernantes y la existencia de wa minimo de seguridad para el ageicultor, El com. paitir'Tos recursos dentro de Ias organizaciones co- munales y el depender de sus nexos con patronos pocerosos eran repetidas formas en las que’ el cam- pesino wrataba de reducir sus riesgos y mejorar su estabilidad, y ambos eran tolerados y con frecuencia apoyados por el Estado. De hecho, “muchas pricticas aldeanas aparentemente absurdas tienen sentido co: 80 Fornias Ocultas de~seguridad” (Lipton, 1968, p 311), Lo significativo es que ef capitalismo destruys fas estructuras tr les, separando a las personas de su matriz social acostumbrada con el fin de trans- formarlas en_actores_econdmicos,..independientes, de SGE“Anteriores obligeciones sociales con parientes y vecinos. Tuvieron que aprender a hacer méximas las gahanicias y reducir a un minimo Tos gastos, 4 com: 380 prar barato y vender caro, independientemente de Tas obligaciones y de los costos sociales. to, la sociedad de mercado én. Quisk ni i io un aspecto obicuo 'y necestio del compons ‘miento social... Con la comercializacién del trab i vier y el capital sien en cividades universes ertoar[Feitoroner, 1902p. ei] Mientras que antes la mentalidad mercantil era secundaria respecto de los problemas esenciale: de Ta ahora Ja existencia y sus problemas eran secundarios respecto de 1a mentalidad mercantil, No obstante, esto sélo se_podia si el trabajo, Ja may Ta riqueza se convertian en’ mercancias y esto, vez, solo es vita frmula abreviada para Ia liquid, cidn de los obstaculos que constituyeron tituciones sociales y culturales. El capitalisino “ibe. mbre como un agente econd de tos _nexos Mociales usuales la. separa jeron la experiencia carl Marx describiria en términos de “enajenacién”, La enajenacién de los hombres del proceso de pro- dueciém que habla garantizado aniés de su existen. desaparece én | mercado para regresar a ellos tini- camente en forma de dinero; la enajenaciOn de ellos nos, hasta el grado de que ahora deben consi- iF sus propias capacidades como merc merciales; la_enajenacién. de_sus_compa se han convertido en competidores reales o poten- iales en el mercado: étos no son s6lo conceptos filosdficos; reflejan las tendencias reales del creci- { | | 381 miento y difusién del capitalismo, Aunque funcio- naban en todas partes, cran més cvidentes en las nuevas colonias, consideradas por los colonialistas, como simples almacenes de abastecimiento para el mercado metropolitano. En Jos prejuicios rac giles y culturales de los nuevos conguistadores tes pecmitian una gran libertad de la que no habian disfrutado en su pais natal, en su trato de la pobla- cién local como mano de obra “pura”. ‘En todas partes el ‘predominio de las mercancias produjo_una_crisis ecolégica. Alli donde en el pasado el campesino habia obtenido una combinacién cs table de recursos para sostener un nivel de vida mi- nimo, la movilizacién separada y diferenciada de esos recursos como objetos de compraventa puso en peligro esa relacién minima. De este modo, en Rusia la reforma agraria y la comercializacién ame. nazaron el permanente acceso del campesino a Ios, astizales, bosques y tierra de cultivo. En México, coNncLUSION soo y Coba le impicio redamar ‘derts pl En Argelia y en China termind con Ia ins os granetos piblicos. Fn Argelia rompié el equi- jo entre las poblaciones de pastores y las seden- ‘arias’ En México, Vietnam, Argelia y Cuba, mente, las apropiaciones directas de la tierra por colons y empresas extranjeras arrojaron a los cam- pesinos hacia una superficie de viena que ya no Lastaba para sus necesidades / Paraddjicamente, este proceso de (= y retiro forz0s0 de Tos pesinos coincidié yn del crecimiento de Ia efecto secundario del mismo proceso de expa! comercial que amenazaba la estabilidad del equili- brio campesino. Nuevos productos alimenticios del © le americano, hasta entonces confinados al 382 conc usioy Nuevo Mundo ~como el maiz, la mandioca, et jol, ef cacahuate y el camote~ su dit si6n_mundial cn {a estela de las conquistas toon! ceeaicas se arraigaron en muchas partes del mus do en donde proporcionaron y ampliaron el mining necesario para la existencia de Tas crecientes ‘pobli, ciones. Las mejores comunicaciones permitieron si tansporte y 1a venta de ‘excedented alimenticios em zonas que padecian escaséz de los mismos. Con fre. cuencia Ia colonizacién abria nuevas tiers, pros porcionande espacio que hasta entonces no’ habia estado disponible para las mayores poblaciones, Pace después, la ineipiente industrializacién empers & ofte. nuevas Oportuniidides de subsisiencia 108 nue, jorés“tiiitados” médicos disminuyeron Iii “tases de mortalidad. No obstante, con frecuencia ta nueva generacién se encontraba en situaciones en que mu. chos recursos y en especial la tierra ya estaban oem. pados y donde las estructuras sociales existentes menudo no podian absorber Ia carga adicional del exceso de solictantes. Puede percibirse en. parte I magnitud de las presiones generadas mediant cifras que mucstran los incrementos en mento en que cin renfa 16.5 millones. La Rusia na poblacién de 36 millones en 1795; del siglo actual tenia 129 millones. Chi. na contaba con 265 millones de habitantes en 1775, 430 millones en 1850 y cerea de 600 millones en el momento de la Revolacién. Se calcula que Vietnam sostenia una poblacién que variaba entre 6 y 14 en 1962 tena 305 3 milfones en 1830 y en 1968 era de 10.5 millones La poblacién de Cuba aumenté de 550000 habitan- tes en 1800 hasta 5.8 millones en 1958. El campesino se enfrentaba, asi, a un cr desequilibrio en- concLUsION 383 tee Ia poblacién y los recursos. En tal situacién los rigsgos del campesino se multiplicaron y los meca- nismos para Ja disminucién de esos riesgos se hi ron cada ver menos seguros, Tal desequilibrio no podia persistir a largo plazo; la Giecién de que los hombres, [a tierra y 1a riquera no eran nada mds que ‘mercancfas Hevaba en si su propia ruina, Porque la aplicacion total de esta ideologia s6lo podia smanos perecerian por tos efectos de la social 1957, p. 73 De este modo, paradéjicamente, 1a propia difusion el principio del mercado capitalista obligé a los hombres a buscar defensas contra él, Podian lograr site fin afertindose a sus, instituctones tradicionales, minadas crecientemente por las fuerzas que trataban de neutralizar, .o podian dedicarse a la busqueda de nuevas formas sociales que ies otorgarian proteccién, En cierto sentido, nuestros seis casos pueden -yerse como el resultado de tales reacciones defensivas, uni das a Ia busqueda de un orden social nuevo y més humano, No obstante, el advenimiento del ca también otro ‘efecto i nportante, sis en el ejercicio del poder. EI jeie tribal, el mandarin, el terrateniente noble =los beneficiarios y agentes del antiguo orden so- cial cedieron su lugar al empresario, al comerciante 384 concLusiéy de cxéditos al intermediario politico, al intelectuat y al profesional. La importancia social de los can pesinos y de los artesanos disminuye a medida gus otros grupos —anineros, trabajadores ferroviatios, tin, bajadores industriles, trabajadores agricolas y agri. caltores comerciales— obtienen una mayor impor. tancia relativa. Los administradores de recursos so. ciales fijos cedieron su lugar a los administradores de recursos “ibrs!, Los, grupos orientados hacia i produccidn de subsistencia disminuyen y los gra Gedicades a la produccién de mercancas 0 2 la vents de fuerza de trabajo aumentan en magnitud y. dens dad social, Tal circulacién de élites.y grupos sociales es caracteristica de todo" cambio cultural en una socie- dad compleja: los nuevos procesos que operan pro. ducen respuestas positivas en algunos grupos y reac. jones defensivas en otros. No obstante, el capita. lismo se destaca tanto por la rapide como por fa funcionamiento, ya que cea ie. recursos econdmicos y los hace disponibles para nue. vas formas de asignaciin y de uso; sin embargo, al hacerlo, rompe Tos nexos entre estos recursos y cial- quier relacién que puedan haber tenido con los prerrogativas sociales y los privilegios politicos, De- muestra, ser un poderoso, disolvente,de_Ja_ex Gel_poder, exarcerbando las tensiones no jn, sino también medi mandarines y terratenientes nobles se sujetan al mo. vimiento del mercado, sus pretensiones de dominio tico y social se ponen cada vez mis en duda Muchos de sus titulos hereditarios ten objeto de venta Por supuesto, estos hechos no se presentan con la | concLusi6n 385 sma rapide em todos los sectores de la sociedad 6 todas sus regiones, Durante algin tiempo coexis- ton los detentadores del poder en el antiguo orden con los poseedotes del poder en el nuevo; los. gru- pos sociales que controlaba antes tas bases de la sociedad sélo se retiran lentamente ante los grupos que participan en los nuevos procesos. Algunas re- jines del pais de que se trate siguen atadas a la én, mientras que otras se ven atrapadas por leto en el cambio, Fsta coexistencia de estratos os y nuevos, de regiones dominadas por el psado y de regiones atrapadss por el futuro, son indicio de problemas para la sociedad como un todo. Las obligaciones y las metas apuntan en diferentes direcciones: Io antiguo no ha sido derrotado y perma. nece para desafiar a lo nuevo; Jo nuevo atin no logra fa. Las perturbaciones causadas por el répido cambio’ son todavia visibles para todos; las heridas | que ha provocado ain son recientes. La nueva sie | queza_no_ha obrenido todavia legitimidad y el an tiguo poder ya no..¢s Fespetado, Se ha debilitado a Jos grupos tradicionales, pero no se Jes ha derrotado, 105 nuevos grupos no,tienen atin Ta suficiente fuerca pare §[6eeF um poder decisivo, Esto es ei fotorio-en as ‘ones coloniales, en que se ha armas, Los conguistadores introdu- ‘amplia cufia en el cuerpo de la sociedad conquistada, pero s6lo en raras ocasiones pueden conocer con seguridad las ramificaciones de sus ac- | cones, los modos en que las ondas del choque cul. tural se propagan a través del estrato tradicional de Ja sociedad, las repercusiones finales en el interior © en las tegiones inferiores del orden social. Ade- mds, tanto Tas_barreras culturales como Jas_dificul- tudes logftieas de la pemnianencia del dominio tien Gin dejar fuera de control an jas fonas de Ja so- 386 cicdad que se convierten en santuarios para los gry. Por que buscan relugio en épocas dificiles. Finelnen, te, Ta abdicacién de las decisiones iltimas a la "mane invisible” del mereado afecta tanto al deseo come 4 fa capadidad de asumir la responsabilidad por consecuencias locales. Los mos de control redados fracasam, pero los nuevos mecanismos sélo funcionan rara y muy débilmente Tal situacién de adversarios. débiles, incapaces de neitralizar sus respectivos poderes, parece propiciar el surgimiento o la perpetuacién de un poder deitral dominant, que inienta estar “sobre” las partes en piigna y 168 grupos de intereies y consolidar al Ey fado enfrentando 2 un grupo contra el otro, Todos nuestros casos muestran tal fendmeno antes de la revolucidn: Diaz gobernaba México; In autocra zarista tenia bajo su control a Ri coNcLusiON en China; Francia ejereia un gobierno autocrit en Vieinam y Argelia mediante su gobernador gene. fatio que el gobierno de la da por Batista, No obstante, dura se fundamenta en la relaiiia debilidad de ‘lox’ giuposde clase~y Jas fueras polftias que constitiyen la. sociedad, sa. aparente fortaleza se derivade Ja, debilidad yen liltima instancia su debilidad. se. hace .evidenie eh si impotente lucha contra quienes la desaffan desde el interior a menos que pueda encontrar aliades Io riiemente {uertes que Ia sostengan conta &e uestran que esto es posible pero probablemente las condiciones para tal consolida son tinicas. Tanto en Alemania como en el Japon, el poder central se unié no a los nuevos a un sector de la aristocracia feudal ira para Ta ost LoNCLUSION 387 jonales y comerciales, mis que luchar por metas .pendientes, aceptaron os valores feudales como s, consintiendo asi en Ja direccién de los aris- ‘También se conservd a los campesinos liga- ia del ceremonial cultural de obliga- po téeratas. ional del_parentesco ‘de una Gemeinschaft basada en el parentesco. Toda ig estructura recibié una cohesién adicional medi te su integracién con una ot itary Ja royeccién de Ia tensién interna de la sociedad hacia contra encmigos reales o supuestos, Tal efectiva de las relaciones y valores feu- acién a las perturbacion tyes sociales producidas por el mercado en expansién, pio lo hizo al cosio de un y de [i derrota militar final (véase Moore, 1966, p. $13). jin embargo, en donde las perturbaciones sociales producidas por el mercado no son controladas, Ta del poder tambien afecta a los sistemas que Ta poblacién campesina con el resto de hh sociedad, la. importantisima estructura de media- don que interviene entze el centro y el interior. La qeciente comercializacién y capitalizacion de ta reir | a prosce percutbactones y ten aebilitan a Tos gjemplo nos To" proptopoiciona 1a condi de contro de intercambio en “pertutbaciones y tensfones que don fre- sino: agentes del “proceso. uw VstEna por el que Tos avvendararios les pa- ban como renta el 40%, de las cosechas de alimen Gh al Taomento dete cosécha, Exo per dad en. Ia determinacién de Ia cantt , as entre el te. re el margen eran wsalarente aceptada feniente y el arrendatario diinoradas por una forma cu re co 388 conctusiéy ‘buena yoluntad", denominada kan fando su buena voluntad al arrendatari, ca feniente otorgaba ecencialmente un descuente we bre Ia renta 2 cambio del cumplimiento del eran datario en el pago de la misma; el arrendatatio eae biaba su promesa de cumplimiento por la proteigy del terraieniente en caso de algin contest imprevisble, como wna mala cosecha 0 una enn medad en st familia, En las condiciones del Ante chino, el terrateniente le transferia asi al amend tario el margen de ganancia que de otra manen hhubiera tenido que entregar a agentes oa quiong detentaban el poder politico con el fin de obtenes ty renta por Ie fucrma. No ol i nz flexible pronto encontrd sus jos los arrendatarios podian tener han-ciing con sus terratenientes; cuando éte se enirentabs con dificaltades, se climinaba et kan-c datarios de’algunes zonas rurales eatot con frecuencia ‘grupo armado de a mi oeasiones, por una u iaba al agente 0 at Lo més que los cabal

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