Que deuda

Un verso, por bien construido que esté, carece de hermosura si no hay oídos
ávidos de él.

Una pintura carece de valor alguno, si los sentimientos del pintor no están
definidos en ella.

La música es solo una pérdida de tiempo, si no pudiera sublimarnos,

elevándonos hacia mundos que solo existen en nuestras mentes.

De esa misma forma yo seguiría siendo un desperdicio de existencia, el reflejo

sobre el agua de una estrella fugaz a la cual nadie vio, un viacrucis, un réquiem
interminable, una inhumación perpetua.

Pero ya no lo soy, pues de la misma forma que el fuego convierte el líquido en

vapor eres tú para mi, redención. Pues eres tu quien convirtió el viacrucis en camino
hacia la luz, eres tú quien cambio el réquiem por cánticos primaverales, quien canjeó mi
inhumación por un renacer y porque sólo tú y nadie más pudo poner definición a mi
vida olvidada de modo que ahora soy un resucitado de tu nombre.