RAHAB Y EL INICIO DE UNA VIDA NUEVA
Sabía que la muerte le esperaba. Era miembro del pueblo equivocado.
OBJETIVO: Mostrar que no importa tu pasado, Dios puede a partir de
hoy dar un Nuevo rumbo a tu vida y enderezar tus pasos.
LECTURA: Josué 2:1-16; 6; Heb. 11:31; Santiago 2:25
INTRODUCCION
- ¿Estás contento contigo mismo?
- ¿Con las circunstancias de tu vida?
- ¿Con lo que haces?
- ¿Con lo que te espera en el futuro?
Es posible que te sientas mal contigo mismo porque sabes que vas por
un mal camino, que estas haciendo cosas equivocadas cuando nadie te
esta viendo. Tal vez te sientas mal, te propones cambiar, pero no lo
consigues.
Todo parece tan divertido, pero cuando el ruido cesa y las luces se
apagan, dando vueltas en la cama, te arrepientes. Tal vez, en el silencio
de tu conciencia se puede oír la suplica de un alma sedienta de Dios que
clama: “Toma mi vida Jesús, tu tienes la solución”
Por otro lado, es posible también que vayas por una ruta equivocada y
no te hayas dado cuenta, porque el camino por donde transitas lo sientes
divertido. Y en el momento de comprender tu error, también puedes
clamar, lo que hoy es el lema de esta semana.
I. Transformando la crisis en una oportunidad
Leamos la historia en Josue 2:8
Todos estaban asustados. Ella misma era parte del pueblo que sería
destruido en pocos días. “Sé que Jehová os ha dado ésta tierra” (2:9)
VISLUMBRANDO LA MUERTE
Su misma vida atestiguaba contra ella. Miraba para atrás en su vida y
justificaba su sentencia de muerte. Su familia no era mejor. Eran
cananeos.
¿Cómo vislumbras tu futuro? ¿A donde llegarás por el camino que
vas?
“CASA DE UNA RAMERA” (2:1)
“Ramera”. Su uso en todo el AT, y su traducción en Heb. 11:31 y Sant.
2:25, indican que la palabra señala a una mujer de mala vida. Así lo
era, o lo había sido, y a la casa de tal persona los espías podían entrar
en busca de alimento y alojamiento, sin llamar tanto la atención como
en un lugar más público. Era común que los hombres entraran y
salieran de esa casa.
Vivía avergonzada y humillada, era una prostituta, llevando una vida
de vergüenza. Deseando que no amanezca para evitar las
humillaciones. Vendiendo su cuerpo para poder comer, soportando
todo tipo de humillaciones por los mismos hombres como también por
todos los habitantes de la ciudad que la conocían.
Que vergüenza para la familia. Que dolor para los padres, cuando en la
tienda o en el trabajo, o al transitar por la calle escuchaban a los
hombres que contaban como la habían humillado.
¿Que sentirías si fueras hermano de ella, y escucharas a los jóvenes de
tu escuela expresar en tono de burla sus pasatiempos con ella?
Pobre Rahab, no solo no tenia futuro, tampoco tenia presente. Seria
mejor no existir. Pero le faltaba valor para quitarse la vida.
SIENDO ENCONTRADOS
Para muchos puede ser circunstancial que estos espías entraran a la
casa de Rahab, o estratégico desde el punto de vista militar ya que sería
poco probable llamar la atención si entraban en esa casa, debido a que
muchos otros hombres entraban y salían de allí.
Pero yo creo, que Dios guió los pasos de esos espías a la casa de Rahab.
Dios había visto su corazón anhelante de la paz del cielo. Ella había
escuchado de Dios y de su poder. Ella misma se los expresó a los
espías: “Se”, “Hemos oído” dijo (2:9, 10). Alguien vino y le hablo de
Dios y de su poder. Y ella creyó en él. Pero vivía en el pueblo
equivocado. ¿Como poder pertenecer al pueblo de ese Dios?
II. Dios te perdona pero la gente y el mundo no
Cuando la luz del verdadero Dios iluminó el corazón de Rahab, ésta se
arrepintió y echó su suerte con la del pueblo de Dios (PR 274).
Sin embargo, el oprobio de su vida anterior la siguió siempre, porque
siempre se la llama “ramera”, como lo podemos ver en el caso de
Hebreos 11:31 y Santiago 2:25.
Su caso enseña tres grandes lecciones:
- Por grande que sea tu pecado, no impide el amor de Dios por ti
- Por oscuro y negativo que haya sido tu pasado, puedes llegar a
ser un héroe de Dios
- La reputación que una vez se establece puede seguir a una
persona mucho tiempo después que el arrepentimiento haya
borrado sus pecados.
UNA SEÑAL SEGURA (2:12, 18)
El “cordón de grana” o,”escarlata” (BJ) no es la “cuerda” (vers. 15) con
la cual fueron descolgados los hombres. El hebreo usa dos palabras
diferentes. La palabra traducida “cuerda” (vers. 15) es jébel, mientras
que la palabra traducida “cordón” es tiqwah. En otros pasajes del AT
(31 veces), tiqwah se traduce “esperanza” (Sal. 62:5; 71:5; etc.).
Proviene de una raíz (lite significa “torcer”, “ligar”; en consecuencia,
“ser firme”, “ser fuerte”, y en forma figurada, “estar confiado”,
“esperar”.
Así es Dios. Él es tu esperanza, tu única esperanza para un mundo
mejor. Para cambiar de vida. Tomate hoy de su mano poderosa. Dile a
Jesús hoy “Toma mi vida Jesús, tu tienes la solución”.
Cada vez que ella pasaba por allí y veía el cordón, veía con esperanza
su liberación prometida. Ya no vivía con temor, ahora tenía una
esperanza,
Ese cordón la inspiraba. Le recordaba que su pasado podía ser borrado
y lo iba a ser muy pronto. Pronto viviré en paz, una nueva vida me
espera. Mi vida antigua quedará borrada para siempre, hoy empezaré
de nuevo.
Quiero pensar que ya no más practicó su oficio de ramera. Desde ese
día empezó a vivir una vida diferente. Una vida de acuerdo a su
esperanza. No tenía que esperar a ser liberada físicamente para
cambiar, ya había sido librada en su alma, y ahora vivía diferente. Una
vida nueva.
LO ATO INMEDIATAMENTE (2:21)
Me llama la atención que en cuanto obtuvo la promesa ató el cordón.
Ella misma había dicho que se escondieran por tres días (2:16), así es
que no había prisa. Faltaban muchos días para que se cumpliera la
promesa de que la salvarían. El poner la señal podía esperar a mañana.
Pero no, ella no quiso arriesgar. Lo puso inmediatamente. Lo que
estaba en juego era demasiado importante. La liberación de su pasado,
la vida presente y futura tanto de ella y como de toda la familia. La
esperanza de un futuro mejor, que la vida miserable que había estado
viviendo.
III. Mi decisión puede salvar a mi familia (Josué 2:12,13; 6:22,23).
La historia dice que ella fue liberada. Y no solo ella, sino toda su
familia. Su fe en Dios alcanzó a su familia. No se quedó ella sola con su
esperanza, la compartió, y con cuánta alegría pudo ver los resultados de
su fe en Dios, al ver a su familia, antes condenada a la destrucción,
ahora salva y feliz con el pueblo de Dios.
UN PERIODO DE PRUEBA (Josué 6:23)
Rahab y su familia quedaron un tiempo fuera del campamento, sin duda
a fin de prepararse para que se les admitiera como nuevos miembros del
pueblo. A su debido tiempo fue recibida en la congregación de Israel,
probablemente después de que ella y sus parientes fueron instruidos en
la religión de Jehová y se hubieron purificado de sus costumbres y
creencias paganas.
IV. No solo salvada, sino restaurada
Mi Biblia dice, que el Señor es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos (Efe. 3:
20-21). Y a Rahab, no solo la rescató de la muerte y le salvo su familia,
sino que le dio una nueva oportunidad, una nueva familia. Ella pensó
que nunca se casaría, que nunca tendría un hijo. Ah, pero mi Dios es el
Dios de las oportunidades, el Dios que no importa tu pasado, te da
mucha más abundantemente de lo que pides o entiendes.
Rahab, encontró un esposo, y no cualquier esposo, un esposo cristiano,
que era príncipe del pueblo. Él se llamaba Salmón y era un príncipe de
Judá (1Cron. 2:10-11). ¡Qué bendito privilegio es el que aguarda a los
que por fe se unen con el pueblo de Dios! ¡Cuán maravilloso es saber
que el Evangelio de Jesucristo trasciende aun la herencia y el
ambiente más desfavorables! Todo el que lo desea, de cualquier raza,
color o categoría social, puede participar de los gloriosos privilegios
de ser hijo de Dios.
HABITO CON EL PUEBLO DE DIOS HASTA HOY (Josue 6:25)
Fue miembro fiel de la iglesia. No más se salió. Temía puesta la mirada
en el galardón.
Se casó con Salmón. Tal vez era alguno de los espías que había llegado
hasta su casa. Con él tuvo un hijo llamado Booz, que se casó con Rut y
tuvieron a Obed abuelo de David. Y así entro a la genealogía de Jesús.
“Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.
Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer
de Urías. Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. Asa
engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías engendró a Jotam, Jotam
a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón
a Josías. Josías engendró a Jeconías ya sus hermanos, en el tiempo de la deportación a
Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y
Salatiel a Zorobabel.
Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.
Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud.
Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob;
Y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo”
(Mat. 1:5-16).
¡Que cambio!
LLAMADO
Si no estas contento con tu pasado, o con la dirección que lleva tu vida,
ábrele hoy tu corazón a Jesús. Él puede, si se lo permites, no solo
cambiar tu corazón, darte una esperanza, salvará a tu familia, sino
también, puede darte una nueva vida aquí en la tierra mientras lo
esperas que vuelva por ti.
¿Quisieras junto conmigo, poniéndote de pie, decirle a Jesús, aquí
estoy Señor, “Toma mi vida, tu tienes la solución?”.