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HENRI MICHEL

LA SEGUNDA
GUERRA
MUNDIAL

ALUMNA: CAROLINA DEL AMO SÁEZ, DNI: 44798809


ASIGNATURA: HISTORIA CONTEMPORÁNEA
PROFESORA: AURORA BOSCH SÁNCHEZ
TITULACIÓN: HUMANIDADES

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HENRI MICHEL: LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Introducción
Si bien la guerra, en sentido amplio, ha sido una constante en la
historia de la humanidad, la Segunda Guerra Mundial difiere de
cualquier conflicto anterior tanto a nivel cuantitativo, como
cualitativo. Fue un brutal fenómeno social que, como muchos otros,
marcará un antes y un después en el devenir de la historia.
Se extendió a lo largo de casi todo el planeta pero, además, no sólo
fue una lucha militar, sino económica e ideológica en la que todos los
sectores de la población se vieron involucrados de uno u otro modo.
La necesidad armamentística aceleró el progreso científico y
tecnológico. Todo ello explica la profunda destrucción que dejó a su
paso.
Todas estas condiciones dieron lugar a un final en el que no se firmó
paz alguna, pues los vencidos sabían que no cabía posibilidad de
negociación y tendrían que luchar hasta el final. A partir de entonces
surgirían nuevos problemas profundos que enfrentarían durante años
a los que fueran aliados.

Pretextos para el inicio del conflicto


Alemania aludía a la humillación de la derrota del 18 y a las
condiciones impuestas por el diktat de Versalles. Italia y Japón no
podían acogerse a este pretexto por haber formado parte de los
vencedores en la Primera Guerra Mundial. Si bien es cierto que Italia
tampoco estaba conforme con lo que había obtenido de aquel
conflicto, hecho que se extendería a la población con el eslogan de
“La Victoria Mutilada”. En los tres países la propaganda iba dirigida
hacia la obtención de un “espacio vital” para satisfacer las
necesidades de una población abundante. Japón y Alemania estaban
convencidos de la superioridad de su raza, lo que “justificaba” sus
actuaciones sobre “razas inferiores”.
Frente a estas tres potencias amenazantes, las amenazadas no
supieron formar un bloque sólido, pues cada una de ellas adoptó
inicialmente la postura que más parecía favorecer a sus propios
intereses y pensando que el enemigo se abatiría sobre las otras. La
URSS se sentía relativamente segura por haber pactado con
Alemania, mientras que Francia e Inglaterra pensaban que Hitler
iniciaría sus ofensivas hacia el Este. Todas se equivocaron.
La carrera la empieza Japón invadiendo China, continúa Mussolini
intentando cobrarse todo aquello que se le negó tras la Primera
Guerra Mundial y, por último, pero no menos amenazante, inicia
Alemania su conquista por Europa. Francia y Gran Bretaña
permitieron todas estas conquistas iniciales en pro de la paz, pues
esta era la base de su política de apaciguamiento. Hicieron

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demasiadas concesiones por una paz que no duraría mucho. Será la
invasión de Polonia por parte de Hitler lo que hará intervenir a las dos
potencias, dando comienzo así la guerra en septiembre de 1939.
Japón vio una oportunidad en el conflicto Europeo y aprovecho para
dirigir su expansión hacia el sudeste asiático.
I. Los éxitos de los estados fascistas
La potencialidad en recursos de Francia y Gran Bretaña era superior a
la de Alemania pero, dada la planificación y preparación del conflicto
por esta última, el inicio de la guerra estuvo marcado por una clara
superioridad de las fuerzas del Reich. Los ejércitos de Gran Bretaña y
Francia estaban anticuados, tanto a nivel técnico como táctico.
Mientras que el ejército alemán estaba preparado y dispuesto a
emplear nuevas tácticas como la exitosa combinación de aviación con
carros de combate.
No obstante, los recursos de Alemania eran limitados, y sólo estaría
en disposición de vencer una guerra corta, por lo que planea una
estrategia de “guerra relámpago” que le hará avanzar rápidamente
pero que no podrá mantener durante mucho tiempo. Una serie de
errores de cálculo -como penetrar en la URSS sin haber cerrado el
frente occidental- y de situaciones inesperadas -como la entrada de
EEUU o la gran resistencia de Stalingrado-, llevarán a Alemania a
agotar sus recursos hasta la completa derrota.
Alemania tiene un éxito rotundo en su primera actuación en guerra,
pues Polonia cae en pocos días y, respondiendo a una cláusula
secreta del pacto germanosoviético, queda dividida. Ciertos territorios
se los anexionará Alemania y el resto correrán a cargo de la URSS.
Francia y Gran Bretaña no fueron capaces de socorrer a su aliado.
Tras la campaña de Polonia empieza un período de calma provocado
por condiciones climatológicas adversas que impiden el avance
Alemán. Estos meses son decisivos para la preparación de Francia y
Gran Bretaña, pero, a la vez, se volvía a alimentar la esperanza de
que Alemania atacara antes a la URSS.
Entre tanto, los aliados planeaban un ataque a Alemania pero, ante la
imposibilidad de encontrar una ruta favorable, decidieron bloquear su
suministro de hierro en Noruega. Pero esta información se filtró a
Alemania e hizo que ésta se anticipase invadiendo Dinamarca y
Noruega.
Tras el invierno Hitler decide atacar Francia penetrando por las
Ardenas. Decisión muy acertada, ya que era el último lugar por donde
Francia pensaba que entrarían y, por tanto, era el más desprotegido.
Alemania rompe el frente francés a principios de junio, penetrando en
todas las direcciones, el gobierno francés se refugia en Burdeos y
solicita un armisticio que entrará en vigor el 25 de junio.
Gran Bretaña se había quedado sola en la lucha. A Hitler nunca le
interesó combatir con los británicos porque reconocía su superioridad
en recursos y pensaba que, como los alemanes, eran también una

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raza superior. Pero Churchill rechaza las primeras propuestas
alemanas de negociación.
En verano de 1940 empieza la Batalla de Inglaterra, en la que la
aviación alemana sufre graves pérdidas, lo que le hace recurrir a
bombardeos “de terror” a ciudades –Londres especialmente- para
intentar minar la moral británica. Tras esto, Churchill decide llevar la
guerra lejos de Gran Bretaña, a África, para pararle los pies a
Mussolini.
En abril de 1941 los alemanes invaden Yugoslavia y Grecia, donde los
británicos tienen que retirarse. Al ver los éxitos alemanes, muchas
personas de los gobiernos ocupados deciden colaborar con ellos.
Ejemplo de este hecho es el gobierno de Vichy.
En junio de 1941, HiItler invade la URSS, lo que sorprende a todos sus
dirigentes. Alemania envía para este propósito un gran ejército que
tendrá que cubrir simultáneamente tres objetivos: Leningrado, Moscú
y Ucrania. El avance es rápido durante los 6 primeros meses, pues las
“purgas” de Stalin habían dejado muy debilitado el ejército Rojo. Pero,
aunque los soviéticos retroceden, el frente no se rompe. Llegado el
invierno Leningrado resiste mucho más de lo que los alemanes
esperan. La guerra relámpago no ha dado resultado; todo parece
indicar que se transformará en una guerra de desgaste.
Paralelamente, la caída de Francia ha permitido a Japón penetrar en
Indochina, un paso más en sus planes de conquista de todo el
sudeste asiático. Para prevenir una intervención de EEUU, Japón ataca
Pearl Harbor en diciembre de 1941, lo que hará entrar en la guerra
definitivamente a EEUU, situación nada deseada para Alemania.
Tras este ataque Japón tiene un tiempo limitado para efectuar sus
conquistas, pues en unos meses los estadounidenses estarán en
condiciones de desplegar todos sus recursos. Así, en este lapso de
seis meses, conquistan Hong Kong, Filipinas, los atolones del pacífico
central, Indonesia, Malasia, Singapur y Birmania. En todos estos
lugares son ayudados por los movimientos nacionalistas locales que
quieren independizarse de los imperios europeos y creen que será
mejor para ellos un imperio oriental. Pronto se darán cuenta de que
Japón sólo desea dominarlos, pues los considera inferiores a la raza
nipona.

II. Los Imperios del Eje


Los tres países del Eje siguen la misma dinámica de dominio en los
territorios ocupados. Cada uno de ellos ostenta el poder absoluto en
estos lugares, disponiendo a su antojo de los recursos –materiales y
humanos-, implantando una dura represión basada en el terror y
deshaciéndose de las “razas inferiores”. No olvidemos que, sobre
todo, Japón y Alemania se consideran una raza superior, lo cual
“justifica” todo este tipo de actuaciones, pues “están en su derecho”

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de disponer de su espacio vital a costa de estados cuyos habitantes
habrán de subordinarse a ellos por su “inferioridad racial”.
De los tres países, Italia es el que menos territorios ha logrado
ocupar. Está muy lejos de lograr su objetivo inicial de controlar toda
la cuenca mediterránea. Sin embargo Alemania, en la primavera de
1942, controla la mayor parte de Europa, tanto con territorios
anexionados directamente, como con estados satélites aliados.
Económicamente, toda Europa es explotada, lo que constituye uno de
los rasgos característicos de esta guerra. En estos momentos parece
que está muy cerca de lograr convertirse en el Imperio europeo.
En Asia, el caso de Japón fue análogo al de Alemania. También fue
enorme la extensión de sus conquistas, aunque con las dificultades
añadidas de tratarse de islas. Al no estar industrializadas estas zonas,
Japón no pudo sacar provecho de sus recursos como lo hizo Alemania.
El régimen nazi, tal y como hizo en Alemania hasta llegar al poder,
supo hacerse propaganda en las zonas ocupadas haciendo un hábil
uso de la política de masas. De este modo logró colaboracionistas en
todos los lugares, incluso en Francia con el gobierno de Vichy. Los
nazis no dejaron posibilidad de colaboración ni en Polonia ni en la
URSS, donde la ocupación fue acompañada de tal dureza que la
población no pudo sino reaccionar en contra de este pillaje sin
precedentes. Los campos de concentración de los nazis eran una
muestra del “orden” que imponían en el mundo tras su victoria.
Como ya se ha mencionado con anterioridad, Japón fue apoyado
inicialmente por los nacionalistas locales de las zonas ocupadas que
deseaban independizarse de los imperios europeos, pensando que
sería preferible un imperio oriental con Japón a la cabeza. Pero Japón
se creía muy superior a estos pueblos, con lo que su dominio
resultaría más opresivo que el de los imperios europeos,
desapareciendo la inicial posibilidad de colaboración. Los japoneses
también internaron en campos muy duros a los prisioneros de guerra,
muchos de los cuales perecieron.
En todos los lugares ocupados surgió una resistencia clandestina que,
por sí misma, no tenía capacidad de actuación. Los aliados ayudaron
a esta resistencia sólo si les servía para sus intereses; cuando no era
así, la combatieron. Pese a que militarmente esta resistencia no tuvo
un papel decisivo en el desenlace de la guerra, sí que lo tuvo en el
terreno político. En casi todas partes, los comunistas y la URSS fueron
los grandes beneficiados, así se explica el éxito del comunismo
durante los años posteriores a la guerra. Se puede decir que “(...) la
lucha por la liberación de los pueblos ocupados contribuyó
grandemente a modelar el mundo de la posguerra, ya se tratase de
estructuras políticas y económicas como de mentalidades.” (Henri
Michel)

III. Fuerzas y flaquezas de la Gran Alianza

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Los aliados poseían un potencial superior a los imperios del Eje, pero
mientras que los objetivos de estos últimos eran comunes, la alianza
de los primeros no respondía a intereses mutuos, sino que fue una
alianza forzada por la situación. Tuvieron que salvar muchas
diferencias para lograr ponerse de acuerdo y poder ganar el
conflicto. Cabe mencionar que, si bien el conflicto armado fue ganado
por los Aliados en 1945, estas divergencias iniciales continuaron
enfrentándolos durante muchos años después.
A finales de 1942 nos encontramos con un punto de inflexión en el
que la balanza se moverá hacia el lado de los Aliados. Varios
acontecimientos durante este año explican este giro del conflicto.
El ataque de Japón a Pearl Harbor en diciembre de 1941 hace que
EEUU entre en el conflicto, quien acabará frenando la expansión
japonesa tras las derrotas que le infligirá en Midway y Guadalcanal
(julio de 1942 y febrero de 1943, respectivamente).
La misma suerte que Japón corre Alemania tras su ataque a la Unión
Soviética en junio de 1941. Fue un error abrir este frente oriental sin
haber cerrado los frentes en Gran Bretaña y el Norte de África. A
partir de este momento las derrotas de Alemania e Italia se suceden.
En el Norte de África, Alemania e Italia querían tomar el control sobre
el canal de Suez, pero los británicos, ya con ayuda material de EEUU,
obtienen una victoria en El Alamein en octubre de 1942, permitiendo
este hecho la entrada de las tropas británicas en Trípoli en enero de
1943. Este hecho es importante, pero la derrota realmente decisiva
es la que sufre Hitler en Stalingrado en enero de 1943. Los soviéticos
resisten mucho más de lo que estaba previsto. Así, el mito del
invencible ejército alemán se caía, al mismo tiempo que creció el
prestigio de la Unión Soviética.
A la vez que pasa todo esto y antes de que EEUU entrara en guerra,
Churchill y Roosevelt se reúnen en 1941 para elaborar La Carta del
Atlántico, que ponía énfasis en los derechos de los pueblos y en la
necesidad de su cooperación durante y tras el conflicto. Se reunirán
de nuevo estos dos dirigentes en Casablanca en enero de 1943,
donde tomaron la decisión de que no iban a hacer la guerra a los
pueblos italiano, alemán y japonés, sino a sus dirigentes. Sabiendo
hoy lo que ocurriría posteriormente –bombardeos indiscriminados a
ciudades alemanas y japonesas, culminando el terror con las bombas
atómicas de Hiroshima y Nagasaki-, parece que esta reunión sólo
sirvió para decidir que sólo aceptarían una derrota incondicional de
sus adversarios. Hecho que también ha sido muy discutido, pues
Alemania y Japón obligaron a la población a resistir hasta el final, lo
que también invalida la anterior decisión.
La Unión Soviética desconfiaba de de EEUU y Gran Bretaña, pues era
ella la que estaba soportando el esfuerzo bélico contra Hitler sin
ayuda. Exigió a los Aliados que le ayudaran abriendo otro frente. Para
tener satisfecho a Stalin abrieron un frente en el norte de África y
ocuparon Irán para hacerle llegar material bélico que fue insuficiente

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y tardío. A la vez, Stalin dejó claro que no iba a perder el territorio de
Polonia logrado con el pacto germanosoviético y, como EEUU y Gran
Bretaña temían un nuevo acuerdo entre Alemania y la Unión
Soviética, tuvieron que ceder.
Así, los tres Aliados se reúnen por primera vez en Teherán en octubre
de 1943, tras la capitulación de Italia. Aquí acuerdan en el plano
militar lanzar ofensivas conjuntas contra Alemania en unas fechas
previstas. Los anglonorteamericanos se comprometen a atacar por el
canal de la Mancha. Políticamente tomaron decisiones respecto a la
posguerra. Todos estaban de acuerdo en castigar duramente a
Alemania, y respecto a Polonia, Churchill y Roosevelt tienen que
aceptar las exigencias de Stalin, manteniendo éste su porción de
Polonia, la cual sería compensada con la anexión de territorios
alemanes.
Prácticamente todo el mundo fue movilizado económicamente para la
producción de guerra, lo que supuso un boom económico para EEUU,
que terminaba así de recuperarse de la crisis del 29. Igualmente, la
economía soviética también experimentó un gran impulso, aunque a
costa de un grandísimo esfuerzo de la población. Para lograr esta
colaboración de la población, Stalin cambió su discurso de apoyo al
régimen por el de apoyo a la nación. De este modo, explotando todos
sus recursos al unísono, los aliados poseían la superioridad necesaria
que les llevaría a la victoria.

IV. La victoria aliada


Los aliados se disponen a abrir un frente en Europa por el Sur de
Italia, antes de lo cual logran ocupar Túnez en mayo de 1943. En julio
de ese mismo año tuvo lugar un desembarco en Sicilia y, aunque en
el sur el avance es rápido, en la península itálica el avance es muy
lento. Entretanto, los mismos fascistas destituyen a Mussolini para
devolverle el poder al rey. En septiembre de 1943 Italia firma el
armisticio con los Aliados. Alemania ocupó todo el norte de Italia,
incluyendo Roma, zona donde el continuamente creciente
antifascismo domina la población. El avance de los Aliados se detiene
en Nápoles, no logran llegar a Roma hasta junio del 44 y a Rávena
hasta diciembre de ese mismo año.
Antes de lanzar las ofensivas planeadas, los Aliados deciden
bombardear Alemania para reducir su resistencia, pero no fue esta la
causa del debilitamiento de Alemania. Ya vimos que sólo estaba
preparada para sostener una guerra corta, con lo que, a medida que
ésta se alargaba, su capacidad de resistir era menor. Además, el
régimen nazi se había negado a emplear mano de obra femenina, lo
que iba en detrimento de la producción. A pesar de todo, hasta los
desembarcos de Normandía y de Provenza, Hitler no perdió la
esperanza de vencer.
Tal y como se dispuso en Teherán, el 6 de junio de 1944 tuvo lugar el
desembarco de Normandía, donde se desplegaron una gran cantidad

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de efectivos que el ejército alemán no fue capaz de contener. La
liberación de París se produjo en agosto de 1944. El 15 de este mismo
mes se desembarcó en Provenza. Una vez liberada Francia, los
Aliados debían ponerse de acuerdo sobre cómo penetrar en Alemania.
En el frente oriental, los avances del Ejército Rojo son mucho más
rápidos. En el invierno de 1943 y 1944 se levantó el cerco de
Leningrado, se ataca Rumania, se libera Crimea, se lanza una
ofensiva contra Finlandia...hasta llegar en agosto del 44 a la orilla
derecha del Vístula, frente a Varsovia. El gobierno polaco en Londres
no aceptaba ceder a los soviéticos los territorios orientales de Polonia,
por lo que Stalin forma otro gobierno comunista rival en los territorios
disputados. El gobierno polaco de Londres ordena el levantamiento
general para liberarse de los nazis sin ayuda. En poco tiempo los
alemanes destruyeron la ciudad. El Ejército Rojo entro tarde y con
facilidad, sin prestar ayuda a los polacos y sin reconocer al gobierno
en el exilio.
En Rumania y Bulgaria los acontecimientos fueron más favorables a
Stalin, cuya política consistía en enfrentar a Alemania con sus
satélites, haciéndolos entrar en la órbita de la Unión Soviética. En
Hungría no lo consigue.
A finales del invierno de 1944, Hitler está rodeado. El Ejército Rojo,
por el este, ha alcanzado Prusia Oriental. Al oeste acechan los
anglonorteamericanos, que finalmente deciden avanzar bordeando el
curso del Rhin. Se dirigen hacia Berlín, igual que los soviéticos.
En abril de 1945 el frente alemán se está desmoronando y la
Alemania nazi está en plena descomposición. Los americanos y los
soviéticos se reúnen para cercar y bombardear Berlín desde el 22 de
abril de 1945. Capitula el 2 de mayo, antes de lo cual Hitler se
suicida.
Ahora sólo quedaba Japón. En el pacífico se realizó una doble ofensiva
norteamericana por el norte, bajo el mando del almirante Nimitz, y
por el sur con el general Mac Arthur a la cabeza. Los éxitos de EEUU
fueron espectaculares, tanto por sus técnicas de combate, por su
capacidad de reponer el material perdido. Los japoneses sólo
contaban con su tenaz resistencia hasta la muerte. Mac Arthur volvió
a Filipinas en enero de 1945 y en la primavera de ese mismo año
Japón estaba acorralado, aunque sigue resistiendo con tenacidad. El 9
de agosto el Ejército Rojo entra en Manchuria, tal y como se había
acordado en la conferencia de Yalta, cuando Truman ya había lanzado
la primera bomba atómica en Hiroshima. Sólo con la de Nagasaki, el
mismo 9 de agosto, el emperador ordena el cese de la lucha.
V. El mundo al final de la guerra
EEUU no tenía ninguna intención de conquista, como ya había
manifestado en la Carta del Atlántico. Stalin pensó que le
correspondían todos los territorios anexionados con el pacto
germanosoviético. Churchill no lograría sus objetivos de mantener la
hegemonía sobre sus colonias ni de desmembrar a Alemania.

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Las tensiones entre los aliados eran patentes en todas las
direcciones, de modo que, aunque en Yalta (febrero de 1945) no se
había decidido un reparto del mundo, éste se estableció de hecho y
se confirmó en Postdam (julio de 1945). Así se establecía un
condominio del mundo entre las dos nuevas superpotencias: EEUU y
la Unión Soviética.
Alemania sería ocupada militarmente en su totalidad, repartida en
zonas de ocupación de cada uno de los aliados. En Yalta, Churchill
insistió en incluir a Francia en el reparto. Cada uno de los cuatro
ocupantes regiría un sector de Berlín, ciudad situada en la zona
soviética. Los cuatro comandantes militares administrarían de común
acuerdo los asuntos comunes, de esta manera se mantendría, según
Roosevelt, el acuerdo entre los Aliados.
Todos se pusieron de acuerdo en castigar duramente al pueblo
alemán, que debería pagar por los crímenes cometidos. Churchill fue
el único que se preocupó cómo la población alemana en estas
condiciones podría producir lo suficiente para vivir y para pagar las
reparaciones de guerra.
En cuanto a Polonia, se tuvo que ceder ante los deseos de Stalin,
tanto en la cuestión territorial, como en la formación del nuevo
gobierno polaco. No aceptaría al de Londres e impondría, aunque con
elecciones libres, un gobierno comunista a imagen y semejanza del
de la Unión Soviética. Esto era democracia para Stalin, obviamente
muy distinta a la concepción que de ella tenían Roosevelt y Churchill.
Toda Europa centro quedó bajo influencia soviética, exceptuando
Grecia, donde Stalin respetó su acuerdo con Churchill.
Los países vencidos pierden sus imperios coloniales. EEUU se
pronunciaba por la supresión del colonialismo. Los Aliados renuncian
a sus concesiones territoriales en China. Tras la derrota de Japón, los
territorios asiáticos siguen luchando por su independencia. Lo
consiguen Indonesia, después Birmania y más tarde la India. En África
no estaba previsto, pero Francia tiene que conceder la independencia
a muchos países de su dominio.
Mac Arthur decretó que Japón sería desmilitarizado y democratizado.
Roosevelt deseaba que se construyese una institución más fuerte que
la Sociedad de Naciones y encargada de preservar la paz. La ONU
nació en San Francisco de abril a junio de 1945. Otras instituciones
como la UNESCO y el FMI, entre otras, fueron ya creadas durante el
conflicto, pero cuyos objetivos irán aumentando paulatinamente.
La Segunda Guerra Mundial supuso una ingente cantidad de pérdidas,
tanto humanas como materiales. En cuanto a las humanas, estas
pérdidas se pueden cifrar en unos 50 millones, con una proporción de
civiles del 50 %. Además de estas pérdidas, se produjeron grandes
movimientos de población, tanto organizados por los ocupantes como
fruto del miedo de la población. Respecto a las pérdidas materiales,
decir que fueron incalculables, tanto en Europa como en Asia, pues

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ciudades enteras fueron arrasadas mediante bombardeos de la
aviación y de la artillería. Sólo EEUU salió indemne en este sentido,
exceptuando el ataque a Pearl Harbor. No menos importante fueron
los daños morales que sufrió la población.

Conclusión
Tras el conflicto todo había cambiado y ya no había marcha atrás.
Europa salió muy debilitada, y varias potencias de primer orden en
1939 habían pasado a ocupar un segundo plano, “cediendo” su
posición privilegiada a EEUU y la Unión Soviética. Ya durante la
guerra los Aliados pensaban que luchaban por algo más que por
defenderse de Alemania. Debería asentarse un nuevo orden bajo
consenso social y basado en la revisión de la democracia, dándole un
contenido social, en la que el estado ha de intervenir para lograr un
estado del bienestar. Este intervencionismo del estado sería
compensado a nivel internacional restituyendo un liberalismo
económico flexible, no basado en el patrón-oro como el anterior.
En Asia y África, aún víctimas de la colonización, su lucha en la guerra
fue un preludio de su liberación.
La Unión Soviética es ahora más que nunca la metrópoli del
comunismo internacional, que domina toda Europa central y oriental
mediante democracias populares.
EEUU fue el gran beneficiado económicamente. Aumentó
considerablemente su producción y tenía deudores de distinto grado
en todo el mundo.
Paradójicamente, la enorme destrucción provocada por el conflicto
dio lugar a un gran avance de la ciencia y la técnica dirigido a
solventar y/o minimizar los daños causados o, en el caso de la bomba
atómica, multiplicarlos.
Lo deseable hubiera sido que un conflicto de estas dimensiones
nunca hubiese sucedido, pero el mundo en el que vivimos en la
actualidad es tributario de de todos los acontecimientos pasados que
permanecen como estratos en la historia de la humanidad, y de los
cuales no podemos desligarnos por mucho que lo deseemos. ¿Cómo
sería nuestra sociedad si los acontecimientos no hubiesen sido tal
como fueron? ¿Sería mejor? ¿Sería peor? Parece evidente que un
imperio nazi no hubiera sido un desenlace deseable pero, ¿habrían
desarrollado la solución final si no hubiese estallado la guerra? ¿Cuál
habría sido el destino de la Unión Soviética? ¿habría “estallado” la
Guerra Fría?

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