Jesús: camino, verdad y vida me invita COMPROMETERME PARA caminar con y como Él.
Estamos en la puerta de salida de los Ejercicios. Luego vendrá una entrega especial que te
ayudará a empatar definitivamente con tu experiencia espiritual en la vida ordinaria.
Una tentación común en este momento (y en los días que siguen a los Ejercicios) es rebajar en
generosidad. No caigas en ella. Es una pura acción del mal. Por eso, sé humilde y pide
intensamente al Señor que te de la gracia de ser generoso y fiel.
En este ejercicio comienza de nuevo con las tres recomendaciones de la guía anterior.
Considera las características del verdadero amor y gusta la petición que venimos haciendo.
Repite brevemente el ejercicio anterior.
Antes de comenzar con el tema propiamente dicho, lee atentamente el capítulo 14 de San
Juan. Gústalo y ora con él. Te servirá para enmarcar este ejercicio.
Medita y contempla ahora cómo todos los beneficios y dones que has recibido proceden
de Dios mismo y en ellos él ha trabajado. No es que la creatura sea Dios; sino que Dios se
manifiesta en las creaturas por amor a los hombres y acepta todas sus limitaciones para poder
salirte al encuentro en lo ordinario y común y corriente de su vida. Por eso es un gran error
quedarse en las creaturas (ídolos).
Así como el rayo no se confunde con el sol; así todo debe llevarnos a la fuente, al creador, a
Dios mismo! Dios es fuente inagotable de todo. Por eso el mayor fruto de los Ejercicios (don
que debes seguir pidiendo y recibiendo diariamente) es poder amar a Dios en todas las cosas y
a todas en él; por amor de Dios mismo.
Conversa luego con la Santísima Trinidad y con María; pídeles la gracia que se acaba de
insinuar y deposita toda tu confianza y tu fuerza en sus manos para que te ayuden a vivir
conforme a lo que Dios te ha comunicado en esta experiencia.