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Historia de España 2º de Bachillerato.

Profesor Antonio Luis Díaz García


IES Luis de Morales. Arroyo de la Luz (Cáceres)

TEMA 5.- TRANSFORMACIONES AGRARIAS Y ECONÓMICAS EN EL SIGLO XIX


TEXTO 7: Normas desamortizadoras de Mendizábal

1.- LA REFORMA AGRARIA LIBERAL EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XIX


1.1. La consolidación de la propiedad privada
Los gobiernos liberales del siglo XIX partían de una nueva concepción jurídica de la
propiedad que implicaba la liquidación de las formas propias del Antiguo Régimen (señorío,
mayorazgo, bienes comunales, bienes de manos muertas…) y la consolidación de la
propiedad privada de la tierra, como elemento esencial de la nueva organización capitalista
de la economía. Para poner en práctica estas ideas emprendieron una reforma agraria liberal
que se llevó a cabo a través de un conjunto de medidas, adoptadas tras la subida al poder de
los liberales en 1836, y cuyo objetivo esencial era liberar la tierra de las trabas que ponía el
Antiguo Régimen al desarrollo de la propiedad privada y de la economía de mercado. Las
principales medidas fueron la abolición de los señoríos y los derechos jurisdiccionales de la
nobleza, la desvinculación de la propiedad y la desamortización de las tierras en manos de la
Iglesia y de los Ayuntamientos. Tras estas reformas la tierra pasó ser una mercancía de
propiedad individual que podía ser vendida y comprada libremente.
La disolución del régimen señorial, que ya se había iniciado en las Cortes de Cádiz,
implicó la pérdida de las atribuciones jurisdiccionales de los señores, mientras que los
señoríos territoriales pasaron a ser propiedad privada de los nobles si los campesinos no
demostraban documentalmente que eran ellos los propietarios. De esta manera gran parte
de las tierras quedó fraudulentamente en manos de la nobleza.
La desvinculación de los mayorazgos significó el fin de los patrimonios unidos
obligatoriamente y a perpetuidad a una familia nobiliaria o a una institución, y sus
propietarios fueron libres para poder venderlos sin trabas en el mercado. El proceso contó
con el apoyo de la nobleza por la necesidad que las familias nobiliarias tenían de disponer de
dinero.
Estas medidas permitieron la salida al mercado de grandes cantidades de tierra, pero
las medidas más importantes fueron las desamortizaciones de tierras eclesiásticas y la de
ayuntamientos
1.2.- La desamortización eclesiástica de Mendizábal
La desamortización de tierras había sido una medida ya tomada en época de Godoy,
de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal para conseguir recursos para el Estado con la
venta de tierras propiedad de la Iglesia o de los Ayuntamientos. Sin embargo estas
desamortizaciones apenas tuvieron consecuencias.
En 1836 el presidente Mendizábal, liberal progresista, decreta la disolución de las
órdenes religiosas masculinas no activas (es decir las que no se dedicaban ni a la enseñanza
ni a la asistencia hospitalaria) y estableció la incautación de su patrimonio por parte del
Estado. Estos bienes desamortizados fueron puestos a la venta mediante subasta pública a
la que podían acceder todos los particulares interesados en su compra. Las tierras e
inmuebles podían comprarse pagando en metálico o a cambio de títulos de la deuda pública.
Los objetivos de Mendizábal con esta desamortización eran:
• Conseguir recursos necesarios para financia al ejército liberal en la guerra carlista
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• Reducir la Deuda Pública del Estado


• Ampliar el número de apoyos al régimen liberal entre los compradores de bienes
desamortizados
• Crear una clase media de campesinos propietarios y emprendedores que fomentasen
el desarrollo de la agricultura
Los objetivos se cumplieron sólo parcialmente y las consecuencias fueron tanto
positivas como negativas:
• Los ingresos obtenidos fueron menores de lo esperado (por la corrupción en el
proceso de venta) por lo que, aunque se obtuvieron ingresos para financiar la guerra
carlista, no se pudo reducir apenas la Deuda Pública.
• Los compradores fueron la nobleza y sobre todo la burguesía que se convirtió en
terrateniente, configurándose como los principales apoyos del régimen liberal.
• Los campesinos apenas pudieron comprar tierras. Los nuevos propietarios
impusieron a los campesinos que trabajaban esas tierras condiciones, de criterios
capitalistas, más duras. De esta manera el campesinado se distanció del régimen
liberal.
• La Iglesia, principal perjudicada, dejó de ser gran propietaria de las tierras pero fue
compensada por el Estado: desde 1841 el Estado se encarga de mantener al clero
secular (Ley de dotación del culto y del clero).
• Una parte considerable del Patrimonio Histórico español se perdió al abandonarse
conventos y monasterios o dedicarse a usos agrícolas o ganaderos por parte de los
nuevos dueños
1.3.- La desamortización civil de Madoz
El 1 de mayo de 1855, durante el Bienio Progresista, el ministro de Hacienda, Pascual
Madoz, también progresista, sacó a la luz su Ley de Desamortización General. Se llamaba
"general" porque se ponían en venta todos los bienes de propiedad colectiva: bienes del
Estado, los eclesiásticos que no habían sido vendidos en la etapa anterior, pero sobre todo
los bienes comunales de los municipios, que eran tierras, dehesas y montes controlados por
los ayuntamientos y explotados por los campesinos.
El procedimiento utilizado para las ventas fue similar a la de Mendizábal. El dinero
obtenido fue dedicado a amortizar la deuda del Estado y a financiar la industrialización del
país, especialmente la construcción del ferrocarril, considerado como esencial para
fomentar los intercambios y el crecimiento industrial del país.
En este proceso, la burguesía con dinero fue de nuevo la gran beneficiaria, aunque la
participación de los pequeños propietarios de los pueblos fue mucho más elevada que en el
anterior de Mendizábal.
Esta desamortización redujo los ingresos de muchos ayuntamientos, además de
privar a los campesinos del uso colectivo de las tierras municipales, por lo que sus
condiciones de vida empeoraron aún más.
Hay que señalar que, en general, el proceso de desamortizaciones no sirvió para que
las tierras se repartieran entre los menos favorecidos, porque no se intentó hacer ninguna
reforma agraria, sino conseguir dinero para los planes del Estado. La desamortización trajo
consigo una expansión de la superficie cultivada, una agricultura algo más productiva y por
tanto un aumento de la producción agraria. Otras consecuencias de trascendencia histórica
fueron: en lo social, la aparición de un proletariado agrícola, formado por más de dos
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millones de campesinos sin tierra, jornaleros sometidos a duras condiciones de vida y


trabajo solamente estacional; y la conformación de una burguesía terrateniente que con la
adquisición ventajosa de tierras y propiedades pretendía emular a la vieja aristocracia. En
cuanto a la estructura de la propiedad, apenas varió la situación desequilibrada de
predominio del latifundismo en el centro y el sur de la Península y el minifundio en extensas
áreas del norte y noroeste.

2.- TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES EN LA ESPAÑA DE MEDIADOS


DEL SIGLO XIX
2.1.- Sociedad:
Durante el siglo XIX junto con las transformaciones económicas se produjo también el
cambio de una sociedad estamental a una sociedad de clases.
La sociedad de principios de siglo es de base fundamentalmente agraria, 72%. A
mediados de siglo se dibuja ya una sociedad moderna de clases con los siguientes grupos
sociales:
• Las clases altas: La componen aquellos que disfrutan de elevados niveles de renta,
controlan el poder político y tienen una ideología conservadora. Dentro de ella encontramos
la nobleza, que ha perdido sus privilegios pero mantiene e incluso aumenta su poder
económico, y la gran burguesía, principal beneficiaria y apoyo del régimen liberal. Ambos
grupos evitan cualquier intento de democratización del liberalismo español.
• Las clases medias: Es un grupo difuso que irá aumentando a lo largo del siglo. Lo forman
funcionarios, profesiones liberales, grandes arrendatarios, etc. Ideológicamente se mueven
entre el apoliticismo, el republicanismo y el liberalismo progresista.
• Las clases bajas rurales: Representan la mayoría de la población. El grupo más significativo
es el de jornaleros, que predominan en las explotaciones agrarias al sur del Tajo. Sufren
condiciones muy duras de trabajo y un paro estacional que les mantiene en el límite de la
subsistencia. El analfabetismo, la fuerte religiosidad y la dependencia caciquil mermaron su
capacidad de actuación política.
• Las clases bajas urbanas: Está formado por criados, domésticas, mozos de comercio,
artesanos individuales, tenderos autónomos, que siendo productores, estaban muy alejados
de los niveles de renta de la clase media. El proletariado industrial, surge con el desarrollo
de las ciudades y las industrias. Sus condiciones laborales eran muy duras.
2.2.-Economía
España tuvo un crecimiento económico y un proceso industrial lento, incompleto y muy
tardío. A pesar de esta situación no se puede hablar de absoluto estancamiento ya que el
país sufrió una transformación progresiva.
Agricultura
La actividad agrícola seguía siendo principalmente tradicional. Sin embargo, sí puede
hablarse de un cambio lento y progresivo con un aumento de la producción a lo largo de
todo el siglo (como consecuencia de las desamortizaciones), modernización e integración en
la economía capitalista de algunos sectores que producían para la comercialización y
exportación: cítricos valencianos.
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Industria
El desarrollo industrial es lento debido a:
• La mala articulación del mercado (por las malas comunicaciones).
• La escasa relación entre la producción industrial y los consumidores
• La incapacidad exportadora, con una industria amparada por fuertes leyes
proteccionistas
• La irregular financiación.
Sólo dos regiones experimentaron una acumulación de capital que se invirtió en banca y
en la industria: País Vasco y Cataluña.
• La industria textil algodonera: Se desarrolla esencialmente en Cataluña. Esta región
contaba con la demanda interna y de las colonias, cuando España pierde las colonias se
centran en el mercado interior y Cuba, amparados por medidas proteccionistas. Es el sector
industrial más dinámico e importante de siglo XIX.
• La Industria siderúrgica: La siderurgia moderna española se inicia en forma de
tanteos en el periodo de 1830-70, pudiendo distinguirse tres etapas:
• Hegemonía andaluza: (1830-61) utilizando carbón vegetal.
• Hegemonía asturiana: (1861-79) cuyos altos hornos utilizaban el carbón mineral de la
región, más barato, lo que le permitió restar importancia al foco andaluz.
• Hegemonía vasca: (1880-90). A finales del s. XIX se consolida la industria bilbaína
gracias a la abundancia de mineral de hierro de buena calidad y la acumulación de capital
de empresas bilbaínas, que aprovechaban los fletes para exportar hierro a Inglaterra e
importar fácilmente carbón inglés. Este intercambio favoreció la industrialización del País
Vasco.
• La minería: Es uno de los sectores más dinámicos de la economía del XIX. Se crean
empresas, se abren yacimientos, se utiliza tecnología moderna y hay un aumento de la
producción que facilita la inversión de capital extranjero. La producción (plomo, mercurio,
hierro y cobre) se destinaba a la exportación.
• Los Transportes, el ferrocarril: Aunque se produce un avance en las comunicaciones
con la construcción de las primeras carreteras nacionales, es el ferrocarril el que marca la
pauta del progreso económico. Las primeras líneas construidas fueron la de Barcelona-
Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez
(1851), pero la gran expansión del
ferrocarril se produjo tras la
aprobación de la Ley General de
Ferrocarriles (1855). Se diseñó un
plan radial con centro en Madrid, el
gobierno favoreció las inversiones
extranjeras, por ello la construcción
se llevó a cabo a través de
compañías extranjeras, sobre todo
belgas, inglesas y francesas. La
construcción del ferrocarril logró la
articulación del país, la creación de
un mercado nacional y la multiplicación de los puestos de trabajo; pero no contribuyó al
fomento de la siderurgia española, pues se importó el material ferroviario necesario.
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• Las actividades comerciales:


• El comercio interior se beneficia de los cambios que impone la nueva legislación liberal
con la que se liberaliza el sector comercial. El crecimiento del ferrocarril y la mejora de
las comunicaciones agilizaron el mercado español
• En comercio exterior el proteccionismo tuvo como consecuencia el atraso técnico, la
falta de eficacia y competitividad de la economía española y los perjuicios que sufrieron
los consumidores españoles por los altos precios. El desequilibrio entre lo que se
exportaba y lo que se importaba generó un déficit crónico en nuestra balanza de pagos
que llega hasta el siglo XX.
• El sistema bancario y financiero: Los sectores bancario y financiero se modernizaron
durante el s. XIX, pero nunca alcanzaron la capacidad de acumulación de capital comparable
a Francia o Alemania que permitiese grandes inversiones en agricultura o industria.

3. TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EXTREMADURA DURANTE LA ETAPA


ISABELINA: ASPECTOS AGRARIOS, TRANSPORTES Y COMUNICACIONES, INDUSTRIA,
ETC.
Extremadura tiene una evolución económica parecida a la del resto del país., a pesar
de sus peculiaridades socioeconómicas Es una región fundamentalmente agrícola con poca
industria y falta de modernización. Además padece, como la agricultura española, continuas
crisis agrarias
La producción agraria creció lentamente pero con importantes desequilibrios en el
ámbito de la propiedad, con un claro predominio del latifundismo, y con escasa renovación
técnica.
En el sector ganadero, la decadencia de la trashumancia, los cambios en la propiedad
de la tierra y en las formas de explotación tradicional llevaron a un cierto descuido de la
cabaña ganadera.
En Extremadura la desamortización produjo una profunda transformación del
sistema de propiedad. La tierra pasó a nuevos titulares y salió del círculo de manos muertas
y de la propiedad colectiva. La propiedad de la Iglesia y de las órdenes militares, antes de las
desamortizaciones, eran inmensas y durante la desamortización de Mendizábal se
subastaron enormes dehesas de los conventos de Guadalupe, San Benito de Alcántara, Santa
Clara de Zafra y de las órdenes de Santiago y Alcántara. La desamortización de Madoz afectó
a los patrimonios concejiles que quedaron muy mermados. De igual manera los campesinos
perdieron las tierras comunales de las que hasta entonces obtenían importantes recursos
(caza, leña, pastos) que ayudaban a complementar su precario nivel de vida
La desamortización aumentó el número de propietarios pero la tierra no se
distribuyó de forma profunda sino que se consolidó el latifundismo y aumentaron las
diferencias de clase. Los labradores acomodados y los grandes propietarios fueron los que
acapararon la mayor parte de las tierras. Los jornaleros y arrendatarios emporaron su
situación: tanto por la citada pérdida de los bienes comunales como porque los nuevos
propietarios imponían condiciones más drásticas en la explotación de las tierras
La llegada del ferrocarril a Extremadura era importante si tenemos en cuenta que las
únicas vías de comunicación eran los caminos y veredas muchas de ellas intransitables.
Existían algunas carreteras: la principal era la denominada Carrera Real que unía Madrid con
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Lisboa a través de Navalmoral, Trujillo, Mérida y Badajoz, aunque su estado era deplorable
en las zonas montañosas como el puerto de Miravete.
La aprobación y construcción de la línea férrea Madrid-Lisboa que pasaba por Ciudad
Real y Badajoz pero no por Cáceres enfrentó a ambas provincias extremeñas, con gran
disgusto y humillación para los cacereños. Sería ya más cerca de finales de siglo (1881),
durante el reinado de Alfonso XII, cuando tras descubrirse los yacimientos de fosfatos en
Cáceres se construyó una línea férrea que unía Cáceres (Aldea Moret) con Madrid y Portugal
a través de Valencia de Alcántara. A finales de siglo se enlaza Cáceres con Salamanca.

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