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Cubierta:Telefónica sobrecub.

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COLECCIÓN
Fundación Telefónica
COLECCIÓN
Fundación Telefónica

EXTRANJEROS EN LA TECNOLOGÍA

EXTRANJEROS EN LA TECNOLOGÍA
Y EN LA CULTURA
Este libro es resultado de una investigación colectiva, hecha desde
Y EN LA CULTURA
varias disciplinas, sobre los múltiples sentidos en que hacemos la
experiencia de ser extranjeros. Antropólogos, artistas, historiadores y
críticos de arte y literatura, sociólogos y especialistas en comunica-
ción, que hemos trabajado en fronteras geográficas y sobre la inter-
culturalidad, quisimos analizar otros modos de restringir el tránsito
de lo propio a lo diferente, o a la inversa. Partimos de la hipótesis de
que podemos arribar a una nueva comprensión de la extrañeza entre
las formas artísticas y científicas de representar y conocer si observa-
mos juntos las extranjerías, considerando sus modalidades metafóri-
cas. Por ejemplo, las que ocurren al pasar de lo analógico a lo digital,
o de la ciudad letrada al mundo de las pantallas, las computadoras,
los celulares y los iPhones, en el que los jóvenes son nativos y los
demás debemos aprender un lenguaje que nunca hablaremos bien.

N. G. C.

NÉSTOR GARCÍA CANCLINI

Cuaderno

15
Índice

Síntesis curriculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  VII

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  XI

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  1

Los muchos modos de ser extranjeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  1


Néstor García Canclini

1. Fronteras y extranjeros: desde la antropología y la comunicación . . . . . . . . . . . . .  13


Cultura, identidad, frontera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  13
Alejandro Grimson

Extranjeros digitales y mediáticos: el extrañamiento en la comunicación . . . . . . . . . . . .  29


Rosalía Winocur

2. Poéticas de la extranjería en el arte contemporáneo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  39


Extranjería y nuevas pertenencias en las artes visuales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  39
Andrea Giunta

Jineteando al diablo. Arte contemporáneo, cultura y (des)extranjerización . . . . . . . . . .  51


Gerardo Mosquera

Elogio de la distancia. Poéticas del desarraigo en el arte latinoamericano


contemporáneo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  65
Graciela Speranza

3. El archivo, el azar y la extranjería. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  77


Extranjería como contexto. Interculturalidad y arte digital iberoamericano. . . . . . . . . .  77
Pat Badani

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extranjeros en la tecnología y en la cultura

Azar y extrañamiento: hacia una ecuación personal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  91


Mariana Castillo Deball

4. Audiovisual y digital: comunicación, frontera y traducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  111

Todos los films son extranjeros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  111


Arlindo Machado

Extranjero en las artes y los medios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  123


Jorge La Ferla

5. Impresionismo, velocidad, agitación y divergencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  135


Hervé Fischer

VI

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Síntesis curriculares

Néstor García Canclini.  Doctor en Filosofía por las universidades Nacional de La Plata (1975) y de París
(1978). Es profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana e investigador emérito del
Sistema Nacional de Investigadores, ambos en México. Ha sido profesor visitante en las Universidades de
Austin Duke, Nueva York, Standford, Barcelona, París, San Pablo y Buenos Aires. Algunos de sus libros, tra-
ducidos al inglés, francés, italiano y portugués, son: Culturas híbridas; Las culturas populares en el capita-
lismo; Latinoamericanos buscando lugar en este siglo, y Lectores, espectadores e internautas.

Pat Badani.  Master in Fine Arts del School of the Art Institute of Chicago; es profesora en Illinois State Uni-
versity donde encabeza desde 2002 el área de «Integrated Media». Artista interdisciplinaria de larga trayec-
toria, su trabajo integra nuevas tecnologías de medios de comunicación. Sus trabajos recientes más conoci-
dos son Home Transfer, mostrado en ISEA (Paris, 2000), y Where are you from?_Stories, proyecto transcultural
en 6 ciudades del mundo, que recibió un premio de investigación del Consejo de las Artes de Canadá y fue
mostrado en FILE (Brasil, 2005), y New Forms Festival (Canadá, 2004), entre otros. Su instalación interactiva
[in time time] recibió un premio de producción de la Fundación EIU del Tarble Art Center (EE.UU, 2008).

Mariana Castillo Deball. Estudió Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, en la ciudad
de México, y realizó estudios de postgrado en la Jan van Eyck Academie, en Maastricht, Holanda. Algunos
de sus proyectos recientes incluyen: Interlude: the reader’s traces, intervención en las bibliotecas públicas
en Berlín, París y Nueva York; Institute of Chance, en el Instituto Internacional de Historia Social en Áms-
terdam; Never odd or Even, una compilación de 25 portadas de libros inexistentes y Estas Ruinas que ves,
en el Museo Carrillo Gil de la Ciudad de México. Es miembro fundador de Uqbar, asociación que desarro-
lla proyectos que vinculan el arte contemporáneo con diversas disciplinas.

Hervé Fischer. Egresado de la École Normale Supérieure (rue d´Ulm, Paris, 1964), dedicó su maestría a la
filosofía política de Spinoza (bajo la dirección de Raymond Aron), y su tesis de doctorado a la sociología
del color (Universidad de Quebec, en Montreal). Durante muchos años enseñó sociología de la cultura y
de la comunicación en la Sorbonne-Paris V (Maître de conférences en 1981). También en la misma ciudad
fue profesor de la Escuela Nacional Superior de Artes Decorativas (1969-1980). Es miembro de la Socie-
dad de Desarrollo de Montreal (SDM), entre otras entidades, y del WHO’S WHO in Executives and Profes-
sionnals (Estados Unidos).

Andrea Giunta.  Doctora en Filosofía y Letras (especialización en Artes), es profesora de Arte Latinoame-
ricano Contemporáneo en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y en el Instituto de Altos Estudios Socia-

VII

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extranjeros en la tecnología y en la cultura

les (IDAES-UNSAM) e investigadora independiente del CONICET. Asimismo, es autora de libros y ensayos
sobre arte y estética, entre los que se destacan Vanguardia, internacionalismo y política. Arte argentino en
los años sesenta (Paidós, Buenos Aires, 2001); León Ferrari. Retrospectiva 1954-2004, CCR-Malba, 2004 (Co-
sacnaify, São Paulo, 2006), y coeditora de Arte de posguerra. Jorge Romero Brest y la revista Ver y Estimar
(Paidós, Buenos Aires, 2005). Dirige la colección Arte y Pensamiento, Editorial Siglo XXI, Argentina. Recibió
el Premio Konex en 2004 y en 2006, las becas Rockefeller, J. Paul Getty y J. Simon Guggenheim, y el Ha-
rrington Faculty Fellow de la Universidad de Texas, Austin, al cual está dedicada en la actualidad.

Alejandro Grimson.  Doctor en Antropología, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universi-


dad de Buenos Aires e investigador del CONICET en el Instituto de Desarrollo Económico y Social. Ha
dictado clases y conferencias, y publicado artículos en diversos países de América Latina y en Estados
Unidos. Entre sus libros se encuentran Relatos de la diferencia y la igualdad, El otro lado del río y la compi-
lación Fronteras, naciones e identidades.

Jorge La Ferla.  Master in Arts, Universidad de Pittsburgh; Licenciado Universidad de París VIII. Profesor
Jefe de Cátedra, Universidad de Bs. As. y Universidad del Cine; profesor invitado de la Universidad de los
Andes, Colombia. Curador e investigador en Medios Audiovisuales, ha colaborado en innumerables publi-
caciones de Alemania, Argentina, Brasil, Colombia, España, Francia, México y Estados Unidos entre otros
países. Ha editado 25 publicaciones sobre arte, diseño y tecnologías audiovisuales.

Arlindo Machado.  Doctor en Comunicaciones, Profesor del departamento de Cine, Radio y TV de la Uni-
versidad de San Pablo y del Programa de Posgrado en Comunicación y Semiótica de la Universidad Ponti-
ficia de San Pablo. Su campo de investigación abarca el universo de las imágenes técnicas. Sobre este
tema publicó en Brasil entre otras obras: Eisenstein, geometría do Êxtase (Brasiliense); A Ilussao Especular
(Brasilense); A Arte do Video (Brasilense); Máquina e Imaginário: o desafío das poéticas tecnológicas
(EDUSP); Pré-Cinemas y Pos-Cinemas (Papirus). Curador y organizador de muestras y exposiciones en Bra-
sil (San Pablo, 1982, 1983 y 1985, Rio de Janeiro, 1997) y en eventos internacionales como Getxoco III (Bil-
bao), Arco ‘91 (Madrid), Art of the Americas (Albuquerque) y Brazilian Video (Washington). Dirigió 6 films
de cortometraje en 16 y 35 mm y 3 trabajos de multimedia en CD-ROM. En 1995 recibió el Premio Nacional
de Fotografía de la Fundación Nacional de las Artes, Brasil.

Gerardo Mosquera.  Crítico y curador independiente, curador adjunto del New Museum of Contempo-
rary Art, Nueva York; asesor de la Academia de Bellas Artes del Estado de Holanda, y miembro de los
consejos editoriales de varias revistas internacionales. Autor de libros y de numerosos ensayos apareci-
dos en publicaciones de diversos países. Fundador de la Bienal de La Habana, ha curado numerosas expo-
siciones internacionales. Recibió la Beca Guggenheim, y el capítulo argentino del AICA lo eligió como
crítico latinoamericano de más importante trayectoria (ex aequo con Paulo Herkenhoff).

Graciela Speranza.  Crítica, narradora y guionista de cine, es doctora en Letras por la Universidad de
Buenos Aires, donde enseña literatura argentina. Entre otros libros ha publicado: Primera persona. Con-
versaciones con quince narradores argentinos; Guillermo Kuitca. Obras 1982-1998; Razones intensas, Ma-
nuel Puig; Después del fin de la literatura; y una novela, Oficios ingleses. Ha colaborado en los suplementos
culturales de los diarios Página 12 y Clarín, y codirige la revista de letras y artes Otra parte. Su más recien-
te libro es Fuera de campo. Literatura y arte argentinos después de Duchamp.

VIII

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Síntesis curriculares

Rosalía Winocur.  Doctora en Ciencias Antropológicas. Profesora e investigadora de la Universidad Autó-


noma Metropolitana, de México, y Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Ha coordinado
investigaciones sobre la cultura política, los medios de comunicación, la esfera pública y los procesos de
construcción de ciudadanía, con el patrocinio de la Fundación Rockefeller, la Fundación Carolina, CONACYT,
el IFE, el IEDF, Radio UNAM. En estos momentos está coordinando la línea de investigación «Estrategias de
inclusión y nuevas tecnologías. Imaginarios y prácticas sobre Internet desde la exclusión». Ha publicado 5
libros y más de 60 artículos en revistas nacionales e internacionales especializadas. Entre sus trabajos se
destacan Participación Civil y Política en el Distrito Federal,  publicado en 2006 por el Instituto Electoral del
Distrito Federal, en coautoría con Roberto Gutiérrez López; y Ciudadanos mediáticos. (Gedisa, 2002).

IX

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Presentación

En el año 2007, en el marco del Programa Forum de Fundación Telefónica, destinado a la investigación,
análisis y difusión del conocimiento sobre las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs),
comenzó el primer proyecto producido en Argentina, cuyos resultados se exponen en esta publicación.
«Extranjeros en la tecnología y en la cultura», bajo la dirección del Dr. Néstor García Canclini, contó con
la presencia de especialistas invitados, provenientes de diversos países de Latinoamérica, de España y de
Canadá, que trabajaron durante más de dos años en la investigación, análisis y producción de los conte-
nidos.
Las distintas etapas de trabajo tuvieron como cierre coloquios realizados en el Espacio Fundación Tele-
fónica de Buenos Aires, en los cuales se trató desde diferentes puntos de vista la temática de la migración
de la generación analógica a la digital. A partir de un documento inicial producido por el Dr. Canclini, y
con la consigna de abordar esta problemática desde un contexto regional, cada uno de los invitados
aportó desde su especialidad una mirada particular sobre el tema, desde la antropología hasta la curadu-
ría, desde la práctica artística hasta la filosofía.
Durante 2007 se llevó a cabo la primera fase del estudio, que tuvo como invitados a Carlos Amorales,
de México; José Luis Brea, de España; Arlindo Machado, de Brasil; Andrea Giunta, Alejandro Grimson, Jor-
ge La Ferla, Alberto Quevedo y Rosalía Winocur, de Argentina.
En 2008 tuvo lugar la segunda etapa del trabajo, en la que se sumó un nuevo grupo de expertos de la
región: Pat Badani, argentina residente en los Estados Unidos; Mariana Castillo, mexicana residente en
Alemania; Hervé Fischer, de Canadá y Gerardo Mosquera de Cuba. Con esta segunda etapa se cerró la la-
bor de campo para la elaboración de los contenidos de la presente publicación.
Es un orgullo para Telefónica presentar esta edición, realizada gracias al valioso aporte de Fundación
Telefónica de España y de Editorial Ariel, instituciones que avalaron y respaldaron el proyecto desde sus
inicios.
Quiero agradecer muy especialmente al Dr. Néstor García Canclini por aceptar llevar adelante un pro-
yecto de esta envergadura y a los autores por brindar su experiencia y conocimientos para su concre-
ción.

Eduardo Caride
Presidente del Consejo de Administración de Fundación Telefónica de Argentina

XI

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Introducción
Los muchos modos de ser extranjeros

Néstor García Canclini

Este libro es resultado de una investigación colec- nir al etnógrafo como artista y al artista como et-
tiva, hecha desde varias disciplinas, sobre los múl- nógrafo.1 También acercan estas preocupaciones a
tiples sentidos en que hacemos la experiencia de los comunicólogos que se ocupan de la mediatiza-
ser extranjeros. Antropólogos, artistas, historiado- ción de las relaciones sociales y a los antropólogos
res y críticos de arte y literatura, sociólogos y espe- entrenados en los comportamientos rituales y
cialistas en comunicación, que hemos trabajado metafóricos, los movimientos menos evidentes de
en fronteras geográficas y sobre la interculturali- esta sociedad, llamada de la información o del co-
dad, quisimos analizar otros modos de restringir el nocimiento, en la que procesos decisivos ocurren
tránsito de lo propio a lo diferente, o a la inversa. fuera de las relaciones materiales. Se han ido
Partimos de la hipótesis de que podemos arribar a creando vínculos productivos entre artistas y cien-
una nueva comprensión de la extrañeza entre las tíficos sociales en la medida en que unos y otros
formas artísticas y científicas de representar y co- buscan lo que Clifford Geertz llamó una captación
nocer si observamos juntos las extranjerías, consi- densa de lo social, entendiendo las interacciones
derando sus modalidades metafóricas. Por ejem- como redes de significación.
plo, las que ocurren al pasar de lo analógico a lo El presente volumen, dedicado a formas no con-
digital, o de la ciudad letrada al mundo de las pan- vencionales de extranjerías que ocurren en la tec-
tallas, las computadoras, los celulares y los iPho- nología, la cultura y las artes, tiene sentido en sí
nes, en el que los jóvenes son nativos y los demás mismo. Pero a la vez busca servir como plataforma
debemos aprender un lenguaje que nunca habla- conceptual para el segundo momento de esta in-
remos bien. vestigación: las obras y experiencias que están
Los nuevos modos de diferenciarse, y las segre- preparando diez artistas para exponer en el Espa-
gaciones simbólicas que generan, están aproxi- cio de la Fundación Telefónica en Buenos Aires en
mando a antropólogos, como especialistas en la julio de 2009.
interculturalidad, y a artistas habituados a traba- Desde que iniciamos este proyecto, en 2007, se
jar sobre los rodeos ocultos y sus modos de insi- han producido radicales transformaciones. Para
nuarse: una de las manifestaciones es lo que se decirlo con una expresión que corresponde a nues-
llama «arte etnográfico» y que ha llevado a redefi- tro tema, el mundo se ha vuelto menos hospitala-

1.  Foster, Hal, «El artista como etnógrafo», en El retorno de lo real. La vanguardia a finales de siglo, Madrid, Ediciones Akal, 2001.

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extranjeros en la tecnología y en la cultura

rio. Algunos autores señalan septiembre de 2001 la Unión Europea, que en las directivas aprobadas a
como inicio de un período de desconstrucción ra- mediados de 2008 sobre expulsión de migrantes se
dical de los principios de la modernidad ilustrada y muestran decididos a convertir a su continente en
democrática, que subsistían más allá de las olas un barrio cerrado, declaran haber autorizado a po-
posmodernas. Otros se remiten a la implantación ner a los inmigrantes 18 meses en cárceles (deno-
del neoliberalismo como pensamiento único, a minadas bajo el eufemismo de centros de deten-
partir de los años ochenta del siglo pasado, o al ción) para reforzar sus garantías jurídicas, y dicen
tránsito desde una utopía globalizadora, que pro- haber aprobado jornadas de 60 horas semanales
metía llevar la interdependencia entre todas las por el bien de los trabajadores. Hace años que la
sociedades hacia una convergencia más o menos precariedad en el empleo, resultado de la pérdida de
pacífica y productiva, a otra etapa que agudiza los derechos laborales, es llamada flexibilidad, y últi-
enfrentamientos, incomprensiones y racismos. mamente en Estados Unidos y en Europa se la ca-
En zonas de América Latina, de América del Nor- maleoniza como flexiguridad para sugerir que se
te y Europa, áreas de las cuales procedemos los toma en cuenta la seguridad de los empleados.
participantes en este proyecto, las fronteras se cie- Cuando los desastres económicos latinoamerica-
rran y se exasperan. Las fantasías de que el incre- nos de los últimos quince años liquidaron millones
mento de las comunicaciones mejore los intercam- de empleos, desplomaron el nivel de vida y saquea-
bios se desvanecen en medio de la descomposición ron los ahorros de multitudes, en Argentina recibie-
de muchas sociedades y del deterioro de la convi- ron un diminutivo ambivalente —corralito— pero
vencia internacional. Quienes aún investigamos o en las metrópolis financieras y periodísticas prefe-
creamos buscando expandir el conocimiento y la rían metáforas graciosas: efectos tequila, tango o
convivencia democrática también nos sentimos samba. Junto a la tarea pendiente de construir ex-
extranjeros en un mundo movido por conflictos plicaciones conceptualmente sólidas desde Améri-
bélicos, ecológicos y financieros donde parecen ca Latina, sería útil estudiar también la división in-
prevalecer las lógicas de destrucción. No es posible ternacional del trabajo con las metáforas.
ocuparnos de las extranjerías indirectas sin afron- No es fácil avanzar en esta dirección cuando los
tar el endurecimiento de las barreras geográficas y movimientos de resistencia bajan sus aspiraciones
los modos en que se habla de ellas. utópicas hasta convertirlas en demandas directas,
literales y de baja intensidad. En Argentina y en Chi-
le, luego de las últimas dictaduras, algunos intelec-
Hegemonías sinuosas, resistencias tuales ex revolucionarios sostuvieron que deseaban
literales simplemente vivir en un país normal. En años re-
cientes, una de las palabras más escuchadas en po-
No es una cuestión menor para quienes nos ocupa- líticos de diversos signos, pronunciada como si se
mos del arte y de lo simbólico que la dominación se esperara algo extraordinario, es decencia. La usan
haya vuelto más perversa y las resistencias menos los gobernantes del primer mundo para delimitar a
sofisticadas. En un tiempo en el que las catástrofes qué extranjeros están dispuestos a admitir. El presi-
económicas se llaman púdicamente desaceleración dente de Ecuador, Rafael Correa, congeló las nego-
o crecimiento negativo, la represión de los otros ciaciones con Álvaro Uribe en la crisis provocada por
también se disfraza. No siempre es tan directa el ataque militar a las FARC en suelo ecuatoriano,
como en Irak, en Palestina o bajo las dictaduras explicando que las relaciones diplomáticas se re-
eternizadas. Quizá lo que más prolifera, precisa- anudarían cuando en Colombia hubiera un gobier-
mente en el trato a extranjeros, es la paradoja cínica no decente. El mismo término nombra la aspiración
y el rebuscamiento retórico: los parlamentarios de suprema en países donde el avance de las mafias se

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Introducción

logra con la corrupción cómplice de partes del apa- No faltan datos para sostener esta perspectiva.
rato político, policial y judicial. Quizá las naciones no desaparezcan inmediata-
Se dice a menudo que, en esta época posterior a mente, pero varios países latinoamericanos,
las vanguardias artísticas y políticas, el arte com- como Ecuador, México y Uruguay, con 15 al 20%
parte el revisionismo de las posiciones ideológicas de su población en el extranjero, sugieren que ya
alejadas de las promesas utópicas, no sólo porque «lo nacional» no coincide con los territorios iden-
las fantasías políticas extremas son irrealizables tificados con los nombres de esos países. En Eu-
sino porque llevan a la autodestrucción personal y ropa, Francia siente cuestionada su cohesión na-
colectiva. Pero algunos también advierten el ries- cional y su laicismo por los cinco millones de
go de que los artistas queden apresados en la apa- musulmanes que recibió y el fracaso de las políti-
rente asepsia de las innovaciones tecnológicas y cas de asimilación; el Reino Unido cuenta con
en la carrera reiterativa de las bienales y las ferias. 1.600.000 musulmanes y España superó el mi-
¿El destino paradójico de la innovación será inte- llón. ¿Qué quedará de las naciones occidentales
grarse a los últimos hallazgos digitales y al mains- modernas habitadas por centenares de mezqui-
tream de los mercados? Ser algo así como un artis- tas, otros modos de relacionar los derechos de los
ta de avanzada decente. hombres y de las mujeres, la poligamia y la resis-
tencia a usar en las escuelas vestimentas seme-
Más allá del nomadismo jantes a las del resto de los niños?
El pensamiento posmoderno propuso susti-
Al centrarnos en los nuevos modos de ser extran- tuir las naciones y los Estados nacionales por el
jero, o en las extranjerías metafóricas, no nos des- nomadismo como objeto de estudio, y algunos
entendemos del drama de los migrantes. Quere- sociólogos se han dedicado a amontonar los
mos apartarnos, más bien, de dos enfoques sobre destierros, las migraciones y las expansiones
la migración y las fronteras que prevalecen en el turísticas para desacreditar lo nacional como
trabajo artístico y conceptual de las últimas déca- contenedor de la vida social y cultural.
das: el nomadismo posmoderno y el sobredimen- Las artes y la literatura también encontraron
sionamiento de las extranjerías geográficas. No se en los viajes —fueran de turistas, exiliados, ar-
trata de proponer un nuevo paradigma, sino de re- tistas en gira o migrantes—, un estímulo para
plantear las preguntas. consagrar la «desterritorialización» generaliza-
da. En muchas obras, y en programas de biena-
1. Cuántos viajan, adónde y para qué. El posmo- les, exposiciones y revistas, la mezcla de viajes,
dernismo primero y luego ciertos relatos sobre sin diferenciar su carácter, sirvió para despoliti-
la globalización juntaron varias «visiones» de la zar o desocializar la movilidad internacional y
contemporaneidad: la gente viaja mucho, las resbalar hacia un cosmopolitismo abstracto al
naciones se estarían acabando y las interco- que suele atribuirse un poder emancipador.
nexiones entre sociedades distantes nos lleva- Aun artistas con intención crítica alínean de­
rían de las comunidades territoriales a las vir- sarraigos y penurias poco comparables. La con-
tuales. En las ciencias sociales los viajes, más fusión más publicitada tal vez sea la exposición
que las identidades locales, se volvieron objetos de Sebastián Salgado titulada Éxodos, recolec-
de la investigación. Según James Clifford «lo ción de desplazamientos poblacionales en más
normal ya no sería preguntar: “¿De dónde es de 40 países, que se presentó durante la última
usted?”, sino “¿De dónde viene y adónde va?”».2 década en Nueva York, Roma, Buenos Aires, Hel-

2.  Clifford, James, Itinerarios transculturales, España, Gedisa, 1999.

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extranjeros en la tecnología y en la cultura

sinki, Praga, Lisboa, Barcelona y muchas otras fugio a quienes la sociedad niega hospitalidad y
ciudades. ¿Qué sentido tiene reunir en un solo derechos. Las exposiciones masivas, multiplica-
discurso visual a refugiados de Vietnam, pales- das en decenas de ciudades, convocan «afectos
tinos en Líbano, candidatos a migrantes en Ti- participativos a distancia», dice Ramos. No cono-
juana, ruandeses en Tanzania, niños de la calle cemos ni conoceremos a los sufrientes retratados,
en San Pablo e indoneses que dejan los campos menos aún a las multitudes diaspóricas fotogra-
para trabajar como albañiles en Yakarta? fiadas en un horizonte en fuga.
Vale la pena detenerse un momento en los pro- Esta aglomeración indiferenciada de los via-
cedimientos con que un proyecto fotográfico, di- jes, que tiende a pensar al mundo como si lo
rigido a documentar los dramas de las fronteras, más habitual fuera mudarse, es insostenible
acaba aboliendo los límites y las diferencias entre ante informes como el de la Comisión sobre Po-
condiciones sociales. Lo hace con un peculiar ejer- blación y Desarrollo de la ONU de 2006, que
cicio de lo que se ha llamado «documentalismo registra 191 millones de inmigrantes, más que
lírico». Julio Ramos lo describió así: un «lente gran una década antes, pero apenas 3% de la pobla-
angular abierto a esos monumentales paisajes ción mundial: «el planeta nómada», afirma la
que remiten, en el imaginario alegórico de Salga- demógrafa Gildas Simon, «sobre el cual uno se
do, a la difusa frontera entre naturaleza y cultura, desplaza y circula efectivamente cada vez más
en esos matutinos, de luz fría y neblina, en que la rápido, con un costo globalmente decreciente,
precariedad y el visible caos de los campamentos está de hecho poblado por sedentarios, y la
de refugiados son compensados y redimidos por imagen de un mundo atravesado por olas mi-
el aura estética, el operativo del grano que refrac- gratorias incontrolables está destinada a la
ta la luz y las imágenes». Mezcla referencias de la gran tienda de los clichés».5 O en palabras de
historia «alta» de la pintura con formas de vida Alejandro Grimson, «la mayoría de la gente no
premodernas, así «como el trabajo manual en el migra», no es bilingüe, «las lenguas primeras
fin de la era industrial».3 ¿Adónde pueden huir los siguen siendo relevantes» así como la ubica-
perseguidos o desamparados, cómo regresarán ción geográfica.6
cuando los acosen? Ramos extrae de su análisis La exaltación del nomadismo como ideología
de la obra de Salgado esta conclusión: la tierra nutriente del pensamiento cultural deriva, asi-
prometida es «la justicia estética». Además de hil- mismo, del crecimiento del turismo y otros via-
vanar lo discontinuo, la estetización homogénea jes: en 2006 los aviones transportaron 2,100
sustenta una «solidaridad abstracta, global, que millones de pasajeros. En ese mismo año sólo
deshace la especificidad de los contextos especi- los desplazamientos turísticos abarcaron a 842
ficos de la explotación del sujeto».4 Si la solidari- millones de personas, un porcentaje mayor que
dad es poco practicable por la carencia de un go- el de los migrantes por trabajo o por motivos
bierno mundial, de instituciones y ciudadanías políticos, pero minoritario en relación con la po-
globalizadas que hagan efectivos iguales dere- blación del mundo. La interdependencia global
chos para todos, se buscan universalizaciones de los mercados de música y artes visuales, la
simbólicas, como las del arte. La fotografía da re- proliferación de bienales, de las giras transna-

3.  Ramos, Julio, «Coreografías del terror: justicia estética de Sebastião Salgado» en Fernández Bravo, Álvaro; Florencia Garramuño y Saúl
Sosnowski: Sujetos en tránsito. (in)migración, exilio y diáspora en la cultura latinoamericana. Buenos Aires, Alianza Editorial, 2003.
4.  Ramos, Julio, op. cit. p. 71.
5.  Simon, Gildas, «Les mouvements de population aujourd´hui», en Phillippe Dewitte, Immigration et integration. L´etat des savoirs,
París, La Découverte, 1999, p. 43.
6. Las citas sin referencia corresponden a los textos incluidos en este libro.

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Introducción

cionales de las exposiciones y de los conciertos, cuero. En estos casos, la extranjería no se mues-
también contribuyen a exagerar el nomadismo. tra tanto como consecuencia de los viajes y del
Sin embargo, conviene problematizar esta ex- cambio de país, sino por desacomodar las clasi-
pansión nomádica en relación con la escala en ficaciones convencionales de unos y otros gru-
que las experiencias viajeras implican a la po- pos, aun en la misma sociedad.
blación mundial y a los productores culturales. El extranjero no es sólo el que está lejos o del
Si bien parte del mercado del arte se reorde- otro lado de la frontera, sino también el otro
nó según lógicas globalizadas, en rigor sólo una cercano que desafía nuestros modos de per-
minoría de artistas, los que venden sus trabajos cepción y significación. Puede sentirse mayor
por encima de 30.000 dólares, conforman un extrañamiento ante quienes en la propia socie-
sistema transnacional de competidores. La ma- dad reivindican con énfasis un particularismo
yoría de productores y difusores del arte siguen que en relación con otros de la misma profe-
trabajando en el marco de tradiciones y circui- sión en países distantes, o que comparten for-
tos nacionales y en diálogo con públicos del mas internacionalizadas de consumo.
propio país. En muchas sociedades, las artes Los migrantes son un 3%, en el mundo, pero la
plásticas permanecen como fuentes de lo que experiencia de extranjería en las sociedades
queda del imaginario nacionalista, son aún es- contemporáneas es mucho más vasta: en algu-
cenarios de consagración y comunicación de nos tiene que ver con la necesidad o el proyecto
los signos de identidad locales. También en la de vivir en otro país, en otros con el regreso al
producción musical sólo una pequeña franja propio y el descubrimiento de lo que cambió o
trasciende los circuitos de cada país. de la simple discrepancia entre el país real y el
2. ¿Qué significa ser extranjero, quiénes lo son y por que uno idealizó. En otros casos, la experiencia
qué? La noción de extranjero ha designado tra- de extranjeros deriva de las segregaciones que
dicionalmente a quienes son de otros países y nos excluyen o hacen sentir extraños en el lugar
practican comportamientos diferentes. Pero ex- natal, o por el descontento hacia modificaciones
tranjero no es, ni siquiera en los desplazamien- de nuestra sociedad o del entorno que conocía-
tos geográficos, sinónimo de viajero o de mi- mos. Con frecuencia, en las migraciones influyen
grante. Por ejemplo, un alemán o un francés son la información sobre lo que se ofrece en el mun-
extranjeros en España, pero no inmigrantes. do, y la declinación del propio país: ¿por qué ten-
Por otra parte, en la primera etapa de esta in- go que quedarme en Jujuy o en Bahía Blanca
vestigación advertimos que existen extranje- mientras que en Buenos Aires se vive mejor; o en
rías situacionales, que no se organizan como Cuba, mientras que en Miami o en Nueva York…
oposición entre lo propio —de una nación o o trabajando en una universidad o en un hospi-
una cultura— y lo ajeno, sino relacionalmente. tal donde se cerró el ingreso para nuevos profe-
En una ciudad cosmopolita y multicultural sionales, mientras que en China o en Dubai…?
como Buenos Aires, observaba Andrea Giunta, La experiencia de extranjería en el extranjero
una hija de italianos, nacida en esta ciudad, suele tener en su origen el haberse sentido des-
puede ser vista por los estudiantes como profe- pedido del propio país: «nos quitaron la tierra»,
sora universitaria que habla distinto que los «esta ciudad ya no me pertenece», «aquí no hay
demás porque ha pasado periodos largos en el trabajo», «ningún partido nos representa».
exterior, o, si camina por una calle céntrica jun- 3. ¿Qué son las extranjerías metafóricas? Las expe-
to a su marido holandés, la miran como ofici- riencias como extranjero —en otros países y en
nista a la que ofrecen folletos de menús bara- el propio— se amplían al detenernos en las re-
tos, mientras que a él quieren venderle ropa de cientes situaciones de extrañamiento ante lo

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extranjeros en la tecnología y en la cultura

ajeno. No ocurren sólo por desplazamientos te- papel de los imaginarios las acercan a la ficción?
rritoriales, sino por la creación de formas nue- Necesitamos encarar una tarea que Jacques Ran-
vas de alteridad dentro de la propia sociedad y cière propone como interdisciplinaria: «la cuestión
por dificultades de adaptación o de acceso a las no es decir que todo es ficción. La cuestión es cons-
nuevas condiciones. Algunos ejemplos: tatar que la ficción de la era estética ha definido
– Extranjeros digitales: en los estudios sobre modelos de conexión entre presentación de he-
migración de lo analógico a lo digital, los jó- chos y formas de inteligibilidad que difuminan la
venes se mueven como nativos respecto de frontera entre razón de los hechos y razón de la fic-
las últimas tecnologías en tanto los adultos ción, y que estos modos de conexión han sido re-
las viven como extranjeros porque deben tomados por historiadores y analistas de la reali-
aprender una nueva lengua (que no llegan a dad social. Escribir la historia y escribir historias
usar con naturalidad) y experimentan sus son hechos que reflejan un mismo régimen de
viejas habilidades como inferiores. verdad».7
– Extranjeros nativos: disidentes, exiliados den- En otras palabras, la articulación entre ciencias
tro de la propia sociedad (insiliados), o quie- sociales, filosofía y relatos artísticos conduce a re-
nes salieron del país y al regresar, luego de visar los vínculos entre literalidad, metaforización
unos años, se sienten desubicados ante los e historicidad. «Los enunciados políticos o litera-
cambios. rios —sigue Rancière— tienen efecto sobre lo real.
– Los trabajadores informales o marginados Definen modelos de palabra o de acción, pero
que no disfrutan los derechos de un ciudada- también de regímenes de intensidad sensible. Tra-
no, como trabajar con contratos y derechos zan planos de lo visible, trayectorias entre lo visible
laborales. Luego, actúan como extranjeros y lo decible, relaciones entre modos de ser, modos
respecto del orden legal y oficial: transgresio- del hacer y modos de decir.»8
nes individuales, redes colectivas de trabaja- Las migraciones y extranjerías son campos pro-
dores indocumentados, comerciantes sin picios para revisar cómo representamos y comuni-
permisos que no pagan impuestos. Observa- camos las experiencias, pues implican un modo
mos algo parecido en el consumo: la piratería radical de experimentar la incertidumbre y el pa-
de discos, video y software son modos de co- saje de una manera de nombrar y decir a otra: esta
locarse, en cierto sentido, fuera del orden le- discontinuidad es mayor si al ir a otro país cambia
gal nacional para tener acceso a recursos la lengua, pero ocurre también al pasar a otra so-
culturales internacionalizados. ciedad que habla el mismo idioma con modulacio-
nes distintas. O en el mismo país cuando en las
transferencias simbólicas experimentamos aban-
Ambivalencias de la extranjería: donos y recreaciones del sentido. Los modos obli-
su potencialidad estética cuos de nombrar en las metáforas dan ingreso a
esa trama escondida de significados, a otra densi-
¿No es riesgoso asociar las formas más duras de la dad de la experiencia. El extranjero vive entre he-
extranjería, casi siempre geográficas, con las se- chos que tienen otros nombres y nombres que
gregaciones metafóricas, mezclando, como ocurrió perdieron sus hechos.
en el nomadismo, las migraciones económicas, los En un coloquio efectuado en Murcia, en 2007, so-
exilios políticos y otras variantes del viaje donde el bre «estéticas migratorias», propuse concebir a los

7.  Rancière, Jacques, La división de lo sensible. Estética y política, España, Centro de Arte de Salamanca, 2002, p. 66.
8.  Rancière, Jacques, op. cit. p. 67.

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Introducción

migrantes como los que tienen el oficio de las me- safiliados, mantener una «neutralidad afirmativa
táforas. Aquí lo aplicaría al trabajo con los extranje- —escribe Graciela Speranza— que se traduce en la
ros. Sus operaciones culturales son análogas a las suspensión de elecciones forzosas, las intimacio-
que las filosofías del lenguaje califican como metá- nes, las demandas de posición, los dogmas».
foras. Los desplazamientos de sentido interrelacio- Las formas actuales de extranjería combinan
nan dos modos de nombrar dentro de una misma idas y vueltas, sentidos negativos y positivos, des-
comunidad nacional o una red transnacional. Los hacen los esquemas binarios entre nativos y ex-
migrantes que al actuar intersectan cadenas signi- tranjeros. Trascender esta oposición también es
ficantes distintas realizan asociaciones metafóri- útil para comprender las migraciones territoriales,
cas para conjurar la escisión entre las formas de que ya no tienen el carácter tajante del siglo xix y
vida, de sensibilidad y de pensamiento de las co- de gran parte del siglo xx. Ahora, los cambios de
munidades de origen y la sociedad de adopción. país son menos rotundos que cuando se viajaba
Las metáforas, al registrar las ambivalencias, en barco de Europa a América. Los aviones, las co-
trascienden las oposiciones binarias entre nativos municaciones satelitales e Internet aproximan a
y extranjeros. Sólo tomando en serio las metáforas los que habitan en naciones distintas. Por eso, la
es posible salir del dilema maniqueo de la crítica: experiencia de desarraigo no es leída únicamente
oscilar entre denuncias a las políticas hegemóni- como confrontación con un mundo extraño y
cas de organización de los mercados y las institu- como pérdida del origen. Los estudios sobre trans-
ciones globalizados, y, por otra parte, elaborar justi- culturalidad e hibridación registran las fusiones,
ficaciones teóricas para las acciones de resistencia. las contradicciones y los choques ambivalentes
Esta polarización entre dominación y resistencia que ocurren en esos encuentros. La intercomuni-
oculta procesos más complejos. En esta investiga- cación globalizada nos vuelve extranjeros no sólo
ción tratamos de incluir situaciones en las que se de los hogares o paisajes que eran propios para
experimentan formas de extranjería no polares, ni nosotros o nuestros padres. Somos llevados a rela-
determinadas por la exclusión geográfica o nacio- cionarnos con otras lenguas y otras «patrias» y a
nal. Ni siquiera elegimos como eje los procesos de pertenecer a comunidades diversas. Nos diversifi-
exclusión /inclusión. Más bien buscamos leer un camos como extranjeros de muchas culturas.
mundo en el que las nociones de adentro y afuera, La movilidad del carácter de extranjero es pa-
de arriba hacia abajo o de derecha a izquierda, con- tente también en los medios audiovisuales. Estos
servan cierta eficacia, pero disminuyen su sentido pueden volver amable al «otro» en programas te-
porque coexisten con múltiples entradas y salidas, levisivos sobre grupos indígenas o culturas de
como en un hipertexto. En estos circuitos multidi- otros continentes, y con sus visiones optimizadas
reccionales se puede ser extranjero en muchas po- o esquemáticas parecen anular la distancia de los
siciones y a veces dejar de serlo, e incluso preferir la diferentes. Pero estos extraños se vuelven efecti-
experiencia del que no pertenece, no se siente re- vamente extranjeros cuando llegan a nuestro te-
presentado o no quiere pertenecer a los órdenes rritorio, compiten por los trabajos, desafían las
existentes, ni hegemónicos ni subalternos. De ex- costumbres locales y se convierten en «el mal sal-
cluido a extranjero. La categoría de excluido puede vaje»: por un lado, el extranjero de Discovery Chan-
agrupar productivamente a quienes disputan el nel; por el otro, «el extranjero de la nota roja», se-
derecho a la inclusión en el trabajo, el consumo o la gún describe Rosalía Winocur. Son los mismos
ciudadanía. El extranjero, en el sentido amplio usa- medios —la radio, la televisión e Internet— los
do aquí, puede abarcar a los que luchan por supe- que magnifican un robo o un asesinato si son he-
rar la exclusión y también a artistas, intelectuales, y chos por un extranjero y criminalizan a todo el
franjas amplias de jóvenes que prefieren estar de- grupo. Pero el extranjero también puede ser «redi-

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mido» por los medios cuando se convierte en un municaciones acerca a las personas ubicadas en
«nicho de mercado» redituable, destinatario de países distintos como si estuvieran en la misma
productos y publicidad específicos como especta- ciudad. Modifica, así, las relaciones entre lo más
dor de cientos de programas televisivos o usuario doméstico y lo más lejano, sobre todo en las nue-
de telefonía móvil con tarifas bajas para llamar a vas generaciones. Los adultos creen percibir que
su país de origen. los hijos se vuelven extraños en la propia casa
Entre las obras contemporáneas que trabajan cuando se encierran en su habitación y parecen
con el doble, triple o múltiple movimiento entre lo desconectarse de la familia. En verdad, anotaba
propio y lo ajeno, entre varias pertenencias, recuer- Luis Alberto Quevedo, al participar en el seminario
do dos trabajos incluidos por Mieke Bal en su expo- preparatorio de este libro, los jóvenes están hiper-
sición de videos sobre migraciones. El de Mora Ha- vinculados: navegan por Internet, ven televisión,
toum, Measures of Distance, que superpone descargan música de diferentes culturas. Viven
imágenes de cartas en árabe enviadas por la ma- algo que, más que desterritorialización, es una lo-
dre a la artista y fotogramas del cuerpo desnudo calización múltiple: abarcan al mismo tiempo los
de la madre, así como la voz de Hatoum leyendo las sitios más distantes y los núcleos de pertenencia
cartas en inglés con un plano sonoro de fondo he- más inmediatos, como la propia casa, «su barrio,
cho con conversaciones en árabe entre madre e su escuela, y los amigos del shopping». Todo esto
hija: lo visible y lo no visible, lo que un espectador crea una «discontinuidad radical» con los hábitos
occidental comprende y lo que se le oculta. Otra ex- de sus padres y con trayectos escolares apegados
periencia análoga aparece en la video instalación a la cultura letrada a la vez que favorece nuevos
de Mieke Bal y Célio Braga, Nothing is missing: va- modos de interacción entre generaciones, como
rias madres hablan en distintas lenguas sobre sus cuando padres e hijos se comunican frecuente-
hijos y la experiencia de tenerlos lejos, la memoria mente, aunque estén distantes, gracias al celular o
de la convivencia y la imaginación de un deseado a Internet. Discontinuidad y conectividad dejan de
reencuentro; las vemos como en una sala donde ser opuestas para convertirse en dos modalidades
compartían sus relatos, pero la diversidad de len- de coexistencia complementaria: reformulan lo
guas desmiente que sea un diálogo entre ellas. que se entiende por territorios, localidad e interac-
El extranjero no es sólo el que viene de otro país. ciones próximas y lejanas.
Es el que negocia con lo local de un modo poco sa- Podemos hablar de extranjería en el pasaje de un
tisfactorio. Me gusta una explicación de Carlos medio a otro: de la tradición oral a la escritura, de la
Amorales: «Si yo hago algo en un lenguaje euro- literatura al cine, de la pintura a la fotografía o a la
peo, pierdo la mitad de mí mismo, pero si hago inversa. Las discusiones sobre legitimidad y fideli-
algo completamente en un lenguaje mexicano o dad entre lenguajes o formas artísticas —una no-
mexicanizado también pierdo la mitad de mí mis- vela convertida en película, por ejemplo— cambian
mo. Lo que busco entonces es un compromiso en- al multiplicarse los trasvasamientos: la narrativa
tre esas dos formas, donde coexisten»9. reinventada en la escena digital como blogs, la ico-
nografía de la historia del arte rediseñada en el len-
guaje y la estética de los videoclips y videojuegos.
Tecnologías: lo cercano y lo distante Esta perspectiva intermedial radicaliza la voca-
ción que cultivaron los artistas de vanguardia al
Veamos otras situaciones en las que las tecnolo- transgredir los límites de los soportes tradiciona-
gías redefinen lo extranjero. La fluidez de las co- les, como el cuadro o la escultura. Las nuevas con-

9.  Amorales, Carlos, Dark mirror, Zurich, Daros Exhibition, 2007.

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Introducción

diciones de disputa por la legitimidad y la innova- lis, en tanto a los del «tercer mundo» se les pide
ción cultural involucran a las técnicas artísticas que representen su mexicanidad, su africanidad o
clásicas y las tecnologías avanzadas de represen- su japonesidad. La distinción entre propio y ex-
tación y de comunicación: un nuevo debate sobre tranjero depende de la distribución selectiva del
qué es arte y cuáles son sus fronteras. poder de consagrar y circular, y del acceso a la len-
¿Qué sucede cuando se globaliza la interacción gua hegemónica. Por eso, los videoartistas de dife-
entre lenguajes y géneros? En el cine, por ejemplo, rentes regiones, tienden a adoptar el inglés como
una película extranjera es la producida en otros idioma universal para eludir la discriminación.
países, y esta distancia se manifiesta más cuando
necesita traducción. Para ello se usan dos recursos:
el subtitulado y el doblaje. Estos dos procedimien- ¿Desde dónde y para qué?
tos, dice Arlindo Machado, son en sí mismos ex-
tranjeros respecto del lenguaje fílmico: «es extra- Los trabajos reunidos en este libro buscan renovar
ño que vayamos al cine para leer un texto; ¿no las perspectivas para actuar en las escenas inter-
sería más lógico quedarse en casa para leer un li- culturales, en las diversas formas de interculturali-
bro?». Esa operación, que en parte aproxima a las dad, operantes en la reestructuración de las insti-
culturas y les permite comunicarse, las aleja, sobre tuciones, las redes y los flujos. Estamos repensando
todo en el doblaje, al banalizar las diferencias: des- cómo enunciar desde América Latina, no mediante
concierta oír a «un samurai gritando a sus adver- una simple incorporación creativa y crítica de las
sarios en portugués» o a «un cangaceiro del Nor- tendencias internacionales, al modo de la antro-
deste brasileño hablando inglés británico». pofagia o las apropiaciones sincréticas. Se trata de
Los equívocos siguen cuando registramos la ar- imaginar nuevas maneras de actuar no sólo en
bitrariedad con que se designa «películas extran- función de una cultura local, sino —en palabras de
jeras» a las que no son estadounidenses. Los films Gerardo Mosquera— «desextranjerizándonos» al
hablados en inglés son clasificados en las tiendas construir conocimientos, obras y performances
de videos por géneros, como comedias, dramas, de desde una variedad de situaciones en las que la
terror, infantiles o eróticos. Las películas asiáticas y condición propia es ya vivida y pensada como par-
latinoamericanas son agrupadas como «cine ex- te de los circuitos globalizados.
tranjero». Es significativo que esto no sólo suceda Ciertos trabajos de artistas, como los que pre-
en los blockbusters de Estados Unidos, sino tam- senta en su ponencia Pat Badani —los de Lozano
bién en las tiendas de videos brasileñas, argenti- Hemmer o Santiago Ortiz Herrera—, al modificar
nas y mexicanas donde el cine norteamericano es representaciones anteriores de las relaciones inter-
sinónimo de el cine y las películas del propio país nacionales entre actores, reubican la pregunta so-
quedan fuera de ese ámbito legítimo. bre qué significa hoy representar. ¿Modificar el re-
Algo semejante ocurre en las tiendas de discos, trato de una situación para adaptarlo a los cambios
que suelen distinguir entre música clásica, jazz, entre dos momentos históricos, o para adaptarlo
rock, blues si se trata de música estadounidense o de un modelo representacional —colonial o impe-
británica, y arrinconan bajo el nombre de «world rialista— a otro modo de percepción que subvierta
music» (una manera más sutil de decir «música ese modelo desde una propuesta utópica? A veces
extranjera») el samba brasileño, el tango riopla- se aspira a que una nueva representación produzca
tense y el new age. una verdad, como si no hubiéramos atravesado el
En las artes visuales el sistema actual de circui- debate entre las concepciones realistas y construc-
tos de museos, galerías y bienales tiende a esta- tivistas de lo verdadero. Y en todo caso: ¿una repre-
blecer como globales a los artistas de las metrópo- sentación supuestamente más verdadera puede

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extranjeros en la tecnología y en la cultura

contribuir a cambiar la sociedad? ¿Qué tipo de re- entre las diferencias. Tomo el ejemplo de dos con-
presentación: conceptual o metafórica? ceptos biológicos que migraron a las ciencias socia-
Aquí reaparecen, en otro registro, las preguntas les: reproducción e hibridación. Al usarlos metafóri-
anteriores sobre el papel de las metáforas, como camente para describir procesos nuevos y
emblemas del modo de hablar extranjero. Las cien- desconcertantes en la sociedad, permitieron avan-
cias sociales aspiran a totalizar el saber y nombrar el zar, pero no por transposición analógica de lo que se
mundo unificado con conceptos unívocos. Pero las descubrió en el campo biológico. Para que tuvieran
disciplinas más sensibles a la diversidad de los sabe- valor explicativo en el campo artístico o cultural fue
res, como la antropología, conocen que la reducción necesario que esos conceptos trascendieran, como
de las representaciones particulares a enunciados todos los que migran, la primera etapa de adapta-
universales dejan de captar parte de las experien- ción rutinaria a los nuevos objetos, en la que aplica-
cias. Si la búsqueda de una totalidad es limitante en ban lo que habían aprendido en el otro país, y fueran
los saberes científicos, se vuelve más empobrecedo- reconstruidos mediante un trabajo teórico que los
ra cuando las redes transnacionales y las fusiones hizo convivir con otros conceptos de las ciencias so-
de empresas a escala global quieren homogeneizar ciales, como contradicción y desigualdad.10
las representaciones de lo social y clientelizar a to- Las metáforas son conceptos que aprendieron a
das las culturas bajo un solo modelo. vivir como extranjeros.
¿Qué hacer con lo que desborda o excede esas
pretensiones totalizadoras, lo que queda como ex-
tranjero? ¿Cómo incluir, se pregunta Mariana Casti- Referencias bibliográficas
llo Deball, el azar que trabaja dentro de las institu-
ciones y acumula material tangencial o efímero Amorales, Carlos, Dark mirror, Zurich, Daros Exhibi-
«resistiéndose a la tendencia de clasificarlo todo»? tion, 2007.
Un riesgo es la idealización romántica de lo minori- Bal, Mieke, «Conceptos viajeros en las humanida-
tario o lo excluido, creyendo que a la larga subvertirá des», Estudios visuales, Murcia, 2005, pp. 27-77.
el sistema-mundo porque representa una verdad —, «Double movement», en Thinking Mobility Two
más poderosa, o si no, refugiándose en la autocom- Ways. Migratorial Aesthetics, Murcia, CENDEAC,
placencia de lo diferente. Este rechazo a las grandes 2007, pp. 3-57
instituciones, confiando sólo en las acciones mole- Clifford, James, Itinerarios transculturales, España,
culares, a veces logra una eficacia restringida y otras Gedisa, 1999.
reproduce el lugar de la secta. La secta religiosa es el Foster, Hal, «El artista como etnógrafo», en El retor-
paradigma, pero podemos extender el nombre a las no de lo real. La vanguardia a finales de siglo,
etnias que se viven como sectas, a las sectas de iz- Madrid, Ediciones Akal, 2001.
quierda o derecha, a las sectas ecológicas o artísti- García Canclini, Néstor, «Las culturas híbridas en
cas: tienen en común la sacralización de su concep- tiempos lobalizados», Introducción a Culturas
ción de cultura y el autoasignarse una fuerza de híbridas, Buenos Aires, Barcelona, México, edi-
resistencia más poderosa y duradera que las totali- ción 2001.
zaciones de los grupos o redes hegemónicos. —, «Migrantes: los que tienen el oficio de las me-
Para comprender y actuar necesitamos los con- táforas» en Thinking Mobility Two Ways. Migra-
ceptos que organizan lo diverso y las metáforas que torial Aesthetics, Murcia, CENDEAC, 2007, pp.
se abren a situaciones nuevas, las enlazan y circulan 233-249.

10.  Ver Bal, Mieke, «Conceptos viajeros en las humanidades», Estudios visuales, Murcia, 2005 y textos de García Canclini en Referen-
cias bibliográficas.

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Introducción

Geertz, Clifford, Conocimiento local, Barcelona, Pai- Rancière, Jacques, La división de lo sensible. Estética
dós, 1994. y política, España, Centro de Arte de Salaman-
Ramos, Julio, «Coreografías del terror: justicia esté- ca, 2002.
tica de Sebastião Salgado» en Fernández Bra- Simon, Gildas, «Les mouvements de population
vo, Álvaro; Florencia Garramuño y Saúl Sos- aujourd´hui», en Phillippe Dewitte, Immigra-
nowski: Sujetos en tránsito. (in)migración, exilio tion et integration. L´etat des savoirs, París, La
y diáspora en la cultura latinoamericana. Bue- Découverte, 1999.
nos Aires, Alianza Editorial, 2003.

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