ANECDOTAS:

1. Un señor compró una marrana fiada. Cuando ya estaba

grande la marrana, no tenía dinero para echarle de comer y
seguía debiéndola. Entonces este señor se la llevó al que se
la había vendido y le dijo: “Toma la marrana, lo comido por
lo servido”.

2. Una mujer de Peñuelas le dijo a otra de Granada que había

comido queso de cerdo. La señora le preguntó extrañada
que cómo había podido ordeñar a la marrana para hacer el
queso.

3. Un matrimonio de Peñuelas fue a comer a Granada, pidieron

sopa y como estaba un poco sosa, en vez de echarle sal, le
añadieron bicarbonato. La esposa le decía al marido:” Pepe
come rápido que son pocas las sopas y se van”.

4. Unos recién casados de Peñuelas fueron de viaje de

novios. El padre de uno de los novios les encargó que le
trajeran una pipa de fumar de palo. Ambos conyugues
entraron en un estanco y pidieron una pipa de palo. El
tendero le dijo que solo tenían pipas de madera y ellos le
dijeron que no la querían porque su padre la quería de palo.

5. Un hombre muy pobre venía rifando una coneja por las

calles y como tenía tanta hambre se la comió. Cuando ya
había vendido todas las papeletas pregonaba a gritos:
“Como se ha muerto la coneja aquí traigo la pelleja”.

6. Apodos del pueblo:

- Banderín de enganche.
- Poco aceite.
- Poca paja.
 - Hambre viva.
- El pueblo sin “mama”: Esto era porque venían los
acreedores tocando a las casas para cobrar deudas
atrasadas y se encontraban que no había ninguna “mama”
en ninguna casa.

7. Un hombre fue a Granada a comprar unos zapatos para sus

dos hijos. Este hombre le dijo al tendero:”Deme unos
zapatos para mi Brígida y otros para mi Manolo”. El tendero
le dijo: ¿Qué número tienen? El hombre le contestó: “Mi
Manolo, dos años mayor que mi Brígida”. ¡Pero señor!,
contestó el tendero: ¿Qué número tienen? “Mi Brígida, dos
años menos que mi Manolo”. ¿Pero cuándo nació su Manolo?
Pues, cuando cortan el estiércol.

8. Cuando una pareja, se separaba y volvían a juntarse, se les

daba una cencerrada con algún “titulillo”. Uno de ellos era
este:
“Querido amigo José, te lo digo y te lo ruego que por tu
mala cabeza, tienes cara de carnero”.
La pareja solía enfadarse y terminaba por llamar a la
Guardia Civil. Los “civiles” acudían y les decían a los
chiquillos que se escondieran. Cuando ya los esposos
estaban tranquilos, los mismos Guardias Civiles decían a los
chiquillos que salieran de su escondite y siguieran cantando
para poder escuchar la canción objeto de polémica..

9. Cuando visitó el Rey Peñuelas (En aquellos años, Príncipe), le

preguntó a un vecino, más concretamente a Miguel, que
cómo se vivía en Peñuelas. Este respondió: “Regular, bien,
mal”. Los mayorales lo quitaron de en medio porque esta
respuesta, tan sincera, no era la esperada. Cuando regresó
Miguel a su casa vio que el panadero le había dejado un saco
de pan en la puerta porque eran muchos de familia. Su
vecino, al ver tanta cantidad de pan, le dijo: “Miguel te van
a meter en la cárcel por decir regular, bien, mal y… mira
cuántas hogazas de pan tienes”.