Sumario
H
ace mucho tiempo, en una de las montañas
más alta de la aldea se encontraba una pequeña
cueva y en sus profundidades vivía una niña
llamada África.
África aparentaba ser una niña normal, su cabello
era pelirrojo y despeinado y vestía un vestido de color verde, pero la
verdadera realidad era otra muy distinta. No se comportaba como
todos los demás niños, odiaba salir de su cueva porque tenía miedo de
todo.
Le horrorizaba la cálida luz que por las mañana osaba invadir la entrada
de su cueva y pasaba horas pegada a la pared más alejada con la cabeza
entre las piernas, pensando que los rayos del sol podrían quemar su
pálida piel, y cuando llovía no podía evitar pasar por a lado de los charcos
con los ojos tapados, pues el día que se asomó a uno, una niña temerosa
la miraba fijamente, claro que África tenía tanto miedo que no se dió
cuenta que esa niña era su reflejo en el agua. Los días en los que el aire
salía a pasear, África se los pasaba corriendo despavorida de un lado a
otro intentando que el viento no le tocara el pelo, pero que nunca lo
llegó a conseguir, era tal el miedo que sentía que cuando se le acercaba
una hormiga, ella trepaba por su cueva hasta que ésta desaparecía.
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También le espantaban los árboles que se alzaban sobre su cabeza como
gigantes que amenazaban con aplastarla, o las florecillas que podían
intoxicarla con su olor así que cuando llegaba la noche estaba tan
cansada intentando escapar de todo que se dormía antes de verla caer.
La única compañía de África era un lazo rojo, con el que se tapaba
los ojos cuando el sol asomaba por su
cueva, o los charcos entorpecían su ...Anduvo temblorosa por el bosque
camino, del que se colgaba para trepar unos minutos hasta que topó con un
sin caerse y la llevaba de la muñeca
cuando el viento decidía salir a correr. ser que nunca habia visto...
Un día nublado, con el sol escondido,
el suelo sin charcos y el aire tranquilo, África decidió salir de su segura
cueva junto a su inseparable lazo rojo. Anduvo temblorosa por el bosque
unos minutos hasta que topó con un ser que nunca había visto antes, era
bajito con los ojos saltones y pies muy grandes, la reacción de la niña fue
echar a correr mientras gritaba a todo pulmón, pero en ese momento
su lazo se deslizó por su brazo cayendo al suelo, África no podía irse sin
él, así que se giró para recogerlo a toda prisa, pero para entonces, el
extraño ser se lo había puesto en la cabeza recogiendo sus dos enormes
orejas, África pensó que el lacito le quedaba bastante ridículo y se echó
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a reír sin poder parar, y el miedo que sentía la niña desapareció por
unos segundos, ese momento fue bastante para escuchar al pequeño
explicando que le encantaba el lacito de África y que estaba dispuesto
a cambiarlo por lo que ella quisiera, también le contó que la había visto
tener miedo de todo y que él tenía algo para solucionarlo, cuando la
niña dejó de reír empezó a entrarle el
pánico por momentos, pero también
mucha curiosidad así que se quedó
quieta intentando no salir corriendo,
el ser de orejas grandes sacó una
bolsita llena de arena y le contó como
funcionaba, solo tenía que dibujar una línea de arena ante aquello que le
diera miedo y no correría ningún peligro.
La niña aceptó a regañadientes ya que iba a perder su lazo, pero pensó
que la arena mágica sería la solución a su problema. Así que buscó una
cueva nueva y plantó la línea de arena en la entrada, se quedó esperando
al sol de la mañana que siempre se empeñaba en pasar sin haber sido
invitado, pero esta vez no lo hizo, pasó por delante de la cueva y se
que quedó fuera, una enorme tranquilidad invadió a África, pensó que
el extraño ser le había dicho la verdad y funcionaba a la perfección, así
la
Líneade
Arena
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que pasó las horas y los días viendo como los charcos no se atrevía a
tumbarse a sus anchas por su cueva y cuando las hormigas veían la línea
de arena ni siquiera pesaban en atravesarla y daban la vuelta.
Se quedó mirando todo lo que antes la horrorizaba, observaba la lluvia
caer, los pájaros pasar, el sol secando las hojas de los árboles que caían al
suelo,… y pensaba en lo tranquila que se sentía.
Un día mientras veía como dos pájaros revoloteaban entre los árboles,
distinguió a lo lejos la silueta de una niña de cabellos rizados que corría
por entre la maleza, la calma que había sentido todo este tiempo se
esfumó rápidamente, esa niña estaba ahí fuera junto a las hojas que
caían de los árboles y a las flores que alargaban su pétalos para agarrarla
y además el viento había vuelto a las andadas para jugar con el pelo de
aquella niña. No podía dejarla allí con todas las terribles cosas que la
estaban acechando, seguro que estaba asustadísima, y no tenía la línea
de arena para defenderse, así que África le gritó y gritó y gritó con todas
sus fuerzas, pero la niña de pelo rizado no parecía escucharla...
...Continuará
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Literatura infantil y juvenil.
Educativa, moralista y actual
María Eugenia Mendoza Arrubarrena
L
a literatura infantil y juvenil
ofrece una sinfonía de voces
e imágenes a cargo de per-
sonajes creados para educar,
asustar, divertir y seducir lec-
tores. Es común que los escritores de literatu-
ra infantil y juvenil (LIJ) rechacen la idea de que
su obra cumple funciones educativas y mora-
lizantes, es un hecho que este género ofrece
toda una sinfonía de voces e imágenes, quizá
involuntarias al inicio de la escritura, pero que
al concluir la obra son fácilmente identifica-
bles, al grado de que editores y programas de
lectura la clasifican de acuerdo con los valores
manejados en la historia.
Sin duda, las obras más exitosas de la LIJ pro-
mueven reflexiones, aportan información y
catapultan la imaginación, aunque lo que más
aprecian los lectores infantiles y juveniles es
que los libros los enganchen, diviertan y, como
sucede actualmente, los personajes sean se-
ductores y adorables o espeluznantes y des-
preciables.
Los niños como fuente de inspiración
Se tiene la idea de que los autores que es-
criben para niños lo hacen impulsados por la
interacción con sus propios hijos y crean sus
historias inspirados en la maravillosa perspec-
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tiva infantil, desde la que ven y enfrentan el
mundo, al recrearlo en sus dibujos, anécdotas
y sueños. De esta manera es fácil advertir que “las obras más exi-
el discurso literario de los padres escritores se
encamina a ofrecer lecciones de vida. tosas de la LIJ pro-
El deseo de ofrecer a sus hijos y a otros niños
historias de calidad ha sido una gran motiva-
mueven reflexiones,
ción para incursionar en la literatura, como
ocurrió, por ejemplo, con el legendario Pedro
aportan información
Melenas (Der Struwwelpeter), obra escrita e
ilustrada, en 1844, por el doctor alemán Hein-
y catapultan la ima-
rich Hoffmann (1809-1894), quien, justo en ginación”
vísperas de Navidad, buscó inútilmente en las
librerías de Frankfurt un libro ilustrado, lo sufi-
cientemente interesante para obsequiárselo a
su hijo de cuatro años. Al no encontrarlo de-
cidió comprar un cuaderno y se dispuso a es-
cribir historias que ilustró con lujo de detalles.
El resultado fue genial, desde el punto de vis-
ta poético, pues los cuentos están escritos en
verso, sin embargo, también es tenebroso, se-
guramente los niños de la época y los lectores
actuales sufrieron verdaderas pesadillas, des-
pués de leer las historias y ver las catastróficas
imágenes.
Los escritores también fueron niños
Pero no todos los buenos escritores de LIJ son
padres, como no todas las novelas de amor
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