18
Revista cultural creada en el mes de marzo del año 2004 por Ramiro Molina Cedeño, con propiedad
intelectual compartida con Alfredo Cedeño Delgado. Cuenta con el auspicio económico de la I. Munici-
palidad de Portoviejo.
Corrección
Estela Guión Palumbo
Diagramación e impresión
La Isla N27-96 y Cuba
(593 2) 256 6036
edicioneslatierra@andinanet.net
LA TIERRA Quito-Ecuador
Imagen de portada:
Estatuaria del Libertador “Simón Bolívar”
Portoviejo – Manabí
Teléfonos: 052 639461 – 093123580
E-Mail: ramiro-molina@hotmail.es
CENTRO CULTURAL “PORTOVIEJO”
Trabajando por la cultura
Portoviejo, agosto del 2009
Contenido
Editorial
Alfredo Cedeño Delgado 3
Bolívar en la poesía de siempre
Marigloria Cornejo Cousin 4
Reflejos de la Conquista:
El escudo del Inca Garcilaso de la Vega
Álvaro Renato Mejía Salazar 23
El libre comercio y el 9 de octubre de 1820
Alfredo Cedeño Delgado 29
Guayaquil y la Revolución de Quito de 1809
Benjamín Rosales Valenzuela 36
E
stamos de vuelta. Después de un para, aunando esfuerzos, conjuntan-
lapso de silencio que nos ha do- do voluntades y sorteando dificulta-
lido intensamente y por el cual des, aparecer nuevamente.
pedimos disculpas, volvemos con este La historia es un factor de ense-
número 18 que es emblemático. ñanza cívica, de espíritu humanitario,
Representa esta edición la persis- de dignidad nacional y de desarrollo
tencia quijotesca de quienes queremos del amor a la verdad que no puede
construir caminos de cultura histórica usarse para fines extraños a su propia
desde una región, que como la mana- misión, ni debe utilizarse como un
bita, se merece enteramente el esfuer- instrumento de propaganda. Spon-
zo; representa, también, la demanda dylus, en sus dieciocho ediciones, ha
generada en el resto del país para que hecho estandarte de ese mandato,
no desaparezca definitivamente este porque todo sectarismo debe ser aje-
instrumento de divulgación que tanta no por completo a la función de ense-
falta hace a la provincia y a la nación, y ñar y eso es lo que hemos pretendido
representa, de manera emblemática, el siempre: que nuestra publicación sea
maravilloso concepto de que las ideas un instrumento de enseñanza.
y la palabra perduran, más allá de con- A quienes nos han estimulado con
tingencias vanas y pobres. sus conceptuosas opiniones, a quienes
En estos meses de forzoso si- nos han leído y nos han extrañado, a
lencio, sin ánimo de envanecernos, nuestros amigos colaboradores y aun
hemos recibido por parte de historia- a nuestros detractores –que felizmen-
dores locales y nacionales, de insti- te los tenemos– les agradecemos la
tuciones historiográficas y de un pú- paciencia de la espera y solo promete-
blico heterogéneo, el respaldo por la mos seguir tratando los temas que se
labor desarrollada durante diecisiete reflejen en nuestras páginas con suma
ediciones, y también, el estímulo y cautela, con visión integradora, con res-
la petición constante para que volva- peto profundo por quien opina y con el
mos a forjar páginas que cobijen las ánimo de enriquecer a nuestra región y
investigaciones históricas de tantos y a nuestro país, porque comprendemos
tantos académicos, cronistas y apasio- a Paúl Valery cuando dijo: “La historia
nados. Ese respaldo, ese estímulo, es es el producto más peligroso que la quí-
el que hemos tomado como demanda mica intelectual haya elaborado”.
Bolivar en la poesía de siempre
Marigloria Cornejo Cousin
C
desde sus sepulcros.
reo que mi deseo de estudiar
y compartir el tema (Bolívar/ Es indiscutible que los grandes
poesía; poesía/Bolívar) nace, hombres caminan por los fastuos de
por una parte, del conocimiento que mi la historia entre la admiración y la
padre puso en mí desde muy tempra- detracción. Bolívar, el Grande, no po-
na edad, contagiándome su devoción día ser la excepción. Pero gracias a la
a Bolívar; y, por otra parte, mi amor a Divinidad y al tiempo, la figura egre-
la literatura hispanoamericana. gia de este venezolano de América y
del mundo trasciende, y su vida y su
A ese punto lejano de mi cons-
gloria se elevan siempre más allá de su
ciente o de mi subconsciente, creo
muerte.
que debo sumar algo inolvidable: las
expresiones de Rufino Blanco Fombo-
na al prologar la edición tardíamente Nuestro héroe en
aparecida en París de Los siete tratados la inspiración de los poetas
de Montalvo (edición Garnier Her-
manos, París, 1912), cuando Eso explica el porqué este héroe
universal haya inspirado a poetas de
clamaba desde Europa porque en todos los tiempos en este continente,
nuestras tierras llenas de grandes inspiración magistralmente resumida
figuras olvidadas, se formara la con- por don Guillermo Valencia, el gran
ciencia de la valoración y del resca- vate colombiano (1873-1943) que es-
te, y se actualizara el mensaje que cribió una página inolvidable en la
aquellas figuras nos transmitieron , revista El cojo ilustrado, Caracas 1914;
a fin de identificarnos mejor, de de- y de cuyo texto podemos fácilmente
fender lo nuestro, de ser dignos de
extraer las pinceladas indelebles que
la memoria de nuestros próceres, de
aquellos que nos dieron patria, cul- la vida y obra de nuestro héroe deja-
tura y libertad… ron en el alma del poeta:
No. 18 • Un encuentro con la historia
…Un día se apodera del poeta el anhelo de lo ignoto, y evoca al genio de la historia.
En vuelo hacia los campos idos conduce hasta las forjas romanas todo el bronce
que ha recogido, para fundir en él el alma de una estatua: la estatua de nuestro
padre Bolívar.
Y evoca la epopeya americana, y ve lo que fue la independencia: un sueño de hom-
bres agitados del espíritu de aquella diosa que escanció en cincelado vaso para el
filósofo antiguo el divino coloquio de la República; una tribuna ocupada sin cesar
por oradores férvidos; un circo de los tiempos antiguos lleno de mártires despeda-
zados; una historia entera desbaratada a cañonazos; y sobre él cuadro portentoso
y épico, un hombre: ¡y ese hombre era Bolívar!
La palabra vuela, cansada, para decir lo que fue él: predecir, luchar, vencer, crear.
Orar, gemir, cantar, rugir, maldecir, convencer, soñar, padecer, agonizar, mo-
rir… Morir, no como quiera, sino como la columna dórica cansada de llevar sobre
sus hombros el peso inmenso de las naves; contemplando como España ataba de
su escudo a la fiera soberbia y melenuda, y dejaba volar, a cobijar el nuestro, con
la sombra sagrada de sus plumas, esa ave libre que gusta de armar su nido sobre
él pico más alto de sus sierras. Y esa fue la visión del poeta.
El poeta tomó esos rasgos esenciales y fue a llevar a la fragua volcánica el sagrado
crisol que contenía el bronce futuro de la estatua inmortal… porque Bolívar vivi-
rá mientras la lengua castellana nos esté pregonando en América, en las estrofas
del poeta, un pasado glorioso y un compromiso para el futuro…
(Hasta aquí la cita de Sonetos a Bolívar 2,
Biblioteca de la Soc. Bolivariana de Venezuela,
1989, pp. 8 y 99)
No. 18 • Un encuentro con la historia
Su vida llena de pasajes tan ri- la intelectualidad francesa de la épo-
cos y tan variados, hace pensar en la ca; su ascenso al Monte Sacro, o el te-
carga emocional acumulada que evi- rremoto en Caracas, o su delirio en el
dentemente lo impulsaron a la acción. Chimborazo, o su triunfo en Junín, o
Y nos hace recordar a nuestro Juan su agonía en San Pedro Alejandrino;
Montalvo cuando refiriéndose a sus sus triunfos o sus derrotas han sido
atributos dijo: chispas que encendieron la inspira-
ción de nuestros poetas.
Libertad era su Dios vivo; después Puestos frente a un escritor o un
del Todopoderoso, a ella rendía cul- poeta debemos preguntarnos qué fuer-
to su grande alma. Caído muchas za lo motiva a escribir. Para unos será
veces, alzábase de nuevo y tronaba recordar, para otros recrear o expresar
en las nubes como un Dios resuci- sentimientos o simplemente pensar. Es-
tado. Gran virtud es el tesón en las tos tres verbos describen ese trabajo in-
empresas en donde vaivén de triun- telectual por el que se concibe o se hace
fos y reveses promete dejar arriba el historia, en el primer caso, literatura en
lado de la constancia, sin la cual no el segundo o filosofía en el tercero.
hay heroísmo. El secreto de erguir- Por el tema que vamos tratando,
se en la propia ruina, romper por nuestra atención se centra en el segundo
medio de la desgracia y mostrarse grupo al que debemos entrar aceptando
aterrador al enemigo, no lo poseen ante todo que nuestro pro hombre no
sino los hombres realmente superio- fue un filósofo sobre cuyas ideas pueda
res, esas almas prodigiosas que en la escribirse una historia, ni tampoco un
nada misma hallan elementos para personaje de novela capaz de generar un
sus obras. mundo de ficción en su entorno. Fue, sí,
(Simón Bolívar, Juan Montalvo, un hombre real, de carne y hueso; un hé-
tomo 8, Clásicos Bolivarianos, Caracas, 1994) roe íntegro en cuerpo y alma, un hombre
con un ideario que dio forma de patria a
A él le correspondió crecer y cinco naciones de este continente, y que
formarse en una etapa de profundos dio vida al criterio integracionista que en
cambios sociales, filosóficos, políticos la actualidad –siglo XXI– alienta a las na-
e históricos entre la obsolescencia de ciones de Hispanoamérica y el Caribe a
la Ilustración y el nacimiento del Ro- sentir –como él decía– que para nosotros
manticismo. Las páginas maravillosas “¡la patria es la América!”. Un hombre
de la vida de nuestro Héroe –cada una que complementaba su quehacer con
de más intensidad que otra– han sido el pensar, haciendo historia en cada día
inspiración de los poetas en todas las de su vida y en cada pasión de su alma;
épocas… Así, pues, en su visita a Pa- tal como lo muestran sus cartas, sus ba-
rís en 1804, cuando en compañía de tallas, sus proclamas, en las que, por la
su maestro y amigo Simón Rodríguez autenticidad con la que actuó siempre,
toma contacto con lo más selecto de aún está vivo para gloria de América.
No. 18 • Un encuentro con la historia
Eso, justamente, explica las miles y miles de páginas que se han escrito en torno
a su figura, y de las cuales solo me referiré a los poemas de autores hispanoame-
ricanos de renombre, con los cuales pretendo hacer una especie de mapeo poético
bolivariano. Y comenzaré por Miguel Otero Silva, de Venezuela, en un poema cuyo
mensaje, en el contexto, nos dice que Bolívar es América:
Qué hermosas palabras de Otero al glosar una frase del Bolívar decaído,
por un momento en su última proclama, pero en su canto reconoce textualmente
que “de su savia se han nutrido mil bosques de hombres”, por eso con razón
–nos dice, y repito– “arar nunca es en vano… ni en el mar”.
En Centroamérica, el chorotega más grande del siglo XIX, Rubén Darío,
en sus años juveniles, le dedicó esta oda:
Oda en Centroamérica
Sus críticos señalan que en poe- lo para verlo saltar desde tremenda
ma posterior titulado “PAX” hace altura ante los ojos de asombro de
mención a Bolívar junto a Washington sus soldados que lo acompañaban,
y San Martín, con formas magistrales. y al hacerlo, con la misma elegancia
Ese pasaje maravilloso e inol- decía Justino de un “atleta heleno”,
vidable de las proezas de Bolívar lo caía sobre una piedra tremendamente
aprendí con mi padre, que, al relatar- grande que casi se columpia sobre el
lo ponía tanta fuerza en sus palabras tenebroso abismo: y lo hizo –palabras
que mi imaginación se echaba al vue- textuales de Justino Cornejo.
10
No. 18 • Un encuentro con la historia
Bajo la infinitud radiante de los cielos y al compás del mágico instrumental de las
aguas en tropel.
Abajo, en el punto en que se rompe descomunal aquella masa líquida y en el que el
Funza vuelve a ser río, algo como una sonriente aprobación suena y se expande en
alas del viento, para satisfacción y gloria de Colombia y de la especie humana.
(Esta cita textual de Cornejo pertenece a un opúsculo titulado “La sublime teatralidad de Bolívar en siete estancias”,
reeditado con el auspicio de la M. Ilustre Municipalidad de Guayaquil para la fiesta de Bolívar en julio del 2005)
Por la grandiosidad del hecho insuperado del salto del Tequendama, tam-
bién una mujer, con humildad y grandeza, le dedica un poema titulado:
El himno a Bolívar
11
Venezuela: para hacer la alabanza de tu héroe
todos los ríos de América mezclarán
su voz, sobre llanuras y montañas.
Así han de cantarle a Bolívar
el agua y los ecos, la cordillera y el huracán.
Y todos los hombres de América
que le deben su libertad
con el corazón exaltado y la cabeza descubierta
escucharán el himno que ninguno de los poetas
fue capaz de concebir para tu general.
12
No. 18 • Un encuentro con la historia
13
Y acercándonos geográficamente En su producción poética, sus
a nosotros, desde su Perú de origen, críticos sienten la influencia principal-
también se escucha y se lee a un escri- mente de Lamartine y Víctor Hugo,
tor de fuste, siempre con tono enérgico distinguiéndose “El canto a Bolívar”
y conocido en el mundo de la política de 1883, del que extractamos lo si-
por un proyecto personal de recons- guiente:
trucción y regeneración nacional. Me
refiero a don Manuel González Prada ¡Bolívar!… el gigante
(Lima, 1848-1918), a quien pertenece cuyo nombre repite la tormenta
el siguiente cuarteto: sobre la faz del turbulento Atlante.
(…) El que llevó sumisa,
Tú, Bolívar. No demandes encadenada,
bella estatua en firme asiento: a las flotantes crines
es tu digno monumento de su corcel fogoso a la victoria.
el murallón de los Andes.
El hombre bueno entre los hombres
grandes,
Con cuyo texto engarza geográ-
el genio colosal entre los buenos,
ficamente la acción bolivariana en
el que por pedestal tiene los Andes
todo el callejón andino.
y por corona la fulgente nube
Y también de Perú no podemos preñada de relámpagos y truenos.
dejar de mencionar al gran poeta épico
de América, José Santos Chocano (Lima, (Citado en el libro de Gilberto Molina Correa,
Ambato, 1983, p. 60)
1875; Santiago, 1934) en un terceto que
aprendimos cuando éramos estudiantes
de Literatura de una composición titula- Y Bolivia no podía estar ausente
da “Tríptico bolivariano”, y que dice: de ésto que yo llamo “mapeo de la lí-
rica bolivariana”. Traemos la cita de la
poetisa María Josefa Mujía ( 1813-1888),
Gloria al que lucir pudo, como ja-
cuando dice en su soneto “A Bolívar”:
más se ha visto,
a veces el sudario trascendental de Aquí reposa el ínclito guerrero:
Cristo Bolivia triste y huérfana en el mundo
y a veces la bordada camisa de Don llora a su Padre con dolor profundo,
Juan… Libertador de un Hemisferio entero.
(Sonetos a Bolívar, Caracas, 1989)
Y de Colombia podemos citar al
modernista José María Rivas Groot (Bo-
gotá, 1863; Roma, 1923), a quien se debe Y en la década del 30, en Pana-
la dirección acertada de dos famosas re- má, frente al monumento internacio-
vistas de literatura y política de aquella nal que se levantara en su honor, el
época denominada Opinión y el orden gran vate Ricardo Miró, pronunció
(Planeta, tomo 9, p. 162). estos versos:
14
No. 18 • Un encuentro con la historia
En este recorrido poético por fuerzas del nuevo mundo bajo la su-
América hemos dejado casi al final gestión de su naturaleza, su historia
un país del Cono Sur del que emerge y su destino; y, cuyo primer ciclo de
una pluma inigualable: la de Edgardo siete obras culmina justamente con La
Ubaldo Genta, que al referirse a nues- epopeya a Bolívar, a través de la cual
tro héroe, dijo: “que habiendo nacido el autor encuentra una relación entre
hombre supo morir como un dios” en Prometeo y Bolívar, entre el héroe mi-
su obra titulada La epopeya de Bolívar, tológico y el real. Genta se pregunta y
(Montevideo, Editorial Independen- nos preguntamos nosotros también a
cia, 1944), única en su género, que propósito de esta consideración:
fue auspiciada por el gobierno de su
Uruguay natal mediante decreto del ¡Prometeo en América! En un bloque
19 de mayo de 1944, considerándola de los Andes, tallado con el cincel del
como un nuevo signo de vinculación verso, desgarradas sus entrañas por
de este país con Perú, Bolivia, Colom- el cóndor de la gloria, encadenado por
bia, Ecuador y Venezuela, y en cuyas el amor a los efímeros y las pasiones
palabras iniciales el propio autor nos sin freno ¿No es acaso Bolívar más
dice cómo nacieron sus poemas “amé- Prometeo que el mismo esquiliano y
ricos” llamados a exaltar las grandes sobrenatural?…
15
Nada hay más
grande que Bolívar
Credo
16
No. 18 • Un encuentro con la historia
17
(Fragmento)
18
No. 18 • Un encuentro con la historia
19
y vio un hombre parado en frente del vacío.
Y el monte sintió algo como un escalofrío!...
La túnica de ese hombree era de llama, cielo
y sangre. Lo envolvía como si, en vez de velo,
fuera su propia carne; su frente despedía
un fulgor parecido al del naciente día;
su mano era capaz de doblar al destino:
le circundaba un halo de prestigio divino
como una emanación de sí. Cuando el sonido
de su voz rasgó el aire, se oyó como un rugido
armonioso; y el tiempo refrenó su carrera,
en la nevada cúspide, para mirar lo que era!
Y sobre la montaña, al prodigio propensa,
se detuvo un instante la eternidad suspensa.
Nunca desde el Tabor, se vio mayor grandeza
humillando de un monte la vetusta cabeza!
Y aquellos dos gigantes se hallaron frente a frente:
los siglos, como una fugitiva corriente,
circundaban las sienes del viejo; su corona
eran los muertos días; en su mano temblona
llevaba una hoz por cetro. Y la figura homérica
era Simón Bolívar, Libertador de América.
20
No. 18 • Un encuentro con la historia
Y del el libro Almas errantes, de don Emilio Gallegos del Campo publicado
en Guayaquil en 1913 extractamos estos versos:
Bolívar
21
Aludiendo a esa dolorosa escena Y no estaría completo este trabajo
final en la quinta de San Pedro Alejan- si no repitiéramos lo que en bella for-
drino en Santa Marta, en diciembre de ma literaria escribió al insigne ameri-
1830, cuando no solo es cruel el cuadro cano María Piedad Castillo de Leví,
de un hombre en agonía, sino que re- poetisa de Ecuador y de América:
sulta mucho más cruel y destructiva
la ingratitud, que, como una lepra, ha
Qué silencioso duermes! Abre los
corroído el alma de quienes debieron
negros ojos,
haber levantado para el artífice de su
lanza de tus pupilas el rayo cegador,
libertad un sitio digno de su hazaña y
que flamee a las ráfagas violentas,
de su gloria, pues “habiendo nacido
desplegada
hombre supo morir como un dios”, en
como un ala inmensa que empuja al
expresión del uruguayo Edgardo Ub-
batallón
aldo Genta, que nunca dejo de repetir
la bandera del Iris que surgió en
para enseñar.
Ayacucho,
Nos faltaría tiempo y espacio para que en Pichincha se alzara como en
un registro total de los poetas naciona- una redención.
les que han cantado al genio de Amé-
rica. Entre ellos, de mayor renombre Detrás iremos todos. Tú, pálido y
Jorge Carrera Andrade, Mary Coryle, erguido
Celiano Monge, Nicolás Rubio Vás- envuelto en tu capote silente y so-
quez, Abel Romeo Castilllo, Moraima ñador; y nosotros, los hombres, las
Ofir de Carvajal, Sergio Núñez, Miguel mujeres, los niños
Ángel León. Y en muchos de ellos sal- seguiremos las huellas de tu negro
ta el tributo sincero y sentido a la ges- bridón.
ta libertadora, pero no es menos cierto Y otra vez los combates, la victoria,
que en el contexto de muchos poemas la muerte,
subyace el deseo profundo de que ese la gloria que ilumina al vencedor.
hombre de espada y pensamiento, de Será la Gran Colombia realidad ver-
sueños y creación, vuelva para reforzar dadera
su obra o repetir su lección de patria, o y Santa Marta, un vago recuerdo,
una expiación.
… a cobrar lo que dejó pendiente,
Los siglos abrirán su cortina gigante
a devolver los frutos a sus dueños
y será tu pasado sobrehumana in-
y a liberar de nuevo al continente,
tuición.
América te aguarda, ha sonado la
como lo canta Fernando Cazón Vera, hora
poeta guayaquileño en I Soneto del de paz y de grandeza, de trabajo y
Tríptico titulado “El fuego vivo”, man- de honor:
teniendo la misma idea en el segundo
y tercer soneto. ¡Retorna de las sombras, vuelve li-
bertador!
22
Reflejos de la Conquista:
El escudo del Inca Garcilaso de la Vega
Álvaro Renato Mejía Salazar
Introducción
E
sta es la segunda entrega de
nuestra serie denominada Re-
flejos de la Conquista; serie en
la que presentamos investigacio-
nes sobre varios temas referentes a
la conquista y al coloniaje. Asuntos
cotidianos, jurídicos, gubernativos,
costumbristas, etc., demostrando su
validez y pertinencia para entender
el fenómeno histórico y social
que representó el descubri-
miento y posterior conquista
de América. Nuestra labor se
aleja de cualquier matiz so-
ciológico, pues consideramos
que existen muchas fuentes
de información histórica que,
de manera objetiva, reflejan
lo que el nuevo mundo re-
presentó para el ibérico, para
el nativo, y, posteriormente,
para el vástago de la mezcla
racial.
Es justamente esta últi-
ma visión, la del mestizo, de
la que se encarga el presente
trabajo, al analizar del escudo
del Inca Garcilaso de la Vega.
Comenzamos realizando un
acercamiento a la vida del
personaje.
23
Vida del Inca quien le suministró numerosos datos
para su obra La Florida. En 1563, pen-
Garcilaso de la Vega 1
só en volver a Perú, pero declinó el
viaje y optó por seguir la carrera mili-
Nace en el Cuzco, el 12 de abril de
tar. Además, en ese año nació su hijo
1539. Fue bautizado con los nombres
Diego de Vargas.
de Gómez Suárez de Figueroa. Hijo
natural del capitán español Sebastián En esta época dejó de usar su
Garcilaso de la Vega y Vargas, conquis- nombre de bautismo y pasó a firmar
tador del Perú, llegado en 1534, junto a con el nombre de su padre y de tantos
Pedro Alvarado. Sebastián pertenecía otros de sus antepasados: Garcilaso de
a la nobleza española y gozaba de la la Vega. Guerreó bajó el mando de Juan
alta posición de conquistador hidal- de Austria, en contra de los moriscos de
go. La madre del Inca Garcilaso fue la Granada. En 1570 muere su tío, Alon-
Palla Chimpu Ocllo, bautizada luego so de Vargas, con quien había surgido
como Isabel, perteneciente a la familia una profunda relación paternal. Alonso
imperial inca. legó una herencia considerable a su so-
brino. Pasó entonces a vivir con su tía
Durante sus primeros años de
política viuda. A la muerte de ésta, se
vida, Garcilaso mantuvo estrecha re-
mudó a Córdoba, donde consiguió la
lación con su madre y con la familia
aprobación para la publicación de su
de ésta, de allí obtuvo amplios cono-
cimientos sobre el incario. Luego, a
raíz de los matrimonios de su padre 1 La vida y obra de este personaje ha sido
con la española Luisa Martel de los materia de amplios estudios y publi-
Ríos, y de su madre con el español caciones. Entre las fuentes materia de
nuestra consulta para la elaboración de
Juan de Pedroche, las relaciones con este aparado, se encuentran:
su casa materna se redujeron. Sebas- • Ángel Rosenblat, Ricardo Rojas e Inca
tián siempre se hizo cargo del cuida- Garcilaso de la Vega, Comentarios reales
do de su hijo, lo educó en el colegio de los incas, Buenos Aires, Emecé Edi-
tores, 1943, pp. 21-58.
de indios nobles del Cuzco, junto a • Cristian Fernández, Inca Garcilaso:
los hijos también mestizos de Francis- imaginación, memoria e identidad, Lima,
co y Gonzalo Pizarro. Dejó en su tes- UNMSM / Fondo Editorial, 2004, pp.
tamento cuantiosa fortuna a su hijo, 97-127.
• Karine Perissat, “Los incas represen-
con las instrucciones de que pasará a tados”, en Revista de Indias, vol. LX,
España a continuar su instrucción, lo Madrid, CCHS, 2000, pp. 623-649.
cual se verificó en 1560. En dicho año • Fernando Jurado Noboa, “Los Lasso
llegó el Inca Garcilaso a Extremadu- de la Vega y los grupos de poder en
la conquista de los países andinos”,
ra, donde visitó a algunos familiares. en SAG de Guayas, No. 1, Guayaquil,
Se estableció en el pueblo de Montilla 1985, pp. 87-142.
donde residía su tío Alonso de Vargas. • Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario
En 1561, fue a Madrid donde conoció Biográfico del Ecuador, tomo III, Guaya-
quil, Editorial Universidad de Guaya-
al conquistador Gonzalo Silvestre, quil, 2001, pp. 122-135.
24
No. 18 • Un encuentro con la historia
traducción de los tres Diálogos del amor, adornaba sus aposentos, tenía diver-
del filósofo León Hebreo. sas armas y hasta seis criados. Todo
En 1590, muy probablemente ésto demuestra el gran orgullo que
dolido por la poca consideración que tenía en su condición doble de aristó-
se le tenía en el ejército por su condi- crata español e indio.
ción de mestizo, dejó las armas y en- Entre 1592 y 1612 redactó la se-
tró de religioso. Frecuentó los círculos gunda parte de los Comentarios Reales
humanísticos de Sevilla, Montilla y que titula Señorío de los incas o Histo-
Córdoba. Publicó su traducción de los ria General del Perú. En 1612, compró
Diálogos de amor y remitió una copia la Capilla de las Ánimas de la Cate-
de los mismos, debidamente autogra- dral de Córdoba, donde su hijo sería
fiada, al rey Felipe II. En 1605, publi- sacristán y donde pidió ser enterrado.
có en Lisboa La Florida. Ya había co- En 1613 obtuvo la aprobación y licen-
menzado años antes a trabajar en sus cia para la publicación de la segunda
famosos Comentarios reales, los cuales parte de sus Comentarios reales, pero la
fueron publicados también en Lisboa, edición demoró hasta 1617, saliendo a
en 1609. En esta obra incluyó su escu- la luz después de ocurrido su falleci-
do de armas, que fue diseñado por él miento en Córdoba, el 22 de abril de
mismo. Recibía visitas, se escribía con 1616, a los 77 años de edad. Su tumba
parientes y amigos. Su privilegiada se encuentra adornada de los escudos
memoria le servía de mucho y, como de sus antepasados ibéricos y su epi-
aún conservaba los pequeños censos tafio, elaborado poco después de su
y juros sobre el marquesado de Prie- muerte, reza:
go, se mantenía con cierto lujo; usa-
ba vajilla de plata sobredorada, que
El 25 de noviembre de 1978, el
rey Juan Carlos I de España depositó
parte de los restos del Inca Garcilaso
en la Catedral del Cuzco, ciudad don-
de ciertamente le corresponde reposar
como miembro de la familia imperial
inca.
25
El escudo del Inca
Garcilaso de la Vega
El Inca Garcilaso de la Vega di-
señó para sí un escudo como muestra
–acaso rabiosa, acaso puramente va-
nidosa– de su condición de miembro
del estado noble español e indio. Tal
cual fue su sangre, su escudo también
fue mestizo. Según se ha anotado, el
Inca Garcilaso de la Vega publicó este
escudo desde la edición príncipe de
los Comentarios reales. La composición
heráldica de las armas es la siguiente:
El escudo es partido –división
vertical en dos partes–. En el primer
campo –división izquierda desde los
ojos del lector– constan inicialmen-
te las armas de los Vargas, mismas
que son: en campo de plata, tres fajas
ondeadas de azur, bien orladas por
que el Inca Garcilaso haya represen-
las armas de Castilla y León. El Inca
tado las armas de los Figueroa, a con-
Garcilaso, en estricta línea de varón,
tinuación de las de los Vargas, pese a
fue hijo de Sebastián Garcilaso de la
que su antepasado Figueroa estaba
Vega y Vargas, nieto de Alonso He-
algo distante en su línea genealógica,
nestrosa de Vargas, bisnieto de Alon-
de seguro obedece al gran prestigio y
so de Vargas y Tordoya y tataranieto
poderío que poseía dicha familia en
de Hernando de Vargas y Badajoz.
aquellos momentos. Legitimante des-
Consideramos que la colocación de
de el punto de vista social, era “ser” y
las armas de Vargas en el sitio de pri-
“demostrar ser” un Figueroa.
vilegio del escudo obedece más al
aprecio que tenía por su tío Alonso de Luego, se representa la heráldi-
Vargas, antes que por rigurosidad en ca de los Sotomayor, la cual en plata,
la composición heráldica del orden de muestra tres fajas jaqueladas, de gules
los linajes. A continuación el escudo y oro, cargadas cada una de un ceñi-
luce las armas de los Figueroa, éstas dor de sable. El Inca Garcilaso perte-
son: en campo de oro, cinco figuras necía a los Sotomayor al ser tatara-
naturales, en sotuer. Don Gómez Suá- nieto de doña Blanca de Sotomayor y
rez de Figueroa y Sotomayor, Señor Vásquez de Goes, segunda Señora de
de Torre del Águila, fue bisabuelo del Los Arcos y Botoa. Finalmente, esta
Inca Garcilaso de la Vega. El hecho de parte del escudo presenta a las armas
26
No. 18 • Un encuentro con la historia
27
Reflejo de la Conquista la supuesta pureza racial o desmedro
de la persona.
Según hemos advertido, el escu- Debemos aceptar que esta con-
do del Inca Garcilaso de la Vega está cepción particular de la conquista
íntimamente relacionado con la con- que refleja el blasón del Inca Garcila-
cepción de su identidad. Es un hecho so, donde el hijo de España e Indias
incontrovertible el gran orgullo que une a sus progenitores colocándolos
sentía tanto de su sangre española, en igualdad de condiciones, es mar-
como de su sangre india; pese a que ginal aun hasta nuestros días. En su
su condición de mestizo, ciertamente, gran mayoría el mestizaje fue y con-
le había costado cierta marginación a tinúa siendo tema de vergüenza y de
lo largo de su vida. Sobre este mesti- ocultamiento.
zaje racial que produjo la conquista, Sin embargo, a través del escudo
él mismo escribió en sus Comentarios de nuestro personaje y de toda su obra
reales: literaria, observamos que ya desde la
colonia temprana existieron hombres
A los hijos de español y de india, que, superando complejos o falsas rei-
o de indio y española, nos llaman vindicaciones, declararon abiertamen-
mestizos, por decir que somos mez- te su realidad, su mestizaje.
clados de ambas naciones; fue im-
puesto por los primeros españoles San Francisco de Quito,
que tuvieron hijos en Indias; y por 14 de julio de 2009
ser nombre impuesto por nuestros
padres y por su significación, me
lo llamo yo a boca llena y me honro
con él. Aunque en Indias si a uno
de ellos le dicen: sois un mestizo, lo
toman por menosprecio.
28
El libre comercio
y el 9 de Octubre de 1820
Alfredo Cedeño Delgado
L
a agricultura de la Costa ecua- Inicialmente las plantaciones de
toriana, a lo largo del siglo cacao se ubicaron en las planicies del
XVIII tuvo, en el primer boom río Guayas y su principal mercado fue
cacaotero que abarca el período 1779- Nueva España. Las cosechas anuales
1820, su más alta fase de desarrollo. oscilaban entre 40 y 50 mil cargas de
Desde 1631 regía la prohibición 81 libras, siendo las ventas al exterior
de comercializar cacao desde Guaya- apenas de 34 mil cargas.2
quil. Por Cédula Real, la Corona con- El 17 de enero de 1774 se dictan,
cedía el derecho exclusivo de producir por la Corona, medidas económi-
y comercializar cacao solo a México, cas y políticas de comercio que van
Venezuela y Trinidad y Tobago en a determinar cambios profundos en
una clara demostración de política la estructura productiva de América
monopolista y regulación de comer- Latina y de Guayaquil. En efecto, las
cio. Guayaquil, con mayor capacidad reformas borbónicas liberaron el co-
de producción y mejor calidad de mercio, permitiéndolo fluidamente
producto, al verse prohibido de un li- por el Pacífico entre todas las provin-
bre comercio, de manera clandestina cias indianas; redujeron los derechos
comercializaba cacao a través de la de almojarifazgo, una especie de im-
ruta a Acapulco con salida posterior a
Europa por los puertos de Sonsonete,
1 Vientos de Río, Articulación de la provincia
en Nicaragua, y Ajacutla y Amapala, de Guayaquil en la economía mundo, Museo
en Guatemala.1 Cuando, incremen- Nahim Isaías, Banco Central del Ecuador,
tando su producción, empezó a usar 2006, p. 140. En 1 630 ya se registraban
el puerto del Callao para exportar ha- envíos de hasta 40 000 fanegas usando el
puerto de Guayaquil, y pequeñas caletas
cia Acapulco, el Cabildo de Caracas costeras como Manta.
elevó constantes quejas para frenar la 2 En Nueva España, el cacao satisfacía
producción y el embarque de la fruta necesidades de consumo popular ini-
desde Guayaquil. cialmente y dejaba ingentes ganancias a
los comerciantes que lo importaban de
Así, clandestinamente y usando Guayaquil. Compraban la carga de 81
el Callao como puerto de embarque ofi- quintales a 4 pesos, y vendían, en México
cial y “legal”, el cacao guayaquileño sa- DF, la libra a real y medio, ganando has-
ta el 74% de lo invertido. Enrique Ayala
lía a la Metrópoli pese a prohibiciones, Mora, Nueva Historia del Ecuador, vol. 4,
frenos y restricciones de toda clase. Edit. Grijalbo, 1989.
29
Casa cacaotera de Guayaquil.
30
No. 18 • Un encuentro con la historia
afluencia masiva de gentes atraídas del Pacífico; pero la respuesta sería uná-
solo por el auge económico. Esta po- nime: fidelidad a Fernando VII su rey
blación, fruto de mezclas raciales, legítimo y amado, rechazo a Napoleón
llegó a configurar una sociedad más y contribución con fondos recolectados
abierta: las oportunidades económi- para apoyar la guerra en la Península.
cas hacían menos rígidas las jerar- En Guayaquil, por ejemplo, el 22 de
quías sociales tradicionales5 y dotaba Octubre de 1808, el Ayuntamiento se
de un mayor grado de movilización pronunció como cualquier Provincia
social que la existente en lugares de española.7
economía cerrada y poblados, mayo-
ritariamente, por indios. A.H.G., 1987. Entre 1765 y 1839 la po-
En Guayaquil, como en otros blación de la Costa aumentó de 22 445 a
lugares de la América colonial, la ex- 82 206 habitantes.
5 Jaime E. Rodríguez, “De la fidelidad a la
pansión económica generó una clase revolución. El proceso de independencia
social poderosa y adinerada. Los ex- de la Antigua Provincia de Guayaquil.
portadores, banqueros y propietarios 1809-1820”, en Procesos, No. 21, II semes-
de extensas plantaciones configura- tre, Quito, 2004. Gente de distintos oríge-
nes étnicos y raciales mantenían vínculos
ron una élite criolla. Esta élite procuró que no eran posibles en las mayorías de
una educación europea para sus hijos las otras zonas de la monarquía española
y, protegiendo sus intereses, crearon y existía una distribución más equitativa
lazos con los funcionarios y los indivi- de la riqueza, por ejemplo, existía un sec-
tor medio considerable y los pobres esta-
duos poderosos en todas las ciudades ban en situación menos precaria.
que ejercían autoridad sobre la ciu- 6 Jaime E. Rodríguez, La revolución políti-
dad, como Lima, Santa Fe y Quito.6 ca durante la época de la Independencia. El
Reino de Quito 1808-1822, Quito, Corpo-
Entre finales de 1807 y primeros ración Editora Nacional, 2006, p. 128.
meses de 1808, el ejército de Napo- “Formando alianzas con los funcionarios
león Bonaparte invadió la península reales de la localidad e intentando con-
trolar las instituciones locales como los
Ibérica y depuso a Fernando VII. Lo
ayuntamientos”, el contrabando del ca-
reemplazó con José Bonaparte, su her- cao se había difundido de tal grado que
mano, y este acontecimiento dio lugar los comerciantes, grandes y pequeños,
a una gran revolución en el mundo así como los funcionarios reales, partici-
paban en la operaciones ilegales”.
hispánico. Fieles a Fernando VII, las
7 Acordó reunir un donativo “para los
“Juntas regionales” que se formaron gastos de la presente guerra (…) contra
para regir a las Provincias actuaron el Emperador de los franceses, por la
como si gobernaran a un país inde- conservación de nuestra religión, inde-
pendencia y por la libertad de nuestro
pendiente, pues invocaron el princi-
augusto monarca”. También envió co-
pio legal hispánico, según el cual, en misionados a “los pueblos de ésta Pro-
ausencia del Rey, la soberanía vuelve vincia [con el fin de obtener ayuda para]
al pueblo de donde se origina. nuestros hermanos los españoles que se
havan peleando por la defensa de nues-
En América, a las ciudades Atlán- tra Santa Religión y del Rey legítimo
ticas, llegó la noticia primero que a las que nos ha dado la Providencia…” Ver
31
Los ejércitos franceses conquis- nes para Cortes Nacionales para in-
taron gran parte del territorio español. tentar reforzar el apoyo al gobierno
Necesitada del apoyo de América, la independiente español. Decidió que
Junta Central expidió un decreto en la cada Provincia en el Nuevo Mundo
que invitaba a los cuatro Virreinatos podría elegir a un diputado. José Joa-
y a las cinco Capitanías Generales de quín Olmedo, de la élite criolla, fue
América a elegir diputados que los re- electo el 11 de septiembre de 1810 y se
presentara ante la Junta. En Lima, el presentó en Cádiz el 24 de septiembre
virrey Abascal asumió el control polí- de 1811. En marzo de 1812, los diputa-
tico y militar de la provincia de Gua- dos de España y América expidieron
yaquil y la incluyó entre las diecisiete la Constitución de la Monarquía, una
ciudades con derecho a elegir diputa- carta que creó un Estado unitario con
dos. La Provincia eligió al Dr. José de leyes iguales para todas las partes de
Silva Olave, Chantre de la Catedral de la nación española que, posteriormen-
Lima, quien finalmente fue electo por te el 4 de mayo de 1814, un restituido
el Virreinato de Lima, diputado ante Fernando VII aboliera.
la Junta Central. Silva Olave era tío de En el lapso que Olmedo fuera di-
José Joaquín de Olmedo y a él lo nom- putado por Guayaquil a las Cortes de
bró su secretario para que lo acompa- Cádiz buscó para Guayaquil justicia
ñe a España. Solo por el avance de las comercial y libre comercio. En dos in-
tropas francesas, los electos diputa- formes enviados a Miguel Lardizábal
dos no pudieron reunirse. La Junta y Uribe, Ministro Universal de las In-
Central resolvió nombrar un Consejo dias nombrado por Fernando VII en
de Regencia y autodisolverse. A Silva 1.814, Olmedo resumió su actividad
la noticia lo tomó de sorpresa en ple- como diputado y las necesidades de
no viaje. Guayaquil.9
A la Revolución de Quito del 10
de Agosto de 1809, Guayaquil respon- Jaime Rodríguez O. “De la fidelidad a la
revolución: el proceso de Independencia
dió con notorio rechazo: la Indepen- de la Antigua Provincia de Guayaquil,
dencia como tal no era el objetivo de 1809-1820”, en revista Procesos, No. 21, II
los guayaquileños; la búsqueda era de Semestre, Quito, 2004, p. 46.
autonomía e igualdad.8 Los sueños de 8 Ibídem, p. 56
9 Jaime Rodríguez O., La Revolución Po-
sus habitantes estaban concentrados lítica durante la época de la Independencia
en la posibilidad del levantamiento de Quito, Corporación Editora Nacional,
las restricciones comerciales ejercidas 2006 pp. 167-168. Pidió: un obispado
por las autoridades y comerciantes para Guayaquil que la liberaría de la do-
minación eclesiástica de Cuenca y man-
limeños que la paralizaban en su di- tendrá las rentas de la Iglesia en la Costa;
namismo. No estaban totalmente des- un Tribunal de Consulado, que liberaría
encantados con la monarquía española a los comerciantes de Guayaquil de la
como para buscar la emancipación. intervención del Consulado de Lima y
ayudaría a extender el comercio; la eli-
Para 1810, la Junta Central tomó minación de aranceles a los productos de
la determinación de efectuar eleccio- Guayaquil, en especial del cacao, que el
32
No. 18 • Un encuentro con la historia
33
menor precio. Solamente en 1815 se tar el libre comercio de productos pe-
pagó por derechos consulares 51 060 ninsulares y de cacao entre Guayaquil
pesos.11 y Cádiz, vía Nueva España, pero los
El inicio del año 1820 encontró monopolistas limeños lograron obs-
a Lima acumulando derechos adua- truir en cada ocasión esos esfuerzos.
neros y consulares en desmedro de Para 1820, los guayaquileños de-
Guayaquil. Desde 1800, que Carlos bieron meditar profundamente sobre
V concediera al Perú una reducción su situación. Poseían una clase ilus-
de tres cuartas partes en los derechos trada marcada por un liberalismo
sobre “todos los frutos y manufac- económico y un republicanismo en
turas nacionales que comerciasen abierta comunicación con el mundo
recíprocamente de unos puertos con por su condición de puerto. Habían
otros” se inició un verdadero mono- elevado sus sentimientos de autoesti-
polio limeño sobre el comercio entre ma en 1816 por el triunfo de la defen-
la Península, Callao y Guayaquil, no sa de la ciudad sobre las pretensiones
solo mediante el artificio de aranceles de invasión de Guillermo Brown y la
favorables, sino limitando la cantidad actitud patriótica de José de Villamil.
de cacao que aceptaban para enviar a Ésto hizo que los guayaquileños to-
España. Guayaquil, además, no po- maran conciencia de su propio poder;
seía una marina mercante con barcos conocieron que la situación política
suficientes para el largo viaje por el exterior se modificaba sorprendente-
Cabo de Hornos hasta Cádiz para in- mente: el 9 de julio de 1816 el Congre-
tentar un comercio libre y sacudirse so de Tucumán declaró la indepen-
de la tutela limeña. dencia de las Provincias Unidas de
Los hacendados y comerciantes Sudamérica; el 5 de abril de 1818, el
guayaquileños mantuvieron una po- ejército del general San Martín derro-
sición de reclamos que fueron esté- ta a las tropas españolas en Maipú en
riles. Al Cabildo llegaron peticiones Chile y planifica el avance a Lima; por
de reducciones de impuestos o auto- el norte, en Boyacá, las fuerzas insur-
rizaciones para comerciar libremente gentes venezolanas y neogranadinas
con el extranjero. Consideraban que vencieron a los realistas en 1819; y, el
una reducción o una eliminación de 17 de diciembre de ese mismo año, el
los derechos aduaneros y consulares Congreso de Angostura estableció la
disminuirían el precio del cacao en la república de Colombia y tomó todo el
Nueva y Vieja España, aumentando territorio del Virreinato de la Nueva
el consumo y por tanto la demanda. Granada para sí, incluyendo el Reino
La Corona, es justo reconocerlo, hizo de Quito y negándose a reconocer la
varios esfuerzos para intentar fomen- transferencia de la provincia de Gua-
yaquil al Perú.
La situación se decantó para
11 Ibídem, p. 128. septiembre de 1820. El día 10 de ese
34
No. 18 • Un encuentro con la historia
mes, San Martín llega a Pisco, al sur Si al final Guayaquil participa en las
de Lima, con un gran contingente ma- efemérides de la Independencia es
rino y terrestre. Pese a que en España por cuanto España le había negado
el Rey, en un esfuerzo tardío y estéril, en repetidas ocasiones la posibilidad
había decidido restaurar la Constitu- de exportar cacao directamente por
ción de Cádiz, la suerte estaba echa- su puerto.13 Paradójicamente, la In-
da: los guayaquileños, entre la espada dependencia resultó ser el medio más
y la pared, ubicada por el azar entre idóneo para la integración estrecha
dos ejércitos insurgentes que la recla- entre Guayaquil y la antigua metró-
maban para sí, sabiendo que no tenían poli española en materia comercial. El
ninguna garantía de que Fernando primer consumidor del cacao ecuato-
VII mantuviera la Constitución, y que riano en el siglo XX fue España.
solamente la autonomía y la indepen-
dencia le podía otorgar la libertad de
comercio tantas veces negada, el 9 de
Octubre declaró su independencia de
España y Perú.
No es de sorprender que el Re-
glamento Provisorio de Gobierno con-
sagrara el libre comercio en su artículo
tercero, pues recoge la aspiración me-
dular que inspiró el movimiento.
Las razones por las que las élites 12 Guillermo Bustos Lozano, Enciclopedia
criollas de Guayaquil, antes opuestas Ecuador Océano, p. 443. Citado en Vientos
a las ideas independentistas, se plega- de Ría, Museo Nahim Isaías, Banco Cen-
ran a la causa fueron los cambios de tral del Ecuador, pp. 152.
13 Enrique Ayala Mora, Nueva Historia del
política de España respecto a las ex- Ecuador vol. 4, Quito, Corporación Edi-
portaciones que devino en una alter- tora Nacional, 1989, p. 247
nativa final: buscar la independencia Las utilidades eran altas. Del 25% de los
para declarar el libre comercio y eva- impuestos que recaían sobre el cacao, el
18% es absorbido por la ciudad de Lima:
dir definitivamente el monopolio de 10,5% por derechos aduaneros y 7,5%
Callao.12 por derechos consulares en el puerto del
Las altas utilidades de los mer- Callao, según Chiriboga la riqueza de los
propietarios de plantaciones de cacao los
caderes limeños generadas por la uti- transforma en deudores de la Corona y
lización obligada del puerto de Callao los vincula fuertemente a los intereses
para exportar cacao guayaquileño y peninsulares, pues el crecimiento y el
las reiteradas negativas de España desarrollo de su economía dependía de
lo estrecho de ese vínculo; de modo que
de permitir la exportación libre des- no sorprende que el grupo sea reacio a
de su puerto, gatillaron la respuesta cualquier intento separatista de España
de los guayaquileños, antes reacios ya que no ve en ella a un rival sino el
a cualquier movimiento separatista. respaldo para satisfacer sus anhelos de
grandeza.
35
Guayaquil
y la Revolución de Quito de 1809
Benjamín Rosales Valenzuela
G
uayaquil formó parte de la dades. Los que lo hacían en la capital
Audiencia de Quito desde su de la Audiencia, entraron en contac-
erección en 1563, como tam- to con las ideas de la ilustración eu-
bién lo hicieron Cuenca y Popayán. ropea que eran estudiadas en la uni-
En la primera mitad del siglo XVIII, versidad quiteña. La existencia de un
la Presidencia pasó a ser parte del Vi- pensamiento vanguardista en Quito a
rreinato de Santa Fe, primero tempo- fines del siglo XVIII ha sido confirma-
ralmente y luego en forma definitiva, da con el análisis de los libros de bi-
aunque las provincias de Guayaquil y bliotecas y pénsums durante esa épo-
Azuay nunca disminuyeron los inten- ca. Ekkehart Keeding en la obra Surge
sos lazos comerciales, familiares y aun la nación dice:
políticos que mantenían, por su cer-
canía, con el Virreinato del Perú, del La lista de los libros utilizados por los
que la Audiencia formó parte durante agustinos demuestra en forma con-
dos siglos. De hecho, Guayaquil, para tundente que los estudios de claustros
su mejor protección según las reco- en Quito no esperaron el llamado de
mendaciones de Francisco Requena, reformas en las universidades espa-
ñolas, dictado en 1771, para proveerse
regresó a depender militarmente de
de literatura moderna.
Lima en 1802.
Eso no disminuía los lógicos ne-
Sin duda resaltan en Quito el pen-
xos que Guayaquil tenía con la capital
samiento y obras de Eugenio Espejo, en
de la Presidencia de Quito, una ciu-
las cuales advierte la exigencia del hom-
dad para entonces casi tres veces ma-
bre moderno de tener autonomía inte-
yor que el puerto porque se realizaba
lectual y moral. Pero Espejo no estuvo
la mayor parte de su comercio exte-
solo en la difusión de ideas modernas
rior. Por esa dependencia de Guaya-
en Quito, el obispo José Pérez Calama
quil para su comercio y transporte al
y el Dr. Pedro Quiñónez impulsaron la
Virreinato del Perú y a la metrópoli es-
secularización de la enseñanza univer-
pañola, los quiteños tenían relaciones
sitaria; sobresalieron, también, los doc-
familiares y de amistad en Guayaquil.
tores Miguel Rodríguez y José Mejía,
Por otro lado, los guayaquileños que
Fernando López y José Clavijo que pre-
querían hacer estudios universitarios
pararon el camino para el 10 de Agosto
debían ir a Quito o Lima, estrechan-
de 1809. También tuvieron contacto con
do lazos entre el puerto y las dos ciu-
36
No. 18 • Un encuentro con la historia
37
dad “Escuela de la Concordia”, que pro- Bolívar, Carlos Montúfar y Fernando
movía ideas de la ilustración francesa. Toro, con quienes vislumbraban los
Según el investigador Ángel Dávalos, días de independencia de América. Ro-
el Dr. Arenas, que se había casado con cafuerte relata que regresó a Guayaquil
la quiteña María de la Vega y era profe- en 1807 cuando tenía veinticuatro años,
sor de la Universidad de Santo Tomás, dedicándose a trabajar en su propiedad
fue uno de los patriotas que con mayor de Naranjito. Luego de la muerte del
entusiasmo hicieron la propaganda de Barón de Carondelet, su viuda viajó al
la emancipación, desde comienzos del puerto de regreso a España acompaña-
siglo XIX. Luego del pronunciamiento da por Juan de Dios Morales, quien ha-
revolucionario del cual fue uno de los bía sido Secretario del fallecido y que-
inspiradores e instalada la Junta Supre- rido Presidente de la Audiencia. Como
ma de Gobierno, Juan Pablo Arenas fue el Dr. Morales se había opuesto a que el
nombrado auditor general de Guerra. Coronel Nieto, oficial español de mayor
Setenta y cuatro días se sostuvo la pri- rango en la capital que estaba de tránsi-
mera etapa del proceso revolucionario, to a Puno para ocupar la intendencia,
porque el 25 de octubre, ante la falta ocupase el mando de la Audiencia,
de apoyo de las provincias vecinas, el cuando éste logró su objetivo, ordenó
fracaso de la incursión militar a Pasto y el arresto de su opositor. Al conocer
la aproximación de fuerzas realistas, el esto, la Baronesa le pidió a Rocafuerte,
conde Ruiz de Castilla fue reinstalado a quien conocía porque le había traído
como presidente bajo la promesa de no correspondencia de Europa, que refu-
afectar a los involucrados. No cumplie- giara a Morales, motivando que los dos
ron los españoles la palabra del Conde, criollos entablaran amistad y cruzaran
el Dr. Arenas fue apresado y procesado ideas libertarias en la hacienda del Na-
junto a decenas de patriotas quiteños, ranjito. Relata Rocafuerte:
que el fatídico 2 de Agosto de 1810 fue-
ron vilmente asesinados. Este guaya- Morales y yo discutimos largamente
quileño fue participante directo de la la cuestión de la independencia de la
Revolución de Quito. América, convinimos en que había
llegado el momento de establecer-
Vicente Rocafuerte, hijo de una la; solo diferimos en los medios de
adinerada familia guayaquileña, ha- llevarla a cabo, y de obtener el me-
bía estudiado en San Germán en Laya, jor resultado. Yo era del sentir que
una afamada academia cerca de París, esperáramos a formar y extender la
donde tuvo como compañeros, según opinión, por medio de sociedades
el propio Rocafuerte, a la juventud más secretas, de extenderlas al Perú y a
la Nueva Granada, para apoyarnos
florida de aquella época, siendo presen-
en tan poderosos auxiliares. Él qui-
tado y admitido en la familia de Napo- so todo lo contrario, y que en el acto
león, y frecuentado los más brillantes mismo se diese el grito de indepen-
salones. En la “ciudad luz” entabló dencia.
amistad con americanos como Simón
38
No. 18 • Un encuentro con la historia
39
la existencia de un correo “expreso” comandante de las fuerzas de pardos
para Jacinto Bejarano, hizo que pusie- peruanos. Dice Navarro de Cucalón:
ra bajo arresto al Coronel de Milicias,
enviándolo a Santa Elena primero y que cayó en desgracia tan completa
luego a la isla Puná, para evitar que que, después de haberle recibido en-
apoyara a los rebeldes quiteños. Ro- tre palmas y banquetes cuando fue
cafuerte, quien había recibido correo llamado, salió de Quito aniquilado,
de Morales, también fue apresado perdió la Gobernación de Guayaquil
y Presidencia del Cuzco por el juicio
y luego acosado por Cucalón para
de residencia, que no se concluyó
evitar que ejerza el cargo de alcalde sino el año 1814.
ordinario de Guayaquil, al que fue
elegido en 1810. La eficaz acción del
En la segunda parte de la revo-
gobernador Cucalón, quien coordina-
lución, aquélla que revivió la insur-
ba la contrarrevolución con Melchor
gencia con afanes independentistas,
de Aymerich, gobernador del Azuay,
levantada por la indignación provo-
y el rápido envío de tropas dirigidas
cada luego de la vil matanza de los
por Arredondo y enviadas por el vi-
patriotas quiteños el 2 de Agosto de
rrey Abascal del Perú, amedrentaron
1810, hay un personaje, poco estudia-
a los revolucionarios, quienes entre-
do, relacionado por matrimonio con
garon la Presidencia de la Junta al
una familia de patriotas guayaqui-
propio Conde Ruiz de Castilla con la
leños. Se trata del coronel Francisco
condición que no haya represalia con-
Calderón, nacido en Cuba en 1768,
tra los insurgentes.
quien había venido al territorio de la
Sobre la posterior actuación de Audiencia de Quito como contador
Cucalón, quien encargó la Goberna- de las Cajas Reales en Cuenca. Se casó
ción de Guayaquil para ir a Quito a con doña Manuela Garaicoa Llaguno,
fines de diciembre, existen incógnitas y en esa ciudad nacieron sus cinco hi-
por aclarar. En la capital, fue bien reci- jos, entre ellos Abdón en 1804, quien
bido por el Conde y según Navarro: seria héroe en Pichincha en 1822, y
doña Baltasara, que años después se
Toda la ciudad manifestó su alegría, casó con Vicente Rocafuerte. José Vi-
pues ya para entonces Quito sentía llamil debió haber conocido a Calde-
todo el peso de la opresión desenca-
rón en Guayaquil en 1812, cuando el
denada por Arechaga y Arredondo.
luisianés llegó al Puerto desde Mara-
caibo, pues lo describe así:
Aparentemente el Gobernador
de Guayaquil quería evitar excesivas
Era hombre de cuerpo de fierro, co-
represalias contra los insurgentes y razón de león, de cabeza volcánica
que se respete los acuerdos realiza- y de alma indomable; un verdade-
dos, pero Ruiz de Castilla cambió de ro republicano que no pretendía ser
actitud por influencia del fiscal y del superior a nadie, ni consentía ser
inferior a ninguno. Se ve, pues, por
40
No. 18 • Un encuentro con la historia
41
parada del Reino Español a la anti- blica del Ecuador, aunque ésta no es-
gua Presidencia de Quito. tuviera aún declarada ni constituída.
42
Comentarios sobre el libro
Ensayo histórico y geográfico
del cantón Montecristi
del Prof. Domingo Olmedo Delgado Mantuano
Ramiro Molina Cedeño • Academia Nacional de Historia
D
omingo Olmedo Delgado sos de mayor relevancia que la cultura
Mantuano, nacido en Mon- Maya en Centramérica; por su condi-
tecristi, Manabí, el 19 de di- ción de mercaderes fueron pacíficos
ciembre de 1934, en su Ensayo histó- por naturaleza y obligación, distintos
rico y geográfico del cantón Montecristi, a los pueblos del norte, desde Bahía de
Imp. Universitaria, 2003, por su Caráquez hasta Esmeraldas, de quie-
condición de profesor fiscal, fue una nes el padre Juan de Velasco dice que
persona que dedicó su vida a formar fueron descendientes de los Caras que
juventudes, un permanente enamo- dan inicio a la nación quiteña, y que
rado de su pueblo y un apasionado estos pueblos eran los apecignes, ca-
de su historia. niloas, chones, pasaos, silos, tosahuas,
En la breve introducción a su jahuas, quaques, colimas, pimpagua-
obra, Delgado Mantuano nos señala ces, pechaucinchis y jaramijos, que
las poblaciones que existieron en la am- vivían de la agricultura y la pesca
plia y actual geografía manabita, para aunque cultivaban el arte de la guerra,
entonces hasta 1824, existente como igual que las poblaciones de los pu-
dos regiones: la del sur comprendida naes y huancavilcas, con sus propias
desde Santa Elena hasta Charapotó, poblaciones, al sureste de Santa Elena,
que según el cronista español Pedro y que por esta condición guerrerista,
Cieza de León y el padre Juan de Ve- muy difícilmente pudieron desarrollar
lasco estuvo habitada por los apichi- el comercio, poblaciones guerreras tan
quies, cancebis, charapotoes, pichotas, distintas a las poblaciones manteñas,
picoasaes, pichunsis, manabies, ja- pero que ingeniosamente algunos ar-
rahusas y jipijapas, aunque estos datos queólogos e historiadores guayaqui-
sean conflictivos y dan mucho margen leños pretenden, y lo han conseguido,
a la duda; poblaciones dedicadas a la que se considere a los huancavilcas.
pesca, a la agricultura y al comercio Según Juan Marchena fue poblado an-
del spondylus; sabedores de muchas dino de linaje Vilca, como parte estruc-
lenguas; propietarios de una exquisita tural y ancestral de la cultura manteña,
alfarería y un delicado tallado de pie- más irónico aún es que se pretenda,
dras, muy semejante y en algunos ca- actualmente, considerar a la pobla-
43
ción y al territorio Huancavilca como dor, en abril de 1 534, precisamente
el eje o centro principal de las cultu- por quien dejó tras de sí un territorio
ras indígenas de la Costa ecuatoriana devastado y a sus pobladores, en su
y del Pacífico sur, desde sus primeros mayoría asesinados; pero, quienes
asentamientos humanos, y otros más sobrevivieron al genocidio buscaron
osados, repitiendo lo dicho por ciertos refugio para sus vidas fusionándose
cronistas que, desorientados en su vi- con la selva virgen, tierra adentro.
sión geográfico–territorial en su tiem- Montecristi, como accidente geo-
po, confunden a las poblaciones de gráfico de fácil identificación y ubica-
los niguas y paches con los manteños. ción en la cartografía de la época por su
Felizmente, las edificaciones de piedra condición de cerro, empieza a ser men-
en el antiguo Manta, los calendarios, cionado por los primeros españoles
hachas, manos, descansa nucas y otros que llegan a territorio manabita desde
elementos del mismo material pétreo, 1529, aún en 1605, en la descripción de
así como las sillas “U” de los cerros de Guayaquil, en lo referente a Portovie-
Hojas y Jaboncillo, son únicos y exclu- jo, anónimo, se lo sigue mencionando
sivos de Manabí. como cerro mas no como población, y
Es la pérdida de este sentido dice “a dos leguas tiene una montaña
identitario actual lo que ha llevado a que llaman Montecristi, en que hay ár-
que interesados y bien intencionados boles de leña…”. El autor de esta obra,
estudiosos y curiosos de la historia Domingo Delgado, afirma que “es un
busquen rastros que les permitan de- pueblo milenario”, ciertamente por
terminar el origen y la fecha funda- ser un territorio donde se asentaron
cional de su ciudad y el nombre de su los pobladores que dieron origen a la
fundador, creyendo de esta manera cultura manteña, especialmente en el
encontrar sus raíces, menospreciando cerro de Jaboncillo, aunque se encon-
su identidad ancestral, desconocien- traron dispersos en sectores aledaños
do su propia historia. Éste es el caso como los cerros de Hojas y Monte-
de ciudadanos de Charapotó, antiquí- cristi, Picoazá, Jaramijó, Jupe, Agua
sima población indígena, menciona- Blanca y López Viejo, donde Marshall
da por el padre Juan de Velasco con el Saville, en su primer viaje en 1905, des-
nombre de “Jacpocto”, frontera natu- cubrió los pozos de agua dulce de los
ral norte del territorio Jocay y del úl- “gigantes”, terrazas agrícolas y gran-
timo cacique Cancebí, muerto por or- des habitaciones, silos, construidos de
den de Pedro de Alvarado en su paso piedra que sirvieron como bodegas de
al reino andino de Quito, territorio almacenamiento de alimentos y las
comprendido desde la península de conocidas sillas en forma de “U”, así
Santa Elena hasta la punta de Chara- mismo talladas en piedra, que descan-
potó, y que cobijó a las culturas alfa- san sobre una base que tiene esculpida
reras de Valdivia, Machalilla y Manta figuras antropomorfas y zoomorfas,
principalmente, que reclama ser la todas ellas formando un círculo, seme-
primera ciudad fundada en el Ecua- jando un centro de adoración o centro
44
No. 18 • Un encuentro con la historia
45
Podría llegar a afirmarse-aunque de óptica de su propia geografía, mien-
manera provisional que Montecristi tras el español relaciona al nombre, y
se fundó hacia 1709 por indios man- los impone por su entorno geográfico,
teños, huidos de los piratas … sus características raciales, laborales,
lugar de procedencia, nombres de
Por qué no considerar, entonces, que santos, etc., acepciones que también
Montecristi ya existía como ciudad van dando origen a los apellidos. Lo
desde 1628, cuando este territorio mismo hace con las regiones que va
fue saqueado por el pirata Guvernot, conociendo, las relaciona con otros
como lo dicen las crónicas de aquella sectores ya conocidos, especialmente
época. por su similitud geográfica, ésto nos
Es indudable que las poblaciones dice el portovejense Gonzalo Molina
americanas, ante el acoso permanente García en su obra: El capitán Francisco
de los corsarios, debieron fortificar Pacheco en la conquista de América. Fun-
sus ciudades unas, y otras, como Por- dador de la ciudad de Portoviejo, Madrid,
toviejo en 1628, trasladarlas a lugares Editorial Universitaria, 1986, que el
más seguros y alejados de la costa, aun nombre de Puerto Viejo es producto
cuando ello les representara perder su de la similitud geográfica de la costa
condición de ciudad puerto, para en- de Nicaragua con la costa sur mana-
tonces, condición necesarísima para bita, y dice:
su desarrollo; ésto no significa funda-
ción ni nueva fundación, el traslado El nombre de Puerto Viejo se lo men-
de ciudades, ante eventos adversos, ciona por primera vez en 1522, tal-
significa el inicio de una nueva etapa vez antes por Gil González de Ávila,
histórica en la existencia de la ciudad cuando en busca de un desaguadero
que le permita pasar de la mar del
y de sus pobladores.
sur a la del norte, llega hasta la pro-
Continuando con la cita del pa-
dre Hermidas, dice:
46
No. 18 • Un encuentro con la historia
47
largas caminatas, que realizaban en- Siendo Puerto Viejo para ese año una
tre Manta y Portoviejo, ciudad con 17 casas, teniendo una igle-
sia y un monasterio de La Merced, y 14
familias españolas y 16 señores indios,
pero no menciona fecha de este rela-
el presidente de la Real Audiencia de
to, que sí es verídico, porque el pozo
Quito, Hernando de Santillán, ordenó
abierto en piedra viva en El Pechiche que de las 14 familias españolas exis-
brinda agua desde siglos antes de la tentes en esta ciudad, la mitad de ellas
presencia de España; es desde este se trasladara hasta el pueblo de indios,
pozo que conquistadores y coloniza- cuyo primitivo nombre fue Tocay, que
dores calman su sed, que las naves dista a seis leguas, y en donde existe
pliegan sus velas para abastecerse de una iglesia en donde apaciguan sus
alimentos y el agua de pozo. almas los viajeros en tránsito cuando
los navíos hacen escala para aprovisio-
Por todos estos argumentos debo narse de comida, agua y vituallas, para
remitirme a 1565, cuando ya Porto- que dicho puerto se transforme en ciu-
viejo había perdido su condición de dad y la nombró “ciudad de San Pa-
Gobernación, su calidad de puerto, blo”. Como los vecinos de Puerto Viejo
su importancia como ciudad y era reclamaron por esta dura dispersión
territorio anexado a la Gobernación de sus congéneres, el presidente Santi-
de Guayaquil, gran urbe que ofrecía llán dispuso que se trasladen solamen-
te aquéllos que lo desearen, siendo tres
posibilidades y perspectivas de de-
familias las que decidieron poblar la
sarrollo: los peninsulares migraron nueva ciudad…
hacia ella, desamparando y empo-
breciendo a Portoviejo, que pasó a ser
Ya vemos aquí un espacio inte-
conocida como “la culata”, enclavada
resante donde se habla de la intencio-
en la espesura de un valle rodeado de
nalidad de fundar una ciudad puerto
colinas: la ciudad que nació mirando
en el territorio del partido de Puerto
al mar se encontraba distante, para
Viejo, fundación que no puede darse,
entonces, unas 6 leguas del mar de
principalmente, por la insuficiencia
Manta, que comprendía el territorio
de pobladores, es más bien un po-
señalado como reducción indígena,
blamiento lento, progresivo y muy
los pobladores de Portoviejo vivien-
sacrificado de lo que posteriormente
do de la agricultura y escasa crianza
sería Manta, como caleta española.
de ganado, que a pesar de su condi-
Las leyes de Indias no permitían que
ción de cabeza de Partido, solo con-
una ciudad se fundara bajo la égida
taba con catorce familias españolas y
indígena y fuera reconocida como tal
unos cuantos indios tributarios; remi-
por la Corona; Montecristi era territo-
támonos a la crónica documental de
rio indígena, en sus colinas habitaban
José Rumazo González inmersa en el
los naturales de esta tierra, reducidos
Boletín de la Academia Nacional de His-
a esa circunscripción territorial, por
toria No. 112, julio-diciembre, 1968,
lo tanto Montecristi no se funda como
que dice:
ciudad, peninsulares y criollos la lle-
48
No. 18 • Un encuentro con la historia
Montecristi en 1850.
49
Los pueblos indígenas y negros
frente a la Independencia hispanoamericana
Dr. Jorge Núñez Sánchez*
S
e han escrito bibliotecas enteras
sobre la independencia hispa- América puede gloriarse de haber
noamericana, complejo proceso producido las primeras revoluciones
político y militar conducido por la anticoloniales de la historia universal,
clase propietaria criolla, que consti- que fueron la independencia de los Es-
tuía una verdadera minoría oligárqui- tados Unidos (1776–1783), la Indepen-
ca. Empero, es muy poco conocido el dencia de Haití (1803) y la Independen-
papel que en ese proceso histórico re- cia de Hispanoamérica (1809–1824).
presentaron las mayorías populares y
Esas tres revoluciones marcaron
particularmente los indios, sometidos
en muchos sentidos la historia univer-
a la servidumbre de la mita, y los ne-
sal y desataron un proceso de desco-
gros, atados al dogal de la esclavitud.
lonización que constituye uno de los
Esta ponencia enfoca precisa- mayores signos de dignidad política
mente el fenómeno político–social de y progreso social de la humanidad
la presencia, o ausencia, de esas ma- contemporánea, proceso que comen-
yorías oprimidas en las luchas de la zó entonces y aún no ha terminado,
emancipación, analizando las expe- como nos lo recuerdan hoy mismo
riencias habidas en los virreinatos de ciertos fenómenos geopolíticos como
Nueva España y Nueva Granada, con la existencia de la base norteamericana
un énfasis particular sobre lo ocurri- de Guantánamo en Cuba, el dominio
do en la Audiencia de Quito. británico sobre el Peñón de Gibraltar,
Palabras claves: el dominio francés sobre la Guayana,
Fidelismo, emancipación, criollos, es- la posesión española de las ciudades
clavitud, servidumbre. norafricanas de Ceuta y Melilla, o esa
especie de limbo jurídico en que vive
Puerto Rico, casos todos ocultos tras
eufemismos como “Departamentos
de ultramar de Francia”, “Colectivi-
* Ponencia del Dr. Jorge Núñez Sánchez, dades de Ultramar”, “Regiones ul-
de la Universidad Central del Ecuador, traperiféricas de la Unión Europea”,
al IV Congreso Sudamericano de Histo-
ria, Quito, 27 al 31 de julio de 2009. “Estación naval de la Bahía de Guan-
50
No. 18 • Un encuentro con la historia
51
vés del sistema de trabajo obligatorio y de la vida y la libertad, junto a los me-
gratuito, también llamado “mita”. Pero dios para adquirir y poseer propieda-
donde la población indígena no podía des, y la búsqueda y obtención de la
ser explotada sistemáticamente, por- felicidad y la seguridad. También dis-
puso, por su artículo 9, que no se im-
que era escasa, o nómada, o fieramente
pongan, ni se dicten castigos crueles
resistente –como ocurriera en las islas y o anormales; y, recalcó, en su artículo
costas del Caribe, o en las llanuras de 16, “que es deber mutuo de todos el
América del Norte–. La explotación co- practicar la indulgencia, el amor y la
lonial se basó en el trabajo esclavo. caridad cristianas.
Millones de seres humanos de piel
oscura, sometidos a la brutalidad de Pero todas esas bellas teorías y
la mita o a la barbarie de la esclavitud, solemnes declaraciones ignoraban o
gemían bajo el látigo de implacables ca- soslayaban expresamente la presencia
pataces y sostenían con su trabajo esa de los casi 4 millones de esclavos que
primera expansión capitalista mundial, existían para entonces en Norteaméri-
es decir, eso que Adam Smith llamó “la ca, formando parte de una masa labo-
riqueza de las naciones”. De otra parte, ral esclava que era de unos 7 millones
esas mismas gentes trabajadoras consti- en todo el continente americano.1 Y
tuían la inmensa mayoría de la población es conocido el hecho de que, antes de
en cada una de las regiones americanas, aprobar y disponer la publicación de
lo que contrastaba con la realmente mí- la “Declaración de Independencia”, el
nima presencia numérica de los colonos congreso de los Estados Unidos alte-
blancos de cualquier origen. ró sustancialmente el texto preparado
Empero, esa población blanca por el “Comité de los cinco” (Adams,
americana, hija de los procesos de co- Franklin, Jefferson, Livingston y Sher-
lonización y heredera directa de los be- man), y eliminó en forma vergonzan-
neficios coloniales, poseía la riqueza y te todo lo relativo al comercio de es-
la cultura necesarias para emprender, clavos. Así, ignorando oficialmente
desde fines del siglo XVIII, en los pri- esa realidad social, la nueva república
meros proyectos de descolonización. pudo seguir gloriándose de los altos
Esos proyectos vinieron acompañados principios liberales que la inspiraban,
de grandes ideas liberales. La famosa a la vez que sus plantadores seguían
Declaración de Derechos de Virginia, texto beneficiándose con la explotación de
esencial de la revolución norteamerica- la esclavitud, y sus tratantes de escla-
na, sostuvo en su primer artículo que vos seguían enriqueciéndose con su
negocio vil.
Todos los hombres son por naturaleza La Revolución haitiana, iniciada
igualmente libres e independientes, y en 1791 como un eco caribeño de la
tienen ciertos derechos inherentes, de
los cuales, cuando entran en un estado
de sociedad, no pueden ser privados 1 Eric Hobsbawm, Industria e imperio, Bar-
o postergados; expresamente, el gozo celona, Editorial Crítica, 2001, p. 48.
52
No. 18 • Un encuentro con la historia
53
dor de Sudamérica decretara la manu- Firme (Venezuela y Nueva Granada).
misión de los esclavos de Venezuela. Considerando la tradicional rebeldía
Inevitablemente, las acciones de la población esclava, que en ese
revolucionarias de Haití provocaron mismo siglo XVIII había protagoniza-
una creciente inquietud social y polí- do levantamientos en casi todos los te-
tica en el Caribe y todavía más allá de rritorios de la región, resultaba lógico
ese espacio geográfico. El ejemplo de esperar el estallido de nuevas subleva-
ese pequeño país, donde los esclavos ciones en el área. De ahí que el ejem-
se habían rebelado contra sus amos e plo haitiano, que quitaba el sueño a
instaurado una democracia social, a los poderosos propietarios coloniales,
la par que derrotaban militarmente se convirtió en una irrefrenable espe-
a una de las mayores potencias mi- ranza para los esclavos de todo el con-
litares de la época, estremeció a los tinente, que empezaron a enarbolar y
esclavistas de todas partes y a los co- proclamar “la ley de los franceses” en
lonialistas de todos los idiomas, que todos los estallidos de simpatía que se
se apresuraron a tomar medidas para produjeron en otras colonias de la re-
evitar la expansión del fuego revolu- gión antillana: Martinica, Tobago, San-
cionario. Los Estados Unidos decre- ta Lucía, casi todas las islas británicas,
taron el bloqueo comercial de Haití, Curazao y Venezuela.
en un anticipo de lo que un siglo y Nuevos motivos de inquietud
medio después harían contra otra isla surgieron para el criollismo del nor-
revolucionaria del Caribe, la de Cuba, te sudamericano con el movimiento
por similares razones. A su vez, las subversivo venezolano de Gual y Es-
autoridades españolas prohibieron paña –cuyo programa inspirado en
en sus colonias la introducción de ne- los principios de la Gran Revolución,
gros esclavos provenientes de las co- contemplaba la abolición de la escla-
lonias francesas, porque temían que vitud–; y, sobre todo, con la conspi-
viniesen contagiados con el virus de ración del mulato Chirino, testigo de
la revolución. Y cosa igual hicieron en la Revolución haitiana, que planeaba
sus colonias los ingleses, holandeses un masivo levantamiento de pardos
y portugueses, basados en similares contra la oligarquía mantuana de
motivaciones. Venezuela. Ello avivó todavía más el
El área del Caribe albergaba por temor de las clases propietarias de
aquella época una población esclava América Latina, que tomaron medi-
de aproximadamente 1 200 000 perso- das para evitar el eventual estallido
nas, de las cuales más de 600 000 ra- de rebeliones esclavas en su jurisdic-
dicaban en las posesiones francesas, ción y asumieron una actitud política
unas 300 000 en las posesiones britá- abiertamente conservadora.
nicas y sobre 200 000 en las posesio-
nes españolas insulares (Cuba, Puer-
to Rico, Santo Domingo) y de Tierra
54
No. 18 • Un encuentro con la historia
55
eran bestias, ni mucho menos. Eran montañas tutelares se habían violen-
seres humanos que tenían plena con- tado, para manifestar su ira contra
ciencia de su humanidad y también de los españoles y exigirles que se mar-
la crueldad e injusticia con que eran charan de América, devolviendo a los
tratados por el sistema colonial y, en indios sus tierras y su libertad, puesto
particular, por los propietarios crio- que ya se habían cumplido los tres si-
llos. Lo demuestran las abundantes glos de dominio que el Papa les die-
quejas, denuncias, reclamos, pedidos ra sobre este continente. Igualmente,
y ruegos que elevaban a las autorida- proclamaron que ya no debían pagar
des, que llenan anaqueles enteros de tributos al rey ni hacer trabajos para
nuestros archivos nacionales o de los hacendados y obrajeros.2
archivos coloniales españoles. Ahí hay Esa ideología de resistencia im-
abundante material para escribir nu- plicaba también una sorprendente
merosos tomos de una real “Historia conciencia política. Lo muestra hasta
universal de la infamia”, seguramente la saciedad el movimiento de Túpac
más dramática que la obra imaginati- Amaru, que entre 1780 y 1781 procla-
va de Jorge Luis Borges. mó paralelamente la eliminación de
Los nativos americanos se sabían los tributos y la servidumbre indíge-
víctimas de la violencia conquistadora na, y la eliminación de la esclavitud
y de la opresión colonial, y ansiaban de los negros, en busca de crear un
reconquistar de nuevo un horizonte frente común de los explotados para
de libertad. Por eso desarrollaron su resistir a los abusos de la dominación
propio pensamiento milenarista y su colonial. Cosa similar puede decir-
particular profecía de un futuro feliz, se del movimiento de los comune-
que fueron mecanismos de resisten- ros del Socorro, que estalló en 1781
cia espiritual frente al avasallamien- en la Nueva Granada y fue también
to mental que buscaba imponerles un acto de resistencia al dominio co-
el conquistador. Una expresión tem- lonial. Una tropa entre mestiza e in-
prana de ello fue el movimiento del dígena, de más de 20 000 hombres,
Taqui Ongo, surgida en la zona an- cercó al poder y lo obligó a firmar las
dina del Perú hacia 1560, ceremonia “Capitulaciones de Zipaquirá”, por
de denuncia de la tragedia indígena las que se abrogaban los impuestos y
y también de preparación para el ad- estancos y se reconocían los derechos
venimiento de una era feliz, que ase- indígenas sobre la tierra. Su líder, José
guraban se iniciaría con la expulsión Antonio Galán, llegó a proclamar el
de los blancos y del dios español. Y fin del colonialismo español: “Se aca-
una expresión tardía de lo mismo fue bó la esclavitud”, dijo.
el amotinamiento de los nativos del
centro quiteño tras el terrible terre-
moto de 1797, a los gritos de que la
Pachamama, su Madre Tierra, y sus 2 Los testimonios del asunto en AGI, S.
Quito, L. 250.
56
No. 18 • Un encuentro con la historia
57
Los reiterados motines indígenas, los ba concebido para que lo financiaran
alzamientos de resistencia a las refor- y sostuvieran en gran medida los pro-
mas borbónicas, las sublevaciones de pietarios que formaban la oligarquía
esclavos y el cimarronaje tienen que criolla, que eran el sector social más
ser vistos en esta perspectiva general, amenazado por los ataques extranje-
dentro de esa común búsqueda de Li- ros y sublevaciones étnicas, y quienes
bertad, Tierra y Soberanía, y no como recibirían a cambio las jefaturas de los
fenómenos aislados o eventos histó- nuevos cuerpos militares. La implan-
ricos inconexos, ocurridos aquí o allá tación de ese sistema se inició preci-
por causas particulares. Porque con samente en el Caribe, zona de mayor
esos levantamientos ocurre lo mismo amenaza extranjera y de gran con-
que con la gripe porcina: aunque se flictividad social, con la promulga-
manifiesta por acá o por allá en casos ción del “Reglamento de Milicias de
aislados, revela un fenómeno de igual Cuba”, redactado por el mariscal de
origen y similar efecto. Pero nuestra campo Alejandro O’Reilly en 1764.
historiografía, afectada por un incu- En la zona andina, esas milicias
rable positivismo y empeñada en la fueron empleadas con eficacia para
descripción de fenómenos particula- aplastar o desanimar levantamientos
res, ha renunciado en gran medida al indígenas. Así ocurrió, por ejemplo,
análisis de esos fenómenos generales, en la Audiencia de Quito, donde esas
que fueran protagonizados por pue- milicias reprimieron sangrientamente
blos iletrados y gentes humildes, que a los nativos sublevados del centro del
en general no dejaron documentos ni país (Guamote y Columbe), que en
testimonios escritos, pero que sabían número de 30 mil protagonizaron en
perfectamente lo que querían e identi- 1803 un nuevo levantamiento contra
ficaban bastante bien a sus enemigos. el sistema colonial, proclamando “que
Quienes sí entendieron la ge- se maten a los mestizos y españoles”,
neralidad y peligrosidad de esos y enfrentándose con armas primitivas
fenómenos fueron las autoridades a las tropas milicianas dirigidas por el
metropolitanas, que, desde su lejana corregidor Javier Montúfar, hijo del II
atalaya europea, planificaron formas Marqués de Selva Alegre, las que lue-
de refrenar esos proyectos étnicos de go efectuaron una sanguinaria repre-
liberación. El principal de ellos fue la sión contra los alzados.
constitución de un sistema continen- Estos fenómenos relatados exi-
tal de Milicias Disciplinadas, que sir- gen que este Bicentenario no sea solo
viera al mismo tiempo para enfrentar ocasión para rememorar las luchas
las amenazas militares externas, plan- anticoloniales de los criollos, sino tam-
teadas por otras potencias y especial- bién las luchas anticoloniales de los
mente por Inglaterra, y también las indígenas y negros que ansiaban su
amenazas internas, representadas por liberación, así sea que estas últimas
las sublevaciones indígenas y las re- no hayan tenido los alcances políticos,
beliones de esclavos. Ese sistema esta- la continuidad histórica y el éxito que
58
No. 18 • Un encuentro con la historia
59
de América y ansiaban expulsar a a la Corona española por las testas co-
todos los españoles, retrotrayendo la ronadas de unos señores criollos. Los
historia a tres siglos atrás, los españo- mexicanos Hidalgo e Iturbide serían,
les americanos reivindicaron los “de- en un mismo país, buena muestra de
rechos de conquista” heredados de la existencia de estas encontradas po-
sus padres para reclamar la posesión siciones.
del nuevo continente. En su “Carta a Don Miguel Hidalgo y Costilla,
los españoles americanos”, el perua- considerado el padre de la Indepen-
no Juan Pablo Vizcardo y Guzmán dencia de México, expidió en Guadala-
proclamaba el derecho preferencial jara, el 5 de diciembre de 1810, su cé-
de los descendientes de los conquis- lebre “Bando sobre tierras”, por el que
tadores a ejercer señorío sobre Améri- dispuso que concluyesen los tramposos
ca, derivado del “mayor y mejor dere- arriendos de tierras comunitarias indí-
cho” de sus antecesores ibéricos para genas hechas por los hacendados y que
“adueñarse enteramente del fruto de
su arrojo y gozar de su felicidad”. De se entreguen a los referidos natura-
este modo quedó planteada una con- les las tierras para su cultivo, sin que
tradicción histórica que todavía no ha para lo sucesivo puedan arrendarse,
sido resuelta del todo, entre los crio- pues es mi voluntad –decía– que su
llos y los indígenas, por el derecho a goce sea únicamente de los natura-
la posesión de las tierras americanas. les de sus respectivos pueblos.
¿No es eso, en gran medida, lo que
hoy mismo enfocan las contemporá- Adicionalmente, al día siguiente
neas “leyes de reforma agraria”, que promulgó un “Bando sobre esclavos y
enfrentan a los hacendados, herederos tributos”, en el que hacía las siguientes
del sistema colonial, y a los indígenas declaraciones:
de muchos países, todavía oprimidos
y marginados? Primera: Que todos los dueños de
Pero volvamos a dos siglos atrás, esclavos deberán darles la libertad
para decir que sobre ese panorama de en el término de diez días, so pena
de muerte, que se les aplicará por
emancipaciones cruzadas, el naciente
transgresión de este artículo. Segun-
proyecto criollo se dirigía en una am- da: Que cese para lo sucesivo la con-
plia gama de posiciones ideológicas, tribución de tributos, respecto de las
incluso contradictorias, desde aqué- castas que lo pagaban, y toda exac-
llas de los radicales, que propugna- ción que a los indios se les exigía…
ban por la liberación de los esclavos,
el reparto de tierras a los campesinos, Hidalgo resultó ser el cataliza-
la eliminación del tributo indígena dor que facilitó la reacción social que
y el establecimiento de un sistema se venía incubando, en un país don-
republicano de gobierno, hasta las de la oligarquía criolla poseía los dos
posiciones de los monárquicos con- tercios de las tierras cultivadas y los
servadores, que aspiraban a sustituir
60
No. 18 • Un encuentro con la historia
indios apenas un tercio.4 Un ejército dica no hizo sino avivar los rescoldos
de seis mil indios, que luego fue de de un fuego encendido desde antes.
ochenta mil indios, se lanzó a luchar
contra todos los españoles, tanto pe- La Revolución quiteña
ninsulares como criollos, asaltando
y saqueando haciendas, y matando Mirada en esta perspectiva, den-
autoridades y propietarios, en una tro de un proceso de emancipaciones
explosión social que no era parte del paralelas, la Revolución quiteña de
programa criollo de emancipación 1809–1812 puede ser entendida me-
nacional, como ha querido verlo la jor. Podemos ver de mejor modo esas
historia oficial, sino un acto más de contradicciones internas de la prime-
ese gigantesco, intermitente e inco- ra Junta Soberana de Quito, donde el
nexo esfuerzo de liberación de los in- líder del bando radical, Juan de Dios
dígenas americanos. Así lo entendió Morales, era un antiguo amigo de los
el obispo electo de Michoacán, Ma- indios, que desde tiempo atrás había
nuel Abad y Queipo, cuando dijo en propuesto medidas políticas a favor
su edicto de 8 de octubre de 1810: de estos, y luego había ejercido como
defensor de pobres, y donde el ideó-
… El cura Hidalgo y sus secuaces in- logo del bando conservador, el obispo
tentan persuadir y persuaden á los in- Cuero y Caicedo, recomendó al presi-
dios que son los dueños y señores de dente Selva Alegre que diera marcha
la tierra, de la cual los despojaron los atrás en la insurgencia y devolviera el
españoles por conquista, y que por
poder al defenestrado presidente de
el mismo medio ellos la restituirán
á los mismos indios: en esta parte, el
la Audiencia, Conde Ruiz de Castilla,
proyecto del cura Hidalgo constituye pero que previamente Morales fuera
una causa particular de guerra civil, apresado, cargado con grillos de hie-
de anarquía y destrucción, asimismo rro y encerrado en un calabozo, para
eficiente y necesaria entre los indios, evitar que radicalizara más el proce-
castas y españoles, que componen so insurgente. Y así se hizo, en efecto.
todos los hijos del país. Tras fracasar la primera Junta, Mora-
les fue el único preso al que se cargó
Claro está que la clase criolla, de de grillos y se mantuvo en prisión so-
la que Abad y Queipo era uno de los litaria hasta su asesinato.
intelectuales más lúcidos, trataba de Esa nueva perspectiva nos ayu-
enmascarar el fenómeno social de la da a entender también el recelo de los
insurrección indígena como un acto nativos frente a los insurgentes crio-
de supuesta maldad o perversidad llos, cuyos líderes habían sido, apenas
personal del cura Hidalgo, cuya pré- unos años antes, los grandes “mata-
dores de indios” que aplastaron el
4 Obispo Manuel Abad y Queipo, “Edicto alzamiento de Julián Quito y Lorenza
contra el cura Hidalgo”, 8 de octubre de Avimañay. La verdad es que tampoco
1810.
61
los criollos convocaron el apoyo de las mico, en general la aristocracia criolla
masas indígenas, de las que recelaban se mantuvo alejada de los sectores po-
precisamente por ese abismo de odio pulares y en especial de la gran pobla-
y sangre que los dividía. En una car- ción campesina. Como ejemplo de lo
ta de Carlos Montúfar al Consejo de afirmado, no puede ser más patética
Regencia, se revelaba el miedo que el la escena ocurrida en Paredones, Ca-
Comisionado Regio y su clase tenían ñar, donde las fuerzas quiteñas, que
a los indios, al alertar sobre acababan de vencer a los realistas, re-
nunciaron a atacar Cuenca y se reti-
las novedades que sucesivamente raron hacia el norte porque los indios
se suscitan por todas partes y la ne- arrieros, reclutados para transportar
cesidad que hay de conservar estas el parque y los bastimentos, habían
provincias tranquilas y seguras, y huido durante la noche.
las que componen el gobierno de
Popayán, comprendido en el vasto Ahí radicó la debilidad de los
distrito, amenazados de conmo- criollos quiteños de la primera in-
ciones que ya se presienten de los dependencia, en esa incapacidad de
muchísimos indios, negros y castas convocar al pueblo, a los pueblos
procedentes de ellos. Todas estas cir- oprimidos, para formar un frente uni-
cunstancias reunidas exigen impe- do anticolonial, cosa que sí la había
riosamente poner un pie de fuerza propuesto e intentado Túpac Amaru
viva que sostenga las obligaciones treinta años atrás. Los chapetones en-
y haga respetar los derechos, pues
tendieron esa debilidad del criollismo
de lo contrario se trastornará todo y
no gobernará otra ley que la del más aristocrático y buscaron golpearlo en
fuerte…5 su lado más débil, convocando a los
sectores oprimidos a pelear contra sus
opresores, bajo las banderas del rey.
Esa carta expresa bien el do-
Eso fue lo que desató la guerra social
ble papel de los aristócratas criollos
venezolana, liderada por José Tomás
quiteños en ese momento histórico:
Boves, y eso mismo fue lo que desató
rebeldes e insurgentes frente a Espa-
la guerra social quiteña, desarrollada
ña, colonialistas y represores frente a
en la sierra norte y particularmente en
los indios, negros y castas. Salvedad
la provincia de Pasto y en los distri-
hecha del bando político “sanchista”,
tos mineros de Barbacoas, Tumaco e
que abogó por una vinculación aun-
Izcuandé, y que tuvo entre sus líderes
que fuera tímida a los sectores popu-
a Benito Boves, sobrino de José To-
lares urbanos, buscando atraerlos con
más, y sobre todo al coronel indígena
ciertas medidas de beneficio econó-
Agustín Agualongo.
Esa guerra se inició a partir de
5 Montúfar al Consejo de Regencia, Quito, la convocatoria hecha a indios y ne-
a 12 de octubre de 1810. Citado por Alfre- gros por el gobernador de Pasto, co-
do Ponce Ribadeneira, Quito, 1809–1812, ronel español Miguel Tacón, cuando
Madrid, 1960, pp. 214–215.
62
No. 18 • Un encuentro con la historia
63
Legisladores, la infracción de todas servil, impuesta por la mita, y de la
las leyes es la esclavitud. La ley que usurpación de sus tierras por parte
la conservara sería la más sacríle- de los blancos. En consecuencia, dictó
ga… Mírese este delito por todos as- medidas para suprimir esos abusos,
pectos, y no me persuado que haya
destacándose sus decretos de Cúcu-
un solo boliviano tan depravado
que pretenda legitimar la más insig- ta (mayo de 1820), Trujillo, Curaca
ne violación de la dignidad humana. y Cusco (julio de 1825), tendientes a
¡Un hombre poseído por otro! ¡Un suprimir la mita y toda forma de do-
hombre propiedad! ¡Una imagen de minio servil, repartir tierras a los cam-
Dios puesta al yugo como un bruto! pesinos, rescatar las tierras usurpadas
… Transmitir, prorrogar, eternizar a las comunidades indígenas y elevar
este crimen mezclado de suplicios, socialmente a los nativos por medio
es el ultraje más chocante. de la educación.
En conclusión, afirmamos que
De otra parte, la vocación de re- hoy es indispensable recuperar la
forma social de Bolívar se expresaría rica historia social imbricada en esas
reiteradamente en las medidas toma- diversas luchas de independencia,
das a favor de los indios de la región algunas de las cuales nos han legado
andina. Él entendió que los mayores tareas todavía por cumplir, que son
problemas que enfrentaban los in- deudas históricas atrasadas 200 años
dígenas provenían de su condición en su pago.
64
El autor de esta obra se compenetra con su
personaje, real, verdadero, auténtico; lo lee,
lo estudia, lo analiza, lo comprende; se iden-
tifica con él, se conocen y dialogan, recorren
juntos la geografía montecristence, el cerro que
fue albergue de nuestra aborigen milenaria;
identifican a sus personajes, indios y blancos;
sus costumbres; sus tradiciones; sus cabildos
representativos de dos razas; el mestizaje pro-
ducto de la unión del blanco con el indio, que
se rebelan, que toman las armas, buscando es-
pacios donde forjar su mañana, el mañana de
sus hijos, el mañana de la patria.
Ramiro Molina Cedeño